El documento describe la experiencia de una docente mayor de 50 años con la tecnología a través de los años, desde los computadores de escritorio de los años 90 hasta los dispositivos actuales como las tabletas y smartphones. Aunque inicialmente se sentía relegada de la tecnología, tomó un curso llamado tit@s que le enseñó a usar computadores, redes e implementar dispositivos digitales en sus clases. Ahora se siente más cómoda con la tecnología y aprendió que nunca es tarde para continuar aprendiendo.
1. INCONCIENCIA VIRTUAL
REALISMO
Cuando me invitaron a participar del conocimiento y la formación en el proyecto
“tit@s desarrollo y educación digital para adultos”, me sentí un poco
desconcertada y no podía comprender de que elementos me hablaban, pues mi
incursión en los temas virtuales era muy escaso y perezoso; además en la actualidad
esta tecnología ha avanzado mucho y me consideraba relegada a la NO participación
de tan avanzados micro chips, al punto que defendía con ánimo de excusa, que este
derecho era solo de los jóvenes de mente fresca y abierta a la evolución tecnológica.
Había tenido cierto acercamiento a los computadores, por allá en los años 90 y según
la tradición solicité información de cómo manejar lo básico de estos grandes
aparatos llamados desck, que ocupaban media habitación, les hablo de los famosos
computadores de escritorio de los años 90, con una torre inmensa parecida a un
gabinete de cocina, llena de luces y botones, con infinidad de cables por la parte
trasera, esos que se enredaban en la escoba y que iban a parar a un cuadrúpedo
regulador, auxiliado por una o dos baterías, pareciéndose a un automotor; todo esto
por debajo del escritorio, donde al sentarme me golpeaba mis pies y me dañaba las
uñas. En la parte superior el resto del equipo, un teclado que se lo tragaba una
bandeja cuando no se utilizaba, y que algunas veces para sacarlo, tenía que llamar
a mi esposo o a mi hija para que lo movieran con la clave ya conocida por ellos para
destrabarlo, al lado de éste, el monitor, algo parecido a un televisor de los años
sesenta, con un trasero más grande que el de la negra del chontaduro, y que al
prenderlo aparecía primero la reconocida flechita o cursor, que aún se conserva en
todos los monitores del mundo, y a mi parecer es lo único que no ha cambiado ni
de estilo ni de función, así pensaba yo, que éramos los docentes mayores de 50
años; perennes con los conocimientos ya adquiridos.
Siguiendo con la descripción del equipo al lado estaba la tan querida impresora, que
cuando me regalaba una hoja bien imprimida era “bingo”!!! pues la mayoría de
veces, por mi inexperiencia tenía que llamar a mi hija nuevamente para que me
ayudara a imprimir las 1 o 2 páginas que en medio día había logrado digitar en
Word, y la gran experimentada, sabelotodo del computador, la reina de la tecnología
en casa me decía así: “mamá, cuantas veces le he dicho que para imprimir tiene que
2. ir a el equipo, darle click al botón de dispositivos e impresoras, verificar que esté
conectada al equipo,darle click en imprimir, sale la vista previa, modifica o corrige
con los botones de características , o atajos de impresión o.. bla bla bla bla y
finalmente le da O. K. es muy fácil Ma”. Así mismo Yo le contestaba, O. K. y dejaba
todo tirado hasta que llegara mi esposo y me auxiliara con la impresión.
Con ese bagaje y esa experiencia tan enriquecedora, que ganas le quedaban a uno
de reintentar….pero bueno, pasan los años y con la ayuda de profesores y amigos,
seguí pellizcando muy tímida y temerosa el computador, a la par de los teléfonos
celulares, que fueron avanzando a un ritmo más acelerado y ya eran como manejar
un computador, claro que estos últimos ya no eran esos monstruos del pasado, sino
que se redujeron notablemente y de parecerse un automotor, ahora parecen
bandejitas de té, sin botones a la vista, pero con millones de procesamientos de
datos en su interior, procesos imposibles de comprender por un terrícola del común
de las gentes.
En los últimos años, era preocupante la incertidumbre del manejo de computadores
en mi desempeño docente y recurriendo a lo semi-aprendido en la universidad de
mi casa y en la satélite, la escuela, me arriesgué a utilizar el computador en el aula
de clase, a veces con la vergüenza de ser corregida por alguno de los estudiantes.
A comienzo del año lectivo 2.015, nos dan la gran noticia de la implementación de
una nueva herramienta de trabajo en lo virtual para los docentes mayores, se trata,
abreviadamente de tit@s, con @, sí, con esa vocal con que empieza el alfabeto de
hoy, que por evolución no es a sino @; así como la i se ha vuelto &, todo cambia,
igual que las frases, hoy se escribe: “X que”, o “por q”, “porfa”, “T.Q.M.”, etc…y
también los hechos; antes: “Papá me prestas el carro para ir a la Universidad?”, hoy:
“Pa, que pena choque el carro anoche, hay que recogerlo en el taller de tu amigo”.
O. K…..Ja ja ja ja……. Volviendo al tema me decidí a recibir la instrucción en tit@s,
no sin antes refunfuñar un rato, alegando la gran capacidad de los profesores
veteranos, para terminar nuestra labor docente con los grados especializaciones,
maestrías, doctorados, etc…obtenidos hasta la fecha; pero neófitos en la inteligencia
virtual, mejor dicho; unos burros digitales.
Con dudas y temores tome el curso, al inicio avanzaba una página y me parecía que
íbamos súper acelerados, pero la confusión del aprendizaje inicial, iba
desapareciendo con el pasar de las clases, y ya podía abrir con confianza el
computador, navegar en las redes, comprar y vender virtualmente, chatear y lo más
3. importante; utilizar los dispositivos digitales, tabletas, Smartphone, video beam para
dictar mis clases. Un avance que no hubiera logrado sola, pero si, gracias a la ayuda
de esta gran herramienta tecnológica tit@s, y a la forma de transmitirla por parte
de los docentes formadores.
Finalmente me queda un gran epílogo: “NO RECHAZAR LOS AVANCES DE LA
CIENCIA, CUALQUIERA QUE SEA y NUNCA SENTIRME ENVEJECIDA PARA EL
CONOCIMIENTO”.
Mijooooo…., venga y me imprime estas 3 hojitas porfaaaaa….!!!
Ja ja ja ja ja ja……
A todos mil gracias por su valioso tiempo.
Atentamente;
DIANA LUCIA BRAVO MERCADO
Docente I.E.T.I Antonio José Camacho
dianabravomercado@gmail.com