La víspera de nacer, un bebé le preguntó a Dios sobre su llegada al mundo y qué haría allí. Dios le aseguró que le enviaría un ángel que estaría a su lado, le enseñaría el lenguaje, y le protegería del mal. El ángel le diría todo lo que necesitara saber, incluyendo si estaba en el hogar correcto. Aunque el nombre del ángel no era importante, el bebé lo llamaría "Mamá".