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Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca
La enfermedad celíaca es una entidad prevalente en nuestro entorno,
que afecta tanto a niños como a adultos, y cuya epidemiología ha
variado en los últimos años, gracias a los avances que se han producido
                                                                                                                        Diagnóstico precoz
en los métodos diagnósticos. Un aspecto importante a tener en cuenta
es que la enfermedad celíaca sin sintomatología clásica es más                                                          de la enfermedad
frecuente que la forma sintomática, lo que dificulta en numerosas
ocasiones el diagnóstico.
                                                                                                                        celíaca
Esta enfermedad puede generar una alta repercusión individual y
social y suponer un alto coste sanitario, sobre todo en aquellos casos
en los que existe un retraso en el diagnóstico. Este retraso obedece,
en gran medida, a la existencia de formas paucisintomáticas
o monosintomáticas que se alejan del patrón clásico de presentación
y es el motivo fundamental por el que gran parte de la población
celíaca permanece sin diagnosticar. Todo ello hace necesario que
constituya un reto para el sistema sanitario su detección precoz.




                                                                                  MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO




                                                                                                                        SANIDAD 2008
                                                           www.msc.es                                                   MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO
Diagnóstico precoz
de la enfermedad
celíaca




SANIDAD 2008
MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO
Edita y distribuye: 

© MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO


NIPO: 351-08-086-X


Imprime: FER

Alfonso Gómez, 38 - 3.º C - 28037 Madrid


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Diagnóstico precoz
de la enfermedad
celíaca
Grupo de Trabajo sobre
«Diagnóstico precoz
de la enfermedad celíaca»

Coordinadora del Grupo de Trabajo:
–	 Polanco Allué, Isabel. Sociedad Española de Gastroenterología,
   Hepatología y Nutrición Pediátrica.

Grupo de Trabajo:
–	 Arroba Basanta, Mª Luisa. Asociación Española de Pediatría de Atención
   Primaria (AEPAP).
–	 Gálvez Daza, Purificación. Agencia de Evaluación de Tecnologías
   Sanitarias de Andalucía (AETSA).
–	 Gancedo García, Mª Carmen. Sociedad Española de Pediatría
   Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
–	 López-Abente Ortega, Gonzalo. Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
–	 Malagelada Benaprés, Juan Ramón. Sociedad Española de Aparato
   Digestivo.
–	 Martín Esteban, Manuel. CC de la Agencia Española de Seguridad
   Alimentaria y Nutrición (AESAN).
–	 Montoro Huguet, Miguel A. Sociedad Española de Gastroenterología.
–	 Pérez Farinós, Napoleón. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y
   Nutrición (AESAN).
–	 Ricote Belinchon, Mercedes. Sociedad Española de Médicos de Atención
   Primaria (SEMERGEN-AP).
–	 Sáez Martínez, Francisco José. Sociedad Española de Médicos Generales
   y de Familia (SEMG).
–	 Sánchez-Celaya del Pozo, Marta. Sociedad Española de Medicina de
   Familia y Comunitaria (SemFYC).
–	 Sánchez Prado, Luis María. Agencia de Evaluación de Tecnologías
   Sanitarias - Instituto de Salud Carlos III (AETS-ISCIII).
–	 Sarria Santamera, Antonio. Agencia de Evaluación de Tecnologías
   Sanitarias - Instituto de Salud Carlos III (AETS-ISCIII).
–	 Tello Anchuela, Odorina. Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
Coordinación Técnica:
–	 Cortés Rubio, José Alfonso. Ministerio de Sanidad y Consumo.
–	 Díaz de Torres, Pilar. Ministerio de Sanidad y Consumo.
–	 Montesinos Alonso, Amparo. Ministerio de Sanidad y Consumo.
Colaboradores:
–	 Esteve Comas, María. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Mutua de
   Terrassa. Terrassa. Barcelona.
–	 Fernández Bañares, Fernando. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital
   Mutua de Terrassa. Terrassa. Barcelona.
–	 Casellas Jordá, Francisco. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital
   Universitario Vall d’Hebrón. Barcelona.
–	 García González, Miguel. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital
   Universitario Ramón y Cajal. Madrid.
–	 García Rotllán, Javier. Subdirector de Programas y Desarrollo. Dirección
   General de Asistencia Sanitaria. Servicio Andaluz de Salud.
–	 Peña Forcada, Enrique. Coordinador del grupo de trabajo de
   enfermedades digestivas (SEMERGEN-AP).
–	 Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE).
–	 Celiacs de Cataluña-Unión Española de Celíacos.
Índice
Abreviaturas                                                          11


Presentación                                                          13




1. ENFERMEDAD CELÍACA                                                 15

   1. Introducción                                                    17

   2. Definición                                                      17

   3. Magnitud del problema. Epidemiología                            18

   4. Clínica                                                         18

      4.1 Formas clínicas de la enfermedad celíaca                    18

      4.2 Presentación clínica de la enfermedad en el niño,

          adolescente y adulto                                        20

      4.3 Grupos de riesgo                                            22


   5. Diagnóstico                                                     24

      5.1. Sospecha clínica                                           24

      5.2. Determinación de marcadores séricos                        24

      5.3. Estudio genético                                           25

      5.4. Biopsia duodenoyeyunal                                     26


   6. Tratamiento                                                     28

   7. Seguimiento                                                     29

   8. Puntos clave y recomendaciones                                  30


2. PROTOCOLO DE DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD

   CELÍACA                                                            33

    I. Secuencia de actuación diagnóstica en Atención Primaria        35

   II. Secuencia de actuación diagnóstica en Atención Especializada   41


3. DECÁLOGO PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD

   CELÍACA                                                            47


4. BIBLIOGRAFÍA                                                       51





DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                            9
Abreviaturas

AAtTG:       Anticuerpo antitransglutaminasa tisular humana.
AGA:         Anticuerpos antigliadina.
AINE:        Antiinflamatorios no esteroideos.
EC:          Enfermedad celíaca.
EMA:         Anticuerpos antiendomisio.
HLA-DQ2: Marcador genético (heterodímero DQ2).

HLA-DQ8: Marcador genético (heterodímero DQ8).

HP:          Helicobacter Pylori.

IBPs:        Inhibidores bomba de protones.

IgA:         Inmunoglobulina A.

IgG:         Inmunoglobulina G.

LIEs:        Linfocitos intraepiteliales.

SII:         Síndrome de intestino irritable.





DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                    11
Presentación

El Ministerio de Sanidad y Consumo ha coordinado la realización de este
documento de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celíaca por un grupo
de expertos de diferentes sociedades científicas con el objetivo principal de
promover el diagnóstico precoz de la enfermedad.
      La enfermedad celíaca es una entidad prevalente en nuestro entorno
que afecta tanto a niños como a adultos.
      Su epidemiología ha variado en los últimos años gracias a los avances
que se han producido en los métodos diagnósticos.
      La importancia del diagnóstico precoz reside en que la instauración de
una alimentación exenta de gluten consigue, no sólo la normalización del
estado de salud, sino también la recuperación de la calidad de vida de los
pacientes.
      Por todo ello, es muy importante que los médicos, fundamentalmente
pediatras y médicos de familia, pero también los que trabajan en la atención
hospitalaria, conozcan bien cuándo hay que pensar en la enfermedad celía­
ca y cómo diagnosticarla. A ello quiere contribuir este documento.
      Finalmente, hay que resaltar que el resultado obtenido es fruto del tra­
bajo y consenso de un buen número de expertos y de la colaboración de las
sociedades científicas participantes. A ellos quiero expresar mi agradeci­
miento y felicitación por el trabajo realizado.
      Y ahora es el momento de que las recomendaciones de este documen­
to puedan realmente aplicarse en la práctica clínica diaria para alcanzar ese
objetivo de mejorar en la detección precoz y la atención a los pacientes con
enfermedad celíaca en España.

                                                          Bernat Soria Escoms
                                               Ministro de Sanidad y Consumo




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                 13
1. Enfermedad celíaca
1. Introducción
La Enfermedad Celíaca (EC) es una forma de enteropatía que afecta a
individuos genéticamente predispuestos, al entrar en contacto con alimen­
tos que contienen gluten. Ello determina la aparición de una lesión histo­
lógica característica, aunque no patognomónica, que en las formas más gra­
ves provoca atrofia de las vellosidades instestinales. Como consecuencia
puede producirse un defecto de malabsorción de nutrientes (principios
inmediatos, sales minerales y vitaminas) que conduce a diversos estados
carenciales responsables de un amplio espectro de manifestaciones clíni­
cas.
     La EC puede presentarse a cualquier edad de la vida y cursa con
manifestaciones clínicas muy variadas, aunque en muchos casos la enfer­
medad es asintomática. Estas premisas hacen especialmente relevante el
papel del pediatra y del médico de familia en atención primaria en el diag­
nóstico precoz, evitando así el desarrollo a largo plazo de complicaciones
graves.



2. Definición
La enfermedad celíaca consiste en una intolerancia permanente a las pro­
teínas del gluten del trigo (gliadina), del centeno (secalina), de la cebada
(hordeina) y del triticale (híbrido de trigo y centeno). Estudios recientes
sugieren que la avena en estado puro (no contaminada por harina de trigo)
no parece influir en la patogénesis de la enfermedad. La causa de la enfer­
medad es desconocida pero en su desarrollo contribuyen factores genéticos
(HLA DQ2 y DQ8), ambientales (gluten) e inmunológicos.
      El contacto de la mucosa intestinal con el gluten conduce a la apari­
ción de un daño en la mucosa cuyo espectro oscila desde casos en los que
únicamente se aprecia un aumento de la población de linfocitos intraepite­
liales (enteritis linfocítica) hasta formas avanzadas de atrofia vellositaria.
Cualquiera de las formas histológicas de la enfermedad, incluso las formas
más leves, pueden cursar con diversos estados carenciales, incluyendo ane­
mia, osteopenia u osteoporosis y un amplio abanico de síntomas digestivos
y extradigestivos. Todas estas manifestaciones, así como las alteraciones
serológicas e histológicas, mejoran sensiblemente e incluso llegan a desapa­
recer al retirar el gluten de la dieta, reapareciendo al introducir de nuevo
este elemento en la alimentación.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                17
3. Magnitud del problema. Epidemiología
La EC afecta tanto a niños como a adultos y la relación mujer/varón es de
2:1. Está presente no sólo en Europa y los países poblados por personas de
ascendencia europea, sino también en Oriente Medio, Asia, Sudamérica y
Norte de África, y puede llegar a afectar hasta el 1% de la población en algu­
nos países occidentales1. La prevalencia mundial se estima en 1/266, y en
España oscila entre 1/118 en la población infantil y 1/389 en la población
adulta2. Sin embargo, se considera que la epidemiología de la EC tiene las
características de un iceberg ya que esta prevalencia puede ser mucho mayor
puesto que un porcentaje importante de casos permanece sin detectar 3.
      Así, según diversos estudios epidemiológicos realizados en todo el
mundo, la EC sin sintomatología clásica es más frecuente que la forma sin­
tomática, constituyendo un reto para el sistema sanitario su detección pre­
coz 4,5.



4. Clínica
4.1. Formas clínicas de la enfermedad celíaca
Entre las formas clínicas de presentación (figura 1) cabe destacar:
      Enfermedad celíaca clásica: Se caracteriza por la aparición de sínto­
mas graves de malabsorción, anticuerpos séricos positivos y atrofia grave de
las vellosidades. Este patrón de presentación es hoy en día excepcional en
la edad adulta. Los pacientes pueden cursar con síntomas digestivos o extra-
digestivos.
      Enfermedad pauci o monosintomática: Actualmente es la forma más
frecuente de EC, tanto de la edad adulta como de la pediátrica, y puede cur­
sar con síntomas intestinales y/o extraintestinales. El espectro histológico es
variable, desde enteritis linfocítica a la atrofia total y el porcentaje de posi­
tividad de autoanticuerpos séricos es variable (15 al 100%) y dependiente
de la gravedad histológica.
      Enfermedad celíaca silente: No hay manifestaciones clínicas, pero sí
lesiones histológicas características (incluso atrofia de vellosidades). Estos
casos suelen descubrirse bien por una determinación de marcadores séricos
indicada por sospecha clínica o bien por pertenecer a alguno de los grupos
de riesgo.
      Enfermedad celíaca latente: Se caracteriza por la existencia de una
mucosa duodenoyeyunal normal en individuos que toman gluten en la dieta
en el momento de ser evaluados, con o sin anticuerpos positivos, pero que




18                                                                        SANIDAD
en algún momento de su vida han presentado o van a presentar caracterís­
ticas propias de la EC.
      Enfermedad celíaca potencial: El término potencial hace referencia a
aquellos individuos que no han presentado nunca alteraciones histológicas
características de la enfermedad, pero por sus características genéticas
(HLA-DQ2/DQ8) o inmunológicas (en ocasiones anticuerpos séricos posi­
tivos) presentan un riesgo “potencial” de desarrollarla.


                           Figura 1. Formas clínicas de presentación6



                                                   Clásica

                                                   Pauci­
                                               monosintomática


                                                   Silente


                                                   Latente



                                                  Potencial




       Formas                                          Test           Pruebas        Biopsia
                              Síntomas
       clínicas                                    serológicos       genéticas      intestinal
 Clásica                   Intestinales/          Positivos (*)    Positivas     Positiva
                           Extraintestinales

 Pauci-                    Intestinales/          Positivos (*)    Positivas     Positiva
 monosintomática           Extraintestinales

 Silente                   Asintomática           Positivos        Positivas     Positiva

 Latente                   Asintomática           Positivos (*)    Positivas     Normal

 Potencial                 Asintomática           Negativos (**)   Positivas     Normal

 (*) Tests serológicos positivos, pero a veces negativos.
 (**) Tests serológicos negativos, pero a veces positivos.




      Enfermedad celíaca refractaria: Hace referencia a aquellos pacientes
con lesión histológica bien documentada (generalmente con atrofia vellosi­
taria) cuyos síntomas no desaparecen después de haber excluido el gluten
de la dieta al menos durante un período de seis meses. Antes de establecer
este término es necesario:




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                                      19
–	 Asegurar que el paciente no ingiere pequeñas cantidades de gluten
         de forma intencionada o inadvertida;
      –	 Excluir condiciones clínicas asociadas a la propia enfermedad que
         por sí solas pueden explicar la persistencia de los síntomas (déficit
         secundario de disacaridasas, insuficiencia pancreática exocrina,
         sobrecrecimiento bacteriano y colitis microscópica);
      –	 Excluir otras causas de atrofia vellositaria (por ejemplo, esprúe tro­
         pical o enfermedad de Whipple).



4.2. Presentación clínica de la enfermedad en el niño,
     adolescente y adulto
En el niño pequeño el cuadro clínico varía dependiendo del momento de la
introducción del gluten en la dieta. Las manifestaciones clínicas más fre­
cuentes son: diarrea crónica, falta de apetito, vómitos, dolor abdominal recu­
rrente, laxitud e irritabilidad, apatía, introversión y tristeza. Los signos más
frecuentes son la malnutrición, la distensión abdominal, la hipotrofia mus­
cular, el retraso póndero-estatural, la anemia ferropénica y la hipoprotei­
nemia.
       El niño mayor y el adolescente pueden no tener síntomas digestivos.
La enfermedad puede presentarse como una anemia ferropénica rebelde a
la ferroterapia oral, estreñimiento, dolor abdominal, menarquia retrasada e
irregularidades menstruales, cefaleas, artralgias y hábito intestinal irregular.
Los signos que presentan con mayor frecuencia son la talla baja, aftas ora­
les, hipoplasia del esmalte, distensión abdominal, debilidad muscular, artri­
tis, osteopenia y queratosis folicular.
       En el adulto la enfermedad puede tener distintos patrones de presen­
tación. La descripción clásica de la enfermedad que incluye las manifesta­
ciones de un síndrome de malabsorción grave con esteatorrea y signos de
malnutrición es, hoy en día, excepcional. No obstante, algunos adultos cuya
enfermedad pasó desapercibida en la edad pediátrica pueden debutar con
un cuadro de estas características, a raíz de un acontecimiento vital estresan­
te, una gastrectomía o el embarazo.
       Mucho más frecuentes son las formas paucisintomáticas o monosinto­
máticas; de ahí la necesidad de valorar en atención primaria las siguientes
situaciones:
      –	 Dispepsia: La presencia de dolor o malestar en la línea media supe­
         rior del abdomen, sobre todo postprandial, constituye una consulta
         frecuente. Numerosas guías de práctica clínica, han subrayado el
         interés en documentar la presencia de “síntomas de alarma” para




20	                                                                      SANIDAD
seleccionar los pacientes subsidiarios de pruebas complementarias.
         Así, la endoscopia resulta necesaria cuando los síntomas debutan a
         una edad >50 años o ante la presencia de vómitos persistentes, ane­
         mia, pérdida de peso, antecedentes familiares de cáncer gástrico o
         una masa palpable en el abdomen. En ausencia de síntomas de alar­
         ma, no resulta coste-efectivo indicar una gastroscopia. La actitud en
         estos casos depende de la naturaleza de los síntomas.

      Deben distinguirse dos situaciones:
      –	 Distrés postprandial (antes dispepsia tipo dismotilidad). Este térmi­
         no hace referencia a los pacientes que refieren sensación de sacie­
         dad precoz y/o plenitud postprandial.
      –	 Dolor o ardor en epigastrio: Se trata de pacientes que refieren una
         sensación urente en el epigastrio, que puede ser la expresión de una
         enfermedad por reflujo gastroesofágico, una úlcera gastroduodenal
         (generalmente péptica) o una hipersensibilidad al ácido.

      Con alguna frecuencia, especialmente en el subgrupo de pacientes con
distrés postprandial, los síntomas no logran ser aliviados con tratamiento
empírico con procinéticos (incluso cuando se asocian IBPs). Muchas veces,
este tipo de pacientes incluyen entre sus síntomas sensación de hinchazón,
flatulencia, meteorismo y dolor abdominal; y pueden referir una historia de
aftas recidivantes, astenia, cambios en el estado de ánimo, irritabilidad o
incluso depresión. Recientes evidencias han puesto de relieve que cuando
se biopsia el duodeno de estos enfermos se encuentra una alta prevalencia
de lesiones histológicas. Es probable que en el futuro sea necesario incluir
la toma de 4-6 biopsias de la 2.ª-3.ª porción duodenal en los pacientes con
dispepsia funcional “refractaria” para excluir la presencia de una enferme­
dad celíaca. En la selección del paciente candidato a biopsia se considerará
previamente el estado serólogico de AAtTG.

      –	 Síndrome de intestino irritable (SII). Es un cuadro caracterizado
         por síntomas crónicos y recurrentes de dolor o malestar abdominal
         que alivia tras la defecación y que se asocia a cambios en la frecuen­
         cia y/o consistencia de las deposiciones, sin apreciar síntomas de
         alarma. De los tres subtipos que se describen (predominio de estre­
         ñimiento, predominio de diarrea y patrón alternante), es especial­
         mente sospechoso el enfermo con diarrea como síntoma principal.
         Solo un 20% mantienen el diagnóstico de diarrea de origen “fun­
         cional”, cuando son sometidos a una evaluación sistemática para
         excluir entidades como la colitis microscópica, malabsorción de
         azúcares, malabsorción idiopática de sales biliares, sobrecrecimien-




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                  21
to bacteriano intestinal y enfermedad celíaca. Por este motivo, ante
         un paciente diagnosticado de SII podría ser necesario descartar la
         enfermedad celíaca, si el cuadro clínico y analítico fuese compa­
         tible.
      –	 Otros síntomas gastrointestinales que obligan a considerar un posi­
         ble diagnóstico de EC, son: La presencia de dolor abdominal cróni­
         co y recurrente de causa no aclarada, especialmente cuando asocia
         síntomas de “hinchazón”, flatulencia y/o meteorismo y la presencia
         de vómitos frecuentes de causa no aclarada, particularmente si aso­
         cia los mismos síntomas mencionados. El estreñimiento no es un sín­
         toma infrecuente en la enfermedad celíaca del adulto.
      –	 Síntomas extradigestivos relativamente frecuentes en el enfermo
         celíaco son: Pérdida de peso, dolores óseos y articulares, historia de
         fracturas (ante traumatismos banales), parestesias, tetania, infertili­
         dad, abortos recurrentes, irritabilidad, astenia, ansiedad, depresión,
         epilepsia y ataxia.
      –	 Las siguientes situaciones, sin explicación demostrable, deben susci­
         tar igualmente la sospecha: La presencia de malnutrición, edemas
         periféricos, talla baja, neuropatía periférica, miopatía proximal, ane­
         mia ferropénica, hipoesplenismo, osteopenia u ostoporosis, aftas
         bucales recidivantes, descenso de la albúmina sérica, disminución
         del tiempo de protrombina, deficiencia de ácido fólico o vitamina
         B12 e hipertransaminasemia.

      En la tabla I del Protocolo de diagnóstico precoz, se presentan los sín­
tomas, signos y alteraciones analíticas (en el niño pequeño, niño mayor, ado­
lescente y adulto) que obligan a considerar el diagnóstico de EC.
      Dermatitis herpetiforme: Es la expresión cutánea de la enfermedad
celíaca. Se presenta en niños mayores, adolescentes y adultos jóvenes en
forma de lesiones vesiculares pruriginosas en piel normal o sobre placas
maculares localizadas simétricamente en cabeza, codos, rodillas y muslos. El
diagnóstico se realiza mediante la demostración por inmunofluorescencia
directa de depósitos granulares de IgA en la unión dermoepidérmica de piel
sana. Si bien los individuos con dermatitis herpetiforme no presentan sínto­
mas del tracto digestivo, habitualmente tienen el daño intestinal caracterís­
tico de la enfermedad celíaca.



4.3. Grupos de riesgo
      Son grupos de riesgo los familiares de enfermos celíacos y los pacien­
tes con enfermedades asociadas a enfermedad celíaca.




22	                                                                      SANIDAD
Familiares de primer grado. Constituyen un grupo de riesgo elevado
en el que la prevalencia de enfermedad celíaca oscila entre el 5 al 15% [15­
30% si son DQ2 positivos]7. Aunque algunos de estos pacientes pueden per­
manecer asintomáticos, cuando se lleva a cabo una búsqueda intencionada
de síntomas y signos en esta población, no es infrecuente detectar astenia,
flatulencia, ferropenia y osteoporosis, incluso en las formas histológicamen­
te leves8.
      Enfermedades asociadas. Suelen preceder a la enfermedad celíaca,
aunque también pueden manifestarse simultáneamente e incluso después
del diagnóstico. Los pacientes que las padecen son considerados grupos de
riesgo ya que su asociación se produce con una frecuencia superior a la
esperada. Algunas enfermedades que pueden asociarse a la enfermedad
celíaca son:
      A) Enfermedades autoinmunes y otras inmunopatias:
      –	 Diabetes mellitus tipo I. Aproximadamente un 5-6% de los pacien­
         tes asocian enfermedad celíaca.
      –	 Tiroiditis autoinmune. La asociación de la enfermedad celíaca es
         frecuente (5%), tanto en niños como en adultos.
      –	 Déficit selectivo de IgA. Alrededor del 4% de los pacientes celía­
         cos presentan además un déficit selectivo de IgA.
      –	 Enfermedad inflamatoria intestinal.
      –	 Otras enfermedades autoinmunes: Síndrome de Sjogren, lupus eri­
         tematoso sistémico, enfermedad de Addison, nefropatía por IgA,
         hepatitis crónica autoinmune, cirrosis biliar primaria, artritis reuma­
         toide, psoriasis, vitíligo y alopecia areata.

      B) Trastornos neurológicos y psiquiátricos:
      –	 Encefalopatía progresiva, síndromes cerebelosos, demencia con
         atrofia cerebral, leucoencefalopatia, epilepsia y esquizofrenia.

      C) Otras asociaciones:
      –	 Síndrome de Down (la asociación con EC es superior al 12%), sín­
         drome de Williams, síndrome de Turner, fibrosis quística, enferme­
         dad de Hartnup, cistinuria, colitis microscópica, cardiomiopatía,
         fibromialgia, síndrome de fatiga crónica e infertilidad.

     En la tabla II del Protocolo de diagnóstico precoz se exponen los gru­
pos de riesgo para la EC.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                   23
5. Diagnóstico

5.1. Sospecha clínica
Se valorarán en el paciente la existencia de síntomas y signos de la enferme­
dad o la pertenencia a grupos de riesgo, ya sea por presentar alguna enfer­
medad que se pueda asociar con la enfermedad celíaca o bien que el pacien­
te tenga familiares afectados.



5.2. Determinación de marcadores séricos
Los marcadores séricos son de gran utilidad como indicadores de EC, si
bien la biopsia intestinal sigue siendo el patrón oro para establecer el diag­
nóstico. Ayudan a seleccionar a los individuos con mayor probabilidad de
presentar la EC, siendo particularmente útiles en aquellos sin síntomas gas­
trointestinales, en aquellos con enfermedades asociadas a la EC y para el
despistaje de familiares de primer grado de enfermos diagnosticados. Debe
considerarse, no obstante, que la negatividad de estos marcadores no exclu­
ye definitivamente el diagnóstico, siendo necesario en ocasiones recurrir a
pruebas más avanzadas (estudio genético) cuando la sospecha diagnóstica
es elevada.
      Los marcadores disponibles9 son los siguientes:
      –	 Anticuerpos antigliadina (AGA): Fueron los primeros en utilizarse.
         Son tanto de clase IgA como IgG. Se utilizan preferentemente los de
         clase IgA y su eficacia para el cribado de EC es mayor en niños que
         en adultos.
      –	 Anticuerpos antiendomisio (EMA): Son también de clase IgA. Su
         sensibilidad y su especificidad son variables según la edad. Tienen el
         inconveniente de la laboriosidad de su determinación y su interpre­
         tación es subjetiva.
      –	 Anticuerpos antitransglutaminasa tisular humana de clase IgA
         (AAtTG): Los AAtTG se han mostrado como los marcadores más
         útiles y hoy en día existe acuerdo generalizado en utilizar sólo los
         AAtTG para el cribado de EC. También está disponible la determi­
         nación de AAtTG de clase IgG, especialmente útil en caso de défi­
         cit de IgA asociado a EC.

     La tabla 1 presenta la eficacia de los diferentes anticuerpos de clase
IgA10 considerados en el diagnóstico serológico de la EC.




24	                                                                     SANIDAD
Tabla 1. Eficacia de los anticuerpos séricos

                                         Sensibilidad      Especificidad
                Anticuerpos
                                             (%)               (%)
            Antigliadina                      75-90            82-95

            Antiendomisio                     85-98            97-100

            Antitransglutaminasa              90-98            94-97




     El resultado de la serología determina la conducta a seguir, debiendo
considerar las siguientes situaciones11,12,13:
      –	 Serología positiva: La sensibilidad de la serología es muy elevada
         (próxima al 100%), especialmente en personas con lesiones histoló­
         gicas avanzadas (atrofia vellositaria). Por lo tanto, ante la presencia
         de síntomas sugestivos y serología positiva debe indicarse una biop­
         sia intestinal. En caso de alteraciones morfológicas compatibles, se
         procederá a retirar el gluten de la dieta.
      –	 Serología negativa y elevada sospecha clínica: Recientes evidencias
         sugieren que la serología negativa no permite excluir con seguridad
         el padecimiento de la enfermedad. Ello resulta particularmente cier­
         to en pacientes con lesiones histológicas poco avanzadas (Marsh 1
         y 2). Por otro lado, el hecho de presentar alteraciones morfológicas
         poco relevantes (enteritis linfocítica, sin atrofia vellositaria) no
         excluye que el enfermo presente síntomas y signos de enfermedad
         clínicamente relevante (astenia, flatulencia, anemia, osteopenia,
         etc.). Por este motivo, ante la presencia de síntomas sospechosos con
         serología negativa, especialmente en grupos de riesgo, debe conside­
         rarse la posibilidad de derivar el caso para proseguir su evaluación
         en un medio especializado.

Determinación de la IgA
Aunque la IgA sérica suele estar elevada, la determinación de IgA sérica
total, simultáneamente a la de AAtTG, permite disminuir la proporción de
falsos negativos, dado que los enfermos celíacos asocian un déficit selectivo
de IgA con mayor frecuencia que la población general. En el caso de défi­
cit de IgA, se solicitarán los anticuerpos de clase IgG.


5.3. Estudio genético
Los estudios genéticos (HLA-DQ2/DQ8) son útiles en el manejo de la
enfermedad celíaca, dado que casi la totalidad de los pacientes celíacos son
HLA-DQ2 o DQ8 positivos.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                   25
El 90% de los pacientes con enfermedad celíaca son HLA-DQ2 posi­
tivos, mientras que sólo lo expresan un 20-30% de los individuos de la
población general. El resto de pacientes celíacos poseen variantes alélicas
que codifican HLA-DQ8 sin HLA-DQ2 (6% del total) o un solo alelo del
HLA-DQ2. Por tanto, la ausencia de HLA-DQ2 y HLA-DQ8 hace que el
diagnóstico de EC sea muy poco probable14.
      El estudio genético tiene, por tanto, un alto valor predictivo negativo,
permitiendo excluir la EC con un 99% de certeza.
      Su determinación tiene utilidad clínica en alguna de las situaciones
siguientes:
      –	 Investigar la existencia de EC en pacientes con sospecha clínica bien
         fundada y estudio serológico negativo. Si el estudio genético es
         negativo, el clínico debería plantearse un diagnóstico alternativo. Sin
         embargo, un resultado positivo, en presencia de una serología nega­
         tiva, obliga a considerar firmemente la necesidad de realizar una
         biopsia duodenal.
      –	 Seleccionar individuos de alto riesgo entre familiares y pacientes
         con enfermedades asociadas con anticuerpos positivos y biopsia
         normal. Si estos pacientes son DQ2 o DQ8 positivos deben ser tri­
         butarios de un seguimiento clínico, dado que pueden desarrollar la
         enfermedad en una etapa ulterior.
      –	 Investigar la susceptibilidad genética en familiares de un paciente
         celíaco.
      –	 Pacientes con anticuerpos positivos que rechacen la biopsia.
      –	 Pacientes que siguen una dieta sin gluten, sin haber sido correcta­
         mente diagnosticados de enfermedad celíaca y en los que se plantea
         la reintroducción del gluten.

5.4. Biopsia duodenoyeyunal
La prueba de oro para establecer el diagnóstico definitivo consiste en la
práctica de una biopsia del duodeno proximal o del yeyuno (procedimiento
más habitual en niños). Siempre debe de llevarse a cabo este procedimien­
to antes de proceder a la retirada del gluten de la dieta (es necesario dispo­
ner de un estudio de coagulación previo ya que algunos pacientes pueden
tener un déficit de protrombina secundario a la malabsorción de Vit K).
     Dado que las lesiones histológicas pueden ser parcheadas, se aconseja la
toma de al menos 4 muestras para el análisis histológico. El resultado del
estudio anatomopatológico permite confirmar la existencia de lesiones com­
patibles y establecer el estadío de la lesión (Clasificación de Marsh). El espec­
tro de lesiones histológicas que presentan estos pacientes es amplio y oscila
desde formas de enteritis linfocíticas, donde únicamente se encuentra un




26	                                                                       SANIDAD
incremento de la población de linfocitos intraepiteliales (>25%) [Marsh 1],
hasta formas de atrofia grave de la mucosa [Marsh 3]. Es importante dispo­
ner de inmunotinciones para llevar a cabo el contaje de linfocitos intraepite­
liales, cuando las tinciones con hematoxilina-eosina no son concluyentes. Sólo
de este modo pueden diagnosticarse con razonable seguridad las formas de
enteritis linfocítica (>25 linfocitos/100 células epiteliales).
       Cualquiera de las formas histológicas mencionadas es compatible con
la enfermedad, pero ninguna de ellas es específica. De ahí la importancia del
estudio serológico y del estudio genético (en caso de serología negativa y
alta sospecha clínica), para reforzar el diagnóstico y la necesidad de verifi­
car tanto la mejora clínica como la resolución de las lesiones un tiempo des­
pués de haber retirado el gluten de la dieta. Con frecuencia, la recuperación
de éstas es lenta, por lo que la biopsia de confirmación no debería llevarse
a cabo antes de 18-24 meses.
       En la Clasificación de Marsh15 de las lesiones del intestino delgado
(figura 2) los criterios anatomopatológicos, son los siguientes: Marsh 0
(mucosa preinfiltrativa); Marsh 1 (incremento en el número de linfocitos
intraepiteliales); Marsh 2 (hiperplasia de criptas); Marsh 3 (atrofia vellosita­
ria [3a] parcial, [3b] subtotal, [3c] total); Marsh 4 (hipoplasia).


 Figura 2. Clasificación de Marsh de las lesiones del intestino delgado




            Normal 0                         Infiltrativa 1                   Hiperplásica 2




        Atrofia parcial 3a               Atrofia subtotal 3b                  Atrofia total 2c

 FUENTE: North American Society for Pediatric Gastroenterology, Hepathology and Nutrition, Children’s
 Digestive Health and Nutrition Foundation. Celiac Disease: evaluation and management. CME certified
 CD-ROM. 2004.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                                             27
En la tabla III del protocolo de diagnóstico precoz se expone un lista­
do de las entidades con las que debe llevarse a cabo el diagnóstico diferen­
cial de la EC según el estadío de la lesión histológica.



6. Tratamiento
El único tratamiento eficaz de la enfermedad celíaca es una dieta estricta
sin gluten durante toda la vida16. Con ello se consigue la mejoría de los sín­
tomas aproximadamente a partir de las dos semanas, la normalización sero­
lógica entre los 6 y 12 meses y la recuperación de las vellosidades intestina­
les en torno a los 2 años de iniciado el tratamiento. En pacientes adultos, la
respuesta clínica suele ser más lenta. Hay que excluir de la dieta el trigo, la
cebada, el triticale, el centeno y todos sus derivados incluidos los almidones.
La avena probablemente no ejerce un efecto nocivo por sí misma; sin
embargo, muchos productos que contienen avena se hallan contaminados
por trazas de harinas de otros cereales, lo que representa una limitación
para su uso. Para conseguir una dieta sin gluten es necesario recurrir a un
consumo preferente de alimentos naturales: carnes, pescados, huevos, leches
y derivados, legumbres, frutas, verduras y hortalizas y cereales sin gluten
como el maíz o arroz. En la tabla 2 se presenta la clasificación de los alimen­
tos en función a su contenido en gluten.


 Tabla 2. Clasificación de los alimentos en función a su contenido en gluten

ALIMENTOS SIN GLUTEN

 — Leche y derivados (quesos, requesón, nata, yogures naturales y cuajada).
 — Todo tipo de carnes y vísceras frescas, congeladas y en conserva al natural, ceci­
   na, jamón serrano y jamón cocido calidad extra.
 — Pescados frescos y congelados sin rebozar, mariscos frescos y pescados y maris­
   cos en conserva al natural o en aceite.
 — Huevos.
 — Verduras, hortalizas y tubérculos. Frutas.
 — Arroz, maíz y tapioca, así como sus derivados.
 — Todo tipo de legumbres.
 — Azúcar y miel. Aceites y mantequillas.
 — Café en grano o molido, infusiones y refrescos.
 — Toda clase de vinos y bebidas espumosas.
 — Frutos secos crudos.
 — Sal, vinagre de vino, especias en rama y grano y todas las naturales.

                                                                         (Continúa)




28                                                                             SANIDAD
Tabla 2. Clasificación de los alimentos en función a su contenido en gluten
          (Continuación)

ALIMENTOS CON GLUTEN

 — Pan y harinas de trigo, cebada, centeno, triticale, y probablemente la avena.
 — Productos manufacturados en cuya composición figure cualquiera de las harinas
   ya citadas y en cualquiera de sus formas: almidones, almidones modificados,
   féculas, harinas y proteínas.
 — Bollos, pasteles, tartas y demás productos de pastelería.
 — Galletas, bizcochos y productos de pastelería.
 — Pastas italianas (fideos, macarrones, tallarines, etc.) y sémola de trigo.
 — Bebidas malteadas.
 — Bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales: cerveza, agua de cebada,
   algunos licores, etc.

ALIMENTOS QUE PUEDEN CONTENER GLUTEN

 —   Embutidos: chorizo, morcilla, etc.
 —   Productos de charcutería. Patés diversos.
 —   Yogures de sabores y con trocitos de fruta.
 —   Quesos fundidos, en porciones, de sabores.
 —   Conservas de carnes. Conservas de pescado con distintas salsas.
 —   Caramelos y gominolas.
 —   Sucedáneos de café y otras bebidas de máquina.
 —   Frutos secos fritos y tostados con sal.
 —   Helados. Sucedáneos de chocolate.
 —   Colorante alimentario.




      En los últimos años se están investigando otras posibles estrategias de
utilidad terapéutica, distintas a la dieta sin gluten17. Sin embargo, antes de su
aplicación clínica deberán demostrar su eficacia y seguridad respecto a la
dieta sin gluten.



7. Seguimiento
Es preciso realizar un seguimiento clínico de los pacientes con objeto de
vigilar la evolución de los síntomas, controlar el crecimiento en los niños y
vigilar el cumplimiento de la dieta.
      La determinación de AAtTG es de utilidad para el control del segui­
miento correcto de la dieta, cuando la serología ha sido positiva. En aque-




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                        29
llos pacientes que continúan con síntomas o presentan recidivas de los mis­
mos, a pesar del régimen sin gluten, es obligado llevar a cabo una búsqueda
intencionada de fuentes insospechadas de gluten en la dieta o de transgre­
siones mínimas. Ambas situaciones explican la mayoría de los casos que per­
sisten sintomáticos o mantienen títulos elevados de marcadores séricos.
      Algunas de las complicaciones que el enfermo celíaco sin tratamiento
puede presentar a medio y largo plazo son: hipoesplenismo, insuficiencia
pancreática exocrina, osteoporosis, crisis celíaca, yeyunoileítis ulcerativa
crónica, sobrecrecimiento bacteriano y linfoma no Hodgkin. Se ha descrito
igualmente una mayor prevalencia de otros tumores, incluyendo cáncer de
faringe, esófago, estómago y recto.



8. Puntos clave y recomendaciones
      –	 La enfermedad celíaca puede manifestarse en cualquier edad, tanto
         en niños como en adultos.
      –	 La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten,
         proteína presente en algunos cereales como trigo, cebada, centeno y
         triticale. No está claro que la avena deba ser considerada nociva en
         esta patología.
      –	 Aparece en individuos genéticamente predispuestos, en su gran
         mayoría portadores del heterodímero DQ2 o DQ8 del sistema
         HLA. Por lo tanto, el valor predictivo negativo de estos marcadores
         es muy elevado.
      –	 Cursa con una enteropatía cuya expresión clínica oscila entre for­
         mas asintomáticas (casos silentes) y un cuadro de malabsorción flo­
         rido con grave repercusión sobre el estado de nutrición. No es infre­
         cuente que el paciente refiera únicamente síntomas o signos extra-
         digestivos.
      –	 La dermatitis herpetiforme es la expresión cutánea de la enferme­
         dad celíaca.
      –	 Su prevalencia es alta, pudiendo afectar hasta al 1% de la población.
      –	 Esta enfermedad puede generar absentismo escolar y laboral y
         suponer un alto coste sanitario, sobre todo en aquellos casos en los
         que existe un retraso en el diagnóstico. Este retraso obedece, en gran
         medida, a la existencia de formas paucisintomáticas o monosintomá­
         ticas que se alejan del patrón clásico de presentación y es el motivo
         fundamental por el que gran parte de la población celíaca permane­
         ce sin diagnosticar.
      –	 Un mejor conocimiento de los distintos patrones de presentación,
         especialmente de las formas no clásicas o “atípicas” por parte del




30	                                                                     SANIDAD
médico de atención primaria permitirá un diagnóstico y tratamiento
         precoz con las consiguientes ventajas, tanto sanitarias como sociales,
         laborales y de carácter económico. Especial atención merecen aque­
         llos pacientes que han sido diagnosticados de patología digestiva
         “funcional” y que no responden adecuadamente al tratamiento con­
         vencional.
      –	 Los pacientes con enfermedades asociadas a EC (autoinmunes, cro­
         mosomopatías, etc.) junto con los familiares de pacientes celíacos,
         constituyen una población de riesgo en los que hay que mantener un
         alto grado de sospecha.
      –	 Los marcadores séricos (AAtTG) resultan de elección para iniciar el
         despistaje de los pacientes con mayor probabilidad de presentar EC.
      –	 Una serología negativa no excluye el padecimiento de la enferme­
         dad, por lo que en presencia de síntomas sospechosos, puede hacer
         necesario una evaluación más exhaustiva.
      –	 La biopsia intestinal sigue siendo el patrón oro para verificar la pre­
         sencia de una lesión de la mucosa compatible con la enfermedad.
         Ésta debe de indicarse en presencia de síntomas sugestivos y una
         serología positiva o cuando el paciente presenta alta probabilidad
         clínica y un estudio genético positivo (aunque la serología sea nega­
         tiva). No se debe iniciar una dieta sin gluten sin haber realizado pre­
         viamente una biopsia intestinal.
      –	 El estudio genético permite detectar otros miembros de la familia
         susceptibles de padecer la enfermedad.
      –	 La dieta estricta sin gluten constituye el único tratamiento actual de
         la EC. En la mayoría de los casos conduce a la desaparición de los
         síntomas, la negativización de los marcadores séricos y la práctica
         normalización de las alteraciones histológicas. El régimen sin gluten
         debe seguirse durante toda la vida tanto en pacientes sintomáticos
         como asintomáticos.
      –	 La causa más frecuente de falta de respuesta al tratamiento es el
         incumplimiento de la dieta o la ingesta insospechada de pequeñas
         cantidades de gluten en la alimentación.
      –	 La dieta sin gluten debe basarse, fundamentalmente, en alimentos
         naturales y frescos que no contengan gluten: carnes, pescados, hue­
         vos, leche y derivados, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y los
         cereales que no tienen gluten (maíz, arroz, mijo y sorgo), combinán­
         dolos entre sí de forma variada y equilibrada.
      –	 El consumo de productos manufacturados conlleva riesgos potencia­
         les. Como norma general, deben eliminarse de la dieta los productos
         a granel, los elaborados artesanalmente o los que no estén etiqueta­
         dos, donde no se pueda comprobar el listado de ingredientes.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                   31
–	 Para mejorar la identificación de los alimentos sin gluten serían
         recomendables actuaciones dirigidas a mejorar el etiquetado de los
         productos alimentarios, perfeccionar los métodos analíticos de
         detección de gluten; formar a los manipuladores de alimentos y hos­
         teleros sobre la naturaleza de la enfermedad y las características de
         la dieta sin gluten; mejorar la disponibilidad de menús sin gluten en
         comedores escolares, universitarios, de empresas, de los centros de 3ª
         edad y hospitales.
      –	 Es necesario potenciar las actividades de Educación para la Salud
         de estos pacientes, sus familiares y cuidadores.
      –	 Se debe recomendar al paciente el contacto con la asociación de
         pacientes celíacos de su comunidad. Dichas asociaciones realizan
         una gran labor de asesoramiento sobre la dieta sin gluten y el mane­
         jo de ésta, y son de gran ayuda para la superación de los problemas
         sociales, profesionales, psicológicos, etc.




32	                                                                     SANIDAD
2. Protocolo de diagnóstico
   precoz de la enfermedad
   celíaca
I. Secuencia de actuación diagnóstica
   en atención primaria
La historia clínica y el examen físico son la piedra angular para orientar el
diagnóstico en el ámbito de la atención primaria. Éste debe de sustentarse
en el conocimiento de los distintos patrones de presentación de la enferme­
dad, incluyendo las formas atípicas, paucisintomáticas o monosintomáticas,
sin duda las más frecuentes hoy en día. La pertenencia a grupos de riesgo
también debe de alertar al médico de atención primaria.
      Ante la sospecha clínica, debe solicitarse una determinación de anti­
cuerpos antitransglutaminasa tisular humana de clase IgA (AAtTG), así
como los niveles plasmáticos de IgA sérica total. No es excepcional encon­
trar un déficit de esta inmunoglobulina en la población de celíacos. Ello
podría condicionar un “falso negativo” en la determinación de anticuerpos.
En tal caso, pueden analizarse los AAtTG de clase IgG y sólo en caso nega­
tivo validar definitivamente la serología como negativa.
      En el algoritmo I se presenta la secuencia de actuación diagnóstica de
la EC en Atención Primaria.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                35
Actitud ante la sospecha clínica de enfermedad celíaca en Atención Primaria.

     Box 1. Sospecha clínica.                           Box 3. Anticuerpos positivos.
     El índice de sospecha clínica para la enferme-     La sensibilidad de la serología es muy elevada
     dad celíaca es extremadamente bajo, especial-      (próxima al 100%), especialmente en personas
     mente en la población adulta. La presentación      con lesiones histológicas avanzadas (atrofia
     clásica en forma de diarrea crónica con clínica    vellositaria). Por lo tanto, ante la presencia de
     de malabsorción es inusual, siendo más fre-        síntomas sugestivos y serología positiva debe
     cuente la presencia de síntomas poco específi-     indicarse una biopsia intestinal.
     cos (ver tabla I).
                                                        Box 4. Déficit de IgA.
     Box 2. Grupos de riesgo.                           Antes de considerar una serología negativa
     La probabilidad de padecer una enfermedad          debe tenerse en cuenta que algunos pacientes
     celíaca aumenta en determinados grupos de          celíacos poseen un déficit de IgA y ello puede
     riesgo. Éstos incluyen primordialmente a los       condicionar un “falso negativo” en la determi-
     familiares de primer grado, determinadas enfer-    nación de AAtTG. En tal caso deben solicitarse
     medades autoinmunes y algunas cromosomo-           AAtTG de tipo IgG y sólo en caso negativo vali-
     patías, especialmente el síndrome de Down.         dar definitivamente la serología como negativa.
     El conocimiento de estos grupos de riesgo es
     importante dado que un estudio serológico          Box 5. Actitud ante serología negati­
     negativo no siempre excluye con seguridad la       va y elevada sospecha clínica.
     enfermedad. En casos con alto índice de sos-       Recientes evidencias sugieren que la serología
     pecha y serología negativa podría ser necesa-      negativa no permite excluir con seguridad el
     rio derivar al paciente a atención especializada   padecimiento de la enfermedad. Ello resulta
     (ver tabla II).                                    particularmente cierto en pacientes con lesio-
                                                        nes histológicas poco avanzadas (Marsh 1).
                                                        Por otro lado, el hecho de presentar alteracio-
                                                        nes morfológicas poco relevantes (enteritis lin-
                                                        focítica sin atrofia vellositaria) no excluye que el
                                                        enfermo presente síntomas y signos de enfer-
                                                        medad clínicamente relevante (astenia, flatulen-
                                                        cia, anemia u osteopenia). Por este motivo,
                                                        ante la presencia de síntomas sospechosos,
                                                        especialmente en grupos de riesgo, debe con-
                                                        siderarse la posibilidad de derivar el caso a
                                                        atención especializada para una evaluación
                                                        específica.




36                                                                                                    SANIDAD
Algoritmo I. Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca.
 Actuación en atención primaria




  1                                                                                       2



                                   AAtTG de clase IgA
  Sospecha clínica
  Sospecha clínica                                                                Grupos de riesgo
                                   IgA sérica total clínica
                                        Sospecha                                  Sospecha clínica
      (Tabla I)
       (Tabla I)                             (Tabla I)                                (Tabla II)
                                                                                       (Tabla I)
                                   Estudio de coagulación



                                        ¿Anticuerpos
                                       Sospecha clínica
                                         positivos?
                                           (Tabla I)




      3      SÍ                                                        NO



                                                                ¿Existe déficit
                                                               Sospecha clínica            4
                                                                de IgA sérica?
                                                                    (Tabla I)




                              SÍ                                  NO



                          ¿AAtTG declínica
                          Sospecha clase
                           IgG(Tabla I)
                               positivo?
                                                                                          5



                                                                             ¿Elevada
                                                                          Sospecha clínica
                                                                           probabilidad
                     SÍ                       NO                              (Tabla I)
                                                                              clínica?




                                                          SÍ                              NO




                                               Derivar al
                                            Sospecha clínica                      Valorar diagnóstico
                                                                                   Sospecha clínica
                                            gastroenterólogo
                                                 (Tabla I)                            alternativo
                                                                                        (Tabla I)




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                                             37
Tabla I. Síntomas, signos y alteraciones analíticas que obligan a considerar
          el diagnóstico de enfermedad celíaca

 Clínica                          Síntomas                          Signos y alteraciones
                                                                         analíticas

 Niño pequeño      Diarrea crónica.
                         Malnutrición.

                   Falta de apetito.
                        Distensión abdominal.

                   Vómitos.
                                 Hipotrofia muscular.

                   Dolor abdominal recurrente.
              Retraso póndero-estatural.

                   Laxitud.
                                 Anemia ferropénica.

                   Irritabilidad.
                           Hipoproteinemia.

                   Apatía.

                   Introversión.

                   Tristeza.


 Niño mayor y      Frecuentemente asintomáticos.             Anemia ferropénica.
 adolescente       Estreñimiento.                            Talla baja.
                   Dolor abdominal.                          Aftas orales.
                   Menarquia retrasada.                      Hipoplasia del esmalte.
                   Irregularidades menstruales.              Distensión abdominal.
                   Cefalea.                                  Debilidad muscular.
                   Artralgias.                               Artritis, osteopenia.
                   Hábito intestinal irregular.              Queratosis folicular.

 Adulto            Diarrea crónica.                          Malnutrición con o sin pérdida de
                   Dispepsia.                                   peso.
                   Dolor abdominal recidivante.              Edemas periféricos.
                   Pérdida de peso.                          Talla baja.
                   Síntomas que simulan síndrome de          Neuropatía periférica.
                        intestino irritable.                 Miopatía proximal.
                   Vómitos recidivantes sin causa apa-       Anemia ferropénica sin explicación.
                        rente.                               Hipoesplenismo.
                   Estreñimiento.                            Osteopenia u osteoporosis (especial-
                   Dolores óseos y articulares o historia       mente en el adulto joven).
                        de fracturas (ante traumatismos      Aftas bucales recidivantes.
                        banales).                            Descenso de albúmina sérica.
                   Parestesias, tetania.                     Disminución del tiempo de protrom-
                   Infertilidad, abortos recurrentes.           bina.
                   Irritabilidad.                            Deficiencia de ácido fólico o vitamina
                   Astenia.                                     B12 (no explicada).
                   Ansiedad, depresión, epilepsia, ataxia.   Hipertransaminasemia inexplicada.




38                                                                                          SANIDAD
Tabla II. Grupos de riesgo

 Familiares de primer grado (5-15% [10-30% si son DQ2 o DQ8 +]).

 Pacientes con enfermedades asociadas:
 A) Enfermedades autoinmunes y otras inmunopatías:
    – Diabetes mellitus tipo I (5-6%).
    – Tiroiditis autoinmune (5%).
    – Déficit selectivo de IgA (4%).
    – Enfermedad inflamatoria intestinal.
    – Síndrome de Sjogren.
    – Lupus eritematoso sistémico.
    – Enfermedad de Addison.
    – Nefropatía por IgA.
    – Hepatitis crónica autoinmune.
    – Cirrosis biliar primaria.
    – Artritis reumatoide.
    – Psoriasis, vitíligo y alopecia areata.

 B) Trastornos neurológicos y psiquiátricos:
    – Encefalopatía progresiva.
    – Síndromes cerebelosos.
    – Demencia con atrofia cerebral.
    – Leucoencefalopatía.
    – Epilepsia y calcificaciones.
    – Esquizofrenia.

 C) Otras asociaciones:
    – Síndrome de Down (12%).
    – Síndrome de Williams.
    – de Turner.
    – Fibrosis quística.
    – Enfermedad de Hartnup.
    – Cistinuria.
    – Colitis microscópica.
    – Cardiomiopatía.
    – Fibromialgia.
    – Síndrome de fatiga crónica.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                        39
II. Secuencia de actuación diagnóstica
    en atención especializada
Cuando los marcadores séricos son positivos, o bien siendo negativos existe
una probabilidad clínica alta de sospecha de enfermedad celíaca, es conve­
niente derivar al paciente al gastroenterólogo. Éste valorará la realización
del estudio genético y/o una biopsia intestinal a nivel duodenoyeyunal (pre­
cedida de un estudio de coagulación normal) para confirmar la presencia de
lesiones histológicas compatibles con una enfermedad celíaca.
      La detección de anticuerpos es muy útil como apoyo al diagnóstico de
sospecha, para indicar el momento en que debe realizarse la biopsia intesti­
nal y para vigilar el cumplimiento de la dieta exenta de gluten.
      La presencia del heterodímero HLA-DQ2/DQ8 en familiares de
pacientes celíacos únicamente indica que existe una predisposición genéti­
ca a padecer la enfermedad y puede ser de valiosa ayuda en la toma de deci­
siones en un contexto apropiado (sospecha clínica y serología negativa).
      En el algoritmo II se presenta la secuencia de actuación diagnóstica en
Atención Especializada.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                               41
Actitud ante la sospecha clínica de enfermedad celíaca en Atención Especializada

     Box 1. Serología positiva.                          Si el enfermo reúne criterios compatibles con
     Ante la presencia de una serología positiva         un síndrome de intestino irritable, el clínico
     debe indicarse una biopsia del duodeno. El          debe de recordar que bajo la apariencia de una
     carácter parcheado de las lesiones obliga a         diarrea con criterios de aparente funcionalidad,
     tomar varias muestras (4-6) de la 2ª-3ª porción     a menudo subyace una dolencia orgánica,
     duodenal o yeyunal, para aumentar la probabi-       entre las que no deben de olvidarse la enferme-
     lidad de detectar cambios morfológicos com-         dad celíaca y la colitis microscópica, entidades
     patibles. Debe recordarse que algunos casos         cuya asociación, por otra parte, está bien des-
     únicamente mostrarán cambios compatibles            crita. Determinadas combinaciones de sínto-
     con una enteritis linfocítica (>25 linfocitos/100   mas y signos o grupos de riesgo (ver tablas I y
     células epiteliales). Aunque las tinciones con      II) aumentan la probabilidad de que el enfermo
     hematoxilina-eosina permiten hacer una esti-        sea portador de una EC. La presentación clási-
     mación inicial del número de LIEs, a menudo es      ca de la enfermedad con un cuadro de malab-
     necesario llevar a cabo inmunotinciones espe-       sorción florido es hoy en día poco frecuente.
     cíficas para linfocitos que permiten una mayor
     precisión en el recuento.                           Box 3. Estudio genético.
                                                         El 90% de los pacientes con enfermedad celía-
     Box 2. Serología negativa.                          ca son HLA-DQ2 positivos (codificado por los
                                                         alelos DQA1*05 y DQB1*02) mientras que sólo
     Recientes observaciones sugieren que la sero-
                                                         lo expresan un 20-30% de los individuos de la
     logía no goza de una elevada sensibilidad,
                                                         población general. El resto de pacientes celía-
     especialmente en las formas histológicamente
                                                         cos poseen variantes alélicas que codifican
     leves (enteritis linfocítica). Por esta razón, el
                                                         HLA-DQ8 (DQA1*03 y DQB1*0302) sin HLA-
     gastroenterólogo debe de actuar con cautela y
                                                         DQ2 (6% del total) o un solo alelo del HLA-DQ2
     no rechazar la posibilidad de una EC, en pre-
                                                         [DQB1*02 (4% del total) y DQA1*05 (2% del
     sencia de síntomas sugestivos o compatibles.
                                                         total)]. Por tanto, la ausencia de HLA-DQ2 y
     En este punto, es importante llevar a cabo un
                                                         HLA-DQ8 hace que el diagnóstico de EC sea
     cribado intencionado de síntomas y signos
                                                         muy poco probable.
     cuya presencia obligaría a realizar exploracio-
     nes más avanzadas (tabla I).                        La investigación del haplotipo DQ2 (o DQ8, si
     Si el enfermo ha sido remitido por dispepsia,       aquél es negativo) es importante en el enfermo
     debe diferenciarse claramente el subtipo cono-      con sospecha clínica bien fundada y estudio
     cido como distrés postprandial (saciedad pre-       serológico negativo. Si el estudio genético es
     coz, plenitud postprandial), del dolor/ardor epi-   negativo, el clínico debería plantearse un diag-
     gástrico, dado que pueden tener connotacio-         nóstico alternativo. Sin embargo, un resultado
     nes patogénicas bien diferenciadas. Es impor-       positivo, en presencia de una serología negati-
     tante describir cualquier síntoma asociado,         va, obliga a considerar firmemente la necesidad
     incluyendo pirosis, aerofagia, náuseas, vómitos     de biopsiar el duodeno. Estudios recientes han
     y muy especialmente la presencia de flatulencia     demostrado que esta estrategia multiplica por
     y /o meteorismo, síntomas que podrían reflejar      3 la probabilidad de establecer un diagnóstico
     el incremento en la producción de gas (H2,          en familiares de primer grado, cuando se com-
     CO2, metano) derivado de la fermentación de         para con la estrategia clásica basada exclusiva-
     los carbohidratos no absorbidos.                    mente en el estudio serológico.




42                                                                                                  SANIDAD
Algoritmo II. Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca.
  Actuación en atención especializada


                    Paciente derivado desde Atención Primaria por pertenecer
                      a un grupo de riesgo o por la clínica
                                         Sospecha presencia de síntomas o
                                              (Tabla I)
                        signos que obligan a descartar enfermedad celíaca




                                              ¿Anticuerpos
                                             Sospecha clínica
                                               positivos?
                                                 (Tabla I)


       1
                                                                                          2

               SÍ                                                           NO



                                                           ¿Probabilidad clínica alta o
                                                                Sospecha clínica
                                                             razonable (Tablas I-II)?
                                                                     (Tabla I)




                                        SÍ                                                       NO
                        3



                                  Heterodímero                                                Valorar
                                 Sospecha clínica
                                  DQ2-DQ8 del                                             Sospecha clínica
                                                                                            diagnóstico
                                     (Tabla I)
                                      HLA*                                                    (Tabla I)
                                                                                            alternativo




                             +                         –




                                              Sospecha clínica
                                        Biopsias duodeno/yeyunales
                                                  (Tabla I)




        MARSH               MARSH                   MARSH              MARSH                  MARSH
          0**                 1**                     2**                3**                    4**




* Determinar DQ8 sólo si el DQ2 es negativo.

** Actitud a seguir en función del informe anatomopatológico.





DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                                                  43
Clasificación de Marsh de las lesiones del intestino delgado.

 •	 Marsh 0
      Mucosa preinfiltrativa (hasta un 5% de los pacientes con dermatitis herpetiforme muestran un aspec-
      to macroscópico normal en la biopsia intestinal). Si la serología es positiva y el enfermo es DQ2 o DQ8
      se recomienda un seguimiento y plantear una nueva biopsia en 1-2 años si los datos clínicos lo sugie-
      ren. En tal caso puede investigarse la presencia de antitransglutaminasa en el sobrenadante de la
      mucosa (centros especializados).

 •	 Marsh 1
      Incremento en el número de linfocitos intraepiteliales (LIEs) [en adultos >25%]. Para establecer el diag-
      nóstico de este estadío es conveniente llevar a cabo inmunotinciones específicas para linfocitos.
      Existen claras evidencias de que los pacientes con este tipo de lesión pueden presentar síntomas simi-
      lares a otras formas histológicamente más avanzadas, principalmente flatulencia o distensión abdomi-
      nal, anemia ferropénica y osteopenia/osteoporosis. En estos casos de “enteritis linfocítica”, la actitud
      debe de ser la siguiente:
      –	 Si el paciente tiene anticuerpos positivos: retirar el gluten y valorar la respuesta clínica e histológica
         (repetir la biopsia a los 18-24 meses). Una mejoría significativa y/o la desaparición de las lesiones
         permite confirmar y validar el diagnóstico de enfermedad celíaca.
      –	 Si el paciente tiene anticuerpos negativos, pero es DQ2 o DQ8, antes de retirar el gluten debe rea-
         lizarse un correcto diagnóstico diferencial de otras causas de enteritis linfocítica, incluyendo de
         manera muy especial la presencia de infección por Helicobacter Pylori (HP) y/o la toma de AINE. Si
         el paciente es HP positivo debe intentarse su erradicación y repetir el análisis histológico a los 4-6
         meses. Si la alteración histológica persiste, retirar el gluten y evaluar respuesta clínica e histológica
         (repetir la biopsia a los 18-24 meses). La desaparición o mejoría franca de las lesiones permite con-
         firmar y validar el diagnóstico de EC. La tabla III muestra otras causas de enteritis linfocítica que el
         gastroenterólogo debe de considerar antes de establecer la hipótesis diagnóstica de EC en pacien-
         tes seronegativos con DQ2-DQ8 positivos.

 •	 Marsh 2
      Hiperplasia de criptas. Además del incremento de los LIEs, hay un incremento en la profundidad de las
      criptas, sin una reducción concomitante en la altura de las vellosidades. Ante la presencia de este tipo
      de lesión en un paciente con serología positiva o DQ2 o DQ8 (+) debe retirarse el gluten y evaluar la
      respuesta clínica e histológica (repetir la biopsia a los 12-18 meses). La desaparición o mejoría franca
      de las lesiones permite confirmar y validar el diagnóstico de EC.

 •	 Marsh 3
      Atrofia vellositaria: (3a) parcial; (3b) subtotal; (3c) total. Este tipo de lesión considerada como “clásica”
      supone la presencia de marcados cambios en la mucosa, pese a lo cual algunos pacientes se mues-
      tran asintomáticos, siendo clasificados como silentes. Si bien este tipo de lesión es característica, no
      es diagnóstica por sí sola, dado que puede verse en otras entidades, incluyendo giardiasis, intoleran-
      cias alimentarias en niños (por ejemplo: alergia a las proteínas de la leche de vaca), enfermedad del
      injerto contra el huésped, isquemia crónica del intestino delgado, esprúe tropical, déficit de IgA espe-
      cialmente cuando se asocia a estados de sobrecrecimiento bacteriano, y otras deficiencias inmunes.
      Por lo tanto, en pacientes seronegativos (incluso en DQ2-DQ8 +), deben considerarse estas entidades
      antes de retirar el gluten de la dieta.

 •	 Marsh 4
      Hipoplasia. Cursa con atrofia total de vellosidades y representa el estadío final de la enfermedad.
      Aparece en un pequeño subgrupo de pacientes. No suelen responder al régimen sin gluten y pueden
      desarrollar complicaciones malignas. En algunos de estos casos aparece una banda de colágeno en
      la mucosa y submucosa (esprúe colágeno). Estos pacientes pueden no responder a otras terapias
      como corticoides, inmunosupresores o quimioterapia.




44	                                                                                                        SANIDAD
Tabla III. Enfermedades que deben considerarse en el diagnóstico diferencial
             de EC, según el resultado de la biopsia

  Resultados biopsia            Entidades diagnósticas

  Biopsia duodenal normal.
     Insuficiencia pancreática.

                                Intolerancia a disacáridos.

                                Sobrecrecimiento bacteriano.

                                Patología funcional.

                                Colitis microscópica.

                                Malabsorción de ácidos biliares.

                                Anemia ferropénica por pérdidas.


  Enteritis linfocítica.        Infección por Helicobacter Pylori.

                                Lesión por AINE.

                                Parasitosis por Giardia Lamblia.

                                Enfermedad de Whipple.

                                Enfermedad de Crohn. 

                                Enteropatía del SIDA. 

                                Sobrecrecimiento bacteriano. 

                                Enteritis eosinofílica.

                                Linfoma intestinal.

                                Hipo o agammaglobulinemia.

                                Amiloidosis.

                                Linfangiectasia intestinal.

                                Enteritis por radiación.

                                Hipertiroidismo.

                                Gastroenteritis infecciosa.


  Atrofia vellositaria.         Esprúe tropical.
                                Enteropatía autoinmune.
                                Linfoma intestinal.
                                Parasitosis por Giardia Lamblia.
                                Intolerancias alimentarias en niños (p.e. intolerancia o alergia
                                   a las proteínas de la leche de vaca).
                                Enfermedad de injerto contra huésped.
                                Isquemia crónica del intestino delgado.
                                Déficit de IgA, especialmente si se asocia a sobrecrecimien-
                                   to bacteriano.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                                        45
3.	 Decálogo para el diagnóstico
    precoz de la enfermedad
    celíaca
Decálogo para el diagnóstico precoz
de la enfermedad celíaca
La Enfermedad Celíaca (EC) es una entidad frecuente que afecta aproxi­
madamente a una de cada cien personas. La mayoría de ellas permanecen
sin diagnosticar; de ahí la necesidad de llevar a cabo una búsqueda intencio­
nada de síntomas o combinaciones de síntomas que deberían suscitar la sos­
pecha clínica. Las siguientes claves pueden ser de sumo interés para el diag­
nóstico precoz de la misma.

 1.	 En el niño pequeño, los síntomas intestinales y el retraso de crecimiento, sobre todo si se acom­
     pañan de irritabilidad y anorexia, constituyen un cuadro clínico muy sugestivo de enfermedad
     celíaca.
 2.	 En el niño mayor y en el adolescente, el hallazgo de un retraso de talla o de la pubertad, así como
     una ferropenia o una hipertransaminasemia sin otra justificación, obliga a descartar la existencia de
     enfermedad celíaca.
 3. En los adultos, la presentación clásica en forma de diarrea crónica con clínica de malabsorción es
    inusual, siendo más frecuente en la actualidad la presencia de síntomas poco específicos.
 4.	 La probabilidad de padecer una EC aumenta en determinados grupos de riesgo. Estos incluyen pri­
     mordialmente a los familiares de primer grado, determinadas enfermedades autoinmunes (diabetes
     tipo I, hipotiroidismo, etc.) y algunas cromosomopatías como el síndrome de Down.
 5.	 A menudo, el enfermo celíaco ha sido visitado por numerosos facultativos y sometido a diversas
     exploraciones complementarias, siendo etiquetado de un trastorno “funcional”. Estos pacientes
     merecen una especial atención, en particular, si además refieren una historia de aftas bucales, aste­
     nia, irritabilidad o depresión.
 6.	 La EC debe incluirse en el diagnóstico diferencial de los pacientes con dispepsia tipo dismotilidad
     o distrés postprandial (saciedad precoz y plenitud postprandial), especialmente si asocian flatulen­
     cia, hinchazón y meteorismo. La sospecha debe ser firmemente considerada cuando los síntomas
     son crónicos y recurrentes y no han respondido adecuadamente a un tratamiento empírico.
 7.	 Los pacientes que padecen diarrea acuosa crónica e intermitente y que han sido catalogados de
     síndrome de intestino irritable (SII), deben ser revisados de forma minuciosa. La coexistencia de
     flatulencia o distensión abdominal, borborigmos y deposiciones mezcladas con abundante gas
     (“explosivas”) obliga a considerar la posibilidad de una EC. El estreñimiento crónico no es un sín­
     toma excluyente de padecer la EC.
 8.	 Las situaciones siguientes, sin explicación demostrable, obligan a valorar el diagnóstico de EC: Las
     mujeres en edad fértil con ferropenia, infertilidad y abortos recurrentes; los que presentan elevación
     de transaminasas; los que refieren una historia de fracturas ante traumatismos mínimos o una os­
     teopenia/osteoporosis detectada antes de la menopausia o en un varón adulto joven.
 9.	 Los marcadores serológicos (AAtTG) resultan de elección para iniciar el despistaje de los pacien­
     tes con mayor probabilidad de presentar EC. Una serología negativa no permite excluir el diagnós­
     tico de EC. De hecho, una proporción de pacientes con enfermedad celíaca, que presentan for­
     mas histológicas leves e incluso con atrofia de vellosidades, no expresan anticuerpos antitransglu­
     taminasa en el suero.
 10. El estudio genético (HLA-DQ2/DQ8) es útil en el manejo de la enfermedad celíaca, dado que casi
     la totalidad de los pacientes celíacos son HLA-DQ2 o DQ8 positivos. Su determinación tiene utili­
     dad clínica en casos de pacientes con sospecha clínica bien fundada y estudio serológico negati­
     vo. Un estudio genético negativo excluye casi totalmente la enfermedad celíaca, evitando con ello
     pruebas invasivas, incómodas y de mayor coste.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                                               49
4. Bibliografía
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    pathy in first-degree relatives of coeliac patients: clinical relevance of lymphocytic ente­
    ritis. Gut 2006;55:1739-45.
 9. Llanos A, Villegas R. Diagnóstico no invasivo de la enfermedad celíaca. (Internet).
    Sevilla: Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía, 2006. Informe
    7/2006. URL: http://www.juntadeandalucia.es/salud/ AETSA.
10. Farrell R, Kelly C. Diagnosis of celiac sprue. Am J Gastroenterol 2002; 96:3237-46.
11. Rostom A, Murray JA, Kagnoff MF. American Gastroenterological Association (AGA)
    Institute technical review on the diagnosis and management of celiac disease.
    Gastroenterology 2006;131(6):1981-2002.
12. Rostom A, Dubé C, Cranney A, Saloojee N, Sy R, Garritty C, et al. The diagnostic accu­
    racy of serologic tests for celiac disease: a systematic review. Gastroenterology 2005;
    128(4 Suppl 1):S38-46.
13. Polanco I, Román E. Marcadores serológicos en la Enfermedad Celíaca. An Pediatr
    Contin 2006;4(3):176-9.
14. Arranz E, Garrote JA. HLA en la enfermedad celíaca. An Pediatr Contin 2004;2(3):
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15. Marsh MN. Gluten, major histocompatibility complex, and the small intestine. A mole­
    cular and immunobiologic approach to the spectrum of gluten sensitivity (‘celiac sprue’).
    Gastroenterology 1992; 102(1):330-354.
16. Case S.	 The gluten-free diet: how to provide effective education and resources.
    Gastroenterology 2005;128(4 Suppl 1):S128-S134.
17. Polanco I, Arranz E. “Nuevos avances en el tratamiento de la Enfermedad Celíaca”. An
    Pediatr Contin 2006;4(1):46-9.




DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA                                                  53
Bibliografía de consulta


•	 Victorien M, Wolters MD, Cisca Wijmenga PhD. Genetic Background of Celiac Disease
   and Its Clinical Implications. Am J Gastroenterol 2008;103:190-195.
•	 Agency for Healthcare Research and Quality. Celiac Disease. Summary, Evidence
   Report/Technology Assessment: Number 104. AHRQ Pub. No. 04-E029-1 [Internet]. June
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• Polanco I. Enfermedad celíaca: Un reto diagnóstico. Madrid. Alpe Editores, 2005.
•	 Vergara J. Enfermedad celíaca. Guías clínicas. [Internet]. Diciembre 2004. Disponible en:
   http://www.fisterra.com/guias2/celiaca.asp
•	 Cranney A, Rostom A, Sy R, Dubé C, Saloogee N, Garritty C et al. Consequences of tes­
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•	 Green PH. Where are all those patients with Celiac disease? Am J Gastroenterol
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•	 Liu E, Rewers M, Eisenbarth GS. Genetic testing: Who should do the testing and what is
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•	 Murray JA, Van Dyke C, Plevak MF, Dierkhising RA, Zinsmeister AR, Melton LJ
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• Van Heel DA, West J. Recent advances in coeliac disease. Gut 2006; 55:1037-46.




54	                                                                                    SANIDAD
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Enfermedad celiaca

  • 1. Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca La enfermedad celíaca es una entidad prevalente en nuestro entorno, que afecta tanto a niños como a adultos, y cuya epidemiología ha variado en los últimos años, gracias a los avances que se han producido Diagnóstico precoz en los métodos diagnósticos. Un aspecto importante a tener en cuenta es que la enfermedad celíaca sin sintomatología clásica es más de la enfermedad frecuente que la forma sintomática, lo que dificulta en numerosas ocasiones el diagnóstico. celíaca Esta enfermedad puede generar una alta repercusión individual y social y suponer un alto coste sanitario, sobre todo en aquellos casos en los que existe un retraso en el diagnóstico. Este retraso obedece, en gran medida, a la existencia de formas paucisintomáticas o monosintomáticas que se alejan del patrón clásico de presentación y es el motivo fundamental por el que gran parte de la población celíaca permanece sin diagnosticar. Todo ello hace necesario que constituya un reto para el sistema sanitario su detección precoz. MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO SANIDAD 2008 www.msc.es MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO
  • 2.
  • 3.
  • 4. Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca SANIDAD 2008 MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO
  • 5. Edita y distribuye: © MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO NIPO: 351-08-086-X Imprime: FER Alfonso Gómez, 38 - 3.º C - 28037 Madrid http://www.060.es
  • 6. Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca
  • 7.
  • 8. Grupo de Trabajo sobre «Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca» Coordinadora del Grupo de Trabajo: – Polanco Allué, Isabel. Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica. Grupo de Trabajo: – Arroba Basanta, Mª Luisa. Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP). – Gálvez Daza, Purificación. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía (AETSA). – Gancedo García, Mª Carmen. Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP). – López-Abente Ortega, Gonzalo. Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). – Malagelada Benaprés, Juan Ramón. Sociedad Española de Aparato Digestivo. – Martín Esteban, Manuel. CC de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). – Montoro Huguet, Miguel A. Sociedad Española de Gastroenterología. – Pérez Farinós, Napoleón. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). – Ricote Belinchon, Mercedes. Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN-AP). – Sáez Martínez, Francisco José. Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). – Sánchez-Celaya del Pozo, Marta. Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC). – Sánchez Prado, Luis María. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias - Instituto de Salud Carlos III (AETS-ISCIII). – Sarria Santamera, Antonio. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias - Instituto de Salud Carlos III (AETS-ISCIII). – Tello Anchuela, Odorina. Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Coordinación Técnica: – Cortés Rubio, José Alfonso. Ministerio de Sanidad y Consumo. – Díaz de Torres, Pilar. Ministerio de Sanidad y Consumo. – Montesinos Alonso, Amparo. Ministerio de Sanidad y Consumo.
  • 9. Colaboradores: – Esteve Comas, María. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Mutua de Terrassa. Terrassa. Barcelona. – Fernández Bañares, Fernando. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Mutua de Terrassa. Terrassa. Barcelona. – Casellas Jordá, Francisco. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Vall d’Hebrón. Barcelona. – García González, Miguel. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. – García Rotllán, Javier. Subdirector de Programas y Desarrollo. Dirección General de Asistencia Sanitaria. Servicio Andaluz de Salud. – Peña Forcada, Enrique. Coordinador del grupo de trabajo de enfermedades digestivas (SEMERGEN-AP). – Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE). – Celiacs de Cataluña-Unión Española de Celíacos.
  • 10. Índice Abreviaturas 11 Presentación 13 1. ENFERMEDAD CELÍACA 15 1. Introducción 17 2. Definición 17 3. Magnitud del problema. Epidemiología 18 4. Clínica 18 4.1 Formas clínicas de la enfermedad celíaca 18 4.2 Presentación clínica de la enfermedad en el niño, adolescente y adulto 20 4.3 Grupos de riesgo 22 5. Diagnóstico 24 5.1. Sospecha clínica 24 5.2. Determinación de marcadores séricos 24 5.3. Estudio genético 25 5.4. Biopsia duodenoyeyunal 26 6. Tratamiento 28 7. Seguimiento 29 8. Puntos clave y recomendaciones 30 2. PROTOCOLO DE DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 33 I. Secuencia de actuación diagnóstica en Atención Primaria 35 II. Secuencia de actuación diagnóstica en Atención Especializada 41 3. DECÁLOGO PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 47 4. BIBLIOGRAFÍA 51 DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 9
  • 11.
  • 12. Abreviaturas AAtTG: Anticuerpo antitransglutaminasa tisular humana. AGA: Anticuerpos antigliadina. AINE: Antiinflamatorios no esteroideos. EC: Enfermedad celíaca. EMA: Anticuerpos antiendomisio. HLA-DQ2: Marcador genético (heterodímero DQ2). HLA-DQ8: Marcador genético (heterodímero DQ8). HP: Helicobacter Pylori. IBPs: Inhibidores bomba de protones. IgA: Inmunoglobulina A. IgG: Inmunoglobulina G. LIEs: Linfocitos intraepiteliales. SII: Síndrome de intestino irritable. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 11
  • 13.
  • 14. Presentación El Ministerio de Sanidad y Consumo ha coordinado la realización de este documento de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celíaca por un grupo de expertos de diferentes sociedades científicas con el objetivo principal de promover el diagnóstico precoz de la enfermedad. La enfermedad celíaca es una entidad prevalente en nuestro entorno que afecta tanto a niños como a adultos. Su epidemiología ha variado en los últimos años gracias a los avances que se han producido en los métodos diagnósticos. La importancia del diagnóstico precoz reside en que la instauración de una alimentación exenta de gluten consigue, no sólo la normalización del estado de salud, sino también la recuperación de la calidad de vida de los pacientes. Por todo ello, es muy importante que los médicos, fundamentalmente pediatras y médicos de familia, pero también los que trabajan en la atención hospitalaria, conozcan bien cuándo hay que pensar en la enfermedad celía­ ca y cómo diagnosticarla. A ello quiere contribuir este documento. Finalmente, hay que resaltar que el resultado obtenido es fruto del tra­ bajo y consenso de un buen número de expertos y de la colaboración de las sociedades científicas participantes. A ellos quiero expresar mi agradeci­ miento y felicitación por el trabajo realizado. Y ahora es el momento de que las recomendaciones de este documen­ to puedan realmente aplicarse en la práctica clínica diaria para alcanzar ese objetivo de mejorar en la detección precoz y la atención a los pacientes con enfermedad celíaca en España. Bernat Soria Escoms Ministro de Sanidad y Consumo DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 13
  • 15.
  • 17.
  • 18. 1. Introducción La Enfermedad Celíaca (EC) es una forma de enteropatía que afecta a individuos genéticamente predispuestos, al entrar en contacto con alimen­ tos que contienen gluten. Ello determina la aparición de una lesión histo­ lógica característica, aunque no patognomónica, que en las formas más gra­ ves provoca atrofia de las vellosidades instestinales. Como consecuencia puede producirse un defecto de malabsorción de nutrientes (principios inmediatos, sales minerales y vitaminas) que conduce a diversos estados carenciales responsables de un amplio espectro de manifestaciones clíni­ cas. La EC puede presentarse a cualquier edad de la vida y cursa con manifestaciones clínicas muy variadas, aunque en muchos casos la enfer­ medad es asintomática. Estas premisas hacen especialmente relevante el papel del pediatra y del médico de familia en atención primaria en el diag­ nóstico precoz, evitando así el desarrollo a largo plazo de complicaciones graves. 2. Definición La enfermedad celíaca consiste en una intolerancia permanente a las pro­ teínas del gluten del trigo (gliadina), del centeno (secalina), de la cebada (hordeina) y del triticale (híbrido de trigo y centeno). Estudios recientes sugieren que la avena en estado puro (no contaminada por harina de trigo) no parece influir en la patogénesis de la enfermedad. La causa de la enfer­ medad es desconocida pero en su desarrollo contribuyen factores genéticos (HLA DQ2 y DQ8), ambientales (gluten) e inmunológicos. El contacto de la mucosa intestinal con el gluten conduce a la apari­ ción de un daño en la mucosa cuyo espectro oscila desde casos en los que únicamente se aprecia un aumento de la población de linfocitos intraepite­ liales (enteritis linfocítica) hasta formas avanzadas de atrofia vellositaria. Cualquiera de las formas histológicas de la enfermedad, incluso las formas más leves, pueden cursar con diversos estados carenciales, incluyendo ane­ mia, osteopenia u osteoporosis y un amplio abanico de síntomas digestivos y extradigestivos. Todas estas manifestaciones, así como las alteraciones serológicas e histológicas, mejoran sensiblemente e incluso llegan a desapa­ recer al retirar el gluten de la dieta, reapareciendo al introducir de nuevo este elemento en la alimentación. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 17
  • 19. 3. Magnitud del problema. Epidemiología La EC afecta tanto a niños como a adultos y la relación mujer/varón es de 2:1. Está presente no sólo en Europa y los países poblados por personas de ascendencia europea, sino también en Oriente Medio, Asia, Sudamérica y Norte de África, y puede llegar a afectar hasta el 1% de la población en algu­ nos países occidentales1. La prevalencia mundial se estima en 1/266, y en España oscila entre 1/118 en la población infantil y 1/389 en la población adulta2. Sin embargo, se considera que la epidemiología de la EC tiene las características de un iceberg ya que esta prevalencia puede ser mucho mayor puesto que un porcentaje importante de casos permanece sin detectar 3. Así, según diversos estudios epidemiológicos realizados en todo el mundo, la EC sin sintomatología clásica es más frecuente que la forma sin­ tomática, constituyendo un reto para el sistema sanitario su detección pre­ coz 4,5. 4. Clínica 4.1. Formas clínicas de la enfermedad celíaca Entre las formas clínicas de presentación (figura 1) cabe destacar: Enfermedad celíaca clásica: Se caracteriza por la aparición de sínto­ mas graves de malabsorción, anticuerpos séricos positivos y atrofia grave de las vellosidades. Este patrón de presentación es hoy en día excepcional en la edad adulta. Los pacientes pueden cursar con síntomas digestivos o extra- digestivos. Enfermedad pauci o monosintomática: Actualmente es la forma más frecuente de EC, tanto de la edad adulta como de la pediátrica, y puede cur­ sar con síntomas intestinales y/o extraintestinales. El espectro histológico es variable, desde enteritis linfocítica a la atrofia total y el porcentaje de posi­ tividad de autoanticuerpos séricos es variable (15 al 100%) y dependiente de la gravedad histológica. Enfermedad celíaca silente: No hay manifestaciones clínicas, pero sí lesiones histológicas características (incluso atrofia de vellosidades). Estos casos suelen descubrirse bien por una determinación de marcadores séricos indicada por sospecha clínica o bien por pertenecer a alguno de los grupos de riesgo. Enfermedad celíaca latente: Se caracteriza por la existencia de una mucosa duodenoyeyunal normal en individuos que toman gluten en la dieta en el momento de ser evaluados, con o sin anticuerpos positivos, pero que 18 SANIDAD
  • 20. en algún momento de su vida han presentado o van a presentar caracterís­ ticas propias de la EC. Enfermedad celíaca potencial: El término potencial hace referencia a aquellos individuos que no han presentado nunca alteraciones histológicas características de la enfermedad, pero por sus características genéticas (HLA-DQ2/DQ8) o inmunológicas (en ocasiones anticuerpos séricos posi­ tivos) presentan un riesgo “potencial” de desarrollarla. Figura 1. Formas clínicas de presentación6 Clásica Pauci­ monosintomática Silente Latente Potencial Formas Test Pruebas Biopsia Síntomas clínicas serológicos genéticas intestinal Clásica Intestinales/ Positivos (*) Positivas Positiva Extraintestinales Pauci- Intestinales/ Positivos (*) Positivas Positiva monosintomática Extraintestinales Silente Asintomática Positivos Positivas Positiva Latente Asintomática Positivos (*) Positivas Normal Potencial Asintomática Negativos (**) Positivas Normal (*) Tests serológicos positivos, pero a veces negativos. (**) Tests serológicos negativos, pero a veces positivos. Enfermedad celíaca refractaria: Hace referencia a aquellos pacientes con lesión histológica bien documentada (generalmente con atrofia vellosi­ taria) cuyos síntomas no desaparecen después de haber excluido el gluten de la dieta al menos durante un período de seis meses. Antes de establecer este término es necesario: DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 19
  • 21. – Asegurar que el paciente no ingiere pequeñas cantidades de gluten de forma intencionada o inadvertida; – Excluir condiciones clínicas asociadas a la propia enfermedad que por sí solas pueden explicar la persistencia de los síntomas (déficit secundario de disacaridasas, insuficiencia pancreática exocrina, sobrecrecimiento bacteriano y colitis microscópica); – Excluir otras causas de atrofia vellositaria (por ejemplo, esprúe tro­ pical o enfermedad de Whipple). 4.2. Presentación clínica de la enfermedad en el niño, adolescente y adulto En el niño pequeño el cuadro clínico varía dependiendo del momento de la introducción del gluten en la dieta. Las manifestaciones clínicas más fre­ cuentes son: diarrea crónica, falta de apetito, vómitos, dolor abdominal recu­ rrente, laxitud e irritabilidad, apatía, introversión y tristeza. Los signos más frecuentes son la malnutrición, la distensión abdominal, la hipotrofia mus­ cular, el retraso póndero-estatural, la anemia ferropénica y la hipoprotei­ nemia. El niño mayor y el adolescente pueden no tener síntomas digestivos. La enfermedad puede presentarse como una anemia ferropénica rebelde a la ferroterapia oral, estreñimiento, dolor abdominal, menarquia retrasada e irregularidades menstruales, cefaleas, artralgias y hábito intestinal irregular. Los signos que presentan con mayor frecuencia son la talla baja, aftas ora­ les, hipoplasia del esmalte, distensión abdominal, debilidad muscular, artri­ tis, osteopenia y queratosis folicular. En el adulto la enfermedad puede tener distintos patrones de presen­ tación. La descripción clásica de la enfermedad que incluye las manifesta­ ciones de un síndrome de malabsorción grave con esteatorrea y signos de malnutrición es, hoy en día, excepcional. No obstante, algunos adultos cuya enfermedad pasó desapercibida en la edad pediátrica pueden debutar con un cuadro de estas características, a raíz de un acontecimiento vital estresan­ te, una gastrectomía o el embarazo. Mucho más frecuentes son las formas paucisintomáticas o monosinto­ máticas; de ahí la necesidad de valorar en atención primaria las siguientes situaciones: – Dispepsia: La presencia de dolor o malestar en la línea media supe­ rior del abdomen, sobre todo postprandial, constituye una consulta frecuente. Numerosas guías de práctica clínica, han subrayado el interés en documentar la presencia de “síntomas de alarma” para 20 SANIDAD
  • 22. seleccionar los pacientes subsidiarios de pruebas complementarias. Así, la endoscopia resulta necesaria cuando los síntomas debutan a una edad >50 años o ante la presencia de vómitos persistentes, ane­ mia, pérdida de peso, antecedentes familiares de cáncer gástrico o una masa palpable en el abdomen. En ausencia de síntomas de alar­ ma, no resulta coste-efectivo indicar una gastroscopia. La actitud en estos casos depende de la naturaleza de los síntomas. Deben distinguirse dos situaciones: – Distrés postprandial (antes dispepsia tipo dismotilidad). Este térmi­ no hace referencia a los pacientes que refieren sensación de sacie­ dad precoz y/o plenitud postprandial. – Dolor o ardor en epigastrio: Se trata de pacientes que refieren una sensación urente en el epigastrio, que puede ser la expresión de una enfermedad por reflujo gastroesofágico, una úlcera gastroduodenal (generalmente péptica) o una hipersensibilidad al ácido. Con alguna frecuencia, especialmente en el subgrupo de pacientes con distrés postprandial, los síntomas no logran ser aliviados con tratamiento empírico con procinéticos (incluso cuando se asocian IBPs). Muchas veces, este tipo de pacientes incluyen entre sus síntomas sensación de hinchazón, flatulencia, meteorismo y dolor abdominal; y pueden referir una historia de aftas recidivantes, astenia, cambios en el estado de ánimo, irritabilidad o incluso depresión. Recientes evidencias han puesto de relieve que cuando se biopsia el duodeno de estos enfermos se encuentra una alta prevalencia de lesiones histológicas. Es probable que en el futuro sea necesario incluir la toma de 4-6 biopsias de la 2.ª-3.ª porción duodenal en los pacientes con dispepsia funcional “refractaria” para excluir la presencia de una enferme­ dad celíaca. En la selección del paciente candidato a biopsia se considerará previamente el estado serólogico de AAtTG. – Síndrome de intestino irritable (SII). Es un cuadro caracterizado por síntomas crónicos y recurrentes de dolor o malestar abdominal que alivia tras la defecación y que se asocia a cambios en la frecuen­ cia y/o consistencia de las deposiciones, sin apreciar síntomas de alarma. De los tres subtipos que se describen (predominio de estre­ ñimiento, predominio de diarrea y patrón alternante), es especial­ mente sospechoso el enfermo con diarrea como síntoma principal. Solo un 20% mantienen el diagnóstico de diarrea de origen “fun­ cional”, cuando son sometidos a una evaluación sistemática para excluir entidades como la colitis microscópica, malabsorción de azúcares, malabsorción idiopática de sales biliares, sobrecrecimien- DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 21
  • 23. to bacteriano intestinal y enfermedad celíaca. Por este motivo, ante un paciente diagnosticado de SII podría ser necesario descartar la enfermedad celíaca, si el cuadro clínico y analítico fuese compa­ tible. – Otros síntomas gastrointestinales que obligan a considerar un posi­ ble diagnóstico de EC, son: La presencia de dolor abdominal cróni­ co y recurrente de causa no aclarada, especialmente cuando asocia síntomas de “hinchazón”, flatulencia y/o meteorismo y la presencia de vómitos frecuentes de causa no aclarada, particularmente si aso­ cia los mismos síntomas mencionados. El estreñimiento no es un sín­ toma infrecuente en la enfermedad celíaca del adulto. – Síntomas extradigestivos relativamente frecuentes en el enfermo celíaco son: Pérdida de peso, dolores óseos y articulares, historia de fracturas (ante traumatismos banales), parestesias, tetania, infertili­ dad, abortos recurrentes, irritabilidad, astenia, ansiedad, depresión, epilepsia y ataxia. – Las siguientes situaciones, sin explicación demostrable, deben susci­ tar igualmente la sospecha: La presencia de malnutrición, edemas periféricos, talla baja, neuropatía periférica, miopatía proximal, ane­ mia ferropénica, hipoesplenismo, osteopenia u ostoporosis, aftas bucales recidivantes, descenso de la albúmina sérica, disminución del tiempo de protrombina, deficiencia de ácido fólico o vitamina B12 e hipertransaminasemia. En la tabla I del Protocolo de diagnóstico precoz, se presentan los sín­ tomas, signos y alteraciones analíticas (en el niño pequeño, niño mayor, ado­ lescente y adulto) que obligan a considerar el diagnóstico de EC. Dermatitis herpetiforme: Es la expresión cutánea de la enfermedad celíaca. Se presenta en niños mayores, adolescentes y adultos jóvenes en forma de lesiones vesiculares pruriginosas en piel normal o sobre placas maculares localizadas simétricamente en cabeza, codos, rodillas y muslos. El diagnóstico se realiza mediante la demostración por inmunofluorescencia directa de depósitos granulares de IgA en la unión dermoepidérmica de piel sana. Si bien los individuos con dermatitis herpetiforme no presentan sínto­ mas del tracto digestivo, habitualmente tienen el daño intestinal caracterís­ tico de la enfermedad celíaca. 4.3. Grupos de riesgo Son grupos de riesgo los familiares de enfermos celíacos y los pacien­ tes con enfermedades asociadas a enfermedad celíaca. 22 SANIDAD
  • 24. Familiares de primer grado. Constituyen un grupo de riesgo elevado en el que la prevalencia de enfermedad celíaca oscila entre el 5 al 15% [15­ 30% si son DQ2 positivos]7. Aunque algunos de estos pacientes pueden per­ manecer asintomáticos, cuando se lleva a cabo una búsqueda intencionada de síntomas y signos en esta población, no es infrecuente detectar astenia, flatulencia, ferropenia y osteoporosis, incluso en las formas histológicamen­ te leves8. Enfermedades asociadas. Suelen preceder a la enfermedad celíaca, aunque también pueden manifestarse simultáneamente e incluso después del diagnóstico. Los pacientes que las padecen son considerados grupos de riesgo ya que su asociación se produce con una frecuencia superior a la esperada. Algunas enfermedades que pueden asociarse a la enfermedad celíaca son: A) Enfermedades autoinmunes y otras inmunopatias: – Diabetes mellitus tipo I. Aproximadamente un 5-6% de los pacien­ tes asocian enfermedad celíaca. – Tiroiditis autoinmune. La asociación de la enfermedad celíaca es frecuente (5%), tanto en niños como en adultos. – Déficit selectivo de IgA. Alrededor del 4% de los pacientes celía­ cos presentan además un déficit selectivo de IgA. – Enfermedad inflamatoria intestinal. – Otras enfermedades autoinmunes: Síndrome de Sjogren, lupus eri­ tematoso sistémico, enfermedad de Addison, nefropatía por IgA, hepatitis crónica autoinmune, cirrosis biliar primaria, artritis reuma­ toide, psoriasis, vitíligo y alopecia areata. B) Trastornos neurológicos y psiquiátricos: – Encefalopatía progresiva, síndromes cerebelosos, demencia con atrofia cerebral, leucoencefalopatia, epilepsia y esquizofrenia. C) Otras asociaciones: – Síndrome de Down (la asociación con EC es superior al 12%), sín­ drome de Williams, síndrome de Turner, fibrosis quística, enferme­ dad de Hartnup, cistinuria, colitis microscópica, cardiomiopatía, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica e infertilidad. En la tabla II del Protocolo de diagnóstico precoz se exponen los gru­ pos de riesgo para la EC. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 23
  • 25. 5. Diagnóstico 5.1. Sospecha clínica Se valorarán en el paciente la existencia de síntomas y signos de la enferme­ dad o la pertenencia a grupos de riesgo, ya sea por presentar alguna enfer­ medad que se pueda asociar con la enfermedad celíaca o bien que el pacien­ te tenga familiares afectados. 5.2. Determinación de marcadores séricos Los marcadores séricos son de gran utilidad como indicadores de EC, si bien la biopsia intestinal sigue siendo el patrón oro para establecer el diag­ nóstico. Ayudan a seleccionar a los individuos con mayor probabilidad de presentar la EC, siendo particularmente útiles en aquellos sin síntomas gas­ trointestinales, en aquellos con enfermedades asociadas a la EC y para el despistaje de familiares de primer grado de enfermos diagnosticados. Debe considerarse, no obstante, que la negatividad de estos marcadores no exclu­ ye definitivamente el diagnóstico, siendo necesario en ocasiones recurrir a pruebas más avanzadas (estudio genético) cuando la sospecha diagnóstica es elevada. Los marcadores disponibles9 son los siguientes: – Anticuerpos antigliadina (AGA): Fueron los primeros en utilizarse. Son tanto de clase IgA como IgG. Se utilizan preferentemente los de clase IgA y su eficacia para el cribado de EC es mayor en niños que en adultos. – Anticuerpos antiendomisio (EMA): Son también de clase IgA. Su sensibilidad y su especificidad son variables según la edad. Tienen el inconveniente de la laboriosidad de su determinación y su interpre­ tación es subjetiva. – Anticuerpos antitransglutaminasa tisular humana de clase IgA (AAtTG): Los AAtTG se han mostrado como los marcadores más útiles y hoy en día existe acuerdo generalizado en utilizar sólo los AAtTG para el cribado de EC. También está disponible la determi­ nación de AAtTG de clase IgG, especialmente útil en caso de défi­ cit de IgA asociado a EC. La tabla 1 presenta la eficacia de los diferentes anticuerpos de clase IgA10 considerados en el diagnóstico serológico de la EC. 24 SANIDAD
  • 26. Tabla 1. Eficacia de los anticuerpos séricos Sensibilidad Especificidad Anticuerpos (%) (%) Antigliadina 75-90 82-95 Antiendomisio 85-98 97-100 Antitransglutaminasa 90-98 94-97 El resultado de la serología determina la conducta a seguir, debiendo considerar las siguientes situaciones11,12,13: – Serología positiva: La sensibilidad de la serología es muy elevada (próxima al 100%), especialmente en personas con lesiones histoló­ gicas avanzadas (atrofia vellositaria). Por lo tanto, ante la presencia de síntomas sugestivos y serología positiva debe indicarse una biop­ sia intestinal. En caso de alteraciones morfológicas compatibles, se procederá a retirar el gluten de la dieta. – Serología negativa y elevada sospecha clínica: Recientes evidencias sugieren que la serología negativa no permite excluir con seguridad el padecimiento de la enfermedad. Ello resulta particularmente cier­ to en pacientes con lesiones histológicas poco avanzadas (Marsh 1 y 2). Por otro lado, el hecho de presentar alteraciones morfológicas poco relevantes (enteritis linfocítica, sin atrofia vellositaria) no excluye que el enfermo presente síntomas y signos de enfermedad clínicamente relevante (astenia, flatulencia, anemia, osteopenia, etc.). Por este motivo, ante la presencia de síntomas sospechosos con serología negativa, especialmente en grupos de riesgo, debe conside­ rarse la posibilidad de derivar el caso para proseguir su evaluación en un medio especializado. Determinación de la IgA Aunque la IgA sérica suele estar elevada, la determinación de IgA sérica total, simultáneamente a la de AAtTG, permite disminuir la proporción de falsos negativos, dado que los enfermos celíacos asocian un déficit selectivo de IgA con mayor frecuencia que la población general. En el caso de défi­ cit de IgA, se solicitarán los anticuerpos de clase IgG. 5.3. Estudio genético Los estudios genéticos (HLA-DQ2/DQ8) son útiles en el manejo de la enfermedad celíaca, dado que casi la totalidad de los pacientes celíacos son HLA-DQ2 o DQ8 positivos. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 25
  • 27. El 90% de los pacientes con enfermedad celíaca son HLA-DQ2 posi­ tivos, mientras que sólo lo expresan un 20-30% de los individuos de la población general. El resto de pacientes celíacos poseen variantes alélicas que codifican HLA-DQ8 sin HLA-DQ2 (6% del total) o un solo alelo del HLA-DQ2. Por tanto, la ausencia de HLA-DQ2 y HLA-DQ8 hace que el diagnóstico de EC sea muy poco probable14. El estudio genético tiene, por tanto, un alto valor predictivo negativo, permitiendo excluir la EC con un 99% de certeza. Su determinación tiene utilidad clínica en alguna de las situaciones siguientes: – Investigar la existencia de EC en pacientes con sospecha clínica bien fundada y estudio serológico negativo. Si el estudio genético es negativo, el clínico debería plantearse un diagnóstico alternativo. Sin embargo, un resultado positivo, en presencia de una serología nega­ tiva, obliga a considerar firmemente la necesidad de realizar una biopsia duodenal. – Seleccionar individuos de alto riesgo entre familiares y pacientes con enfermedades asociadas con anticuerpos positivos y biopsia normal. Si estos pacientes son DQ2 o DQ8 positivos deben ser tri­ butarios de un seguimiento clínico, dado que pueden desarrollar la enfermedad en una etapa ulterior. – Investigar la susceptibilidad genética en familiares de un paciente celíaco. – Pacientes con anticuerpos positivos que rechacen la biopsia. – Pacientes que siguen una dieta sin gluten, sin haber sido correcta­ mente diagnosticados de enfermedad celíaca y en los que se plantea la reintroducción del gluten. 5.4. Biopsia duodenoyeyunal La prueba de oro para establecer el diagnóstico definitivo consiste en la práctica de una biopsia del duodeno proximal o del yeyuno (procedimiento más habitual en niños). Siempre debe de llevarse a cabo este procedimien­ to antes de proceder a la retirada del gluten de la dieta (es necesario dispo­ ner de un estudio de coagulación previo ya que algunos pacientes pueden tener un déficit de protrombina secundario a la malabsorción de Vit K). Dado que las lesiones histológicas pueden ser parcheadas, se aconseja la toma de al menos 4 muestras para el análisis histológico. El resultado del estudio anatomopatológico permite confirmar la existencia de lesiones com­ patibles y establecer el estadío de la lesión (Clasificación de Marsh). El espec­ tro de lesiones histológicas que presentan estos pacientes es amplio y oscila desde formas de enteritis linfocíticas, donde únicamente se encuentra un 26 SANIDAD
  • 28. incremento de la población de linfocitos intraepiteliales (>25%) [Marsh 1], hasta formas de atrofia grave de la mucosa [Marsh 3]. Es importante dispo­ ner de inmunotinciones para llevar a cabo el contaje de linfocitos intraepite­ liales, cuando las tinciones con hematoxilina-eosina no son concluyentes. Sólo de este modo pueden diagnosticarse con razonable seguridad las formas de enteritis linfocítica (>25 linfocitos/100 células epiteliales). Cualquiera de las formas histológicas mencionadas es compatible con la enfermedad, pero ninguna de ellas es específica. De ahí la importancia del estudio serológico y del estudio genético (en caso de serología negativa y alta sospecha clínica), para reforzar el diagnóstico y la necesidad de verifi­ car tanto la mejora clínica como la resolución de las lesiones un tiempo des­ pués de haber retirado el gluten de la dieta. Con frecuencia, la recuperación de éstas es lenta, por lo que la biopsia de confirmación no debería llevarse a cabo antes de 18-24 meses. En la Clasificación de Marsh15 de las lesiones del intestino delgado (figura 2) los criterios anatomopatológicos, son los siguientes: Marsh 0 (mucosa preinfiltrativa); Marsh 1 (incremento en el número de linfocitos intraepiteliales); Marsh 2 (hiperplasia de criptas); Marsh 3 (atrofia vellosita­ ria [3a] parcial, [3b] subtotal, [3c] total); Marsh 4 (hipoplasia). Figura 2. Clasificación de Marsh de las lesiones del intestino delgado Normal 0 Infiltrativa 1 Hiperplásica 2 Atrofia parcial 3a Atrofia subtotal 3b Atrofia total 2c FUENTE: North American Society for Pediatric Gastroenterology, Hepathology and Nutrition, Children’s Digestive Health and Nutrition Foundation. Celiac Disease: evaluation and management. CME certified CD-ROM. 2004. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 27
  • 29. En la tabla III del protocolo de diagnóstico precoz se expone un lista­ do de las entidades con las que debe llevarse a cabo el diagnóstico diferen­ cial de la EC según el estadío de la lesión histológica. 6. Tratamiento El único tratamiento eficaz de la enfermedad celíaca es una dieta estricta sin gluten durante toda la vida16. Con ello se consigue la mejoría de los sín­ tomas aproximadamente a partir de las dos semanas, la normalización sero­ lógica entre los 6 y 12 meses y la recuperación de las vellosidades intestina­ les en torno a los 2 años de iniciado el tratamiento. En pacientes adultos, la respuesta clínica suele ser más lenta. Hay que excluir de la dieta el trigo, la cebada, el triticale, el centeno y todos sus derivados incluidos los almidones. La avena probablemente no ejerce un efecto nocivo por sí misma; sin embargo, muchos productos que contienen avena se hallan contaminados por trazas de harinas de otros cereales, lo que representa una limitación para su uso. Para conseguir una dieta sin gluten es necesario recurrir a un consumo preferente de alimentos naturales: carnes, pescados, huevos, leches y derivados, legumbres, frutas, verduras y hortalizas y cereales sin gluten como el maíz o arroz. En la tabla 2 se presenta la clasificación de los alimen­ tos en función a su contenido en gluten. Tabla 2. Clasificación de los alimentos en función a su contenido en gluten ALIMENTOS SIN GLUTEN — Leche y derivados (quesos, requesón, nata, yogures naturales y cuajada). — Todo tipo de carnes y vísceras frescas, congeladas y en conserva al natural, ceci­ na, jamón serrano y jamón cocido calidad extra. — Pescados frescos y congelados sin rebozar, mariscos frescos y pescados y maris­ cos en conserva al natural o en aceite. — Huevos. — Verduras, hortalizas y tubérculos. Frutas. — Arroz, maíz y tapioca, así como sus derivados. — Todo tipo de legumbres. — Azúcar y miel. Aceites y mantequillas. — Café en grano o molido, infusiones y refrescos. — Toda clase de vinos y bebidas espumosas. — Frutos secos crudos. — Sal, vinagre de vino, especias en rama y grano y todas las naturales. (Continúa) 28 SANIDAD
  • 30. Tabla 2. Clasificación de los alimentos en función a su contenido en gluten (Continuación) ALIMENTOS CON GLUTEN — Pan y harinas de trigo, cebada, centeno, triticale, y probablemente la avena. — Productos manufacturados en cuya composición figure cualquiera de las harinas ya citadas y en cualquiera de sus formas: almidones, almidones modificados, féculas, harinas y proteínas. — Bollos, pasteles, tartas y demás productos de pastelería. — Galletas, bizcochos y productos de pastelería. — Pastas italianas (fideos, macarrones, tallarines, etc.) y sémola de trigo. — Bebidas malteadas. — Bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales: cerveza, agua de cebada, algunos licores, etc. ALIMENTOS QUE PUEDEN CONTENER GLUTEN — Embutidos: chorizo, morcilla, etc. — Productos de charcutería. Patés diversos. — Yogures de sabores y con trocitos de fruta. — Quesos fundidos, en porciones, de sabores. — Conservas de carnes. Conservas de pescado con distintas salsas. — Caramelos y gominolas. — Sucedáneos de café y otras bebidas de máquina. — Frutos secos fritos y tostados con sal. — Helados. Sucedáneos de chocolate. — Colorante alimentario. En los últimos años se están investigando otras posibles estrategias de utilidad terapéutica, distintas a la dieta sin gluten17. Sin embargo, antes de su aplicación clínica deberán demostrar su eficacia y seguridad respecto a la dieta sin gluten. 7. Seguimiento Es preciso realizar un seguimiento clínico de los pacientes con objeto de vigilar la evolución de los síntomas, controlar el crecimiento en los niños y vigilar el cumplimiento de la dieta. La determinación de AAtTG es de utilidad para el control del segui­ miento correcto de la dieta, cuando la serología ha sido positiva. En aque- DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 29
  • 31. llos pacientes que continúan con síntomas o presentan recidivas de los mis­ mos, a pesar del régimen sin gluten, es obligado llevar a cabo una búsqueda intencionada de fuentes insospechadas de gluten en la dieta o de transgre­ siones mínimas. Ambas situaciones explican la mayoría de los casos que per­ sisten sintomáticos o mantienen títulos elevados de marcadores séricos. Algunas de las complicaciones que el enfermo celíaco sin tratamiento puede presentar a medio y largo plazo son: hipoesplenismo, insuficiencia pancreática exocrina, osteoporosis, crisis celíaca, yeyunoileítis ulcerativa crónica, sobrecrecimiento bacteriano y linfoma no Hodgkin. Se ha descrito igualmente una mayor prevalencia de otros tumores, incluyendo cáncer de faringe, esófago, estómago y recto. 8. Puntos clave y recomendaciones – La enfermedad celíaca puede manifestarse en cualquier edad, tanto en niños como en adultos. – La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, proteína presente en algunos cereales como trigo, cebada, centeno y triticale. No está claro que la avena deba ser considerada nociva en esta patología. – Aparece en individuos genéticamente predispuestos, en su gran mayoría portadores del heterodímero DQ2 o DQ8 del sistema HLA. Por lo tanto, el valor predictivo negativo de estos marcadores es muy elevado. – Cursa con una enteropatía cuya expresión clínica oscila entre for­ mas asintomáticas (casos silentes) y un cuadro de malabsorción flo­ rido con grave repercusión sobre el estado de nutrición. No es infre­ cuente que el paciente refiera únicamente síntomas o signos extra- digestivos. – La dermatitis herpetiforme es la expresión cutánea de la enferme­ dad celíaca. – Su prevalencia es alta, pudiendo afectar hasta al 1% de la población. – Esta enfermedad puede generar absentismo escolar y laboral y suponer un alto coste sanitario, sobre todo en aquellos casos en los que existe un retraso en el diagnóstico. Este retraso obedece, en gran medida, a la existencia de formas paucisintomáticas o monosintomá­ ticas que se alejan del patrón clásico de presentación y es el motivo fundamental por el que gran parte de la población celíaca permane­ ce sin diagnosticar. – Un mejor conocimiento de los distintos patrones de presentación, especialmente de las formas no clásicas o “atípicas” por parte del 30 SANIDAD
  • 32. médico de atención primaria permitirá un diagnóstico y tratamiento precoz con las consiguientes ventajas, tanto sanitarias como sociales, laborales y de carácter económico. Especial atención merecen aque­ llos pacientes que han sido diagnosticados de patología digestiva “funcional” y que no responden adecuadamente al tratamiento con­ vencional. – Los pacientes con enfermedades asociadas a EC (autoinmunes, cro­ mosomopatías, etc.) junto con los familiares de pacientes celíacos, constituyen una población de riesgo en los que hay que mantener un alto grado de sospecha. – Los marcadores séricos (AAtTG) resultan de elección para iniciar el despistaje de los pacientes con mayor probabilidad de presentar EC. – Una serología negativa no excluye el padecimiento de la enferme­ dad, por lo que en presencia de síntomas sospechosos, puede hacer necesario una evaluación más exhaustiva. – La biopsia intestinal sigue siendo el patrón oro para verificar la pre­ sencia de una lesión de la mucosa compatible con la enfermedad. Ésta debe de indicarse en presencia de síntomas sugestivos y una serología positiva o cuando el paciente presenta alta probabilidad clínica y un estudio genético positivo (aunque la serología sea nega­ tiva). No se debe iniciar una dieta sin gluten sin haber realizado pre­ viamente una biopsia intestinal. – El estudio genético permite detectar otros miembros de la familia susceptibles de padecer la enfermedad. – La dieta estricta sin gluten constituye el único tratamiento actual de la EC. En la mayoría de los casos conduce a la desaparición de los síntomas, la negativización de los marcadores séricos y la práctica normalización de las alteraciones histológicas. El régimen sin gluten debe seguirse durante toda la vida tanto en pacientes sintomáticos como asintomáticos. – La causa más frecuente de falta de respuesta al tratamiento es el incumplimiento de la dieta o la ingesta insospechada de pequeñas cantidades de gluten en la alimentación. – La dieta sin gluten debe basarse, fundamentalmente, en alimentos naturales y frescos que no contengan gluten: carnes, pescados, hue­ vos, leche y derivados, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y los cereales que no tienen gluten (maíz, arroz, mijo y sorgo), combinán­ dolos entre sí de forma variada y equilibrada. – El consumo de productos manufacturados conlleva riesgos potencia­ les. Como norma general, deben eliminarse de la dieta los productos a granel, los elaborados artesanalmente o los que no estén etiqueta­ dos, donde no se pueda comprobar el listado de ingredientes. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 31
  • 33. – Para mejorar la identificación de los alimentos sin gluten serían recomendables actuaciones dirigidas a mejorar el etiquetado de los productos alimentarios, perfeccionar los métodos analíticos de detección de gluten; formar a los manipuladores de alimentos y hos­ teleros sobre la naturaleza de la enfermedad y las características de la dieta sin gluten; mejorar la disponibilidad de menús sin gluten en comedores escolares, universitarios, de empresas, de los centros de 3ª edad y hospitales. – Es necesario potenciar las actividades de Educación para la Salud de estos pacientes, sus familiares y cuidadores. – Se debe recomendar al paciente el contacto con la asociación de pacientes celíacos de su comunidad. Dichas asociaciones realizan una gran labor de asesoramiento sobre la dieta sin gluten y el mane­ jo de ésta, y son de gran ayuda para la superación de los problemas sociales, profesionales, psicológicos, etc. 32 SANIDAD
  • 34. 2. Protocolo de diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca
  • 35.
  • 36. I. Secuencia de actuación diagnóstica en atención primaria La historia clínica y el examen físico son la piedra angular para orientar el diagnóstico en el ámbito de la atención primaria. Éste debe de sustentarse en el conocimiento de los distintos patrones de presentación de la enferme­ dad, incluyendo las formas atípicas, paucisintomáticas o monosintomáticas, sin duda las más frecuentes hoy en día. La pertenencia a grupos de riesgo también debe de alertar al médico de atención primaria. Ante la sospecha clínica, debe solicitarse una determinación de anti­ cuerpos antitransglutaminasa tisular humana de clase IgA (AAtTG), así como los niveles plasmáticos de IgA sérica total. No es excepcional encon­ trar un déficit de esta inmunoglobulina en la población de celíacos. Ello podría condicionar un “falso negativo” en la determinación de anticuerpos. En tal caso, pueden analizarse los AAtTG de clase IgG y sólo en caso nega­ tivo validar definitivamente la serología como negativa. En el algoritmo I se presenta la secuencia de actuación diagnóstica de la EC en Atención Primaria. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 35
  • 37. Actitud ante la sospecha clínica de enfermedad celíaca en Atención Primaria. Box 1. Sospecha clínica. Box 3. Anticuerpos positivos. El índice de sospecha clínica para la enferme- La sensibilidad de la serología es muy elevada dad celíaca es extremadamente bajo, especial- (próxima al 100%), especialmente en personas mente en la población adulta. La presentación con lesiones histológicas avanzadas (atrofia clásica en forma de diarrea crónica con clínica vellositaria). Por lo tanto, ante la presencia de de malabsorción es inusual, siendo más fre- síntomas sugestivos y serología positiva debe cuente la presencia de síntomas poco específi- indicarse una biopsia intestinal. cos (ver tabla I). Box 4. Déficit de IgA. Box 2. Grupos de riesgo. Antes de considerar una serología negativa La probabilidad de padecer una enfermedad debe tenerse en cuenta que algunos pacientes celíaca aumenta en determinados grupos de celíacos poseen un déficit de IgA y ello puede riesgo. Éstos incluyen primordialmente a los condicionar un “falso negativo” en la determi- familiares de primer grado, determinadas enfer- nación de AAtTG. En tal caso deben solicitarse medades autoinmunes y algunas cromosomo- AAtTG de tipo IgG y sólo en caso negativo vali- patías, especialmente el síndrome de Down. dar definitivamente la serología como negativa. El conocimiento de estos grupos de riesgo es importante dado que un estudio serológico Box 5. Actitud ante serología negati­ negativo no siempre excluye con seguridad la va y elevada sospecha clínica. enfermedad. En casos con alto índice de sos- Recientes evidencias sugieren que la serología pecha y serología negativa podría ser necesa- negativa no permite excluir con seguridad el rio derivar al paciente a atención especializada padecimiento de la enfermedad. Ello resulta (ver tabla II). particularmente cierto en pacientes con lesio- nes histológicas poco avanzadas (Marsh 1). Por otro lado, el hecho de presentar alteracio- nes morfológicas poco relevantes (enteritis lin- focítica sin atrofia vellositaria) no excluye que el enfermo presente síntomas y signos de enfer- medad clínicamente relevante (astenia, flatulen- cia, anemia u osteopenia). Por este motivo, ante la presencia de síntomas sospechosos, especialmente en grupos de riesgo, debe con- siderarse la posibilidad de derivar el caso a atención especializada para una evaluación específica. 36 SANIDAD
  • 38. Algoritmo I. Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca. Actuación en atención primaria 1 2 AAtTG de clase IgA Sospecha clínica Sospecha clínica Grupos de riesgo IgA sérica total clínica Sospecha Sospecha clínica (Tabla I) (Tabla I) (Tabla I) (Tabla II) (Tabla I) Estudio de coagulación ¿Anticuerpos Sospecha clínica positivos? (Tabla I) 3 SÍ NO ¿Existe déficit Sospecha clínica 4 de IgA sérica? (Tabla I) SÍ NO ¿AAtTG declínica Sospecha clase IgG(Tabla I) positivo? 5 ¿Elevada Sospecha clínica probabilidad SÍ NO (Tabla I) clínica? SÍ NO Derivar al Sospecha clínica Valorar diagnóstico Sospecha clínica gastroenterólogo (Tabla I) alternativo (Tabla I) DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 37
  • 39. Tabla I. Síntomas, signos y alteraciones analíticas que obligan a considerar el diagnóstico de enfermedad celíaca Clínica Síntomas Signos y alteraciones analíticas Niño pequeño Diarrea crónica. Malnutrición. Falta de apetito. Distensión abdominal. Vómitos. Hipotrofia muscular. Dolor abdominal recurrente. Retraso póndero-estatural. Laxitud. Anemia ferropénica. Irritabilidad. Hipoproteinemia. Apatía. Introversión. Tristeza. Niño mayor y Frecuentemente asintomáticos. Anemia ferropénica. adolescente Estreñimiento. Talla baja. Dolor abdominal. Aftas orales. Menarquia retrasada. Hipoplasia del esmalte. Irregularidades menstruales. Distensión abdominal. Cefalea. Debilidad muscular. Artralgias. Artritis, osteopenia. Hábito intestinal irregular. Queratosis folicular. Adulto Diarrea crónica. Malnutrición con o sin pérdida de Dispepsia. peso. Dolor abdominal recidivante. Edemas periféricos. Pérdida de peso. Talla baja. Síntomas que simulan síndrome de Neuropatía periférica. intestino irritable. Miopatía proximal. Vómitos recidivantes sin causa apa- Anemia ferropénica sin explicación. rente. Hipoesplenismo. Estreñimiento. Osteopenia u osteoporosis (especial- Dolores óseos y articulares o historia mente en el adulto joven). de fracturas (ante traumatismos Aftas bucales recidivantes. banales). Descenso de albúmina sérica. Parestesias, tetania. Disminución del tiempo de protrom- Infertilidad, abortos recurrentes. bina. Irritabilidad. Deficiencia de ácido fólico o vitamina Astenia. B12 (no explicada). Ansiedad, depresión, epilepsia, ataxia. Hipertransaminasemia inexplicada. 38 SANIDAD
  • 40. Tabla II. Grupos de riesgo Familiares de primer grado (5-15% [10-30% si son DQ2 o DQ8 +]). Pacientes con enfermedades asociadas: A) Enfermedades autoinmunes y otras inmunopatías: – Diabetes mellitus tipo I (5-6%). – Tiroiditis autoinmune (5%). – Déficit selectivo de IgA (4%). – Enfermedad inflamatoria intestinal. – Síndrome de Sjogren. – Lupus eritematoso sistémico. – Enfermedad de Addison. – Nefropatía por IgA. – Hepatitis crónica autoinmune. – Cirrosis biliar primaria. – Artritis reumatoide. – Psoriasis, vitíligo y alopecia areata. B) Trastornos neurológicos y psiquiátricos: – Encefalopatía progresiva. – Síndromes cerebelosos. – Demencia con atrofia cerebral. – Leucoencefalopatía. – Epilepsia y calcificaciones. – Esquizofrenia. C) Otras asociaciones: – Síndrome de Down (12%). – Síndrome de Williams. – de Turner. – Fibrosis quística. – Enfermedad de Hartnup. – Cistinuria. – Colitis microscópica. – Cardiomiopatía. – Fibromialgia. – Síndrome de fatiga crónica. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 39
  • 41.
  • 42. II. Secuencia de actuación diagnóstica en atención especializada Cuando los marcadores séricos son positivos, o bien siendo negativos existe una probabilidad clínica alta de sospecha de enfermedad celíaca, es conve­ niente derivar al paciente al gastroenterólogo. Éste valorará la realización del estudio genético y/o una biopsia intestinal a nivel duodenoyeyunal (pre­ cedida de un estudio de coagulación normal) para confirmar la presencia de lesiones histológicas compatibles con una enfermedad celíaca. La detección de anticuerpos es muy útil como apoyo al diagnóstico de sospecha, para indicar el momento en que debe realizarse la biopsia intesti­ nal y para vigilar el cumplimiento de la dieta exenta de gluten. La presencia del heterodímero HLA-DQ2/DQ8 en familiares de pacientes celíacos únicamente indica que existe una predisposición genéti­ ca a padecer la enfermedad y puede ser de valiosa ayuda en la toma de deci­ siones en un contexto apropiado (sospecha clínica y serología negativa). En el algoritmo II se presenta la secuencia de actuación diagnóstica en Atención Especializada. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 41
  • 43. Actitud ante la sospecha clínica de enfermedad celíaca en Atención Especializada Box 1. Serología positiva. Si el enfermo reúne criterios compatibles con Ante la presencia de una serología positiva un síndrome de intestino irritable, el clínico debe indicarse una biopsia del duodeno. El debe de recordar que bajo la apariencia de una carácter parcheado de las lesiones obliga a diarrea con criterios de aparente funcionalidad, tomar varias muestras (4-6) de la 2ª-3ª porción a menudo subyace una dolencia orgánica, duodenal o yeyunal, para aumentar la probabi- entre las que no deben de olvidarse la enferme- lidad de detectar cambios morfológicos com- dad celíaca y la colitis microscópica, entidades patibles. Debe recordarse que algunos casos cuya asociación, por otra parte, está bien des- únicamente mostrarán cambios compatibles crita. Determinadas combinaciones de sínto- con una enteritis linfocítica (>25 linfocitos/100 mas y signos o grupos de riesgo (ver tablas I y células epiteliales). Aunque las tinciones con II) aumentan la probabilidad de que el enfermo hematoxilina-eosina permiten hacer una esti- sea portador de una EC. La presentación clási- mación inicial del número de LIEs, a menudo es ca de la enfermedad con un cuadro de malab- necesario llevar a cabo inmunotinciones espe- sorción florido es hoy en día poco frecuente. cíficas para linfocitos que permiten una mayor precisión en el recuento. Box 3. Estudio genético. El 90% de los pacientes con enfermedad celía- Box 2. Serología negativa. ca son HLA-DQ2 positivos (codificado por los alelos DQA1*05 y DQB1*02) mientras que sólo Recientes observaciones sugieren que la sero- lo expresan un 20-30% de los individuos de la logía no goza de una elevada sensibilidad, población general. El resto de pacientes celía- especialmente en las formas histológicamente cos poseen variantes alélicas que codifican leves (enteritis linfocítica). Por esta razón, el HLA-DQ8 (DQA1*03 y DQB1*0302) sin HLA- gastroenterólogo debe de actuar con cautela y DQ2 (6% del total) o un solo alelo del HLA-DQ2 no rechazar la posibilidad de una EC, en pre- [DQB1*02 (4% del total) y DQA1*05 (2% del sencia de síntomas sugestivos o compatibles. total)]. Por tanto, la ausencia de HLA-DQ2 y En este punto, es importante llevar a cabo un HLA-DQ8 hace que el diagnóstico de EC sea cribado intencionado de síntomas y signos muy poco probable. cuya presencia obligaría a realizar exploracio- nes más avanzadas (tabla I). La investigación del haplotipo DQ2 (o DQ8, si Si el enfermo ha sido remitido por dispepsia, aquél es negativo) es importante en el enfermo debe diferenciarse claramente el subtipo cono- con sospecha clínica bien fundada y estudio cido como distrés postprandial (saciedad pre- serológico negativo. Si el estudio genético es coz, plenitud postprandial), del dolor/ardor epi- negativo, el clínico debería plantearse un diag- gástrico, dado que pueden tener connotacio- nóstico alternativo. Sin embargo, un resultado nes patogénicas bien diferenciadas. Es impor- positivo, en presencia de una serología negati- tante describir cualquier síntoma asociado, va, obliga a considerar firmemente la necesidad incluyendo pirosis, aerofagia, náuseas, vómitos de biopsiar el duodeno. Estudios recientes han y muy especialmente la presencia de flatulencia demostrado que esta estrategia multiplica por y /o meteorismo, síntomas que podrían reflejar 3 la probabilidad de establecer un diagnóstico el incremento en la producción de gas (H2, en familiares de primer grado, cuando se com- CO2, metano) derivado de la fermentación de para con la estrategia clásica basada exclusiva- los carbohidratos no absorbidos. mente en el estudio serológico. 42 SANIDAD
  • 44. Algoritmo II. Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca. Actuación en atención especializada Paciente derivado desde Atención Primaria por pertenecer a un grupo de riesgo o por la clínica Sospecha presencia de síntomas o (Tabla I) signos que obligan a descartar enfermedad celíaca ¿Anticuerpos Sospecha clínica positivos? (Tabla I) 1 2 SÍ NO ¿Probabilidad clínica alta o Sospecha clínica razonable (Tablas I-II)? (Tabla I) SÍ NO 3 Heterodímero Valorar Sospecha clínica DQ2-DQ8 del Sospecha clínica diagnóstico (Tabla I) HLA* (Tabla I) alternativo + – Sospecha clínica Biopsias duodeno/yeyunales (Tabla I) MARSH MARSH MARSH MARSH MARSH 0** 1** 2** 3** 4** * Determinar DQ8 sólo si el DQ2 es negativo. ** Actitud a seguir en función del informe anatomopatológico. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 43
  • 45. Clasificación de Marsh de las lesiones del intestino delgado. • Marsh 0 Mucosa preinfiltrativa (hasta un 5% de los pacientes con dermatitis herpetiforme muestran un aspec- to macroscópico normal en la biopsia intestinal). Si la serología es positiva y el enfermo es DQ2 o DQ8 se recomienda un seguimiento y plantear una nueva biopsia en 1-2 años si los datos clínicos lo sugie- ren. En tal caso puede investigarse la presencia de antitransglutaminasa en el sobrenadante de la mucosa (centros especializados). • Marsh 1 Incremento en el número de linfocitos intraepiteliales (LIEs) [en adultos >25%]. Para establecer el diag- nóstico de este estadío es conveniente llevar a cabo inmunotinciones específicas para linfocitos. Existen claras evidencias de que los pacientes con este tipo de lesión pueden presentar síntomas simi- lares a otras formas histológicamente más avanzadas, principalmente flatulencia o distensión abdomi- nal, anemia ferropénica y osteopenia/osteoporosis. En estos casos de “enteritis linfocítica”, la actitud debe de ser la siguiente: – Si el paciente tiene anticuerpos positivos: retirar el gluten y valorar la respuesta clínica e histológica (repetir la biopsia a los 18-24 meses). Una mejoría significativa y/o la desaparición de las lesiones permite confirmar y validar el diagnóstico de enfermedad celíaca. – Si el paciente tiene anticuerpos negativos, pero es DQ2 o DQ8, antes de retirar el gluten debe rea- lizarse un correcto diagnóstico diferencial de otras causas de enteritis linfocítica, incluyendo de manera muy especial la presencia de infección por Helicobacter Pylori (HP) y/o la toma de AINE. Si el paciente es HP positivo debe intentarse su erradicación y repetir el análisis histológico a los 4-6 meses. Si la alteración histológica persiste, retirar el gluten y evaluar respuesta clínica e histológica (repetir la biopsia a los 18-24 meses). La desaparición o mejoría franca de las lesiones permite con- firmar y validar el diagnóstico de EC. La tabla III muestra otras causas de enteritis linfocítica que el gastroenterólogo debe de considerar antes de establecer la hipótesis diagnóstica de EC en pacien- tes seronegativos con DQ2-DQ8 positivos. • Marsh 2 Hiperplasia de criptas. Además del incremento de los LIEs, hay un incremento en la profundidad de las criptas, sin una reducción concomitante en la altura de las vellosidades. Ante la presencia de este tipo de lesión en un paciente con serología positiva o DQ2 o DQ8 (+) debe retirarse el gluten y evaluar la respuesta clínica e histológica (repetir la biopsia a los 12-18 meses). La desaparición o mejoría franca de las lesiones permite confirmar y validar el diagnóstico de EC. • Marsh 3 Atrofia vellositaria: (3a) parcial; (3b) subtotal; (3c) total. Este tipo de lesión considerada como “clásica” supone la presencia de marcados cambios en la mucosa, pese a lo cual algunos pacientes se mues- tran asintomáticos, siendo clasificados como silentes. Si bien este tipo de lesión es característica, no es diagnóstica por sí sola, dado que puede verse en otras entidades, incluyendo giardiasis, intoleran- cias alimentarias en niños (por ejemplo: alergia a las proteínas de la leche de vaca), enfermedad del injerto contra el huésped, isquemia crónica del intestino delgado, esprúe tropical, déficit de IgA espe- cialmente cuando se asocia a estados de sobrecrecimiento bacteriano, y otras deficiencias inmunes. Por lo tanto, en pacientes seronegativos (incluso en DQ2-DQ8 +), deben considerarse estas entidades antes de retirar el gluten de la dieta. • Marsh 4 Hipoplasia. Cursa con atrofia total de vellosidades y representa el estadío final de la enfermedad. Aparece en un pequeño subgrupo de pacientes. No suelen responder al régimen sin gluten y pueden desarrollar complicaciones malignas. En algunos de estos casos aparece una banda de colágeno en la mucosa y submucosa (esprúe colágeno). Estos pacientes pueden no responder a otras terapias como corticoides, inmunosupresores o quimioterapia. 44 SANIDAD
  • 46. Tabla III. Enfermedades que deben considerarse en el diagnóstico diferencial de EC, según el resultado de la biopsia Resultados biopsia Entidades diagnósticas Biopsia duodenal normal. Insuficiencia pancreática. Intolerancia a disacáridos. Sobrecrecimiento bacteriano. Patología funcional. Colitis microscópica. Malabsorción de ácidos biliares. Anemia ferropénica por pérdidas. Enteritis linfocítica. Infección por Helicobacter Pylori. Lesión por AINE. Parasitosis por Giardia Lamblia. Enfermedad de Whipple. Enfermedad de Crohn. Enteropatía del SIDA. Sobrecrecimiento bacteriano. Enteritis eosinofílica. Linfoma intestinal. Hipo o agammaglobulinemia. Amiloidosis. Linfangiectasia intestinal. Enteritis por radiación. Hipertiroidismo. Gastroenteritis infecciosa. Atrofia vellositaria. Esprúe tropical. Enteropatía autoinmune. Linfoma intestinal. Parasitosis por Giardia Lamblia. Intolerancias alimentarias en niños (p.e. intolerancia o alergia a las proteínas de la leche de vaca). Enfermedad de injerto contra huésped. Isquemia crónica del intestino delgado. Déficit de IgA, especialmente si se asocia a sobrecrecimien- to bacteriano. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 45
  • 47.
  • 48. 3. Decálogo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca
  • 49.
  • 50. Decálogo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca La Enfermedad Celíaca (EC) es una entidad frecuente que afecta aproxi­ madamente a una de cada cien personas. La mayoría de ellas permanecen sin diagnosticar; de ahí la necesidad de llevar a cabo una búsqueda intencio­ nada de síntomas o combinaciones de síntomas que deberían suscitar la sos­ pecha clínica. Las siguientes claves pueden ser de sumo interés para el diag­ nóstico precoz de la misma. 1. En el niño pequeño, los síntomas intestinales y el retraso de crecimiento, sobre todo si se acom­ pañan de irritabilidad y anorexia, constituyen un cuadro clínico muy sugestivo de enfermedad celíaca. 2. En el niño mayor y en el adolescente, el hallazgo de un retraso de talla o de la pubertad, así como una ferropenia o una hipertransaminasemia sin otra justificación, obliga a descartar la existencia de enfermedad celíaca. 3. En los adultos, la presentación clásica en forma de diarrea crónica con clínica de malabsorción es inusual, siendo más frecuente en la actualidad la presencia de síntomas poco específicos. 4. La probabilidad de padecer una EC aumenta en determinados grupos de riesgo. Estos incluyen pri­ mordialmente a los familiares de primer grado, determinadas enfermedades autoinmunes (diabetes tipo I, hipotiroidismo, etc.) y algunas cromosomopatías como el síndrome de Down. 5. A menudo, el enfermo celíaco ha sido visitado por numerosos facultativos y sometido a diversas exploraciones complementarias, siendo etiquetado de un trastorno “funcional”. Estos pacientes merecen una especial atención, en particular, si además refieren una historia de aftas bucales, aste­ nia, irritabilidad o depresión. 6. La EC debe incluirse en el diagnóstico diferencial de los pacientes con dispepsia tipo dismotilidad o distrés postprandial (saciedad precoz y plenitud postprandial), especialmente si asocian flatulen­ cia, hinchazón y meteorismo. La sospecha debe ser firmemente considerada cuando los síntomas son crónicos y recurrentes y no han respondido adecuadamente a un tratamiento empírico. 7. Los pacientes que padecen diarrea acuosa crónica e intermitente y que han sido catalogados de síndrome de intestino irritable (SII), deben ser revisados de forma minuciosa. La coexistencia de flatulencia o distensión abdominal, borborigmos y deposiciones mezcladas con abundante gas (“explosivas”) obliga a considerar la posibilidad de una EC. El estreñimiento crónico no es un sín­ toma excluyente de padecer la EC. 8. Las situaciones siguientes, sin explicación demostrable, obligan a valorar el diagnóstico de EC: Las mujeres en edad fértil con ferropenia, infertilidad y abortos recurrentes; los que presentan elevación de transaminasas; los que refieren una historia de fracturas ante traumatismos mínimos o una os­ teopenia/osteoporosis detectada antes de la menopausia o en un varón adulto joven. 9. Los marcadores serológicos (AAtTG) resultan de elección para iniciar el despistaje de los pacien­ tes con mayor probabilidad de presentar EC. Una serología negativa no permite excluir el diagnós­ tico de EC. De hecho, una proporción de pacientes con enfermedad celíaca, que presentan for­ mas histológicas leves e incluso con atrofia de vellosidades, no expresan anticuerpos antitransglu­ taminasa en el suero. 10. El estudio genético (HLA-DQ2/DQ8) es útil en el manejo de la enfermedad celíaca, dado que casi la totalidad de los pacientes celíacos son HLA-DQ2 o DQ8 positivos. Su determinación tiene utili­ dad clínica en casos de pacientes con sospecha clínica bien fundada y estudio serológico negati­ vo. Un estudio genético negativo excluye casi totalmente la enfermedad celíaca, evitando con ello pruebas invasivas, incómodas y de mayor coste. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 49
  • 51.
  • 53.
  • 54. Referencias bibliográficas 1. Green PH, Cellier C. Celiac Disease. N Eng J Med 2007;357(17):1731-43. 2. Casellas F. Enfermedad celiaca. Med Clin (Barc.) 2006;126(4):137-42. 3. West J, Logan RFA, Hill PG, Lloyd A, Lewis S, Hubbard R et al. Seroprevalence, corre­ lates, and characteristics of undetected celiac disease in England. Gut 2003;52:960-65. 4. Polanco I, Roldán B, Arranz M. Documento Técnico. Protocolo de Prevención Secundaria de la Enfermedad Celíaca. Dirección General Salud Pública y Alimentación. Madrid. 2006. 5. Catassi C, Kryszak D, Louis-Jacques O, Duerksen DR, et al. Detection of Celiac disease in primary care: a multicenter case-finding study in North America. Am J Gastroenterol 2007;102:1454-1460. 6. Galbe J, Grupo PrevInfad/PAPPS. Cribado de enfermedad celíaca. (Internet). Informe 2007. URL: www.papps.org. 7. Dubé C, Rostom A, Sy R, Cranney A, Saloojee N, Garritty C et al. The prevalence of celiac disease in average-risk and at-risk Western European populations: a systematic review. Gastroenterology 2005;128(4 Suppl 1):S57-67. 8. Esteve M, Rosinach M, Fernández-Bañares F, et al. Spectrum of gluten-sensitive entero­ pathy in first-degree relatives of coeliac patients: clinical relevance of lymphocytic ente­ ritis. Gut 2006;55:1739-45. 9. Llanos A, Villegas R. Diagnóstico no invasivo de la enfermedad celíaca. (Internet). Sevilla: Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía, 2006. Informe 7/2006. URL: http://www.juntadeandalucia.es/salud/ AETSA. 10. Farrell R, Kelly C. Diagnosis of celiac sprue. Am J Gastroenterol 2002; 96:3237-46. 11. Rostom A, Murray JA, Kagnoff MF. American Gastroenterological Association (AGA) Institute technical review on the diagnosis and management of celiac disease. Gastroenterology 2006;131(6):1981-2002. 12. Rostom A, Dubé C, Cranney A, Saloojee N, Sy R, Garritty C, et al. The diagnostic accu­ racy of serologic tests for celiac disease: a systematic review. Gastroenterology 2005; 128(4 Suppl 1):S38-46. 13. Polanco I, Román E. Marcadores serológicos en la Enfermedad Celíaca. An Pediatr Contin 2006;4(3):176-9. 14. Arranz E, Garrote JA. HLA en la enfermedad celíaca. An Pediatr Contin 2004;2(3): 163-6. 15. Marsh MN. Gluten, major histocompatibility complex, and the small intestine. A mole­ cular and immunobiologic approach to the spectrum of gluten sensitivity (‘celiac sprue’). Gastroenterology 1992; 102(1):330-354. 16. Case S. The gluten-free diet: how to provide effective education and resources. Gastroenterology 2005;128(4 Suppl 1):S128-S134. 17. Polanco I, Arranz E. “Nuevos avances en el tratamiento de la Enfermedad Celíaca”. An Pediatr Contin 2006;4(1):46-9. DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LA ENFERMEDAD CELÍACA 53
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