2. En un
reino.
...

3. Muy
lejano

4. Vivía un rey poderoso, amado
por sus súbditos y respetado por
los soberanos vecinos.

6. Llegó un día en el que el rey
se sintió enfermo y llamó a
los médicos de la corte para
que pusieran remedio a su
mal.

8. Todos los eminentes doctores se
reunieron en consulta, pero no
sacaron en claro qué dolencia
aquejaba el monarca.

10. Pasaban los días y las semanas
y el rey estaba cada vez más
triste.

11. - Tiene la
enfermedad de
la tristeza.
Concluyeron los
médicos reales.

12. Y empezaron a desempolvar
viejos pergaminos y antiguos
libros del arte de la medicina
para hallar el remedio a la
enfermedad de la tristeza.

14. Las boticas del reino
elaboraron los más
raros brebajes y
pócimas.

16. Todo fue en vano, el rey
estaba cada vez más
apesadumbrado, más
melancólico y su tristeza
llegaba a todos los rincones
del reino.

18. Cierto día se presentó un médico
de larga barba blanca y se
ofreció a visitar al soberano
para buscar remedio a su
terrible mal. El rey y sus
médicos se avinieron a ello.

20. El recién llegado lo
examinó, lo auscultó largo
rato, preguntó por todos los
síntomas y solemnemente
sentenció:

21. Su Majestad sólo sanará si se viste con la
camisa de un hombre feliz.

22. Inmediatamente partieron
veloces los emisarios del rey por
todos los caminos del reino
hasta los rincones más lejanos.

24. Cualquier persona que a primera
vista les parecía feliz, les
desengañaba luego.

25. En esta casa tan bella.
Usted es feliz,
¿verdad ?
No, pues mi
madre está
muy enferma.

26. Co n ta n gr an feu do .
¿U st ed ha en co nt ra do
la fe lic id ad ?
No, este año
he perdido
la cosecha.

27. Hasta que por fin, oyeron
un cantar alegre que
llenaba medio valle.

29. Acudieron enseguida y
hallaron a un hombre que
cantaba a pleno pulmón.
Mientras preparaba una
comida frugal bajo la
sombra de un puente para
resguardarse del sol.

31. ¿Eres completamente
feliz,
buen hombre?
Sí, soy
muy feliz.
Pues danos tu camisa, que su majestad la
necesita.

32. El hombre se puso a reír y
abrió su pobre chaqueta.
Los emisarios del rey
vieron con sorpresa que...
no llevaba camisa.

34. Debemos descubrir dónde
se encuentra realmente
la felicidad.