Después de la denominada masacre del Día de las Madres, y que provocara la suspensión del Diálogo Nacional, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), que han participado como mediadores y testigo, solicitaron al presidente Ortega una audiencia con el fin de tratar los temas de justicia y democracia “de los que depende la paz”, y así discernir si conviene continuar con dicho diálogo.