El poema describe la oposición de los ambientalistas a la deforestación, explotación minera y otros usos de recursos naturales que alteran el medio ambiente. Argumentan que esto terminará con los recursos naturales y llevará a la pobreza futuras generaciones. Sin embargo, también reconoce que el desarrollo humano requiere el uso de recursos naturales y que el hombre y la naturaleza se han dañado mutuamente desde que el hombre abandonó las cavernas.

1. Hombre y Naturaleza Los ambientalistas defienden con vehemencia… a la majestuosa madre naturaleza, de aquellos que la alteran sin clemencia, pues dicen preferirla en su pureza. Se oponen a la imparable deforestación; a la utilización de las corrientes de los ríos, para electrificar a nuestra querida nación, en beneficio de los hijos y nietos, suyos y míos.

2. De casi toda extracción minera en contra están; porque si explotamos nuestros recursos naturales destaparemos la intocable caja de pandora, desatando torpemente un sinfín de males; de los que a salvo estábamos hasta ahora. No quieren el beneficio de esa riqueza, porque se irá a terminar algún día, y sin dudas regresaran a la pobreza tanto ellos como su futuras crías.

3. Que perturba más a natura o al medio ambiente, que la constante explosión demográfica desenfrenada si todo el ya nacido tiene derecho a hincar el diente, a tener abrigo, cobijo y más, hasta que sea difunto: requiere, no cabe dudas, de tierra desforestada. Lo que si requiere el homo sapiens es ampliar, más y más su entender de sustancias venenosas, con las que a lidiado y tendrá que lidiar, para que la tierra, hasta hoy muy generosa con sus frutos lo pueda alimentar.

4. Pero que será lo que se pueda disfrutar que no le llegue su ineludible final, de prisa o de poco a poco, si en esta vida, todo ha de terminar. Que en la sustracción de minerales, el medio ambiente se va a contaminar, con gran perjuicio para los moradores del lugar: es el grito de guerra que se les oye vociferar.

5. Al parecer, unos se oponen en forma artera a que otros disfruten de lo que ellos ya gozan: de luz sin humareda, de un fogón sin leña, de un mueble de metal o de madera; de casa con arena, piedra, cobre y acero toda entera. Cuando el hombre las cavernas abandonó, dejó de recolectar y alimentos se puso a cultivar: pan, cobijo y abrigo de la naturaleza sacó con su esfuerzo y su lomo doblar.

6. Desde entonces hombre y naturaleza están…. dañándose, mutuamente, con rudeza, y así, sin darse tregua continuarán hasta que el Hacedor pida sus cabezas. Mi opinar es el de las minorías, y respeto, aunque no comparto, el sentir y pensar de los mayorías, porque ellos creen que están en lo cierto, y así lo sostienen día tras día.

7. Espero que ellos puedan tolerar mi disentir, ya que ni imaginármelo siquiera puedo, que exista en este suelo istmeño ciudad o pueblo, grande o pequeño; donde todos sí, siempre tengan que decir. Autor: Filiberto Charles Carrera. Memorias…………