Prueba de evaluación Geografía e Historia Comunidad de Madrid 4ºESO
A P R E C I A C I O N E S P E D A G O G I C A S 2003
1. ENSAYO No. 2 Marzo de 2003
APRECIACIONES PEDAGOGICAS 2003
Enrique Araujo Oviedo
enriquearaujoviedo@gmail.com
Comencemos esta discusión planteándonos el problema de si entendemos por qué la
Pedagogía es una ciencia y no otra cosa.
Comencemos diciendo que la Pedagogía posee leyes, y como tales son universales. Es
decir se le aplican a cualquier individuo cualquiera sea su condición, raza o nación.
Otra cosa es que se le apliquen de manera genérica. En eso se diferencian las leyes de
las ciencias fácticas y las humanas. Sin embargo, el factor de predictibilidad o de
ocurrencia de un suceso si se da, aunque debamos establecer bien el contexto.
Veamos, por ejemplo se dice que el Constructivismo no es una Pedagogía sino que
“posiblemente” es una corriente –en el mejor de los casos- o un conjunto de corrientes
pedagógicas. En el primer caso, cuál es esa corriente? Y en el segundo, ¿cuáles son
esas corrientes?
Consideremos el primer caso: el constructivismo es una corriente pedagógica pero no
una Pedagogía.
Pero aquí, como es obvio, llegamos al caso de qué es una Pedagogía? ¿Cómo son sus
leyes? ¿Cómo se explicitan y cómo se concretan? ¿Cuáles son –si existen- los dominios
o mejor, las órbitas de competencia de la Pedagogía? Entendiendo esto, podemos ver si
“esa” corriente satisface o no esos postulados parcialmente o no. Y ello nos aclarará el
por qué es “una corriente” y no una Pedagogía.
Definición uno: Una Pedagogía es una estructura educativa sistémica, un cuerpo teórico
que explicita los procesos educativos y sus interrelaciones de manera sinérgica,
estableciendo uno o varios sistemas y contextos macros, escenarios y actores en los
que tendrá lugar la interacción de estos sistemas.
Cómo se ve en primer lugar, la Pedagogía no es un sistema en sí mismo. No puede serlo
por cuanto ésta no está dotada de una estructura dialéctica en sí misma, permitiendo la
coadyuvación del todo con las partes, y la totalidad de éstas. En ningún caso y bajo
ninguna combinación, la suma de las partes sistémicas de ésta estructura se configuran
como una entidad superior al todo mismo. Por tanto, la pedagogía no es un sistema de
sistemas interdependientes.
Se sabe, que los sistemas en sí mismos no son leyes ni configuran las leyes, sino que las
leyes son a su vez estructuras que obligan a que algunos componentes actúen de acuerdo
a una norma; es claro que algunos componentes pueden obedecer a una o varias normas.
Hay que aclarar de paso que las leyes no son tampoco estructuras sistémicas en sí
mismas, porque serían elementos directos del sistema, constituyéndose en una
generalidad, lo que crearía paradojas al sistema. No, las leyes son formas de
organización y de autorregulación de los elementos de un sistema. Eso significa, que un
sistema puede o no tener éstas formas; es decir, un sistema puede o no tener leyes
intrínsecas. De otro lado, vale la pena aclarar, que estas leyes no son comportamiento
2. sino formas de delimitar el comportamiento, es decir el accionar de algunos elementos
en presencia de otros, determinados por una interacción.
Estas aclaraciones, aparente abstrusas son necesarias para establecer los parámetros de
la discusión: establecer por qué el constructivismo no es más que una corriente
pedagógica, pero no una Pedagogía en sí.
Segunda observación: hay una o varias Pedagogías?
La definición dada arriba nos permite afirmar que existen varias Pedagogías, lo que
ocurre es que el vocablo Pedagogía designa, también, en su conjunto todas esas
pedagogías que satisfacen la definición. Es decir, que sin pérdida de generalidad una
sola representa la categoría en su totalidad. Esto no tiene por qué ser motivo de
confusión: cualquier elemento de una clase, representa la clase sin que por ello éste sea
la clase en sì misma. Se observó, previamente, que la Pedagogía no dispone de una
estructura dialéctica, que se corrobora con éste hecho.
De ahora en adelante, entenderemos que cualquiera que sea la Pedagogía que se
mencione debe satisfacer las condiciones de la definición y por tanto no es necesario
referirse a una en particular, sino que basta acudir al vocablo para sobreentender el
comportamiento generalizado de ellas, a través de él.
Cuáles son entonces, las leyes de la Pedagogía?
Para expresarlas haremos el ejercicio del siguiente modo: estableceremos el accionar de
algunos elementos y observando su comportamiento determinaremos la forma que les
regula, es decir, la ley.
Mencionemos algunos de esos elementos –enumerándolos, simplemente-:
El lenguaje, y por supuesto, su contexto macro: la Comunicación.
El conocimiento, - y hacemos aquí una diferencia muy fuerte: una cosa es el
conocimiento y otra los saberes.-, los saberes y sus contextos macros: Las culturas; y
sus escenarios: las comunidades. Así por ejemplo, estamos diciendo que el
“conocimiento científico” es el conjunto de saberes sistémicos que explican parcial y
temporalmente una parte fenomenológica de la naturaleza y que conduce a aplicaciones
–denomínense productos, si se quiere- que constituyen formas de vida (culturas
tecnológicas) y organizaciones sociales en torno a esas formas de vida (comunidades
científicas). Hilando más fino: la comunidad científica constituida en una red de
investigadores sobre fractales, vehiculándose a través de internet, es un ejemplo claro de
ello –por lo menos para nosotros.-. Pueden citarse muchos ejemplos, pero los dejaremos
como ejercicio para el amable lector.
La escuela –que no el plantel, en eso somos enfáticos.- y sus contextos macros: La
Educación Preescolar, la EBG, la EM, La Ed. Postsecundaria no formal, La Educación
3. Superior. Sus escenarios: el jardín de infantes, los centros educativos, los institutos de
formación técnica y las universidades, entre otros.
Muchos han confundido la Escuela con un sistema, de tal modo que hablan del sistema
educativo refiriéndose al tránsito escalonado que va de la formación preescolar a la
formación superior. La escuela adolece la misma situación no dialéctica que la
Pedagogía: los solos laboratorios por sí mismos no constituyen un centro educativo
como el grupo de profesores de una institución, aislados, no constituyen la institución
misma. No lo repetiremos, aunque nos duela visceralmente: la Escuela (como está
pensada hoy) no es un sistema. En el otro buen sentido del vocablo: es una tendencia
que marca una pauta histórica bien definida y delimitada; lo que da sentido a
expresiones como “el pintor X ha hecho escuela (...)”, “la escuela pitagórica....” Pero
ese no es el sentido que necesitamos en este documento.
Entremos en el ejercicio propuesto, pues
Primera ley: (parece tonta pero no lo es)
Hay aprendizaje si existe un modelo de comunicación.
Segunda:
El conocimiento no se construye en la escuela (una ley muy dura)
Tercera:
La Escuela no enseña, se adapta y transforma ( y, transforma al sujeto)
Cuarta:
La Escuela no es la vida, la vida tampoco es una pedagogía.
Quinta:
Los saberes se desarrollan en la vida, pero el conocimiento se adquiere en la
Escuela. (parecería que hubiera problemas con la segunda ley, pero no).
Sexta:
La pedagogía no es sino un producto de la enseñabilidad de las cosas.
(Cabe la pregunta: hay algo que no se pueda enseñar? ¿Hay algo que de suyo no
tenga el componente enseñabilidad y que éste sea externo al objeto?)
Séptima:
La pedagogía no se explica a sí misma ni se completa (cabría mejor decir: se
autocompleta).
Octava:
La pedagogía no muere con el devenir de las cosas, pero las cosas si pueden morir (-
en el sentido histórico -) con el devenir de la pedagogía. (las cosas pueden llegar a
carecer de interés porque ya no interesa enseñarlas, por ejemplo las tablas
logarítmicas, el uso de la regla de cálculo...)
Novena:
La pedagogía es independiente del hombre (pareciera un contrasentido: sin él no
puede existir, pero existe a pesar de él).
4. Décima:
La pedagogía no es la escuela, pero la escuela en sí es pedagogía.
Undécima:
La pedagogía carece de enseñabilidad. (¿Cómo? ¿La pedagogía no se puede enseñar?
Máxime se puede enseñar a hacer pedagogía - ejemplo más claro no hay: se puede
enseñar a hacer filosofía, pero no se puede enseñar a filosofar - pero no se puede
enseñar la pedagogía. Esto es así porque pues de lo contrario contradeciría las leyes
sexta y séptima.)
No existe una ley duodécima. Los siguientes razonamientos se desprenden de éstos.
Digámoslo así, estas leyes desde una perspectiva axiomática son sus axiomas (que aquí
tienen el carácter de postulados).
Nada de lo anterior, estas leyes frías y calculadoras, le quita belleza a la pedagogía. Esta
como fenómeno de la intelectualidad humana y en relación con su transformación del
mundo y su propia evolución posee todos los atractivos de una teoría poderosa y
extensa, además de única (en su género mas no en sus contenidos). Podría pensarse en
una duodécima ley que tenga que ver con el potencial teorizante que posee como
sustrato, pero no; el potencial teorizante proviene de su carácter filosófico por lo tanto
no es directamente suyo sino que admite una mediación: la de la filosofía.