La instalación eléctrica en un edificio de viviendas consta de una acometida que conecta la red de distribución general con el edificio, una caja general de protección, líneas repartidoras individuales para cada vivienda, y circuitos de conexión a tierra. Dentro de cada vivienda, la instalación eléctrica interior se organiza en circuitos para alumbrado, enchufes y electrodomésticos que salen de un cuadro de mando y protección.