Resumen de Historia

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Apunte de Historia- 2ª año ES
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LOS REINOS ROMANOS- GERMÀNICOS
La ocupación del territorio del Imperio Romano de Occidente fue llevada a cabo
por los diferentes pueblos germanos provocando la disolución de la unidad y originando
los reinos romanos- germánicos, denominados así porque, sobre el sustrato del antiguo
Imperio Romano, los pueblos invasores aportaron sus propios rasgos culturales.
Características de los pueblos romanos germánicos
 Políticamente, la mayoría de los pueblos adoptaron el sistema monárquico como
forma de gobierno, en la que el rey tenía poder absoluto.
 En el terreno económico, la crisis se acentuó, el intercambio comercial se
paralizó y la vida urbana decayó generando un nuevo orden anclado en una
economía rural basada en la agricultura y pastoreo, de escasos intercambios
comerciales.
 El poder espiritual y político de la Iglesia se afianzó ya que la mayoría de los
reyes germánicos adoptaron la religión cristiana. La Iglesia actuó, en este
sentido, como un factor de cohesión, ya que los súbditos debían abrazar la
religión de su rey.
 La Iglesia defendió y preservó la lengua latina, de la que saldrían diversos
idiomas.
EL IMPERIO BIZANTINO
El Imperio Romano de Oriente, conocido como bizantino, persistió hasta 1453.
La ubicación geográfica de su capital, Constantinopla, era excelente: unía el
mar Negro con el mar de Mármara y era el punto de contacto entre Europa y Asia.
Además, el imperio contaba con un ejército poderoso y una economía próspera, que
facilitaron su supervivencia.
Luego de la división política definitiva del Imperio Romano, consumada en el
año 395 d.C después de la muerte de Teodosio, el poder quedó en manos de los
emperadores de Constantinopla, quienes se dedicaron a afirmar sus derechos sobre la
parte occidental del antiguo Imperio, y fundamentalmente, a proteger su propio
territorio de invasiones. En el Imperio de Oriente se afianzaron las tradiciones griegas y

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orientales, alejadas de la tradición romana de Occidente. Esta ruptura entre las dos
partes quedó finalmente sellada en el año 1054 con el Cisma de Oriente.1
El imperio era una monarquía autocrática. El rey poseía poderes absolutos,
tenía jurisdicción sobre todos los asuntos estatales, era la suprema autoridad de la
Iglesia y elegía a su sucesor. Su figura era vista como sagrada. Administraba el imperio
con un conjunto de funcionarios. Los prefectos pretorianos estaban a cargo de cada una
de las cuatro divisiones del imperio- las prefacturas- y eran responsables ante el
soberano. Cada prefactura se subdividía en diócesis, al mando de los vicarios, y estas
en provincias, a cargo de los gobernadores.
La agricultura era la principal actividad económica. La pequeña explotación
agrícola era la más extendida. Por su parte, Constantinopla era un destacado centro
comercial especializado en productos suntuarios y también producía artesanías. Pero
desde los siglos XI y XII el crecimiento de las ciudades italianas hizo declinar su
supremacía.
La cultura bizantina era una mezcla original de las tradiciones artísticas griega
y romana, así como de la religión cristiana y algunas costumbres orientales.
En Bizancio se hablaba el griego, pero el armazón legal se basaba en el derecho
romano, recopilado en un código por orden del emperador Justiniano (527-565).
Justiniano intentó recuperar la unidad perdida del Imperio romano y logró conquistar el
norte de África, el sur de la península ibérica y la península itálica, pero, a su muerte,
esos territorios le fueron arrebatados a Bizancio por el avance de otros pueblos.
EL ISLAM
El desierto arábigo estaba poblado por tribus nómadas de religión politeísta y
animista (persona que cree en que ciertos objetos o elementos de la naturaleza poseen
un alma y deben ser honrados como dioses), divididas y en constante guerra. En este
marco, un rico comerciante de la ciudad de la Meca llamado Mahoma comenzó a
predicar la existencia de un único dios, Alá, de quien se consideró el último profeta,
después de Moisés y Cristo.
Ante el éxito de su prédica, los grupos de su ciudad vinculados a la antigua
religión lo persiguieron, por lo cual Mahoma debió emigrar a la ciudad de Medina en el
1 El cisma deOriente o Gran Cisma define el acontecimiento por el cual la cristiandad deOriente se
separó de la de Occidente en el año 1054.La primera reconoció la autoridad religiosa del patriarcade
Constantinopla en tanto la segunda, la autoridad del Papa con sede en Roma

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año 622. Este suceso es conocido como la Hégira y constituye el punto de partida del
calendario musulmán.
Años después, Mahoma regresó a La Meca e instaló el centro de la nueva
religión llamada Islam, término árabe que significa “sumisión a Dios”, cuyos fieles se
denominan musulmanes, o sea, “sometidos a la voluntad de Dios”.
La doctrina del Islam está contenida en su libro sagrado, el Corán, que se
considera que le fue dictado por Alá a Mahoma por intermedio del arcángel Gabriel.
Las obligaciones básicas de todo musulmán consiste en:
 La profesión de fe, según la cual Alá es único dios y Mahoma es su profeta
 La oración ritual cinco veces al día, inclinados en dirección a La Meca.
 La limosna obligatoria a los pobres.
 El ayuno anual durante el mes de Ramadán (el noveno mes del año)
 La peregrinación a la ciudad santa de La Meca al menos una vez en la vida.
Entre 622 y la muerte de Mahoma, diez años después, el Islam se difundió por
toda la península arábiga y logró unificar, bajo una misma religión y bajo la lengua
árabe, a todas las tribus. Sus sucesores, los califas, continuaron extendiéndolo fuera de
la religión a través de la Yihad o guerra santa. Dominaron Asia menor, el norte de
África y la Península Ibérica. Su intento por expandirse por Europa chocó con la
resistencia de los francos, que en el año 732 los derrotaron en la batalla de Poitiers.
Los musulmanes lograron controlar el Mediterráneo hasta el océano Atlántico durante
varios siglos.

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EL IMPERIO CAROLINGIO
La expansión del Islam en Europa occidental fue detenida por la acción de los
francos, gobernados por la dinastía merovingia. Más precisamente, la batalla de
Poitiers fue ganada por el mayordomo de palacio, Carlos Martel, que se encargaba de
la administración de la corte y de aconsejar al rey.
El 751, Pipino el Breve, hijo de Carlos Martel, destronó al último rey de la
dinastía merovingia y estableció la dinastía carolingia. Para legitimar su autoridad,
Pipino obtuvo del Papa- jefe de la Iglesia cristiana- su reconocimiento como rey de los
francos. Se consolidó así una alianza entre el papado y los francos. A cambio del
reconocimiento de la máxima autoridad cristiana, los francos le entregaron al papado
territorios en una región italiana y los alrededores de Roma, con lo cual se hizo posible
la creación de los Estados Pontificios. Paralelamente, los francos se comprometieron a
defender al Papa y a la cristiandad de sus enemigos, y, al mismo tiempo, favorecer la
cristianización de los pueblos bárbaros.
Los carolingios alcanzaron su apogeo durante el reinado del hijo de Pipino;
Carlos, que pasó a ser reconocido como Carlomagno, es decir Carlos el Grande. Éste
emprendió una serie de campañas militares para extender sus dominios, con el objetivo
de restablecer el Imperio Romano de Occidente. En la Navidad del año 800, el Papa
León III lo coronó emperador.
Tras la muerte de Carlomagno, en 814, estallaron intensas guerras civiles entre
sus nietos. Finalmente, en 843, acordaron en el Tratado de Verdún el reparto del
imperio, que quedó dividido en tres reinos:
 Francia Media o Lotaringia: gobernada por Lotario I, quien conservó además el
título imperial, abarcaba las tierras centrales del antiguo imperio y tenía
Aquisgrán y Roma como capitales.
 Reino de Francia Oriental o Germania: a cargo de Luis el Germánico, al este del
río Rin.
 Reino de Francia Occidental: a cargo de Carlos el Calvo, al oeste del río Rin.
De todos modos, los conflictos continuaron y una nueva oleada de invasiones
bárbaras precipitó el derrumbe del imperio. Dichas invasiones demostraron que los
monarcas eran incapaces de proteger a sus súbditos y sus territorios. Fueron los señores

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locales quienes resistieron la invasión y comenzaron a tomar decisiones en forma
autónoma. Así, se produjo un traspaso del poder a favor de los señores y en perjuicio de
los reyes. Aun cuando algunos monarcas sobrevivieron, quedaron debilitadas, y el poder
político se fragmentó. Fue el inicio del feudalismo.