9. Terrible y espantosa es la situación en que nos hallamos. No nos queda ya otra cosa sino levantar las manos y los ojos al cielo, y pedir a voz en grito el auxilio que de allí sólo nos puede venir
10. No está en nuestra mano el ordenar nuestros pasos. Dios los ha contado todos y estamos ligados a su voluntad