El documento dedica la edición del Red Book al Dr. Georges Peter por su trabajo de 21 años en el Comité de Enfermedades Infecciosas y por coordinar cinco ediciones previas del libro. Bajo su liderazgo, el libro creció de más de 500 páginas a la primera edición que él coordinó en 1986 a incluir la estructura de cinco secciones que mantiene hasta la fecha. El Dr. Peter aseguró la continuidad y coherencia del libro a lo largo de los años a pesar de los numerosos cambios en el campo de
(2024-04-16)DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (DOC)
Homenaje al Dr. Georges Peter por su dedicación al Red Book
1. Dedicatoria
La presente edición del Red Book la dedicamos al Dr. Georges Peter, FAAP, quien ha
trabajo 21 años en el Comité de Enfermedades Infecciosas (Committee on Infectious
Diseases, COID) y que ha coordinado cinco ediciones (20ª a 24ª) del Red Book
(1986-1997). Durante su gestión en COID el Dr. Peter trabajó con ocho directores
generales de dicho comité y otros asociados más, lo que aseguró la continuidad y la
coherencia institucional del libro que comentamos y también la de muchos temas
considerados por ese comité. Nuestro homenajeado llevó tal labor a cabo sin desatender
sus tareas de profesor de tiempo completo en el Departamento de Pediatría de la
Escuela de Medicina de la Universidad Brown del Hospital Rhode Island.
La primera edición que coordinó el Dr. Peter en 1986 tenía más de 500 páginas.
Fue la primera en poseer la estructura de cinco secciones que tiene desde esa fecha;
de 1986 a 1997 se sucedieron innumerables cambios en el campo de la pediatría,
en particular en el de las enfermedades infecciosas y las vacunaciones. Incluyeron la
identificación de enfermedades o síndromes clínicos nuevos, métodos rápidos de
diagnóstico, terapias recientes y adelantos en la prevención, en especial en el área
de inmunizaciones. Los cambios estructurales que introdujo el Dr. Peter permitieron
tener acceso fácil a la información y en particular, a la más actualizada, lo cual se
tradujo en beneficios para los profesionales en este terreno.
Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. En este caso se trata de Carolyn,
que ha sido la esposa de George durante 39 años, en los que ella le ha brindado
ininterrumpidamente apoyo, aliento y paciencia y que han permitido la consecución
plena de las metas que él se trazó. Ella ha descrito a su marido como “un hombre que
se apasiona en todo lo que hace”. El Red Book ha ocupado el segundo lugar en la vida
del Dr. Peter y todos hemos sido beneficiados por esa preferencia. Le expresamos
nuestra gratitud perenne y nos honramos en dedicarle esta vigesimosexta edición del
Red Book. Gracias, Dr. Georges Peter.
2. El Comité de Enfermedades Infecciosas (COID) tiene como tarea dar a los especialistas
de este campo y a otros médicos la información más actual y exacta con que se cuenta
hasta el momento. La práctica de la infectología pediátrica muestra cambios rápidos,
y ante la aparición de nuevas enfermedades infecciosas, podemos advertir que asume
máxima importancia la capacidad de contar inmediatamente con cualquier tipo de
información. El Red Book es actualizado cada tres años, pero es importante que los
profesionales que atienden niños visiten periódicamente la página Web de AAP
(www.aap.org) y la nueva página Web Online de Red Book (www.aapredbook.org),
en las cuales se suministran datos de actualización provisionales.
El Comité de Enfermedades Infecciosas se basa en la información y la orientación
que aportan los innumerables expertos que integran su lista de participantes. Expresamos
nuestro agradecimiento a todas las personas de otros comités de AAP, the Center for
Disease Control and Prevention, the Food and Drug Administration, the National
Institutes of Health, the Canadian Paediatric Society, Organización Mundial de la
Salud (OMS) y otras muchas instituciones que permitieron la publicación de este texto.
Además, se han tomado en consideración las muchas sugerencias hechas por miembros
individuales de AAP que mejoraron la presentación de datos sobre puntos específicos,
bajo el atinado liderazgo de Larry K. Pickering, MD, director, y los directores asociados
Carol J. Baker, MD, Gary D. Overturf, MD y Charles G. Prober, MD. También
agradecemos a Edgar O. Ledbetter, MD, las muchas horas que dedicó a reunir los
materiales gráficos que son parte de la versión electrónica de Red Book y que brindó
su auxilio utilísimo a esta edición.
Como destacamos en las ediciones anteriores, son inevitables en un texto de esta
índole algunas omisiones y errores. Abrigamos la esperanza de que los miembros de la
AAP sigan auxiliando activamente al comité al sugerir formas específicas de mejorar
la calidad de futuras ediciones.
Jon S. Abramson, MD, FAAP
Director General, Comité de Enfermedades Infecciosas
Prefacio
3. El Comité de Enfermedades Infecciosas (COID) de la Academia Estadounidense
de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) es el encargado de elaborar y revisar
las directrices de dicha academia para el control de enfermedades infecciosas en niños.
Cada tres años, aproximadamente, el comité publica Red Book: Memoria del Comité de
Enfermedades Infecciosas, que contiene un resumen de las recomendaciones actuales que
hace la Academia en cuanto a las enfermedades mencionadas y las inmunizaciones de
lactantes, niños y adolescentes. Las recomendaciones en cuestión constituyen opiniones
que en consenso plantean los miembros del comité junto con representantes de enlace
del Center for Disease Control and Prevention (CDC), la Food and Drug Administration
(FDA), los National Institutes of Health, el National Vaccine Program, la Canadian
Paediatric Society, los consultores del Red Book y numerosos colaboradores. La edición se
ha basado en la información acumulada hasta enero de 2004.
Algunas de las limitaciones propias de este texto son producto de dilemas científicos
no resueltos, la complejidad de la práctica médica, la abundancia de información nueva
y las diferencias inevitables de opinión entre los expertos. En el marco de tales
limitaciones, el Comité se propone hacer recomendaciones actuales, importantes y
defendibles para evitar y tratar las enfermedades infecciosas de lactantes, niños
y adolescentes. En algunos casos, puede haber alguna diferencia con otros comités y
expertos, en la interpretación de datos y las recomendaciones resultantes. En algunos casos
es imposible hacer una sola recomendación, porque son igualmente aceptables diversas
opciones de tratamiento.
En sus recomendaciones dentro del Red Book, el Comité reconoce las diferencias
señaladas en cuanto a opiniones y para ello se vale de las frases “casi todos los expertos
recomiendan ...” y “algunos expertos recomiendan ...”. Ambas expresiones denotan
recomendaciones válidas, pero la primera señala que existe un mayor apoyo entre los
expertos, que es menor en la segunda frase. “Algunos expertos recomiendan ...” es una
frase que denota un criterio minoritario que se basa en datos, experiencia o ambos
elementos, pero que es lo suficientemente válido como para ser tomado en consideración.
Como aspecto inevitable de la práctica clínica surgen algunas dudas que es
imposible solucionar con base en los datos disponibles hoy día. En tales casos, el
Comité intenta plantear directrices y aportar información que, junto con el juicio
clínico del profesionista, facilitará la toma de decisiones perfectamente fundadas.
Agradecemos las preguntas, criterios y perspectivas diferentes y recomendaciones
distintas que hemos recibido, y alentamos cualquier sugerencia o forma de
correspondencia en virtud de las cuales mejorarán las futuras ediciones de este texto.
Gracias al proceso en cuestión, uno de los objetivos del comité es brindar una guía
práctica y autorizada para los médicos y otros profesionales asistenciales, en la atención
de los niños.
Al surgir datos nuevos, inevitablemente comienza el proceso de envejecimiento de
algunas recomendaciones en Red Book y obliga a que los profesionales en este campo
se enteren de los adelantos y los cambios resultantes en ellas. Entre una edición y la
Introducción
4. siguiente, AAP publica recomendaciones nuevas, recibidas del Comité, en publicaciones
como Pediatrics, AAP News y en la página Web de AAP (www.aap.org). En la edición
presente hemos incluido direcciones de dicha página en todo el texto, para que el lector
pueda tener acceso fácil y oportuno a información nueva.
Al utilizar los agentes antimicrobianos el médico debe revisar en primer lugar las
recomendaciones impresas del fabricante (en las cajitas, folletos o en la misma
presentación del producto), particularmente en busca de datos sobre contraindicaciones
y reacciones adversas. En el Red Book no se ha hecho intento alguno de incluir toda la
información comentada, pero se le puede obtener de algunas obras y publicaciones
como Physicians’ Desk Reference en Estados Unidos (http://pdrel.thomsonhc.com/pdrel/
librarian/action/command.Command), y en la información del fabricante en el envase
o folleto del producto. Como en las ediciones anteriores, se incluyen las posologías
recomendadas de los antimicrobianos (consultar la sección 4, Antimicrobianos y
fármacos y similares). Las recomendaciones posológicas incluidas en el Red Book pueden
diferir de las indicadas por el fabricante, en los datos de cada producto farmacéutico.
Los médicos también deben conocer en detalle la información que suministra el
fabricante, respecto a vacunas y concentrados de inmunoglobulinas, así como
recomendaciones de otros comités (Fuentes de Información sobre Vacunas, sección 1).
Este libro pudo materializarse gracias a la competencia profesional de personas
como Edgar O. Ledbetter, MD, que fue el revisor designado por la Junta de Directores
de AAP y por Modena E. H. Wilson, MD, MPH, directora del Departamento de
Comités y Secciones, quienes hicieron sugerencias útiles y brindaron apoyo. También
hay que reconocer la labor del personal de la AAP, por su dedicación y sus
contribuciones, y destaca Martha Cook, directora, que se ocupó de los aspectos
administrativos del comité y coordinó la preparación de Red Book; Jennifer Pane,
directora médica senior; Darlene Mattefs, asistente del departamento; Barbara
Drelicharz, asistente divisional, y Peg Mulcahy, diseñadora gráfica. Damos también
gracias a Tanya Lennon, asistente del director, por su trabajo, paciencia y apoyo, y a
Mimi por su aliento incesante. Marc Fischer, MD, y Douglas Pratt, MD, de los CDC
y FDA, respectivamente, dedicaron lapsos enormes y esfuerzo intenso para hacer
aportaciones desde sus organizaciones. El director señala con gratitud particular a
sus directores asociados, Carol J. Baker, MD, Gary D. Overturf, MD y Charles G.
Prober, MD, por su experiencia, trabajo incansable y contribuciones inmensas en sus
labores editoriales y del Comité. Georges Peter, MD y Walter A. Orenstein, MD,
brindaron apoyo y orientación constantes. Los miembros del Comité dedicaron
incontables horas y por ello merecen un reconocimiento a su dedicación, revisiones
y análisis. El Comité aprecia en particular la orientación y dedicación de su director
general, Jon Abramson, MD, cuyos conocimientos, dedicación, criterios y liderazgo
se han reflejado en la gran calidad y productividad de tal organismo.
Agradecemos a los innumerables participantes su trabajo profesional y compromiso,
elementos esenciales en la preparación de esta obra.
Larry K. Pickering, MD
Director de la edición
XVINTRODUCCIÓN
13. Se han incluido algunas modificaciones en la presente edición. Las franjas negras
en el margen de las páginas de cada sección facilitan el acceso a ella. Se han incluido
más direcciones de páginas Web y referencias de las recomendaciones de the Committee
of Infectious Diseases (COID), Committee on Pediatric AIDS y otros comités de the
American Academy of Pediatrics (AAP) y del Comité Consultor de Prácticas de
Inmunización (Advisory Committee on Immunization Practices, ACIP) de los Centers for
Disease Control and Prevention (CDC); en los cuadros se han modificado los signos de
señalamiento en los pies, y en vez de éstos se han usado números para facilidad
de consulta. Se han incorporado cambios de algunos nombres de microorganismos
y enfermedades como:
• Pneumocystis jiroveci en vez de Pneumocystis carinii
• Pitiriasis versicolor en vez de tiña versicolor
• Norovirus en vez de virus Norwalk
• Anaplasma phagocytophila en vez de Ehrlichia phagocytophila
• Chlamydia (Chlamydophila) pneumoniae
• Chlamydia (Chlamydophila) psittaci
Aviso de cambios en Red Book,
edición de 2003
14. PRÓLOGO
La meta final de las inmunizaciones es erradicar enfermedades; el objetivo inmediato es
evitarlas en las personas o en los grupos de pacientes. Los médicos, para alcanzar tales
objetivos deben realizar oportunamente las inmunizaciones (vacunaciones), incluidas las
inmunoprofilaxias activa y pasiva, que son una prioridad absoluta en la atención de lactantes,
niños, adolescentes y adultos. La erradicación global de la viruela en 1977 y la eliminación
de la poliomielitis en el continente americano en 1991 han servido como modelos para
alcanzar la posibilidad de controlar enfermedades por medio de las inmunizaciones. Los dos
logros mencionados se alcanzaron al combinar un programa integral de inmunización que
incluía protección constante y congruente a base de vacunas, con supervisión intensiva y
medidas eficaces de salud pública para control de enfermedades. Es posible que en lo futuro
se logre eliminar a nivel mundial flagelos como el sarampión, la rubéola y la hepatitis B,
si se llevan a la práctica estrategias profilácticas similares.
Los índices altos de inmunización han hecho que disminuyan en forma
impresionante o incluso se erradiquen algunas enfermedades como difteria, sarampión,
parotiditis, poliomielitis, rubéola (congénita y adquirida), tétanos y la enfermedad
por Haemophilus influenzae de tipo b (cuadro 1-1) en Estados Unidos.
Sin embargo, dada la persistencia en ese país y en otros más, de microorganismos
que causan las enfermedades mencionadas, habrá que perseverar y reforzar todas las
actividades ininterrumpidas de inmunización. Los descubrimientos en inmunología,
biología molecular y genética médica han activado en forma extraordinaria el campo
de la investigación de vacunas. Es posible entrever una nueva época de la medicina
preventiva ante la aprobación de vacunas nuevas, mejores y más innocuas, la
combinación de vacunas complementarias, así como la aplicación de nuevos sistemas de
administración de estos productos. El advenimiento de estudios de nuevas vacunas, después
de su aprobación, con bases epidemiológicas poblacionales, ha permitido detectar raras
reacciones adversas que a veces surgen con la inmunización, que no se identificaron
durante las investigaciones clínicas antes de su autorización y patentado. Los estudios
de la aparición ocasional de invaginación después de administrar por vía bucal la
vacuna a base de rotavirus rhesus ha confirmado la utilidad de los sistemas de vigilancia
comentados. Los médicos deben actualizar en forma regular y periódica sus
conocimientos respecto de vacunas específicas, que incluyan información de su uso
óptimo, inocuidad y eficacia.
Cada edición de la obra presente incluye recomendaciones para la inmunización de
lactantes, niños y adolescentes, que se basan en los conocimientos, la experiencia y los
postulados para la fecha de edición. Las recomendaciones hechas constituyen un
consenso, aunque en determinado momento pueden disentir algunos médicos. No
intentamos ser infalibles, y el Committee on Infectious Diseases de la American Academy
of Pediatrics reconoce que en algunas circunstancias individuales están justificadas
decisiones que no coinciden con las recomendaciones incluidas en este texto.
SECCIÓN 1
Inmunizaciones activa y pasiva
15. FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE VACUNAS
Además de la obra presente, que se publica aproximadamente cada tres años, los médicos
deben recurrir a publicaciones fundadas en pruebas científicas y otras fuentes de datos
para dilucidar dudas específicas respecto de las vacunas en la práctica. Las fuentes
mencionadas (válidas para Estados Unidos, pero que incluimos para mayor información
del lector, ante las amplísimas redes de comunicación actuales) comprenden:
2 FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE VACUNAS
Cuadro 1-1. Cifras de referencia de morbilidad anual en el siglo XX
y morbilidad del año 2001, respecto de 10 enfermedades, con vacunas
recomendadas antes de 1990 para empleo universal en niños:
Estados Unidos1
Viruela 48 1642
0 100
Difteria 175 8853
2 >99
Tos ferina 147 2714
7 580 95
Tétanos 1 3145
37 97
Poliomielitis paralítica 16 3166
0 100
Sarampión 503 2827
116 >99
Parotiditis 152 2098
266 >99
Rubéola 47 7459
23 >99
Síndrome de
rubéola congénita 82310
3 >99
Infección por
Haemophilus influenzae
tipo b 20 00011
18112
>99
1
Adaptado de Centers for Disease Control and Prevention. Impact of Vaccines universally recommended
for children-United States, 1990-1998. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 1999;48:243-248; y Centers
for Disease Control and Prevention. Notice to readers: final 2001 reports of notifiable diseases.
MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2002;51:710.
2
Cifra anual promedio de casos durante 1900-1904.
3
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1920-1922, tres años antes de contar con la vacuna.
4
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1922-1925, cuatro años antes de contar con la vacuna.
5
Número estimado de casos con base en el número notificado de muertes durante 1922-1926, en el
supuesto de que hubo una cifra de letalidad de 90 por ciento.
6
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1951-1954, cuatro años antes de que se aprobara
la distribución de la vacuna.
7
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1958-1962, cinco años antes de que se aprobara
la distribución de la vacuna.
8
Cifra de casos notificados en 1968, el primer año en que comenzó la notificación y el primero después
de que se aprobó la distribución de la vacuna.
9
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1966-1968, tres años antes de que se aprobara la
distribución de la vacuna.
10
Cifra estimada de casos con base en datos de seroprevalencia en la población y del peligro de que las
mujeres infectadas durante el año de procreación procrearan un feto con síndrome congénito de rubéola.
11
Cifra estimada de casos, obtenida de estudios de vigilancia poblacional antes de que se aprobara la
distribución de la vacuna en 1985.
12
Representa enfermedad invasora en niños menores de cinco años e incluye cepas de H. influenzae
que no fueron serotipificadas.
Enfermedad Cifras de referencia Morbilidad Disminución
de morbilidad anual de 2001 porcentual
en el siglo XX
16. FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE VACUNAS
Además de la obra presente, que se publica aproximadamente cada tres años, los médicos
deben recurrir a publicaciones fundadas en pruebas científicas y otras fuentes de datos
para dilucidar dudas específicas respecto de las vacunas en la práctica. Las fuentes
mencionadas (válidas para Estados Unidos, pero que incluimos para mayor información
del lector, ante las amplísimas redes de comunicación actuales) comprenden:
2 FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE VACUNAS
Cuadro 1-1. Cifras de referencia de morbilidad anual en el siglo XX
y morbilidad del año 2001, respecto de 10 enfermedades, con vacunas
recomendadas antes de 1990 para empleo universal en niños:
Estados Unidos1
Viruela 48 1642
0 100
Difteria 175 8853
2 >99
Tos ferina 147 2714
7 580 95
Tétanos 1 3145
37 97
Poliomielitis paralítica 16 3166
0 100
Sarampión 503 2827
116 >99
Parotiditis 152 2098
266 >99
Rubéola 47 7459
23 >99
Síndrome de
rubéola congénita 82310
3 >99
Infección por
Haemophilus influenzae
tipo b 20 00011
18112
>99
1
Adaptado de Centers for Disease Control and Prevention. Impact of Vaccines universally recommended
for children-United States, 1990-1998. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 1999;48:243-248; y Centers
for Disease Control and Prevention. Notice to readers: final 2001 reports of notifiable diseases.
MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2002;51:710.
2
Cifra anual promedio de casos durante 1900-1904.
3
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1920-1922, tres años antes de contar con la vacuna.
4
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1922-1925, cuatro años antes de contar con la vacuna.
5
Número estimado de casos con base en el número notificado de muertes durante 1922-1926, en el
supuesto de que hubo una cifra de letalidad de 90 por ciento.
6
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1951-1954, cuatro años antes de que se aprobara
la distribución de la vacuna.
7
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1958-1962, cinco años antes de que se aprobara
la distribución de la vacuna.
8
Cifra de casos notificados en 1968, el primer año en que comenzó la notificación y el primero después
de que se aprobó la distribución de la vacuna.
9
Cifra anual promedio de casos notificados durante 1966-1968, tres años antes de que se aprobara la
distribución de la vacuna.
10
Cifra estimada de casos con base en datos de seroprevalencia en la población y del peligro de que las
mujeres infectadas durante el año de procreación procrearan un feto con síndrome congénito de rubéola.
11
Cifra estimada de casos, obtenida de estudios de vigilancia poblacional antes de que se aprobara la
distribución de la vacuna en 1985.
12
Representa enfermedad invasora en niños menores de cinco años e incluye cepas de H. influenzae
que no fueron serotipificadas.
Enfermedad Cifras de referencia Morbilidad Disminución
de morbilidad anual de 2001 porcentual
en el siglo XX
17. • Pediatrics. En esta revista, que sale a la luz en el lapso intermedio de una y otra
ediciones de Red Book, hay declaraciones normativas emitidas por el Committee on
Infectious Diseases (COID) que ofrecen recomendaciones actualizadas. Las
declaraciones en cuestión también se publican en una página Web de the American
Academy of Pediatrics (AAP) (www.aap.org).
Los calendarios de vacunación actualizados y recomendados para niños y
adolescentes en Estados Unidos se publican cada año en el número de enero de Pediatrics
y en otros sitios (véase “Calendario de vacunaciones” más adelante en esta sección).
• AAP News. Las declaraciones normativas (o a veces resúmenes) hechas por COID
suelen ser publicadas inicialmente en AAP News que es la publicación mensual de
la Academia para informar a sus miembros inmediatamente sobre las nuevas reco-
mendaciones.
• Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR). Publicación semanal de los
Centers for Disease Control and Prevention (CDC), que contiene recomendaciones
actuales sobre vacunas, notificaciones de actividad en enfermedades específicas,
palabras de alerta sobre la disponibilidad de la vacuna, cambios en las presentaciones
e inocuidad, modificaciones en las declaraciones normativas y otros datos sobre
enfermedades infecciosas y vacunas. Las recomendaciones del Advisory Committee
on Immunization Practices (ACIP) de los CDC se publican periódicamente, a me-
nudo en la forma de suplementos, y se incluyen en la página Web de los CDC
(www.cdc.gov/mmwr).
• Información de los fabricantes (en las etiquetas de los fármacos). Los fabricantes
aportan datos específicos con cada vacuna. La información también se publica en Estados
Unidos en el número anual de Physicians’ Desk Reference (Medical Economics, Montvale,
NJ) (y en publicaciones de este tipo en países de habla hispana). La información del
fabricante debe cumplir absolutamente con las normas de la US Food and Drug
Administration (FDA) en cuanto a los datos que deben acompañar a todo fármaco que
se adquiera con receta, que incluyen indicaciones y uso, dosis, vía de administración,
aspectos de farmacología clínica, contraindicaciones y reacciones adversas. La información
del fabricante señala el contenido de cada vacuna, e incluye conservadores, estabilizadores,
agentes antimicrobianos, coadyuvantes y líquidos para suspensión, todos los cuales
pueden originar inflamación o desencadenar una respuesta alérgica. Los profesionales
encargados de la atención de la salud deben conocer en detalle las características y datos
que acompañan a cada producto que administran. Casi todos los fabricantes tienen
páginas Web con información actual sobre las nuevas vacunas en el mercado y los cambios
en la información de la etiqueta. Además, en Estados Unidos se cuenta en el caso de
Physicians’ Desk Reference con números telefónicos para contacto las 24 h en caso de
dudas clínicas (http://pdrel.thomsonhc.com/pdrel/librarian/action/command.
Command).
• Health Information for International Travel. Monografía útil publicada por los
CDC aproximadamente cada dos años para orientar en las normas obligatorias
respecto de inmunizaciones específicas en diversos países. La monografía también
aporta información sobre otras vacunas recomendadas para cuando se viaja a áreas
precisas, así como otros datos para viajeros. El documento se adquiere en
Superintendent of Documents, US Government Printing Office, Washington, DC
20402-9235. También se puede obtener los datos de la página Web de los CDC
(www.cdc.gov/travel). Para mayor información al respecto consúltese el apartado
de “Viajes internacionales” más adelante en esta sección.
3FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE VACUNAS
18. • Materiales de CDC. El texto Epidemiology and Prevention of Vaccine-Preventable
Diseases (7a. edición, 2002) publicado por los CDC, rinde información detallada
del uso y la administración de vacunas a niños y también declaraciones escogidas
de ACIP y otros datos vinculados con vacunas (si se desea obtener copias, dirigirse
a the Public Health Foundation, 877-252-1200 o visitar la página www.cdc.gov/
nip/publications/pink). Una publicación de los CDC, Manual for Surveillance of
Vaccine-Preventable Diseases, también incluye datos sobre los principios utilizados
para investigar y controlar brotes de enfermedad cuando disminuyen los niveles de
inmunización. El llamado National Immunization Program (NIP) de los CDC
publica diversos folletos sobre temas de inmunización y ha producido un CD-ROM
que contiene recursos de muy diversa índole que comprenden declaraciones de
información sobre vacunas (vaccine information statements, VIS) y el texto completo
de los CDC. Para obtener materiales de dicha institución, deben solicitarse al
1-800-232-2522, número de fax 1-404-639-8828 o consúltese la página Web
de NIP (www.cdc.gov/nip).
• Comunicación por vía satélite y cursos de entrenamiento mediante la Web. En
Estados Unidos, NIP, junto con la Public Health Training Network, lleva al cabo
algunos cursos de “entrenar al entrenador” vinculados con la inmunización, en vivo
por medio de satélite y en la red de Internet cada año. El curso anual incluye
actualización de inmunización, vacunas para viajes internacionales, influenza
y un curso introductorio de cuatro partes sobre las características epidemiológicas
y la prevención de enfermedades evitables mediante vacunas. Es posible obtener
en Internet (www.cdc.gov/nip/ed/newsatellite.htm) datos sobre los calendarios,
conjuntos de diapositivas y materiales escritos.
• Formulación de preguntas por correo electrónico para obtener información
de inmunización. Se cuenta con el NIP para aclarar dudas vinculadas con
inmunización, enviadas por profesionales de la atención de la salud y miembros del
público. En general, en un plazo de 24 h se emiten las respuestas individualizadas.
Las preguntas se enviarán por correo electrónico (NIPINFO@cdc.gov).
• Línea telefónica directa nacional para temas de inmunización. La línea
telefónica es un recurso para difundir información sobre dudas vinculadas con la
inmunización, planteadas por profesionales de la medicina y miembros del público.
La línea telefónica en lengua inglesa para casos de urgencia se puede solicitar al
1-800-232-2522 y la línea en lengua española, al 1-800-232-0233.
Se puede obtener información impresa sobre inmunizaciones en NIP a través de
la página Web (www.cdc.gov/nip) o por fax en 1-888-CDC-FAXX (1-888-232-3299).
• Fuentes independientes de información fidedigna sobre inmunización. En el
apéndice I se incluye una lista de fuentes fidedignas sobre inmunización que incluye
datos sobre la eficacia de las vacunas, las aplicaciones clínicas, los calendarios
y los datos directos respecto de su inocuidad. Dos organizaciones se han preocupado
por brindar al médico en su práctica información integral que disipe sus dudas:
la National Network for Immunization Information (www.immunizationinfo.org)
y la Immunization Action Coalition (Coalición para Acción e Inmunización)
(www.immunize.org).
Otras fuentes incluyen FDA;* consulta con expertos infectólogos en hospitales
universitarios, escuelas de medicina y en la práctica privada; y programas de inmunización
4 FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE VACUNAS
* Véase el apéndice I, Directorio de recursos.
19. a nivel estatal y departamentos locales de salud pública. También se pueden obtener
datos de los departamentos de salud estatales y locales en cuanto a las características
epidemiológicas actuales de las enfermedades, recomendaciones sobre la inmunización,
exigencias legales, normas de salud pública, así como aspectos o necesidades en áreas
como escuelas de párvulos o maternal, atención infantil y salud escolar. (Estas
recomendaciones son válidas en países de lengua española.)
INFORMACIÓN A PACIENTES Y SUS PADRES
Es necesario informar a los padres y a sus hijos sobre los beneficios y peligros de métodos
para evitar y tratar enfermedades, entre ellos la inmunización.
El paciente, sus padres o el tutor legal, deben recibir información sobre los beneficios
obtenidos de las vacunas al evitar enfermedades en las personas y la comunidad en que
viven, así como los riesgos que conlleva su uso. Hay que brindar lapsos adecuados e
instar a que se planteen preguntas y dudas para que se comprenda la información.
La Ley Nacional de Lesiones por Vacunas en Niños (National Childhood Vaccine
Injury Act, NCVIA) de 1986 incluyó normas para informar a todos los pacientes y sus
padres, de los beneficios y riesgos de las vacunas. Se obtengan éstas de fondos privados
o públicos, tal ley exige que se haga una declaración de información sobre vacunas cada
vez que una de ellas se aplique conforme al Vaccine Injury Compensation Program (VICP)
(cuadro 1-2). En el caso de vacunas no incluidas en el Programa en cuestión se cuenta
con VIS, pero no son obligatorias salvo que la vacuna se obtenga por un contrato con
los Centers for Disease Control and Prevention (CDC, [en particular el Vaccines for Children
Program, subvenciones para inmunización a nivel estatal o compras estatales a través de
CDC]). Es posible obtener en los departamentos de salud estatales y locales copias de
VIS actuales, o en los CDC, la American Academy of Pediatrics (AAP) y los fabricantes
5INFORMACIÓN A PACIENTES Y SUS PADRES
Cuadro 1.2. Orientación en el uso de las declaraciones de información
sobre vacunas (VIS)
Debe distribuirse cada vez que se aplique Fabricante de la vacuna, número de lote y
una vacuna incluida en VICP fecha de aplicación1
Se le suministra al paciente (que no sea menor Nombre y domicilio comercial del profesional
de edad), progenitores, tutor legal o a las asistencial que aplicó la vacuna1
tres partes1
Debe ser la versión actual2
Fecha de la versión de VIS, además de la fecha
en la que se suministró a los interesados2
Se pueden suministrar (no son sustitutivos) Sitio (como la zona deltoidea) y vía (p. ej.,
otros materiales descritos o audiovisuales intramuscular) de administración y fecha de
además de VIS caducidad de la vacuna3
VICP, Vaccine Injury Compensation Program; VIS, Vaccine Information Statements (declaraciones
de información sobre vacunas).
1
Obligatorio según la Ley Nacional de Lesiones por Vacunas en Niños.
2
Obligatorio según las normas de los Centers for Diasese Control and Prevention (CDC) en caso
de vacunas adquiridas por un contrato con tales centros.
3
Recomendado por la American Academy of Pediatrics.
Distribución Documentación registrada
en la historia clínica del paciente
20. a nivel estatal y departamentos locales de salud pública. También se pueden obtener
datos de los departamentos de salud estatales y locales en cuanto a las características
epidemiológicas actuales de las enfermedades, recomendaciones sobre la inmunización,
exigencias legales, normas de salud pública, así como aspectos o necesidades en áreas
como escuelas de párvulos o maternal, atención infantil y salud escolar. (Estas
recomendaciones son válidas en países de lengua española.)
INFORMACIÓN A PACIENTES Y SUS PADRES
Es necesario informar a los padres y a sus hijos sobre los beneficios y peligros de métodos
para evitar y tratar enfermedades, entre ellos la inmunización.
El paciente, sus padres o el tutor legal, deben recibir información sobre los beneficios
obtenidos de las vacunas al evitar enfermedades en las personas y la comunidad en que
viven, así como los riesgos que conlleva su uso. Hay que brindar lapsos adecuados e
instar a que se planteen preguntas y dudas para que se comprenda la información.
La Ley Nacional de Lesiones por Vacunas en Niños (National Childhood Vaccine
Injury Act, NCVIA) de 1986 incluyó normas para informar a todos los pacientes y sus
padres, de los beneficios y riesgos de las vacunas. Se obtengan éstas de fondos privados
o públicos, tal ley exige que se haga una declaración de información sobre vacunas cada
vez que una de ellas se aplique conforme al Vaccine Injury Compensation Program (VICP)
(cuadro 1-2). En el caso de vacunas no incluidas en el Programa en cuestión se cuenta
con VIS, pero no son obligatorias salvo que la vacuna se obtenga por un contrato con
los Centers for Disease Control and Prevention (CDC, [en particular el Vaccines for Children
Program, subvenciones para inmunización a nivel estatal o compras estatales a través de
CDC]). Es posible obtener en los departamentos de salud estatales y locales copias de
VIS actuales, o en los CDC, la American Academy of Pediatrics (AAP) y los fabricantes
5INFORMACIÓN A PACIENTES Y SUS PADRES
Cuadro 1.2. Orientación en el uso de las declaraciones de información
sobre vacunas (VIS)
Debe distribuirse cada vez que se aplique Fabricante de la vacuna, número de lote y
una vacuna incluida en VICP fecha de aplicación1
Se le suministra al paciente (que no sea menor Nombre y domicilio comercial del profesional
de edad), progenitores, tutor legal o a las asistencial que aplicó la vacuna1
tres partes1
Debe ser la versión actual2
Fecha de la versión de VIS, además de la fecha
en la que se suministró a los interesados2
Se pueden suministrar (no son sustitutivos) Sitio (como la zona deltoidea) y vía (p. ej.,
otros materiales descritos o audiovisuales intramuscular) de administración y fecha de
además de VIS caducidad de la vacuna3
VICP, Vaccine Injury Compensation Program; VIS, Vaccine Information Statements (declaraciones
de información sobre vacunas).
1
Obligatorio según la Ley Nacional de Lesiones por Vacunas en Niños.
2
Obligatorio según las normas de los Centers for Diasese Control and Prevention (CDC) en caso
de vacunas adquiridas por un contrato con tales centros.
3
Recomendado por la American Academy of Pediatrics.
Distribución Documentación registrada
en la historia clínica del paciente
21. de vacunas, o bien puede solicitarse por la línea telefónica directa de Inmunización
Nacional (1-800-232-2522 en lengua inglesa y 1-800-232-0233 en legua española).
También se pueden obtener copias en la página Web de NIP (www.cdc.gov/nip/
publications/VIS/default.htm) y la página Web de la Immunization Action Coalition
(www.immunize.org) en idioma inglés y en muchos otros. Los médicos deben asegurarse
que la forma VIS obtenida sea la versión actualizada, y para ello observarán la fecha
de publicación. Para saber si se trata de la versión más reciente puede solicitarse
información a la línea telefónica directa de Inmunización Nacional o consúltese
la página Web de NIP (www.cdc.gov/nip/publications/VIS/default.htm).
NCVIA exige a los médicos que aplican vacunas incluidas en el programa VICP,
obtenidas con fondos privados o públicos, que registren en la historia clínica del paciente
la información que se muestra en el cuadro 1-2. En el caso de vacunas adquiridas
por medio de un contrato con los CDC, se solicita al médico que registre la fecha
de publicación de la VIS y la fecha en que se dio la declaración sobre información de
vacunas (VIS) al paciente, sus padres, el tutor legal, o a todas las partes interesadas.
Las normas de distribución de VIS y de registro de vacunas son válidas para vacunas
de adquisición con fondos privados, no cubiertas por VICP, pero AAP recomienda
utilizar las VIS y cumplir con las mismas prácticas de registro de datos con todas
las vacunas. AAP también recomienda registrar el sitio y la vía de administración,
así como la fecha de caducidad de la vacuna después de administrar cualquiera de
estos productos.
Los nuevos formatos de VIS no solicitan la firma de los padres o de los pacientes,
para indicar que leyeron y entendieron el material. Sin embargo, el profesional
asistencial tiene la opción de solicitarla. Se obtenga o no tal firma, AAP recomienda
que los profesionales en la atención de la salud señalen en el expediente clínico que se
suministró VIS y se le comentó con el paciente, sus padres, el tutor legal, o las tres
partes mencionadas.
Señalamiento de riesgos
Los profesionales asistenciales deben prever que algunos padres cuestionarán la necesidad
de las vacunaciones o la inocuidad de ellas y rechazarán la aplicación de algunas vacunas o
incluso de todas en sus hijos. Algunos progenitores pueden tener objeciones religiosas
o filosóficas a las vacunas; otros quizá lo único que deseen sea iniciar un diálogo con el
médico de sus hijos para conocer los riesgos y beneficios de una o más vacunas. Lo mejor
es asumir una actitud acrítica. Lo ideal es que los profesionales de la atención de la salud
determinen en términos generales qué entienden los padres sobre las vacunas que
recibirán sus hijos, la índole de sus preocupaciones, sus ideas sanitarias y la información
que para ellos es creíble. Las inquietudes se revisarán al plantear las preguntas siguientes:
1) ¿Tiene usted alguna idea cultural, religiosa o personal en cuanto a las vacunaciones?
2) ¿Su hijo o cualquier niño que usted conozca han tenido una reacción adversa grave
después de alguna vacunación? 3) ¿Tiene usted alguna duda o preocupación por la
inocuidad de las vacunas? 4) ¿Qué información sobre la inocuidad de las vacunas le
gustaría recibir del médico?.
Las personas entienden y reaccionan a la información sobre vacunas, conforme
a factores diversos como son experiencias anteriores, actitudes, ideas sobre salud, valores
personales y enseñanza. También contribuyen a entender lo referente a las vacunaciones
el método que se escoge para plantear los datos sobre ellas, así como la percepción que
6 INFORMACIÓN A PACIENTES Y SUS PADRES
22. tiene la persona de los riesgos de enfermedad, la capacidad percibida de controlarlos
y la preferencia por ellos. En el caso de algunas personas que recurren a la medicina
alternativa, a veces el riesgo de vacunación es considerado mucho mayor del que
verdaderamente es, por lo que la vacunación no se le percibe como beneficiosa.
Otros pueden apoyarse en aspectos sociopolíticos, como la vacunación obligatoria,
el consentimiento informado y la primacía de los derechos individuales sobre los
beneficios para la sociedad.
Algunos padres se enteran por los medios de comunicación o por información
obtenida de algunas páginas Web sin ninguna autoridad en la materia, de aspectos
controvertidos de las vacunas que están programadas para ser aplicadas a sus hijos.
Muchos aspectos en cuanto a las vacunas de niños, expuestos por tales medios se
presentan de manera incompleta o inexacta. Cuando un progenitor inicia una discusión
sobre controversias relacionadas con las vacunas, el profesional asistencial debe orientarse
a preocupaciones y puntos específicos y aportar datos sobre hechos en un lenguaje adecuado
para los padres. Los profesionales asistenciales, por medio del diálogo directo con
los progenitores y el empleo de recursos disponibles pueden evitar la aceptación de
señalamientos inexactos de medios de comunicación y datos obtenidos de fuentes
que no constituyen autoridades en la materia.
La información eficaz y empática de los riesgos de las vacunas es esencial para
contrarrestar la información errónea y las dudas, aunque hay que reconocer que para
algunos progenitores es difícil y confuso evaluar riesgos y tomar decisiones. El progenitor
renuente quizá acepte el uso de algunas de las vacunas. Habrá que abordar sus dudas e
inquietudes sobre la inocuidad de los productos en el marco de esta información, y para
ello habrá que utilizar los formatos oficiales VIS (véanse párrafos anteriores) y ofrecer
otros materiales y orientación (véase más adelante en esta sección “Conceptos erróneos
de los padres respecto de las inmunizaciones”). Los profesionales de la atención de la
salud reforzarán puntos importantes sobre cada vacuna, que incluyen su inocuidad, y
destacarán los riesgos a que se exponen los niños no vacunados. Dos fuentes valiosas de
información que pueden suministrarse a los padres, o a las que pueden recurrir, ambas
gratuitas, son la llamada “Parent’s Guide to Childhood Immunization” (del National
Immunization Program) (www.cdc.gov/nip o el número telefónico 1-800-232-2522 para
angloparlantes o 1-800-232-0233 para quienes hablan español) y “Reference Guide ... to
Vaccines and Vaccine Safety” de la National Partnership for Immunizations’ (número
telefónico 301-656-0003 o la página www.partnersforimmunization.org). Es importante
orientar a los padres de que las leyes estatales respecto del ingreso del niño a la escuela o
al sistema de asistencia, pueden exigir que los menores no inmunizados no acudan a la
escuela durante brotes de enfermedades. Asentar en la historia clínica del paciente
dichas conversaciones permite disminuir cualquier situación de responsabilidad o culpa
posible en caso de que surja una enfermedad evitable con vacuna, en un paciente no
inmunizado.
INMUNIZACIÓN ACTIVA
La inmunización activa entraña la aplicación de un microorganismo en su totalidad
o parte de él o un producto modificado obtenido del mismo (como un toxoide, un
antígeno purificado o un antígeno producido por ingeniería genética) para desencadenar
7INMUNIZACIÓN ACTIVA
23. tiene la persona de los riesgos de enfermedad, la capacidad percibida de controlarlos
y la preferencia por ellos. En el caso de algunas personas que recurren a la medicina
alternativa, a veces el riesgo de vacunación es considerado mucho mayor del que
verdaderamente es, por lo que la vacunación no se le percibe como beneficiosa.
Otros pueden apoyarse en aspectos sociopolíticos, como la vacunación obligatoria,
el consentimiento informado y la primacía de los derechos individuales sobre los
beneficios para la sociedad.
Algunos padres se enteran por los medios de comunicación o por información
obtenida de algunas páginas Web sin ninguna autoridad en la materia, de aspectos
controvertidos de las vacunas que están programadas para ser aplicadas a sus hijos.
Muchos aspectos en cuanto a las vacunas de niños, expuestos por tales medios se
presentan de manera incompleta o inexacta. Cuando un progenitor inicia una discusión
sobre controversias relacionadas con las vacunas, el profesional asistencial debe orientarse
a preocupaciones y puntos específicos y aportar datos sobre hechos en un lenguaje adecuado
para los padres. Los profesionales asistenciales, por medio del diálogo directo con
los progenitores y el empleo de recursos disponibles pueden evitar la aceptación de
señalamientos inexactos de medios de comunicación y datos obtenidos de fuentes
que no constituyen autoridades en la materia.
La información eficaz y empática de los riesgos de las vacunas es esencial para
contrarrestar la información errónea y las dudas, aunque hay que reconocer que para
algunos progenitores es difícil y confuso evaluar riesgos y tomar decisiones. El progenitor
renuente quizá acepte el uso de algunas de las vacunas. Habrá que abordar sus dudas e
inquietudes sobre la inocuidad de los productos en el marco de esta información, y para
ello habrá que utilizar los formatos oficiales VIS (véanse párrafos anteriores) y ofrecer
otros materiales y orientación (véase más adelante en esta sección “Conceptos erróneos
de los padres respecto de las inmunizaciones”). Los profesionales de la atención de la
salud reforzarán puntos importantes sobre cada vacuna, que incluyen su inocuidad, y
destacarán los riesgos a que se exponen los niños no vacunados. Dos fuentes valiosas de
información que pueden suministrarse a los padres, o a las que pueden recurrir, ambas
gratuitas, son la llamada “Parent’s Guide to Childhood Immunization” (del National
Immunization Program) (www.cdc.gov/nip o el número telefónico 1-800-232-2522 para
angloparlantes o 1-800-232-0233 para quienes hablan español) y “Reference Guide ... to
Vaccines and Vaccine Safety” de la National Partnership for Immunizations’ (número
telefónico 301-656-0003 o la página www.partnersforimmunization.org). Es importante
orientar a los padres de que las leyes estatales respecto del ingreso del niño a la escuela o
al sistema de asistencia, pueden exigir que los menores no inmunizados no acudan a la
escuela durante brotes de enfermedades. Asentar en la historia clínica del paciente
dichas conversaciones permite disminuir cualquier situación de responsabilidad o culpa
posible en caso de que surja una enfermedad evitable con vacuna, en un paciente no
inmunizado.
INMUNIZACIÓN ACTIVA
La inmunización activa entraña la aplicación de un microorganismo en su totalidad
o parte de él o un producto modificado obtenido del mismo (como un toxoide, un
antígeno purificado o un antígeno producido por ingeniería genética) para desencadenar
7INMUNIZACIÓN ACTIVA
24. una respuesta inmunitaria que remede la infección natural, pero que imponga riesgo
mínimo o nulo a quien lo recibe. La inmunización puede originar una antitoxina,
alguna actividad antiadherencia, antiinvasora o neutralizante u otros tipos de respuesta
protectora de índole humoral o celular en el receptor. Con algunos agentes inmunizantes
se obtiene una protección completa casi permanente (durante toda la vida) contra la
enfermedad; con otros se obtiene protección parcial, y algunos otros habrá que administrar
los repetidas veces a intervalos regulares. La eficacia de una vacuna o un toxoide se
valora por medio de los signos de protección que genera contra la enfermedad natural.
La inducción de anticuerpos suele ser un índice indirecto de protección, pero en el caso
de algunas enfermedades, como la tos ferina, no se conoce en detalle la magnitud de
la respuesta inmunitaria que guarda relación con la protección; además, la
concentración de anticuerpos séricos no siempre es un elemento que predice tal
fenómeno protector.
Las vacunas hechas con un agente infeccioso intacto pueden incorporar
microorganismos vivos (atenuados) o muertos (inactivados). Las vacunas aprobadas
para la inmunización en Estados Unidos se incluyen en el cuadro 1-3. La Food and
Drug Administration (FDA) en Estados Unidos sostiene y actualiza una página Web
en que se señalan las vacunas que han sido aprobadas para inmunización en Estados
Unidos (www.fda.gov/cber/vaccine/licvacc.htm). Muchas vacunas víricas contienen
virus vivos atenuados. Después de administrarlas surge infección activa por la réplica
vírica, pero es escasa o nula alguna reacción adversa en el hospedador. Las vacunas
contra algunos virus y casi todas las bacterias son preparados inactivados (muertos)
hechos de subunidades (componentes purificados), o por medios químicos se
desconjuga con proteínas inmunobiológicamente activas (como los toxoides tetánicos).
Los virus y las bacterias en preparados a base de subunidades e inactivadas y conjugados
no son capaces de multiplicarse en el hospedador; por tal razón, tales productos deben
contener una masa antigénica suficiente para estimular la respuesta buscada. Conservar
la inmunidad permanente con vacunas a base de virus o bacterias inactivadas obliga a
veces a la administración periódica de dosis de refuerzo. Las vacunas con productos
inactivados quizá no desencadenen toda la variada respuesta inmunitaria que se obtiene
con los agentes vivos atenuados. Por ejemplo, la vacuna hecha de virus inactivados
puede desencadenar después de su inyección la producción de suficientes anticuerpos
séricos o de inmunidad de tipo celular, pero desencadenar sólo la mínima producción
de anticuerpos locales en la forma de inmunoglobulina secretoria (Ig) A. Por tal razón,
la protección de la mucosa después de administrar vacunas inactivadas suele ser inferior
a la inmunidad de mucosas, inducida por las vacunas con microorganismos vivos. La
presencia de factores séricos (anticuerpos) y celulares evita o aplaca la infección
sistémica, pero hay infección local o colonización con el agente. Sin embargo, los virus
y las bacterias en vacunas inactivadas no muestran réplica (multiplicación) ni pueden
ser excretados por quien recibe la vacuna en la forma de agentes infecciosos y, por
consiguiente, no afectan de manera adversa a los hospedadores con inmunosupresión
o sus contactos.
Es importante cumplir las recomendaciones en cuanto a dosis, almacenamiento
y manejo de vacunas, vía y técnica de administración y calendario de inmunización
para lograr una inmunización predecible y eficaz (véanse resúmenes específicos
de las enfermedades infecciosas en la sección 3). Las recomendaciones similares son
de máxima importancia para obtener buenos resultados de las prácticas de
vacunación.
8 INMUNIZACIÓN ACTIVA
25. 9INMUNIZACIÓN ACTIVA
Cuadro 1- 3. Vacunas producidas, autorizadas, o ambas,
en Estados Unidos y sus vías de administración1
BCG Bacterias vivas ID (preferida) o SC
Amarilla, fiebre Virus vivo SC
Difteria-tétanos (DT, Td) Toxoides IM
DTaP Toxoides y componentes bacterianos IM
inactivados
DTaP, hepatitis B y virus Toxoides y componentes bacterianos IM
poliomielítico inactivada inactivados, antígeno vírico
recombinante, virus inactivado
Hepatitis A Antígeno vírico inactivado IM
Hepatitis B Antígeno vírico recombinante IM
Hepatitis A-hepatitis B Antígenos víricos inactivados IM
y recombinantes
Hib2
, conjugados de Conjugado de polisacárido-proteína IM
Hib-DTaP, conjugado de, Conjugado de polisacárido-proteína IM
(PRP-T2
reconstituido con toxoides y componentes
con DTaP) bacterianos inactivados
Hib, conjugado de, Conjugado de polisacárido-proteína IM
(PRP-OMP2
)-hepatitis B con antígeno vírico recombinante
Influenza Componentes víricos inactivados IM
Japonesa, encefalitis Virus inactivado SC
Meningocócica Polisacárido SC
MMR Virus vivo atenuado SC
Neumocócica Polisacáridos IM o SC
Neumocócica Conjugado de polisacárido-proteína IM
Parotiditis Virus vivos atenuados SC
Poliomielítico, virus Virus inactivado SC o IM
Rabia Virus inactivado IM
Rubéola Virus vivo atenuado SC
Sarampión Virus vivo atenuado SC
Tétanos Toxoide IM
Tifoidea
Parenteral Polisacárido capsular IM
Oral Bacterias vivas atenuadas Oral
Varicela Virus vivo SC
Viruela Virus vivo Escarificación solamente
BCG, bacilo de Calmette-Guérin; ID, intradérmico; SC, subcutáneo, IM, intramuscular; DTaP, toxoide
diftérico y tetánico y tos ferina acelular, adsorbidas (diphtheria and tetanus toxoids and acellular pertussis);
PRP-T, toxoide tetánico-fosfato de polirribosilribitol (polyribosylribitol phosphate-tetanus toxoid); PRP-OMP
fosfato de polirribosilribitol-proteína de la membrana externa meningocócica (polyribosylribitol
phosphate-meningococcal outer membrane protein); Hib, Haemophilus influenzae tipo b; MMR, virus vivos
de sarampión-parotiditis-rubéola (measles-mumps-rubella); IPV, virus de poliomielitis inactivados
(inactivated poliovirus); Td, toxoides diftérico y tetánico (para niños de siete años y mayores y adultos);
DT, toxoide diftérico y tetánico (para niños menores de siete años); OPV, virus poliomielítico por vía
oral (oral poliovirus).
1
Otras vacunas aprobadas en Estados Unidos, pero que no se distribuyen a nivel poblacional incluyen la
del carbunco, la vacuna OPV, la vacuna contra la enfermedad de Lyme y la tetravalente de rotavirus.
La FDA conserva una página Web que señala las vacunas aprobadas en Estados Unidos
(www.fda.gov/cber/vaccine/licvacc.htm).
2
Véase el cuadro 3-19.
Vacuna Tipo Vía
26. Antígenos inmunizantes
Los médicos deben conocer en detalle los principales constituyentes de los productos
que usen. Tales elementos son señalados en la información que suministra el fabricante.
Si la vacuna es producida por distintos fabricantes pudiera haber algunas diferencias
en los ingredientes activos y los inertes y también las cantidades relativas que están
presentes en los diversos productos. Los principales constituyentes de las vacunas son:
• Antígenos inmunizantes activos. Algunas vacunas consisten en un solo antígeno
que es un constituyente altamente definido (como sería el toxoide tetánico o el
diftérico). En otras vacunas, los antígenos que generan las respuestas inmunitarias
protectoras varían mucho en cuanto a su composición química y número (como
los componentes acelulares de tos ferina, los productos de Haemophilus influenzae
tipo b y los neumocócicos y meningocócicos). Las vacunas que contienen virus
vivos atenuados (debilitados) (como la de sarampión-parotiditis-rubéola
[measles-mumps-rubella, MMR], varicela, virus poliomielíticos ingeribles [oral
poliovirus, OPV]); virus muertos o fracciones de ellos (como sería el virus
poliomielítico inactivado y “reforzado” [inactivated poliovirus, IPV] y vacunas
de influenza a base de microorganismos inactivados) y fragmentos víricos
inmunológicamente activos, incorporados en la vacuna por tecnología recombinante
(como la vacuna contra hepatitis B) producen respuestas de tipo humoral y celular
para asegurar la protección por largo tiempo (quizá permanente).
• Agentes de conjugación. Cuando las proteínas portadoras con capacidad
inmunológica probada (como el toxoide tetánico o diftérico, la proteína de la
membrana externa de meningococos) se combinan químicamente con antígenos
polisacáridos menos inmunógenos (como los polisacáridos de H. influenzae tipo b,
meningococos y neumococos), refuerzan el tipo y la magnitud de las respuestas
inmunitarias en personas con sistemas inmunitarios y maduros, en particular niños
menores de dos años de vida.
• Líquido de suspensión. Este líquido suele ser agua estéril inyectable o solución
salina, pero también puede ser un líquido complejo de cultivo tisular. Dicho
componente puede incluir proteínas u otros constituyentes derivados del medio
de suspensión y el sistema biológico en el cual se produce la vacuna (como
antígenos de huevo, gelatina y antígenos derivados de cultivos tisulares).
• Conservadores, estabilizantes y agentes antimicrobianos. Por lo común se
incluyen cantidades pequeñísimas de sustancias químicas (p. ej., mercuriales como
timerosal [véase más adelante en esta sección “Contenido de timerosal de algunas
vacunas y concentrados inmunoglobulínicos” en Reacciones de hipersensibilidad
a los constituyentes de la vacuna]), y algunos agentes antimicrobianos (como el
sulfato de neomicina o de estreptomicina) para así evitar la proliferación bacteriana
o estabilizar un antígeno. Pueden surgir reacciones alérgicas si el receptor es
sensible a uno o más de tales aditivos. En la medida de lo posible, tales reacciones
deben ser previstas si se identifica de antemano la hipersensibilidad del hospedador
a componentes específicos de la vacuna.
• Aditivos. Por lo regular se utiliza en cantidades variables alguna sal de aluminio
para intensificar la capacidad inmunógena y prolongar el efecto estimulante, sobre
todo en vacunas hechas con microorganismos inactivados, o sus productos (como
la de hepatitis B y los toxoides diftérico y tetánico).
10 INMUNIZACIÓN ACTIVA
27. Manejo y almacenamiento de vacunas
El descuido del entorno en que se almacenan las vacunas puede contribuir a su ineficacia.
Algunas de ellas, como las de sarampión, varicela, fiebre amarilla y OPV son sensibles
al calor. Otras son alteradas por la congelación; entre ellas están las de difteria, tétanos
y tos ferina (toxoides diftérico y tetánico y la variante acelular de tos ferina [diphteria
and tetanus toxoids and acellular pertussis, DTaP]); vacuna IPV, la de H. influenzae tipo b
(Hib), las hechas de polisacáridos de neumococos y también las conjugadas, las
elaboradas contra hepatitis A y B, la inactivada contra influenza y las vacunas
meningocócicas. Algunos productos pueden mostrar signos físicos de alteración de su
integridad, en tanto que otros a veces conservan su aspecto normal a pesar de haber
perdido potencia. Por todo lo comentado, el personal encargado de manejar las vacuna
en un consultorio o clínica debe conocer en detalle los métodos habituales destinados a
llevar al mínimo el peligro de ineficacia de la vacuna. En el cuadro 1-4 están las
recomendaciones para el entorno de almacenamiento de las vacunas de uso más
frecuente; vacunas y presentaciones nuevas de productos disponibles en la actualidad
quizá requieran condiciones de almacenamiento distintas de las señaladas. Además,
el fabricante puede corregir las recomendaciones de almacenamiento; dichas correcciones
necesitan la aprobación de la FDA en Estados Unidos.
Las recomendaciones para el manejo y almacenamiento de productos biológicos
escogidos se resumen en la información que el fabricante coloca en cada producto y en
una publicación, Vaccine Management, que distribuyen los Centers for Disease Control
and Prevention (CDC).* Se puede obtener directamente de los fabricantes la información
más reciente sobre las condiciones de almacenamiento recomendado y las instrucciones
de manejo; los números telefónicos están incluidos en el envase o las etiquetas de
los productos y también en Physicians’ Desk Reference, en Estados Unidos, que es una
publicación anual. Se sugieren las directrices siguientes como parte de un sistema de
control de calidad para el manejo y almacenamiento seguro de vacunas en el consultorio
o en el medio clínico.
PERSONAL
• Se designará a una persona como coordinador de vacunas y se le asignará la
responsabilidad de asegurar que las vacunas y otros agentes y productos biológicos
sean manejados y almacenados de una forma cuidadosa, segura y conforme a las
recomendaciones y que esto pueda corroborarse. También se nombrará a personal
suplente que se ocupe de tales tareas y responsabilidades en periodos de enfermedad
o vacaciones.
• Se dará información a toda persona que maneje las vacunas, de las exigencias
específicas de almacenamiento y limitaciones de la estabilidad de los productos
que cuidarán (cuadro 1-4). Se colocarán carteles con todos los detalles de las
condiciones adecuadas de almacenamiento en el refrigerador o congelador
utilizados para el almacenamiento de vacunas, o cerca de ellos, o bien se procurará
su difusión accesible y fácil.
11INMUNIZACIÓN ACTIVA
* Centers for Disease Control and Prevention. Vaccine Management Recommendations for Handling and Storage of
Selected Biologicals. Atlanta, GA: US Department of Health and Human Services, Public Health Service; 1999.