1. www.slideshare.net/jorgeromerodiaz3
Comprad Sin Dinero
Isaías 55:1
¡Todos los sedientos, venid a las aguas! Y los que no tienen dinero:
¡Venid, comprad y comed! ¡Sí, venid, comprad sin dinero vino y
leche, sin costo alguno!
(Isaías 55:1 BTX3)
La declaración de Isaías es una figura literaria Oriental. Se trata de la voz en el
mercado de alguien que vende agua, vino, leche, etc. Pero es un grito o clamor
muy peculiar, es una expresión de gratitud a Dios cuando un acontecimiento importante alcanza la vida de alguien.
Por ejemplo, en nuestro medio cuando una persona cumpleaños, espera recibir regalos de sus familiares y amigos.
Es su día y espera que le lluevan muchas bendiciones.
Sin embargo, eso no es lo que sucede en el Oriente. Allí, la persona que cumpleaños lo celebra haciendo a los
demás felices. Se le enseñó que en su cumpleaños, debe mostrar gratitud a Dios por prolongar su vida. Como no
puede ver a Dios, él entonces reparte regalos a los demás, el dar un simple vaso de agua fría a quien esté sediento
es considerado como un acto hecho a Dios.
Como cualquier persona hace en cualquier parte del mundo, el Oriental vende sus productos para poder vivir. Por
supuesto que no podría hacerlo si vendiese sus productos sin dinero y sin precio. Cada producto, evidentemente
tiene su precio. El agua, el vino y la leche de las que habla este relato, tuvieron antes que haber sido pagados.
El vendedor públicamente anuncia el precio de manera muy parecida con aquellos que relatan un juego de futbol
por la radio. Gritará en voz alta el precio por litro de agua, vino o leche. Los clientes pararán y le pagarán el precio
por las cosas que compren.
De vez en cuando, la gente se da cuenta de que el vendedor ha cambiado sus gritos de anuncio, de a tanto el litro, y
ha pasado a, "venid, comprad sin dinero y sin precio." Pero ¿Por qué ha cambiado su anuncio?
Recuerda que quien está celebrando su aniversario quiere hacer a los demás felices para mostrarle su gratitud a
Dios por Sus bendiciones. Así, que él cumpleañero se aproxima al vendedor en el mercado y le hace una propuesta
para comprarle sus productos. El vendedor entonces se pondrá a anunciar, "Venid, venid, comprad sin precio."
El Oriental comprenderá inmediatamente que alguien está celebrando su cumpleaños. Entenderá también que
cualquiera que precise y tenga alguna necesidad podrá venir y comprar sin dinero, sin precio. Aquello que resulta
gratis para él, en realidad ha sido pagado anteriormente. Las personas, a medida que van llenando sus bolsas con
agua, leche, o vino, le expresan su gratitud a su bienhechor que se mantiene al lado del vendedor.
Isaías era un Oriental, y él utilizó esta figura literaria porque aquellos a quienes se dirigía también eran Orientales.
Ellos reconocían no solo la figura literaria, sino también su significado espiritual.
La totalidad del mundo ha caído en el pecado y está destituido de la gloria de Dios. El hombre no puede pagar el
precio por su liberación. Dios envió a Su unigénito Hijo al mundo para pagar el precio por (en sustitución de)
nosotros. Él ocupó nuestro lugar en la cruz. Él pagó nuestra deuda. La justicia de Dios se dio por satisfecha.
A través de su sacrificio de muerte, Cristo conquistó nuestra salvación, la Fuente de Aguas Vivas, que sacia la sed
de los pecadores. La vida eterna es la posesión de cada creyente. Es el don o regalo de Dios a través de Jesucristo
nuestro Señor. Es el más caro regalo jamás ofrecido a la humanidad. El precio para el Salvador fue la humillación,
el desprecio, la angustia y la muerte. Gracias sean dadas a Dios, a través de Cristo podemos beber de aquellas
Aguas Vivientes sin dinero y sin precio. (Adaptado de: Orientalismos de la Biblia vol. I)