2. Había una vez una chica llamada Mireia que en sus escasos
diecinueve años, ya empezaba a vivir grandes experiencias que
dejarán huella para el resto de su vida.
Buena vida Mala vida
3. Mireia solía ir a tomar algo al bar con sus amigos
habituales. Un día, apareció un chico nuevo, Miguel,
que era el primo de uno de sus mejores amigos. Pronto
congeniaron y el amor surgió casi sin que se dieran
cuenta, aunque todo creció en un mar de mentiras.
Mireia siempre fingía ser alguien que no era delante de
Miguel. Aún así, el hizo oídos sordos y se enamoro de
ella, de su personaje.
No habían pasado un año de relación, pero ellos se
quisieron casar. Y lo hicieron, se casaron. El primer hijo
no tardó en llegar. Max era lo que más les unía.
La pareja estaba tan ilusionada con Max que quisieron
ir a por el segundo embarazo.
4. Este embarazo le causa más náuseas y
malestares que el anterior. Han tenido
que ir varias veces de urgencias al
hospital por el fuerte dolor de barriga.
Pese a pasarlo mal, Mireia pensaba que
valdría la pena todo el dolor para que al
fin tuvieran a Sofía.
MUERTE ABORTO
5. Los meses pasan y Mireia no mejora.
El médico les avisa que el parto será
difícil, que tanto la vida de la pequeña
como la de la madre están en peligro.
Su marido le plantea el aborto, pero
Mireia decide arriesgarse después de
llevar a la pequeña más de ocho meses
en su barriga. Pero el parte se complica
demasiado, la madre pierde demasiada
sangre. De repente le llega la noticia a
su marido “Todo el equipo de médicos
lamentamos su perdida”.
6. El médico les avisó de que todo se podía
complicar, que la niña que esperaban no
llegaría sana, tendría algún trastorno mental
y que si salía viva ya sería mucho. Les
recomendó que meditaran sobre qué querían
hacer.
Estaba claro que Mireia no quería sufrir más.
Su marido le insinuó que la mejor opción era
no poner en peligro su vida, que ya tendrían
otra oportunidad. Así que tomaron la decisión
de abortar.
7. Mireia en el instituto conoció a Laura, una joven que
siempre tuvo problemas, tanto en casa como
académicamente, además tenía unas malas amistades.
Así que nuestra protagonista, la intentó ayudar con los
estudios dado que a ella le iban realmente bien.
Al principio todo marchaba perfectamente. Incluso Laura
mejoró con las notas. Mireia, en cambio, des de que se
juntó con Laura sus notas caían en picado, pero no le
importaba, lo que más le gustaba era pasar tiempo con su
nueva amiga i los amigos de esta, un tipo de gente nociva.
Por las tardes se juntaban en una plaza y fumaban
porros. Al principio, ella no consumía nada. Pero al cabo de
los meses la marihuana era su vicio más leve.
Mireia se había convertido en una drogadicta
8. Mireia empezó a suspender en el instituto, de hecho la
amenazaron con una posible repetición si no remontaba
en algunas asignaturas. A ella le daba igual, pero se
agobiaba porque tanto los profesores como sus padres
insistían en que la veían extraña. Incluso su amiga
Laura creía que estaba fuera de sí. Nunca nadie había
visto a Mireia de esta forma.
Las drogas la estaban separando de sus amigos y de su
familia. Se sentía incomprendida.
Finalmente su familia la quiso ayudar con especialistas,
aunque ella nunca cedía.
9. Mireia no soportaba tanto dolor.
Vagueaba por las calles de Barcelona, ni
siquiera quería continuar estudiando.
Para ella ya nada tenía sentido.
Una madrugada, mientras intentaba
conciliar el sueño, pensó que lo más
sensato era abandonar este mundo. No
era para ella. Así que subió a la azotea del
edificio donde ella vivía y se lanzó al
vacío.
10. Finalmente, sus padres resignados a esperar a que su hija
encontrara la salida de aquel cruel mundo sola, la internaron en
la Clínica Puerta de hierro, en Madrid. Allí tenían una de las
mejores unidades de psiquiatría de España.
Pasó 1 año. Y durante su larga estada conoció a Roberto, un joven que
también estaba ingresado. Él había padecido anorexia. Se
convirtieron en el mejor apoyo, uno para el otro. Tanto que
finalmente empezaron una relación.
Al poco tiempo a Mireia le dieron el alta, y debía volver a Barcelona con
su familia, pero le prometió a Roberto que le iría a buscar cuando
ya estuviera bien. Y así fue.
Al cabo de un tiempo él ya estaba viviendo en Barcelona, junto a
Mireia y su familia política.
11. No habían pasado un año de relación, pero ellos se
quisieron casar. Y lo hicieron, se casaron. El primer hijo
no tardó en llegar. Max era lo que más les unía.
La pareja estaba tan ilusionada con Max que quisieron
ir a por el segundo embarazo.