1. wwAplica el “lean” en tu
startup
Vamos a ver cómo aplicar la filosofía “Lean” a una startup.
No se trata de la verdadera, ni de la única teoría de
management empresarial, pero sí la considero muy
adaptada al entorno de extrema incertidumbre en el que
nos hallamos y muy versátil, ya que se puede aplicar tanto
a empresas, startups como a instituciones. Para acabar de
introducirla me gustaría mencionar los principios
2. relacionados por el autor Eric Ries del Método Lean
Startup:
1. El espíritu emprendedor lo tiene todo aquél que esté
involucrado en una startup, o como la define Eric
Ries, una institución humana diseñada para crear
nuevos productos y servicios en unas condiciones de
incertidumbre extrema.
2. Una startup necesita gestión, management, no es un
producto, por lo que requiere una gestión específica
orientada a ese contexto de incertidumbre extrema.
3. Las startups existen para aprender a crear negocios
sostenibles. Ese conocimiento puede orientarse llevando
a cabo experimentos frecuentes que permitan a los
emprendedores probar todos los elementos de su idea.
El aprendizaje validado es el proceso para demostrar
empíricamente que un equipo ha descubierto
información valiosa sobre las posibilidades presentes y
futuras del negocio. Hay que descubrir qué crea valor
para los consumidores.
4. Crear-Medir-Aprender . La actividad principal de
una startup es convertir ideas en productos, medir
cómo responden los consumidores y aprender cuándo
pivotar o perseverar. Todas las startups deberían
orientarse a acelerar este circuito de feedback.
5. Todos los experimentos que realicemos en nuestra
startup tienen que medirse. Con la contabilidad de la
innovación se debe medir el progreso, establecer hitos y
priorizar tareas. La verdadera productividad de la
3. startup es saber sistemáticamente qué es lo que hay que
crear.
Considerando estos principios, relato una serie de conceptos
e ideas claves derivados de éstos y que deberías aplicar en
el proceso de creación de tu startup.
Cuando pones en marcha una startup no sabes quiénes
serán tus consumidores o cuáles serán tus productos. La
previsión o planificación se basa en un entorno estable y
estático y a largo plazo, y tu startup no se caracteriza por
ninguna de las dos cosas.
Por eso es importante la rápida iteración y la comprensión
de tus consumidores. El desarrollo de nuevos productos en
la economía moderna requiere que los fracasos se den de
forma rutinaria para conseguir llegar a la grandeza.
En este sentido, la experiencia de cualquiera de tus
consumidores a partir de su iteración con tu empresa
debería considerarse parte de tu producto.
Debes saber lo que los consumidores quieren, no lo que ellos
dicen que quieren o lo que tu crees que deberían querer.
La pregunta no es: ¿puede crearse este producto?, ya que
actualmente con las tecnologías existentes se puede crear
casi todo. Las preguntas más acertadas serían: ¿debería
crearse este prodcuto?, ¿podemos crear un modelo de negocio
sostenible partiendo de este conjunto de productos y
servicios?.
4. Particularmente me gusta plantear estas cuatro cuestiones a
los promotores de cualquier empresa o startup:
1. ¿Los consumidores reconocen que tienen el problema
que intentáis solucionar?;
2. si hubiera una solución, ¿la comprarían?;
3. ¿os la comprarían a vosotros? y, finalmente,
4. ¿podéis crear una solución a este problema?.
Una vez tengas clara la visión de tu startup desglósala en
dos hipótesis (que tendrás que experimentar): la de valor y
la de crecimiento. La de valor va encaminada a probar si
tu producto o servicio proporciona valor a tus clientes
cuando lo usan. La hipótesis de crecimiento tiene que
probar cómo tus nuevos clientes descubren vuestros
productos o servicios. En todo caso, hay que saber cuáles de
ellas son asunciones (y probarlas) y cuáles son hechos que
podemos dar por validados.
En el próximo post veremos cómo formular hipótesis, cómo
llevarlas a la práctica (experimentar) y cómo medir su
impacto o progreso.