El trabajo autónomo ha ido cobrando mayor importancia a lo largo de los años y no sólo ha contribuido a lo largo de los años al crecimiento de la economía y la creación de empleo, sino que ha permitido que muchas personas hayan podido lograr su estabilidad económica y su independencia gracias a la puesta en marcha de sus proyectos, habiéndoles permitido su inserción laboral, alcanzar una mejora laboral o desarrollarse profesionalmente, especialmente en el caso de los colectivos más vulnerables como pueden ser las mujeres, los jóvenes y las personas con discapacidad.