El sacrificio humano en los pueblos mesoamericanos
1.
2. El sacrificio humano en los pueblos
mesoamericanos. Una interpretación marxista
de un fenómeno tabú
El tema de los sacrificios humanos y el canibalismo
entre los pueblos mesoamericanos constituye, en
general, un tema tabú sobre todo entre la
izquierda mexicana. Se supone que negar o no
hablar del tema se hace en provecho de los
actuales pueblos indígenas y evita “hacerle el
caldo gordo” al imperialismo. No dudamos de las
buenas intenciones, pero lo que sí es bastante
dudoso es que el que algunos académicos no
hablen del tema en sus seminarios o el que algunas
sectas místicas mexicanistas idealicen el pasado
indígena ayude de alguna manera a los pueblos
indígenas que en nuestros días están siendo
sacrificados en el altar del capital. La mejor
manera de hacerles justicia, creemos, es luchar
contra el capitalismo.
3. ♥ Sacrificio y canibalismo en pueblos preestatales
De acuerdo con el gran antropólogo Marvin Harris existen elementos
para sostener que en muchas sociedades con un nivel de desarrollo
de jefaturas, que están en el umbral de la civilización, se observa un
aumento del fenómeno de sacrificios humanos y canibalismo bélico.
En este tipo de sociedades, como sucede en las sociedades
cazadoras recolectoras, las guerras constituyen un medio para
dispersar a las poblaciones y aliviar la presión sobre los cotos de
caza, pesca o labranza. La productividad del trabajo en estas
sociedades aún no alcanza el grado suficiente para que los
prisioneros de guerra sean absorbidos como mano de obra esclava,
el objetivo de las guerras intertribales no es obtener más fuerza de
trabajo sino dispersar a las poblaciones sobre un territorio más
amplio. Por ello los iroqueses arrancaban los cueros cabelludos de
los vencidos o, incluso, se comían sus corazones. Estas sociedades
no hacían la guerra para sacrificar a los vencidos o comerlos,
realizaban sacrificios porque no tenían otra cosa que hacer con los
prisioneros de guerra. El desarrollo de la horticultura –labranza a
pequeña escala, propia de las tribus o jefaturas- aumenta la presión
sobre las tierras cultivables y, por ende, aumenta la frecuencia de los
encuentros bélicos. Marvin Harris reporta ejemplos de sacrificio y
canibalismo bélico, de la época de la llegada de los colonizadores
europeos, en los pueblos de Nueva Guinea, del norte de Australia, la
mayoría de las islas de Melanesia, los Maoríes de Nueva Zelanda,
etc. Los sacrificios humanos, por supuesto, existieron también entre
los pueblos de nivel de tribus en el “viejo mundo”