La Revolución Industrial tuvo dos fases principales definidas por cambios tecnológicos e innovaciones. La primera fase introdujo máquinas de vapor y la mecanización de la producción textil, mientras que la segunda fase vio el desarrollo de la energía eléctrica y la producción en masa. Estos avances tecnológicos transformaron los mercados, el trabajo y la sociedad, llevando a cambios sociales y económicos significativos en Inglaterra y más allá.