EAE Business School presenta el estudio La Inversión en I+D+i en España, que desde hace seis años analiza la inversión pública y privada en innovación y desarrollo tanto en Europa como en España, completado con un análisis de las empresas y sectores más innovadores en España e información territorial de la inversión en este área.
Descárgate el Informe completo aquí: http://goo.gl/Zpzp2k
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Espana vislumbra la salida de la crisis sin cambios en el modelo productivo. Estudio SRC La Inversión en I+D+i, El Diario Vasco
1. Ninguna reforma de
los últimos gobiernos
potencia la industria
ni la investigación
como alternativas al
turismo y el ladrillo
:: DAVID VALERA
MADRID. Nadie duda de que el
principal pecado de la economía es-
pañola ha sido depender excesiva-
mente del ladrillo y del turismo de
sol y playa. Un problema no abor-
dado por los sucesivos gobiernos, a
pesar de sus promesas sempiternas
de un cambio en el modelo produc-
tivo del país para ganar competiti-
vidad en un mundo cada vez más
globalizado. Con la crisis, las decla-
raciones en ese sentido se multipli-
caron, al tiempo que se aprobaron
leyes y reformas enfocadas, en teo-
ría, a paliar ese defecto. ¿Se ha avan-
zado algo? Desde 2008, los distin-
tos presidentes y ministros han lan-
zado mensajes grandilocuentes so-
bre la nueva estructura productiva
basada en la innovación, el desarro-
llo y el emprendimiento. Sin em-
bargo, los datos ponen esa versión
en duda.
En 2007, en pleno apogeo de la
burbuja inmobiliaria, la construc-
ción representaba el 21,9% del PIB.
En 2013 solo aportaba el 10,5%. Se-
gún los expertos, el desplome de
uno de los pilares de la economía
del país hace más urgente un cam-
bio del modelo. «Necesitamos más
peso de la industria en la estructu-
ra productiva», afirma Eugenio Re-
cio, profesor emérito de ESADE. Sin
embargo, la aportación de este sec-
tor a la economía española lleva des-
cendiendo paulatinamente en las
últimas décadas. Si en los años
ochenta representaba en torno al
30% del PIB, en 2012 apenas supo-
nía un 15,9%, según datos del INE.
Pero si se descuenta la energía
–como hace Eurostat– la cifra se
desploma hasta el 13,3% del PIB,
cuando la media de la UE está en el
18%. Así, el objetivo marcado por
Bruselas del 20% se convierte en
una quimera. Y no solo eso. Duran-
te la crisis, entre 2008 y 2012, el
sector industrial en España se ha
reducido un 30% al perder más de
un millón de trabajadores en ese
periodo siendo el tercer país de la
Unión Europea con un descenso
mayor de la actividad, solo por de-
trás de Grecia y Chipre.
Una reducción que contrasta con
el peso de la industria en países
como Alemania, donde un tercio
del PIB proviene de ese sector. Algo
impensable en España hoy en día,
pero que era real hace tres décadas.
Ningún gobierno, ni antes o duran-
te la crisis, ha dado pasos concretos
hacia una reindustrialización del
país. La vicepresidenta, Soraya
Sáenz de Santamaría, anunció esta
semana la aprobación en mayo de
un plan de reactivación económi-
ca y de apoyo a la industria, el mis-
mo día que los grandes empresarios
reclamaban a Rajoy medidas para
lograr la reindustrialización de Es-
paña. A falta de conocer el conteni-
do del plan, los precedentes no son
halagüeños.
Uno de los intentos con mayor
eco para cambiar el modelo produc-
tivo español se produjo en 2011 con
la Ley de Economía Sostenible. Fue
entonces cuando el Gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero vol-
vió a recurrir al cambio de modelo
como mejor vacuna para futuras
crisis. El propio presidente socialis-
ta calificó su iniciativa como una
«profunda reforma transversal de
múltiples aspectos que rigen la ac-
tividad económica y que supone un
nuevo paso en la modernización de
la economía española». Entre sus
objetivos para mejorar la competi-
tividad destacaban la simplifica-
ción administrativa, la formación
de los trabajadores y el impulso a
la actividad investigadora, entre
otras cosas.
Sin inversión en I+D+i
Otro de los pilares del tantas veces
pronosticado cambio de modelo es
el del impulso a la investigación, el
desarrollo y la innovación. Sin em-
bargo, a pesar de repetir esta idea
como un mantra, en la práctica la
política seguida desde la crisis por
todos los gobiernos ha sido la de re-
ducir la financiación. Así, España
destinó en 2013 el 1,3% de su PIB a
I+D+i. Una cantidad inferior a la de
países como Irlanda (1,72%) o Por-
tugal (1,5%), al mismo nivel de Hun-
gría y, por supuesto, a años luz de
la dotación de Finlandia (3,55%),
Suecia (3,41%), Alemania (2,92%)
o Francia (2,26%). Y lejos de la me-
dia comunitaria del 2%.
«Para lograr un cambio en el mo-
delo productivo es imprescindible
la inversión en I+D+i», aseguraAlain
Cuenca, director de Economía Pú-
blica de Funcas. En su opinión, para
poder competir con otras econo-
mías es necesario invertir en «ca-
pital humano y en valor añadido»
de la mano de la innovación. Sin
embargo, la realidad es la contraria.
Según un estudio de la EAE Busi-
ness School publicado hace unas
semanas la inversión pública y pri-
vada en I+D+i en España cayó un
7% desde 2008. De hecho, desde la
Confederación de Sociedades Cien-
tíficas de España (COSCE) alertan
de que las partidas destinadas en
los últimos presupuestos suponen
retroceder a niveles de 2002.
Pero esta disminución no se pro-
duce únicamente en el ámbito pú-
blico. En 2012 –últimos datos dis-
ponibles– descendió un 4,1% la in-
versión en innovación por parte de
la empresa privada, según el INE.
Otro aspecto que choca con Euro-
pa. Ante este panorama desolador
los científicos han alertado del gran
riesgo que supone para la competi-
tividad del país la caída de la dota-
ción en I+D. Además de la fuga de
cerebros inherente a la escasa in-
versión.
La reforma energética también
ha supuesto un tremendo caballo
de batalla entre el Ejecutivo y el
sector de resultado más que incier-
to. «No se ha resuelto el problema
de la reforma energética porque lo
hecho no ha funcionado», asegura
Cuenca. «El coste de la electricidad
es un aspecto fundamental para las
empresas y también para las fami-
lias», recuerda el profesor de ESA-
DE Eugenio Recio.
Uno de los problemas de este sec-
tor tiene que ver con la existencia
de un mercado en muy pocas ma-
nos. «Hay un grado de oligopolio
que es contraproducente y contra-
rio a los intereses del consumidor»,
critica José Antonio Herce, direc-
tor Asociado de AFI. En su opinión,
el grado de competencia en estos
servicios es «insatisfactorio como
poco». La reciente polémica desa-
tada con la subasta de la luz es el úl-
timo ejemplo. Sin embargo, tam-
poco en este caso existe una políti-
ca de Estado, y los bandazos estra-
tégicos están a la orden del día. Al
final, seguimos en la casilla de sa-
lida y el peligro de salir de la crisis
sin cambiar el modelo productivo
es volver a las andadas.
España vislumbra la salida de la crisis
sin cambios en el modelo productivo
:: D. V.
MADRID. Hay que continuar con
las reformas. Ese es el incansable
mensaje que tanto desde el FMI, la
UE o la OCDE en su reciente infor-
me de primavera, se traslada a Es-
paña. Pero ¿qué reformas son las
necesarias? «La economía españo-
la sigue siendo vulnerable dados
los altos niveles de deuda privada
y las necesidades de desendeuda-
miento público», explica el profe-
sor de la Universidad de Santiago
de Compostela Luis Carames. En
su opinión, «debe proseguirse con
la reforma fiscal, ampliando la base
impositiva y reduciendo las cargas
sobre el factor trabajo». Una opi-
nión que también comparte José
Ignacio Conde, subdirector de Fe-
dea y profesor de la Universidad
Complutense de Madrid: «Hay que
hacer una reforma fiscal en profun-
didad». Este experto considera ne-
cesario acabar con las deducciones
en el IRPF y el Impuesto de Socie-
dades a cambio de bajar los tipos y
aumentar los impuestos indirectos
para mejorar los ingresos. Sin em-
bargo, cree que el Gobierno no
afrontará una reforma «tan ambi-
ciosa». Piensa que la falta de estas
políticas no va a impedir la recupe-
ración, «pero la ralentizará».
Otra de las medidas largamente
anunciadas pero nunca concreta-
da tiene que ver con la reforma de
la Administración pública. «Pres-
tar más y mejores servicios con me-
nos recursos logrando una mayor
productividad de los empleados pú-
blicos», asegura Alain Cuenca, di-
rector de Economía Pública de Fun-
cas. En su opinión, hasta ahora se
ha buscado esta racionalización a
través de la bajada de sueldos, pero
cree necesarias otras medidas que
conlleven una simplificación de la
burocracia. «Hay servicios que pue-
den externalizarse», asegura. Y pone
un ejemplo: «Necesitamos más jue-
ces que agentes judiciales». Sin em-
bargo, es consciente de la dificul-
tad para llevar a cambio estos cam-
bios. Máxime en tiempos electora-
les. «Para hacer reformas los ciclos
electorales no son muy favorables»,
admite.
En cuanto a la reforma laboral,
existen discrepancias sobre la ne-
cesidad de seguir profundizando
como solicita la patronal y organis-
mos como la OCDE y la Comisión
Europea. «La dualidad en el merca-
do de trabajo crea un empleo muy
precario», asegura el experto de Fe-
dea, quien es partidario de crear un
contrato único con indemnización
creciente y eliminar los contratos
temporales. En lo que sí hay coin-
cidencia es en modificar las políti-
cas activas de empleo dando entra-
da a la participación privada.
A la espera de la reforma
fiscal y de la Administración
Los expertos coinciden
en la necesidad
de ampliar la base
impositiva y de adelgazar
y mejorar la eficacia
de los servicios públicos
Las cuatro torres de Madrid, ejemplo del modelo del ladrillo. :: C. R.
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Domingo 11.05.14
EL DIARIO VASCO52 ECONOMÍA