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Foro
Internacional
 de Partidos Políticos
 Latinoamericanos
  Progresistas
                 MEMORIA




            Ministerio
            de Coordinación de la Política
            y Gobiernos Autónomos
            Descentralizados
Foro
Internacional
 de Partidos Políticos
 Latinoamericanos
  Progresistas
              MEMORIA
Doris Soliz Carrión
Ministra de Coordinación de la Política y
Gobiernos Autónomos Descentralizados

Alexis Rivas
Secretario Técnico

Mónica Mancero Acosta
Directora del Programa de Estudios y
Pensamiento Político
                                            Producción
                                            Ministerio de Coordinación de la Política y
Equipo Investigador                         Gobiernos Autónomos Descentralizados
Martha Arízaga
Jason Byron                                 Diseño:
Claudia Cañizares                           Lorena Serrano Islas
Cecilia Manzo
                                            Impresión:
Andrés Ortiz                                Gráfikos
Shura Rosero
Lorena Paredes                              Quito, Diciembre 2010
Contenido



Presentación                                                                                  9

Introducción                                                                                 13

PRIMERA PARTE
  Discursos Inaugurales                                                                      21
   Presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado                             23
   Vice–presidente de la República del Ecuador, Lenin Moreno                                 31
   Ministra de la Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados,
   Doris Soliz                                                                               35
   Líder de la izquierda alemana y miembro fundador del partido Die Linke, Oskar
   Lafontaine                                                                                39

SEGUNDA PARTE
  Partidos Políticos, Hegemonía y Poder                                                      43
   Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) – Venezuela, Francisco Rivero                47
   Polo Democrático Alternativo (PDA) – Colombia, Clara López Obregón                        57
   Alianza País (AP) – Ecuador, Ricardo Patiño                                               71

TERCERA PARTE
  Estructura, Democracia Interna y Modos de Organización de los Partidos
  Políticos                                                                                  79
   Partido del Movimiento al Socialismo (PMAS) – PARAGUAY, Jorge Cabral                      83
   Movimiento al Socialismo (MAS) – Bolivia, Sergio Loayza                                   92
   Alianza País (AP) – Ecuador, Orlando Pérez                                                96

CUARTA PARTE
  Partidos Políticos en Gobiernos Progresistas, Liderazgos, Oposición y
  Democracia                                                                                103
   Partido de los Trabajadores (PT) – Brasil, Valter Pomar                                  107
   Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) – El Salvador, Leonel Búcaro        115
   Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) – Nicaragua, Carlos Fonseca Terán        122
   Alianza País (AP) – Ecuador, César Rodríguez                                             133

QUINTA PARTE
 Partidos Políticos e Integración                                                           143
   Partido Comunista de Cuba(PCC) – Cuba, Rafael Hidalgo                                    165
   Encuentro por la democracia y la equidad (EDE) – Argentina, Hugo Varsky                  161
   Alianza País (AP) – Ecuador, María Fernanda Espinoza                                     171

SEXTA PARTE
  Ponencia de Cierre                                                                        173
   Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, René Ramírez                          175

Manifiesto de Quito en el Foro Internacional de Partidos Políticos                          189

Conclusiones                                                                                195
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                                       PRESENTACIÓN

Para el Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados
(MCP–GAD) es de importancia estratégica la generación de debates rigurosos alrededor de los
nuevos retos que encaran los movimientos y partidos políticos de América Latina, en el escena-
rio de las emergentes transformaciones políticas y sociales. En este contexto fue organizado el
Foro Internacional de Partidos Políticos de América Latina. Con este libro pretendemos difundir
los resultados de dicho evento, que recogió las experiencias partidistas en la región y nos ofreció
vías diversas para lograr el fortalecimiento de la nueva democracia en nuestros países.

Nuestro compromiso es crear un ideario común de justicia social, equidad y desarrollo sostenible,
que nos permita superar los históricos problemas de inequidad y exclusión en nuestra región. Los
movimientos y partidos políticos son una forma democrática y necesaria para la articulación de
demandas desde diferentes sectores de la sociedad, sobre todo desde aquellos grupos excluidos,
que no cuentan con otras formas de expresión. El Programa de Estudios y Pensamiento Político
del Ministerio Coordinador de la Política propició este espacio de reflexión, en relación con las
formas organizativas, el funcionamiento y la democracia interna de los partidos políticos, temas
cuyas exposiciones han sido sistematizadas en este volumen.

El diseño del evento y la invitación a los líderes y/o representantes de partidos políticos de la
región fue amplio y plural, bajo el criterio de que fueran movimientos progresistas, que impulsan
transformaciones sociales. Consideramos importante incluir, al menos, una experiencia partidis-
ta por país.

El presente texto de Memorias del Foro Internacional de Partidos Políticos recoge las exposi-
ciones de políticos, militantes e intelectuales que han liderado importantes procesos de cambio
en América Latina. El debate se desarrolló en Quito, los días 11 y 12 de noviembre del 2010,
con la participación de representantes del Polo Democrático Alternativo (PDA), de Colombia;
del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV); del Movimiento al Socialismo de Bolivia
(MAS); del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT); del Frente Farabundo Martí de Liberación
Nacional (FMLN), de El Salvador; del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de Ni-
caragua; del Partido del Movimiento al Socialismo, de Paraguay (PMAS); del Partido Comunista

                                                                                                               9
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     de Cuba (PCC); del Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE), de Argentina; y del Partido
     Die Linke, de Alemania.

     Asimismo, el auditorio estuvo compuesto por líderes sociales, asambleístas, por partidos políticos
     y movimientos del país, autoridades locales y funcionarios públicos y miembros de la academia,
     acogidos en las instalaciones de CIESPAL.

     Las experiencias presentadas en el Foro fueron articuladas alrededor de cuatro temas eje, que
     abordan los problemas, pero también las potencialidades que debemos encarar en este siglo.
     Esos ejes son: Partidos políticos, hegemonía y poder; Estructura, democracia interna y modos
     de organización de los partidos políticos; Partidos políticos en gobiernos progresistas; Lideraz-
     gos, oposición y democracia; y Partidos políticos e integración. Hemos incorporado también en
     esta publicación los discursos de los principales líderes políticos del proceso de la Revolución
     Ciudadana del Ecuador en el acto de apertura del evento: el Presidente Rafael Correa, líder
     indiscutible de este proceso; el compañero Lenin Moreno, vicepresidente, y la Ministra Coordi-
     nadora de la Política, Doris Soliz.

     Este texto busca convertirse en un documento que nos proporcione las luces necesarias para
     fortalecer el debate político de nuestras sociedades. Consideramos que las experiencias de cada
     uno de los países latinoamericanos, que han vivido historias irrepetibles en el fortalecimiento y
     consolidación de la democracia, nos proporcionan aprendizajes a partir de las matrices de do-
     minación y exclusión que compartimos y de los sueños libertarios y justos de nuestros pueblos,
     que enarbolamos. El sentido final de estas reflexiones será el de refundar la soberanía popular,
     que conducirá al Buen Vivir de todos y todas.

     Expresamos nuestro reconocimiento a todas/os los que de una u otra manera contribuyeron a
     la exitosa realización de este Foro y aspiramos a una lectura provechosa de estas memorias.



                                           Doris Soliz Carrión
                               MINISTRA DE COORDINACIÓN DE LA POLÍTICA Y
                               GOBIERNOS AUTÓNOMOS DESCENTRALIZADOS




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Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados




                                       INTRODUCCIÓN

Durante el siglo XX se atribuyó a la democracia un espacio medular dentro del campo político;
fue un tiempo de aguda disputa en torno a diversas visiones respecto de ella. Dos puntos de la
polémica se volvieron centrales: el uno se refería a lo que debería ser una democracia deseable;
y, el otro exploraba sus condiciones estructurales. En la primera mitad del siglo, lo deseable se
tradujo en una concepción de la democracia exclusivamente como forma de gobierno. Al final de
las dos guerras mundiales, se convergió en la idea de que la práctica democrática estaba emi-
nentemente ceñida a un procedimiento electoral que configuraba gobiernos. Esta noción, que se
implantó como paradigma político, restringió las vías de participación y soberanía.

El debate relativo a las condiciones –o impedimentos– estructurales de la democracia, cuyos
principales teóricos apuntan a Moore (1966) y Przeworski (1985), estaba orientado a medir su
densidad o calidad en los países. Esto significaba que la propensión a instaurar y profundizar
la democracia al interior de los mismos era cuantificada de acuerdo a una tipología configurada
según parámetros estructurales. Este enfoque, por lo tanto, determinaba cuán preparados se
encontraban los países para la democracia. La implicación inmediata, durante la mitad del siglo
XX, fue atribuir la baja calidad democrática en los países “tercermundistas” a un conjunto de
características estructurales que la propiciaban.

Otras controversias vinculadas a este punto también se desarrollaron en torno a la compatibili-
dad o no de la democracia con el capitalismo y a los valores redistributivos intrínsecos que se le
otorgaban. Los marxistas ortodoxos consideraron que, al interior de las sociedades capitalistas,
se generaba per se una imposibilidad para democratizar la producción material. Fue de esta
manera como surgieron perspectivas alternativas a la democracia de orientación liberal. La que
tuvo mayor impacto fue la democracia participativa, que consagra el derecho de las ciudadanas
y ciudadanos a participar en los asuntos de interés público, así como en el control popular de las
instituciones del Estado, la sociedad y sus representantes. Hacia los años setenta, la democracia
vinculada al modelo liberal seguía siendo la más influyente y la que más se expandía por el mun-
do. Se propagó hacia el sur de Europa, avanzó a América Latina y a Europa del Este (O´Donnell
y Schmitter, et al. 1986).

                                                                                                               13
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     Con el tiempo surgieron nuevos problemas relacionados con la forma, la construcción y la va-
     riación de la democracia. Se impuso la concepción elitista propuesta por Schumpeter –basada
     en la apatía política de los ciudadanos durante las dos guerras mundiales– y se convirtió en la
     concepción hegemónica de la democracia (De Sousa Santos, 2004). Boaventura de Sousa San-
     tos señala como elementos relevantes de este lineamiento democrático la elección de líderes,
     quienes estarían en capacidad para tomar decisiones; a la configuración de diseños electorales,
     al tratamiento del pluralismo como forma de incorporación partidaria y de disputa entre las élites;
     y a una respuesta minimalista al problema planteado por la participación (2004: 37). Esta solu-
     ción elitista, que reitera los mecanismos de representación, descartó la posibilidad de combinarla
     o complementarla con dispositivos sociales de participación.

     En algunos países de América Latina1 la democracia liberal representativa, antes de llegar si-
     quiera a consolidarse, empezó a mostrar sus falencias. La crisis de representación política em-
     pezó a vislumbrarse fenomenológicamente a finales de los setenta, y con mayor énfasis, en los
     ochenta y los noventa. El rechazo a los mecanismos vigentes de la representación democrática
     se hizo visible a través de la “patología de la participación”, con el aumento en gran escala
     del abstencionismo (De Sousa Santos, 2004: 38). Los ciudadanos consideraban que cada vez
     estaban menos representados por aquellos que eligieron. Se perdió la creencia de que los re-
     presentantes actuaban, efectivamente, en su nombre, de conformidad con sus preferencias o en
     nombre del bien común, promoviendo beneficios públicos que considerasen las necesidades y
     preferencias de la ciudadanía en su conjunto, o que implementasen políticas públicas identifica-
     das con el bienestar general de la comunidad.

     Los gobiernos fueron incapaces de enfrentar las resistencias de los diversos grupos de po-
     der llevados por sus intereses corporativos; tampoco pudieron poner freno a las prácticas
     clientelares y particularistas que se habían arraigado en las relaciones entre el Estado y la
     sociedad. Peor aún, no tuvieron ningún tipo de destreza para responder a las crisis econó-
     micas y financieras como la que estalló a partir de 1982, como resultado de la deuda externa
     latinoamericana.

     Fue así como América Latina se postró durante una década, para sucumbir luego con la aplica-
     ción de las políticas estabilizadoras y de ajuste estructural que llegaron a imponerse, según el
     Consenso de Washington, para combatir la crisis de los ochenta. Su implantación se realizó en
     forma descontextualizada y pobremente ajustada a las realidades de estos países; fue una grave
     limitante para el efectivo cumplimiento de los compromisos de los regímenes democráticos. La
     apelación a la construcción de Estados mínimos, dejando atrás sus antiguas políticas protecto-
     ras, propició que los sacrificios procedentes de las reformas recayeran sobre vastos sectores
     vulnerables de la población y produjeron secuelas que agravaron su situación, al generar diver-
     sos grados de pobreza, inequidad y polarización social.


     1 Con especial énfasis los que integran la Región Andina.



14
Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados


Las desigualdades sociales cada vez fueron más irreductibles; no dejaron y aún no han dejado
de ser una rémora social. La posibilidad de alcanzar una mejor distribución de la riqueza estu-
vo también lejos de ser desbloqueada, al igual que la probabilidad de que las reivindicaciones
sociales fueran tomadas en cuenta por los representantes de la población. De esa manera se
instauraron en la gramática social el desencanto, la frustración y el escepticismo hacia el sistema
político tradicional; la intolerancia hacia las políticas económicas; la pérdida de legitimidad y de
credibilidad en las instituciones y los actores políticos, especialmente del sistema partidario. La
condensación de esta deslegitimación, agudizó la crisis de representación y de gobierno.

Bajo estas circunstancias, hemos revelado nuestros anhelos relativos a la configuración de nue-
vos paradigmas socio–políticos capaces de renovar nuestros Estados y nuestras sociedades,
haciéndolas más justas para el mayor porcentaje de nuestras poblaciones. Diversos actores
sociales han pugnado por sostener una relación directa con el Estado, por “democratizar la
democracia”, promoviendo una democracia más profunda y radical a través de procesos parti-
cipativos; poniendo énfasis en la justicia social, la equidad, la inclusión política y la rendición de
cuentas. Esta propuesta democrática–antiliberal, que hemos impulsado, busca transformar los
excluyentes modelos de Estado, ampliando los canales de la representación política.

La propensión a buscar formas ampliadas de democracia, que acogiesen las diferencias, que
reconociesen la pluralidad humana y diesen prioridad a la creación de una nueva construcción
social y cultural y que, además, se articulasen a una nueva institucionalidad, nos impulsó a
buscar concepciones alternativas, contra–hegemónicas. Hemos examinado tradiciones partici-
pativas que fueron dejadas de lado; las hemos recuperado y potenciado, pero también redefinido
bajo el ideal del “derecho a tener derechos”.

En la actualidad, nuestros partidos y movimientos políticos latinoamericanos de tendencia pro-
gresista, tras largos años de democracia trunca, se han posicionado dentro de esta renovada
visión democrática que busca refundar la plena soberanía popular de toma de decisiones. Es
una apuesta incluyente, que promueve un contexto social de bien público, basada en los mutuos
reconocimientos que conducen a lo que el proyecto de la Revolución Ciudadana ha definido
como el «Buen Vivir» de todas y todos. Postula, además, un principio de deliberación amplio,
que coloca en el interior del debate democrático la temática social y, a la vez, participativa. Este
re–significado ideal democrático incorpora un proyecto de inclusión social y de innovación cultu-
ral, que intenta institucionalizar una nueva soberanía democrática.

La concepción degradada y deslegitimada que dejó la práctica de los partidos políticos tradi-
cionales en los imaginarios nacionales, nos abrió las oportunidades para que ingresáramos en
la escena política, buscando alejarnos de todo aquello que pudiera vincularnos con las viejas
élites y sus prácticas. Hemos plasmado proyectos transformadores al interior de nuestros par-
tidos y movimientos ciudadanos. La construcción de nuestras doctrinas ha estado alentada por
nociones participativas, inclusivas y principios de solidaridad social; se han construido acogien-
do, integrando, representando y haciendo partícipes a una multiplicidad de ciudadanos en la

                                                                                                                15
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     transformación política, social, económica y cultural de nuestras naciones. Se trata de partidos
     y movimientos empeñados en deslindarse de los lineamientos tradicionales, en donde partidos
     políticos y corporaciones económicas privadas se desempeñaban como únicos agentes que
     desde la sociedad formulaban y gestionaban las decisiones públicas.

     Nuestros actuales proyectos socialistas se inclinan por la regulación de los monopolios de poder,
     para democratizar nuestras sociedades, para recuperar la noción primigenia de lo público, lo
     que supone abrir las posibilidades para que los ciudadanos puedan participar en la formación
     de la opinión y la voluntad política, siempre bajo principios de igualdad, pluralismo político y
     deliberación, en donde converge y se armoniza la libertad con la igualdad y la diversidad con la
     inclusión. La potencialidad de la participación ciudadana se sustenta, entonces, en la promoción
     de la igualdad, mitigando los efectos de las divergencias tanto sociales como económicas sobre
     la participación política, así como creando un campo de respeto hacia la diversidad, cuyo eje
     central es la deliberación.

     Las dimensiones democráticas que se han propuesto potenciar nuestras organizaciones polí-
     ticas apuntan a la invocación del ciudadano como locus de la deliberación autónoma y de su
     capacidad para involucrarse y agenciar con juicio los asuntos públicos. Este impulso demo-
     crático no presupone el debilitamiento de las instituciones representativas, sino que implica su
     reforzamiento, puesto que contribuye a corregir las asimetrías de la representación política de
     los ciudadanos en las instancias públicas. En otras palabras, significa desplegar una instituciona-
     lidad de representación que pluraliza el sistema político bajo pautas ético–políticas, que implican
     tratar al prójimo como libre e igual.

     La posibilidad de democratizar la esfera política depende de la capacidad de auto–represen-
     tación social para la satisfacción de necesidades colectivas. Nuestros proyectos socialistas
     presentes en el Foro de Partidos Políticos, cuyo compromiso está ligado con el fortalecimiento
     de la democracia, han apelado a la constitución y a la promoción de un tejido social para que
     se involucre y asuma los temas que conciernen a la recuperación de la soberanía de nuestros
     pueblos, sobre basamentos de prácticas sociales de solidaridad y justicia. Con el fin de institu-
     cionalizar la participación política, nos hemos insertado en un proceso que promueve el cultivo
     de las relaciones horizontales de reciprocidad, fortalece el poder democrático de la organiza-
     ción colectiva, estimula la capacidad de movilización de las personas, comunidades, pueblos
     y nacionalidades por construir un mundo más justo, igualitario y sostenible. En definitiva, lo
     que nuestros proyectos han pretendido, pretenden y continuarán pretendiendo, mediante el
     impulso de nuestros procesos políticos, ha sido, es y será articular programas nacionales de
     cambio profundo, que lleven a cada uno de las y los ciudadanos a la consecución del buen
     vivir o sumak kawsay.

     Para plasmar en la realidad estas aspiraciones, que incentivan la vigencia del socialismo
     como proyecto político, la Revolución Ciudadana en Ecuador, ha marcado siete ejes revo-
     lucionarios de acción, cuyo centro primordial es el ser humano. El primer eje revolucionario

16
Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados


es el político, el mismo que procura reconstruir y desarrollar un Estado democrático, plu-
rinacional e intercultural, a más de recuperar el carácter público mediante la desprivatiza-
ción del Estado.

El segundo eje trata de una revolución del sistema de justicia, basado en la reforma institucional
íntegra del campo judicial. Lo que se pretende es la despartidización y desmercantilización de la
Función Judicial y capacitar a las juezas y jueces para lograr una adecuada profesionalización
de la justicia.

La revolución económica, productiva y laboral es el tercer eje; consiste en fomentar un desarrollo
económico sustentado en las fuerzas productivas nacionales, para insertarse en forma estraté-
gica dentro del mercado mundial, manteniendo relaciones de mutuo respeto y cooperación. Lo
que se procura es fortalecer las potencialidades y capacidades de los hombres y las mujeres
trabajadores, para alcanzar una verdadera transformación social y económica.

La cuarta revolución es la ecológica. Está encaminada a efectuar un desplazamiento desde las
economías dependientes hacia las economías sustentables. La nueva Constitución aprobada
en Montecristi en 2008, al otorgar derechos a la naturaleza, sentó las bases de la revolución
socio–ecológica.

Como quinta revolución se encuentra la relacionada con la inclusión social, la igualdad y la socie-
dad de derechos, que apunta a configurar un Estado democrático, constitucional, plurinacional
e intercultural, como garante de derechos. Su enfoque es re–equilibrar las relaciones sociales a
favor de la justicia y la igualdad, reconociendo la diversidad; e igualmente, estableciendo políti-
cas públicas sociales universales, que permitan el pleno ejercicio de los derechos.

La sexta revolución se orienta a mejorar las relaciones internacionales, la integración y la so-
beranía. Persigue el fortalecimiento del multilateralismo y de los espacios latinoamericanos de
integración, encaminados a la construcción de una comunidad internacional sustentada en la
convivencia equitativa y pacífica.

Finalmente, se encuentra la revolución ética y el combate a la corrupción, cuyo fundamento es
fortalecer los mecanismos de control, la rendición de cuentas y la transparencia. En definitiva, lo
que el Socialismo del Buen Vivir busca, a través de la consecución de los ejes revolucionarios, es
dotar al país de estabilidad y legitimidad política para propiciar un desarrollo humano adecuado,
que dé paso a una transición hacia una modernidad alternativa, entendida de acuerdo a nuestros
propios términos.

Se trata de una modernidad con muchos rostros, que refleja la riqueza y pluralidad latinoameri-
cana pero, además, sus plataformas de lucha para la consecución de una democracia profunda,
humana y soberana. Entre esos rostros podemos nombrar a los gremios e indígenas de Bolivia,
los que vienen de experiencias sindicales y reivindicaciones por la tierra de Brasil, los frentes

                                                                                                               17
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     amplios de izquierda de Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile, con una enorme experiencia
     organizativa popular y socialista; los partidos que vienen de la lucha armada y que ahora se
     encuentran en el poder, como el Frente Sandinista y el Frente Farabundo Martí; aquellos que
     nacen del desgaste y deslegitimación de los actores políticos tradicionales y la necesidad de un
     cambio revolucionario, como Venezuela y Ecuador, configurados por fuerzas heterogéneas que
     aglutinan a diversos sectores de la sociedad. Por último, aquellos partidos que están en esce-
     narios adversos como el Polo Democrático de Colombia, con una alta presencia de sectores de
     movimientos sociales y políticos.

     Todos estos grupos han surgido para gestar transformaciones, para impulsar un cambio de pa-
     radigma democrático con distinto enfoque epistémico, que configure un nuevo sujeto político
     inserto en relaciones más horizontales. Esto implica el entendimiento de una ciudadanía que
     traza su propio sentido de democracia, una democracia más justa, equitativa, incluyente y, sobre
     todo, participativa. Frente a un sistema político alejado de los ciudadanos, desvinculado de sus
     demandas y expectativas, creemos en la necesidad de construir movimientos, partidos, e inclusi-
     ve Estados, centrados en la participación y el diálogo. De este modo se busca generar procesos
     de politización más amplios para la construcción de una democracia real y crítica, tanto al interior
     como al exterior de los partidos y los movimientos.

     Más allá de definir a una organización como movimiento, o como partido político, y demarcar las
     características inherentes a cada una de ellos, lo que verdaderamente trasciende es el enfoque
     social que orienta a nuestras nuevas fuerzas socio–políticas. Reconocer la exclusión e injusticia
     como problema histórico es un elemento que concierne a nuestros países del Sur; de ahí que
     el objetivo común debe ser el establecer o restablecer la condición de ciudadanía de los pobla-
     dores. El cambio fundamental de nuestras revividas democracias se ubica en los encuentros e
     intercambios que se establecen y se concretan entre el sistema político y los ciudadanos orga-
     nizados y sus comunidades con aquellos ciudadanos con capacidades para tomar decisiones y
     asumir las responsabilidades que requiere la solución de sus graves problemas.

     Sobre los hombros de nuestros partidos y movimientos políticos latinoamericanos recae la con-
     tradicción intrínseca, relativa a la profunda desigualdad de las sociedades complejas contem-
     poráneas; el verdadero reto es encontrar una solución. Isunza Vera y Olvera señalan que el
     principio de distribución debe ser un proyecto con argumentos democráticos, basado en la idea
     de “iguales derechos” (2006: 267–268), donde el derecho al voto y a elegir representantes es
     un poder menor, que debe complementarse con un poder mayor como es la reinvención de la
     emancipación social. Emancipación que se concreta con la creación de espacios plurales de
     discusión, deliberación pública, cogestión y construcción de una voluntad común, desde la idea
     de una “necesaria igualdad compleja”.

     Crear espacios democráticos de intercambio y vínculo es repensar lo político, pero además, es
     recrear formas alternativas para gestionar la política. Es precisamente con este propósito que se
     ha impulsado un proceso de diálogo y cuestionamiento respecto del papel que deben desempe-

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ñar nuestros partidos y/o movimientos con visión socialista. Y es por este motivo que se concibió
el Foro de Partidos Políticos. Un Foro abierto para compartir innovadoras propuestas políticas,
encaminadas a superar las condiciones de exclusión, a crear una red permanente en América
Latina para fortalecer y defender la democracia. Pero sobre todo, y finalmente, un Foro que
aborde cómo esbozar un mundo justo y equitativo, donde se evoque la dignidad y la soberanía
de nuestros pueblos latinoamericanos.



                            Programa de Estudios y Pensamiento Político




Bibliografía

De Sousa Santos, Boaventura. 2002. Democratizar la democracia. Los caminos de la democracia participativa. Méxi-
co: Fondo de Cultura Económica

Isunza Vera, Ernesto y Alberto J. Olvera. 2006. Democratización, rendición de cuentas y Sociedad Civil: participación
ciudadana y control social. México: Universidad Veracruzana, CIESAS, Miguel Ángel Porrúa.

Moore, B. 1966. Social origins of Dictatorship and Democracy; Lord and Peasant in the Making of the Modern World.
Boston: Beacon Press.

O’Donnell y Schmitter, et al. 1986. Transitions from Authoritarian Rule: Prospects for Democracy. Baltimore: Johns
Hopkins University Press.

Przeworski, A. 1985. Capitalism and Social Democracy. New York: Cambridge University Press.



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PRIMERA PARTE




Discursos Inaugurales
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1. Presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado

Queridas amigas y amigos, compañeros de Alianza País y, sobre todo, compañeros de todas
partes del mundo que nos visitan en este día:

Un abrazo a Jorge Cabral y, por su intermedio, al Movimiento Al Socialismo del Paraguay, donde
se está librando una lucha muy fuerte contra las fuerzas retardatarias de siempre.

Al doctor Francisco Rivero Álvarez, del Partido Socialista Unificado de Venezuela: ni un paso
atrás, compañero, pese a toda la campaña de desinformación que se ha dado en la propia Vene-
zuela y en el mundo. Eso significa que vamos por el camino correcto; como dijo Sancho: “Si los
perros ladran, es señal de que avanzamos”.

Doctora Clara López, del Polo Democrático Alternativo de Colombia, un inmenso abrazo a ese
querido pueblo colombiano y sobre todo al Polo Democrático.

Sergio Loaiza, del Movimiento Al Socialismo, de Bolivia, una esperanza para toda la región y el
planeta entero, un proceso extremadamente hermoso, liderado por ese queridísimo compañero
indígena: Evo Morales.

Valter Pomar, del Partido de los Trabajadores, del Brasil: bienvenido y felicitaciones por esa her-
mosísima victoria de la compañera Dilma, en la cual también tiene mucho que ver el compañero
Lula da Silva. Mis felicitaciones al Partido de los Trabajadores.

Leonel Búcaro, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador: un inmenso
abrazo a El Salvador y a su Presidente Mauricio Funes.

Carlos Fonseca, del Frente Sandinista de Liberación Nacional: querido Carlos, tu padre es una
leyenda en América Latina, es un honor tenerte aquí.

Hugo Barsky, del Encuentro por la Democracia y la Equidad, EDE, de Argentina: adelante Argen-
tina, y hoy más que nunca con la partida de Néstor, ni un paso atrás y a respaldar a la Presidenta
Cristina Fernández.

                                                                                                               23
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     Rafael Hidalgo, del Partido Comunista de Cuba: justo ayer que llamé a Hugo Chávez, estaba en
     Cuba almorzando con Fidel y tuve la oportunidad de conversar con el Comandante, así que un
     inmenso abrazo a esa Cuba socialista, digna, firme, que resiste un bloqueo criminal de más de
     cuatro décadas. Y nos hablan después de derechos humanos, ¿verdad?

     También tenemos el honor de contar con la presencia de ese entrañable amigo del Che Guevara, con
     el cual dio la vuelta a Sudamérica en “La Poderosa”. Bueno, la poderosa se dañó al iniciar la vuelta,
     pero dieron la vuelta a Sudamérica como pudieron: Alberto Granados. Alberto, ¡bienvenido a tu casa!

     Les decía, como nos sucede a todos, a aquellos que leen las noticias fuera del país o dentro
     del país: aquí hay un gobierno populista, monstruoso, sanguinario; con un dictador que lo único
     que tiene es ansias de poder, que se desvela todas las noches haciendo leyes perversas para
     aplastar a la gente, porque hasta ahora no hay una ley de las que hemos enviado que sea buena:
     eso es lo que dice la oposición y los medios de comunicación. Pero esta es una campaña contra
     todos los coordinadores de estos procesos de cambio. También se ha desatado una campaña
     para tratar de desacreditar a Ernesto Che Guevara. Comentaba a Alberto que me tocó ver un
     libro de un supuesto analista francés, en el que el Che Guevara era poco menos que un asesino
     compulsivo. Gracias a Dios, aquí tenemos testimonios de gente que vivió con el Che y conoce
     la profundidad humana, la inmensidad humana de uno de los más grandes latinoamericanos de
     todos los tiempos, de un hombre que estuvo dispuesto al máximo sacrificio por su querida Amé-
     rica; ese compañero de siempre, inspiración de siempre, Ernesto Che Guevara.

     Y un abrazo, a los compañeros de la Mesa Directiva:
     Oskar Lafontaine, Director de La Izquierda de Alemania.
     Al querido Fernando “Corcho” Cordero, Presidente de la Asamblea Nacional del Ecuador.
     A Doris Soliz, nuestra Ministra Coordinadora de la Política.
     Y a Ricardo Patiño, Canciller de la República y Secretario de Alianza País.

     Queridas amigas y amigos: me han pedido hacer un saludo a este Encuentro. En realidad esas
     son las limitaciones, los sacrificios que uno tiene que asumir como Presidente; me hubiese en-
     cantado participar de este encuentro, me habría encantado haber traído una propuesta mucho
     más elaborada, mucho más académica. Lastimosamente los apremios de la Agenda, las pre-
     ocupaciones presidenciales, lo han impedido. Pero no podía desaprovechar la oportunidad para
     darles un saludo afectuoso a todas y a todos. Bienvenidos hermanas y hermanos del extranjero,
     siéntanse como en su casa. Bienvenidos integrantes de Alianza País que participan en este
     Foro. Éste es el camino: prepararnos, reflexionar juntos, crear pensamiento común, para no
     equivocarnos tanto, para prepararnos cada día mejor a cumplir con esas exigencias que nos
     presenta el pueblo ecuatoriano.

     Hoy se vive un reto distinto en nuestra América: la izquierda no está en minoría, no está en
     oposición, está en el poder en muchos países, desde el gigante Brasil, pasando por Venezuela,

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Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Paraguay, Uruguay y Argentina. Por tanto, tenemos
que saber responder a esos nuevos retos, a esas nuevas circunstancias. Enfatizo esto porque
muchas veces parecería ser que la izquierda se ha acostumbrado a la oposición y no entende-
mos que en el poder, desde el ejecutivo, tenemos que gobernar y generar manos para gobernar,
y muchas veces nuestros propios compañeros de izquierda parecieran ser nuestros principales
opositores. Siguen manteniendo esa dinámica de cuando éramos minoría, teníamos gobiernos
neoliberales, gobiernos entreguistas.

Este es un punto importante de reflexión: el pragmatismo que debe acompañar a la nueva iz-
quierda. Como decía Pepe Mujica, ese querido amigo Presidente de Uruguay: “esa izquierda del
todo o nada es la mejor aliada del statu quo”, porque si queremos el todo o nada, va a quedar el
nada, tengan la seguridad.

Ganar las elecciones en América Latina, como casi en todas partes del mundo, dicho sea de
paso en Estados Unidos también, no es ganar el poder, es ganar una pequeña parte del poder.
Los poderes fácticos siguen ahí vivitos y coleando; los poderes económicos, los sociales, el po-
der informativo, ese temible adversario que tienen los gobiernos progresistas de América Latina:
empresas de comunicación que han tomado el puesto, la posta, de los partidos de derecha en
decadencia y hacen política descaradamente y tratan de desestabilizar y conspirar día a día.
Ese poder informativo está ahí, vivito y coleando. Poderes religiosos, incluso. Injerencias inter-
nacionales. Hay que luchar contra todo aquello. Pero esa política del todo o nada, esa izquierda
del todo o nada, puede ser la mejor aliada de esos poderes fácticos que están esperando que
cometamos una equivocación grave para tratar de desestabilizarnos.

Permítanme hacer unas reflexiones: Hay un resurgir de la izquierda en nuestra región, que a
la vez representa el resurgir de nuestros pueblos, el despertar de nuestros pueblos, sobre todo
después de la larga y triste noche neoliberal. Probablemente ese fue un fruto positivo no desea-
do del neoliberalismo: se llegó a tales extremos de inequidad, de explotación, de saqueo, de
entreguismo, de colonialismo, que los pueblos dijeron ¡basta! y permitieron surgir gobiernos pro-
gresistas a lo largo y ancho de la región. Pero debemos ser una nueva izquierda, una izquierda
que no repita los errores de la izquierda tradicional; hay que reconocer los errores, tenemos que
ser autocríticos. Alguna vez se satanizó la palabra “revisionista”; tenemos que revisarnos día a
día, inventarnos día a día, reinventarnos día a día, eso es lo que busca el socialismo del siglo
XXI, el SOCIALISMO DEL BUEN VIVIR que practicamos en Ecuador, en Bolivia, en Venezuela.
No se trata de tener la misma medicina para toda clase de enfermos, no se trata de tener las
respuestas antes de saber las preguntas. Es un proceso en constante construcción, con mucha
atención, con los pies bien puestos sobre la tierra, tratando de dar respuestas concretas a los
problemas de nuestros pueblos.

Por supuesto –y aquí viene la razón de denominarnos de izquierda–, en función de esos prin-
cipios irrenunciables de la izquierda. ¿Cuáles son esos principios? Un principio irrenunciable,

                                                                                                               25
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     clarísimo, que ni haría falta caracterizar, es la supremacía del ser humano sobre el capital. Y
     estas son palabras mayores en el siglo XXI, después de que durante décadas el neoliberalismo
     convirtió al ser humano en una mercancía más, en un instrumento funcional al capital. En este
     país, el gobierno que sube 10 dólares al salario mínimo es “populista”, “demagogo”, “expande
     el gasto público”, pero nadie se escandalizaba, en una economía dolarizada, que los bancos
     cobraran un interés del 22, 23, 25 por ciento. Es decir, remuneración al capital sin límites, y siem-
     pre justificada por las condiciones del mercado, la incertidumbre, el riesgo país. Era no poner
     límites a la remuneración del capital y poner límites al ser humano en función de las necesidades
     de acumular ese capital. Ese es un principio fundamental de la izquierda: supremacía del ser
     humano sobre el capital.

     Otro principio: la necesidad de acción colectiva. Se nos bombardeó durante décadas, con que el
     egoísmo, el individualismo racional, era el motor de la sociedad. ¡Y eso es tan falso! Cualquier
     intento de simplificar procesos tan complejos como el desarrollo de la sociedad, en leyes sim-
     plistas, está condenado al fracaso. Sobre todo leyes que no tomen en cuenta el entorno cultural,
     los avances tecnológicos que pueden lograr más cambios que cualquier ideología o cualquier
     sistema en los modos de producción, en las relaciones de producción.

     Simplismos como el individualismo racional, el individualismo como motor de la sociedad; una
     ideología que se nos impuso como ciencia y se desestimó todo lo que era acción colectiva. La
     izquierda debe rescatar esa necesidad de acción colectiva, siempre respetando las libertades
     individuales, pero sabiendo que hay problemas colectivos a los que solo podemos dar respues-
     tas colectivas: un agricultor puede atender su chacrita, pero no puede solo hacer el camino para
     sacar sus productos, ahí se requiere acción colectiva. Y la forma en que una sociedad realiza
     acción colectiva es a través del Estado, la representación institucionalizada de dicha sociedad.
     En otras palabras, la izquierda debe reivindicar el rol del Estado para el desarrollo, para la justi-
     cia, para la equidad social; rol del Estado tan vilipendiado en las últimas décadas, sin llegar a los
     extremos del estatismo en que caímos anteriormente.

     Sabemos que el sector privado tiene un rol importante, sabemos que los mercados son un fe-
     nómeno económico innegable; pero una cosa es entender que existen mercados y hacer que
     funcionen con orientación hacia los objetivos sociales, y otra es someter vidas, personas, so-
     ciedades enteras a esa entelequia llamada mercado. Para controlar esos mercados, para que
     el mercado sea siervo y no amo, se requiere acción colectiva y se requieren Estados fuertes,
     reguladores, que traduzcan el bien común y que permitan acción colectiva, respuestas colectivas
     a problemas colectivos.

     Este es otro principio irrenunciable de la izquierda moderna: el rol del Estado, el rol de la acción
     colectiva. Y eso también se traduce hasta en los más pequeños detalles, donde debemos cam-
     biar las lógicas, incluso en la de los impuestos. Cuando uno está en el gobierno se da cuenta
     lo difícil que es adaptar las cosas, por las incomprensiones hasta de quienes nos llamamos de
     izquierda, que muchas veces reproducimos las categorías con las que nos ha bombardeado la

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derecha tanto tiempo. Si se quiere poner un impuesto adecuado, que los ricos paguen, los po-
bres son los primeros aliados para evitar ese impuesto; y los supuestos dirigentes de izquierda
se oponen a los impuestos porque es una cuestión delicada. Hasta en esas cosas tenemos que
ver lo que es acción colectiva. Un impuesto es una contribución de cada uno de nosotros para
lograr esos fines que nos atañe a todos.

Yo siempre pongo como ejemplo en Ecuador que, si desde hace cinco años cada ecuatoriano
hubiera dado un centavo, lo que significaba 3 dólares 75 centavos por ecuatoriano cada año
–cosa que no iba a empobrecer a nadie– ahora tendríamos doscientas escuelas del milenio,
escuelas super modernas que estamos haciendo a lo largo y ancho del país, y estuviera trans-
formada la educación del país. Entonces, tenemos que entender todas estas cosas como acción
colectiva, acción conjunta para resolver problemas colectivos.

Otro punto fundamental e irrenunciable para la izquierda, que es nuestra razón de ser, o no po-
dríamos llamarnos izquierda, es privilegiar la generación de valores de uso, antes que valores de
cambio. Lo que se hizo en los últimos años es generar mercancías, no generar valor. Y muchas
veces, en función de la generación de esas mercancías, se consumieron valores fundamentales
para el bienestar de la sociedad humana. En otras palabras, se generaron cosas que tienen pre-
cio, no necesariamente las cosas de mayor valor. ¿Cuál es el precio del medio ambiente? ¿Cuál
es el precio de la seguridad social? De eso no se preocupa el mercado, de eso no se preocupa
el capitalista; sí tiene que preocuparse la izquierda: enfatizar la generación de valores de uso.

Y eso nos lleva a problemas muy contemporáneos, como éste del cambio climático. Enfrentar
la depredación ambiental, porque son valores de uso que no tienen precio explícitos y, en con-
secuencia, no le interesan al mercado, se tienen que hacer con acción colectiva, y hay que dar
prioridad a visiones progresistas, visiones de izquierda, visiones que buscan el Buen Vivir de la
humanidad y no solamente el enriquecimiento de unos cuantos.

Otro principio fundamental de la izquierda, para llamarnos izquierda: el énfasis en la justicia social.
Estas son palabras mayores en América Latina, el continente más desigual del mundo. América
Latina no es el continente más pobre del mundo, más pobre es África, más pobres son ciertas
regiones de Asia. Se supone que América Latina es la clase media mundial; de hecho, gran parte,
incluso Ecuador está clasificado como país de desarrollo humano medio–alto. ¿Cuál es el proble-
ma? La desigualdad. Estamos hablando de promedios, y ese es uno de los grandes problemas
de los economistas. Dicen que el economista es un profesional que si ve a un pobre hombre con
la cabeza metida en un horno ardiendo, y los pies metidos en un balde de agua fría, es capaz de
decir que, en promedio, está bien. Entonces, sí, en promedio somos la clase media mundial, pero
aquí hay gente viviendo mejor que en Alemania o en Suiza y gente viviendo peor que en África.
Entonces, hablar de justicia social en nuestro continente, en Ecuador que, de acuerdo al Informe
de Desarrollo Humano 2010 de las Naciones Unidas, es de los cuatro países más desiguales de
América Latina (Haití es el más desigual, Guatemala y Brasil, empatan con Ecuador) hablar de
justicia social, es un desafío inmenso. Y es irrenunciable para una izquierda verdadera.

                                                                                                                 27
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     Estas son las características, los principios fundamentales de la izquierda. Pero todos estos
     principios irrenunciables tenemos que aplicarlos con mucho sentido común, con mucho prag-
     matismo, con procesos de error–corrección, tocando temas que antes no se consideraban a la
     altura de la izquierda, como el de la eficiencia. Tenemos que ser eficientes, pero, esta es una de
     las palabras que no le gusta mucho a la izquierda y de la cual se apoderó la derecha. Tenemos
     que apoderarnos de esta palabra. Tal vez la mejor forma de lograr justicia social es logrando una
     alta eficiencia con lo que tenemos, produciendo y muchísimo más, por supuesto. La distribución
     siempre va a ser fundamental. Con los niveles de Producto Interno que tenemos en Ecuador en
     estos momentos y una mejor distribución del ingreso, eliminaríamos la pobreza absoluta con lo
     que tenemos hoy. Pero hay que hablar de eficiencia, tenemos que ser pragmáticos, tenemos
     que cambiar algunas visiones equivocadas que tuvo la izquierda en los últimos años, que creyó
     que el enemigo era el Estado, y se pareció mucho más al anarquismo –que desapareció ya en la
     guerra civil española– que a la izquierda. Y ustedes ven lo que pasó en nuestro país.

     Si estamos con el ser humano, si estamos con el trabajo humano, si creemos que el trabajo
     humano no es un factor más de producción sino el fin mismo de la producción, por supuesto que
     vamos siempre a apoyar la organización laboral, los sindicatos, etcétera. Pero tenemos que ser
     realistas: en nombre del sindicalismo ¿qué se hizo? Con la derecha, con la propiedad privada
     nunca se metieron, solo se metieron con el Estado, y qué extremos, qué abusos a los que llega-
     ron con el sindicalismo público.

     Y confundimos los roles: resulta que el sindicalismo no era una forma de disputarle rentas al
     capital, sino de sacarle rentas al Estado, y el Estado somos todos nosotros. Le estaban sacando
     rentas al pueblo ecuatoriano, a nuestros pueblos. Tenemos que cambiar estas visiones y estas
     equivocaciones y tenemos que ser muy pragmáticos, sin renunciar a nuestros principios tradicio-
     nales. Como decía un amigo: “viendo claro, sintiendo hondo y obrando recio”.

     Tenemos un inmenso desafío; la izquierda en muchas partes de nuestra América está en el
     poder, y no podemos fallarles a nuestros pueblos, no podemos fallarle al reto histórico que en-
     frentamos. Y para eso debemos ser muy autocríticos, para eso debemos estar muy atentos,
     para eso debemos experimentar cada día, derrumbar dogmas, fundamentalismos y evitar el que
     tal vez fue el mayor error que cometió la izquierda tradicional: no satisfacer las necesidades de
     los pueblos, sino las necesidades de sus propias fijaciones ideológicas. Nunca más caer en ese
     error, y creo que este Foro es un buen paso, un gran paso adelante para ese proceso de reflexión
     continua, de autocrítica; para cumplir, insisto, con esa inmensa tarea que el destino y nuestros
     pueblos nos han dado.

     Mucha suerte y cuenten siempre con el respaldo de la Revolución Ciudadana. ¡Bienvenidos
     compañeros de todas partes del mundo!




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2. Vice–presidente de la República del Ecuador, Lenin Moreno

He leído con detenimiento la convocatoria a este importante Foro y celebro, con mucha expecta-
tiva, no solo la iniciativa de la reunión, sino los temas y las inquietudes planteadas inicialmente.

La derecha se ha desgañitado pregonando el fin de las ideologías. ¡De ninguna manera! Basta
recorrer el mapa de nuestro continente para demostrar que el siglo XXI se abre con el triunfo de
gobiernos claramente revolucionarios, en unos casos, o pueblos decididamente participativos,
en otros.

No son las ideologías lo que está en crisis, sino el neoliberalismo; es esa nueva máscara, esa
nueva forma que adopta la explotación y la extorsión a los pueblos, la que está en crisis y que
–en algún momento– va a ser derrotada.

El consenso de Washington ha fracasado estrepitosamente. Sus políticas de ajuste y reorienta-
ción del gasto público sólo consiguieron aumentar los índices de pobreza.

Y ahora, son precisamente las ideologías –evidenciadas en nuestros partidos– las que tienen
que hacer frente a problemas que compartimos todos, como la pobreza, la inequidad, la concen-
tración de la riqueza; y a temas que debemos discutir con propuestas innovadoras y proactivas,
como las armas nucleares y, sobre todo, la paz.

Un problema común exige una propuesta común de solución, por lo que celebro este encuentro
ya que resulta evidente que, ahora, la izquierda fomenta una integración paritaria y equitativa.
Hemos saludado la UNASUR y el ALBA. Ahora saludo encuentros como éste, porque crean una
plataforma continental de reflexión.

Tenemos que fortalecer nuestros partidos de izquierda porque tenemos que hacer frente a la
arremetida de las organizaciones de derecha, que pretenden desconocer, desprestigiar y des-
acreditar los avances que se han logrado, a través de distintas organizaciones nacionales e
internacionales, creadas a propósito para eso.

Desde el consenso de Washington hasta esta desacreditación, las organizaciones por ellos crea-
das se han inmiscuido en nuestras políticas con fines muy claros de provecho propio.

                                                                                                                31
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     Quiero contarles un caso vergonzoso, pero ilustrativo de cómo operaban: los organismos como
     el BID o el Banco Mundial fueron contratados para levantar las estadísticas de las discapacida-
     des en el Ecuador. Según ellos, acogiendo una constante mundial (basada en sus cálculos) la
     población con discapacidad en el Ecuador ascendía al 12,14%; esto daba paso a que se hicieran
     grandes e interminables estudios que solo conseguían elevar teoría sobre teoría y, a la final, se
     perdían en un lenguaje tecnocrático que únicamente comprendían entre ellos.

     Después de recorrer casa por casa, sin importar cuán difícil fuera su acceso, en un programa
     que llamamos Misión Solidaria Manuela Espejo, podemos asegurar que ese dato no es real: en
     ningún caso llegaremos al 5% de discapacidad en el país.

     Sus aspiraciones son muy claras: inflar una estadística para asegurarse su contratación futura y
     endeudamiento posterior, distorsionar las realidades para hacerse necesarios. Poco les importó
     entregar al gobierno un dato irreal, que pudo truncar políticas de atención a los marginados entre
     los marginados.

     Por ello se impone la necesidad de vigorizar el papel del Estado. Hemos demostrado que el mer-
     cado no es el único agente de desarrollo y ,mucho menos, de equidad social. Todo lo contrario:
     han aumentado la desigualdad, la inequidad y la exclusión.

     Creemos que el Estado debe ser fuerte y vigoroso, pues necesitamos que intervenga decidi-
     damente para reducir las brechas heredadas, para crear rubros de inversión en vivienda, en
     proyectos sociales solidarios e inclusivos.

     Las propuestas neoliberales nunca imaginaron que buscábamos una nueva sociedad en donde
     no se discriminara por alguna diferencia, visible o no. No imaginaron que queremos mantener
     naciones multiétnicas y pluri culturales, en las cuales el reconocimiento de la diversidad (a todo
     nivel) es el cimento de cualquier riqueza.

     Un Estado vigorizado genera nuevas relaciones con el ciudadano, que ya sabe demandar el
     cumplimiento de políticas públicas; ahora ¡el ciudadano exige! Un Estado revolucionario no pre-
     cariza la condición del trabajo humano.

     Por ello, llamo a reconocer nuevos retos de las organizaciones de Izquierda, como aquel de en-
     frentar la globalización cultural, tecnológica, científica, aprovechando esos avances para mejorar
     las condiciones de vida, pero afianzándonos en una herencia sabia y ancestral. Hay otro tipo de
     necesidades básicas insatisfechas, como poder ejercer mi cultura en mi tierra de origen, o poder
     darme a entender en mi idioma, en mi propio país o respirar aire puro y tomar agua limpia.

     El neoliberalismo soslayó el problema ecológico, embelesado en números y tasas. Olvidó tam-
     bién la equidad y, cuando se percató de que nos íbamos de sus manos, reorientó el discurso con
     giros “dizque” sociales.

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Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados


¡Cuidado! El “post socialismo” puede estar trayendo nuevos capitalismos. No me cansaré de
insistir a quienes entregamos ayudas técnicas, que no nos agradezcan porque estamos cum-
pliendo con el deber de un Estado que entiende que el servicio es su obligación. Tampoco nos
cansaremos de tratar al extranjero como hermano y compatriota del planeta, y de seguir impul-
sando, contra viento y marea, la ciudadanía universal.

Nuestro objetivo debe ser crear una sociedad solidaria, equitativa e inclusiva. Que la goberna-
bilidad no sea sino el que cada uno encuentre su trinchera de lucha para que nunca más se
conculquen los derechos de nadie, por diferente que sea, por distinto que piense o por extrañas
que nos parezcan sus creencias y costumbres.

Si al Consenso de Washington le siguió el Consenso de Santiago, mi aspiración sería que de
aquí salga el Consenso de Quito.

Compañeras, compañeros.




                                                                                                              33
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3. Ministra de la Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos
   Descentralizados, Doris Soliz

En un momento en que en América Latina se consolidan varios procesos de cambio constitu-
cional y democrático, con profundas transformaciones que están revirtiendo la pobreza, la des-
igualdad y la exclusión política y social provocadas por el neoliberalismo y las élites dominantes,
diversos partidos y movimientos políticos ensayan distintas maneras para liderar, acompañar,
consolidar y adecuarse a los nuevos escenarios democráticos de la región.

La crisis de legitimidad de los partidos políticos se inscribe en un proceso más profundo de
agotamiento de las viejas bases institucionales y de los principios normativos de la democracia
liberal. Sin embargo, la esencia base de la agrupación política bajo el sistema de partidos debe
ser rescatada y renovada, con el fin de que los nuevos movimientos y partidos políticos vuelvan
a ser contexto latinoamericano. La posibilidad real de que los ciudadanos y ciudadanas accedan
a participar en las estructuras de partidos políticos, en la toma de decisiones, en el control social,
ha generado una variedad de formatos de representación política, así como diversas y nuevas
formas de acción colectiva.

La reflexión sobre la representación y participación política en contextos de cambio y consolida-
ción de democracias más incluyentes y participativas no puede dejar de lado la discusión sobre
la génesis de partidos o movimientos políticos y sus retos organizacionales, sus modos de re-
composición ideológica y sus formas de relacionarse con la sociedad y los movimientos sociales.

Los partidos y movimientos políticos del siglo XXI deben afrontar de manera proactiva las dis-
cusiones referidas a las tareas de construcción y reconstrucción de sus estructuras internas;
de sus formas de tomar decisiones y relacionarse de modo más plural y abierto con el extenso
universo de ciudadanos y de organizaciones de la sociedad civil, bajo el horizonte de una nueva
política sustentada en la ética del bien común. Por tanto, las organizaciones partidistas deben
estar involucradas en el sistema político como los principales articuladores de los intereses de la
ciudadanía, que cumplen con socialización política y creación de opinión; armonización de inte-
reses; reforzamiento, estabilización y legitimación del nuevo sistema político. La nueva democra-
cia se fundamenta a través de ellos, pues son focos de discusión y debate. Consecuentemente,
la generación de debate en la sociedad, la generación de consenso y su función canalizadora
de demandas de la población hacia los poderes públicos, convierten a los partidos políticos en

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Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     elementos indispensables en una democracia y refuerzan la necesidad de fortalecerlos en los
     países democráticos, con el fin de que se adapten a los tiempos actuales más globales.

     Propiciar amplios debates en relación con los mecanismos para vigorizar al movimiento o partido,
     discutir las políticas de alianzas, los formatos deliberativos y la organización de la democracia
     interna por medio de las elecciones primarias, resulta urgente en un contexto de estructuración
     organizativa y de participación, control y movilización social.

     El Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos, cuya organización ha estado a
     cargo del Programa de Estudios y Pensamiento Político de este Ministerio, está orientado a
     propiciar reflexiones sobre los problemas, los límites, las potencialidades y los desafíos que
     afrontan los partidos políticos, en el contexto de sus tareas gubernamentales en la política con-
     temporánea.

     A través de este evento se pretende:

         •	   Generar un espacio de debate e intercambio de experiencias con los líderes de los
              principales partidos políticos democráticos de América Latina, sobre la crisis de legitimi-
              dad de las democracias representativas y las posibilidades de (re) construcción de las
              dinámicas partidistas.
         •	   Debatir alrededor de los problemas, retos y desafíos que enfrentan los partidos políti-
              cos de cara a los procesos de transformación constitucional y democrática que vive la
              región.
         •	   Generar insumos de reflexión política en relación a las formas organizativas, funciona-
              miento y democracia interna de los partidos políticos latinoamericanos.
         •	   Obtener insumos sobre las dinámicas partidistas de movimientos y partidos democráti-
              cos, como actores fortalecedores de la democracia en Latinoamérica.

     El diseño del Foro Internacional de Partidos Políticos (democráticos) Latinoamericanos Progre-
     sistas, y la invitación a líderes y/o representantes de partidos políticos de la región ha sido amplia
     y plural.

     Agradecemos especialmente por aceptar nuestra invitación a los compañeros:

     De Colombia, Clara López, dirigente del Polo Democrático Alternativo; de Venezuela, Francisco
     Rivero, del Partido Socialista Unificado de Venezuela; de Bolivia, Sergio Loayza, del Movimiento
     al Socialismo; de Brasil, Valter Pomar, del Partido de los Trabajadores; de El Salvador, Leonel
     Búcaro, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional; de Nicaragua, Carlos Fonseca, del
     Frente Sandinista de Liberación Nacional; de Paraguay, Jorge Cabral, del partido Movimiento al
     Socialismo; de Cuba, Rafael Hidalgo Fernández, del Partido Comunista de Cuba; de Argentina,

36
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Hugo Varsky, del Encuentro por la Democracia y la Equidad; y, de Alemania, al Cofundador del
Partido Die Linke, Oskar Lafontaine.

Este Foro se inscribe en la vocación por fortalecer los procesos de aprendizaje e intercambios de
las experiencias de los países del Sur. Cada uno de los países de América Latina y el Caribe ha
vivido historias irrepetibles en el fortalecimiento y consolidación de la democracia. En este senti-
do, reconstruir a partir de vivencias concretas la experiencia histórica de matrices de dominación
y exclusión comunes, hace que los vínculos y el aprendizaje sean más cercanos.

Los ejes del Foro son los siguientes:

    •	   Partidos políticos, hegemonía y poder: debate acerca del tipo de partido político que
         se necesita para fortalecer los procesos de cambios estructurales, constitucionales y
         democráticos que viven los gobiernos progresistas de la región.
    •	   Estructura, democracia interna y modos de organización de los partidos políticos;
    •	   Partidos políticos en gobiernos progresistas, liderazgos, oposición y democracia; y,
    •	   Partidos políticos e integración Sur–Sur, que trata de deliberar acerca de cómo fortale-
         cer las agendas programáticas de los bloques de integración regional.

Agradecemos la presencia del Presidente de Ecuador, Rafael Correa; del Vicepresidente, Lenin
Moreno; de las autoridades del gobierno nacional; la aceptación de la invitación de los ponentes
internacionales; también a La Fundación Rosa Luxemburgo, que ha hecho posible la presencia
del reconocido líder de la izquierda alemana Oskar Lafontaine; y a los asistentes, militantes polí-
ticos, estudiantes, académicos y ciudadanía en general que participa en este Foro.

Gracias a todos y todas.




                                                                                                                37
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4. Líder de la izquierda alemana y miembro fundador del partido Die
   Linke, Oskar Lafontaine

Buenos días compañeros y compañeras:

Les traigo el saludo de la izquierda alemana. Especial saludo para el presidente Rafael Correa,
con el que temblamos todos juntos cuando la derecha lo atacó. La izquierda alemana y la izquier-
da europea, todos estuvimos muy contentos cuando vimos que las cosas pasaron y le deseamos
mucho éxito a él, a su trabajo y a Alianza País en el Ecuador.

Una observación colateral con relación a nuestro gobierno: mi bloque legislativo volvió a presen-
tar una propuesta ante el Parlamento Alemán, para apoyar nuevamente el proyecto ITT.

Me pidieron decir algunas palabras sobre el Partido Die Linke (izquierda alemana) y su trabajo.
El partido Die Linke es un movimiento de oposición contra el neoliberalismo, que está organi-
zado como un partido político. En una nación industrializada, como Alemania, no existe otra
posibilidad de trabajar activamente que desde el lado político; allí rige el lema: “lo que no está
organizado, no puede tener efecto”. Nuestra organización tiene una estructura descentralizada;
existen grupos de bases, en los pueblos existen grupos distritales, existen grupos provinciales
o de país (Land) y una organización central. Así también funcionan las propuestas políticas: se
entregan a nivel de base y se van discutiendo en los diferentes niveles, hasta llegar al directorio.

En todo el mundo, la izquierda siempre ha tenido el mismo problema: en el momento en que
estaba en el gobierno, corría el peligro de decepcionar a sus electores. Una experiencia simi-
lar tuvimos cuando yo era parte de la Democracia Social; yo era ministro de ese gobierno, el
gobierno decepcionó a sus electores. Yo aprendí mi lección de eso y hay una sola receta para
evitarlo: no hay que dejar que solo los miembros de los partidos sean quienes tomen todas las
decisiones del gobierno. Si el Partido Social Demócrata alemán hubiera permitido que decidieran
sus miembros, entonces hoy en día no tuviera el 20% sino estaría en el 40%.

Al igual que aquí, tenemos el problema de que los medios están en contra nuestra. La prensa
tiene una organización de derecho privado y no quiere perder sus privilegios. Por eso vamos a
intentar utilizar el internet para informar y para formar opinión. El internet no está bajo el control
privado, por lo tanto todo el mundo puede participar a través de este medio. En la última reunión

                                                                                                                39
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     del Parlamento Alemán, se discutió que las leyes son hechas por los bancos para los bancos,
     por la economía de la energía para la economía de la energía y por el empresariado para el
     empresariado. La democracia parlamentaria esta desacreditada en Alemania.

     Nosotros siempre pensamos en el lema del gran líder democrático, Pericles, quien decía: “la de-
     mocracia es aquel sitio donde los intereses generales prevalecen”. En una sociedad donde caen
     los ingresos o donde caen los sueldos, donde caen las jubilaciones o donde caen los aportes
     sociales, ya no existe una democracia, porque no prevalecen los derechos de la mayoría. Noso-
     tros decimos para nuestro partido, y tal vez sirva para ustedes: se debe prohibir que los partidos
     sean financiados ya sea por bancos, por seguros o por empresarios grandes o personas ricas,
     eso es fundamental; si no se lo hace, la política es comprable.

     También estamos obligados a decir qué es el socialismo democrático; esta palabra no le sirve a
     todos los ciudadanos/as porque no saben qué es. Por eso nosotros decimos que el socialismo
     democrático es una sociedad sin explotación y sin supresión. Es importante, tal como dijo el pre-
     sidente Correa, que el ser humano esté por encima del capital. En Alemania estamos discutiendo
     últimamente qué es la propiedad; de acuerdo con el Manifiesto Comunista, la propiedad es el
     asunto primordial del movimiento. Y ahora voy a decir una oración revolucionaria: la propiedad
     solo existe a través del trabajo, no a través de la herencia o a través de la pereza.

     A través de la teoría liberal, el suelo nunca pudo haber sido propiedad porque nadie pudo crearlo
     o conseguirlo a través del trabajo; por lo mismo el agua tampoco puede ser privada, porque na-
     die ha trabajado haciendo agua. Si seguimos así, ya mismo van a privatizar el aire y tendremos
     que pagar por respirar. Todo lo que aparece a través del trabajo colectivo puede ser solamente
     propiedad del colectivo, esa es la clave para abrir el ordenamiento capitalista.

     Si en las grandes empresas se crea un gran patrimonio o riqueza empresarial, jamás puede ser
     propiedad de una sola persona. La palabra propiedad privada es correcta, porque privado quiere
     decir robar. Por eso el tema de la propiedad es el puente que puede permitir cruzar del capita-
     lismo hacia una sociedad donde el ser humano esté por encima del capital. La última oración,
     en este sentido, sería que todas las personas deben participar dentro de la vida económica; así
     podemos corregir los errores de los Estados socialistas anteriores.

     Existen sujetos económicos que deben estar en manos del Estado, por ejemplo los grandes
     bancos. Igual cosa rige para las grandes empresas de la economía energética, pero como
     socialistas también tenemos que empezar a pensar y a crear pequeñas entidades descentra-
     lizadas de generación eléctrica, a través recursos o fuentes alternativas, para no ser esclavos
     de las grandes empresas de generación eléctrica. La descentralización es un principio que
     va de arriba para abajo dentro un ordenamiento socialista. El error de los estados socialistas
     anteriores fue que los trabajadores no tenían nada que decir, tan poco como tenían que decir
     las empresas capitalistas.


40
Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados


La revolución ciudadana consideró que había puesto de lado al feudalismo, ese es un gran error.
El feudalismo estaba antes en los sectores rurales, hoy se encuentra en la economía y no lo
hemos abatido aún.

Tengo poco tiempo y quisiera topar un tema adicional: el imperialismo. La izquierda alemana
lucha contra el imperialismo. Nosotros somos en Alemania el partido que dice que las guerras en
el Irak y Afganistán no son guerras a favor de la democracia, sino son guerras para asegurarse el
petróleo y el gas. Por eso, nosotros somos el único partido que dice No a la guerra en Afganistán
y No a la guerra en Irak. El socialismo también es un movimiento pacifista, es un movimiento que
busca la solución pacífica de los conflictos.

Con mucha empatía miramos el trabajo que ustedes hacen aquí en América Latina; acompaña-
mos su trabajo con el corazón apasionado y esperamos que no cometan los errores que noso-
tros cometimos. Para concluir, siempre hay que tratar de que participen los miembros del partido
conjuntamente con la población, en todas las decisiones que se tomen.

¡Hasta la Victoria Siempre!




                                                                                                                 41
SEGUNDA PARTE




Partidos Políticos, Hegemonía y Poder
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Pregunta Eje:

          ¿Qué tipo de partido político se necesita para fortalecer
          los procesos de cambios estructurales, constitucionales y
          democráticos que viven los gobiernos progresistas de la región?




                                                                                                       45
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1. Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) – Venezuela, Francisco
   Rivero



    a. Historia PSUV

       El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)2 se constituyó a partir de una convoca-
       toria realizada por el presidente Hugo Chávez durante la campaña electoral para la elec-
       ción presidencial de 2006. Su creación tuvo como objetivo unir la izquierda venezolana
       para proseguir con la transformación del país de cara a la construcción del Socialismo del
       Siglo XXI. En el 2006 se fusionaron algunas de las expresiones políticas y movimientos
       sociales que apoyaron el proceso de cambio emprendido por la Revolución Bolivariana,
       entre ellas el Movimiento Quinta República (MVR), el Movimiento Electoral del Pueblo, el
       Movimiento Independiente Ganamos Todos, la Unidad Popular Venezolana, el Movimien-
       to Tupamaro y la Liga Socialista.

       La fundación del Partido tuvo tres fases destinadas al logro de varios objetivos:

         •	    La primera se inició en marzo de 2007 y consistió en la juramentación de los pri-
               meros militantes, a quienes se les exigió no poseer militancia política previa.
         •	    La segunda empezó en julio de 2007, con la creación de las unidades de base
               conocidas como batallones socialistas. Los batallones debatieron en asambleas
               aspectos vinculados a la fundación del partido. En enero de 2008 se llevó a cabo
               el Congreso Fundacional, cuyo fin fue diseñar las bases del PSUV, establecer
               principios y estatutos, estructura e ideología política del partido, así como selec-
               cionar los candidatos para cargos de elección popular.
         •	    En la tercera fase se eligieron las autoridades transitorias del PSUV.
       Los principios fundamentales del PSUV tienen como hilo conductor el ideario bolivariano,
       la contribución de Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez y las contribuciones de lucha y
       organización de los pueblos indo–afroamericanos. Los valores en que se fundamenta el
       partido son los orígenes del cristianismo y de la teoría de la liberación. Se sustenta en el
       socialismo científico y en las experiencias de las luchas revolucionarias y aquellas que
       han construido el socialismo.
2       PSUV – Libro Rojo


                                                                                                                47
Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


        El Partido Socialista Unido de Venezuela se declara anticapitalista, antiimperialista, so-
        cialista, marxista, bolivariano, humanista, internacionalista, patriótico, unitario, original,
        creativo, crítico y autocrítico. Lucha contra la corrupción y por la unidad cívico–militar
        con el propósito de garantizar la defensa y la soberanía nacional y popular. Propugna la
        ética y la moral, tanto en la política como en la vida cotidiana, característica propia de la
        acción revolucionaria. Se considera defensor de la igualdad y la equidad de género, de
        los derechos de la madre tierra y de las personas con discapacidad y busca promover el
        poder popular y el desarrollo endógeno.

        El objetivo primordial del PSUV es la construcción del Socialismo Bolivariano y la con-
        solidación de la democracia bolivariana: participativa y protagónica. Según sus objetivos
        estratégicos, aquello implica la lucha contra la antigua cultura liberal y neoliberal bur-
        guesa vinculada a la democracia representativa. Considera que el pueblo, al ejercer su
        soberanía y participar políticamente, va construyendo una nueva sociedad y un nuevo
        Estado Socialista basado en la libertad, la igualdad y la justicia.

        El PSUV representa las demandas del proletariado urbano y rural y de los grupos huma-
        nos marginados, de la clase trabajadora y de los sectores populares en general. Su pro-
        pósito es alcanzar el bienestar social a través de la derrota de la pobreza, de la seguridad
        nacional, de la soberanía e independencia nacional. Es de esta manera como pretenden
        consolidar la Democracia Participativa y Protagónica, la Democracia Socialista.




     b. Reseña Biográfica: Francisco Rivero

        Médico Psiquiatra Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Dr. “José María Vargas” de
        La Guaira, Estado Vargas. Forma parte del Centro de Estudios LIBRE MENTE, dedicado
        al estudio de la Guerra de Cuarta Generación y sus efectos sobre la conducta humana.

        Francisco Rivero es militante del PSUV. Actualmente es vocero del Batallón Socialista
        de la Circunscripción 18 del Estado Vargas. Ocupa el cargo de Asesor y Director de
        Estrategia Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la
        Información 2010.

        Ha sido candidato en el proceso de selección de delegados al Congreso Fundacional del
        PSUV en el año 2007. Del 2000 al 2004, fue Secretario Permanente del Movimiento V
        República en el Estado Vargas. En el año 2000, Rivero se desempeñó como legislador
        designado por la Asamblea Nacional Constituyente para integrar la Comisión Legislativa
        transitoria del mencionado Estado.


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Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados


c. Ponencia

 Agradezco al Ministerio de Coordinación de la Política del Ecuador por la invitación a
 participar en este importante evento, que contribuirá a enriquecer el debate político en el
 seno de la Revolución Ciudadana liderada por el Presidente Rafael Correa.

 Un especial saludo a la ministra Doris Solíz y a todo su equipo de trabajo, encabezado por
 el compañero Mario Ramos, por la excelente organización y recibimiento del que hemos
 sido objeto, mis más sinceras felicitaciones.

 Y principalmente un saludo revolucionario a ustedes, compañeros y compañeras de
 Alianza País y de todos los partidos de izquierda y militantes de movimientos sociales
 presentes en este evento.

 Les traigo un mensaje de la organización de base del PSUV a la cual pertenezco: con la
 inmensa movilización de calle que pudimos observar a través de Telesur el pasado 30
 de septiembre, estamos seguros que el fascismo y los imperialistas en el Ecuador ¡No
 Pasarán!, o como decimos en Venezuela, ¡No Volverán!

 Quiero también informar que, cuando compartí con los camaradas de mi organización de
 base o “Batallón Socialista” sobre mi participación en el Foro, decidimos abrir una discu-
 sión sobre cuáles serían los aspectos fundamentales a resaltar en esta ponencia, la cual,
 por tanto, fue realizada en forma “participativa y protagónica”.

 Camaradas:

 Hay partidos revolucionarios que hacen una revolución y la moldean con su doctrina y su
 programa político. Pero hay casos, donde es el desarrollo mismo de la Revolución la que
 moldea la definición ideológica del partido revolucionario, sobre la base de las vivencias
 y contingencias del día a día, e incluso de los latigazos recibidos de la contrarrevolución,
 como solía decir Trotsky. Este es el caso del PSUV.

 Repasemos un poco lo más resaltante de la historia de la Revolución Bolivariana:

 Existen grandes paralelismos entre la revolución ecuatoriana y la venezolana; ambas al-
 canzan el poder como culminación de un largo camino de valiente y tenaz lucha por parte
 de sus pueblos, de enfrentamientos con las clases dominantes, de traiciones, de marchas
 y contramarchas, pero que al final, para despecho y furia de la oligarquía, podemos decir
 hoy con orgullo revolucionario que tanto en Venezuela como en Ecuador ¡lo logramos!,
 logramos desplazar del gobierno a la oligarquía y su partidocracia podrida.



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Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos


     En el caso venezolano, el ciclo revolucionario no se inició el 6 de diciembre de 1998 con
     la victoria electoral de Chávez, como muchos pudieran pensar, sino con el llamado “cara-
     cazo” en los días de febrero y marzo de 1989, en que el pueblo enfurecido fue masacrado
     en las calles mientras protestaba en contra del modelo neo–liberal que se nos impuso
     desde el Norte con la complicidad de una burguesía desnacionalizada y corrupta, y en
     el marco de la denominada Democracia Representativa, donde los únicos representados
     eran los intereses de los poderosos y el imperialismo.

     A partir del triunfo electoral del Comandante Chávez, la burguesía y su proyecto político
     quedaron letalmente acorralados. Demasiadas décadas de desmanes y represión habían
     erosionado todo su capital político y la correlación de fuerzas se hizo favorable a las
     fuerzas del cambio.

     El pueblo comenzó a profundizar su aprendizaje político con Chávez en el gobierno, hom-
     bro a hombro con su líder y su programa bolivariano, con un objetivo: sacar de la miseria
     a las grandes mayorías y restituir la dignidad de la nación venezolana.

     La victoria electoral se alcanzó sobre la base de una coalición de partidos reformistas y
     progresistas, en la cual el eje central lo constituía el Movimiento V República –de reciente
     fundación–, que fungía como aparato electoral, pero carecía de un cuerpo doctrinario y
     político.

     Así pues, seguros del compromiso de Chávez con el pueblo, ambos –pueblo y líder, en una
     poderosa relación dialéctica–, iniciaron la travesía por las turbulentas aguas de la Revolu-
     ción. Sin un partido como tal, pero con toda la voluntad de hacer los cambios reclamados,
     y asidos únicamente al programa democrático bolivariano, dado a conocer al pueblo vene-
     zolano después de la rebelión de los militares patriotas del 4 de febrero de 1992.

     Este programa se podía definir para entonces como revolucionario, nacionalista, justicia-
     lista, anti–neoliberal, de profundo contenido social, que propugnaba la democracia partici-
     pativa y protagónica en sustitución de la democracia representativa al servicio de las élites.

     El propio Comandante Chávez ha recordado en múltiples oportunidades que, en los ini-
     cios del gobierno bolivariano, simpatizaba incluso con la llamada Tercera Vía o capi-
     talismo con rostro humano. Poco tiempo faltaba en realidad, para que la burguesía le
     mostrara su verdadero rostro asesino y fascista.

     Bastó con que se promulgaran las llamadas Leyes Habilitantes, que tan solo hacían justi-
     cia a campesinos y pescadores en sus reivindicaciones históricas, para que la burguesía
     y el imperialismo iniciaran su sangrienta y terrorista insurrección de 2002 y 2003, sin
     importar para nada el orden constitucional y el tan cacareado y sacrosanto Estado de
     Derecho con el que se llenan la boca.

50
Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados


Del Golpe de Estado del 11 de abril y de la cacería fascista de chavistas de esos días,
se aprendió la amarga lección de que hacer la revolución es cosa seria, que la burguesía
no tiene contemplaciones a la hora de actuar y que no hay posibilidad de entendimiento
con ellos, que no pase por la claudicación del programa revolucionario como condición.

Pero de la victoria popular del 13 de abril, cuando por la vía revolucionaria fue derrocado
el gobierno fascista de la burguesía, el pueblo aprendió a valorar su propio músculo, a
hacerse plenamente consciente de que no hay poder político superior en este mundo,
que los trabajadores decididos a tomar el poder y a defender el poder.

Entonces terminamos de entender los revolucionarios que no es posible acabar con la
pobreza en el marco del capitalismo, porque su lógica intrínseca no lo permite y porque a
la burguesía no le es posible funcionar en el marco de las leyes de la revolución.

Pero la mayor de las enseñanzas fue el habernos dado cuenta de la enorme debilidad
que representaba para la revolución no contar con un Partido organizado y blindado ideo-
lógicamente, que permitiera prevenir y defender de manera coordinada y responsable al
gobierno revolucionario en la calle y en el seno de la sociedad.

Ocho meses después del Golpe de Estado, la burguesía arremetió de nuevo con el paro,
sabotaje petrolero que detuvo el comercio y la economía del país por 62 largos días.
Grandes movilizaciones populares se efectuaban en defensa del Gobierno por esos días,
pero el país continuaba detenido.

Fue la mano de la clase obrera la que inclinó la balanza a favor de la Revolución, al no
plegarse al paro: abrió las fábricas y refinerías y las puso a funcionar, sin capataces ni
ingenieros.

Fue otra gran lección aprendida: que no es posible hacer una revolución sin el apoyo
mayoritario y protagónico de la clase trabajadora que se convierte sin dudas en la van-
guardia de la Revolución.

Así mismo, asimilamos que la producción y distribución de los insumos básicos como la
alimentación, el vestido y los servicios, como la electricidad y la telefonía, son demasiado
importantes para dejarlos en manos privadas, que especulan con los precios, generan
desabastecimiento y paralizan las industrias para desestabilizar al Gobierno Revolucio-
nario.

El Gobierno Bolivariano tomó al poco tiempo la responsable decisión de nacionalizar la
CANTV, la EDC, creó la red de abastos y supermercados Mercal y una red de producción
agroindustrial para el procesamiento propio de alimentos de gran consumo masivo.


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     Más recientemente, se nacionalizó el cemento y la cabilla, a fin de asegurar la ejecución
     de obras públicas y la construcción de vivienda; en todas funcionan consejos de trabaja-
     dores y sus niveles de producción y funcionamiento son exitosos con algunas contadas
     excepciones.

     A raíz del latigazo del Paro Patronal de 2002–2003, se generó toda una inercia socializa-
     dora, impulsada en la mayoría de los casos por los propios trabajadores y que cada día
     encadena a nuevos sectores de la economía.

     Así, a fuerza de porrazos, es como se ha ido plasmando el carácter socialista y antiimpe-
     rialista de la Revolución Bolivariana, proclamado por el Comandante Chávez a los pocos
     días de derrotado el paro de la burguesía “piti–yanqui”, en una de las movilizaciones de
     masas más grande de los últimos años.

     Cabe resaltar que este carácter socialista fue refrendado por el pueblo en las elecciones
     presidenciales de 2006, donde el Presidente Chávez presentándose con un programa
     abiertamente socialista, obtuvo la mayor votación de la historia nacional con un 62% de
     los votos; lo cual echa por tierra la tesis imperialista, y lamentablemente creída en muchos
     países hermanos por algunos compañeros confundidos, que hace ver que la lucha por el so-
     cialismo en Venezuela es producto de las ideas descabelladas de un líder loco y excéntrico.

     Así pues, cerrada la posibilidad de hacer los cambios en el marco del capitalismo, la revo-
     lución con el Comandante Chávez a la cabeza, se vio forzada a inventar en los términos
     de Simón Rodríguez aquel grande de “inventamos o erramos”, un modelo socialista que
     no repitiera los fracasos y desviaciones del llamado socialismo real ¡vaya reto!, tal vez
     igual al que tuvimos que asumir los latinoamericanos en 1810.

     Se comenzó a estudiar bajo el estímulo del propio Comandante Chávez la experiencia
     histórica de las revoluciones. ¡Cuánto nos hubiésemos ahorrado al leer y releer a Marx y
     Engels, a Lenin y a Trotsky, a Rosa Luxemburgo!; al estudiar, descubrir y redescubrir sus
     magistrales enseñanzas, producto de la experiencia acumulada por los revolucionarios a
     lo largo de gloriosos y dolorosos años.

     Entendimos por ejemplo, con Trotsky, que el fracaso de la Unión Soviética no fue culpa
     del socialismo en sí mismo, como lo hace ver la ideología burguesa, sino de múltiples
     factores entre los que destaca el aniquilamiento del control obrero de las fábricas y del
     poder de los soviets, por parte de una casta burocrática que traicionó y se apartó de los
     principios marxistas y leninistas y secuestró el poder para usarlo en beneficio propio.

     Aprendimos que esta casta burocrática y dictatorial con Stalin como caudillo, creó una
     ideología marxista– leninista deformada y ajustada a sus intereses nacionales e interna-
     cionales, que llevó al desastre a muchas revoluciones socialistas en el mundo entero.

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Lo más increíble es que existan honestos compañeros atrapados en las tesis estalinistas,
que no terminan de comprender el potencial revolucionario y dialéctico de nuestros pro-
cesos revolucionarios y que en la mayoría de los casos terminan adversándonos con gran
encono y sirviendo de carne de cañón a la burguesía.

Aprendimos en definitiva, que sí es posible construir una sociedad socialista, productiva y
democrática, rescatando los auténticos principios marxistas y leninistas, sustentada en el
desmontaje del Estado burgués, en el control obrero de la producción, en la transferencia
del poder a la población organizada y la creación de la milicia popular.

Hoy, cuando observamos la actual crisis del capitalismo que ha lanzado a la pobreza y al
desempleo a millones de personas en Europa y Estados Unidos, nos damos cuenta de
que, en cierta medida, Latinoamérica ha estado a la vanguardia de la insurgencia mundial
en contra del capitalismo, con nuestros procesos anti–neoliberales en Venezuela, Ecua-
dor y Bolivia fundamentalmente, pero no es suficiente.

Esta crisis del capitalismo, generada por la anarquía en la producción y la especulación
improductiva en los países capitalistas avanzados, que ha permeado a lo largo del pla-
neta como producto de la globalización y se comporta como un verdadero tumor maligno
sobre el planeta, está dando síntomas de profundo agotamiento. Basta analizar lo que
está pasando en Grecia, Francia y España, y lo que falta aún por ver.

La historia nos enseña que, para derrotar al capitalismo, se hace necesaria la acción
consciente de la clase trabajadora, con una dirección política revolucionaria, guiada por
los principios del socialismo científico, que sea capaz de articular la mayor fuerza posi-
ble a fin de motorizar y profundizar los procesos revolucionarios en nuestros diferentes
países.

Lo que sí debe quedar claro es que no es posible modificar del todo nuestra realidad
nacional y latinoamericana, si no logramos incidir en el orden capitalista mundial.

Pero la experiencia revolucionaria no se ha detenido en Venezuela en estos ocho años
transcurridos después del golpe y el paro patronal y a tres años de constituido el Partido
Socialista Unido de Venezuela, PSUV.

Hemos tenido que vivir la lucha en el seno mismo de la revolución entre el pueblo y la
clase trabajadora, que empujan para que la revolución llegue hasta el final y los saque
definitivamente de la pobreza, y aquellos que por vacilación o vínculos ideológicos o
materiales con la burguesía, en nombre de la revolución, hacen todo por frenar y desviar
su avance. Es el reformismo, que aparece como mala hierba en todas las revoluciones
y que de imponerse termina liquidando a la Revolución en nombre de la prudencia y de
“acuerdos tácticos” con la burguesía.

                                                                                                        53
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     Estamos enfrentando igualmente a otro enemigo interno, tanto o más letal que la propia
     burguesía: el burocratismo, el cual es hijo directo del reformismo y el estalinismo, que
     apoyado criminalmente en la inercia ideológica del orden burgués y en defensa de sus
     intereses mal habidos, fruto del robo y la corrupción dentro de la Revolución, pretende
     sustituir y usurpar al pueblo y a los trabajadores en la conducción del poder popular y en
     el control obrero de los sectores nacionalizados.

     Esta es, camaradas, en grandes rasgos, la historia y las lecciones más importantes de la
     revolución venezolana, forjada en base a hechos reales vividos por el pueblo. Cualquier
     revolucionario venezolano, indistintamente de su formación, palabras más o palabras
     menos, se pararía aquí a decir lo mismo que yo he transmitido hoy a ustedes, porque no
     lo he sacado de libros, sino de la vivencia cotidiana en estos doce años de Revolución
     Bolivariana.

     Así es como la definición ideológica del Partido Socialista Unido de Venezuela ha sido
     parida por el pueblo y los trabajadores con el Comandante Chávez a la cabeza. Está
     plasmada en sus Estatutos y Declaración de Principios, elaborados por el Congreso Fun-
     dacional y que lo definen en amplitud como:

        •	   Anticapitalista y Antiimperialista
        •	   Anticorrupción
        •	   Socialista
        •	   Marxista
        •	   Bolivariano
        •	   Comprometido con los intereses de la clase trabajadora y el pueblo
        •	   Humanista
        •	   Internacionalista
        •	   Patriótico
        •	   Unitario
        •	   Ético y con moral revolucionaria
        •	   Defensor de los derechos de la madre tierra
        •	   Defensor de la igualdad y equidad de género
        •	   Defensor de los derechos de las personas con discapacidad
        •	   Defensor de la democracia participativa y protagónica en la sociedad
        •	   Como vanguardia política del proceso revolucionario
        •	   Original y creativo
        •	   Defensor, impulsor y promotor del Poder Popular
        •	   Promotor del desarrollo endógeno

54
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   •	   Defensor de la igualdad en el seno de la organización
   •	   Crítico y autocrítico
   •	   Basado en el principio del centralismo democrático y de dirección colectiva
   •	   Disciplinado
   •	   Practicante de la democracia interna en el partido

Esta es, pues, nuestra contribución para el debate de ideas sobre cómo debe ser el parti-
do llamado a asumir la conducción de los cambios revolucionarios que ameritan nuestros
pueblos para superar la miseria y el atraso.

Por último, el Batallón Socialista envió, con toda la humildad del caso, las siguientes
recomendaciones a los hermanos ecuatorianos:

  •	    Que no le teman al socialismo, que le teman al capitalismo.
  •	    Que no caigan en la trampa de acuerdos con la burguesía.
  •	    Que estudien sin prejuicios a Marx, Lenin, Trotsky y todos los revolucionarios que
        nos antecedieron.
  •	    Que combatan fuertemente el burocratismo.
  •	    Que aprendan de nuestra experiencia tan cercana a ustedes, ya que mucho se
        ahorrarían.

Gracias por su atención estimados compañeras y compañeros;

PATRIA SOCIALISTA O MUERTE ¡VENCEREMOS!




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  • 1. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Progresistas MEMORIA Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados
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  • 3.
  • 4.
  • 5. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Progresistas MEMORIA
  • 6. Doris Soliz Carrión Ministra de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados Alexis Rivas Secretario Técnico Mónica Mancero Acosta Directora del Programa de Estudios y Pensamiento Político Producción Ministerio de Coordinación de la Política y Equipo Investigador Gobiernos Autónomos Descentralizados Martha Arízaga Jason Byron Diseño: Claudia Cañizares Lorena Serrano Islas Cecilia Manzo Impresión: Andrés Ortiz Gráfikos Shura Rosero Lorena Paredes Quito, Diciembre 2010
  • 7. Contenido Presentación 9 Introducción 13 PRIMERA PARTE Discursos Inaugurales 21 Presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado 23 Vice–presidente de la República del Ecuador, Lenin Moreno 31 Ministra de la Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados, Doris Soliz 35 Líder de la izquierda alemana y miembro fundador del partido Die Linke, Oskar Lafontaine 39 SEGUNDA PARTE Partidos Políticos, Hegemonía y Poder 43 Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) – Venezuela, Francisco Rivero 47 Polo Democrático Alternativo (PDA) – Colombia, Clara López Obregón 57 Alianza País (AP) – Ecuador, Ricardo Patiño 71 TERCERA PARTE Estructura, Democracia Interna y Modos de Organización de los Partidos Políticos 79 Partido del Movimiento al Socialismo (PMAS) – PARAGUAY, Jorge Cabral 83 Movimiento al Socialismo (MAS) – Bolivia, Sergio Loayza 92 Alianza País (AP) – Ecuador, Orlando Pérez 96 CUARTA PARTE Partidos Políticos en Gobiernos Progresistas, Liderazgos, Oposición y Democracia 103 Partido de los Trabajadores (PT) – Brasil, Valter Pomar 107 Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) – El Salvador, Leonel Búcaro 115 Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) – Nicaragua, Carlos Fonseca Terán 122 Alianza País (AP) – Ecuador, César Rodríguez 133 QUINTA PARTE Partidos Políticos e Integración 143 Partido Comunista de Cuba(PCC) – Cuba, Rafael Hidalgo 165 Encuentro por la democracia y la equidad (EDE) – Argentina, Hugo Varsky 161 Alianza País (AP) – Ecuador, María Fernanda Espinoza 171 SEXTA PARTE Ponencia de Cierre 173 Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, René Ramírez 175 Manifiesto de Quito en el Foro Internacional de Partidos Políticos 189 Conclusiones 195
  • 8.
  • 9. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados PRESENTACIÓN Para el Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados (MCP–GAD) es de importancia estratégica la generación de debates rigurosos alrededor de los nuevos retos que encaran los movimientos y partidos políticos de América Latina, en el escena- rio de las emergentes transformaciones políticas y sociales. En este contexto fue organizado el Foro Internacional de Partidos Políticos de América Latina. Con este libro pretendemos difundir los resultados de dicho evento, que recogió las experiencias partidistas en la región y nos ofreció vías diversas para lograr el fortalecimiento de la nueva democracia en nuestros países. Nuestro compromiso es crear un ideario común de justicia social, equidad y desarrollo sostenible, que nos permita superar los históricos problemas de inequidad y exclusión en nuestra región. Los movimientos y partidos políticos son una forma democrática y necesaria para la articulación de demandas desde diferentes sectores de la sociedad, sobre todo desde aquellos grupos excluidos, que no cuentan con otras formas de expresión. El Programa de Estudios y Pensamiento Político del Ministerio Coordinador de la Política propició este espacio de reflexión, en relación con las formas organizativas, el funcionamiento y la democracia interna de los partidos políticos, temas cuyas exposiciones han sido sistematizadas en este volumen. El diseño del evento y la invitación a los líderes y/o representantes de partidos políticos de la región fue amplio y plural, bajo el criterio de que fueran movimientos progresistas, que impulsan transformaciones sociales. Consideramos importante incluir, al menos, una experiencia partidis- ta por país. El presente texto de Memorias del Foro Internacional de Partidos Políticos recoge las exposi- ciones de políticos, militantes e intelectuales que han liderado importantes procesos de cambio en América Latina. El debate se desarrolló en Quito, los días 11 y 12 de noviembre del 2010, con la participación de representantes del Polo Democrático Alternativo (PDA), de Colombia; del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV); del Movimiento al Socialismo de Bolivia (MAS); del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT); del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), de El Salvador; del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de Ni- caragua; del Partido del Movimiento al Socialismo, de Paraguay (PMAS); del Partido Comunista 9
  • 10. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos de Cuba (PCC); del Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE), de Argentina; y del Partido Die Linke, de Alemania. Asimismo, el auditorio estuvo compuesto por líderes sociales, asambleístas, por partidos políticos y movimientos del país, autoridades locales y funcionarios públicos y miembros de la academia, acogidos en las instalaciones de CIESPAL. Las experiencias presentadas en el Foro fueron articuladas alrededor de cuatro temas eje, que abordan los problemas, pero también las potencialidades que debemos encarar en este siglo. Esos ejes son: Partidos políticos, hegemonía y poder; Estructura, democracia interna y modos de organización de los partidos políticos; Partidos políticos en gobiernos progresistas; Lideraz- gos, oposición y democracia; y Partidos políticos e integración. Hemos incorporado también en esta publicación los discursos de los principales líderes políticos del proceso de la Revolución Ciudadana del Ecuador en el acto de apertura del evento: el Presidente Rafael Correa, líder indiscutible de este proceso; el compañero Lenin Moreno, vicepresidente, y la Ministra Coordi- nadora de la Política, Doris Soliz. Este texto busca convertirse en un documento que nos proporcione las luces necesarias para fortalecer el debate político de nuestras sociedades. Consideramos que las experiencias de cada uno de los países latinoamericanos, que han vivido historias irrepetibles en el fortalecimiento y consolidación de la democracia, nos proporcionan aprendizajes a partir de las matrices de do- minación y exclusión que compartimos y de los sueños libertarios y justos de nuestros pueblos, que enarbolamos. El sentido final de estas reflexiones será el de refundar la soberanía popular, que conducirá al Buen Vivir de todos y todas. Expresamos nuestro reconocimiento a todas/os los que de una u otra manera contribuyeron a la exitosa realización de este Foro y aspiramos a una lectura provechosa de estas memorias. Doris Soliz Carrión MINISTRA DE COORDINACIÓN DE LA POLÍTICA Y GOBIERNOS AUTÓNOMOS DESCENTRALIZADOS 10
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  • 13. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados INTRODUCCIÓN Durante el siglo XX se atribuyó a la democracia un espacio medular dentro del campo político; fue un tiempo de aguda disputa en torno a diversas visiones respecto de ella. Dos puntos de la polémica se volvieron centrales: el uno se refería a lo que debería ser una democracia deseable; y, el otro exploraba sus condiciones estructurales. En la primera mitad del siglo, lo deseable se tradujo en una concepción de la democracia exclusivamente como forma de gobierno. Al final de las dos guerras mundiales, se convergió en la idea de que la práctica democrática estaba emi- nentemente ceñida a un procedimiento electoral que configuraba gobiernos. Esta noción, que se implantó como paradigma político, restringió las vías de participación y soberanía. El debate relativo a las condiciones –o impedimentos– estructurales de la democracia, cuyos principales teóricos apuntan a Moore (1966) y Przeworski (1985), estaba orientado a medir su densidad o calidad en los países. Esto significaba que la propensión a instaurar y profundizar la democracia al interior de los mismos era cuantificada de acuerdo a una tipología configurada según parámetros estructurales. Este enfoque, por lo tanto, determinaba cuán preparados se encontraban los países para la democracia. La implicación inmediata, durante la mitad del siglo XX, fue atribuir la baja calidad democrática en los países “tercermundistas” a un conjunto de características estructurales que la propiciaban. Otras controversias vinculadas a este punto también se desarrollaron en torno a la compatibili- dad o no de la democracia con el capitalismo y a los valores redistributivos intrínsecos que se le otorgaban. Los marxistas ortodoxos consideraron que, al interior de las sociedades capitalistas, se generaba per se una imposibilidad para democratizar la producción material. Fue de esta manera como surgieron perspectivas alternativas a la democracia de orientación liberal. La que tuvo mayor impacto fue la democracia participativa, que consagra el derecho de las ciudadanas y ciudadanos a participar en los asuntos de interés público, así como en el control popular de las instituciones del Estado, la sociedad y sus representantes. Hacia los años setenta, la democracia vinculada al modelo liberal seguía siendo la más influyente y la que más se expandía por el mun- do. Se propagó hacia el sur de Europa, avanzó a América Latina y a Europa del Este (O´Donnell y Schmitter, et al. 1986). 13
  • 14. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Con el tiempo surgieron nuevos problemas relacionados con la forma, la construcción y la va- riación de la democracia. Se impuso la concepción elitista propuesta por Schumpeter –basada en la apatía política de los ciudadanos durante las dos guerras mundiales– y se convirtió en la concepción hegemónica de la democracia (De Sousa Santos, 2004). Boaventura de Sousa San- tos señala como elementos relevantes de este lineamiento democrático la elección de líderes, quienes estarían en capacidad para tomar decisiones; a la configuración de diseños electorales, al tratamiento del pluralismo como forma de incorporación partidaria y de disputa entre las élites; y a una respuesta minimalista al problema planteado por la participación (2004: 37). Esta solu- ción elitista, que reitera los mecanismos de representación, descartó la posibilidad de combinarla o complementarla con dispositivos sociales de participación. En algunos países de América Latina1 la democracia liberal representativa, antes de llegar si- quiera a consolidarse, empezó a mostrar sus falencias. La crisis de representación política em- pezó a vislumbrarse fenomenológicamente a finales de los setenta, y con mayor énfasis, en los ochenta y los noventa. El rechazo a los mecanismos vigentes de la representación democrática se hizo visible a través de la “patología de la participación”, con el aumento en gran escala del abstencionismo (De Sousa Santos, 2004: 38). Los ciudadanos consideraban que cada vez estaban menos representados por aquellos que eligieron. Se perdió la creencia de que los re- presentantes actuaban, efectivamente, en su nombre, de conformidad con sus preferencias o en nombre del bien común, promoviendo beneficios públicos que considerasen las necesidades y preferencias de la ciudadanía en su conjunto, o que implementasen políticas públicas identifica- das con el bienestar general de la comunidad. Los gobiernos fueron incapaces de enfrentar las resistencias de los diversos grupos de po- der llevados por sus intereses corporativos; tampoco pudieron poner freno a las prácticas clientelares y particularistas que se habían arraigado en las relaciones entre el Estado y la sociedad. Peor aún, no tuvieron ningún tipo de destreza para responder a las crisis econó- micas y financieras como la que estalló a partir de 1982, como resultado de la deuda externa latinoamericana. Fue así como América Latina se postró durante una década, para sucumbir luego con la aplica- ción de las políticas estabilizadoras y de ajuste estructural que llegaron a imponerse, según el Consenso de Washington, para combatir la crisis de los ochenta. Su implantación se realizó en forma descontextualizada y pobremente ajustada a las realidades de estos países; fue una grave limitante para el efectivo cumplimiento de los compromisos de los regímenes democráticos. La apelación a la construcción de Estados mínimos, dejando atrás sus antiguas políticas protecto- ras, propició que los sacrificios procedentes de las reformas recayeran sobre vastos sectores vulnerables de la población y produjeron secuelas que agravaron su situación, al generar diver- sos grados de pobreza, inequidad y polarización social. 1 Con especial énfasis los que integran la Región Andina. 14
  • 15. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados Las desigualdades sociales cada vez fueron más irreductibles; no dejaron y aún no han dejado de ser una rémora social. La posibilidad de alcanzar una mejor distribución de la riqueza estu- vo también lejos de ser desbloqueada, al igual que la probabilidad de que las reivindicaciones sociales fueran tomadas en cuenta por los representantes de la población. De esa manera se instauraron en la gramática social el desencanto, la frustración y el escepticismo hacia el sistema político tradicional; la intolerancia hacia las políticas económicas; la pérdida de legitimidad y de credibilidad en las instituciones y los actores políticos, especialmente del sistema partidario. La condensación de esta deslegitimación, agudizó la crisis de representación y de gobierno. Bajo estas circunstancias, hemos revelado nuestros anhelos relativos a la configuración de nue- vos paradigmas socio–políticos capaces de renovar nuestros Estados y nuestras sociedades, haciéndolas más justas para el mayor porcentaje de nuestras poblaciones. Diversos actores sociales han pugnado por sostener una relación directa con el Estado, por “democratizar la democracia”, promoviendo una democracia más profunda y radical a través de procesos parti- cipativos; poniendo énfasis en la justicia social, la equidad, la inclusión política y la rendición de cuentas. Esta propuesta democrática–antiliberal, que hemos impulsado, busca transformar los excluyentes modelos de Estado, ampliando los canales de la representación política. La propensión a buscar formas ampliadas de democracia, que acogiesen las diferencias, que reconociesen la pluralidad humana y diesen prioridad a la creación de una nueva construcción social y cultural y que, además, se articulasen a una nueva institucionalidad, nos impulsó a buscar concepciones alternativas, contra–hegemónicas. Hemos examinado tradiciones partici- pativas que fueron dejadas de lado; las hemos recuperado y potenciado, pero también redefinido bajo el ideal del “derecho a tener derechos”. En la actualidad, nuestros partidos y movimientos políticos latinoamericanos de tendencia pro- gresista, tras largos años de democracia trunca, se han posicionado dentro de esta renovada visión democrática que busca refundar la plena soberanía popular de toma de decisiones. Es una apuesta incluyente, que promueve un contexto social de bien público, basada en los mutuos reconocimientos que conducen a lo que el proyecto de la Revolución Ciudadana ha definido como el «Buen Vivir» de todas y todos. Postula, además, un principio de deliberación amplio, que coloca en el interior del debate democrático la temática social y, a la vez, participativa. Este re–significado ideal democrático incorpora un proyecto de inclusión social y de innovación cultu- ral, que intenta institucionalizar una nueva soberanía democrática. La concepción degradada y deslegitimada que dejó la práctica de los partidos políticos tradi- cionales en los imaginarios nacionales, nos abrió las oportunidades para que ingresáramos en la escena política, buscando alejarnos de todo aquello que pudiera vincularnos con las viejas élites y sus prácticas. Hemos plasmado proyectos transformadores al interior de nuestros par- tidos y movimientos ciudadanos. La construcción de nuestras doctrinas ha estado alentada por nociones participativas, inclusivas y principios de solidaridad social; se han construido acogien- do, integrando, representando y haciendo partícipes a una multiplicidad de ciudadanos en la 15
  • 16. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos transformación política, social, económica y cultural de nuestras naciones. Se trata de partidos y movimientos empeñados en deslindarse de los lineamientos tradicionales, en donde partidos políticos y corporaciones económicas privadas se desempeñaban como únicos agentes que desde la sociedad formulaban y gestionaban las decisiones públicas. Nuestros actuales proyectos socialistas se inclinan por la regulación de los monopolios de poder, para democratizar nuestras sociedades, para recuperar la noción primigenia de lo público, lo que supone abrir las posibilidades para que los ciudadanos puedan participar en la formación de la opinión y la voluntad política, siempre bajo principios de igualdad, pluralismo político y deliberación, en donde converge y se armoniza la libertad con la igualdad y la diversidad con la inclusión. La potencialidad de la participación ciudadana se sustenta, entonces, en la promoción de la igualdad, mitigando los efectos de las divergencias tanto sociales como económicas sobre la participación política, así como creando un campo de respeto hacia la diversidad, cuyo eje central es la deliberación. Las dimensiones democráticas que se han propuesto potenciar nuestras organizaciones polí- ticas apuntan a la invocación del ciudadano como locus de la deliberación autónoma y de su capacidad para involucrarse y agenciar con juicio los asuntos públicos. Este impulso demo- crático no presupone el debilitamiento de las instituciones representativas, sino que implica su reforzamiento, puesto que contribuye a corregir las asimetrías de la representación política de los ciudadanos en las instancias públicas. En otras palabras, significa desplegar una instituciona- lidad de representación que pluraliza el sistema político bajo pautas ético–políticas, que implican tratar al prójimo como libre e igual. La posibilidad de democratizar la esfera política depende de la capacidad de auto–represen- tación social para la satisfacción de necesidades colectivas. Nuestros proyectos socialistas presentes en el Foro de Partidos Políticos, cuyo compromiso está ligado con el fortalecimiento de la democracia, han apelado a la constitución y a la promoción de un tejido social para que se involucre y asuma los temas que conciernen a la recuperación de la soberanía de nuestros pueblos, sobre basamentos de prácticas sociales de solidaridad y justicia. Con el fin de institu- cionalizar la participación política, nos hemos insertado en un proceso que promueve el cultivo de las relaciones horizontales de reciprocidad, fortalece el poder democrático de la organiza- ción colectiva, estimula la capacidad de movilización de las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades por construir un mundo más justo, igualitario y sostenible. En definitiva, lo que nuestros proyectos han pretendido, pretenden y continuarán pretendiendo, mediante el impulso de nuestros procesos políticos, ha sido, es y será articular programas nacionales de cambio profundo, que lleven a cada uno de las y los ciudadanos a la consecución del buen vivir o sumak kawsay. Para plasmar en la realidad estas aspiraciones, que incentivan la vigencia del socialismo como proyecto político, la Revolución Ciudadana en Ecuador, ha marcado siete ejes revo- lucionarios de acción, cuyo centro primordial es el ser humano. El primer eje revolucionario 16
  • 17. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados es el político, el mismo que procura reconstruir y desarrollar un Estado democrático, plu- rinacional e intercultural, a más de recuperar el carácter público mediante la desprivatiza- ción del Estado. El segundo eje trata de una revolución del sistema de justicia, basado en la reforma institucional íntegra del campo judicial. Lo que se pretende es la despartidización y desmercantilización de la Función Judicial y capacitar a las juezas y jueces para lograr una adecuada profesionalización de la justicia. La revolución económica, productiva y laboral es el tercer eje; consiste en fomentar un desarrollo económico sustentado en las fuerzas productivas nacionales, para insertarse en forma estraté- gica dentro del mercado mundial, manteniendo relaciones de mutuo respeto y cooperación. Lo que se procura es fortalecer las potencialidades y capacidades de los hombres y las mujeres trabajadores, para alcanzar una verdadera transformación social y económica. La cuarta revolución es la ecológica. Está encaminada a efectuar un desplazamiento desde las economías dependientes hacia las economías sustentables. La nueva Constitución aprobada en Montecristi en 2008, al otorgar derechos a la naturaleza, sentó las bases de la revolución socio–ecológica. Como quinta revolución se encuentra la relacionada con la inclusión social, la igualdad y la socie- dad de derechos, que apunta a configurar un Estado democrático, constitucional, plurinacional e intercultural, como garante de derechos. Su enfoque es re–equilibrar las relaciones sociales a favor de la justicia y la igualdad, reconociendo la diversidad; e igualmente, estableciendo políti- cas públicas sociales universales, que permitan el pleno ejercicio de los derechos. La sexta revolución se orienta a mejorar las relaciones internacionales, la integración y la so- beranía. Persigue el fortalecimiento del multilateralismo y de los espacios latinoamericanos de integración, encaminados a la construcción de una comunidad internacional sustentada en la convivencia equitativa y pacífica. Finalmente, se encuentra la revolución ética y el combate a la corrupción, cuyo fundamento es fortalecer los mecanismos de control, la rendición de cuentas y la transparencia. En definitiva, lo que el Socialismo del Buen Vivir busca, a través de la consecución de los ejes revolucionarios, es dotar al país de estabilidad y legitimidad política para propiciar un desarrollo humano adecuado, que dé paso a una transición hacia una modernidad alternativa, entendida de acuerdo a nuestros propios términos. Se trata de una modernidad con muchos rostros, que refleja la riqueza y pluralidad latinoameri- cana pero, además, sus plataformas de lucha para la consecución de una democracia profunda, humana y soberana. Entre esos rostros podemos nombrar a los gremios e indígenas de Bolivia, los que vienen de experiencias sindicales y reivindicaciones por la tierra de Brasil, los frentes 17
  • 18. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos amplios de izquierda de Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile, con una enorme experiencia organizativa popular y socialista; los partidos que vienen de la lucha armada y que ahora se encuentran en el poder, como el Frente Sandinista y el Frente Farabundo Martí; aquellos que nacen del desgaste y deslegitimación de los actores políticos tradicionales y la necesidad de un cambio revolucionario, como Venezuela y Ecuador, configurados por fuerzas heterogéneas que aglutinan a diversos sectores de la sociedad. Por último, aquellos partidos que están en esce- narios adversos como el Polo Democrático de Colombia, con una alta presencia de sectores de movimientos sociales y políticos. Todos estos grupos han surgido para gestar transformaciones, para impulsar un cambio de pa- radigma democrático con distinto enfoque epistémico, que configure un nuevo sujeto político inserto en relaciones más horizontales. Esto implica el entendimiento de una ciudadanía que traza su propio sentido de democracia, una democracia más justa, equitativa, incluyente y, sobre todo, participativa. Frente a un sistema político alejado de los ciudadanos, desvinculado de sus demandas y expectativas, creemos en la necesidad de construir movimientos, partidos, e inclusi- ve Estados, centrados en la participación y el diálogo. De este modo se busca generar procesos de politización más amplios para la construcción de una democracia real y crítica, tanto al interior como al exterior de los partidos y los movimientos. Más allá de definir a una organización como movimiento, o como partido político, y demarcar las características inherentes a cada una de ellos, lo que verdaderamente trasciende es el enfoque social que orienta a nuestras nuevas fuerzas socio–políticas. Reconocer la exclusión e injusticia como problema histórico es un elemento que concierne a nuestros países del Sur; de ahí que el objetivo común debe ser el establecer o restablecer la condición de ciudadanía de los pobla- dores. El cambio fundamental de nuestras revividas democracias se ubica en los encuentros e intercambios que se establecen y se concretan entre el sistema político y los ciudadanos orga- nizados y sus comunidades con aquellos ciudadanos con capacidades para tomar decisiones y asumir las responsabilidades que requiere la solución de sus graves problemas. Sobre los hombros de nuestros partidos y movimientos políticos latinoamericanos recae la con- tradicción intrínseca, relativa a la profunda desigualdad de las sociedades complejas contem- poráneas; el verdadero reto es encontrar una solución. Isunza Vera y Olvera señalan que el principio de distribución debe ser un proyecto con argumentos democráticos, basado en la idea de “iguales derechos” (2006: 267–268), donde el derecho al voto y a elegir representantes es un poder menor, que debe complementarse con un poder mayor como es la reinvención de la emancipación social. Emancipación que se concreta con la creación de espacios plurales de discusión, deliberación pública, cogestión y construcción de una voluntad común, desde la idea de una “necesaria igualdad compleja”. Crear espacios democráticos de intercambio y vínculo es repensar lo político, pero además, es recrear formas alternativas para gestionar la política. Es precisamente con este propósito que se ha impulsado un proceso de diálogo y cuestionamiento respecto del papel que deben desempe- 18
  • 19. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados ñar nuestros partidos y/o movimientos con visión socialista. Y es por este motivo que se concibió el Foro de Partidos Políticos. Un Foro abierto para compartir innovadoras propuestas políticas, encaminadas a superar las condiciones de exclusión, a crear una red permanente en América Latina para fortalecer y defender la democracia. Pero sobre todo, y finalmente, un Foro que aborde cómo esbozar un mundo justo y equitativo, donde se evoque la dignidad y la soberanía de nuestros pueblos latinoamericanos. Programa de Estudios y Pensamiento Político Bibliografía De Sousa Santos, Boaventura. 2002. Democratizar la democracia. Los caminos de la democracia participativa. Méxi- co: Fondo de Cultura Económica Isunza Vera, Ernesto y Alberto J. Olvera. 2006. Democratización, rendición de cuentas y Sociedad Civil: participación ciudadana y control social. México: Universidad Veracruzana, CIESAS, Miguel Ángel Porrúa. Moore, B. 1966. Social origins of Dictatorship and Democracy; Lord and Peasant in the Making of the Modern World. Boston: Beacon Press. O’Donnell y Schmitter, et al. 1986. Transitions from Authoritarian Rule: Prospects for Democracy. Baltimore: Johns Hopkins University Press. Przeworski, A. 1985. Capitalism and Social Democracy. New York: Cambridge University Press. 19
  • 20.
  • 22.
  • 23. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados 1. Presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado Queridas amigas y amigos, compañeros de Alianza País y, sobre todo, compañeros de todas partes del mundo que nos visitan en este día: Un abrazo a Jorge Cabral y, por su intermedio, al Movimiento Al Socialismo del Paraguay, donde se está librando una lucha muy fuerte contra las fuerzas retardatarias de siempre. Al doctor Francisco Rivero Álvarez, del Partido Socialista Unificado de Venezuela: ni un paso atrás, compañero, pese a toda la campaña de desinformación que se ha dado en la propia Vene- zuela y en el mundo. Eso significa que vamos por el camino correcto; como dijo Sancho: “Si los perros ladran, es señal de que avanzamos”. Doctora Clara López, del Polo Democrático Alternativo de Colombia, un inmenso abrazo a ese querido pueblo colombiano y sobre todo al Polo Democrático. Sergio Loaiza, del Movimiento Al Socialismo, de Bolivia, una esperanza para toda la región y el planeta entero, un proceso extremadamente hermoso, liderado por ese queridísimo compañero indígena: Evo Morales. Valter Pomar, del Partido de los Trabajadores, del Brasil: bienvenido y felicitaciones por esa her- mosísima victoria de la compañera Dilma, en la cual también tiene mucho que ver el compañero Lula da Silva. Mis felicitaciones al Partido de los Trabajadores. Leonel Búcaro, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador: un inmenso abrazo a El Salvador y a su Presidente Mauricio Funes. Carlos Fonseca, del Frente Sandinista de Liberación Nacional: querido Carlos, tu padre es una leyenda en América Latina, es un honor tenerte aquí. Hugo Barsky, del Encuentro por la Democracia y la Equidad, EDE, de Argentina: adelante Argen- tina, y hoy más que nunca con la partida de Néstor, ni un paso atrás y a respaldar a la Presidenta Cristina Fernández. 23
  • 24. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Rafael Hidalgo, del Partido Comunista de Cuba: justo ayer que llamé a Hugo Chávez, estaba en Cuba almorzando con Fidel y tuve la oportunidad de conversar con el Comandante, así que un inmenso abrazo a esa Cuba socialista, digna, firme, que resiste un bloqueo criminal de más de cuatro décadas. Y nos hablan después de derechos humanos, ¿verdad? También tenemos el honor de contar con la presencia de ese entrañable amigo del Che Guevara, con el cual dio la vuelta a Sudamérica en “La Poderosa”. Bueno, la poderosa se dañó al iniciar la vuelta, pero dieron la vuelta a Sudamérica como pudieron: Alberto Granados. Alberto, ¡bienvenido a tu casa! Les decía, como nos sucede a todos, a aquellos que leen las noticias fuera del país o dentro del país: aquí hay un gobierno populista, monstruoso, sanguinario; con un dictador que lo único que tiene es ansias de poder, que se desvela todas las noches haciendo leyes perversas para aplastar a la gente, porque hasta ahora no hay una ley de las que hemos enviado que sea buena: eso es lo que dice la oposición y los medios de comunicación. Pero esta es una campaña contra todos los coordinadores de estos procesos de cambio. También se ha desatado una campaña para tratar de desacreditar a Ernesto Che Guevara. Comentaba a Alberto que me tocó ver un libro de un supuesto analista francés, en el que el Che Guevara era poco menos que un asesino compulsivo. Gracias a Dios, aquí tenemos testimonios de gente que vivió con el Che y conoce la profundidad humana, la inmensidad humana de uno de los más grandes latinoamericanos de todos los tiempos, de un hombre que estuvo dispuesto al máximo sacrificio por su querida Amé- rica; ese compañero de siempre, inspiración de siempre, Ernesto Che Guevara. Y un abrazo, a los compañeros de la Mesa Directiva: Oskar Lafontaine, Director de La Izquierda de Alemania. Al querido Fernando “Corcho” Cordero, Presidente de la Asamblea Nacional del Ecuador. A Doris Soliz, nuestra Ministra Coordinadora de la Política. Y a Ricardo Patiño, Canciller de la República y Secretario de Alianza País. Queridas amigas y amigos: me han pedido hacer un saludo a este Encuentro. En realidad esas son las limitaciones, los sacrificios que uno tiene que asumir como Presidente; me hubiese en- cantado participar de este encuentro, me habría encantado haber traído una propuesta mucho más elaborada, mucho más académica. Lastimosamente los apremios de la Agenda, las pre- ocupaciones presidenciales, lo han impedido. Pero no podía desaprovechar la oportunidad para darles un saludo afectuoso a todas y a todos. Bienvenidos hermanas y hermanos del extranjero, siéntanse como en su casa. Bienvenidos integrantes de Alianza País que participan en este Foro. Éste es el camino: prepararnos, reflexionar juntos, crear pensamiento común, para no equivocarnos tanto, para prepararnos cada día mejor a cumplir con esas exigencias que nos presenta el pueblo ecuatoriano. Hoy se vive un reto distinto en nuestra América: la izquierda no está en minoría, no está en oposición, está en el poder en muchos países, desde el gigante Brasil, pasando por Venezuela, 24
  • 25. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Paraguay, Uruguay y Argentina. Por tanto, tenemos que saber responder a esos nuevos retos, a esas nuevas circunstancias. Enfatizo esto porque muchas veces parecería ser que la izquierda se ha acostumbrado a la oposición y no entende- mos que en el poder, desde el ejecutivo, tenemos que gobernar y generar manos para gobernar, y muchas veces nuestros propios compañeros de izquierda parecieran ser nuestros principales opositores. Siguen manteniendo esa dinámica de cuando éramos minoría, teníamos gobiernos neoliberales, gobiernos entreguistas. Este es un punto importante de reflexión: el pragmatismo que debe acompañar a la nueva iz- quierda. Como decía Pepe Mujica, ese querido amigo Presidente de Uruguay: “esa izquierda del todo o nada es la mejor aliada del statu quo”, porque si queremos el todo o nada, va a quedar el nada, tengan la seguridad. Ganar las elecciones en América Latina, como casi en todas partes del mundo, dicho sea de paso en Estados Unidos también, no es ganar el poder, es ganar una pequeña parte del poder. Los poderes fácticos siguen ahí vivitos y coleando; los poderes económicos, los sociales, el po- der informativo, ese temible adversario que tienen los gobiernos progresistas de América Latina: empresas de comunicación que han tomado el puesto, la posta, de los partidos de derecha en decadencia y hacen política descaradamente y tratan de desestabilizar y conspirar día a día. Ese poder informativo está ahí, vivito y coleando. Poderes religiosos, incluso. Injerencias inter- nacionales. Hay que luchar contra todo aquello. Pero esa política del todo o nada, esa izquierda del todo o nada, puede ser la mejor aliada de esos poderes fácticos que están esperando que cometamos una equivocación grave para tratar de desestabilizarnos. Permítanme hacer unas reflexiones: Hay un resurgir de la izquierda en nuestra región, que a la vez representa el resurgir de nuestros pueblos, el despertar de nuestros pueblos, sobre todo después de la larga y triste noche neoliberal. Probablemente ese fue un fruto positivo no desea- do del neoliberalismo: se llegó a tales extremos de inequidad, de explotación, de saqueo, de entreguismo, de colonialismo, que los pueblos dijeron ¡basta! y permitieron surgir gobiernos pro- gresistas a lo largo y ancho de la región. Pero debemos ser una nueva izquierda, una izquierda que no repita los errores de la izquierda tradicional; hay que reconocer los errores, tenemos que ser autocríticos. Alguna vez se satanizó la palabra “revisionista”; tenemos que revisarnos día a día, inventarnos día a día, reinventarnos día a día, eso es lo que busca el socialismo del siglo XXI, el SOCIALISMO DEL BUEN VIVIR que practicamos en Ecuador, en Bolivia, en Venezuela. No se trata de tener la misma medicina para toda clase de enfermos, no se trata de tener las respuestas antes de saber las preguntas. Es un proceso en constante construcción, con mucha atención, con los pies bien puestos sobre la tierra, tratando de dar respuestas concretas a los problemas de nuestros pueblos. Por supuesto –y aquí viene la razón de denominarnos de izquierda–, en función de esos prin- cipios irrenunciables de la izquierda. ¿Cuáles son esos principios? Un principio irrenunciable, 25
  • 26. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos clarísimo, que ni haría falta caracterizar, es la supremacía del ser humano sobre el capital. Y estas son palabras mayores en el siglo XXI, después de que durante décadas el neoliberalismo convirtió al ser humano en una mercancía más, en un instrumento funcional al capital. En este país, el gobierno que sube 10 dólares al salario mínimo es “populista”, “demagogo”, “expande el gasto público”, pero nadie se escandalizaba, en una economía dolarizada, que los bancos cobraran un interés del 22, 23, 25 por ciento. Es decir, remuneración al capital sin límites, y siem- pre justificada por las condiciones del mercado, la incertidumbre, el riesgo país. Era no poner límites a la remuneración del capital y poner límites al ser humano en función de las necesidades de acumular ese capital. Ese es un principio fundamental de la izquierda: supremacía del ser humano sobre el capital. Otro principio: la necesidad de acción colectiva. Se nos bombardeó durante décadas, con que el egoísmo, el individualismo racional, era el motor de la sociedad. ¡Y eso es tan falso! Cualquier intento de simplificar procesos tan complejos como el desarrollo de la sociedad, en leyes sim- plistas, está condenado al fracaso. Sobre todo leyes que no tomen en cuenta el entorno cultural, los avances tecnológicos que pueden lograr más cambios que cualquier ideología o cualquier sistema en los modos de producción, en las relaciones de producción. Simplismos como el individualismo racional, el individualismo como motor de la sociedad; una ideología que se nos impuso como ciencia y se desestimó todo lo que era acción colectiva. La izquierda debe rescatar esa necesidad de acción colectiva, siempre respetando las libertades individuales, pero sabiendo que hay problemas colectivos a los que solo podemos dar respues- tas colectivas: un agricultor puede atender su chacrita, pero no puede solo hacer el camino para sacar sus productos, ahí se requiere acción colectiva. Y la forma en que una sociedad realiza acción colectiva es a través del Estado, la representación institucionalizada de dicha sociedad. En otras palabras, la izquierda debe reivindicar el rol del Estado para el desarrollo, para la justi- cia, para la equidad social; rol del Estado tan vilipendiado en las últimas décadas, sin llegar a los extremos del estatismo en que caímos anteriormente. Sabemos que el sector privado tiene un rol importante, sabemos que los mercados son un fe- nómeno económico innegable; pero una cosa es entender que existen mercados y hacer que funcionen con orientación hacia los objetivos sociales, y otra es someter vidas, personas, so- ciedades enteras a esa entelequia llamada mercado. Para controlar esos mercados, para que el mercado sea siervo y no amo, se requiere acción colectiva y se requieren Estados fuertes, reguladores, que traduzcan el bien común y que permitan acción colectiva, respuestas colectivas a problemas colectivos. Este es otro principio irrenunciable de la izquierda moderna: el rol del Estado, el rol de la acción colectiva. Y eso también se traduce hasta en los más pequeños detalles, donde debemos cam- biar las lógicas, incluso en la de los impuestos. Cuando uno está en el gobierno se da cuenta lo difícil que es adaptar las cosas, por las incomprensiones hasta de quienes nos llamamos de izquierda, que muchas veces reproducimos las categorías con las que nos ha bombardeado la 26
  • 27. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados derecha tanto tiempo. Si se quiere poner un impuesto adecuado, que los ricos paguen, los po- bres son los primeros aliados para evitar ese impuesto; y los supuestos dirigentes de izquierda se oponen a los impuestos porque es una cuestión delicada. Hasta en esas cosas tenemos que ver lo que es acción colectiva. Un impuesto es una contribución de cada uno de nosotros para lograr esos fines que nos atañe a todos. Yo siempre pongo como ejemplo en Ecuador que, si desde hace cinco años cada ecuatoriano hubiera dado un centavo, lo que significaba 3 dólares 75 centavos por ecuatoriano cada año –cosa que no iba a empobrecer a nadie– ahora tendríamos doscientas escuelas del milenio, escuelas super modernas que estamos haciendo a lo largo y ancho del país, y estuviera trans- formada la educación del país. Entonces, tenemos que entender todas estas cosas como acción colectiva, acción conjunta para resolver problemas colectivos. Otro punto fundamental e irrenunciable para la izquierda, que es nuestra razón de ser, o no po- dríamos llamarnos izquierda, es privilegiar la generación de valores de uso, antes que valores de cambio. Lo que se hizo en los últimos años es generar mercancías, no generar valor. Y muchas veces, en función de la generación de esas mercancías, se consumieron valores fundamentales para el bienestar de la sociedad humana. En otras palabras, se generaron cosas que tienen pre- cio, no necesariamente las cosas de mayor valor. ¿Cuál es el precio del medio ambiente? ¿Cuál es el precio de la seguridad social? De eso no se preocupa el mercado, de eso no se preocupa el capitalista; sí tiene que preocuparse la izquierda: enfatizar la generación de valores de uso. Y eso nos lleva a problemas muy contemporáneos, como éste del cambio climático. Enfrentar la depredación ambiental, porque son valores de uso que no tienen precio explícitos y, en con- secuencia, no le interesan al mercado, se tienen que hacer con acción colectiva, y hay que dar prioridad a visiones progresistas, visiones de izquierda, visiones que buscan el Buen Vivir de la humanidad y no solamente el enriquecimiento de unos cuantos. Otro principio fundamental de la izquierda, para llamarnos izquierda: el énfasis en la justicia social. Estas son palabras mayores en América Latina, el continente más desigual del mundo. América Latina no es el continente más pobre del mundo, más pobre es África, más pobres son ciertas regiones de Asia. Se supone que América Latina es la clase media mundial; de hecho, gran parte, incluso Ecuador está clasificado como país de desarrollo humano medio–alto. ¿Cuál es el proble- ma? La desigualdad. Estamos hablando de promedios, y ese es uno de los grandes problemas de los economistas. Dicen que el economista es un profesional que si ve a un pobre hombre con la cabeza metida en un horno ardiendo, y los pies metidos en un balde de agua fría, es capaz de decir que, en promedio, está bien. Entonces, sí, en promedio somos la clase media mundial, pero aquí hay gente viviendo mejor que en Alemania o en Suiza y gente viviendo peor que en África. Entonces, hablar de justicia social en nuestro continente, en Ecuador que, de acuerdo al Informe de Desarrollo Humano 2010 de las Naciones Unidas, es de los cuatro países más desiguales de América Latina (Haití es el más desigual, Guatemala y Brasil, empatan con Ecuador) hablar de justicia social, es un desafío inmenso. Y es irrenunciable para una izquierda verdadera. 27
  • 28. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Estas son las características, los principios fundamentales de la izquierda. Pero todos estos principios irrenunciables tenemos que aplicarlos con mucho sentido común, con mucho prag- matismo, con procesos de error–corrección, tocando temas que antes no se consideraban a la altura de la izquierda, como el de la eficiencia. Tenemos que ser eficientes, pero, esta es una de las palabras que no le gusta mucho a la izquierda y de la cual se apoderó la derecha. Tenemos que apoderarnos de esta palabra. Tal vez la mejor forma de lograr justicia social es logrando una alta eficiencia con lo que tenemos, produciendo y muchísimo más, por supuesto. La distribución siempre va a ser fundamental. Con los niveles de Producto Interno que tenemos en Ecuador en estos momentos y una mejor distribución del ingreso, eliminaríamos la pobreza absoluta con lo que tenemos hoy. Pero hay que hablar de eficiencia, tenemos que ser pragmáticos, tenemos que cambiar algunas visiones equivocadas que tuvo la izquierda en los últimos años, que creyó que el enemigo era el Estado, y se pareció mucho más al anarquismo –que desapareció ya en la guerra civil española– que a la izquierda. Y ustedes ven lo que pasó en nuestro país. Si estamos con el ser humano, si estamos con el trabajo humano, si creemos que el trabajo humano no es un factor más de producción sino el fin mismo de la producción, por supuesto que vamos siempre a apoyar la organización laboral, los sindicatos, etcétera. Pero tenemos que ser realistas: en nombre del sindicalismo ¿qué se hizo? Con la derecha, con la propiedad privada nunca se metieron, solo se metieron con el Estado, y qué extremos, qué abusos a los que llega- ron con el sindicalismo público. Y confundimos los roles: resulta que el sindicalismo no era una forma de disputarle rentas al capital, sino de sacarle rentas al Estado, y el Estado somos todos nosotros. Le estaban sacando rentas al pueblo ecuatoriano, a nuestros pueblos. Tenemos que cambiar estas visiones y estas equivocaciones y tenemos que ser muy pragmáticos, sin renunciar a nuestros principios tradicio- nales. Como decía un amigo: “viendo claro, sintiendo hondo y obrando recio”. Tenemos un inmenso desafío; la izquierda en muchas partes de nuestra América está en el poder, y no podemos fallarles a nuestros pueblos, no podemos fallarle al reto histórico que en- frentamos. Y para eso debemos ser muy autocríticos, para eso debemos estar muy atentos, para eso debemos experimentar cada día, derrumbar dogmas, fundamentalismos y evitar el que tal vez fue el mayor error que cometió la izquierda tradicional: no satisfacer las necesidades de los pueblos, sino las necesidades de sus propias fijaciones ideológicas. Nunca más caer en ese error, y creo que este Foro es un buen paso, un gran paso adelante para ese proceso de reflexión continua, de autocrítica; para cumplir, insisto, con esa inmensa tarea que el destino y nuestros pueblos nos han dado. Mucha suerte y cuenten siempre con el respaldo de la Revolución Ciudadana. ¡Bienvenidos compañeros de todas partes del mundo! 28
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  • 31. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados 2. Vice–presidente de la República del Ecuador, Lenin Moreno He leído con detenimiento la convocatoria a este importante Foro y celebro, con mucha expecta- tiva, no solo la iniciativa de la reunión, sino los temas y las inquietudes planteadas inicialmente. La derecha se ha desgañitado pregonando el fin de las ideologías. ¡De ninguna manera! Basta recorrer el mapa de nuestro continente para demostrar que el siglo XXI se abre con el triunfo de gobiernos claramente revolucionarios, en unos casos, o pueblos decididamente participativos, en otros. No son las ideologías lo que está en crisis, sino el neoliberalismo; es esa nueva máscara, esa nueva forma que adopta la explotación y la extorsión a los pueblos, la que está en crisis y que –en algún momento– va a ser derrotada. El consenso de Washington ha fracasado estrepitosamente. Sus políticas de ajuste y reorienta- ción del gasto público sólo consiguieron aumentar los índices de pobreza. Y ahora, son precisamente las ideologías –evidenciadas en nuestros partidos– las que tienen que hacer frente a problemas que compartimos todos, como la pobreza, la inequidad, la concen- tración de la riqueza; y a temas que debemos discutir con propuestas innovadoras y proactivas, como las armas nucleares y, sobre todo, la paz. Un problema común exige una propuesta común de solución, por lo que celebro este encuentro ya que resulta evidente que, ahora, la izquierda fomenta una integración paritaria y equitativa. Hemos saludado la UNASUR y el ALBA. Ahora saludo encuentros como éste, porque crean una plataforma continental de reflexión. Tenemos que fortalecer nuestros partidos de izquierda porque tenemos que hacer frente a la arremetida de las organizaciones de derecha, que pretenden desconocer, desprestigiar y des- acreditar los avances que se han logrado, a través de distintas organizaciones nacionales e internacionales, creadas a propósito para eso. Desde el consenso de Washington hasta esta desacreditación, las organizaciones por ellos crea- das se han inmiscuido en nuestras políticas con fines muy claros de provecho propio. 31
  • 32. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Quiero contarles un caso vergonzoso, pero ilustrativo de cómo operaban: los organismos como el BID o el Banco Mundial fueron contratados para levantar las estadísticas de las discapacida- des en el Ecuador. Según ellos, acogiendo una constante mundial (basada en sus cálculos) la población con discapacidad en el Ecuador ascendía al 12,14%; esto daba paso a que se hicieran grandes e interminables estudios que solo conseguían elevar teoría sobre teoría y, a la final, se perdían en un lenguaje tecnocrático que únicamente comprendían entre ellos. Después de recorrer casa por casa, sin importar cuán difícil fuera su acceso, en un programa que llamamos Misión Solidaria Manuela Espejo, podemos asegurar que ese dato no es real: en ningún caso llegaremos al 5% de discapacidad en el país. Sus aspiraciones son muy claras: inflar una estadística para asegurarse su contratación futura y endeudamiento posterior, distorsionar las realidades para hacerse necesarios. Poco les importó entregar al gobierno un dato irreal, que pudo truncar políticas de atención a los marginados entre los marginados. Por ello se impone la necesidad de vigorizar el papel del Estado. Hemos demostrado que el mer- cado no es el único agente de desarrollo y ,mucho menos, de equidad social. Todo lo contrario: han aumentado la desigualdad, la inequidad y la exclusión. Creemos que el Estado debe ser fuerte y vigoroso, pues necesitamos que intervenga decidi- damente para reducir las brechas heredadas, para crear rubros de inversión en vivienda, en proyectos sociales solidarios e inclusivos. Las propuestas neoliberales nunca imaginaron que buscábamos una nueva sociedad en donde no se discriminara por alguna diferencia, visible o no. No imaginaron que queremos mantener naciones multiétnicas y pluri culturales, en las cuales el reconocimiento de la diversidad (a todo nivel) es el cimento de cualquier riqueza. Un Estado vigorizado genera nuevas relaciones con el ciudadano, que ya sabe demandar el cumplimiento de políticas públicas; ahora ¡el ciudadano exige! Un Estado revolucionario no pre- cariza la condición del trabajo humano. Por ello, llamo a reconocer nuevos retos de las organizaciones de Izquierda, como aquel de en- frentar la globalización cultural, tecnológica, científica, aprovechando esos avances para mejorar las condiciones de vida, pero afianzándonos en una herencia sabia y ancestral. Hay otro tipo de necesidades básicas insatisfechas, como poder ejercer mi cultura en mi tierra de origen, o poder darme a entender en mi idioma, en mi propio país o respirar aire puro y tomar agua limpia. El neoliberalismo soslayó el problema ecológico, embelesado en números y tasas. Olvidó tam- bién la equidad y, cuando se percató de que nos íbamos de sus manos, reorientó el discurso con giros “dizque” sociales. 32
  • 33. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados ¡Cuidado! El “post socialismo” puede estar trayendo nuevos capitalismos. No me cansaré de insistir a quienes entregamos ayudas técnicas, que no nos agradezcan porque estamos cum- pliendo con el deber de un Estado que entiende que el servicio es su obligación. Tampoco nos cansaremos de tratar al extranjero como hermano y compatriota del planeta, y de seguir impul- sando, contra viento y marea, la ciudadanía universal. Nuestro objetivo debe ser crear una sociedad solidaria, equitativa e inclusiva. Que la goberna- bilidad no sea sino el que cada uno encuentre su trinchera de lucha para que nunca más se conculquen los derechos de nadie, por diferente que sea, por distinto que piense o por extrañas que nos parezcan sus creencias y costumbres. Si al Consenso de Washington le siguió el Consenso de Santiago, mi aspiración sería que de aquí salga el Consenso de Quito. Compañeras, compañeros. 33
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  • 35. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados 3. Ministra de la Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados, Doris Soliz En un momento en que en América Latina se consolidan varios procesos de cambio constitu- cional y democrático, con profundas transformaciones que están revirtiendo la pobreza, la des- igualdad y la exclusión política y social provocadas por el neoliberalismo y las élites dominantes, diversos partidos y movimientos políticos ensayan distintas maneras para liderar, acompañar, consolidar y adecuarse a los nuevos escenarios democráticos de la región. La crisis de legitimidad de los partidos políticos se inscribe en un proceso más profundo de agotamiento de las viejas bases institucionales y de los principios normativos de la democracia liberal. Sin embargo, la esencia base de la agrupación política bajo el sistema de partidos debe ser rescatada y renovada, con el fin de que los nuevos movimientos y partidos políticos vuelvan a ser contexto latinoamericano. La posibilidad real de que los ciudadanos y ciudadanas accedan a participar en las estructuras de partidos políticos, en la toma de decisiones, en el control social, ha generado una variedad de formatos de representación política, así como diversas y nuevas formas de acción colectiva. La reflexión sobre la representación y participación política en contextos de cambio y consolida- ción de democracias más incluyentes y participativas no puede dejar de lado la discusión sobre la génesis de partidos o movimientos políticos y sus retos organizacionales, sus modos de re- composición ideológica y sus formas de relacionarse con la sociedad y los movimientos sociales. Los partidos y movimientos políticos del siglo XXI deben afrontar de manera proactiva las dis- cusiones referidas a las tareas de construcción y reconstrucción de sus estructuras internas; de sus formas de tomar decisiones y relacionarse de modo más plural y abierto con el extenso universo de ciudadanos y de organizaciones de la sociedad civil, bajo el horizonte de una nueva política sustentada en la ética del bien común. Por tanto, las organizaciones partidistas deben estar involucradas en el sistema político como los principales articuladores de los intereses de la ciudadanía, que cumplen con socialización política y creación de opinión; armonización de inte- reses; reforzamiento, estabilización y legitimación del nuevo sistema político. La nueva democra- cia se fundamenta a través de ellos, pues son focos de discusión y debate. Consecuentemente, la generación de debate en la sociedad, la generación de consenso y su función canalizadora de demandas de la población hacia los poderes públicos, convierten a los partidos políticos en 35
  • 36. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos elementos indispensables en una democracia y refuerzan la necesidad de fortalecerlos en los países democráticos, con el fin de que se adapten a los tiempos actuales más globales. Propiciar amplios debates en relación con los mecanismos para vigorizar al movimiento o partido, discutir las políticas de alianzas, los formatos deliberativos y la organización de la democracia interna por medio de las elecciones primarias, resulta urgente en un contexto de estructuración organizativa y de participación, control y movilización social. El Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos, cuya organización ha estado a cargo del Programa de Estudios y Pensamiento Político de este Ministerio, está orientado a propiciar reflexiones sobre los problemas, los límites, las potencialidades y los desafíos que afrontan los partidos políticos, en el contexto de sus tareas gubernamentales en la política con- temporánea. A través de este evento se pretende: • Generar un espacio de debate e intercambio de experiencias con los líderes de los principales partidos políticos democráticos de América Latina, sobre la crisis de legitimi- dad de las democracias representativas y las posibilidades de (re) construcción de las dinámicas partidistas. • Debatir alrededor de los problemas, retos y desafíos que enfrentan los partidos políti- cos de cara a los procesos de transformación constitucional y democrática que vive la región. • Generar insumos de reflexión política en relación a las formas organizativas, funciona- miento y democracia interna de los partidos políticos latinoamericanos. • Obtener insumos sobre las dinámicas partidistas de movimientos y partidos democráti- cos, como actores fortalecedores de la democracia en Latinoamérica. El diseño del Foro Internacional de Partidos Políticos (democráticos) Latinoamericanos Progre- sistas, y la invitación a líderes y/o representantes de partidos políticos de la región ha sido amplia y plural. Agradecemos especialmente por aceptar nuestra invitación a los compañeros: De Colombia, Clara López, dirigente del Polo Democrático Alternativo; de Venezuela, Francisco Rivero, del Partido Socialista Unificado de Venezuela; de Bolivia, Sergio Loayza, del Movimiento al Socialismo; de Brasil, Valter Pomar, del Partido de los Trabajadores; de El Salvador, Leonel Búcaro, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional; de Nicaragua, Carlos Fonseca, del Frente Sandinista de Liberación Nacional; de Paraguay, Jorge Cabral, del partido Movimiento al Socialismo; de Cuba, Rafael Hidalgo Fernández, del Partido Comunista de Cuba; de Argentina, 36
  • 37. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados Hugo Varsky, del Encuentro por la Democracia y la Equidad; y, de Alemania, al Cofundador del Partido Die Linke, Oskar Lafontaine. Este Foro se inscribe en la vocación por fortalecer los procesos de aprendizaje e intercambios de las experiencias de los países del Sur. Cada uno de los países de América Latina y el Caribe ha vivido historias irrepetibles en el fortalecimiento y consolidación de la democracia. En este senti- do, reconstruir a partir de vivencias concretas la experiencia histórica de matrices de dominación y exclusión comunes, hace que los vínculos y el aprendizaje sean más cercanos. Los ejes del Foro son los siguientes: • Partidos políticos, hegemonía y poder: debate acerca del tipo de partido político que se necesita para fortalecer los procesos de cambios estructurales, constitucionales y democráticos que viven los gobiernos progresistas de la región. • Estructura, democracia interna y modos de organización de los partidos políticos; • Partidos políticos en gobiernos progresistas, liderazgos, oposición y democracia; y, • Partidos políticos e integración Sur–Sur, que trata de deliberar acerca de cómo fortale- cer las agendas programáticas de los bloques de integración regional. Agradecemos la presencia del Presidente de Ecuador, Rafael Correa; del Vicepresidente, Lenin Moreno; de las autoridades del gobierno nacional; la aceptación de la invitación de los ponentes internacionales; también a La Fundación Rosa Luxemburgo, que ha hecho posible la presencia del reconocido líder de la izquierda alemana Oskar Lafontaine; y a los asistentes, militantes polí- ticos, estudiantes, académicos y ciudadanía en general que participa en este Foro. Gracias a todos y todas. 37
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  • 39. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados 4. Líder de la izquierda alemana y miembro fundador del partido Die Linke, Oskar Lafontaine Buenos días compañeros y compañeras: Les traigo el saludo de la izquierda alemana. Especial saludo para el presidente Rafael Correa, con el que temblamos todos juntos cuando la derecha lo atacó. La izquierda alemana y la izquier- da europea, todos estuvimos muy contentos cuando vimos que las cosas pasaron y le deseamos mucho éxito a él, a su trabajo y a Alianza País en el Ecuador. Una observación colateral con relación a nuestro gobierno: mi bloque legislativo volvió a presen- tar una propuesta ante el Parlamento Alemán, para apoyar nuevamente el proyecto ITT. Me pidieron decir algunas palabras sobre el Partido Die Linke (izquierda alemana) y su trabajo. El partido Die Linke es un movimiento de oposición contra el neoliberalismo, que está organi- zado como un partido político. En una nación industrializada, como Alemania, no existe otra posibilidad de trabajar activamente que desde el lado político; allí rige el lema: “lo que no está organizado, no puede tener efecto”. Nuestra organización tiene una estructura descentralizada; existen grupos de bases, en los pueblos existen grupos distritales, existen grupos provinciales o de país (Land) y una organización central. Así también funcionan las propuestas políticas: se entregan a nivel de base y se van discutiendo en los diferentes niveles, hasta llegar al directorio. En todo el mundo, la izquierda siempre ha tenido el mismo problema: en el momento en que estaba en el gobierno, corría el peligro de decepcionar a sus electores. Una experiencia simi- lar tuvimos cuando yo era parte de la Democracia Social; yo era ministro de ese gobierno, el gobierno decepcionó a sus electores. Yo aprendí mi lección de eso y hay una sola receta para evitarlo: no hay que dejar que solo los miembros de los partidos sean quienes tomen todas las decisiones del gobierno. Si el Partido Social Demócrata alemán hubiera permitido que decidieran sus miembros, entonces hoy en día no tuviera el 20% sino estaría en el 40%. Al igual que aquí, tenemos el problema de que los medios están en contra nuestra. La prensa tiene una organización de derecho privado y no quiere perder sus privilegios. Por eso vamos a intentar utilizar el internet para informar y para formar opinión. El internet no está bajo el control privado, por lo tanto todo el mundo puede participar a través de este medio. En la última reunión 39
  • 40. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos del Parlamento Alemán, se discutió que las leyes son hechas por los bancos para los bancos, por la economía de la energía para la economía de la energía y por el empresariado para el empresariado. La democracia parlamentaria esta desacreditada en Alemania. Nosotros siempre pensamos en el lema del gran líder democrático, Pericles, quien decía: “la de- mocracia es aquel sitio donde los intereses generales prevalecen”. En una sociedad donde caen los ingresos o donde caen los sueldos, donde caen las jubilaciones o donde caen los aportes sociales, ya no existe una democracia, porque no prevalecen los derechos de la mayoría. Noso- tros decimos para nuestro partido, y tal vez sirva para ustedes: se debe prohibir que los partidos sean financiados ya sea por bancos, por seguros o por empresarios grandes o personas ricas, eso es fundamental; si no se lo hace, la política es comprable. También estamos obligados a decir qué es el socialismo democrático; esta palabra no le sirve a todos los ciudadanos/as porque no saben qué es. Por eso nosotros decimos que el socialismo democrático es una sociedad sin explotación y sin supresión. Es importante, tal como dijo el pre- sidente Correa, que el ser humano esté por encima del capital. En Alemania estamos discutiendo últimamente qué es la propiedad; de acuerdo con el Manifiesto Comunista, la propiedad es el asunto primordial del movimiento. Y ahora voy a decir una oración revolucionaria: la propiedad solo existe a través del trabajo, no a través de la herencia o a través de la pereza. A través de la teoría liberal, el suelo nunca pudo haber sido propiedad porque nadie pudo crearlo o conseguirlo a través del trabajo; por lo mismo el agua tampoco puede ser privada, porque na- die ha trabajado haciendo agua. Si seguimos así, ya mismo van a privatizar el aire y tendremos que pagar por respirar. Todo lo que aparece a través del trabajo colectivo puede ser solamente propiedad del colectivo, esa es la clave para abrir el ordenamiento capitalista. Si en las grandes empresas se crea un gran patrimonio o riqueza empresarial, jamás puede ser propiedad de una sola persona. La palabra propiedad privada es correcta, porque privado quiere decir robar. Por eso el tema de la propiedad es el puente que puede permitir cruzar del capita- lismo hacia una sociedad donde el ser humano esté por encima del capital. La última oración, en este sentido, sería que todas las personas deben participar dentro de la vida económica; así podemos corregir los errores de los Estados socialistas anteriores. Existen sujetos económicos que deben estar en manos del Estado, por ejemplo los grandes bancos. Igual cosa rige para las grandes empresas de la economía energética, pero como socialistas también tenemos que empezar a pensar y a crear pequeñas entidades descentra- lizadas de generación eléctrica, a través recursos o fuentes alternativas, para no ser esclavos de las grandes empresas de generación eléctrica. La descentralización es un principio que va de arriba para abajo dentro un ordenamiento socialista. El error de los estados socialistas anteriores fue que los trabajadores no tenían nada que decir, tan poco como tenían que decir las empresas capitalistas. 40
  • 41. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados La revolución ciudadana consideró que había puesto de lado al feudalismo, ese es un gran error. El feudalismo estaba antes en los sectores rurales, hoy se encuentra en la economía y no lo hemos abatido aún. Tengo poco tiempo y quisiera topar un tema adicional: el imperialismo. La izquierda alemana lucha contra el imperialismo. Nosotros somos en Alemania el partido que dice que las guerras en el Irak y Afganistán no son guerras a favor de la democracia, sino son guerras para asegurarse el petróleo y el gas. Por eso, nosotros somos el único partido que dice No a la guerra en Afganistán y No a la guerra en Irak. El socialismo también es un movimiento pacifista, es un movimiento que busca la solución pacífica de los conflictos. Con mucha empatía miramos el trabajo que ustedes hacen aquí en América Latina; acompaña- mos su trabajo con el corazón apasionado y esperamos que no cometan los errores que noso- tros cometimos. Para concluir, siempre hay que tratar de que participen los miembros del partido conjuntamente con la población, en todas las decisiones que se tomen. ¡Hasta la Victoria Siempre! 41
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  • 45. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados Pregunta Eje: ¿Qué tipo de partido político se necesita para fortalecer los procesos de cambios estructurales, constitucionales y democráticos que viven los gobiernos progresistas de la región? 45
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  • 47. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados 1. Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) – Venezuela, Francisco Rivero a. Historia PSUV El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)2 se constituyó a partir de una convoca- toria realizada por el presidente Hugo Chávez durante la campaña electoral para la elec- ción presidencial de 2006. Su creación tuvo como objetivo unir la izquierda venezolana para proseguir con la transformación del país de cara a la construcción del Socialismo del Siglo XXI. En el 2006 se fusionaron algunas de las expresiones políticas y movimientos sociales que apoyaron el proceso de cambio emprendido por la Revolución Bolivariana, entre ellas el Movimiento Quinta República (MVR), el Movimiento Electoral del Pueblo, el Movimiento Independiente Ganamos Todos, la Unidad Popular Venezolana, el Movimien- to Tupamaro y la Liga Socialista. La fundación del Partido tuvo tres fases destinadas al logro de varios objetivos: • La primera se inició en marzo de 2007 y consistió en la juramentación de los pri- meros militantes, a quienes se les exigió no poseer militancia política previa. • La segunda empezó en julio de 2007, con la creación de las unidades de base conocidas como batallones socialistas. Los batallones debatieron en asambleas aspectos vinculados a la fundación del partido. En enero de 2008 se llevó a cabo el Congreso Fundacional, cuyo fin fue diseñar las bases del PSUV, establecer principios y estatutos, estructura e ideología política del partido, así como selec- cionar los candidatos para cargos de elección popular. • En la tercera fase se eligieron las autoridades transitorias del PSUV. Los principios fundamentales del PSUV tienen como hilo conductor el ideario bolivariano, la contribución de Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez y las contribuciones de lucha y organización de los pueblos indo–afroamericanos. Los valores en que se fundamenta el partido son los orígenes del cristianismo y de la teoría de la liberación. Se sustenta en el socialismo científico y en las experiencias de las luchas revolucionarias y aquellas que han construido el socialismo. 2 PSUV – Libro Rojo 47
  • 48. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos El Partido Socialista Unido de Venezuela se declara anticapitalista, antiimperialista, so- cialista, marxista, bolivariano, humanista, internacionalista, patriótico, unitario, original, creativo, crítico y autocrítico. Lucha contra la corrupción y por la unidad cívico–militar con el propósito de garantizar la defensa y la soberanía nacional y popular. Propugna la ética y la moral, tanto en la política como en la vida cotidiana, característica propia de la acción revolucionaria. Se considera defensor de la igualdad y la equidad de género, de los derechos de la madre tierra y de las personas con discapacidad y busca promover el poder popular y el desarrollo endógeno. El objetivo primordial del PSUV es la construcción del Socialismo Bolivariano y la con- solidación de la democracia bolivariana: participativa y protagónica. Según sus objetivos estratégicos, aquello implica la lucha contra la antigua cultura liberal y neoliberal bur- guesa vinculada a la democracia representativa. Considera que el pueblo, al ejercer su soberanía y participar políticamente, va construyendo una nueva sociedad y un nuevo Estado Socialista basado en la libertad, la igualdad y la justicia. El PSUV representa las demandas del proletariado urbano y rural y de los grupos huma- nos marginados, de la clase trabajadora y de los sectores populares en general. Su pro- pósito es alcanzar el bienestar social a través de la derrota de la pobreza, de la seguridad nacional, de la soberanía e independencia nacional. Es de esta manera como pretenden consolidar la Democracia Participativa y Protagónica, la Democracia Socialista. b. Reseña Biográfica: Francisco Rivero Médico Psiquiatra Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Dr. “José María Vargas” de La Guaira, Estado Vargas. Forma parte del Centro de Estudios LIBRE MENTE, dedicado al estudio de la Guerra de Cuarta Generación y sus efectos sobre la conducta humana. Francisco Rivero es militante del PSUV. Actualmente es vocero del Batallón Socialista de la Circunscripción 18 del Estado Vargas. Ocupa el cargo de Asesor y Director de Estrategia Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información 2010. Ha sido candidato en el proceso de selección de delegados al Congreso Fundacional del PSUV en el año 2007. Del 2000 al 2004, fue Secretario Permanente del Movimiento V República en el Estado Vargas. En el año 2000, Rivero se desempeñó como legislador designado por la Asamblea Nacional Constituyente para integrar la Comisión Legislativa transitoria del mencionado Estado. 48
  • 49. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados c. Ponencia Agradezco al Ministerio de Coordinación de la Política del Ecuador por la invitación a participar en este importante evento, que contribuirá a enriquecer el debate político en el seno de la Revolución Ciudadana liderada por el Presidente Rafael Correa. Un especial saludo a la ministra Doris Solíz y a todo su equipo de trabajo, encabezado por el compañero Mario Ramos, por la excelente organización y recibimiento del que hemos sido objeto, mis más sinceras felicitaciones. Y principalmente un saludo revolucionario a ustedes, compañeros y compañeras de Alianza País y de todos los partidos de izquierda y militantes de movimientos sociales presentes en este evento. Les traigo un mensaje de la organización de base del PSUV a la cual pertenezco: con la inmensa movilización de calle que pudimos observar a través de Telesur el pasado 30 de septiembre, estamos seguros que el fascismo y los imperialistas en el Ecuador ¡No Pasarán!, o como decimos en Venezuela, ¡No Volverán! Quiero también informar que, cuando compartí con los camaradas de mi organización de base o “Batallón Socialista” sobre mi participación en el Foro, decidimos abrir una discu- sión sobre cuáles serían los aspectos fundamentales a resaltar en esta ponencia, la cual, por tanto, fue realizada en forma “participativa y protagónica”. Camaradas: Hay partidos revolucionarios que hacen una revolución y la moldean con su doctrina y su programa político. Pero hay casos, donde es el desarrollo mismo de la Revolución la que moldea la definición ideológica del partido revolucionario, sobre la base de las vivencias y contingencias del día a día, e incluso de los latigazos recibidos de la contrarrevolución, como solía decir Trotsky. Este es el caso del PSUV. Repasemos un poco lo más resaltante de la historia de la Revolución Bolivariana: Existen grandes paralelismos entre la revolución ecuatoriana y la venezolana; ambas al- canzan el poder como culminación de un largo camino de valiente y tenaz lucha por parte de sus pueblos, de enfrentamientos con las clases dominantes, de traiciones, de marchas y contramarchas, pero que al final, para despecho y furia de la oligarquía, podemos decir hoy con orgullo revolucionario que tanto en Venezuela como en Ecuador ¡lo logramos!, logramos desplazar del gobierno a la oligarquía y su partidocracia podrida. 49
  • 50. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos En el caso venezolano, el ciclo revolucionario no se inició el 6 de diciembre de 1998 con la victoria electoral de Chávez, como muchos pudieran pensar, sino con el llamado “cara- cazo” en los días de febrero y marzo de 1989, en que el pueblo enfurecido fue masacrado en las calles mientras protestaba en contra del modelo neo–liberal que se nos impuso desde el Norte con la complicidad de una burguesía desnacionalizada y corrupta, y en el marco de la denominada Democracia Representativa, donde los únicos representados eran los intereses de los poderosos y el imperialismo. A partir del triunfo electoral del Comandante Chávez, la burguesía y su proyecto político quedaron letalmente acorralados. Demasiadas décadas de desmanes y represión habían erosionado todo su capital político y la correlación de fuerzas se hizo favorable a las fuerzas del cambio. El pueblo comenzó a profundizar su aprendizaje político con Chávez en el gobierno, hom- bro a hombro con su líder y su programa bolivariano, con un objetivo: sacar de la miseria a las grandes mayorías y restituir la dignidad de la nación venezolana. La victoria electoral se alcanzó sobre la base de una coalición de partidos reformistas y progresistas, en la cual el eje central lo constituía el Movimiento V República –de reciente fundación–, que fungía como aparato electoral, pero carecía de un cuerpo doctrinario y político. Así pues, seguros del compromiso de Chávez con el pueblo, ambos –pueblo y líder, en una poderosa relación dialéctica–, iniciaron la travesía por las turbulentas aguas de la Revolu- ción. Sin un partido como tal, pero con toda la voluntad de hacer los cambios reclamados, y asidos únicamente al programa democrático bolivariano, dado a conocer al pueblo vene- zolano después de la rebelión de los militares patriotas del 4 de febrero de 1992. Este programa se podía definir para entonces como revolucionario, nacionalista, justicia- lista, anti–neoliberal, de profundo contenido social, que propugnaba la democracia partici- pativa y protagónica en sustitución de la democracia representativa al servicio de las élites. El propio Comandante Chávez ha recordado en múltiples oportunidades que, en los ini- cios del gobierno bolivariano, simpatizaba incluso con la llamada Tercera Vía o capi- talismo con rostro humano. Poco tiempo faltaba en realidad, para que la burguesía le mostrara su verdadero rostro asesino y fascista. Bastó con que se promulgaran las llamadas Leyes Habilitantes, que tan solo hacían justi- cia a campesinos y pescadores en sus reivindicaciones históricas, para que la burguesía y el imperialismo iniciaran su sangrienta y terrorista insurrección de 2002 y 2003, sin importar para nada el orden constitucional y el tan cacareado y sacrosanto Estado de Derecho con el que se llenan la boca. 50
  • 51. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados Del Golpe de Estado del 11 de abril y de la cacería fascista de chavistas de esos días, se aprendió la amarga lección de que hacer la revolución es cosa seria, que la burguesía no tiene contemplaciones a la hora de actuar y que no hay posibilidad de entendimiento con ellos, que no pase por la claudicación del programa revolucionario como condición. Pero de la victoria popular del 13 de abril, cuando por la vía revolucionaria fue derrocado el gobierno fascista de la burguesía, el pueblo aprendió a valorar su propio músculo, a hacerse plenamente consciente de que no hay poder político superior en este mundo, que los trabajadores decididos a tomar el poder y a defender el poder. Entonces terminamos de entender los revolucionarios que no es posible acabar con la pobreza en el marco del capitalismo, porque su lógica intrínseca no lo permite y porque a la burguesía no le es posible funcionar en el marco de las leyes de la revolución. Pero la mayor de las enseñanzas fue el habernos dado cuenta de la enorme debilidad que representaba para la revolución no contar con un Partido organizado y blindado ideo- lógicamente, que permitiera prevenir y defender de manera coordinada y responsable al gobierno revolucionario en la calle y en el seno de la sociedad. Ocho meses después del Golpe de Estado, la burguesía arremetió de nuevo con el paro, sabotaje petrolero que detuvo el comercio y la economía del país por 62 largos días. Grandes movilizaciones populares se efectuaban en defensa del Gobierno por esos días, pero el país continuaba detenido. Fue la mano de la clase obrera la que inclinó la balanza a favor de la Revolución, al no plegarse al paro: abrió las fábricas y refinerías y las puso a funcionar, sin capataces ni ingenieros. Fue otra gran lección aprendida: que no es posible hacer una revolución sin el apoyo mayoritario y protagónico de la clase trabajadora que se convierte sin dudas en la van- guardia de la Revolución. Así mismo, asimilamos que la producción y distribución de los insumos básicos como la alimentación, el vestido y los servicios, como la electricidad y la telefonía, son demasiado importantes para dejarlos en manos privadas, que especulan con los precios, generan desabastecimiento y paralizan las industrias para desestabilizar al Gobierno Revolucio- nario. El Gobierno Bolivariano tomó al poco tiempo la responsable decisión de nacionalizar la CANTV, la EDC, creó la red de abastos y supermercados Mercal y una red de producción agroindustrial para el procesamiento propio de alimentos de gran consumo masivo. 51
  • 52. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Más recientemente, se nacionalizó el cemento y la cabilla, a fin de asegurar la ejecución de obras públicas y la construcción de vivienda; en todas funcionan consejos de trabaja- dores y sus niveles de producción y funcionamiento son exitosos con algunas contadas excepciones. A raíz del latigazo del Paro Patronal de 2002–2003, se generó toda una inercia socializa- dora, impulsada en la mayoría de los casos por los propios trabajadores y que cada día encadena a nuevos sectores de la economía. Así, a fuerza de porrazos, es como se ha ido plasmando el carácter socialista y antiimpe- rialista de la Revolución Bolivariana, proclamado por el Comandante Chávez a los pocos días de derrotado el paro de la burguesía “piti–yanqui”, en una de las movilizaciones de masas más grande de los últimos años. Cabe resaltar que este carácter socialista fue refrendado por el pueblo en las elecciones presidenciales de 2006, donde el Presidente Chávez presentándose con un programa abiertamente socialista, obtuvo la mayor votación de la historia nacional con un 62% de los votos; lo cual echa por tierra la tesis imperialista, y lamentablemente creída en muchos países hermanos por algunos compañeros confundidos, que hace ver que la lucha por el so- cialismo en Venezuela es producto de las ideas descabelladas de un líder loco y excéntrico. Así pues, cerrada la posibilidad de hacer los cambios en el marco del capitalismo, la revo- lución con el Comandante Chávez a la cabeza, se vio forzada a inventar en los términos de Simón Rodríguez aquel grande de “inventamos o erramos”, un modelo socialista que no repitiera los fracasos y desviaciones del llamado socialismo real ¡vaya reto!, tal vez igual al que tuvimos que asumir los latinoamericanos en 1810. Se comenzó a estudiar bajo el estímulo del propio Comandante Chávez la experiencia histórica de las revoluciones. ¡Cuánto nos hubiésemos ahorrado al leer y releer a Marx y Engels, a Lenin y a Trotsky, a Rosa Luxemburgo!; al estudiar, descubrir y redescubrir sus magistrales enseñanzas, producto de la experiencia acumulada por los revolucionarios a lo largo de gloriosos y dolorosos años. Entendimos por ejemplo, con Trotsky, que el fracaso de la Unión Soviética no fue culpa del socialismo en sí mismo, como lo hace ver la ideología burguesa, sino de múltiples factores entre los que destaca el aniquilamiento del control obrero de las fábricas y del poder de los soviets, por parte de una casta burocrática que traicionó y se apartó de los principios marxistas y leninistas y secuestró el poder para usarlo en beneficio propio. Aprendimos que esta casta burocrática y dictatorial con Stalin como caudillo, creó una ideología marxista– leninista deformada y ajustada a sus intereses nacionales e interna- cionales, que llevó al desastre a muchas revoluciones socialistas en el mundo entero. 52
  • 53. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados Lo más increíble es que existan honestos compañeros atrapados en las tesis estalinistas, que no terminan de comprender el potencial revolucionario y dialéctico de nuestros pro- cesos revolucionarios y que en la mayoría de los casos terminan adversándonos con gran encono y sirviendo de carne de cañón a la burguesía. Aprendimos en definitiva, que sí es posible construir una sociedad socialista, productiva y democrática, rescatando los auténticos principios marxistas y leninistas, sustentada en el desmontaje del Estado burgués, en el control obrero de la producción, en la transferencia del poder a la población organizada y la creación de la milicia popular. Hoy, cuando observamos la actual crisis del capitalismo que ha lanzado a la pobreza y al desempleo a millones de personas en Europa y Estados Unidos, nos damos cuenta de que, en cierta medida, Latinoamérica ha estado a la vanguardia de la insurgencia mundial en contra del capitalismo, con nuestros procesos anti–neoliberales en Venezuela, Ecua- dor y Bolivia fundamentalmente, pero no es suficiente. Esta crisis del capitalismo, generada por la anarquía en la producción y la especulación improductiva en los países capitalistas avanzados, que ha permeado a lo largo del pla- neta como producto de la globalización y se comporta como un verdadero tumor maligno sobre el planeta, está dando síntomas de profundo agotamiento. Basta analizar lo que está pasando en Grecia, Francia y España, y lo que falta aún por ver. La historia nos enseña que, para derrotar al capitalismo, se hace necesaria la acción consciente de la clase trabajadora, con una dirección política revolucionaria, guiada por los principios del socialismo científico, que sea capaz de articular la mayor fuerza posi- ble a fin de motorizar y profundizar los procesos revolucionarios en nuestros diferentes países. Lo que sí debe quedar claro es que no es posible modificar del todo nuestra realidad nacional y latinoamericana, si no logramos incidir en el orden capitalista mundial. Pero la experiencia revolucionaria no se ha detenido en Venezuela en estos ocho años transcurridos después del golpe y el paro patronal y a tres años de constituido el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV. Hemos tenido que vivir la lucha en el seno mismo de la revolución entre el pueblo y la clase trabajadora, que empujan para que la revolución llegue hasta el final y los saque definitivamente de la pobreza, y aquellos que por vacilación o vínculos ideológicos o materiales con la burguesía, en nombre de la revolución, hacen todo por frenar y desviar su avance. Es el reformismo, que aparece como mala hierba en todas las revoluciones y que de imponerse termina liquidando a la Revolución en nombre de la prudencia y de “acuerdos tácticos” con la burguesía. 53
  • 54. Foro Internacional de Partidos Políticos Latinoamericanos Estamos enfrentando igualmente a otro enemigo interno, tanto o más letal que la propia burguesía: el burocratismo, el cual es hijo directo del reformismo y el estalinismo, que apoyado criminalmente en la inercia ideológica del orden burgués y en defensa de sus intereses mal habidos, fruto del robo y la corrupción dentro de la Revolución, pretende sustituir y usurpar al pueblo y a los trabajadores en la conducción del poder popular y en el control obrero de los sectores nacionalizados. Esta es, camaradas, en grandes rasgos, la historia y las lecciones más importantes de la revolución venezolana, forjada en base a hechos reales vividos por el pueblo. Cualquier revolucionario venezolano, indistintamente de su formación, palabras más o palabras menos, se pararía aquí a decir lo mismo que yo he transmitido hoy a ustedes, porque no lo he sacado de libros, sino de la vivencia cotidiana en estos doce años de Revolución Bolivariana. Así es como la definición ideológica del Partido Socialista Unido de Venezuela ha sido parida por el pueblo y los trabajadores con el Comandante Chávez a la cabeza. Está plasmada en sus Estatutos y Declaración de Principios, elaborados por el Congreso Fun- dacional y que lo definen en amplitud como: • Anticapitalista y Antiimperialista • Anticorrupción • Socialista • Marxista • Bolivariano • Comprometido con los intereses de la clase trabajadora y el pueblo • Humanista • Internacionalista • Patriótico • Unitario • Ético y con moral revolucionaria • Defensor de los derechos de la madre tierra • Defensor de la igualdad y equidad de género • Defensor de los derechos de las personas con discapacidad • Defensor de la democracia participativa y protagónica en la sociedad • Como vanguardia política del proceso revolucionario • Original y creativo • Defensor, impulsor y promotor del Poder Popular • Promotor del desarrollo endógeno 54
  • 55. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados • Defensor de la igualdad en el seno de la organización • Crítico y autocrítico • Basado en el principio del centralismo democrático y de dirección colectiva • Disciplinado • Practicante de la democracia interna en el partido Esta es, pues, nuestra contribución para el debate de ideas sobre cómo debe ser el parti- do llamado a asumir la conducción de los cambios revolucionarios que ameritan nuestros pueblos para superar la miseria y el atraso. Por último, el Batallón Socialista envió, con toda la humildad del caso, las siguientes recomendaciones a los hermanos ecuatorianos: • Que no le teman al socialismo, que le teman al capitalismo. • Que no caigan en la trampa de acuerdos con la burguesía. • Que estudien sin prejuicios a Marx, Lenin, Trotsky y todos los revolucionarios que nos antecedieron. • Que combatan fuertemente el burocratismo. • Que aprendan de nuestra experiencia tan cercana a ustedes, ya que mucho se ahorrarían. Gracias por su atención estimados compañeras y compañeros; PATRIA SOCIALISTA O MUERTE ¡VENCEREMOS! 55