Este documento presenta un diagnóstico de las relaciones laborales entre Arauco, sus empresas contratistas y los trabajadores. Identifica varios desafíos clave: 1) una "deuda histórica" debido a las complejas relaciones laborales del pasado en el sector forestal chileno, 2) el modelo de amplia subcontratación de Arauco genera desafíos en la gestión de las relaciones laborales, 3) las empresas contratistas no siempre garantizan los derechos laborales ni mejoran las condiciones de trabajo, 4) los esfuerzos de Ara
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TEMA: RELACIONES LABORALES
Este tema comprende una serie de controversias referidas a las relaciones laborales que
establece Arauco con sus propios trabajadores y con aquellos que forman parte de las
empresas contratistas que realizan las tareas operativas en el proceso forestal.
A continuación se organiza un primer diagnóstico general de temas que pueden describir el
contexto en que se gestan estas controversias. Este diagnóstico surge de las discusiones
llevadas adelante por el Foro Base y el Foro Laboral.
1. El sector forestal en Chile se ha desarrollado durante muchos años con relaciones
laborales complejas y con una muy escasa inversión en condiciones de trabajo.
Arauco y sus empresas contratistas no han sido excepción y, a pesar de que sus
prácticas han variado significativamente en los últimos años, se acumula una gran
cantidad de tensiones y conflictos que son interpretados como una “deuda histórica”
por parte de la fuerza laboral. Estas tensiones que persisten, se consideran como
elementos que perpetúan y reproducen la relación de desconfianza mutua que existe
entre la empresa mandante, las empresas de servicios y las organizaciones de
trabajadores.
2. El modelo de gestión de Forestal Arauco asigna un rol fundamental a las empresas
contratistas, entregándoles el 100% de las labores productivas forestales. Este
modelo de amplia subcontratación es reconocido como un elemento central de la
cultura de esta compañía (“…se puede entender casi como una religión”, señala un
miembro del Foro Base), y ha proporcionado beneficios incuestionables en términos
de control de costos y eficiencia, pero también ha representado serias dificultades en
la gestión de las relaciones laborales. Existe una falta de diálogo entre las empresas
contratistas y sus trabajadores y una falta de una definición y comunicación clara de
los roles que tienen cada uno de los 3 estamentos (empresa mandante‐contratistas‐
trabajadores), lo que dificulta las relaciones. Por ejemplo, un número importante de
trabajadores subcontratados perciben a Arauco como su empleador, sin embargo, la
empresa no ha reconocido de manera suficiente el grado de responsabilidad ni el rol
de interlocutor que éstos le asignan: “Arauco llega al diálogo con los contratistas pero
no con los trabajadores”, plantea uno de los miembros del Foro Base. Al respecto, se
reconoce que la relación con los contratistas es un tema de fondo, y plantea que si
bien la empresa se puede desentender de la operación, no puede hacerlo de la
responsabilidad con los trabajadores.
3. Las empresas contratistas no han contado con los estímulos ni los controles o
exigencias suficientes, por parte de Arauco, para garantizar el cumplimiento de
todos los derechos laborales y mejorar sosteniblemente las condiciones de trabajo
de su fuerza laboral. Se considera indispensable que la compañía diseñe más y
mejores mecanismos de fiscalización de las condiciones de trabajo, así como
3. incentivos, entendiendo éstos en un espectro amplio (seguridad, comunicación,
atención, reconocimiento, económicos) . A su vez, miembros de la empresa han dado
cuenta de los esfuerzos que se han venido haciendo en los últimos años, con avances
en el estudio de clima laboral y en las condiciones de trabajo, sin embargo se reconoce
una brecha importante en materia derechos y también de una comunicación más
fluida y permanente con los trabajadores. Al respecto, se plantea que este modelo de
subcontratación, sumado a los conflictos y la actitud de todas las partes, incluyendo a
Arauco como actor preponderante, ha favorecido la fragmentación de la organización
de los trabajadores.
4. Se reconoce que los esfuerzos de Arauco en este ámbito son reales pero incipientes,
y se advierte que transformar la relación entre trabajadores, contratistas y empresa
es un proceso de largo plazo que requiere voluntad y estrategia. La unidad de
seguridad y salud ocupacional es un buen ejemplo de las nuevas iniciativas en este
campo y refleja cómo la empresa ha ido asumiendo paulatinamente la responsabilidad
laboral. Sin embargo, se reconoce que es reciente y que sus actividades carecen de la
comunicación que debieran. También se señala que los graves conflictos que han
mantenido Arauco y parte de las organizaciones representantes de trabajadores
subcontratistas ‐en los que incluso se señala la muerte de un trabajador en el marco
de una movilización laboral‐ hace que esta sea una tarea especialmente compleja.
5. La calidad de las empresas contratistas y el actuar de sus empresarios se identifica
como un aspecto central en el desarrollo de las relaciones laborales. Al respecto, se
señala que gran parte de las empresas contratistas han sido generadas por la propia
compañía, es decir, por empleados que han visto en ello una oportunidad de
emprendimiento. Se plantea la necesidad de contar con empresarios validados: es
decir empresarios, con experiencia, valorados y de una relación no conflictiva con sus
trabajadores; que reciban apoyo y potenciación de su gestión por parte de Arauco,
donde la compañía participe activamente en mejorar la calidad de las empresas con las
que trabaja.
6. Existe un contexto de incertidumbre y temor respecto al recambio de empresas y la
incorporación de tecnología en los procesos forestales, que pueda significar una
reducción de puestos de trabajo. La tecnología está siendo incorporada con mucha
decisión en las distintas etapas de la cadena de producción y existe la percepción de
que los trabajadores y las localidades no han sido suficientemente implicados en este
proceso. Asimismo, se reconoce que la contratación de mano de obra de las empresas
contratistas, debiera asumir una opción prioritaria por las comunidades locales,
vecinas de las operaciones. A la luz de los datos presentados por la empresa, este
contexto es dado principalmente por una falta de comunicación de Arauco más que
por estadísticas; la falta de comunicación resulta entonces un tema gravitante en este
tipo de percepciones y preocupaciones.
7. Del diagnóstico en general la falta de comunicación e información eficiente entre las
tres partes (empresa mandante‐contratistas y trabajadores) asoma como una de las
carencias importantes en la gestación de controversias. Por ello, resulta importante