es estar habitualmente en presencia de Dios, tres veces Santo, y en comunión con Él. Esta comunión de vida es posible siempre porque, mediante el Bautismo, nos hemos convertido en un mismo ser con Cristo.
1. La vida de oración
58
MELCHIOR DOZE, Jean-Marie
Jesús curando al leproso
1864
Musee des Beaux-Arts
Nimes, Francia
2. Compendio del Catecismo
567. ¿Qué momentos son
los más indicados para la
oración?
2697-2698
2720
Todos los momentos son
indicados para la oración,
pero la Iglesia propone a los
fieles ritmos destinados a
alimentar la oración continua:
oración de la mañana y del
atardecer, antes y después de
las comidas, la Liturgia de la
Horas, la Eucaristía
dominical, el Santo Rosario,
las fiestas del año litúrgico.
3. Introducción
San Juan Bautista María Vianney,
cura de Ars en Francia, refiere un
caso de oración bien singular:
Había en el pueblo un labrador
que hacía la visita a la iglesia
cuando iba y volvía del trabajo;
dejaba la azada y el hato a la
puerta, entraba, y permanecía de
rodillas un buen rato delante del
Sagrario. El Santo lo había
observado, y le llamaba la
atención que no movía los labios,
aunque no apartaba los ojos del
Sagrario. Un día le preguntó:
-Juan, ¿qué dices al Señor?
Y Juan respondió:
-No le digo nada. Yo le miro y Él
me mira.
¡Anécdota espléndida para
entender lo fácil que es tratar al
Señor! GREUZE, Jean Baptiste
Oración de la mañana
Musee Cognacq-Jay, Paris
Francia
5. 1. Jesús invita a orar continuamente
El hombre es una criatura
privilegiada pero con
necesidades constantes;
depende de Dios, que es
quien puede resolver las
necesidades.
Jesús recurría
continuamente a su Padre.
San Lucas recuerda cómo
un día "les dijo una parábola
para mostrar que es preciso
orar en todo momento y no
desfallecer" (Lc 18, 1).
Con el ejemplo el Señor
quiere que comprendamos
la necesidad de la oración.
BRUEGHEL, Jan the elder (1568-1625)
Cristo predicando en el puerto
Colección privada
6. 2. Los momentos de la oración
Dios no hace esperar, más bien
es Él quien espera.
Podemos orar siempre, pero es
bueno tener momentos
determinados para hacerlo:
al levantarse y al acostarse
visitando al Santísimo por la
tarde
después de comulgar
al empezar un trabajo...
No debemos olvidar que la
Santa Misa es el momento
cumbre para alabar, dar
gracias y pedir por nuestras
necesidades
ELMORE, Alfred W.
Súplica
c.1850
Harris Museum and Art Gallery
Preston, Lancashire, UK
7. 3. Modos de orar
Hay infinitos modos de orar
porque Dios guía a cada uno
por su camino. La tradición
cristiana señala como formas
principales de orar:
La oración vocal. Es la que
se realiza también con
palabras, como al rezar el
Padrenuestro o el Avemaría.
La oración mental. La
calificamos así porque todo
el trato con Dios descansa
en la actuación de la mente
y no en las palabras;
interviene el pensamiento,
la imaginación, la emoción...
VON UHDE, Fritz
Cristo con los campesinos
c.1887-88
Musee d'Orsay, París, Francia
8. 4. Cualidades de la oración
La oración bien hecha habrá de
ser:
Piadosa. Hemos de acudir a la
oración como hijos, porque lo
somos.
Humilde. Siempre necesitamos
de Dios, y somos pecadores.
Confiada. Él nos ama como
Padre, nos fiamos de Él y
estamos seguros de que nos
dará lo mejor.
Perseverante. Pedir sin
cansancio ni desánimo.
Puede ocurrir que rezamos mal,
o nos portamos mal o pedimos
cosas no convenientes.
DEAN, Graham
Oración
1981
Colección privada
9. 5. Valor de la oración
A medida que nos vamos
habituando a la oración, nos
unimos más con Dios y
comprendemos mejor sus
planes.
De la oración salimos
fortalecidos para luchar
contra el mal y hacer el bien;
para enfrentarnos a las
dificultades de la vida con
serenidad y alegría.
GRANET, Francois-Marius
Coro de los monjes capuchinos, Roma
Leeds Museums and Galleries
(City Art Gallery) U.K.
11. Un propósito para avanzar
Acude a Dios en todo
momento: en las alegrías y
tristezas, en la necesidad y en
la abundancia.
Dedica unos minutos al día
para hacer oración mental.
Procura rezar con piedad y
confianza tus oraciones
vocales.