1. La historia de una gran familia.
En ese momento en la ciudad capital de Italia, Roma; existía una familia integrada
por 8 personas, ésta era muy pobre ya que vivían en una casilla alejados de los
pueblos.
Esa familia estaba integrada por:
-Carl Matrimonio Juana
-Luisa 4 Eran
-Mirl Abuelos hermanas Matrimonio
-Raúl
Carl y Raúl estaban enfermos. El primero tenía leucemia, y el segundo cáncer, es
decir, enfermedades terminales. Aunque ellos quisieran trabajar para poder ayudar
a su familia por razones de salud no podían hacerlo. Ninguno de los cuatro
abuelos pudieron documentarse ya que no se lo podían pagar sus padres. Tenían
entre 75 y 85 años de edad.
Luisa y Mirl eran hermanas inseparables, tan es así que siempre vivieron juntas,
se querían mucho. El matrimonio de Carl y Luisa tuvo una hija llamada Juana.
Esta se caso con un señor de su misma edad, Roberto, con el que tuvo dos hijos,
Ulises y el pequeño Wird.
El único que trabajaba era Roberto, era basurero y llevaba a su casa tan solo 6
dólares por día, es decir, alrededor de 300 pesos argentinos por mes, con lo que
apenas podían comer y pagar el colegio a sus 2 hijos. Todos vivían para los
pequeños de la casa. Los abuelos y sus papas dejaban la mitad de su comida
para Ulises y Wird. Su única comida era la sopa.
Cuando el pequeño Wird termina la primaria, va en busca de un trabajo para poder
seguir pagando sus estudios y ayudar a su familia. Hasta que cuando iba de su
casa al colegio siempre pasaba por un kiosco que en su vidriera tenía un cartel
que decía: ‘Se necesita un empleado para atender el negocio.’ Pero nunca quiso ir
a preguntar por vergüenza o quizás miedo. Sus abuelos estaban cada vez peor, a
uno de ellos un enfermero le medico unos remedios para que su enfermedad no
se acelerara, pero salían mucho dinero y no podían comprarlos. Por esta razón el
pequeño Wird entró al negocio, y al preguntar el dinero que le iban a pagar, le
respondieron que iba a ser 9 dólares por día más el vuelto de las compras que
hacia la gente. Entonces aceptó. Pero cuando le dijo al dueño, este le expresó que
el día siguiente vaya a su casa para arreglar ciertos papeles de su local. Ya
2. pasado las horas y siendo ese día, Ulises le pidió acompañarlo. Finalmente
fueron, pero se terminaron perdiendo ya que no conocían las calles, ni la ciudad.
Su familia se desesperó pero jamás los encontraron, nunca más se supo algo de
ellos.