El documento habla sobre la convergencia cultural y mediática. Menciona que los contenidos ahora fluyen a través de múltiples canales y hay más formas de acceder a ellos. También describe cómo las relaciones entre las corporaciones mediáticas y la cultura participativa se han vuelto más complejas con un intercambio bidireccional (push-pull). Finalmente, analiza cómo el consumo mediático individual ha evolucionado hacia una práctica en red con participación e inteligencia colectiva.