Las tecnologías de la información tienen cuatro objetivos estratégicos clave: excelencia operacional, ventaja competitiva, nuevos servicios y productos, y mejora de la toma de decisiones. Al comprender mejor la interdependencia entre las empresas y las tecnologías de la información, una organización puede adaptarse mejor a los cambios en el entorno, y mejorar sus relaciones con los consumidores y proveedores.