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8 de marzo
1. 8 de marzo: Mujeres defendiendo la Vida y la
Naturaleza
Mujeres por la selva
Estimadas amigas y amigos de Salva la Selva:
Esta vez, y para conmemorar de una manera expresa
el día de la mujer trabajadora, les invitamos a conocer
y a apoyar el trabajo de las mujeres defensoras de la
selva, de la vida, de la naturaleza, de los territorios y
derechos fundamentales.
Puedes hacerlo entrando a nuestra web, leyendo la
información, ayudando a difundirla y firmando una
carta dirigida a la ONU Mujeres para que interceda
por las mujeres defensoras de la vida y la naturaleza.
https://www.salvalaselva.org/mailalert/854?mt=1306
Todas y todos quienes lo deseen, pueden participar de una ciberacción
conmemorativa del 8 de marzo, día de la Mujer Trabajadora desde la página
web de Salva la Selva: https://www.salvalaselva.org/mailal
2. 8 de marzo: defensoras de la vida y la naturaleza
Mujeres por la selva
Este 8 de marzo queremos recordar y acompañar luchas activas de mujeres. Modos de
organización, resistencias, coraje, amor y sensibilidad para con las circunstancias a
transformar. A menudo enfrentan duras luchas. La violencia y la injusticia asoman en
cada rincón, amenazando con truncar la acción femenina. Son muchas las que trabajan
para que esto no suceda más. Algunas mujeres a la luz pública. Otras de manera
anónima. Pero igual de comprometidas.
Son mujeres fuertes, mujeres trabajadoras, mujeres luchadoras. Con sus hijas e hijos de
la mano, sus bebés a la espalda, comida preparada al alba bajo el brazo, para aguantar
las horas de trabajo, reuniones, discusiones, manifestaciones. La necesidad de perseguir
-y alcanzar- la justicia y la igualdad se transforma en acción, creación, defensa de la
vida y la naturaleza.
La Organización de las Naciones Unidas ONU señala la importancia fundamental de las
mujeres para la sostenibilidad mundial e indica que “la persistente desigualdad entre los
géneros tiene que ser atendida en especial como parte de todo cambio real hacia el
desarrollo sostenible”.
ONU Mujeres es la entidad creada hace ahora un año por las Naciones Unidas para la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Para alcanzar estos objetivos
ONU Mujeres debe escuchar la voz de las mujeres del mundo acerca de los temas que
consideramos fundamentales. Y este es nuestro reto para el 8 de marzo de este año
2012. Firma ahora la carta a la ONU completando con tu nombre, localidad, país y
correo electrónico el sencillo formulario bajo la carta (en el recuadro blanco).
3. Reporte de Mujeres Defensoras
Defensoras de la vida y la naturaleza
05.03.2012
Movilización de mujeres en Brasil un 8 de marzo (Foto: A. Franciosi)
Panamá: por la dignidad de las mujeres indígenas en resistencia
El gobierno panameño incumplió su palabra y autorizó la explotación minera e hidroeléctrica en su
territorio. Cuando la Comarca es amenazada, los Ngäbe-Buglé trabajan en conjunto. En febrero 2012,
indígenas Ngöbe Bougle reaccionaron saliendo a la calle. Fueron ocho días de protesta. El saldo:
represión, dos muertes bajo investigación, agresiones sexuales a mujeres por parte de la policía y
decenas de heridos. En el largo proceso de resistencia, las mujeres Ngäbe han demostrado en las
manifestaciones y en las protestas en el río Tabasará, en Changuinola, en ciudad de Panamá, que la
defensa de la vida y la naturaleza también es una cuestión femenina. La cacica general del pueblo
Ngäbe-Buglé Silvia Carrera se ha convertido en un símbolo de resistencia en Panamá. Ella junto a otras
compañeras y compañeros ha liderado con dignidad la resistencia a las mentiras y la brutal agresión del
Gobierno. Esta mujer Ngäbe, de Alto Laguna, corregimiento de Cerro Pelado (distrito Ñurum), participa de
forma activa en la lucha de su pueblo desde que tiene 13 años.
Colombia: mujeres desaparecidas, amenazadas y violentadas
El 17 de febrero se cumplió un año de la desaparición en el departamento del Valle del Cauca de la
ingeniera ambiental Sandra Viviana Cuéllar Gallego, activista y artista, nacida en Cali hace 26 años. Hoy
aún no se sabe quienes fueron los autores de este crimen que hasta ahora está impune. Desde la Fiscalía
colombiana no se ha dado mayor información sobre la investigación y sus avances. A Viviana le faltó la
protección y seguridad que también necesitan otras muchas mujeres en su país. Como Rosalba Córdoba,
lideresa afrodescendiente que maneja la embarcación de su comunidad en la cuenca del río Cacaricá,
una firme defensora de los derechos humanos, mujer inquieta y práctica, al igual que firme a la hora de
denunciar operaciones militares y paramilitares en su territorio. O como Yahaira Salazar, joven poeta
también de origen afro, que conoció desde niña en carne propia lo que significa el desplazamiento forzado
y las mentiras urdidas por el estado colombiano alrededor de la desmovilización de los paramilitares. O
Emilsen Manyoma, joven madre que en medio del control militar y paramilitar consentido por el Estado en
el Bajo Calima y San Juan se opone al narcotráfico afirmando su derecho a la producción limpia, a la
soberanía alimentaria, a la protección de la biodiversidad. Luz Marina Cuchumbe, mujer indígena y madre
de seis hijas e hijos, una de las cuales fue ejecutada extrajudicialmente y luego presentada por diversos
medios de comunicación de masas como guerrillera junto al compañero que murió a su lado y a un
superviviente. Ellas no constituyen casos aislados, sino que forman parte de una terrible realidad social
para las mujeres. Ver informe completo.
Mujeres ecuatorianas construyendo del Buen Vivir
La Asamblea de Mujeres Populares y Diversas del Ecuador – AMPDE expresó en enero 2012 su voz de
rechazo al comienzo de cualquier actividad minera en el país. Como alternativa, apuestan por la
construcción del Buen Vivir como eje de desarrollo. En un manifiesto afirman que “propuestas
extractivistas lejos de traer bonanza para todos y todas, serán causa de conflictos, tensiones, violencia y
división social, perpetuando la pobreza y la desigualdad”. Es urgente caminar hacia un nuevo modelo de
desarrollo post-extrativista, basado en el cumplimiento de los derechos de la naturaleza y soberanía sobre
nuestros recursos naturales. Rechazan también la criminalización de la protesta que sufren mujeres y
hombres que participan de la organización social en su país. Otra organización, Mujeres Defensoras de la
Pachamama, conmemoran el día 8 de Marzo bajo el lema “Mujeres de las Américas resistiendo a la
minería”.
México Indígenas Zoques chiapanecas por la tierra y la propiedad comunal
En el conflicto territorial en la selva de los Chimalapas entre los estados mexicanos de Oaxaca y Chiapas,
las mujeres indígenas zoques juegan un papel fundamental. Junto a otras mujeres, María García,
presidenta de la Coordinación en Defensa del Territorio y los Recursos Naturales en la Zona Oriente de
4. Oaxaca, participa activamente en la resistencia pacífica en las comunidades de San Antonio y Benito
Juárez, contra la creación de un municipio chiapaneco en su territorio comunal que pertenece al estado
de Oaxaca. Las mujeres zoques reprochan al gobierno de Oaxaca su desinterés, y exige que apoye esta
protesta. Se trata de un conflicto agrario por la posesión de 47 mil hectáreas de selvas y bosques que
enfrenta a zoques con ganaderos y talamontes chiapaneco desde hace más de 50 años. “Nuestros
antepasados legaron la madre tierra; entonces nosotros tenemos que salvaguardarla también para
heredarla a nuestros hijos, a nuestros nietos, a quienes vendrán después”, dice la indígena.
Honduras ¡Ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres!
En noviembre de 2011, Feministas en Resistencia hondureñas repudiaron la masacre de campesinos en
la región del Bajo Aguán. A pesar de la grave situación para los derechos humanos y para las mujeres en
su país, denuncian públicamente que los asesinatos de campesinos son atribuidas al ejército paramilitar
organizado por el terrateniente Miguel Facusse Barjum. Este habría atacado a los campesinos mientras
descansaban y cuidaban de sus tierras. Demandan al régimen encabezado por Porfirio Lobo Sosa que los
crímenes no queden en la impunidad y le hacen responsable de la escalada de violaciones de los
derechos humanos del pueblo hondureño. La impunidad galopante refleja la incapacidad para investigar y
castigar estos homicidios cometidos contra el pueblo en Resistencia.
Bolivia: Nunca más violencia contra la mujer indígena
Cuatrocientas mujeres indígenas representantes de 34 pueblos del oriente, chaco, amazonía y Tierras
Altas marcharon a lo largo de 65 días en 2011 junto a sus esposos, hijas e hijos, hermanas y hermanos
en defensa de su territorio amenazado por la construcción de una carretera. Durante la VIII Marcha
Indígena en Defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure TIPNIS se produjeron de
parte del Gobierno machista y autoridades diversos ataques contra las mujeres -que se encuentran
debidamente documentados. Destacamos la falta de justicia para procesar a los responsables de la
represión policial ocurrida el 25 de septiembre de 2011. Ese día llegó una orden de dispersión de la
Marcha. Aproximadamente 600 policías cercaron a quienes venían marchando, gasificaron el campo que
ocupaban y reduciendo violentamente a quienes protestaban fueron alejados de su ruta. Las mujeres
indígenas fueron reprimidas, maniatadas, amordazadas, golpeadas. Obligadas a esconderse en el monte,
a saltar al río, despojadas de sus hijos e hijas, alejadas de sus esposos, privadas de sus pertenencias que
fueron destruidas. Pero ellas fueron valientes para plantear la defensa de sus derechos constitucionales y
continuar la caminata de 602 kilómetros hasta la sede de Gobierno donde todo el grupo hizo escuchar sus
reivindicaciones. Así lograron el objetivo de detener la construcción de la carretera que partiría en dos
mitades. Pocos meses después de este logro que dio la vuelta al mundo, la exuberante naturaleza
enfrenta una nueva amenaza: el Gobierno busca activar nuevamente el proyecto vial y ha comenzado una
persecución judicial contra las mujeres líderes de la VIII Marcha y otros compañeros y compañeras
defensoras de los derechos indígenas. Ver reporte.
Mujeres del Movimiento sin Tierra de Brasil en lucha por la reforma agraria
En Brasil, los grandes latifundistas acaparan enormes extensiones de tierra, mientras miles de familias no
tienen acceso a la tierra. Por ejemplo, extensas áreas de cultivo han sido usurpadas para implementar
monocultivos de eucalipto. El Movimiento de los Sin Tierra lucha incansablemente por la reforma agraria,
denunciando la lentitud del proceso y llevando a cabo ocupaciones de tierras, campamentos y
asentamientos.
Así sucede también en plena mata atlántica, en el estado de Bahía. En el municipio Alcobaça-Bahia la
madrugada del 1 de marzo de 2012, 1150 mujeres campesinas del MST, de varios campamentos y
asentamientos de la región ocuparon la hacienda Esperança, propiedad de la empresa Suzano Papel
Celulose. El objetivo central de la ocupación es denunciar el destrozo social y ambiental que provocan las
grandes empresas de eucalipto en la región. Expulsión del campo, desempleo, pobreza y desigualdad
social son las consecuencias directas. Las mujeres piden una reforma agraria real, mayor agilidad en el
proceso y un mayor interés por parte de las autoridades. En el estado de Bahía son 23 mil las familias
acampadas del MST, algunas desde hace 8 años. Esta es la segunda ocupación en el Extremo Sur de
Bahía, y el sexto año consecutivo que las mujeres del MST realizan acciones visibles y reivindicativas de
la mujer campesina y sus problemas durante el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora.
Todas y todos quienes lo deseen, pueden participar de una ciberacción conmemorativa del 8 de marzo,
día de la Mujer Trabajadora desde la página web de Salva la Selva
5. Territorios y vidas con nombre de mujer en Colombia
Martes 6 de marzo de 2012
El 8 de marzo es el día internacional de la Mujer Trabajadora. Muchas mujeres
luchan decididamente en Colombia contra la impunidad como mecanismo
represivo en su país. Ellas se comprometen con la protección territorial y la
riqueza biológica en sus espacios cotidianos. Esto las hace altamente
vulnerables.
En el Chocó: Rosalba, Yahaira, María Ligia y Liria Rosa
En la cuenca del río Cacarica vive Rosalba Córdoba Salazar, una mujer
inquieta a la hora de aprender cosas nuevas, elabora jabón para lavar ropa,
shampoo, talco para pies y remedios con plantas medicinales, de acuerdo a las
tradiciones ancestrales de su pueblo que quiere que se conserven. Busca una
menor dependencia de mercados externos. Lleva quince de sus cuarenta y
cinco años de vida, defendiendo los derechos humanos, la vida, el territorio y
buscando la protección ambiental. También administra con gran valor una
embarcación comunitaria. Donde ella vive, esta tarea requiere de claridades
políticas.
Desde 1996 debe afrontar retenes paramilitares instalados sobre el río Atrato.
En 1997 fue testigo y víctima de la “operación génesis” ordenada por el general
Rito Alejo del Río y ejecutada por la brigada 17 del ejército colombiano en
complicidad con paramilitares. Ha denunciado en repetidas ocasiones, en
espacios públicos nacionales e internacionales esta violación de los derechos
humanos de sus comunidades por parte del estado colombiano y es incansable
a la hora de traer a la memoria los hechos ocurridos. El conflicto armado en
Colombia esconde el acaparamiento de tierras por parte de industrias
extractivas y agronegocios. Rosalba puso la primera semilla para constituir la
Zona de Biodiversidad de su comunidad, una forma de protección que las
comunidades aplican para defender el territorio frente a su acaparamiento. Y
comenzó con la producción de alimentos libres de agrotóxicos. Esta mujer
afrodescendiente se ha convertido en lideresa de su comunidad y en
vicepresidenta de la asociación CAVIDA (Comunidades de Autodeterminación
Vida y Dignidad del Cacarica). En la Zona Humanitaria Nueva Esperanza en
Dios, en el municipio de Río Sucio, a través de sus estudios bíblicos busca la
verdad, la justicia y la dignidad para los pueblos en el territorio.
Al igual que Rosalba, Yahaira Salazar vivió el desplazamiento forzado de su
comunidad a consecuencia de la operación “Génesis”. Desde muy niña
pertenece a la asociación CAVIDA y creció en el espíritu de lucha por un
mundo más justo. Esta joven poeta de 23 años y líder afrodescendiente, ha
denunciado nacional e internacionalmente la responsabilidad del Estado
colombiano por violación a los derechos humanos; y la falsa desmovilización de
la estructura paramilitar como estrategia de despojo y crimen; y los daños
ambientales y sociales generados por operaciones extractivas ilegales dentro
del territorio. En los últimos meses ha recibido amenazas a su vida, viéndose
obligada a renunciar a su trabajo con niñas y niños de su comunidad. Pareciera
6. como que en Colombia, una mujer no está segura ni a los72 años de edad,
siendo madre de ocho hijos y abuela de 41 nietos. María Ligia Chaverra ha
habitado en Curbaradó desde hace más de 50 años. Esta afrocolombiana,
elegida como representante legal en presencia de delegados de la iglesia
católica, se ha negado siempre a entregar fraudulentamente las tierras de las
comunidades negras a los empresarios palmeros que quieren expandir el
monocultivo de palma aceitera. Y denunció abiertamente y ante la Fiscalía el
despojo violento de tierras por parte de paramilitares, efectivos de la Brigada 17
del ejército, y a los empresarios entre otros. Algunos han sido detenidos o
tienen órdenes de captura. Por eso se la ha difamado como guerrillera. En
repetidas ocasiones ha sido amenazada de muerte y perseguida mediante
montaje judicial siendo acusada de ser comandante de la guerrilla de las
FARC. Pero nada más lejos de la realidad. Mujer valiente donde las haya, Ligia
Chaverra es integrante del consejo comunitario de Curbaradó, del Movimiento
de Víctimas de Crímenes de Estado, de la Red de Alternativas y de
Colombianas y Colombianos por la Paz.
También en la cuenca del río Curbaradó apareció en tierra comunitaria un
mensaje de muerte en la corteza de un árbol. No es una historia del pasado.
Sucedió en enero de 2012. Estaba dirigido a Liria Rosa García, de 56 años,
madre de ocho hijos y abuela de más de 20 nietos. A alguien no le gusta que
esta campesina lidere el proceso organizativo en defensa del territorio en la
Zona Humanitaria de Caracolí. Con firmeza y claridad enfrenta a empresarios
ganaderos, que pretenden ocupar el territorio colectivo. Por haber rechazado el
dinero que le ofrecían para quedarse callada frente a los abusos, esta
campesina ha recibido repetidas amenazas. La del árbol sólo es la más
reciente.
En el Calima: Emilsen y Fabiola
El capital transnacional presiona para desarrollar por toda América Latina mega
obras de infraestructura vial, portuaria, minera y energética. También en el
territorio colectivo de las y los jóvenes campesinos afrodescendientes de
JUBCA (Jóvenes unidos por el bienestar del Calima). Fueron
despojados“legalmente ” de 11.000 hectáreas de tierras. Una de ellas es
Emilsen Manyoma, madre de 27 años de edad y líder de su comunidad Ceibito.
Desde la Fundación para el Desarrollo del Calima FUNDECALIMA, afirma su
derecho a la producción limpia, a la soberanía alimentaria, a la protección de la
biodiversidad. Algo muy difícil y peligroso en un complejo contexto de intereses
en torno al narcotráfico. El Bajo Calima y San Juan están bajo control
paramilitar con consentimiento del Estado. También la infantería de marina
patrulla por el río Calima señalando, amenazando y agrediendo a la población.
Emilsen exige respeto y distinción para la población civil. En medio de la gran
presión lidera procesos juveniles y comunitarios de defensa de la vida y el
territorio, así como la formación permanente de su comunidad en temas de
derechos humanos, organización comunitaria y resistencia civil popular.
Tejiendo los sueños de su pueblo, de su resistencia, de su organización,
tejiendo para sobrevivir ante la ausencia y exclusión por parte del estado
colombiano, tejiendo como sus ancestros para resistir a la muerte física y
7. cultural, tejiendo por sus niños y niñas, por su presente y su futuro, por su
territorio biodiverso, tejiendo para afirmar su derecho a la vida, al territorio, a la
identidad como pueblo Nonam. Así exige sus derechos Fabiola Quintero de 16
años, lideresa, indígena, artesana, coordinadora de mujeres del Pueblo Nonam
del Pacífico. Desde muy niña ha sido víctima de dos desplazamientos forzados
causados por paramilitares: uno en 2003 y el segundo en 2010. Con 7 años
presenció cómo los paramilitares llegaron hasta su resguardo y en medio del
terror, asesinaron a Zoraya Manyoma, de 16 años señalándola de ser novia de
un guerrillero; y fue testigo en 2011, de cómo ya desplazados en el puerto
internacional de Buenaventura, tuvieron que enterrar fuera de su territorio
ancestral a dos de sus niñas que fallecieron por la desatención integral que
soportaron luego del desplazamiento forzado. Hoy Fabiola, junto a las mujeres
Nonam de su comunidad, teje desde su territorio ya declarado como
Resguardo Humanitario y Biodiverso Santa Rosa de Guayacán sus sueños, su
vida, su resistencia. Esto es lo que representa en sus artesanías.
En el Putumayo: Jani
Unidad, fortalecimiento organizativo y protección de la biodiversidad es por lo
que trabaja Jani Silva en el Bajo Putumayo. Al mismo tiempo, defiende los
derechos de las comunidades campesinas desde hace más de 15 años. Jani
es presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Bajo Cuembí;
coordinadora del Corregimiento Perla Amazónica; representante por su
corregimiento ante el Consejo Municipal de Desarrollo Rural CMDR;
representante Legal de la Asociación de Desarrollo Integral Sostenible Perla
Amazónica ADISPA. En el corregimiento Perla Amazónica en Puerto Asís. La
situación de derechos humanos en la región es delicada. En los últimos años,
ha habido una serie de señalamientos por parte de sectores de los gobiernos
locales hacia su organización, acusándoles de ser auxiliadores o cómplices de
la insurgencia. Ellos buscan reactivarse como Zona de Reserva Campesina,
como otra manera comunitaria que al igual que las Zonas de Biodiversidad
permite la protección integral del territorio. En su parcela ha constituido
mecanismos de protección de las aguas y de árboles primarios que sirvan para
ser replicados por otros.
En el Cauca: Luz Marina, Yeimi, Magda
“Cuando a uno lo hieren y le tocan el corazón se acaba el miedo para luchar”,
dice Luz Marina Cuchumbe, mujer de raíces indígenas. Ella lo sabe bien lo que
significa un crimen de lesa humanidad. Su hija Hortensia Neyid Tunja
Cuchumbe fue ejecutada extrajudicialmente junto a Manuel Antonio Tao
Pillimue, joven campesino de la vereda San Antonio. Sobrevivió a este hecho
William Cunacue. Sucedió en enero de 2006 y los responsables fueron
militares del batallón “Cacique Pigoanza” del ejército nacional de Colombia.
Después de mover la escena del crimen y de colocarles uniformes de uso
exclusivo del ejército, una pistola y una granada, los jóvenes fueron
presentados por los militares en diversos medios de comunicación como
guerrilleros dados de baja en combate.
8. Este hecho generó cambios sustanciales en la vida de Luz Marina, sus seis
hijos y su esposo. Del profundo dolor generado por la ejecución de su hija
Hortensia, ella ha resurgido del silencio, del temor, de la angustia y
sobreponiéndose ha decidido dignificar la vida de su hija y de Manuel exigiendo
verdad, justicia y reparación integral. Con actitud siempre firme y sin
vacilaciones ha denunciado este hecho en diferentes escenarios nacionales e
internacionales y se ha unido a otras miles de madres y padres de víctimas de
crímenes de estado en Colombia. Es un referente para las otras familias de las
víctimas en su localidad. Siempre dispuesta a denunciar las violaciones de
derechos de su comunidad, la vida de Luz Marina ha estado por momentos en
serio riesgo y en la mira de los militares del batallón Pigoanza. Sin embargo, ha
logrado que -en fallo del Juzgado Administrativo de Popayán- el ejército a
través del batallón Pigoanza, reconozca en acto público su responsabilidad en
el hecho y pida perdón a las familias de las víctimas y comunidad en general.
Luz Marina y comunidad exigen que el acto se realice donde ocurrieron los
hechos, a lo que el batallón se niega.
En su municipio de Inzá, Luz Marina, es una persona activa en el comité de
mujeres de la ACIT, Asociación Campesina de Inzá - Tierradentro. Con mujeres
y jóvenes anima el trabajo comunitario en su caserío, San Antonio. “Nosotros
no estamos solos” dice; “seguiremos luchando unidos, vamos a luchar para
hacer una red a nivel nacional donde estamos todos unidos dándonos la
mano”.
En Trujillo aconteció hace ya 22 años la masacre de al menos 342 campesinos,
cuyas tierras eran codiciadas por las multinacionales. Como la irlandesa
SMURFIT KAPPA CARTON DE COLOMBIA, que dictó también la sentencia de
muerte de la biodiversidad en Trujillo. Como principales beneficiarios del control
paramilitar de los Rastrojos, amenazan continuamente la permanencia de los
campesinos y campesinas de la región, así como su soberanía alimentaria. En
medio del desierto verde que impone el avance de los monocultivos de pino y
eucalipto de la SMURFIT, surgió la Asociación Agroecológica en memoria de
Esther Cayapú ASOAESCA. Yeimi Cristina Arboleda Cayapu es la nieta de
Esther, quien fuera desaparecida por las estructuras narcoparamilitares.
En el marco de la Asociación, esta joven madre de 19 años hace suyos los
ideales de su abuela y de su madre, quien enfermó y murió a consecuencia del
terror vivido. Sobrepuesta a las graves dificultades por la necesidad de luchar
contra la impunidad, y a pesar de haber crecido sin su abuela y sin su madre,
Yeimi trabaja de manera ejemplar para que los dolorosos hechos acontecidos
en Trujillo no se repitan nunca. Y para que en la zona sobreviva la producción
de alimentos y se consolide como despensa de vida. Esto hace de Yeimi una
luchadora por la vida y una gran lideresa comunitaria.
Ante la forma negativa del gobierno colombiano de asumir su responsabilidad
de atención a la población desplazada, Magda Lizbeth Zuñiga junto a su
esposo Orlando Bolaños han denunciado esto como una forma de
revictimización. Oriunda del municipio de Argelia, departamento del Cauca,
esta incansable luchadora se formó en el seno de una familia campesina. Esta
región tuvo un incremento sin precedentes de presencia policial y del ejército
9. en 2007 y 2008, en el marco de la política de seguridad democrática. El
pretexto: combatir a la guerrilla de la región. Junto a la militarización
proliferaron las estructuras paramilitares denominadas águilas negras y los
rastrojos que bajo su típico modus operandi, asesinatos crueles,
descuartizamientos, desapariciones forzadas, amenazas fueron controlando
militar, económica y socialmente a la población. Generaron al menos 4
desplazamientos forzados en la región. Entre los amenazados por estas
estructuras paramilitares, Orlando el esposo de Magda. Toda la familia ha
vivido las amenazas, retención y seguimientos.
Magda no ha renunciado a la búsqueda de justicia. Desplazada a la fuerza en
la ciudad de Popayán y otros lugares de Colombia, ha denunciado los
macabros hechos ocurridos con la acción, omisión y aquiescencia de
autoridades civiles y militares. Rompiendo con la barrera del temor ha motivado
el proceso organizativo de los desplazados de Argelia, Cauca. En julio de 2010,
28 familias fueron beneficiadas con medidas cautelares de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos CIDH, que el gobierno colombiano aún
no ha acatado. A pesar del riesgo que esto implica, Magda ha tomado la
decisión junto a su esposo de regresar a su tierra de donde nunca debió ser
desplazada desde donde piensa seguir luchando por el derecho a retornar y
permanecer, por el derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación integral y a
la no repetición de estos crímenes de lesa humanidad.
En el Meta: María
Cerca de 200 mujeres y hombres de la región sufrieron los crímenes de Lesa
Humanidad. Junto con más de 119 campesinas y campesinos del Alto Ariari,
exigen ante el INCODER el reconocimiento legal de las tierras que habitaron
por cinco décadas y de las que fueron desplazados. María Santos Medina
Cuchimba de 65 años es una de ellas. Cabeza de hogar ha sido desplazada
por la violencia más de una vez. Fue una de las campesinas que participó en
los poblamientos realizados a la región del Alto Ariari durante la década de los
años 60, provenientes de Río Chiquito, tras la persecución del Estado
colombiano a las expresiones campesinas de Comunas Agrarias. En el 2002
fue nuevamente víctima del desplazamiento. En su memoria y en la de los
campesinas y campesinas retumban aún los destrozos causados por el
desplazamiento forzado que siguió hasta 2005. María es una de las lideresas
impulsoras de la Comunidad Civil de Vida y Paz, CIVIPAZ, asentada en la Zona
Humanitaria de la región del Alto Ariari, municipio de El Castillo, departamento
del Meta. Allí ha constituido espacios de protección de ecosistemas y aguas.
También hace parte del Sindicato Agrario SINTRAGRIM, las Juntas de Acción
Comunal, la Organización de Mujeres.
Las mujeres son acompañadas en los territorios en la defensa de la vida,
de sus derechos y de los ecosistemas por la Comisión Intereclesial de
Justicia y Paz, organización colombiana de derechos humanos, con 24
años de existencia. Los equipos de acompañamiento han compilado esta
importante información de Colombia.