1. ARGENTINA, CONTRACCIÓN MONETARIA Y COLOMBIA
César Ferrari, Ph.D.
Director, Maestría en Economía, Pontificia Universidad Javeriana
El deterioro de la gravísima situación en la Argentina continúa. El miércoles 26, violentas
manifestaciones contra el Gobierno terminaron con un saldo de dos muertos. El acuerdo
con el FMI, con el cual el Gobierno espera superar la grave situación, no acaba de
concretarse. Mientras tanto, entre el primer trimestre del 2002 y el del 2001, el PIB
argentino cayó 16%, una enormidad; los analistas estiman que continuará cayendo y, con
ello, el empleo. El Gobierno tambalea.
Ese comportamiento no es una casualidad y se explica en gran medida por la dramática
caída en los medios de pago (M3) a disposición de los argentinos como consecuencia del
llamado “corralito financiero,” vigente desde diciembre de 2001. Tal “corralito” congeló
los depósitos en poder de los bancos y, por lo tanto, una parte considerable de M3. Cifras
oficiales sobre la evolución de dicho agregado no se conocen. Desde diciembre el Banco
Central Argentino dejó de publicarlas. Pero un estimado elaborado a partir de la
información de que los argentinos lograron retirar la mitad de su depósitos de los bancos,
que en diciembre representaba 89% del total de M3, permite concluir que hasta junio del
2002 dicho agregado monetario se redujo en términos efectivos en 44%.
Sin embargo, en el año transcurrido hasta mayo de 2002, la base monetaria del Banco
Central de la Argentina se expandió 60%; entre diciembre de 2001 y mayo de 2002 el
crecimiento fue de 73.4%. La razón de esa expansión es clara. A pesar de haber reducido
sus reservas en dólares, la devaluación cambiaria de 260% entre mayo y enero del 2002,
generó un incremento significativo en el valor en pesos de los activos externos del Banco
Central y, por lo tanto, en la base monetaria. De paso, en el contexto de dicha recesión,
causó una inflación de 23% (mayo 2001 – mayo 2002) al elevar los precios de los bienes
transables internacionalmente mientras que los de los no transables (servicios) tienden a
reducirse por la recesión.
¿Cómo se compatibiliza una expansión de la base con una reducción de M3? En
Argentina, la base monetaria creció por efecto de la devaluación cambiaria; la
contracción de los agregados monetarios totales se produjo por la reducción del
multiplicador monetario. Base por multiplicador es igual a M3. El multiplicador se define
por una combinación entre la preferencia por la liquidez (circulante respecto a depósitos
en los bancos) y el encaje efectivo (depósitos de los bancos en el Banco Central respecto
a los depósitos del público en los bancos). Al no poder retirar sus depósitos, el público
argentino mantiene como circulante cualquier activo monetario que llega a sus manos,
elevando su preferencia por la liquidez casi al infinito. A su vez, el encaje se elevó casi al
100% por causa del “corralito,” que resulta equivalente a que los congelados depósitos
del público estén encajados en el Banco Central. Como consecuencia, el multiplicador se
redujo prácticamente a la unidad, significando una enorme reducción respecto a su valor
previo.
2. El comportamiento de la economía argentina y su disparatada política económica es un
ejemplo de lo mal que puede gestionarse una economía. Primero, congelaron la tasa de
cambio (durante más de diez años), la llamada “convertibilidad,” para favorecer a los que
tenían acceso al endeudamiento en dólares perjudicando la competitividad de la
producción nacional, y, luego, congelaron los depósitos bancarios (no se sabe por cuanto
tiempo), el mencionado “corralito financiero,” para proteger a los bancos derrumbando
los medios y la cadena de pagos.
La enseñanza que deja la reciente historia monetaria Argentina debe ser aprendida y no
debe repetirse. Es un sueño imposible esperar que la producción argentina y colombiana
crezcan en medio de una reducción sistemática de sus respectivos medios de pago o de su
competitividad.
En Colombia, a pesar de que las estadísticas muestran claramente que en los últimos
tiempos el M3 se redujo notablemente, algunos pocos insisten en describir la experiencia
colombiana reciente como una “política monetaria generosamente expansiva” porque la
base monetaria creció significativamente. La base se expandió por efecto de la compra de
divisas por parte del Banco de la República. Pero el impuesto del 3 por mil hizo que el
público aumentara el circulante frente a sus depósitos y, con ello, el multiplicador.
Aumentó más aún porque la recesión indujo a los colombianos a reducir sus depósitos
(ahorros) para mantener sus niveles de consumo.
Esperemos que el Banco de la República mude su cartilla de tal manera que, guardando
una mayor consideración por el multiplicador monetario, el crecimiento de los agregados
monetarios, su relación con el crecimiento del PIB y la competitividad derivada de la tasa
de cambio, permita una expansión de la demanda y la inversión que se traduzcan en
crecimiento económico y generación de empleo en beneficio de todos los colombianos.
¿Será que la experiencia argentina reciente puede explicar mejor lo que las estadísticas
colombianas no consiguen?