Pepe sufría del problema de "la reidez", que le hacía reírse sin parar. Para curarse, emprendió un viaje para encontrar a Biorewa. En el camino, se encontró con otro hombre que también reía sin parar, luego con unos lobos gigantes que resultaron ser sus abuelos, y finalmente con dos ranas que se convirtieron en rey y reina después de que las besara. Llegó a la casa de Biorewa, quien curó su problema de la reidez.
La reidez de Pepe curada en el viaje a casa de Biorewa
1. La reidez
Érase una vez un hombre que se llamaba
Pepe y tenía el problema de “la reidez”. Era que
se reía así: “jajajajajajajajaja” y siempre le
pasaba lo mismo. No podía vivir así, por eso fue
a la casa de Biorewa y en su búsqueda le
pasaron las siguientes cosas.
Primero, se encontró con un
hombre que tenía el mismo
problema que él. Estaba riéndose
todo el rato así:
“jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja” y él le
dijo “¡Para ya! No te copies de mí”, el hombre
le contestó “Es que tengo la enfermedad de la
rejaijadezja”.
Pepe siguió su camino y se encontró con
unos lobos gigantes y cuando se dio cuenta vio
2. una cosa que le dio miedo, pensó que iba a
morir. En realidad los lobos eran sus abuelos
con pelos hasta el suelo. Pepe no se lo podía
creer e intentó hablar con ellos
“aaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajajajajajajauuuuuuu
uu”.
Finalmente, ellos se aburrieron y se durmieron.
Pepe siguió y luego se encontró dos ranas
viejísimas y a su lado había un cartel como éste.
Besar la rana o al sapo para que se
convierta en reina o rey, pero…
¡¡¡¡¡¡Cuidado muerden!!!!!!!
Besó a las dos ranas y se convirtieron en rey y
reina, se hicieron grandes enseguida y les
cambió la piel ¡DE VERDE A CARNE! Fue
feísimo, me alegro que no lo vieran.
Luego llegó a un puente y el rey y la reina
le dijeron: “Pase por aquí si quiere ir a casa de
Biorewa”. Estuvo caminando dos horas y llegó a
3. casa de Biorewa, entró y lo encontró dormido;
¡no me extraña con 158 años! Esperó un rato
hasta que se despertó, y le dijo que le quitara el
problema de la reidez y así lo hizo. Terminó y
Pepe le dijo “¡Gracias, Biorewa! Antes era un
pardillo y todos se reían de mí
porque yo tenía el problema
de la reidez pero ahora
gracias a este viaje y a tu
ayuda le gente querrá hablar conmigo sin reirse
de mí”.
Y así se acaba este cuento de la reidez.
Saulo R. García Domínguez, 4º B, curso
2009-2010