3. Editorial
¡Ya llegó noviembre! ¡Y pucha que se nos pasó volando el año!
Seguramente los súper chinos ya deben estar desempolvando los panes dulces
del año pasado, las madres rescatando el viejo arbolito con los adornos rotos por
el gato, y ya deben haber comenzado las eternas discusiones… ¿A dónde vamos
a pasar las fiestas?
Por suerte en Buen Humor encontramos la tranquilidad que no hallaremos en otro
lado. Salimos a pasear por el barrio y te mostramos los murales más asombrosos
relacionados con el humor. Seguimos mostrando el arte de los mejores
ilustradores y humoristas del mundo. Y por sobre todas las cosas, te
acompañamos e intentamos sacarte una sonrisa para que te olvides por un ratito
del dólar, de la inflación y demás vicisitudes cotidianas. ¡Te esperamos a la vuelta
de la hoja! LA DIRECCIÓN
LA DIRECCIÓN
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STAFF FUNDADOR: Néstor Romano - DIRECTOR: Gustavo da Silva – DISEÑO, REDACCIÓN Y
ALGO +: Elízabet Aleo- Colaboraron: Villalobo, Guflo, Más, Toni, Ledes, Lamparita, Ugarte, Gal, Jorge, Darry,
Bitz, Luna, Furnier, Tejada, El Tano Beló, Fechu, Marito, Catalán, Freddy, Alcides, Escobar, Maska, Urtu, Wengiel, Mai,
Cobra.
Agradecemos a El Tribuno (Salta) y Tango Reportes (USA) DISEÑO: Jardín Derviche. José Mármol, Buenos Aires,
Argentina. Año XXVI, N°37, NOVIEMBRE 2022
La Revista no se hace responsable por los contenidos de los artículos publicados, ni por las opiniones
emitidas por los autores. Nos encontrás en los archivos de AHIRA (Archivo Histórico de Revistas
Argentinas).
NOV DE 2022 BUEN HUMOR 2
10. Juan Carlos “Landrú” Colombres, el creador de Tía Vicenta
Landrú, el perspicaz dibujante que radiografió la vida, costumbres y usos
idiomáticos de los argentinos desde la década de 1950, gusta del tango, la milonga
y la música tropical, como lo muestra muchas de sus historietas.
Sus primeros dibujos humorísticos
aparecieron en 1945 en la revista Don
Fulgencio de Lino Palacio y al año siguiente
en Cascabeles sus primeros dibujos
políticos.
Por ese entonces Landrú ilustraba en la
revista Vea y Lea la sección "Puntos de
Vista" escrita por el humorista uruguayo
Wimpi. Un día, al pedir éste licencia para
irse de viaje, le encomendaron a Landrú
que, además de dibujarla, la escribiera.
Cuando Wimpi retornó, le gustó tanto su
trabajo que le dijo: "La haces mejor que yo".
Y se la dejó.
De allí, Landrú pasó a dibujar la página “¡Oh, la femme!...”con chistes sobre las "señoras
gordas". “No gordas porque lo fueran -aclara Landrú-, sino por apoltronadas y desubicadas.
Esas que pueden confundir a Miguel Angel con Luis Miguel, y que viven diciendo pavadas”.
Habiendo firmado sus chistes como J.C. Colombres -su verdadero nombre es Juan Carlos
Colombres-, luego eliminó su apellido y dejó solamente J.C., hasta que en una época en que
usaba barba, adoptó el seudónimo de Landrú cuando su colega Faruk -hijo de Lino Palacio-
le dijo que se parecía al famoso asesino francés de ese nombre, guillotinado en Francia el
19 de enero de 1923, justo el día que nació Colombres.
Antes de que el humor fuese su medio de vida. Landrú estudió arquitectura y trabajó en
una repartición de aeronáutica. Después lo hizo en los Tribunales lidiando con asesinos y
ladrones, investigando sumarios, tomando declaraciones, etc.
Profundo observador de los lenguajes que se hallan dentro del lenguaje habitual, como el
de los abogados, de los médicos, e incluso el lunfardo, le valió que lo quisieran incorporar a
la Academia Porteña del Lunfardo, distinción que no aceptó porque había que asistir a las
reuniones los sábados por la tarde. Y Landrú, en ese entonces, trabajaba duro los fines de
semana ya que los lunes entregaba sus chistes a la revista Gente y al diario Clarín,
HISTORIA DE VIDA Carlos G Groppa
Elizabet Aleo LAMPARITA
11. publicaciones en las que realizaba una sección de cocina, "Landrú a la pimienta", y otra de
turismo, "Landrú Travel".
En 1955, entre las buenas revistas de humor argentinas, se destacaba Rico Tipo, en la que
Landrú colaboraba, por lo que le propuso a Divito, su dueño y editor, sacar un suplemento
político. Pero como a Divito no le interesaba la política, no se adhirió al proyecto. Al poco
tiempo, al conocer gente interesada en editar una revista de humor político, pudo
concretar su idea.
Así, en1957 fundó “Tía Vicenta”, que sería su más notable aporte al humor argentino. Esta
publicación, además de estar cargada de desenfadado humor político, satirizaba las
costumbres y usos idiomáticos de la sociedad argentina, convirtió a Landrú en el humorista
del momento. El nombre “Tía Vicenta" se lo inspiró su tía Cora, a la que le gustaba la
política, pero al no entenderla, sus delirantes comentarios sobre la misma le hacían mucha
gracia a Landrú.
La primera tirada -50.000 ejemplares-, se agotó ni bien salió, lo mismo que las ediciones
subsiguientes, por lo que el tiraje fue subiendo constantemente, hasta que, al convertirse
en suplemento del diario El Mundo, llegó a la cifra tope de 450.000 ejemplares semanales.
Tía Vicenta fue una revista cambiante, siempre actualizada. El día que aumentó las páginas
se llamó “Tía Vicenta Engordó”, y cuando salió en colores, “Tía Vicenta se Pinta”. Landrú
usó este recurso del cambio de título para sorprender al lector. Así, en 1962 una edición
dedicada a los travestis se llamó “Tío Vicente”. En ella su célebre personaje del Señor
Porcel pasó a ser “Señora” Porcel, y su seudónimo de Landrú se transformó en Landrunelle.
En 1963, cuando se rumoreó uno de los tantos regresos de Perón al país, la revista salió con
el nombre de “Tía Vicenta en el Exilio”, agregándosele una banda en la que se leía: “Edición
clandestina”. Otras veces, Tía Vicenta imitó el formato de publicaciones establecidas, como
cuando salió como “Tía Vicenta del Reader's Digest”.
Tía Vicenta fue la revista de humor más importante que tuvo el país, tanto por el talento de
sus contribuyentes como por su repercusión internacional. Por su redacción pasaron, entre
dibujantes, humoristas y escritores no ligados al humor: Oski, César Bruto, Alberto Breccia,
Blanca Cotta, Faruk, Blotta, Siulnas, Jaime Potenze, Conrado Nalé Roxlo, Gerardo Sofovich,
Dalmiro Saenz, María Elena Walsh, etc. Otros, luego famosos, Quino, Miguel Brascó,
Fontanarrosa, Caloi, Hermenegildo Sábat, Bróccoli y una larga lista se iniciaron en ella.
"La única restricción que existía en Tía Vicenta -nos confesó Landrú- era no insultar. En ella
creamos un ámbito basado en la espontaneidad, el disparate y la falta de solemnidad, ya se
tratase de la política o de hábitos sociales. Había una redacción abierta a todos... Hasta
Frondizi envió un texto, que firmó Domingo Faustino Cangallo, que si bien él siempre negó,
su secretario lo confirmó”. CONTINUARÁ…
10
19. Cuidando la salud
El tipo todavía cree que sigue siendo joven. Que es como hace 30
años atrás cuando salía a correr 6 o 7 kilómetros. Que iba hasta la
playa del río y corría entre la arena para fortalecer las piernas, que
hacía salto largo y salto alto, que subía y bajaba colinas.
Ahora los tiempos han cambiado, sale con lentitud y trota un
trecho y toma aire, porque le falta en los pulmones, ya no es tan
joven. Ahora camina de a ratos y otro tanto corre muy lentamente.
Llega hasta la punta del camino y se para, vuelve y hace lo mismo
corriendo hasta la otra punta. Para allá es repecho, para acá es
bajada. El repecho lo transita más despacio, la bajada es más
favorable para su edad.
Observa que se acerca un auto por el camino polvoriento, cuando pasa por su lado se cubre la boca y la
nariz con el brazo para no tragar tierra. Espera que el viento se lleve los restos de polvo, ¡Puf! ¡Puf! ¡Puf!,
ya no es como antes, pero no quiere aflojar, no quiere entregarse a pesar de los años. Antes, lo hacía
para no engordar tanto, se cuidaba, ahora lo hace para seguir estando ágil y por un motivo de salud, para
no perder ritmo, para no endurecerse, pero cada vez le cuesta más.
El tipo, ahora trata de subir la cuesta, y el esfuerzo es doble para trotar. Si alguien pasa a su lado y lo
saluda con un grito, trata de hacer lo mismo pero con la mano porque el grito no le sale estando agitado.
Le duelen cada vez más las piernas pero no quiere aflojar. Si la tarde está fresca se abriga, si está
caliente, traspira y eso lo ayuda a aligerarse de peso. Aunque ahora ya le cuesta mucho más bajar la
barriga. Hace 35 años atrás llegaba a su casa después de correr un buen rato y todavía hacia gimnasia.
Ahora de vez en cuando se acerca a los aparatos que hay en la plaza y hace unos minutos, dos o tres
series de piernas y otro tanto de brazos y nada más.
Dicen que la constancia es la reina de todos los triunfos y tal vez tengan razón. Al tipo por ahora le está
dando resultados. Es muy obstinado. Apenas baja el sol siente el frescor del aire sobre su piel, eso lo
reanima, le da vigor para seguir adelante. Hasta cuando podrá correr no lo sabe, pero sabe que mientras
tenga salud lo hará. Hay tipos que lo hacen hasta los noventa años. Eso sí que es vitalidad, esfuerzo,
tesón, arrojo y virtud por no querer entregarse. Y sin tomar vitaminas ni estimulantes.
Es preferible estar haciendo esto, - piensa - que no estar en un boliche tomando alcohol y
destrozándose la vida con el cigarro. Recuerda que correr le hizo perder el hábito del tabaco. Por lo
menos lucha para sobrevivir. No sabe si le alargará la vida pero le da satisfacción. Y sigue, sigue… ¡Puf!
¡Puf!, cada vez se cansa más. Sigue, sigue…. tal vez no se dé cuenta que ya no es como antes, que es un
viejo, y no lo sabe o no quiere darse cuenta. El tipo todavía cree que sigue siendo joven. Que es como
hace 30 años atrás cuando… ALCIDES
Relato ALCIDES
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20. Gardel en las Historietas TANGO REPORTER
NOV DE 2022
BUEN HUMOR
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26. Todo sobre la historieta en Uruguay
Hace cerca de 75 años se inició una historia de vida que recorrió muchas etapas y que, a
su vez, permitió echar luz sobre una historia invisible en Uruguay: la trayectoria de vida
es la de José Ernesto Costa, profesor de Matemática e investigador, y la historia
invisible es la de la historieta en Uruguay, que tomó forma, forjó protagonistas y marcó
mojones, gracias al trabajo de Costa y al de su ex colaborador Gabriel Mainero. El
trabajo y la carrera de Costa llegaron a su punto culminante en el reciente volumen
Crónica de la historieta uruguaya, de 1919 a 2005.
Las primeras uruguayas
De acuerdo al trabajo de Costa, la primera historieta que
podría ser totalmente uruguaya fue Aventuras de
Peneque y Sapito, y se publicó en el semanario Mundo
Uruguayo desde 1922. El problema de esa tira es que no
estaba firmada, pero en sus textos había alusiones a
Uruguay. En otros casos Costa detectó historietas
extranjeras cuyos diálogos se reescribían para
ambientarlas en Uruguay, pero en Peneque y Sapito no
tiene certeza de que haya sido así. Por otra parte, la
primera vez que un autor local firmó una historieta fue
ese año y en la misma revista: Luis Bello con El triste fin
de Papanatoff. Es decir que este último sería el único
ejemplo certificado de una obra concebida y hecha en el
país.
“¿Quién puede afirmar qué es lo primero de algo?”, se
pregunta Costa. “Decidieron arbitrariamente que The
Yellow Kid [1895] era la primera historieta de la historia,
pero antes en Inglaterra ya había historietas con globos y
todo. Lo mismo ocurre cuando se dice que las primeras
películas son las de [los hermanos] Lumière, pero antes había incluso dibujos animados. Entonces yo puedo
decir que la primera tira uruguaya que se publicó en Mundo Uruguayo fue El triste fin de Papanatoff. Esa
revista ya publicaba historietas desde 1919, aunque no podría decir cuál es la primera historieta nacional
con globos, tal como la conocemos. Por eso escribí sólo lo que vi, y por eso titulé el libro como crónica, con
la meta de establecer una serie de momentos y autores”.
Su libro retoma y amplía lo que se publicó en un volumen anterior (La historieta en el Uruguay. Vol III. De
1919 a 2005), que escribió junto al librero e investigador Mainero y reconstruye lo producido en Uruguay
entre 1919 y 2005, además de corregir algunos errores que habían cometido en el primer tomo como fruto
de la poca información disponible sobre muchos autores.
ALCIDES
25 BUEN HUMOR NOV DE 2022
27. Las historietas firmadas con seudónimos y apellidos cuya descendencia hoy no aparece fueron la moneda
corriente con la que tuvo que lidiar para reconstruir la trama. Entre muchos otros, descubrió a un autor que
firmaba “Alfa” y del que no aparecían más datos. De casualidad, cuando estuvo internado por una
operación, le tocó en suerte una
acompañante venezolana. Ojeando su
libro, ella identificó a un personaje de
Alfa y le dijo que era muy popular en
su país... Por otra parte, en un libro en
el que se hablaba sobre historieta
venezolana, encontró una mención a
un editor y autor que usaba el mismo
seudónimo en la década de 1920.
“Supongo que Alfa se pudo haber
exiliado en Montevideo tras la
dictadura de Vicente Gómez; dibujó
en La Tribuna Popular y luego regresó
a Venezuela para usar los mismos
personajes que allá se hicieron muy
populares. Pero esa es mi historia,
conectando puntos. ¿Cómo puedo
saber quiénes eran muchos de estos
autores, como el que firmaba E. Fugazza? Esa es la historia de la historieta uruguaya: parece imposible de
rastrear”.
Sin embargo, rastreó de todo y lo ordenó metódicamente. Paciencia, pasión y trabajo sistemático le
permitieron culminar un trabajo de años de buceo entre diarios polvorientos, microfilms y colecciones
privadas, para recrear una cronología dispersa a lo largo de casi nueve décadas. Y todo empezó con un niño
que nació en Melo en 1938 y que coleccionaba religiosamente la revista Billiken.
El orden ante todo
“Cuando falleció mi padre, encontramos que guardaba muchísimas cajitas con tornillitos, y todo tipo de
cosas que ordenaba y clasificaba metódicamente. Coleccionó Marcha desde el primer número hasta la
dictadura, cuando se deshizo de la colección por miedo a que en una requisa se la descubrieran. Pero yo
recorté de ahí todas las críticas de cine de [Homero] Alsina Thevenet desde 1947 hasta el 50 y pico”, cuenta.
El gusto por el orden y el archivo eran cosa familiar, y en su casa se respiraba historia.
Por algún motivo, en su familia parecía que el orden también afectaba la elección de las iníciales de los
nombres. Sus tías, a las que agradece en el libro por haberlo guiado en sus primeras lecturas, se llamaban
Josefa y Ernestina. Esas iníciales son las suyas y las de sus hermanos, Jorge Eduardo y Jaime Enrique, el
recordado periodista cultural.
La casa donde nació había sido construida por su bisabuelo paterno, frente a la plaza principal de Melo. En
esa casona, que cruzaba la manzana, vivió hasta los ocho años, cuando la familia se mudó a Montevideo
porque su padre pasó a trabajar en la sede local de una empresa de lanas. En una pieza que oficiaba de
baño, un cubo enorme de cinco por cinco metros, sus tías conservaban torres del diario El Plata.
NOV DE 2022 BUEN HUMOR 26
28. Junto a ellas estaban las pilas de sus suplementos de historietas, doblados prolijamente. Ahí empezó su
afición. “Esa es mi historia del coleccionismo, que viene por herencia de mis tías abuelas y de mi madre”,
explica. Su madre le compraba Billiken y Patoruzito, pero, cuando su hermano Jaime pudo leer, esta segunda
colección pasó a sus manos.
Fascinados por el cine, él y Jaime hacían afiches de películas imaginarias con collages tomados de los posters
reales de otras películas. Hoy conserva un cuaderno que escribió en 1950 con la lista de tomos de la
colección Pequeños Grandes Libros, una serie de historietas noveladas que le dio su primera oportunidad de
conocer a los dibujantes clásicos de Estados Unidos, como Alex Raymond. Todavía tiene 50 libros de la serie
y sabe la fecha exacta en que fue publicado cada uno.
En esa década, precisamente,
se produjeron dos quiebres.
Uno fue el que detectó en su
investigación y que le sirve
para marcar un mojón en su
libro: en 1955 falleció el
maragato Emilio Cortinas y por
unos meses dejaron de
publicarse historietas hechas
en el país (situación que no
tuvo relación con esa muerte).
El otro fue personal: en 1953
se deshizo de su colección de
historietas y se concentró en la
de cine. Hasta hoy se
arrepiente de haber perdido las revistas Pif Paf, de las que, a pesar de sus esfuerzos, no ha logrado recuperar
más que un par de copias.
“Posiblemente dejé la historieta porque era mucho sostener dos colecciones. O tal vez haya sido porque
consideraba que era cosa de niños”.
Regreso a las raíces
La década de 1970 fue la que marcó el final de lo que Costa define como una segunda etapa de esta historia,
caracterizada por la publicación de historietas en revistas educativas y en medios de prensa de izquierda.
Paralelamente, fue un período de maduración para el medio en el resto del mundo; en Estados Unidos ya se
empezaba a perfilar una forma más adulta de tratar al cómic de superhéroes, y en Europa habían aparecido
estudios especializados y autores que lo llevaban a un nivel artístico sin precedentes.
En Uruguay, figuras como Williams Gezzio, Carlos María Federici, José Rivera, Eduardo Barreto, Pedro Cano,
Sergio Boffano y otros trabajaban activamente pero desde el anonimato y pensando sus trabajos para los
niños. En Montevideo, en 1972, el dibujante, pintor y gestor Celmar Poumé hizo la primera muestra de
historietas del país, en la que reunió obras de casi todos los autores que trabajaban en la prensa con
trabajos de consagrados como Rafael Barradas y Enrique Breccia. CONTINUARÁ…
27 BUEN HUMOR NOV DE 2022
34. Buen humor te muestra los murales más asombrosos
Los integrantes de Buen Humor solemos ir a celebrar, ciertos días de la semana,
a festejar porque sí, el hecho de estar vivos, de poder compartir con ustedes
esta publicación tan bella todos los meses, de brindar por la amistad y la
camaradería.
Y en esas salidas, nos vamos encontrando todos los días murales que embellecen
nuestro barrio, la ciudad de Rafael Calzada, Almirante Brown, y lo más
asombroso, que es en concordancia con nuestra revista ya que los murales tratan
sobre el humor argentino y sus autores.
Nos asombró tanto que decidimos retratarlos, y mostrárselos a ustedes. Si tienen
la suerte de andar por nuestro barrio, presten atención que en cada esquina, en
cada paredón, ¡están apareciendo estos asombrosos murales!
(También decidimos incluir algunos murales de la ciudad vecina de Adrogué).
Salidas Elízabet Aleo
Fontanarrosa con Inodoro Pereyra y demás personajes en la esquina de San Martín y Marucco
33 BUEN HUMOR NOV DE 2022
38. ZOILO SOLO Por LAMPARITA
ESCOBAR
37 BUEN HUMOR NOV DE 2022
39. El humor del Licenciado Por Gustavo da Silva
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40. Cohete a la LUNA
Mariano Luna
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41. “El Diego” por Maska
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LOS RETRATOS DE MASKA
42. Estuvimos en la exposición de los alumnos de Maska
CLAUDIO MASKAUCHAN, o simplemente Maska, como le decimos
todos aquellos que lo conocemos del oficio gráfico, realizó una
muestra de trabajos de uno de los talleres de sus cátedras que
realiza en la Universidad Nacional de Lanús.
La misma fue realizada en la sede del post grado de la Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de
Zamora. Dicho evento fue auspiciado por el Municipio de Lomas
de Zamora.
ARTE
41 BUEN HUMOR NOV DE 2022
43. Todos aquellos que conocemos a Maska, sabemos de su cariño y de su dedicación
a su arte, como así también el cariño que le tienen sus alumnos, que sea dentro
como fuera de la universidad, lo siguen a todas partes.
NOV DE 2022 BUEN HUMOR 42