La ciudad de Cuenca, ubicada a una altitud promedio de 946 metros, experimenta nevadas severas durante los meses de invierno. Cuando nieva, la ciudad se viste de blanco y se convierte en una postal invernal preciosa. Aunque la nieve puede causar incomunicación e inconvenientes, también ofrece oportunidades para fotografiar la belleza de la ciudad bajo una capa blanca y disfrutar de paisajes combinando el blanco de la nieve con otros colores. El documento recomienda visitar Cuenca tanto cuando nieva como
2. CUENCA EN BLANCO
La ciudad de Cuenca es la segunda capital de provincia más alta de España, con
una altitud media de unos 946 metros sobre el nivel del mar (aunque se
llegan a superar los 1.100 metros en algunas partes de la ciudad) y está
enclavada ya en zona de sierra (por eso a algunos conquenses les molesta
que se les llame manchegos, que realmente no lo son, una parte de la
provincia de Cuenca sí que es Mancha pero lo que es la ciudad de Cuenca es
bastante castellana y serrana al mismo tiempo).
Por su altitud y su situación en el interior de la Península Ibérica los inviernos en
Cuenca son duros y en los meses de Enero y Febrero casi todos los años
nos cae una gran nevada. Los Conquenses estamos acostumbrados a este
fenómeno meteorológico, cuando el cielo se pone lleno de nubes que parece
que va explotar....se pone a nevar. Lo de la nieve tiene sus cosas buenas,
pero también sus cosas malas: Cuando cae una gran nevada la ciudad hasta
hace muy poco se queda incomunicada con el resto del mundo, ahora con la
modernización de las carreteras y los camiones con pala que quitan la nieve
de estas ya no pasa. Otra cosa mala de la nieve es que dentro la ciudad
aunque se le eche sal a las calles, es complicado el salir fuera de las casas,
ya que las empinadas cuestas de las calles de la ciudad lo dificultan. Pero lo
de la nieve tiene también sus cosas buenas: Un manto blanco cubre la
ciudad, su casco antiguo, sus hoces....Cuenca se queda como una postal
invernal, preciosa, un espectáculo para la vista.
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4. CUENCA EN BLANCO
Por eso muchos conquenses cogen su cámara fotográfica para plasmar la
belleza que su ciudad tiene cuando se viste de blanco. Irte con la
cámara en ristre un día de nieve es un placer; hacer fotos por la parte
antigua de la ciudad pisando la nieve que te llega a los tobillos, y casi
siempre ser tu el primero que pisa este blanco elemento en muchas
partes de la ciudad es una sensación única. Uno de esos fotógrafos
conquenses es mi buen amigo Pablo Moya Fuero, que me ha cedido
sus fotos de Cuenca enfundada en blanco, a Pablo le doy las gracias
porque sin él esta entrada no habría sido posible.
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6. CUENCA EN BLANCO
Con cámara o sin ella darte una vuelta por la parte antigua de la ciudad y
por sus Hoces con todo nevado es una delicia; merece la pena acabar
con los pies mojados por la nieve y contemplar la combinación de
colores que se forma: El azul del Rio Júcar mezclado con el blanco, el
verdor de los pinos serranos fundidos con la nieve, los monumentos
"tuneados" por este fenómeno meteorológico de la naturaleza...y pisar
nieve virgen; ese crujido que suena cuando tus zapatos chocan con
ella... en definitiva, un sin fin de sensaciones, tanto para la vista como
para los demás sentidos.
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8. CUENCA EN BLANCO
Este privilegio de ver in situ este paisaje ha sido casi siempre exclusivo de
las gentes que viven en la ciudad de Cuenca en ese momento, pero
gracias a los avances en infraestructuras que ha experimentado la
ciudad, (como ya os conté en otra entrada), ya está al alcance de todos:
Yo os aconsejo que os cojáis un tren para venir a Cuenca a ver en
persona este maravilloso espectáculo; pocas ciudades pueden
combinar la belleza de la naturaleza con la belleza de las cosas hechas
por el hombre, venid a visitar Cuenca, tanto si nieva como sino: Merece
la pena.
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