1. EL DEDO EN LA LLAGA | ESTEBAN FARFÁN ROMERO
L a S a l u d : ¿ D e r e ch o o
M e r ca n c í a ? ESTEBAN FARFÁN ROMERO
E-Mail: efarfan@granchaco.com.bo
Twitter: @estebanfarfanr
El conflicto de los médicos con el Gobierno sobre las 8/6 horas de trabajo ha puesto en la
mesa la discusión la calidad/eficacia de la salud en el país. Es verdad que muchos médicos
(como los maestros), usan su tiempo libre para trabajar en varias clínicas y sus consultorios
privadas y terminan exhaustos al final del día distorsionando el objetivo de las 6 horas. Lo que
debería hacer el Gobierno es una auditoria para conocer exactamente si los médicos
efectivamente hacen uso legitimo de las dos horas para capacitarse/descansar.
Ante la presión popular porque las autoridades resuelvan el problema de la salud, el alcalde
de Yacuiba ha convocado a una cumbre que en dos ocasiones ha sido suspendida/postergada.
Yacuiba es una ciudad donde el servicio de salud es pésimo y funesto, y
experimenta/atraviesa el total abandono/apatía de las autoridades locales. En una ocasión el
alcalde Carlos Bru en el Comité Cívico dijo que no adquiriría un tomógrafo porque es para los
borrachos, ante la presión de los vecinos que exigían equipos de mayor tecnología en el
Hospital del Pueblo. La atención de salud en Yacuiba es primaria, artesanal y muy
precaria/insegura. Los enfermos con cierta gravedad en la gran mayoría de los casos son
evacuados a Tarija o Santa Cruz, y la mayor parte expira a medio camino. El Hospital de
Yacuiba no tiene las mínimas condiciones para auxiliar oportunamente a personas con
complicaciones comprometedoras.
Ante esta situación, el alcalde de Yacuiba debería hacer lo que hizo su par de Biritiba Mirim
(Brasil) Roberto Pereira da Silva, que a través de un edicto prohibió a sus gobernados morirse.
'Está prohibido morir en Biritiba Mirim', dice con grandes titulares la página web de la alcaldía.
Los infractores responderán por sus actos, dice el documento. Nuestro alcalde debería
prohibir a los yacuibeños enfermarse y morirse ante la incapacidad de prestar un servicio
aceptable. Con el dengue el hospital colapsó, simplemente fue calamitoso/nefasto ver a los
enfermos en el piso de los pasillos del hospital del pueblo, mientras nuestras autoridades no
hacen nada, habiendo tanta plata durmiendo en caja y banco. Hay muchísimo dinero, hay
competencias, hay posibilidades reales de resolver el problema de salud, pero lo que no hay
es capacidad y voluntad. Nuestras autoridades son personas con mucho dinero acumulado, por
lo que ellos no tienen problemas en alquilar una avioneta cuando tienen una emergencia de
salud (ellos o algún familiar) y ser trasladaos a Salta o Santa Cruz a una clínica costosa, ¿pero
el pueblo? El año pasado el alcalde sufrió un golpe en la cabeza porque nuevamente se cayó
de la moto en una competencia, fue trasladado de inmediato a Santa Cruz a una de las
clínicas más caras de Bolivia.
2. Las clínicas en Yacuiba pasan también por las mismas condiciones aunque con la diferencia
que tienen costos altísimos. Hace poco nació mi hijo y me vi obligado a contratar los servicios
de una clínica porque el Hospital del pueblo no ofrece las mínimas garantías. Las condiciones
son un poquito mejor aunque con grandes deficiencias. Nos tocó una sala en la que el baño no
funcionaba bien, la que hacia la limpieza mostraba toda su torpeza haciendo ruido, las
enfermeras poco amables y prestas, a lado nuestro había un sicario herido que ejecutó a un
narcotraficante escoltado por policías armados, médicos sin tiempo porque atienden varios
centros al mismo tiempo. Todos con los nervios en punta esperando la hora de salir del lugar
de alto riesgo. Lo más grave vino después, cuando me dieron la factura. Me cobraron hasta del
aire que respiramos. Mientras más visita tuvimos, más alta fue la factura. Los médicos-
empresarios de las clínicas son dueños del aire en sus clínicas por eso facturan de esa manera.
Mi padre por su edad tuvo problemas con la próstata y decidimos llevarlo a un especialista en
Yacuiba. De la misma forma, el uso de la clínica para un examen que duró menos de cinco
minutos, nos costó 500 Bs. para comenzar. Otro examen que después de tres meses no nos
entregan, 200 Bs. Sólo la operación nos cotizaron $us. 1.000, sin contar con los medicamentos
y cama-clínica. Una cotización rápida, el costo total de la operación de la próstata de mi
padre nos costaba aproximadamente $us. 2.500.
Ante la imposibilidad de cubrir semejantes montos, decidimos llevarlo a la Argentina gracias a
la ayuda de unos parientes que viven en Salta, y todo el proceso nos salió casi gratis a pesar
de ser extranjeros. Los exámenes de laboratorio, el servicio de hospital, la operación, los
medicamentos y la post atención casi libre de costos. Es más, el médico que le hizo la
operación hizo el seguimiento del paciente e incluso fue a domicilio a certificar la
recuperación. Todo esto en la Argentina. Muy diferente.
Parece que el problema no es dónde se estudia, sino la mentalidad del boliviano. Hay muchos
médicos de Yacuiba que estudiaron en la Argentina, pero sus conductas no guardan ninguna
relación con sus similares de vecino país. Da la impresión que los médicos argentinos tienen
vocación de médico porque buscan por todos los medios resolver el problema del paciente sin
importar los recursos económicos que posea el paciente. En Bolivia es al revés, da la
impresión que algunos de los médicos primero desean saber por todos los medios si posee
dinero para pagar el servicio antes de resolver el problema de salud que posee. Digo/aclaro,
da la impresión, no estoy diciendo que efectivamente sea así. Es posible que esté equivocado.
Es mi impresión.
La práctica de la medicina en Bolivia debería estar impulsada por la
vocación/disposición/aptitud de servicio y no por el señor dinero. Para ello el Gobierno debe
proporcionar de todas las mínimas condiciones a los médicos para que cumplan su labor
adecuadamente y por supuesto pagarles bien como sucede en otros países. El Gobierno no
sabe cómo encarar el asunto de la salud, por eso se manea solo. No tiene políticas para
resolver el problema, solo buenas intenciones. Así como muchos otros temas, con este
Gobierno la realidad institucional del Estado no ha cambiado mucho, solo en algunos casos de
nombre.
La CPE establece de manera rimbombante los derechos de las personas a la salud, pero el
Gobierno Nacional prefiere construir millonarios
edificios/residencias/palacios/aviones/satélites y no mueve un dedo por mejorar las
condiciones del servicio de salud. Hace falta hospitales, equipamientos, tecnologías, médicos,
enfermeras, medicamentos, etc. ¿Sencillo no?
3. MI PUNTO DE VISTA:
El Gobierno Nacional tienen la obligación resolver el problema de salud a través de políticas
públicas serias, no solo con buenas intenciones y discursos rimbombaste y demagógicos. No es
a través de Decretos impuestos desde un escritorio que se resuelve este problema. El
Gobierno debe establecer alianzas con las gobernaciones, municipios y los gremios médicos
para encarar una solución integral a este problema. La salud debe dejar de ser un negocio
fabuloso para unos cuantos inescrupuloso que aprovechan las circunstancias de desgracias
humana para enriquecerse. Los médicos deben volver a leer/releer el juramento hipocrático
que una vez hicieron.
Versión original:
"Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higías y Panacea y pongo por testigos a todos
los dioses y diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a
cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi
inteligencia.
Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días,
partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a
mis hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin
ningún género de recompensa.
Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los
de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que
determine la ley médica, y a nadie más.
Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según
mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé a
pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa
semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos.
Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré la talla,
dejando tal operación a los que se dedican a practicarla.
En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos;
me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y
evitaré sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos.
Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que
no sea indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando
como un deber el ser discreto en tales casos.
Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y
mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga
sobre mí la suerte contraria."
Texto Adaptado del Juramento Hipocrático
En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me
comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad.
Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento del que son acreedores.
Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán
las primeras de mis preocupaciones.
Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí.
Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la
profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos.