Este documento resume las principales ideas del psicólogo Jerome Bruner sobre el aprendizaje y la educación. Bruner argumenta que el aprendizaje involucra la categorización activa de la información para simplificar la interacción con la realidad. También explora los modos de representación mental y la importancia de la estructura cognitiva previa del aprendiz. Además, analiza las implicaciones de su teoría para la pedagogía, incluyendo el aprendizaje por descubrimiento y la organización espiral del currículo. Finalmente, reflexiona sobre
2. Hacia una teoría de la instrucción (1972)
Acción, pensamiento y lenguaje (1984)
El habla del niño (1986)
La importancia de la educación (1987)
Actos de significado (1991)
La educación, puerta de la cultura (1997)
La fábrica de Historias. Derecho, literatura, vida (2003)
3. El aprendizaje consiste esencialmente en la categorización
(que ocurre para simplificar la interacción con la realidad y
facilitar la acción). La categorización está estrechamente
relacionada con procesos como
la selección de información,
generación de proposiciones,
simplificación,
toma de decisiones y
construcción y verificación de hipótesis.
El aprendiz interactúa con la realidad organizando los inputs
según sus propias categorías, posiblemente creando nuevas,
o modificando las preexistentes. Las categorías determinan
distintos conceptos. Es por todo esto que el aprendizaje es un
proceso activo, de asociación y construcción.
4. Otra consecuencia es que la estructura cognitiva previa
del aprendiz (sus modelos mentales y esquemas) es un
factor esencial en el aprendizaje. Ésta da significación
y organización a sus experiencias y le permite ir más
allá de la información dada, ya que para integrarla a su
estructura debe contextualizar y profundizarla.
5. Para formar una categoría se pueden seguir estas
reglas:
a) definir los atributos esenciales de
sus miembros, incluyendo sus
componentes esenciales;
b) describir cómo deben estar
integradas sus componentes
esenciales;
c) definir los límites de tolerancia de
los distintos atributos para que un
miembro pertenezca a la categoría.
6. Bruner distingue dos procesos relacionados con la
categorización:
Concept Formation
(aprender los distintos
conceptos),
Concept Attainment
(identificar las
propiedades que
determinan una
categoría).
Bruner sostiene que en personas de 0 a 14 años se da más a
menudo el proceso de "Concept formation" que el "Concept
attainment", mientras que el "Concept attainment" es más
frecuente que el "Concept formation" a partir de los 15 años.
7. Modos de representación
Bruner ha distinguido tres modos básicos mediante los cuales el hombre
representa sus modelos mentales y la realidad. Estos son los modos
actuante (inactivo), icónico y simbólico.
Representación actuante
(inactivo): consiste en
representar cosas mediante la
reacción inmediata de la
persona. Este tipo de
representación ocurre
marcadamente en los
primeros años de la persona,
Bruner la ha relacionado con
la fase sensorio-motriz de
Piaget en la cual se fusionan
la acción con la experiencia
externa.
Representación icónica:
consiste en representar
cosas mediante una imagen
o esquema espacial
independiente de la acción.
Sin embargo tal
representación sigue
teniendo algún parecido
con la cosa representada. La
elección de la imagen no es
arbitraria.
Representación simbólica:
Consiste en representar una
cosa mediante un símbolo
arbitrario que en su forma
no guarda relación con la
cosa representada. Por
ejemplo, el número tres se
representaría icónicamente
por, digamos, tres bolitas,
mientras que
simbólicamente basta con
un 3.
Los tres modos de representación son reflejo de desarrollo cognitivo, pero actúan en
paralelo. Es decir, una vez un modo se adquiere, uno o dos de los otros pueden seguirse
utilizando.
8. Aspectos de una Teoría de la Instrucción
Bruner sostiene que toda teoría de instrucción debe
tener en cuenta los siguientes cuatro aspectos:
La predisposición hacia el aprendizaje.
El modo en que un conjunto de conocimientos puede
estructurarse de modo que sea interiorizado lo mejor
posible por el estudiante.
Las secuencias más efectivas para presentar un material.
La naturaleza de los premios y castigos.
9. Las siguientes son las implicaciones de la teoría de Bruner en la
educación, y más específicamente en la pedagogía:
Aprendizaje por descubrimiento: el instructor debe motivar a los
estudiantes a que ellos mismos descubran relaciones entre conceptos y
construyan proposiciones.
Diálogo activo: el instructor y el estudiante deben involucrarse en un
diálogo activo (p.ej., aprendizaje socrático).
Formato adecuado de la información: el instructor debe encargarse de
que la información con la que el estudiante interactúa esté en un formato
apropiado para su estructura cognitiva.
Currículo espiral: el currículo debe organizarse de forma espiral, es decir,
trabajando periódicamente los mismos contenidos, cada vez con mayor
profundidad. Esto para que el estudiante continuamente modifique las
representaciones mentales que ha venido construyendo.
Extrapolación y llenado de vacíos: La instrucción debe diseñarse para
hacer énfasis en las habilidades de extrapolación y llenado de vacíos en
los temas por parte del estudiante.
Primero la estructura: enseñarle a los estudiantes primero la estructura o
patrones de lo que están aprendiendo, y después concentrarse en los
hechos y figura.
10. Bruner publicó La educación, puerta de la cultura en 1997. En el primer
capítulo, "Cultura, mente y educación", escrito después de los otros ocho
capítulos, Bruner reflexiona sobre las implicaciones que subyacen a los debates
de la década. A su vez analiza algunos de los principales objetivos de la
aproximación cultural y explora cómo estos se relacionan con la educación.
Esta perspectiva psico-cultural de la educación, la formula en los siguientes
nueve postulados:
1. El postulado perspectivista;
2. El postulado de los límites;
3. El postulado del constructivismo;
4. El postulado interaccional;
5. El postulado de la externalización;
6. El postulado del instrumentalismo;
7. El postulado institucional;
8. El postulado de la identidad y la auto-estima;
9. El postulado narrativo.
11. Desde esta perspectiva psico-cultural el autor asume como primera
premisa que "la educación no es una isla, sino parte del continente de la
cultura". Y luego se hace preguntas tales como: "qué función sirve la
‘educación' en la cultura", y "qué papel juega en las vidas de aquellos que
operan dentro de ella."; "por qué la educación está situada en la cultura
como lo está, y cómo este emplazamiento refleja la distribución de
poder, estatus y otros beneficios".
Bruner nos ofrece una síntesis de su visión de la educación en los
siguientes términos: "la educación no es sólo una tarea técnica de
procesamiento de la información bien organizado, ni siquiera
sencillamente una cuestión de aplicar ‘teorías del aprendizaje’ al aula ni
de usar los resultados de ‘pruebas de rendimiento’ centradas en el sujeto.
Es una empresa compleja de adaptar una cultura a las necesidades de
sus miembros, y de adaptar sus miembros y sus formas de conocer a las
necesidades de la cultura."
12. En el capítulo dos Bruner usa la expresión "Pedagogía popular", que
según él se ha vuelto profesionalmente usual para referirse a "nuestras
teorías intuitivas cotidianas sobre cómo funcionan otras mentes", y que
afectan nuestras interacciones con otros. Este capítulo trata sobre el
modo como los seres humanos conseguimos encontrarnos a través de
nuestras mentes. Normalmente esta problemática se expresa también
en el aula, las maestras preguntándose, "¿cómo llego a los niños?", y los
niños diciéndose, "¿qué es lo que la maestra nos intenta decir?"
Para investigar esta problemática, sostiene el autor, no es lo más
indicado, lo que suelen hacer muchos psicólogos: experimentar con
ratas en un laberinto, o, probar con alumnos en el laboratorio el
aprendizaje absurdo de sílabas, o simular en el ordenador programas de
inteligencia artificial. Bastaría con colocarnos en un aula repleta de
niños de nueve años y preguntarnos "qué tipo de conocimiento teórico
les ayudaría", a niños y maestra.
13. Bruner observa que los niños empiezan asumiendo que la maestra tiene el
conocimiento y se lo pasa a la clase. Aprenden enseguida que otros niños de la
clase pueden también tener conocimiento y que lo pueden compartir.
Finalmente, aprenden que si nadie del grupo "conoce" la respuesta, puedes ir
siempre a algún lugar donde encontrarla. Esto último "es el salto a la cultura
como almacenamiento de conocimiento, caja de herramientas o lo que sea" Es
así que cuatro modelos principales han dominado en nuestros tiempos:
1. ver a los niños como imitadores, la adquisición del "saber-como-hacer".
2. verlos como aprendiendo de la exposición didáctica: la adquisición de
conocimiento proposicional;
3. verlos como pensadores: el desarrollo de un intercambio intersubjetivo, y
finalmente,
4. Ver a los niños como conocedores: la gestión del conocimiento "objetivo". Es
importante, según el autor, arrancar de su exclusivismo a las cuatro
perspectivas, verlas como partes de un continente más amplio. Es necesario
fundirlas en alguna unidad congruente, reconocerlas como partes de un
continente común.
14. En el capítulo 3, La complejidad de los objetivos
educativos, Bruner trata las tres antinomias que suelen
plantearse en la educación: "la antinomia de la
realización individual frente a la preservación de la
cultura; la antinomia de centrarse en el talento frente a
centrarse en la herramienta; y la antinomia del
particularismo frente al universalismo".
15. Bruner concibe la escuela y la cultura como una
comunidad de intercambios y apoyos mutuos. Esto
serviría de garantía para el hecho, por ejemplo, de que
enriquecer el país trabajando duro en la escuela no
serviría sólo para hacer más ricos a los ricos y más
pobres a los pobres, sino que resultaría en un nuevo
patrón de distribución más equitativa de la riqueza
nacional. En una palabra, no estaríamos intentando
reproducir la cultura como ha existido sin más.
16. En el capítulo 4, Enseñar el presente, el pasado y lo posible, Bruner, manifiesta
su visión crítica de los debates sobre educación que se han dado a lo largo de la
última década. "Estos debates han estado tan centrados en los resultados y los
niveles adecuados que en buena medida han pasado de largo los medios a través
de los cuales tanto maestras como alumnos realizan su tarea en las aulas en la
vida real: cómo enseñan las maestras y cómo aprenden los alumnos." Frente a
este estado de cosas plantea cuatro ideas que considera cruciales en la
educación:
La primera de ellas es la idea de agencia: tomar más control sobre la propia
actividad mental.
La segunda es la reflexión: no ‘aprender en crudo’ sin más, sino hacer que lo que
se aprende tenga sentido, entenderlo.
La tercera es la colaboración: compartir los recursos de la mezcla de seres
humanos implicados en la enseñanza y el aprendizaje. La mente está dentro de
la cabeza, pero también está con otros.
Y la cuarta es la cultura, la forma de vida y pensamiento que construimos,
negociamos, institucionalizamos y, finalmente (después de que todo se ha
hecho), terminamos llamando ‘realidad’ para reconfortarnos.
17. Su crítica se centra en el hecho de que tantas cuestiones
importantes que plantea la cultura han sido dejadas de lado
en la escuela. Por ejemplo, en nuestra propia sociedad
profesadamente igualitarista, tenemos una distribución de
la riqueza y los ahorros que es tambaleantemente
desequilibrada. Consecuentemente la escuela empieza a
presentar una visión del mundo tan ajena o tan remota que
muchos educandos no pueden encontrar en ella un lugar
para ellos o para sus amigos. Un poco más adelante dirá:
"Lo que necesitamos es un movimiento de reforma escolar
con una idea más clara de hacia dónde vamos, con
convicciones más profundas sobre el tipo de gente que
queremos ser."
18. Se concentra en la cultura como proveedora de
elementos que el individuo incorpora para su propio
desarrollo y su constitución como sujeto. Como el
título lo indica, refiere a tres modelos de
representaciones: El Enactivo (la acción), el Icónico (el
pensamiento) y el Simbólico (el lenguaje).