La historia de América Latina se ha representado a través del personaje de Antígona. La tragedia griega de Sófocles nos lleva a pensar en la violencia desde el siglo V a. C. al XXI. Ya lo decía Steiner ([1984] 1990), se trata de la obra que mejor representa nuestra conciencia histórica, literaria y política. Prueba de ello son las numerosas adaptaciones que del texto canónico se han hecho en los últimos años, destacando las que encarnaban, en escena, mujeres de Argentina, Uruguay, Puerto Rico o SãoPaulo. A pesar de que México no sufrió una dictadura como la de buena parte de los países latinoamericanos, las desapariciones y los feminicidios que tristemente caracterizan el tercer milenio, tras detonar la guerra contra el narcotráfico en el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), permean las versiones que en el tercer milenio hacen Olga Harmony (1928-2018) con La ley de Cerón (2000), Perla de la Rosa (Ciudad Juárez, 1961) en Antígona: voces que incendian el desierto (2004), Gabriela Ynclán (Ciudad de México, 1948) en Podrías llamarte Antígona (2009), Bárbara Colio (Mexicali, 1969) en Usted está aquí (2010), Sara Uribe (Querétaro, 1978) en Antígona González (2012) y Lucero Troncoso (Puebla, 1983) en Antígona Mestiza (2019). A pesar de contar con la mayoría de los textos (salvo el primero, que ya no está disponible en la web o da error en estos momentos), recopilado por Lorenzano & Chirinos, como libro en la editorial Sur+ y cedido por la segunda a propósito del proyecto CORPYCEM, respectivamente, nos centraremos en en las dos últimas por la representación que pudimos ver en 2019 en The University of Texas at El Paso y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Además de analizar cómo se reivindica la justicia por parte del clásico personaje femenino, dialogaremos con sus autoras para establecer una caracterización del mito con base en la simbología de la que se echa mano en la escena potenciando así la función poética del mensaje. Para todo ello, partimos de una pregunta que se hace Agustín Fernández Mallo (2021): por qué este mensaje forma parte de la ficción, aunque tenga base histórica, si se lleva a cabo en un rectángulo (o demás formas propias del teatro contemporáneo) llamado escenario y no sucede así, pongamos por caso, en la frontera de México-EUA.