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32 expresionismo

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32 expresionismo

  1. 1. EXPRESIONISMO A fines del S XIX el noruego Edward Munch pintaba El Grito, una obra profundamente admirada por los expresionistas, dado que reúne las dos características básicas de una corriente a la que la belleza y el equilibrio le parecieron hipócritas: la distorsión expresiva de las formas y el uso emotivo del color que apreciaban también en Van Gogh. Pese a que el personaje principal del cuadro, de rostro cadavérico y ojos desorbitados, exhibe una angustiada y angustiante boca abierta, el título de la obra no parece aludir a su propio grito, ya que no solemos taparnos los oídos para gritar. A juzgar por un escrito del propio Munch, se trata del grito de la naturaleza, que perturba al personaje al punto de hacerlo vibrar: “Me paré y me apoyé contra la verja, casi muerto de cansancio. Nubes rojas como la sangre y lenguas de fuego suspendidas sobre el fiordo azul negro. Mis amigos me habían dejado, y, solo, temblando de angustia, me di cuenta del inmenso, infinito grito de la naturaleza. Estaba allí, temblando de miedo, y sentí un grito fuerte e infinito perforando la naturaleza.”(28) Las pinceladas visibles y paralelas pronuncian la inquietante diagonal del puente, ondulan el cuerpo estremecido, arremolinan las aguas y curvan el fogoso atardecer. La vista del espectador no tiene descanso, no puede sustraerse a la desesperante soledad del protagonista, a quien los personajes del fondo, que no parecen oír el grito, dan la espalda. La exposición de Munch en Berlín de 1892 impresionó profundamente a muchos artistas jóvenes alemanes, algunos de los cuales se reunieron en torno a los grupos “El Puente” y “El jinete azul”.
  2. 2. “El grito” Edward Munch 1893
  3. 3. El primero, liderado por los estudiantes de arquitectura Ernst Ludwig Kirchner y Emil Nolde, debe su nombre a la frase de Nietzche “Lo que más amo en el hombre es que no es un fin en sí mismo sino un puente”, que contradice el antropocentrismo humanista clásico, y/o a sus propósitos, expresados en una carta en la que el grupo invitaba a Nolde a formar parte de él: “Uno de los objetivos de Die Brücke es el de atraer a sí todos los elementos revolucionarios y en fermento, y esto lo dice su mismo nombre: puente.”(29) Probablemente lo que unía a sus miembros era el impulso de destrucción de las viejas reglas y la obediencia a las presiones emotivas de su propio ser. Sin embargo, hay en su pintura una fisonomía particular que los reúne: sus obras no suelen ser agradables ni hedonistas sino más bien estridentes y groseras, confiriendo más importancia al contenido que al tratamiento formal. La mirada crítica sobre la sociedad de la época de Kirchner se traduce en sus obras en marcados contrastes de colores intensos y una profusión de agresivos ángulos agudos. Así, en Cinco mujeres en la calle, convierte a un grupo de señoras que miran vidrieras en negras aves de rapiña con garras y plumas resaltando sobre un brillante fondo verde. Las pinceladas duras acentúan el aspecto erizado de las mujeres de rostros pálidos y labios rojos. Una atmósfera de siniestra decadencia impregna la pintura. Nolde también opta por el uso matérico de la pincelada, en cuadros cuya factura rápida es vehículo de expresión de intensos estados emocionales. Si comparamos sus Bailarinas a la luz de las velas con las Gracias del “Desfile de la Primavera” de Botticelli, tendremos un ejemplo gráfico de las categorías de “lo dionisíaco” (de Dionisio, dios griego del vino) y “lo apolíneo” (de Apolo, dios griego protector de las artes) de Nietzche. En las primeras predomina la expresión, en las segundas la norma. En pocas pinceladas, Nolde expresa toda la fuerza de un baile ritual, imagen reforzada por la presencia de las velas. Viéndolo se nos hace casi perceptible el sonido de la percusión que hace danzar a las mujeres. La vitalidad del movimiento confluye con la del color, que combina rojo, naranja, rosa fuerte, amarillo y verde.
  4. 4. “Cinco mujeres en la calle” Ernst Kirchner 1913
  5. 5. “Bailarinas a la luz de las velas” Emile Nolde 1912
  6. 6. “El jinete azul” tiene en común con “El Puente” el rechazo a la filosofía del progreso del positivismo y al hedonismo complaciente del impresionismo, considerando a este último como un arte descriptivo que no captó la esencia de las cosas. Sin embargo, los artistas del Jinete azul tienden a purificar sus instintos antes de volcarlos al lienzo, produciendo obras más refinadas y espirituales que sus colegas del Puente. El nombre de la publicación que le dio origen al Jinete azul proviene del gusto de sus dos creadores por el azul, del alemán Fraz Marc por los caballos y del ruso Wassily Kandinsky por los jinetes. Pero también tiene connotaciones espirituales: para Kandinsky el azul es el color celestial y el jinete por definición es San Jorge, cuya lucha con el dragón representa la victoria de lo espiritual sobre el materialismo. El expresionismo carece de manifiestos, precisamente por su carácter exaltador de la libertad individual. El propio Kandinsky aseguraba que la selección de obras a publicar en “El jinete azul” no seguía ningún criterio definido. Fue el historiador Willhelm Worringer quien acuñó el término “expresionismo”, y proporcionó además una interpretación étnico – geográfica del arte nórdico en su libro “La esencia del arte gótico”. Para Worringer el clasicismo corresponde al carácter equilibrado del europeo del sur, y el gótico a la angustia existencial de quienes viven en un ambiente frío y hostil, y necesitan del arte como recurso catártico. Frente a esta manera de ver al expresionismo, Kandinsky, en su obra “De lo espiritual en el arte”, realiza un planteo antropológico más general, considerando a todo el arte como la expresión de necesidades interiores, lo que implica un arte angustiado para una época angustiada (la de la “paz armada”). Considerado como el pionero del Expresionismo abstracto, se cuenta que un día llegó a su taller, y al ver una pintura suya apoyada de lado contra la pared quedó impresionado por el efecto de una obra sin tema. Su formación musical lo llevó a buscar un arte que, como la música, no necesitara narrar ni describir para conmover.
  7. 7. A esa asociación música – pintura se deben los nombres de sus cuadros abstractos como Improvisación diluvio, con su juego dinámico de formas y colores brillantes. La pérdida del contenido figurativo no debía implicar para Kandinsky la renuncia al contenido espiritual del cuadro, transformándose éste en una mera combinación decorativa de formas y colores. El diluvio, por ejemplo, es un tema de origen bíblico que se relaciona con la cercanía del fin y la renovación espiritual. El camino emprendido por Kandinsky lo lleva a la consideración de la obra de arte como un mundo en sí misma, un universo autónomo con sus propias leyes, y ya no el equivalente de un contenido preexistente. La preferencia de Franz Marc por los animales y la progresiva estilización en la representación de los mismos (compárese por ejemplo el impresionismo de Ciervos, el planismo de Caballo en el paisaje y la geometrización de Zorros), fue explicada claramente por el propio artista: “Todo tiene su envoltura y su meollo, apariencia y esencia, máscara y verdad. Que alcancemos sólo la envoltura en vez de la esencia de las cosas, que su máscara nos ciegue de tal forma que nos impida hallar la verdad ¿en que medida ello influye en la claridad interior de las cosas? [...] Muy pronto sentí al hombre como “bruto”, el animal me parecía más hermoso, más puro; pero también descubrí en él mucho de repugnante y de bruto, hasta el punto de que mis representaciones, de un modo instintivo y por necesidad interior, se fueron haciendo cada vez más esquemáticas, cada vez más abstractas. [...] ¿Qué es lo que esperamos del arte abstracto? Es la tentativa de hacer hablar al mismo mundo en vez de a nuestra alma excitada por la imagen del mundo[...]”(30) También su compañero del “Jinete azul”, consideró a la abstracción como una reacción a lo negativo de la realidad que lo rodeaba, escribiendo por ejemplo en su diario: “[...]cuanto más espantoso se vuelve este mundo (como lo es precisamente el mundo de hoy), tanto más el arte se vuelve abstracto, mientras que un mundo feliz crea un arte naturalista.”(31)
  8. 8. “Improvisación sobre el diluvio” Wasslly Kandinsky, 1913
  9. 9. Zorros, 1913 «Ciervos en la oscuridad», 1909 Franz Marc
  10. 10. “Caballo en el paisaje” Franz Marc, 1910
  11. 11. La obra de Picasso tuvo rasgos expresionistas antes y después del cubismo. Antes, en sus melancólicas etapas “azul” y “rosa” de solidaridad con los marginados como El loco y El guitarrista ciego. Después, en el Guernica, concebido para ser expuesto en el Pabellón de la República Española de la Exposición Universal de París de 1937, como testimonio de las consecuencias del bombardeo de la ciudad por parte de la fuerza aérea alemana e italiana al servicio del franquismo en la Guerra Civil Española. (Por voluntad del artista, el cuadro permaneció en Nueva York y no volvió a España hasta la muerte del dictador). El carácter testimonial de la obra no implica, sin embargo, una representación de carácter descriptivo naturalista. Evitando cualquier referencia concreta, por ejemplo una vista de la ciudad, Picasso prefirió elevar el hecho real a la categoría de símbolo: se trata de una descripción del dolor y la destrucción. Bajo la caótica superposición de elementos, se esconde una elaboradísima composición lograda a partir de numerosos bocetos previos, donde podemos apreciar la convivencia de distintas etapas de la obra del artista, como la reunión de diferentes puntos de vista en un plano y la referencia al collage que hace al imitar papel de diario en el cuello del caballo. En el extremo izquierdo, un toro envuelve a la mujer que eleva un grito desolador por la muerte de su hijo cuya cabeza pende sin vida. Entre sus manos abiertas en gesto desesperado, los pequeños pies vulnerables del niño constituyen un detalle conmovedor. Más abajo, el desmembrado guerrero caído sostiene una espada rota, de la que brota una flor. En el centro, bajo la lámpara eléctrica, un agitado caballo relincha. A su derecha irrumpe una mujer como un viento que entra por una ventana en la que quedan apoyados sus pechos, portando una lamparilla. Bajo ella otra mujer camina encorvada y, en el extremo derecho, una figura atrapada entre las llamas implora con los brazos extendidos.
  12. 12. “El loco”, 1904 “El guitarrista ciego”. 1903 Pablo Picasso
  13. 13. “Guernica” Picasso, 1937
  14. 14. Para esta obra Picasso no se valió, como los expresionistas alemanes, del color, sino que empleó una paleta de negro, grises y blanco. El espacio apenas se sugiere en los ángulos superiores del fondo arquitectónico, y no hay modelado de luz y sombra salvo en el cuello del caballo. Aunque la ciudad fue arrasada de día, el artista sugiere la noche con la presencia de las lámparas, que sin embargo no iluminan la escena aunque proyectan una sombra recortada hacia la derecha. La composición se orienta hacia el lado izquierdo, al que se dirigen la mayoría de las figuras, huyendo de la ciudad arrasada, simbolizada en el cuadro por el personaje apresado de la esquina derecha. El dinamismo recorre el cuadro a través de la dislocación de los personajes. La violencia expresiva se concentra en las bocas y las manos abiertas, los ojos que miran al vacío y los detalles como las lenguas – proyectil de los animales o las orejas – cuchillo del toro. Algunos símbolos tienen significados evidentes: las mujeres y el niño son las víctimas de la guerra, el guerrero caído representa a los soldados muertos. La lámpara que sostiene la mujer – fantasma podría ser la esperanza, hacia la que se alza la vista de la mujer que se incorpora. En cuanto al toro ¿vuelve la cabeza insensible al horror o es el símbolo tradicional del valor español que protege con su cuerpo a los desvalidos? Y el caballo ¿es la imagen de la tiranía que pisotea al guerrero o una manifestación más de agonía? Picasso estimuló todas las interpretaciones: permitió que se dijera que el caballo representaba al pueblo y el toro a la brutalidad, pero ante la pregunta de si el caballo representaba al franquismo contestó que había que ser ciego, tonto o crítico de arte para no darse cuenta. En realidad, las distintas interpretaciones son válidas mientras mantengan la dualidad, efecto que se logra por ejemplo relacionando la herradura, símbolo popular de la suerte, con la cabeza seccionada del luchador, o la flor con su arma quebrada.

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