20. El niño tiene el derecho, a la libertad de conciencia y sus padres, la obligación de educarle, en que esa conciencia sea buena y no la que el Estado o la sociedad, quiera hacerle aparecer como buena.
21. El niño tiene el derecho, a elegir libremente a sus amigos y sus padres, la obligación de ayudarle a discernir y evitar, que sus “socios” sean unos pandilleros.