TELEVISION Y DIBUJOS ANIMADOS.
Dentro de los medios de comunicación, la televisión es el más accesible tanto
para niños como para adultos, ya que está presente en la mayor parte de los
hogares y no requiere de habilidades muy complejas para recibir la
información, como sería, por ejemplo leer, en el caso de los diarios. Se sabe
que la TV tiene influencias tanto positivas como negativas. La importante y
creciente cabida de la televisión en la sociedad, ha influido en la vida de todos
sus miembros, sobretodo de los niños quienes son aquellos que pasan más
horas frente al televisor.
En opinión de Oswaldo A. Stoliar1 en su artículo “Televisión Niños y Familia”
explica que la TV ha modificado profundamente las costumbres y los hábitos
dado que se ha visto que esta modificación es más significativa para la edad
infantil. Se ha señalado que la televisión es un poderoso avance tecnológico y
que oponerse a ella es retrógrado. En realidad, estos avances no son buenos o
malos en si mismos, sino el uso que se haga de ellos. Es así que un amplio
sector de especialistas en comunicación no critican a la televisión en si misma,
sino al mal uso que se hace de la misma. Básicamente se trata de no
considerarla más como un medio inofensivo de entretenimiento, de controlar
muy específicamente cuanto tiempo ve el niño TV, y sobre todo a adecuar lo
que ve el niño a su nivel madurativo. Al respecto debe evitarse el usar el
televisor como una especie de baby-sitter (niñera) electrónica.
La preocupación científica se ha centrado en poder destacar la gran cantidad
de violencia emitida por televisión en programas para adultos y también en los
destinados a los niños. Si bien no siempre se puede establecer una relación de
causalidad, se sabe que están correlacionados el tema de la recepción de la
violencia y el comportamiento humano. Camila Medina2 señala al respecto que
la televisión también puede provocar, con programas de contenido
estereotipado, que los adolescentes que tienen una vida diferente a los
patrones establecidos, desarrollen un sentimiento de no pertenencia y a la vez
se genere el rechazo de éstos por parte de los demás jóvenes que aparecen a
cuadro. Con respecto a las influencias positivas se puede decir que son más
débiles, pues los programas de este tipo son escasos o no están bien
construidos. También es importante destacar que la televisión permite, por
medio de programas culturales, el conocimiento del mundo, de los diferentes
países y sus culturas.
En los últimos años, han surgido canales de televisión destinados a enseñar de
un modo entretenido, estos están destinados a los niños, pero también son
útiles y atractivos para los adultos (por ejemplo, en la televisión de paga
Discovery Channel o The History Channel o en la televisión abierta Canal Once
TV o Televisión Metropolitana Canal 22 ). Estos son esfuerzos por promover
una televisión con mayor calidad en sus programas.
Uno de los grandes errores, es que la gran masividad de la televisión no ha
sido bien aprovechada, ya que toda la preocupación está puesta en sus
aspectos negativos. Por el contrario, se deberían promover los esfuerzos, como
1
Stoliar, Oswaldo. Televisión Niños y Familia. Http://www.tupediatra.com/temas/tema158.htm
Revisado septiembre 2005.
2
Medina, Camila. La televisión y su influencia. http://www.intec.edu.do/~cdp/docs/Television.htm
revisión [ septiembre 2005].
el anteriormente mencionado, consiguiendo así que la televisión sea una
herramienta que mejore la vida de las personas promoviendo conductas
prosociales mediante programas culturales y educativos. Es importante
destacar la enorme responsabilidad de los padres en la cantidad y calidad de
televisión a la que estén expuesto sus hijos, ya que los primeros deberían
poner ciertos límites y reglas, además de promover una vida familiar con más
conversación e interacción entre sus miembros o hacer uso del medio con la
intención de vincularse a la cultura o educación de los segundos.
¿En que se basa el enorme poder que la TV tiene hoy?
En primer lugar, en que puede alcanzar simultáneamente un enorme público,
tanto adulto como infantil. El segundo, en que los niños pasan frente al
televisor, un promedio de alrededor de cuatro horas diarias: esto es 1400 horas
anuales (comparadas con 1000 horas anuales de escuela).
Es evidente que un niño necesita destinar tiempo a actividades que son
fundamentales para su desarrollo psíquico y físico. Con tantas horas de TV
está dejando de jugar, y el juego no es solo entretenimiento, sino que es
fundamental en el desarrollo de su forma de comunicarse y de aprehender el
mundo que lo rodea, y también está dejando de interactuar con otras personas,
fundamentalmente con sus padres. Sabemos que de esta interacción con sus
padres va a depender buena parte de su sociabilización futura. Hace menos
deportes, ejercita menos su motricidad, y lee menos.
Los niños menores de 7 años presentan un riesgo adicional: no discriminan
entre fantasía y realidad (no distinguen entre las imágenes provenientes de la
realidad y las de la fantasía), y por lo tanto perciben en un plano de igualdad
ambos tipos de imagen y luego no recuerdan como las han incorporado.
Esto permite entender porque la TV es capaz de influir fuertemente en la
conducta, y porqué es capaz de producir un mayor impacto psicológico que
otros medios de comunicación: la televisión ha hecho que el lenguaje de las
imágenes tome preeminencia sobre el lenguaje oral.
Se debe tomar en cuenta también que el lenguaje oral es abstracto mientras
que el de imágenes es concreto. Ambos lenguajes se tienden a localizar en
zonas distintas del cerebro. La utilización predominante de las imágenes, es
probable que tienda a anular el desarrollo del lenguaje, y su consecuencia es
disminuir o anular la capacidad analítica del pensamiento abstracto. Algunos
estudios señalan que ésta es la causa que algunos adolescentes tengan un
lenguaje verbal tan pobre3
Todo programa televisivo comunica y por lo tanto educa, independientemente
del propósito original del mismo. Detrás de todo programa, hay valores,
creencias y actitudes que al ser vistos por un número masivo de niños y
adolescentes, toman difusión y se convierten en moda. Este proceso de
aprendizaje es diseñado por profesionales al servicio del rating o de los
sponsors, que presentan las cosas de una manera mucho mas entretenida que
el maestro o profesor, y por sobre todas las cosas, no exige nada ni toma
examen después.
Siempre se ha dicho que es necesario "ver para creer". La persona que "ve" a
Superman volar en la pantalla, debe aprender a "no creer" que vuela. La
televisión obliga a desarrollar la incredulidad. Esto es posible en el adulto que
es capaz de entender las paradojas pero no puede ser captado por el niño
pequeño.
3
Op cit. Stoliar Oswaldo.
Otro factor de distorsión de la realidad proviene del hecho que en TV todo es
contra reloj, y forzosamente se deben resumir y condensar los hechos: lo que
no es rápido no es televisión. Por lo tanto la TV no permite la reflexión y tiende
a anular el pensamiento crítico. Esto la limita como medio comunicador de
ideas (lo que no ocurre con la prensa escrita, donde se pueden desarrollar
ideas, reflexionar, replicar y traer ulteriormente otras ideas o posiciones).
Pasando a los contenidos del mensaje televisivo, este puede ser prosocial o
antisocial. Y aquí debe decirse que el sistema que manda a la televisión es
exclusivamente comercial. Casi no existen programas culturales ni educativos.
La TV es un instrumento para vender cosas o servicios (entre ellos la televisión
misma), y el lucro es el único criterio que comanda la programación. La TV
debiera cumplir una misión de educar, informar y entretener, pero sin embargo
los dos primeros objetivos casi no existen.
En los programas enlatados que vienen de EEUU (gran parte de la
programación tiene ese origen) predominan como valores la violencia, las
relaciones de pareja anormales y el consumismo. Todo el programa no es mas
que un pretexto para la publicidad. Y además, la propaganda comercial incluye
al tabaco y al alcohol, lo que está prohibido en el país de origen (en EEUU no
se transmiten las carreras de formula 1 por estar patrocinadas por una
tabacalera).
VIOLENCIA EN TELEVISION
En lo que respecta a la violencia, este es el área donde ha existido mas
investigación: la violencia en los medios ejerce una influencia indudable en la
conducta. En EEUU diversas instituciones, entre ellas el mismo Senado,
preocupados por el aumento notable de la delincuencia juvenil y de la
criminalidad, y ante la evidencia de la correlación existente entre la exposición
del niño y del joven a programas violentos y la imitación ulterior de esos
modelos, ha propiciado trabajos de investigación. Diversos trabajos
experimentales han señalado que el niño que mira programas de TV con
escenas de violencia muestra, en la hora de juego inmediata, una conducta
más agresiva que la de aquel niño que no lo hace.
Esto también ha sido corroborado en estudios de campo en Inglaterra. Y la
cantidad de violencia de la TV comercial es abrumadora: un estudio hecho en
Chile en 1990 demostró que durante 5 días tomados al azar, en los 4 canales
al aire, entre las 14 y las 20 horas, se vieron mas de 2.700 escenas de sexo y
violencia (manifestaciones físicas, violaciones, agresiones, tiros, amenazas,
muertes violentas, relaciones ilícitas, explosiones, etc). Cabe hacerse la
pregunta : ¿son estos los valores predominantes de nuestra sociedad
occidental y judeocristiana ?.
En las series y telenovelas hay una presentación restringida de la relación de
pareja:
La mujer es joven, hermosa, y rubia. El supuesto héroe es extremadamente
joven. El amor a otras edades ni siquiera existe. Se representa en estas series
una relación de pareja sin compromiso, ocasional y furtiva: el héroe ve un ratito
a una joven a quién conquista, y en el episodio siguiente lo mismo, pero a otra,
y así sucesivamente. En las telenovelas el tema predominante es la infidelidad
y el adulterio. En la TV con frecuencia se omite totalmente el dolor psíquico que
dicha conducta produce en mujeres y varones. Nada aparece respecto de la
relación de pareja comprometida y responsable. Nada acerca del embarazo,
anticoncepción, aborto, etc. Nada respecto a prevención del alcoholismo,
drogadicción o tabaquismo.
¿Como es posible que, siendo la inseguridad, el terrorismo y la violencia
considerados dentro de los mayores problemas que tienen las ciudades
latinoamericanas se tolere esta verdadera apología del delito desde la TV ?.
¿Que se puede hacer para revertir esta situación?
En primer lugar, crear conciencia sobre el problema. Mientras las autoridades e
instituciones que debieran velar para que la TV sea utilizada positivamente no
asuman su responsabilidad, se debe alertar a los padres y madres acerca de la
necesidad de regular la cantidad y calidad de lo que sus hijos ven.
Por otra parte el mismo sistema educacional puede enseñar al niño (de la
misma manera en que lo conduce pro lecturas) a ver TV, de tal manera de
desarrollarles el espíritu crítico acerca de lo que ven. Los padres pueden ver
programas con sus hijos y analizarlos, de tal manera de poder aclarar sus
contenidos, reforzar ciertos aspectos educativos, morales o sociales y
contrarrestar aspectos negativos.
Es importante que los adultos prediquen con el ejemplo, ya que si el hábito de
estos es llegar e instalarse frente al televisor, no habrá norma que se pueda
hacer cumplir a los niños. Y tener en cuenta que no se trata solo de proscribir el
televisor, sino también de ofrecer alternativas
EL PAPEL DE LOS PADRES EN EL USO DE LA TELEVISION.
La Academia Americana de Pediatria recomienda en su artículo sobre “el
cuidado de los niños en edad escolar” los siguientes aspectos para tomar en
cuenta en los hogares4:
1) Ponga límites a la cantidad de tiempo que su niño pasa frente al televisor.
Sea firme. Que no pase de una o dos horas diarias.
2) Planifique con su hijo los programas que este quiera ver. Elíjalos del
programa y haga un plan semanal.
3) Conozca el contenido de los programas que ven sus hijos y mantenga una
supervisión constante sobre ellos.
4) No permita la TV durante las comidas: la cena es el único momento del día
en que la familia logra estar reunida y la TV dificulta la comunicación.
5) Los niños no deben tener un televisor privado en su cuarto: si lo tiene, no
solo tenderá a ver más, sino a aislarse más y a los padres les terminará siendo
imposible controlar lo que ve.
6) Visite con su hijo librerías y bibliotecas. Incítelo a leer, en lugar de mirar TV.
4
Sociedad Americana de Pediatría. Artículo difundido en www. asp.org. revisado en octubre 2005.
7) Predique con el ejemplo. Si Ud. quiere que el niño vea menos TV, hágalo
menos Ud. Si quiere que lea mas, lea más Ud.
8) Si la TV causa una discusión, conflicto o pelea, simplemente desenchufe el
aparato por un rato. Los niños pueden ser más creativos cuando el aparato
esta apagado.
MITOS Y REALIDADES DE LA TELEVISION
http://www.saludhoy.com/htm/homb/articulo/violetv3.html
Mitos y realidades
Mito: La violencia en la televisión es la causa que explica todos los
comportamientos agresivos de los niños y adultos.
Realidad: El comportamiento humano es tan complejo que resulta imposible
reducir su explicación a una sola causa. Si bien la violencia televisiva podría
ubicarse como uno de los elementos inductores de este tipo de conductas, no
es la televisión el único medio a través del cual se propagan los
comportamientos agresivos.
Mito: Todos los niños imitan directamente lo que ven en la televisión.
Realidad: Cada persona cuenta con una serie de herramientas que le permiten
decidir y elegir acerca de sus propias conductas. Algunos sujetos son más
sensibles y se dejan influir por las conductas de los otros más fácilmente que
otros. La educación y los valores que se reciben en la familia y a través de los
colegios y demás instituciones determinan también el grado en el cual las
personas se dejan o no sugestionar por la imágenes que ven en la televisión.
Mito: Prohibir terminantemente a los niños la televisión permite controlar
efectivamente las influencias malignas y violentas sobre el comportamiento de
los chiquitos.
Realidad: Si bien la televisión es un medio por el cual se transmiten mensajes
con contenido violento, los seres humanos viven en un mundo plagado de
fuentes de conductas agresivas. Prohibir a los niños ver la televisión bajo este
argumento es absurdo. Lo más probable es que esta actividad se torne mucho
más atractiva, sobrevalorando las escenas y el contenido de la programación.
Lo más conveniente sería acoger las sugerencias hechas a los padres,
explicando siempre a los niños las razones por las cuales ocurre algún
comportamiento poco asertivo en la pantalla. Fomentar siempre el desarrollo de
un pensamiento crítico que le permita a cada persona elegir aquellos
programas que considere más adecuados es siempre más efectivo que prohibir
tajantemente algo.
Mito: Dejar que los niños vean toda la programación, a cualquier edad, es
totalmente inofensivo.
Realidad: Dependiendo de la edad, los niños ven y entienden la televisión de
diferentes maneras, a partir del desarrollo diferencial de ciertas capacidades
cognoscitivas, afectivas y comportamentales. Aunque los menores tienden a
ser más sensibles ante los posibles efectos de la televisión de contenido
violento, todas las personas (niños o adultos) son capaces de pensar y analizar
la información a la cual están expuestos. Fomentar la constante construcción
de esta habilidad crítica debe ser tarea de los adultos que rodean al niño, sin
olvidar que esta capacidad existe en los chiquitos, y que sus opiniones son tan
válidas como las de los grandes.
Mito: Ver televisión es un acto que puede llenar cualquier momento libre en la
medida en que es una actividad "vacía".
Realidad: Si bien no resulta conveniente acudir a la televisión siempre que se
tenga un momento de ocio, existen ciertos programas cuyo contenido dista de
ser violento, enriqueciendo los procesos de aprendizaje y formación de valores
de las personas. Establecer cuál es la programación adecuada implica conocer
los espacios que se emiten, eligiendo aquellos cuyo contenido sea rico en
elementos culturales y con bajos niveles de violencia. Definitivamente la
televisión, como cualquier construcción humana, debe ser destinada para el
crecimiento de los seres humanos.
Influencia de los programas de televisión en niños y adolescentes
http://www.monografias.com/trabajos5/adoles/adoles.shtml
La Televisión es un medio de comunicación de masas que penetra en la
mayoría de los hogares. No existen distinción, llega a ricos y pobres es
considerado un fuerte medio porque integra imágenes y voz. Sin embargo, por
poseer esas características y por tener la facilidad de llegar a la mayoría de la
población se ha transformado en un arma de doble filo dada la calidad de
programación que transmite sin considerar que, en la mayoría de los casos,
sus espectadores son niños y jóvenes que no tienen un adulto que los oriente
en relación a los temas que allí se desarrollan.
Al tener la oportunidad de realizar este trabajo, se ha podido aprender la
importancia que tienen los medios de comunicación en nuestra vida y a la vez
lo perjudicial que es para nosotros, algunos medios cuando nos evidencian
hechos de la vida con imágenes transmitidas sobre el sexo, drogas, violencias,
guerras, raza y alcohol. Hechos de violencias que perjudica a niños,
adolescentes y adultos. Ya que los valores reales, estilo de vida y la manera de
vivir de cada persona esta manejada por modelos de nuevos valores y tipos de
comportamientos, algunos de los cuales están bastante fuera del alcance de la
mayoría de los hombres. Pero muchos de los cuales pueden ser imitados y
ejercer influencia directa sobre el comportamiento de cada uno de nosotros.
La televisión posee la peculiaridad de presentar estímulos visuales y auditivos,
los cuales son más efectivos que los visuales o auditivos por sí mismo, por ello
un medio sumamente eficaz en comparación con los demás medios de
comunicación.
La televisión se impone sobre otros medios y deja atrás al cine por penetrar en
el hogar, en la vida diaria y llegar a formar parte del cúmulo de hábitos de
cualquier hombre de nuestra época, la televisión está en el hogar, solo se
necesita encenderla.
La televisión cuando se utiliza para fines educativos es bastante eficaz en
lograr la atención y memorización sobre el material en ella presentado, según
las cuatros categorías propuestas por Schramm, la televisión posee tres de
ellas que son:
ESPACIO-TIEMPO
PARTICIPACIÓN
RAPIDEZ
Esto demuestra la eficiencia del medio.
Espacio-Tiempo: La televisión actúa de forma combinada, ella posee cierta
efectividad en cuanto a la percepción, en el cual rige el principio de que
mientras mayores vías de entrada posee la información más efectiva será la
percepción del mensaje, los medios combinados como la televisión son de
mayor eficacia, tanto en la percepción a aprendizaje y memorización, esto tiene
gran aplicación a nivel educativo.
Participación: En la escala de participación del comunicador, elaborada por
Allport Cantril, la televisión ocupa el séptimo lugar, mientras mayor
participación mayores serán las influencias.
Rapidez: La televisión y la radio son los medios más rápidos, los medios
rápidos impiden que el comunicador pueda dedicar el suficiente tiempo para
que el mensaje sea comprendido y meditado por el receptor, los medios radios
y televisión prácticamente someten el receptor a un bombardeo de mensajes.
La cuarta categoría es la permanencia de la cual posee la televisión. La
televisión posee la características de combinar estímulos visuales y auditivos,
una Organización en el espacio y en el tiempo que le da una gran efectividad,
es un medio de participación media, en comparación a la conversación cara a
cara y los libros, más cercano a la conversación personal. El medio televisión
es de una gran rapidez lo cual impide una buena labor de crítica y
discernimiento en los mensajes.
Esta característica unida a la poca permanencia, la cual dificulta la posibilidad
de recapitular y recibir nuevamente el contenido, hacen de la televisión un
medio especialmente efectivo para la transmisión de mensajes dedicados a la
convicción, cambio por parte del receptor.
Está demostrado que el contenido de los mensajes de la televisión, sobre todo
en el mundo occidental y m{as aún en los países subdesarrollados, es de baja
calidad artística, con altos contenidos de violencia, agresión exaltación de
valores que no están de acuerdo con los intereses de nuestra sociedad. La
exaltación del individualismo, el énfasis por el dinero y los bienes económicos,
etc. La televisión ayuda a la formación de imágenes estereotipadas con respeto
a profesionales, grupos étnicos, religiosos o políticos. Las ideas son
importadas. En muchas ocasiones el material presentado por la televisión no
resulta beneficioso para el público receptor. Los mensajes transmitidos no
demuestran ningún esfuerzo creador por parte de las plantas, más que el de
preparar un cuarto de condiciones de situar a las personas frente a las
cámaras. Aunque el número de programas en vivo ha aumentado, no cubre
todavía la mitad de la programación. Seguimos recibiendo mensajes que nos
pertenecen, que no van de acuerdo a nuestra idiosincrasia, pero sin embargo
asimilamos y retenemos. Inclusive se penso que al comprar el canal 8 se
comenzaría a hacer en Venezuela una televisión distinta; se realizaran
programas de los nuestros, en realidad se daría comienzo a una innovación en
cuanto a la televisión en nuestro país. Sin embargo nada ha cambiado, por el
contrario, el canal 8 se ha convertido en un órgano publicitario de las campañas
electorales. Esta situación ha causado gran preocupación a la personas del
medio televisado.
La televisión ejerce gran atractivo y ha desplazado en cuanto a preferencia del
público a los demás medios. La televisión pone en juego varias motivaciones
que son aprovechadas por quienes lo utilizan para la venta de productos, así
como la implantación de ideas políticas o sociales. El público prefiere a la
televisión. No necesita de una determinada edad para ver la televisión.
La audiencia es mayor en la clase pobre, atrayendo también gran parte de la
media, esto varia; interviniendo otros factores como la edad, sexo, clase social,
instrucción. Ellos son determinantes importantes en la preferencia, hora de
audiencia y los efectos, los promedios de audiencia, en cuanto a la duración de
la observación, vacían según los diferentes países así como los hábitos de ver
televisión. Los motivos por los cuales se ve televisión varían desde simple
diversión hasta casos de completa adicción, en esto influye la personalidad del
individuo y el medio ambiente que lo rodea.
La televisión es el medio que cuenta con mayor audiencia, pero antes de
contribuir al desarrollo cultural, social, económico y personal de sus
perceptores, les distrae de tareas más alentadoras, mientras mayor sea la
educación menos se ve televisión.
Los efectos que ejercen la televisión verán en grado y calidad, en distintas
áreas, pueden ser meditados o inmediatos. Tal efecto se puede estudiar a dos
niveles; Sentido General y Limitado. El Sentido General se refiere a la acción
en la cual no puede ser concretada a ningún área específica. En Sentido
Limitado los procesos que se desarrollan en la fase postcomunicativa como
consecuencia de la comunicación colectiva, y por otra parte en la fase
comunicativa propiamente dicha, a todos los modos de comportamiento que
resultan de la atención que presta el hombre a los mensajes de la
comunicación colectiva.
Todos los medios de comunicación son utilizados con efectos pocos
productivos para lograr desarrollar el potencial cultural de nuestros pueblos. No
se trata solo de comunicar, sino de controlar las reacciones del receptor.
Los efectos pueden ser considerados:
Según temporalidad: mediatos e inmediatos
Según las consecuencias: positivos y negativos
Según la intensidad
Según el área de acción: sobre el comportamiento, saber, opiniones y
Los niños son excelentes imitadores, incluso durante los primeros meses de
vida, los infantes pueden remedar las expresiones faciales de las personas que
los cuidan. Los niños aprenden a comer, vestirse, utilizar el sanitario e
interactuan con los demás. Gracias a que sus padres y otras personas
constantemente les muestran como se hacen esas cosas; los niños no son
especialmente selectivos en lo que imitan, a muchísimos padres se les
recomienda que cuiden su vocabulario cuando sus pequeños de tres años
dicen una mala palabra en un momento de frustración. A veces parece como si
nada escapara a la atención de los niños pequeños, aunque la imitación no es
el único mecanismo de aprendizaje que tienen los niños, es el primero y sienta
las bases de aprendizaje futura. Como los niños imitan permanentemente a la
gente que los rodea, es lógico que también imiten a las personas que ven en la
televisión o en el cine.
Los niños pequeños no son los únicos que imitan a los personajes de la
pantalla, parece que en la actualidad muchos adolescentes hicieran sus
compras en las mismas tiendas. A lo largo de la vida imitamos a los demás
para aprender cosas nuevas y reforzar nuestra identidad con un grupo
particular. Con cierta frecuencia se oyen historias acerca de niños que terminan
trágicamente, al imitar algún personaje que han visto en los medios de
comunicación ejemplo, un niño de cinco años que le prendió fuego a su casa y
causó la muerte de su hermana de dos años, después de haber visto un
episodio de dos pre-adolescentes estúpidos que disfrutan realizando
actividades antisociales; un grupo de adolescentes que causó un accidente al
imitar la escena de una película en el cual varios jóvenes demuestran su valor
acostándose sobre una autopista; un niño de trece años que se disparó en la
cabeza mientras estaba jugando a la ruleta rusa que había visto en una
película. Todas estas historias son trágicas pero afortunadamente no se
presentan a menudo.
Es evidente que la mayor parte de los niños no imitan tan fácilmente lo que ven
en la pantalla, de la gran cantidad de conductas, imágenes, actitudes y valores
a los cuales están expuestos, los niños escogen solamente algunos. Cuando
se sienten frustrados, algunos niños lloran en un rincón, otros dan patadas y
golpes, y otros toman con calma su frustración.
En cuanto a los efectos que produce en los niños la violencia que muestran los
medios de comunicación, si la imitación fuera la única forma de aprendizaje o lo
fundamental, la guía de televisión de hoy serviría para predecir los titulares del
mañana.
Como ejemplo tenemos que en 1960 Alberto Bandura realizó en la Universidad
de Stanford una de las primeras investigaciones acerca de los medios de
comunicación. Durante más de tres decenios Bandura ha estudiado la manera
en que los niños construyen su identidad a partir de la gama de posibilidades
que tienen; su trabajo inicial se centró en las circunstancias que contribuyen a
que los niños se vuelvan más agresivos cuando observan conductas agresivas.
Sus experimentos con muñecos son clásicos en psicología y han ayudado a
identificar los mecanismos que intervienen en el aprendizaje, cuando los niños
observan actos de violencias en los medio de comunicación.
El muñeco utilizado por Bandura llamado "BOBO", es un gran payaso inflable
que rebota y nunca se cae cuando es golpeado, en un experimento Bandura
dividió a niños de jardín infantil en tres grupos: un grupo control (el cual no
toma parte en el experimento) y dos grupos experimentales. Al principio todos
los niños se reunieron en un salón de juguetes atractivos. Luego a los niños del
grupo control los sacaron del salón, uno de los grupos experimentales observo
una secuencia en un televisor simulado así describe Bandura lo que los niños
vieron, la película comenzó con una escena en la que un modelo un hombre
adulto se dirigía a un muñeco "BOBO" de plástico del tamaño de un adulto para
ordenarle que se retirara de ahí; después de mirar con ira durante un momento
a su oponente, que no le obedecía, el modelo exhibió cuatro conductas
agresivas novedosas y acompaño cada una con una verbalización distinta.
La violencia en la televisión y el cine es perjudicial para los niños. Cuarenta
años de investigación han llegado a la conclusión de que la exposición repetida
a niveles altos de violencia en los medios de comunicación les enseña a
algunos niños y adolescentes a resolver los conflictos interpersonales con
violencia, y, a muchos otros, a ser diferentes a esa solución. Bajo la tutela de
los medios de comunicación y a una edad cada vez más temprana, los niños
están recurriendo a la violencia, no como último sino como primer recurso para
resolver los conflictos.
En publicaciones profesionales que no suelen llegar al público general, hay
miles de artículos que documentan los efectos negativos de los medios de
comunicación en la juventud, particularmente los efectos de violencia que
muestran. Los niños que ven televisión durante más horas son m{as agresivos
y pesimistas, menos imaginativos y empáticos, tienden a ser más obesos y no
son tan buenos estudiantes como los niños que ven menos televisión. Cada
vez es mayor ña preocupación por el hecho de que se ha mantenido oculta la
"historia real" de la violencia en los medios de comunicación y sus efectos en
los niños.
Al dirigirse al Comité Senatorial de los Estados Unidos para asuntos
gubernamentales, Leonard Eron, una autoridad en el tema de la influencia de
los medios de comunicación en los niños dijo:
"Ya no queda duda alguna de que la exposición repetida a la violencia en la
televisión es una de las causas del comportamiento agresivo, el crimen y la
violencia en la sociedad. La evidencia procede tanto de estudios realizados en
laboratorios como de la vida real. La violencia de la televisión afecta a los niños
de ambos sexos, de todas las edades y de todos los niveles socioeconómicos y
de inteligencia. Estos efectos no se limitan a este país ni a los niños
predispuestos a la agresividad".
Las principales organizaciones de atención ala infancia han estudiado los
efectos que producen en los niños la violencia de los medios de comunicación
y han publicado artículos en los cuales fijan su posición. Entidades tanto
gubernamentales como académicas han hecho un llamamiento para ponerle
freno a la violencia en cine y televisión. Los hallazgos de todas estas entidades
corresponden a las conclusiones ineludibles de decenios de investigación de
las ciencias sociales. Médicos, terapeutas, maestros y profesionales dedicados
a la juventud están haciendo todo lo posible por ayudarles a los jóvenes que,
influenciados permanentemente por imágenes que alteran la violencia
impulsiva, encuentran cada vez más difícil manejar las inevitables frustraciones
de la vida cotidiana.
En nuestra sociedad, el homicidio es la principal causa de muerte de grandes
segmentos de la juventud, y hay muchos hombres jóvenes en prisión. La s
raíces de la violencia de nuestra sociedad son complejas. Como sabemos,
entre ella están la pobreza, el abuso infantil, el alcoholismo y el uso del las
drogas psicotrópicas, pero también debemos tomar en consideración el papel
que desempeñan las imágenes que nuestros niños ven en la pantalla durante
las tres horas y media que diariamente le dedican a la televisión.
Hay una gran brecha entre los hallazgos de las investigaciones y lo que el
público sabe acerca de los efectos perjudiciales que tiene la violencia que
muestran los medios de comunicación. Esto no debe sorprendernos. A
menudo, la educación pública se queda atrás de la investigación,
especialmente cuando hay de por medio grandes intereses económicos. Por
ejemplo, los ejecutivos de las empresas tabacaleras siguen insistiendo en que
"todavía no existen pruebas científicas concluyentes de que fumar tenga
relación con el cáncer"2 . La industria del espectáculo perdería gigantescas
sumas de dinero si la violencia – una forma segura y barata de entretenimiento
– se volviera menos popular.
Cuando la ciencia descubre algo de crucial interés público, suele depender de
la cooperación de los medios de comunicación para garantizar que esa
información le llegue a una gran audiencia. Buena parte del éxito de la
campaña contra el cigarrillo se debió al intenso esfuerzo de los medios de
comunicación por educar al público. Los medios también han desempeñado un
papel significativo en la educación sobre las ventajas de utilizar el cinturón de
seguridad, la necesidad de utilizar en los automóviles asientos especiales para
los niños y la inconveniencia de beber y conducir. Como resultado, de ha
reducido significativamente el numero de muertes de jóvenes y adolescentes
en accidentes automovilísticos. Sin embargo, la violencia entre los niños y los
adolescentes se ha disparado. Los investigadores concuerdan en que esto se
debe, en parte, a la manera ininterrumpida en que los medios de comunicación
glorifican la violencia. No obstante, esos hallazgos han sido pasados por alto,
negados, atacados o tergiversados como resultado de la posición
autoprotectora de la industria del espectáculo.
Con frecuencia vemos evidencias de la relación que hay entre crímenes
horrendos y la exposición a los medios de comunicación. En 1992, por ejemplo,
un periódico citaba las palabras de un asesino en serie que mató a su primera
víctima imitando una escena de la película Robocop II:"En la película vi cómo le
cortó la garganta a una persona, luego tomó un cuchillo y la rajó desde el
pecho hasta el estomago y dejo el cuerpo en cierta posición. A la primera
persona que asesiné le hice exactamente lo que vi en la película" .
Ya es hora de dejar atrás el debate en torno a la responsabilidad que le cabe a
la industria del espectáculo por estos delitos. El punto no es si los medios de
comunicación son la causa de los delitos como estos (no lo son), sino si los
medios son un factor importante entre los múltiples factores causales de los
delitos (sí lo son). La violencia suele ser resultado de la interacción de factores
personales, sociales y ambientales. La televisión se ha convertido en un
poderoso factor ambiental que influye en conductas, actitudes y valores. En
muchos hogares, la televisión amenaza la tradicional tríada de la socialización:
familia, escuela e iglesia. Sin embargo, aunque la violencia arbitraria y excesiva
en los medios de comunicación contribuye a la delincuencia, es un factor que
se puede revertir con facilidad. Sencillamente, debemos contarle a nuestros
hijos historias que favorezcan su sano desarrollo y afiancen las conductas
positivas, en lugar de permitir que los medios de comunicación fomenten las
conductas negativas.
Al salir de la escuela secundaria, los niños que han pasado por 50 por ciento
más tiempo frente al televisor que frente a sus maestros. En un hogar promedio
el televisor dura prendido más de siete horas diarias, y un niño promedio ve
entre tres y cuatro horas de televisión al día4. La mayor parte de ese tiempo los
niños ven programas que no están dirigidos a la audiencia infantil: concursos,
melodramas y videos musicales. La televisión no distingue entre sus
espectadores. Si tienes cuatro años y puedes prender el aparato, entonces
tienes derecho a obtener la misma información que un joven de catorce años o
un adulto de cuarenta. La televisión ha modificado la naturaleza de la infancia;
ha derrumbado muchas de las barreras tradicionales que protegían a los niños
de las duras realidades de la vida adulta. Por eso no debe sorprender a nadie
que los niños que ven mucha televisión sean más pesimistas que los que ven
menos televisión. Esos niños han estado expuestos a un mundo de violencia,
sexo, mercantilismo y traición muy por encima de su capacidad emocional.
George Gerbner, decano emérito del Colegio Annenberg de Comunicaciones,
cree que la televisión "le cuenta a la mayor parte de la gente la mayor parte de
las historias la mayor parte del tiempo". La televisión "cultiva" la percepción del
televidente acerca de la sociedad, y fomenta la creencia de que el mundo real
es más o menos como el mundo de ficción que muestra. La televisión se ha
convertido en el crisol del siglo veinte. Nos hace compartir un conjunto de
creencias y suposiciones acerca de la manera en que el mundo funciona, y es
parte fundamental de la vida de muchas personas.
Los directivos de las cadenas de televisión son muy hábiles a la hora de
explotar nuestra sensación de que la televisión es una especie de pegamento
cultural que nos aglutina como sociedad. En una entrevista de TV Guía, Judy
Price, vicepresidente de programación infantil de la CBS, dijo: "Ningún niño
puede ser el único de su grupo que no vea los Power Rangers"5. Esta
afirmación pone de relieve uno de los objetivos fundamentales de la publicidad
en los medios de comunicación. Además de hacer que las cosas parezcan
conocidas y deseables, los medios deben crear la sensación de que existe una
necesidad social. "Ningún niño puede ser el único de su grupo que no vea los
Power Rangers" implica que si a un niño se le impide participar de esta
experiencia, al mismo tiempo se le estará impidiendo tomar parte en la vida
social de su grupo. Aunque parte de la conversación en los patios de recreo,
sitios de trabajo y hogares giran en torno a las experiencias que la mayor parte
de la gente ve en los medios de comunicación, no hay razón para culpabilizar a
los padres que toman medidas para proteger a sus hijos contra el exceso de
violencia en los programas de televisión.
Esa manipulación de los directivos de la industria del espectáculo es
preocupante pero reveladora. Los ejecutivos de los medios de comunicación
exigen a voz en cuello que los padres se "responsabilicen" más por sus hijos a
la hora de ver televisión. "¿Cuándo van a dejar de culpar a los medios para
empezar a prestarle atención al ambiente del hogar y a la necesidad de que los
padres vigilen lo que sus hijos ven?", pregunta un conocido productor de
Hollywood6. Sin embargo, a los padres y políticos que respaldan la utilización
del dispositivo para controlar el acceso a los programas de violencia (V-chip),
los líderes de la industria – que se oponen al dispositivo- les dicen que la
violencia debe ser evaluada "caso por caso". No es casual que los padres se
sientan tan incapaces de controlar el acceso a los medios que desaprueban.
Mientras que los ejecutivos de la televisión aparentan estar de acuerdo con la
necesidad de que los adultos supervisen lo que sus hijos ven en la televisión,
sus actuaciones se encaminan a eludir la autoridad paterna.
La televisión, en sí misma, no debe ser satanizada. Puede ser un instrumento
eficaz para el desarrollo y enriquecimiento humano. Programas excelentes han
demostrado que la televisión les puede enseñar a los niños nuevas habilidades,
ampliar su visión del mundo y promover actitudes y conductas prosociales. Sin
embargo, la televisión comercial tiene objetivos diferentes del desarrollo
personal y cultural. Su objetivo es hacerse a la audiencia a los publicistas.
A los publicistas les gustas los programas que tienen una buena trayectoria y
fórmulas comprobadas para ganar audiencia. Ésa es la razón por la que gran
parte de lo que ofrece la televisión nos parece repetitivo y predecible.
Es posible que tengamos acceso a cientos de canales, pero, en realidad, la
clase de historias que vemos es sorprendentemente limitada. Por tanto, la
televisión cultiva una perspectiva común. A menudo, esa perspectiva incluye
una visión de la violencia como mecanismo usual, aceptable e, incluso,
admirable de resolver los conflictos. Esa visión le resta importancia al costo, en
vidas humanas, tiene la violencia.
Los medios de comunicación, como propagadores importantes de actitudes,
suposiciones y valores, no pueden darse el lujo de eludir sus responsabilidades
y limitarse a hacer valer sus derechos. Si bien la televisión no mata gente da
las ideas, la aprobación social, y, a menudo, hasta las instrucciones que
estimulan la conducta antisocial. Quienes se benefician de las enormes
oportunidades que ofrece la industria del espectáculo para ganar dinero y
adquirir estatus deben actuar como ciudadanos – no sólo de los padres –
brindarles a los niños un ambiente culturalmente sano.
Los efectos de los medio de comunicación no son triviales. Por ejemplo, es un
hecho bien conocido que los índices de suicidio aumentan después del suicidio
de una celebridad si se le da un gran cubrimiento. El tan publicitado suicidio de
Kurt Cobain, principal cantante del grupo de rock Nirvana, dio por resultado
muchos suicidios de adolescentes, especialmente varones, que buscaban
imitar a su ídolo. "Cuando Kurt Cobain murió, yo morí con él", decía la nota que
dejó un joven de dieciocho años, que había hecho un pacto con dos amigos
para suicidarse cuando Cobain muriera7 . esto no significa que hubiera sido
mejor no cubrir esta noticia; pero la ciencia ha puesto a nuestro alcance
suficientes resultados de investigación como para poder predecir que el
cubrimiento sensacionalista e incesante del suicidio de Cobain estaba
destinado a producir un aumento en el número de suicidios entre adolescentes.
Los padres deben estar conscientes de que el cubrimiento sensacionalista de
los crímenes y suicidios de jóvenes celebridades puede ser emocionalmente
devastador para los adolescentes vulnerables. La toma de consciencia y la
supervisión de los padres, así como la discusión, son variables esenciales para
prevenir más tragedias.
Aunque los crímenes por imitación son particularmente penosos, ponen de
relieve el poder de los medios de comunicación, los cuales llegan,
prácticamente, a todos los hogares. Establecer normas sociales nunca se
puede considerar "trivial". Si usted está en la tercera edad, no es trivial que los
medios insistan en reducirlo a la condición de inútil papanatas. Si es mujer, no
es trivial que todas las presentadoras de noticias tengan entre diez y veinte
años menos que sus colegas masculinos. Y si usted es un padre que está
tratando de inculcarles a sus hijos valores como la laboriosidad y la buena
educación, no es trivial que la serie de dibujos animados Beavis y Butt-head,
del canal musical TV, se haya convertido en un modelo de holgazanería e
insensibilidad para los adolescentes.
Las imágenes tienen consecuencias que a menudo son perturbadoras y
trágicas. Mi hijo de once años y yo prendimos una noche la televisión para ver
un noticiero y escuchamos un breve anuncio de exoneración de
responsabilidad acerca de las "imágenes perturbadoras", seguido de escenas
de niños muertos y gravemente heridos. En una ciudad vecina, una camioneta
se había estrellado contra el patio de recreo de una escuela y había matado a
un niño y herido gravemente a varios más. En los segundos que me demoré en
cambiar de canal, esas imágenes sangrientas quedaron grabadas en nuestras
mentes. Esa noche mi hijo tuvo mucha dificultad para conciliar el sueño y tuvo
pesadillas. ¿Eran necesarias esas escenas? ¿Nos enseño algo importante
para conocer el mundo o para manejar nuestra vida? No lo creo. En cambio,
creo que esa cadena de televisión estaba siguiendo el tradicional cliché:
"Cuanta más sangre, tanta más audiencia".
La base de toda sociedad es un conjunto de valores razonablemente
compartidos. Podemos definirnos individualmente como liberales o
conservadores, gobiernistas o antigobernistas; sin embargo, es un hecho que,
como sociedad , compartimos un conjunto de valores básicos que nos
caracterizan8. Entre esos valores están la lealtad, la responsabilidad, la familia,
la integridad, el coraje, el respeto por los derechos individuales y la tolerancia
hacia la diversidad.
La palabra derechos salió a relucir muchas veces durante mi discusión con
varios ejecutivos de los medios: derechos individuales, derechos creativos, y,
como era de esperar, derechos fundamentales. Y aunque originalmente la
democracia se fundó más sobre la noción de "responsabilidad común" que
sobre la de derechos individuales, nuestra sociedad ha pasado su foco de
atención de las responsabilidades a los derechos. Pero los derechos conllevan
responsabilidades que no se pueden pasar por alto. Ninguno de nosotros -
padres, políticos, ejecutivos de los medios de comunicación o grupos con
intereses especiales – puede darse el lujo de olvidar que junto con la serie
extraordinaria de derechos de los cuales disfrutamos en una democracia, hay
una serie igualmente extraordinaria de responsabilidades.
Cuando los ejecutivos de la industria del espectáculo insisten en que las
ganancias anteceden a la responsabilidad, no están viviendo de acuerdo con
su compromiso de servir al público. Cuando los padres permitimos que
nuestros hijos vean horas enteras de violencia irracional, no estamos viviendo
de acuerdo con nuestro compromiso de proteger y formar a nuestros hijos. Los
niños están siendo lastimados. Son lastimados cuando son víctimas o autores
de una violencia insensata, que los medios de comunicación exaltan. Son
lastimados cuando ven el mundo como un lugar corrupto y aterrador, en el cual
solamente los bienes de consumo proporcionan satisfacción y paz mental. Son
lastimados cuando se vuelven tan dependientes de las ráfagas de las armas de
fuego y de los efectos visuales prefabricados que ya no pueden inventar sus
propias imágenes o soñar sus propios sueños. Es hora de dejar de lastimar al
sector más vulnerable de nuestra población. Es hora de empezar a proteger a
nuestros hijos.
ADOLESCENCIA Y TELEVISION
MADELINE LEVINE; Ph.D. La violencia en los medios de comunicación. Grupo
Editorial Norma. Pág. 356
La forma de pensar de los adolescentes experimenta una revolución que se
inicia, aproximadamente, a los once (11) años. Los niños más jóvenes pueden
captar puntos de vista ajenos siempre y cuando sean conocidos y verificables.
Los adolescentes pueden tomar en consideración diversas perspectivas acerca
de casos hipotéticos y ajenos a su experiencia.
No todos los jovencitos de quince años piensan como los adultos, y no todos
los adultos alcanzan la etapa de las operaciones formales. Sin embargo, en la
adolescencia el razonamiento deja de centrarse en lo obvio y adquiere
consciencia los aspectos más complejos. Esta manera más profunda de ver la
vida tiene una relación importante con la manera en que los adolescentes
entienden los mensajes de los medios de comunicación.
La televisión no es el medio adecuado para fomentar el desarrollo intelectual
que produce adulto reflexivo. Unas de las tareas de la adolescencia es
desarrollar el sentido de la continuidad y el contexto histórico.
Los adolescentes necesitan saber que forma parte del continuo proceso
humano. El aislamiento de la adolescencia se reduce cuando los adolescentes
se vislumbran en el trabajo, con una familia o como parte de una comunidad.
Esta es la razón por la cual a los adolescentes les interesan tanto las películas
y programas de televisión que se refieren a las carreras profesionales, las
relaciones y los problemas sociales.
Mientras que el cine trata de vez en cuando problemas complejos, la televisión
no suele hacerlo. Esto es evidente en los noticieros, cuando son adolescentes,
ven noticieros mas frecuencia que cuando eran más niños, la realidad es que
los noticieros son sólo otra forma de empaquetar entretenimiento.
Asesinato, ballenas perdidas e informe especiales acerca de la pérdida de
cabello alternan con comerciales necios y seductores.
En realidad, los medios de comunicación y en particular la televisión, no les
proporcionan a los adolescentes las experiencias que les podrían ayudar a
desarrollar sus procesos de pensamiento y a sentir que están en un mundo
racional. Los padres que alimentan a sus hijos adolescentes a que piensen
detenidamente modelándoles la reflexión y esperando que actúen de la misma
manera, favorecen el desarrollo intelectual.
Las base de todas las relaciones humanas exitosas es el respeto y afecto. Es
importante motivar a los adolescentes para que vean programas y película que
tienen en cuenta esto. Infortunadamente, los adolescentes suelen sentirse
presionados a volverse activos sexualmente antes de conocer a fondo las
bases emocionales de la sexualidad humana.
Los medios de comunicación han dejado de mostrar que la sexualidad procede
de la intimidad emocional y no simplemente de la intimidad sexual, en general,
los medios muestran el sexo como algo glamouroso, instintivo y lo que es más
peligroso libre de riesgos.
Los adolescentes aprenden del sexo de una manera diferente de otros tipos de
aprendizajes sociales, porque la información no procede de la participación y la
observación sino de otras personas y gran parte de esa información termina
siendo falsa. En cuanto a la difusión de información sexual, los padres, las
escuelas y las instituciones religiosas difieren en cuanto a su disposición y
grado de tranquilidad.
La negación de los padres contribuye en gran medida a limitar el acceso de sus
hijos a la información sexual, al mismo tiempo que los adolescentes tienen
relaciones sexuales a una edad cada vez más temprana. Esta tendencia tiene
implicaciones potencialmente devastadoras para nuestra sociedad, porque ya
es un hecho bien documentado que los adolescentes más jóvenes están
menos informados acerca del control de natalidad y la prevención de
enfermedades de transmisión sexual, y además, tienen más probabilidades que
los adolescentes mayores se involucren en relaciones sexuales sin protección.
Como en la adolescencia los padres controlan menos a sus hijos y éstos tienen
más acceso a los medios de comunicación y pocas fuentes alternativas de
información sexual, no debe sorprendernos la importancia que tienen los
medios en la socialización sexual de los adolescentes. Infortunadamente muy
poco de lo que los adolescentes ven acerca del sexo en los medios de
comunicación es respetuoso o sensato. En cambio los adolescentes están
expuesto a un mundo sexual donde abunda la violencia y donde el amor y el
compromiso suelen brillar por su ausencia.
Los medios de comunicación han sido excesivamente indiferente en cuanto a la
imagen que transmiten del sexo y sus consecuencias. Aproximadamente el
85% de todas las relaciones sexuales que muestra la televisión son entre
parejas que no están casadas o que no tienen ningún compromiso.
En vez de adentrarse en el tema más complejo de la intimidad humana, los
medios se sienten satisfechos mostrando, sencillamente a las parejas haciendo
el amor.
Los medios no les han proporcionado a los adolescentes varones modelos
dignos de ser imitados. Sin embargo ¿por qué razón los varones se sienten
atraídos de manera particular por los mensajes que por los énfasis en la
intimidación y el abuso del poder como mecanismo para salir adelante en el
mundo? Mientras que en los niños varones influyen muchísimos más los
modelos masculinos que los femeninos, en las niñas influyen por igual los
modelos masculinos y femeninos.
En 1995, La serie de televisión Policía de Nueva York causó conmoción al
quebrantar la norma sobre desnudez en la televisión. Por primera vez, un
programa importante permitió que una de sus estrellas mostrara el trasero.
No importaba que hubiéramos visto tiroteos, acuchillamientos, violaciones y
mutilaciones durante decenios. Jimmy Smits salió con el trasero al aíre.
Los efectos de esta película son inmensamente distintos y el sistema de
clasificación actual no tiene en cuenta esa diferencia adecuadamente. Aunque
son importantes las clasificaciones que reflejan lo que el "padre promedio"
considera apropiado para sus hijos, también es importante tomar en
consideración lo que las investigaciones nos dicen acerca de lo que perjudica a
los niños y a los adolescentes.
Por ejemplo en uno de los experimentos tres grupos de varones universitarios
vieron cada una de tres versiones de la misma película. En la versión agresiva
sexualmente, la mujer que estaba atada fue amenazada con un revolver y
violada. En la versión que solo contenía agresión, el sexo fue suprimido y en la
versión que solo contenía sexo, la agresión fue suprimida. Después de ver la
película, los hombres diligenciaron unos cuestionarios para evaluar su actitud
hacia la violación, su disposición a utilizar la fuerza contra las mujeres, y su
disposición a perpetrar una violación si no fueran descubiertos.
Apenas el 11% de los hombres que vieron la versión que sólo contenía sexo
manifestaron que tenían probabilidades de cometer una violación. El 25% de
los que vieron sexo y violencia manifestaron que tenían algunas
probabilidades, y el 50% de los hombres que solamente vieron violencia
manifestaron que tenían alguna probabilidad de violar a una mujer.
De acuerdo a lo escrito anteriormente, se podría decir, que en realidad los
Medios de Comunicación no tienen un cien por ciento de la responsabilidad en
cuanto a las atribuciones que se les hacen, con relación al comportamiento
manifestado por los niños y adolescentes, ya que en este sentido es muy
importante la educación que puedan proveer los padres y representantes en el
momento de estar observando el programa.
SAPIR, Edwar, Lingüística y Significación. Editorial Salvat. N-13
BARRIOS, Leoncio. TV Literatura para Recrear y Educar. Caracas.
CIRCULOS DE LECTORES. Gran enciclopedia ilustrada circulo. Caracas.
Tomo 12. Pág. 4200
Las historietas y los dibujos animados son universales, los encontramos en
todas las culturas e idiomas. Son el fruto de la inspiración creativa, el esfuerzo
decidido y el trabajo intenso. Comenzando con una idea sencilla y un esbozo a
lápiz, con el poder de la imaginación han ido evolucionando hasta convertirse
en historias llenas de personajes y situaciones que nos dan su humor, nos
entretienen y nos hacen reflexionar. http://www.wipo.int/about-
wipo/es/info_center/cartoons/
LOS DIBUJOS ANIMADOS Y EL GENERO O LA NECESIDAD DE UNA
NUEVA MIRADA en www. http://home.worldonline.es/hekokole/genero.htm
Los dibujos animados son el material audiovisual que cubre la mayor parte de
las horas de programación televisiva infantil
Las series de animación están presentes en todas las cadenas de televisión.
Aseguran índices de audiencia estables, son del agrado del público y van
dirigidas a un amplio sector. Además, niños y niñas los citan, en las encuestas,
entre sus preferencias televisivas. A este respecto, se pueden citar diversos
estudios, por ejemplo, el proyecto de investigación realizado por tres
profesores de la UPV (José Luis Ibañez, Juan Carlos Pérez y Begoña Zalbidea)
sobre el universo televisivo infantil en Euskadi. Entre sus conclusiones afirman
que la media de consumo televisivo en el periodo estudiado (año 1998) entre
los niños de 4 a 12 años alcanzaba los 162 minutos diarios. El programa más
visto en Euskadi era Euskaraoke (un programa en el que grupos de niños y
niñas cantaban y hacían espectáculos musicales. Recurrían a las escuelas
para conseguir a los participantes. A conocido diferentes versiones, pero sigue
emitiéndose con éxito)) y seguidamente, venían los dibujos animados: Dragoi
Bola (Bola de Dragón).
Otra investigación, también realizada en la UPV, sobre el uso, consumo y
actitudes de niños y jóvenes respecto de medios de comunicación
(Garitaonandia, Juaristi y Oleaga, 1997) concluye que el programa favorito para
el 22% de los encuestados eran los dibujos animados (les seguían el show
familiar con el 19% y las teleseries con la misma proporción)
Además, diferentes investigadores han demostrado la relevancia que la
televisión tiene como elemento socializador. A este respecto, para Joan Ferrés
la televisión socializa en cuanto potencia el pensamiento anticipatorio. Es
especialmente importante porque consigue que “se interioricen sus modelos no
por su valor intrínseco sino por el placer que producen”. (Joan Ferrés,
Televisión subliminal. Socialización mediante comunicaciones inadvertidas
1997)
Hasta hace unas décadas, niños y niñas no contaban con más modelo que el
proveniente de la familia o su entorno inmediato. Actualmente, los medios
audiovisuales han incrementado notablemente esos modelos así como la
presentación atractiva de los mismos.
Por lo tanto, si observamos que los dibujos animados son el fundamento de la
programación infantil televisiva, tienen altos niveles de audiencia ya que gustan
mucho a niños y niñas, y son por ello, un elemento importante de socialización,
podemos deducir que investigar sobre dibujos animados es imprescindible para
conocer los modelos de identificación que la televisión ofrece, en horario
infantil, a los niños y niñas.
Un estudio realizado en el año 94 por MªAngeles Prieto, Joan Carles March y
Adrián Argente del Castillo, y publicado en el libro “La generación TV” bajo el
título: “Violencia y seximo en los programas infantiles de televisión. Un antes y
un después del código ético” ofrece datos reveladores. En la semana en la que
los autores analizaron los contenidos de la programación televisiva,
fundamentalmente dibujos animados, los papeles protagonistas siempre
correspondieron a los chicos. En ninguna ocasión fue la chica la que jugó un
papel importante. Según los autores, ellos, los niños, son dibujados como
críticos, valientes, hábiles, inteligentes y nunca lloran. La fuerza física es la
cualidad que más se destaca. Ellas en cambio son: sumisas, débiles,
indefensas, presas fáciles para el enemigo. Se equivocan a menudo.
Desarrollan comportamientos cercanos a la histeria ante los peligros y la
belleza es su principal cualidad. Las chicas aparecen generalmente como
espectadores de los encuentros deportivos que protagonizan los chicos. Y se
muestran relaciones de pareja en las que la protagonista femenina vive
angustiada, ansiosa, sumisa y pasiva ante la actitud de su compañero.
Esther del Moral en una de los pocas tesis doctorales sobre dibujos animados
que se han realizado en el Estado español, estudió cómo las imágenes de los
dibujos animados reproducen modelos y valores de la realidad cultural. Según
la autora, el análisis pone de manifiesto que (cito textualmente)“el papel de la
mujer o niña en los dibujos animados queda bastante reducido y se presentan
modelos estereotipados que, hoy por hoy, no responden a la realidad social,
sino más bien se tratan de una caricatura decimonónica”.(Del Moral, ....)
Sobre los perfiles sociales de los personajes que intervienen, la autora dice en
la página 885: «Los personajes femeninos, las niñas, no se presentan tan
inventivas, autónomas y emprendedoras como los niños, sino más bien como
simples copias desvaídas del modelo propuesto en el niño. Hacen lo mismo
que él, pero unos fotogramas después».
Entre sus conclusiones apunta (página 895) que: “ La proporción entre
hombres y mujeres en las series de dibujos animados está muy
descompensada: 80% de personajes masculinos y 20% de los femeninos».
Su investigación demuestra, aunque no era ese su objetivo principal, el
carácter sexista de las series de dibujos animados. Pero no entra a investigar
sobre las relaciones de género.
La franja de dibujos animados para mayores de edad ha cautivado a la
audiencia con su humor corrosivo y la consigna de no dejar títere con cabeza.
http://www.revistacambio.com/html/saber_vivir/articulos/4059/
La publicidad que anunciaba la nueva serie mostraba claramente al presidente
George Bush de un lado, junto a Dios. Este le pedía de manera amistosa que
no le contara al mundo que tenían una relación muy cercana… –"¿Podrías
dejar de decir en público que yo quería que fueras Presidente?". Ese ha sido el
calibre de American Dad, un programa que ha levantado ampolla en Estados
Unidos, pues su protagonista es un paranoico agente de la CIA, que haría
cualquier cosa por defender a su país en contra del terrorimo, que se ha
logrado meter en las casas de todos aquellos que, en América, se conectan por
cable.
La discriminación racial y sexual, las guerras en nombre de la religión, el
desempleo, el dopaje y el tráfico de seres son algunos de los escenarios en los
que se desarrollan las historias de los cada vez más numerosos programas de
televisión bajo este formato de dibujos animados, con un claro toque de humor
negro, crítica y sarcasmo. La franja No molestar, de Fox, y Adult Swim, de
Cartoon Network hoy compiten hombro a hombro por la audiencia, cada día
más seducida por esta forma de contar la actualidad a través de muñequitos
que poco tienen de inocencia, como detener a Scooby Doo y a Shaggy por
posesión de drogas ilícitas.
Cuenta el director creativo de Cartoon Network para América Latina, Hernán
Lagreca, que después de las 11 de la noche, tienen más de un 50% de público
cautivo mayor de 18 años. En entrevista concedida a El Clarín, Lagreca explica
que "el segmento se estrenó en Estados Unidos en 2001, y actualmente lidera
la audiencia, imponiéndose a los late shows de David Letterman o Jay Leno."
Este tipo de programas se viene cultivando desde hace más de una década. En
1989 se transmitió por primera vez Los Simpsons, exitosa serie convertida en
la de mayor cantidad de temporadas en televisión, con 16. Matt Groening, su
creador, nunca imaginó la popularidad que alcanzarían sus personajes
amarillos. La familia de Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie es en un ícono de
la cultura norteamericana y sus personajes se han multiplicado acercándose
cada día más a los espectadores. Incluso el gruñido de Homero ha sido
añadido a la edición del Oxford Dictionary en 2001.
Según un informe sobre los contenidos de los dibujos animados, del Comité
Federal de Radiodifusión argentino, "los personajes carecen del heroísmo y de
la moral que caracterizaba a las fábulas edificantes de las animaciones que los
antecedieron. En cambio, esos personajes conforman los elementos básicos de
una familia nuclear que impugna la institución familiar y motoriza el ataque
contra las convenciones".
Por ello, durante la década de los 90, la cadena de videoclips musicales MTV,
puso en las pantallas de a dos adolescentes sucios, que pasaban interminables
horas frente al televisor comiendo pura chatarra y que sólo pensaban en sexo:
Beavis & Butthead. Estos dos personajes eran el reflejo de miles de jóvenes
que buscaban una vida cool, pero sin tener que esforzarse demasiado.
A estos personajes se sumaron otros, ya con el terreno abonado, dedicados a
poner el dedo en la llaga. South Park, lanzada en 1997, ha sobrepasado los
100 episodios, y llegó a ser carátula de Newsweek por su sentido provocador.
Cuatro niños inseparables –el judío; el gordito consentido y grosero; el pobre
que se roba de la merienda las golosinas para alimentar a su familia, y el
"normal", hijo de un meteorólogo y una vendedora de seguros– construyen su
mundo infantil en un ámbito adulto y violento, y ponen un espejo a la sociedad
en las que les tocó vivir.
Sus personajes son reflejo de ello. Parodian a Paris Hilton, a Donald Trump, a
Bill Clinton y a Michael Moore. El cocinero del colegio es negro, desenfrenado
sexual, pero amante del canto. Tienen un profesor gay que les dicta clases con
marionetas. Sin embargo, a él no le temen, mientras que sí denunciaron a un
militar pedófilo que reemplazó al profesor, por petición de los padres, y resultó
un temible cordero con cola de lobo. También tuvieron que sortear una decisión
sobre la eutanasia. Mientras Terry Schiavo era exhibida en televisión, uno de
los cuatro niños de South Park entra en coma, pero antes había dejado
consignado en su testamento no convertirse en espectáculo mediático.
Los personajes de South Park no le tienen miedo a nada, ni a Satán, quien vive
en una cueva con ríos de fuego con su amante Saddam Hussein, ni a Bin
Laden, quien los secuestró en una ocasión por error. Sus creadores, Trey
Parker y Matt Stone, dos amantes de la música, la animación y el baloncesto,
se conocieron en la universidad, donde trabajaron en diversos proyectos de
animación. Pero fue South Park, con sus inevitables groserías y cinismo, el que
los elevó a categoría de ídolos de la juventud.
Evidentemente, las críticas están a la orden del día y los comunicados de la
Iglesia, entre muchas otras instituciones familiares, no se han hecho esperar.
Pero como de eso se trata, los creativos siguen haciendo de las suyas. "Si las
estadísticas de los sacerdotes homosexuales ameritan un episodio en South
Park –se pregunta William Donohue, presidente de la Liga Católica
estadounidense– ¿no sería justo preguntarse por qué temas de homosexuales
y el sida no merecerían una temporada completa de divertimento?" Claro que
lo merecen, porque para los nuevos diseñadores de dibujos animados no hay
tabúes que impidan el desarrollo de cualquier tema. Gracias a ellos, los héroes
de las historietas han desnudado sus miserias. Al menos después de las 10.