Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #4.pptx
?Realmente amas a Dios?
1. ¿Realmente amas a Dios como él lo pide?
La pregunta surge como un cuestionamiento que nos lleve a la reflexión para tomar
conciencia si realmente amamos a nuestro Creador como él lo pide. Y basta evaluar todos
los aspectos de nuestra vida, si mantenemos integro en nuestro amor, o el mismo amor que
decimos se limita solo a unas esferas de nuestras vidas y en otras no. Por ejemplo, si
tuviéramos que renunciar a algo por el amor a Dios, ¿lo haríamos?, por ejemplo a nuestro
hijos, a esposa o esposo, a nuestro trabajo, a nuestro estatus o a la cultura en la cual nos
desenvolvemos. Es un espacio para reflexionar y mejorar.
Cuando pienso en que es amar a Dios, indudablemente el arquetipo perfecto de este amor lo
constituye Jesús, es un amor puro, integro, un amor que lleva a la obediencia total, un amor
que lleva a la entrega. También tenemos ejemplos de amor como el de Daniel y sus tres
amigos quienes siendo muy jóvenes, quizás entre los 13 y 16 años fueron llevados cautivos
a Babilonia y allí, como tenían el amor de Dios en su corazón prefirieron no comer lo
sacrificado a los dioses Caldeos, en el caso de Daniel; o ser llevados al horno de fuego
ardiente por no inclinarse ante una imagen de un ser humano que osaba con ser dios. Todos
estos muchachos prefirieron al DIOS vivo de Israel que a los dioses paganos de la cultura
donde fueron llevados.
Otro gran ejemplo de amor por Dios lo representa David, donde es reconocido como
aquella persona que tenía el corazón conforme al corazón de JEHOVA. Fueron pruebas
duras y posiciones que demostraron el gran amor que David sentía por DIOS.
Para entrar a conocer si realmente amamos a Dios como él lo pide, basta con leer y
reflexionar el Deuteronomio 6.4-9, donde se dice: 4
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios,
Jehová uno es. 5
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con
todas tus fuerzas. 6
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7
y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes. 8
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como
frontales entre tus ojos; 9
y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Y para
analizarlo lo descompondremos en cuatro partes:
1. Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Para contextualizar este versículo Bíblico
tenemos que ponernos en el momento en que se encontraba Israel para ese tiempo,
liderados por Moisés, estaban a punto de cruzar el Jordán y conquistar a los hititas,
los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.
Cada una de estas tribus tenía sus propios dioses, es decir no tenía uno solo si no
varios dioses, practicaban en politeísmo. Esto es muy importante para entender que
el texto “Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” significa que Dios quería que los
Israelitas tuvieran claro que el Dios de Israel era el único Dios verdadero, que
tuvieran cuidado con la fornicación espiritual. Y el mismo Deuteronomio lo
específica, en los versículos 13 al 15 del capítulo 6 encontramos lo siguiente: 13
A
2. Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás. 14
No
andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros
contornos; 15
porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que
no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.
Cada uno de nosotros esta propenso a entrar el culturas o permanecer el culturas
donde se adoran dioses, dioses que se camuflan con fiestas culturales, con
celebraciones, etc y debemos estar atento para no ofender al Creador. Y la pregunta
es ¿si hemos practicado rituales paganos, hemos cedido a la magia de las
celebraciones? Que DIOS por medio de su Santo Espíritu nos de el discernimiento
para hacer lo que le agrada.
2. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas. Cuando me preparaba para escribir esta predica, le preguntaba a Dios,
¿SEÑOR, que significa amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas
mis fuerzas? Y buscaba la respuesta que dio Jesús cuando le preguntaron los
fariseos sobre cuál era el mandamiento más grande, la respuesta esta en Mateo
22.34, en Marcos 12.29-30 y en todas, Jesús ratifica que el mandamiento más
importante es el mismo que encontramos el Deuteronomio 6. Incluso en Mateo
vemos como se añade aparte de corazón, alma y fuerza, el término con toda tu
mente. También en Lucas 10-25-29, cuando le preguntan a Jesús que había que
hacer para heredar la vida eterna y Jesús ratifica Deuteronomio 6.4-9, es decir, este
mandamiento lo debemos tener presente y cumplir como nacidos de nuevos. Para
entender estos conceptos (corazón, alma y fuerzas) podríamos realizar un estudio de
las palabras, pero esta no es la intención de esta predica, podemos caer en
especulaciones y perder el enfoque del mensaje, incluso muchos predicadores
definen tales palabras y todavía presenta incomprensión de la misma porque tienden
a confundirse los significados.
Pero tratando que encontrar respuestas, recordaba que JEHOVA en 1 de Reyes
11.38 asegura que David guardó los mandamientos: 38
Y si prestares oído a todas
las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto delante
de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi
siervo, yo estaré contigo y te edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te
entregaré a Israel., Es decir, David es un modelo que tenemos que revisar e imitar,
pero cuando revisamos miramos que David fue un hombre que tuvo tres
reconocidos pecados( mató a Urías, realizó un censo y fue lapso con sus hijos), sin
embargo resalta de este gran rey que siempre prefirió a Dios y que tuvo gran respeto
por las cosas de Dios, mató a Goliat por amor a Dios, compro la era de Arauna por
amor a Jehová; pese a que se le ofrecieron regalada, pero el dijo no le daré nada a
Jehová que no me cueste; danzó sin importar que ridículo se podría ver a los ojos de
otras personas. David tiene algo que no tuvo Saúl y que mucho menos tuvo
Salomón, pese a ser reconocido como el hombre más sabio. Entonces amar a Dios
3. con todo el corazón, alma y fuerzas significa integridad como personas, fácilmente
podemos demostrar amor en una esfera, pero en otra no y cuando esto pasa no es
amor de verdad, puede ser emociones, racionalidad o simple acciones, pero el amor
a Dios debe ser integro.
3. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7
y las repetirás a
tus hijos. Como padres, tenemos la responsabilidad de informarle a nuestros hijos y
transmitir de generación en generación lo bueno que Dios ha sido con nosotros,
dicho legado lo transmitió y dejó como consigna David a Salomón cuando lo
sucedió en el reino, en 1 de Reyes 2. 3
Guarda los preceptos de Jehová tu Dios,
andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos
y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que
prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas. El mensaje de
Dios se transmitió entre los Israelitas, lo que se conoce como la tradición oral,
nosotros contamos con la Biblia escrita, pero debemos recordarle a nuestros hijos
que es Dios quien nos ha prosperado, que es Dios quien nos a protegido y que sean
nuestros hijos también los que le trasmitan a sus hijos dicho mensaje. ¿Estas
transmitiéndole a tus hijos todo lo bueno que Dios ha sido contigo?
4. y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte,
y cuando te levantes. 8
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como
frontales entre tus ojos; 9
y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus
puertas. El mandamiento más importante, el de amar a Dios, que es nuestro Dios,
que ha sido bueno debe ser recordado todos los días, debemos meditarlo en todo
instante, pero debemos ser recordadores y oidores, no quedar en recordar o realizar
acciones por simple ritual, debemos ser íntegros, una antítesis de la ritualidad lo
constituyen los Fariseos, quienes recordaban los mandamientos y los tenían como
insignia en sus cuerpos, pero no daban testimonio interno de los mandamientos, del
amor a Dios y el amor al prójimo. En Ezequiel 33.30-32 se nos señala de la falta de
integridad del pueblo de Israel, escuchan la palabra, pero no las ponen en práctica.
Amar a Dios debe ser de manera íntegra, en pensamientos, en acciones, es
emociones, con todo nuestro ser. Recuerda que Dios reclama cuando creemos
amarlo de forma superficial.
CRISTO te ama