Tras la revolución industrial y las dos guerras mundiales, surgió la necesidad de crear espacios plurifuncionales para las artes y la cultura que fueran más eficientes en el uso de materiales y mano de obra. Estos nuevos centros culturales aglutinaban actividades artísticas, culturales, sociales y recreativas para crear espacios de uso continuo que explotaran al máximo sus instalaciones. Algunos ejemplos de centros culturales son el Centro cultural de Buenos Aires, el Centro cultural de la costa de Noruega