1. CASCADA OTOÑAL Mario Esparza Diseño de portada: Eugenia Toledo-keyser Seattle, EE.UU. diciembre 2009.
2. CASCADA OTOÑAL Mi primera aproximación a la poesía de Mario Esparza es necesariamente personal, conocí al autor en su período universitario, cuando incursionaba en la carrera de Pedagogía en Educación General Básica, en aquel entonces me hizo partícipe de su vocación y pasión literaria. No tenía necesidad de reforzar aquél interés con palabras, le brotaba espontáneamente. Así entonces me facilitó una muestra de su trabajo, para que le expresara mi opinión al respecto. Debo confesar que quedé gratamente sorprendido, después de una primera aproximación e incursión frente a sus poemas. En primer término es posible observar una gran sensibilidad frente a la temática literaria que se infiere de sus composiciones, siendo, al parecer, el amor y la recuperación de la amada el elemento articulador de su cantar, tal como se puede extrapolar en Princesa, en los versos que a continuación se expresan: ........ no te alejes más, /no te pierdas en la montaña/ de nebulosas tormentas/ y quédate conmigo.../ para que sigamos unidos.../ Esta recuperación de la cual hablamos anteriormente expresa o denota una fragilidad humana, como es (la necesidad) el temor o la angustia de “retener” aquello que queremos, tenerlo cerca, a la luz que nos permite apreciar con claridad, necesidad de presencia, de seguridad... no te pierdas en la montaña, de nebulosas tormentas. Princesa, símbolo de la mujer, nombre que se repite ¿Quién es esta Princesa? Reflejo de mujer.
3. ¿Qué será de ti? Este sentimiento de angustia remueve al hablante lírico como en “truenos y relámpagos”, en extrañándote.- Lenguaje vivo, que transcurre raudamente, como una cascada. Con estas características se alcanza el efecto deseado, se admite el temple de ánimo del poeta cuando escribe. La naturaleza no está ajena en la pluma del autor, por el contrario cobra vida como recurso, como entorno mágico, la cordillera en su esplendor, su inmensidad donde todo puede perderse, incluso el amor. Pero sobre todo cordillera amada, que atesora recuerdos, que fue testigo mudo, silencioso, frío que congela el alma, pero que mantiene fresco el recuerdo. Sin duda, nos encontramos frente a un poeta joven de mucho valor, que posee un talento indiscutible y un agrado a toda prueba por aquello que acoge su interioridad, la poesía como vehículo expresivo, de su vivencia, de su sentir, de su quehacer. Vida, arte poética que se entrelazan en la pluma del autor. Espero Mario, que este trabajo pueda ser difundido, conocido por todos. “Lo que no se da o no se expresa tiende a perecer”. Continúa escribiendo, lo haces muy bien. Afectuosamente. ROBERTO BUSTAMANTE Profesor de Lenguaje, Filosofía y Magíster en Educación
4. Cascada Otoñal Cascada otoñal, fragancia emotiva, arrullo y despertar ameno. Hoy puedo alcanzar ases del claro resonando en tus lechos. Cascada otoñal; horizonte emocional hacia mi mesa, me dejo llevar por tus coros castaños más tus cálidas felpas. Esbozan tardes pasionales ¡mis anhelos! ¡mis poemas! ¡Cascada otoñal! ¡arrullante cascada otoñal! tus estelas nutrientes transforman arenas; y me arrimo en tus ajuares, y entra a mi ser tu néctar.
5. Princesa De todas las llamas florecientes en contemplación acústica; tú eres la más bonita; eres tú, suave y tierna como siempre quise, mejillas de esencias amorosas; luna trigueña. Entre rondas de mariposas bajo un arco de azucenas, tú eres la más hermosa e imprescindible, y te llamo princesa del festival de floresta, de mi sitio selecto. ¡Dancemos en el capullo de satisfacción luminosa! ¡princesa, mi princesa!. Eres mi amor soñado, eres mi amor encantado. No te alejes más, no te pierdas en la montaña de nebulosas tormentas; y quédate conmigo, para que sigamos esta danza de miel, para que sigamos unidos. El amanecer ya nos sorprende en un solo aliento, en un mismo sentido; y más te siento y más te beso ¡princesa! ¡mi amada princesa!
6. Palpitar Andino Allá en la cordillera, venido de Sierra Nevada, conocí tu alma ígnea y tu pecho volcánico; espacio de águilas lejanas, quebradas y ríos implacables. Es la historia de sangre abrupta en la niñez de nieve intrépida, y el acerado tren del sustento por el túnel las Raíces el más sudado, el más andino de América. ¡Cordillera, cordillera de roqueríos inmensos rugido de pumas y empinados chivos, esplendor de copihues y araucarias parte de este Chile querido! ¡Cómo lucha su gente y palpitan Captrén y Gualletué, también la Princesa y el Indio; y los cráteres de los volcanes! animado llevo tu paisaje y aquellos andares familiares; cordillera de la mano divina de frescor saludable, vas dichosa y reluciente por mis venas emocionales.
7. Cascada Otoñal Cantares por Chile Olas de Mujer Horizontes Ecos de Ralco Flamear Obrero A Jesucristo
8. Extrañándote ... Aquí tan lejos de tu faz, aquí en tumulto y océano, mi ondulada ternura mi fina muñeca ¡te extraño! y en la soledad de la bruma, me pregunto ¿qué será de ti? ¿qué sombras cruzan tu pecho? ... allí te quise; y ahora más te quiero. Excelsa tu imagen impetuosa, mis manos te acarician, pero son sólo fantasías de flechas sumergidas en tu lecho, entonces, en la tempestad declarada tras los relámpagos, los truenos simulan tan fuerte lo inquieto: ¿qué será de ti? mi amor,¿qué será de ti?
9. Viajeros del Amor Por el sendero primoroso del austro, amándonos libres; lejos de turbios aires plásticos; y cerca del valioso bosque nativo, somos viajeros del amor; damos vueltas y vueltas en el halo enternecedor; y tu mirada y la mía es simple y colosal alegría. Por el sendero primoroso del austro, a la cima del paisaje azulado, corazón a corazón; y desde allí volamos hacia ríos y dóciles pastos de un apasionado verano.
10. Iré Iré con las majestuosas aves de los cielos, recorriendo los mares y huertos queridos; llevando las sustancias cariñosas y el apacible manantial eterno.
11.
12. Apasionadamente el otoño suspira sus primeras fases, apasionadamente va extendiendo su amarilla pasión más allá de aquellos cerros. ¿Dime otoño apasionado, donde viajan hoy, los fuegos de las rocas que nos vieron crecer? ¿Dónde viajan los cantos de nuestro cielo? ... a ella la conocí con tus amarillas notas, a ella la conocí con tus aires, y hoy que tú vuelves apasionado; ella, ella la que tanto quise: ahora no está conmigo. ¡Oh, apasionado otoño! háblame de sus ojos, háblame de sus labios. Tras aquella última vez, que la bese en su leño, irrumpió un ominoso torbellino que nos separó ¡tan lejos! desvaneciendo sueños, desvaneciendo ilusiones... ¡otoño, otoño, otoño...! a ella ya no la veo no logro encontrarla; creo que la he perdido. Notas de Otoño
13. Si pudiese volver a sentirla en mis brazos, si pudiese tan solo mirarla; y decirle el inmenso amor que yo aún siento por ella ¡qué hermoso sería! ¡cuánto daría por volver a tenerla! contemplando sus ojos nítidos de amor; y besarla, besarla... pero el cantar que me rodea es un cantar de ausencia, un cantar de tristeza. ¡Otoño, otoño! grito su nombre en tus amarillas notas, te grito su nombre para que hagas un momento eco de mi herido corazón; y le digo a ella ¡que la amo! ¡que la amo infinitamente!