Este documento describe la vida y espiritualidad de Teresa de los Andes, una santa chilena que vivió de 1900 a 1920. Se enfoca en cómo ofreció su vida por los demás a través de actividades como el catecismo, y cómo mantuvo una alegría que provenía de su fe, a pesar de las dificultades. También destaca la importancia de sus amistades cercanas, con quienes compartió tanto momentos alegres como su compromiso espiritual.
CICLASUR 2016 - TEMA 6 - "Supiste reir, amar, jugar y servir", Sidney Santos
1. TERESA DE LOS ANDES: SUPISTE REÍR, AMAR, JUGAR Y SERVIR
EL AMOR A NUESTROS SEMEJANTES ES LA MEDIDA DEL AMOR A
DIOS (C 82)
Juana Fernández Solar nació en 13 de julio del 1900 y falleció el 12 de abril de
1920, después de estar en el Carmelo por apenas 9 meses. Vivió, por lo tanto, casi toda
su vida en el mundo, donde se ha efectuado la mayor parte de su proceso de
santificación.
Su vida nos revela como buscar la santidad en actividades sencillas del
cotidiano, semejantes a las que diariamente vivimos como carmelitas seglares: la
familia, estudios, vacaciones, actividades deportivas, etc. Es señal de que la santidad ya
no es cosa de iluminados o escogidos, sino al contrario: es un llamado a todos los que
asumen su compromiso por vivir de cerca y en profundidad su vocación cristiana.
Teresa también nos muestra un otro aspecto importante de la santidad: en Dios, que
es alegría infinita, ha encontrado la felicidad. Esta alegría se alimenta en una vida de fe
y de oración constantes y se expresa, desde sus tempranos años, en una vida
misionera: en el primer periodo de su vida, siendo protagonista como catequista de
niños, posteriormente en la vida de carmelita
La familia de Teresa, de quien heredó su vocación cristiana, es igual a muchas
familias de hoy: su padre vive separado de la su familia, su hermano tiene problemas
con la bebida.
Por estas y otras razones, es propuesta por la Iglesia como modelo para la
juventud. El Papa Juan Pablo II, en la beatificación, decía: “en sus breves escritos
autobiográficos, nos ha dejado el testamento de una santidad sencilla y accesible,
centrada en lo esencial del Evangelio: amar, sufrir, orar, servir.
El propósito de esta presentación es mostrar un aspecto especial de la vida y
espiritualidad de Teresa de los Andes: la importancia de su relación con los demás na
construcción de una vida de santidad. Ella, como cristiana auténtica, no puede ser
individualista. Desde muy joven, decide vivir por los demás, como Cristo, abierta al
Padre y a los hermanos, comprometida a mejorar al mundo mediante el amor y el
2. servicio. Escribe en su diario, decidida a emprender con Jesús “la conquista de las
almas”: Él, capitán; yo, soldado, nuestra arma la cruz, la divisa el amor (D 37).
Haremos esta reflexión a partir de tres puntos. En primer lugar, algunos
elementos que nos muestran cómo nuestra santa ofreció su vida por los demás - su
amor a Dios hace con que viva en relación a los otros. Después, aspectos relevantes de
la alegría, rasgo típico de su experiencia humana y de su relación con Dios. Por último,
veremos cómo era la relación de Teresa con sus amigos - son testigos esenciales de su
santidad.
UNA VIDA OFRECIDA ENFAVORDELOS DEMÁS
Juanita, muy temprano, comprende la importancia de vivir en favor de los
demás. Desde la niñez y adolescencia, fue un signo de la presencia de Dios para las
personas que vivían con ella. En sus escritos, hay numerosos reportes a este respecto.
¿Quién es el prójimo para ella? Son, sobre todo: los más cercanos, en especial
su familia, los más necesitados y aquellos que no conocen el Evangelio. “Me esmeraré
el labrar la felicidad de los demás” (D 20).
En el colegio, Teresa manifestaba una buena interacción social. Sus compañeras
descubren en ella una amiga en quien pueden confiar y recibir ayuda. Las religiosas le
confiaron el encargo de cuidar a las más pequeñas. Les enseñaba a conducirse bien, a
ser obedientes y estudiosas, las reprendía con suavidad y firmeza, como una madre.
Escribe en su Diario: “hoy, he ejercido mi apostolado. Di un buen consejo. Jesús me lo
inspiró. También hice tomar la sopa a tres chiquillas, haciéndoles hacer un actito por
Jesusito. Además, fuimos a ver [a] una chiquilla enferma. Así es que tuvimos la ocasión
de hacer un acto de caridad (D 27)”.
Así como Santa Teresa de Jesús, entiende que las relaciones con los demás
deben basarse, sobre todo, en la humildad: “en la humildad, ejercítate en no
disculparte, en prestar servicios, aún a las sirvientes, y considerarte siempre como la
última, haciendo la voluntad de los otros sin que noten en ti el sacrificio (C 160)”.
Excelente catequista, en el colegio y en sus vacaciones dedicaba buena parte de
su tiempo libre a enseñar el catecismo a los niños, a prepararlos para la primera
comunión y consagrar sus casas en el Sagrado Corazón. “Estoy haciendo clase de
catecismo. Tengo 9 chiquillos y les rifo todos los días cualquier juguetito, con lo que
3. gozan (C 23)”. En la carta 67, escribe: “Nosotras dos con la Rebeca hacíamos
catecismo. Se juntaban más de 50 chiquillos, y después de las misiones, hemos seguido
haciéndoles clase todos los días”.
Además, recomendaba sus amigos a hacer lo mismo. Escribió a Herminia Valdés
Ossa: “Haz catecismo una vez siquiera a la semana. Es bien poco pedirte. Acuérdate
que, si no somos buenos y no hacemos el bien, no seremos felices ni en esta vida ni en
la otra (C 75)”.
Debemos señalar, sin embargo, que Teresa lo hace por entender que así estará
imitando a Cristo, acercándose a Él y sirviéndole. Vamos a ver lo que escribe:
“Ocupémonos del prójimo, de servirle, aunque nos cause repugnancia hacerlo.
De esta manera conseguiremos que el trono de nuestro corazón sea ocupado por su
Dueño, por Dios nuestro Creador (D16).”
“Quiero, desde hoy, ser siempre la última en todo, ocupar el último puesto,
servir a los demás, sacrificarme siempre y en todo para unirme más a Aquél que se hizo
siervo siendo Dios, porque nos amaba (D 30).”
“Mañana es día de recreo para las Hermanitas, así es que las Hijas de María las
vamos a reemplazar, tomando el oficio de Marta. ¡Qué feliz es el alma que vive de la
fe! Mañana voy a servir, a ser sirviente, sierva, que es lo que me corresponde. Pero en
la persona del prójimo voy a servir a Dios, a mi Jesús (D 35).”
También entiende que su vocación al Carmelo, además de ser llamado a la vida
de oración, será la oportunidad de servir a las hermanas y de sacrificarse por todos:
“Todavía gozo con la visita a mi conventito, y paso unida constantemente a él,
ansiando cada vez más llegar a encerrarme en él, aunque sea para ocupar el último
lugar y servir a todas mis hermanita (C 52).”
“Mi resolución de retiro fue sacrificarme por todos (C 39).”
“Sacrifiquémonos al par que Jesús por las almas (C 105).”
Algunos meses antes de su muerte, da a una amiga algunos consejos que
pueden servir como un modelo para nosotros en la vida seglar:
“Considérate la última de todos, y aún trata de servir a las sirvientes. Ayúdalas
cuando estén enfermas, y cuando estén en cama, dales por tu propia mano los
remedios. Cuando las veas de mal humor, consuélalas con N. Señor. Léeles algún libro
de algún santo y otro libro entretenido para no cansarlas. Así las atraerás y llevarás a
4. Dios. Con tus hermanos chicos sé muy cariñosa. No los retes sin causa justa. Juega con
ellos y enséñales el rezo, a leer, escribir, etc., y hazte respetar, dándoles buen ejemplo.
Que no te vean desobedeciendo ni de mal humor jamás. En cuanto a lo que debes ser
con tu papá y mamá, sólo te digo que seas un ángel de consuelo: ser, ante todo, muy
cariñosa; ayudarlos en lo que puedas, y obedecerles ciegamente en todo, pues no te
mandarán hacer una acción menos buena (C 121).”
ALEGRÍA: TERESA DELOS ANDES ES UNA SANTA FELIZ
La palabra “alegría” es citada 39 veces en las Cartas e 24 en el Diario. En primer
lugar, hay que decir que Dios es la fuente de la alegría para Juanita. Una de sus frases
más famosas expresa esta idea: “vivir siempre muy alegres porque Dios es alegría
infinita”.
En su relación con los demás y con la naturaleza, Teresa expresa la alegría de quien
se siente amada por este Dios-alegría y en esto también podemos tenerla como
ejemplo. Numerosos son los reportes de su gusto por actividades que también son
agradables para nosotros, que nos aproximan a los demás y que hacen con que
nuestra vida sea menos gravosa:
- tocaba la guitarra y cantaba canciones religiosas, entonaba cuecas, tenía muy
buena vos y se reía mucho con las letras de las canciones.
- le gusta descansar y bañarse en las playas de Recreo, en Bucalemu, y
especialmente Algarrobo;
- goza jugando tenis, cricket, naipes, tocando piano, guitarra y armonio,
manejando un auto, andando en coche, en tren, en bote, en carreta o
encumbrando volantines;
- le encantaba el arte y la cultura, va mucho al biógrafo (cine), al teatro y a la
opera;
- . Hace largas caminatas a caballo, en Cunaco, en el fundo San Pablo en San
Javier o en la Hacienda Chacabuco;
- aún en sus vacaciones, tiempos de paseos y sanas distracciones vive disponible,
en actitud de servicio, de carácter alegre y buena para hacer bromas
Ella escribe a su amiga Herminia:
5. “¿Has salido mucho a caballo? Yo por mi parte me he desquitado del año pasado,
subiendo todos los días. Hemos hecho grandes paseos con la Tere Jara, mi prima, que
está aquí. Nos divertimos muchísimo con ella (C 3).”
En una de sus cartas a su hermana Rebeca, además de hacer una cuenta de estos
momentos, revela la manera afectiva con que trataba a las personas cercanas. Rebeca
es “pichita”, Herminia es “gordita”:
“Estoy muy yankee. Con la Herminita salimos a hacer largas excursiones de a pie las
dos solas. A veces llegamos embarradas hasta los tobillos, pues nos lanzamos por
cualquiera parte. Nada nos detiene. Vencemos todos los obstáculos; en una palabra,
somos muy varoniles. El otro día gocé a caballo. Galopamos con la Gordita desde las
dos de la tarde hasta las cuatro y media. Como llovía salimos ambas con grandes
mantas, con las que nos veíamos en unas fachas cómicas. ¡Qué reírnos más! Y pensaba
entretanto en ti, mi pichita querida, que estarías estudiando o cosiendo apuradísima.
Estoy eximia para manejar. El otro día hicimos un paseo al fundo vecino. Salimos como
a las 9 y volvimos a las 12. No te imaginas lo que embromo a la Herminia. Pasamos con
ataques de risa perenemente (C43).”
Pero, como es de esperar para un adolescent, ni todo fue “edificante” en su vida:
“Todos los días rezamos el Mes de María y cantamos con la Eli. Y el otro día se nos
ocurrió inventar un Ave María. Estamos muy ufanas con nuestra improvisación. Cuando
dábamos la nota más alta, a la Herminia se le ocurrió taparse los oídos, pues con
nuestros vozarrones creyó que se le destapaba el tímpano. Al ver las gesticulaciones de
la Gordita, nos principiamos a reír. En vez de notas, nos salían carcajadas, y yo no daba
con ninguna nota en el harmonium. ¡Qué apuro más grande para que no nos viera la
gente! Por suerte, nosotras nos ponemos en el oratorio, mientras que los inquilinos
están debajo de un galpón (C 43).”
La alegría que viene de Dios, sin embargo, también debe ser combustible para los
tiempos que enfrentamos dificultades:
“Cuando se ama, todo es alegría; la Cruz no pesa; el martirio no se siente; se vive
más en el Cielo que en la tierra. La vida del Carmelo es de amar. Esta es nuestra
ocupación (C 104).”
“Cumpliré la voluntad de Dios con alegría, tanto en las penas como en las alegrías.
También sé que si voy al Carmen, será para sufrir; mas el sufrimiento no me es
6. desconocido. En él encuentro mi alegría, pues en la cruz se encuentra a Jesús y El es
amor. Y ¿qué importa sufrir cuando se ama? (C 14).”
LOS AMIGOS –TESTIGOS DEUNA PROFUNDA EXPERIENCIA DEDIOS
Juanita fue amiga fiel; decía que quien vive sin amistades corre el riesgo de ser
un solitario y de llenarse de amarguras. Necesitamos de los amigos para crecer, para
divertirnos, para buscar consuelo, para superar defectos o para participar en una
fiesta. Supo ser entrañablemente amiga de sus amigos, junto a ellos organizaba
paseos, misiones, juegos, salidas y encuentros. Con sus amigas dialogaba sus vivencias,
reía y jugaba, a ellas escribía largas cartas, pero más importante que eso, compartía su
fe y su amor.
Una vez que podemos escoger nuestros amigos, debemos buscar personas con
ideales comunes, proyectos semejantes, criterios compartidos. Así, vamos a tener
compañeros de caminada con quien podremos compartir las alegrías e tristezas y nos
apoyarán cuando precisamos.
Teresa era de una familia abastada, pero en decadencia. En los buenos
momentos, supo dividir esto con sus amigas. En los malos, no se dejó bajar por las
dificultades.
Entre las cartas que expresan sentimientos de amistad y fidelidad se pueden
leer las de Herminia Valdés, prima segunda y amiga íntima, ya mencionadas
anteriormente:
“No tenemos ningún secreto y nos decimos lo bueno como lo malo y ambas nos
esforzamos en ser cada día más de Dios. Sus consejos me han hecho mucho bien (C
68).”
El intercambio de vivencias y en la convivencia manifestada en la amistad.
Desde la amistad sincera y enriquecedora, lugar de encuentro con el Señor, Teresa
Experimenta en este valor humano un verdadero momento de gracia y de la actuación
de Dios.
“Demos gracias a Dios por haber juntado nuestras almas con el lazo de la
verdadera amistad, aquella que comprende que la verdadera amistad consiste en
perfeccionarse mutuamente y en acercarse más a Dios (C 82).”
7. En la vida de las amigas de Teresa se descubre la influencia positiva de su
amistad. Años más tarde algunas se consagraron.
Como en todo, Dios era el fundamento de sus amistades. Aún, y tal vez porque,
fuese buena amiga, escribe:
“Obra por amor a El. No busques el agrado de las criaturas. Se equivocan tanto
en sus juicios...! (C 114).”
CONCLUSION - LA BASE DE TODO ES EL AMOR
“Sufre la religiosa en vencerse a sí misma, en despreciarse y humillarse, en
vencer sus defectos y adquirir las virtudes para ser perfecta, en amar y servir con
alegría y caridad a aquellas de sus hermanas que no tienen buena voluntad para con
ella (C 65).”
Aunque tenga nos dejado bellos relatos de experiencias agradables y nos dado
muestra de que también en estas situaciones debemos ser santos, no podemos nos
equivocar y pensar que la vida Teresa de los Andes se reduce a esto. Otro error sería
entender todo como algo fácil, simplemente resultado de una inclinación natural de su
personalidad. El testimonio espiritual que Teresa deja puede ser resumido en su lema:
“Suframos, oremos y amemos” (D 31). Y esto no es casualidad.
El amor es el fundamento. Un profundo Amor a Dios que se expresa en amor a
las personas con quien convivió.
Con estos presupuestos, podemos decir que el proceso psicológico y espiritual
de Teresa de Jesús de los Andes presenta una coexistencia entre las dimensiones
humana y sobrenatural. El núcleo integrador de esta coexistencia es la fuerza del
amor.
La dimensión humana, especialmente manifestada en la afectividad, las
emociones, el altruismo y el sufrimiento, le dan una actitud de autoconciencia de la
realidad personal y ambiental, ayudando a la integración de su personalidad y
desarrollando su capacidad de interrelación.
En la dimensión sobrenatural, expresa el amor en clave místico-esponsal,
éxtasis de amor, experiencia de la gratuidad de Dios en su vida, inhabitación divina
presente en su interior que le empuja al encuentro con los demás.
8. El equilibrio pleno de estos factores se realiza especialmente en la oración, que
es el lugar de encuentro entre Teresa (aspecto humano) y Dios (aspecto sobrenatural),
tiempo de constante diálogo y escucha de la voluntad de Dios y lugar de integración de
su personalidad - para Teresa es el espacio espiritual privilegiado donde nivela todas
las dimensiones de su vida.
BIBLIOGRAFÍA:
1. Diario y cartas de Santa Teresa de Los Andes. Edições Loyola. 1993.
2. Teresa de Los Andes – modelo de la juventud. Fr. Armando Roberto Sejas Escalera,
ocd. Editorial Verbo Divino. Bolivia.
3. Texto de orientación del III Cicla Sul de la Orden de los Carmelitas Descalzos
Seglares. 2016.
4. El amor esponsal de Santa Teresa de Los Andes. Alexandrine de La Taille-Trétinville.
Teologia y vida 56 (3): 261-286. 2015.
5. The Attractiveness of St. Teresa of the Andes. Marylou Paculaba, ocds. Obtenido en
http://www.ocds.ca/cl393.pdf.
6. Homilía de la misa de beatificación de Teresa de Los Andes, de Juan Pablo II, en 3 de
abril de 1987.
7. Homilía de la misa de canonización de Teresa de Los Andes, de Juan Pablo II, en 21
de marzo de 1993.
8. Revista Teresa de Los Andes. Publicación Pastoral del Santuario Teresa de Los
Andes. Números 77, 79, 80, 83, 84, 85, 87 y 88.
9. Biografía de Santa Teresa de Jesús de los Andes. Pedro Sergio Antonio Brant.
Obtenido en http://www.autorescatolicos.org/misc11/pedrosergio336.htm.