El hombre aquí en la
tierra está como
prestando servicio
militar, sus días son
como los de un
jornalero.
Un esclavo que suspira
por la sombra,
Un peón que guarda su
jornal: eso soy yo.
Me han tocado meses
de desengaño,
Noche tras noche de
dolor.
Al acostarme pienso
cuándo me podré
levantar.
La noche se me hace
interminable, me canso
de dar vueltas hasta el
alba.
Mis días se acercan a su
fin, sin esperanza,
Más rápidos que una
lanzadera.
Recuerda, Señor, que mi
vida es un suspiro
y que mis ojos no
volverán a ver la dicha.
Palabra de Dios.
R/. Gracias a ti, Señor, que
sanas los corazones
destrozados.
Alabad al Señor, que la
música es buena; nuestro
Dios merece una alabanza
armoniosa.
El Señor reconstruye a
Jerusalén reúne a los
deportados de Israel. R.
R/. Gracias a ti, Señor, que
sanas los corazones
destrozados.
Él sana los corazones
destrozados, venda sus
heridas. Cuenta el número de
las estrellas, a cada una la
llama por su nombre. R.
R/. Gracias a ti, Señor, que
sanas los corazones
destrozados.
Nuestro Señor es grande y
poderoso, su sabiduría no
tiene medida.
El Señor sostiene a los
humildes, humilla hasta el
polvo a los malvados. R.
R/. Gracias a ti, Señor, que
sanas los corazones
destrozados.
Lectura de la Primera Carta del
apóstol san Pablo a los Corintios.
Hermanos: Anunciar el
evangelio no es para mí
motivo de gloria: Es la
obligación que Dios me
ha impuesto. ¡Ay de mí, si
no anuncio el evangelio!
Si lo hiciera por propia
iniciativa, tendría de qué
estar satisfecho. Pero no
lo hago por propia
iniciativa, sino que
desempeño una misión
que me fue confiada.
¿Cuál será, entonces mi
satisfacción? Pues
anunciar gratuitamente
el evangelio, renunciando
a los derechos que él me
da.
Efectivamente, siendo
libre frente a todos, de
todos me hice esclavo,
para ganar a todos los
que pueda. Con los
débiles me hice débil,
para ganar a los débiles.
A todos me hice igual en
todo, para salvar a
algunos, a cualquier
precio. Y todo lo hago
por el evangelio, para
participar yo también de
sus bienes.
Palabra de Dios.
/Nunca más yo pude
ver el mundo sin
sentir aquello que
sintió Jesús/
Al salir de la sinagoga de
Cafarnaúm , fue Jesús,
acompañado de Santiago
y Juan, a la casa de
Simón y Andrés. La
suegra de Simón estaba
en cama con fiebre,
y en seguida se lo
dijeron a Jesús. Él se
acercó, la tomó de la
mano y la levantó. Y le
pasó la fiebre y se puso a
servirles.
Al atardecer, cuando se
puso el sol, empezaron a
traerle todos los
enfermos y los afligidos
por el demonio. Toda la
población estaba reunida
a la puerta de la casa.
Y él curó a muchos que
sufrían de diversas
enfermedades y expulsó
muchos demonios; y no
dejaba de hablar a los
demonios, porque sabían
quién era él.
Por la mañana, muy de
madrugada, se levantó y
se fue a un lugar
despoblado y allá se
puso a orar. Simón y los
que estaban con él
salieron en busca de
Jesús,
y cuando lo encontraron
le dijeron: “!Todos te
están buscando!” Pero él
les dijo: ”Vamos a otra
parte, a los pueblos
cercanos, para predicar
también allá, porque
para esto he venido.”
Y recorrió toda la Galilea
predicando en las
sinagogas y expulsando
los demonios.
Palabra del Señor.
Creo en Dios, Padre
todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra. Creo
en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor, que
fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo,
Nació de Santa María
siempre Virgen, padeció
bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado,
descendió a los
infiernos,
al tercer día resucitó de
entre los muertos; subió
a los cielos y está
sentado a la derecha de
Dios, Padre
todopoderoso.
Desde allí a de venir a
juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los
santos, el perdón de los
pecados, la resurrección
de la carne y la vida
eterna. Amén
Por la Iglesia para que sea
verdadera portadora del Amor
y la Misericordia de Dios.
Oremos
R./ Atiende, Señor nuestras
súplicas
Por las personas que trabajan en
los hospitales y clínicas y por
todos aquellos que dedican su
tiempo y su energía a atender y
cuidar a sus familiares
enfermos, para que les regales
el don de la bondad y el del
servicio. Oremos
R./Atiende, Señor nuestras
súplicas
Por todos los que permanecen
en sus casas, olvidados por los
demás, y postrados en sus
camas o en los hospitales, para
que no pierdan la esperanza y
acepten con alegría cuando
otros les quieran ayudar. Oremos
R./Atiende, Señor nuestras
súplicas
Por las personas que, en nuestra
parroquia, prestan su servicio en la
pastoral de la salud y la visita a los
enfermos, para que sepan cumplir
su misión con la oración y la
disposición. Que se sientan
enviados por Jesús para anunciar,
con su cariño y delicadeza, el Reino
de Dios. Oremos
R./Atiende, Señor nuestras
súplicas.
Por todos nosotros, para que
abramos nuestro corazón más
allá de nuestro círculo, de la
familia, de los amigos, y nos
sintamos enviados a anunciar
el Reino en las “periferias” de
la vida y de la sociedad.
Oremos
R./Atiende, Señor nuestras
súplicas.
EL SEÑOR RECIBA DE TUS
MANOS ESTE SACRIFICIO,PARA
ALABANZA Y GLORIA DE SU
NOMBRE, PARA NUESTRO BIEN
Y EL DE TODA SU SANTA
IGLESIA
Gracias…Es la sublime
expresión de un corazón
que reconoce y
experimenta, que
contempla y ama, que
proyecta y concretiza
todo aquello que Dios
puede hacer en la vida,
por la vida y en vida.
Muchas veces aceptamos las
apariencias y pocas veces lo que
en ellas se esconde…Pues cada
realidad, cada palabra, cada
melodía, cada persona; evoca un
mensaje nuevo que lo superfluo
nunca nos dicta…que solo se
capta en el corazón; porque de
él viene y solo allí se desvela.
Padre nuestro que estas
en el cielo,
santificado sea tu
nombre,
Venga a nosotros tu reino
Hágase tu voluntad
Así en la tierra, como en
el cielo, danos hoy
nuestro pan de cada día
Y perdona nuestras
ofensas como nosotros
perdonamos, a los que
nos ofenden.
No nos dejes caer en
tentación líbranos del
mal.
Amen.
TUYO ES EL REINO,
EL PODER Y LA GLORIA
POR SIEMPRE SEÑOR.
/Da la mano a tu
hermano, da la mano,
da la mano a tu
hermano, da la mano.
DA LA MANO A TU HERMANO