1. Celebración Comunitaria de la penitencia
Monición de entrada.-
Esta celebración comunitaria de la penitencia quiere ser un momento
importante de nuestra preparación a la Cuaresma.
La cuaresma es "el tiempo oportuno", 'el tiempo favorable' que el Señor
nos concede para la renovación de nuestra vida cristiana, para volver a él.
El profeta Ezequiel nos convocaba el miércoles de ceniza con acentos
dramáticos a esta vuelta al Señor, dejando a un lado hasta lo que es lícito
y bueno. Nada, pues, debe distraernos de lo que es más esencial. Y todo,
debe ayudarnos a lo que ahora es lo más importante.
Vamos a vivir esta celebración como preparación a la cuaresma, más aún,
que es como un símbolo material y casi físico de la marcha cuaresmal
hacia la Pascua.
Canto de entrada.-
HACIA TI MORADA SANTA,
HACIA TI TIERRA DEL SALVADOR;
PEREGRINOS, CAMINANTES,
VAMOS HACIA TI.
Venimos a tu mesa,
Sellaremos tu pacto
Comeremos tu carne
Su sangre nos limpiará.
Reinaremos contigo
En tu morada santa
Beberemos tu sangre
Tu fe nos salvará.
Tú eres el camino,
Tú eres la esperanza,
Hermano de los pobres,
Amén, aleluya.
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2. Sacerdote
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hermanos y hermanas:
Que Dios nos conceda en esta celebración
experimentar un sincero dolor por nuestros pecados
y también la alegría de la reconciliación con el Padre.
Que su espíritu esté con vosotros.
Oremos:
Señor, Padre de misericordia y origen de todo bien,
mira con amor a tu Pueblo que oyendo tus reclamos
quiere volver a ti y reconciliarse contigo,
restaura con tu misericordia
a los que nos vemos sometidos al poder del pecado
y al peso de nuestras culpas.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Primera lectura.-
De la carta de San Pablo a los cristianos de Efeso.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que, en la persona de
Cristo, nos ha enriquecido con toda clase de bienes espirituales y eternos.
Ya entes de crear el mundo, nos conoció y, en la persona de Cristo, nos
eligió para que fuésemos santos e irreprochables ente él por el amor.
Sin ningún mérito por nuestra parte y solo por puro favor suyo, nos
destinó, en la persona de Cristo, a ser sus hijos.
En Cristo, pues, este es nuestro destino y nuestra herencia. Para esto nos
creó el que hace todo según su voluntad.
Palabra de Dios.
Salmo.-
TU PALABRA ME DA VIDA, CONFÍO EN TI, SEÑOR...
TU PALABRA ES ETERNA,
EN ELLA ESPERARÉ
Bendice, alma mía, al señor, desde el fondo de mi ser, bendice su santo
nombre.
Bendice, alma mía, al señor y no olvides ninguno de sus muchos
beneficios.
Él te perdona tus culpas, él cura todas tus dolencias,
rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y ternura,
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3. TU PALABRA ME DA VIDA, CONFÍO EN TI, SEÑOR...
TU PALABRA ES ETERNA,
EN ELLA ESPERARÉ
El Señor es clemente y compasivo, lento a la cólera y lleno de amor;
no lleva eternamente cuentas, ni guarda rencor;
no nos trata según nuestros errores, ni nos paga según nuestras culpas.
Como se alzan sobre la tierra los cielos,
igual de grande es su amor para con sus fieles;
como dista el oriente del poniente, así aleja de nosotros nuestros pecados.
TU PALABRA ME DA VIDA, CONFÍO EN TI, SEÑOR...
TU PALABRA ES ETERNA,
EN ELLA ESPERARÉ
Como un padre se encariña con sus hijos,
así de tierno es el Señor con sus fieles;
pues él conoce de qué estamos hechos, sabe bien que sólo somos polvo.
Bendecid al Señor, todas sus obras, en todos los lugares de su reino
¡Bendice, alma mía, a Yahvé!
TU PALABRA ME DA VIDA, CONFÍO EN TI, SEÑOR...
TU PALABRA ES ETERNA,
EN ELLA ESPERARÉ
Lectura del Evangelio.- (Lc. 18,31-34)
En aquel tiempo, Jesús tomando consigo a los Doce, les dijo: "Mirad que
estamos subiendo a Jerusalén, y se va a cumplir todo lo que los profetas
escribieron sobre el Hijo del hombre: le entregarán a los gentiles y será
objeto de burlas, insultado y escupido; y después de azotarle le matarán;
pero al tercer día resucitará."
Ellos no comprendieron nada de esto; no captaban el sentido de estas
palabras y no entendían lo que decía.
PALABRA DEL SEÑOR.
Homilia.- (ideas para la)
Los apóstoles no entendieron mucho cuando Jesús anunció su muerte y
resurrección, pero Tomás dijo: "Vayamos y muramos con él". (Jn 11,16).
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4. De eso se trata, de morir con Cristo. De morir al hombre viejo para
resucitar con él como hijos de Dios para vivir la vida divina que nos es
propia. Los que por el bautismo hemos sido incorporados a Cristo, fuimos
incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con Cristo
en la muerte, para que así como Cristo fue despertado en entre los
muertos..., así también nosotros andemos en una vida nueva... (Rom. 6, 3-
11).
El Padre en su infinita misericordia, ningún mérito por nuestra parte y solo
por puro favor suyo, nos destinó, en la persona de Cristo, a ser sus hijos.
Nos llamó a reproducir en nosotros la imagen de su Hijo. Nos llama a la
santidad en el amor. ¿Eres consciente de esta llamada a la santidad? ¿Eres
consciente de que tu quedas "abortado" y el corazón de Dios frustrado si
no respondes a esta vocación?
Nuestra vocación a la santidad se realiza en un proceso, en una marcha,
en un caminar. Duc in Altum. Tira más adentro. No te pares, Avanza.
Progresa. De muerte en muerte, de resurrección en resurrección.
"Continuo mi carrera para alcanzar a Cristo, puesto que he sido alcanzado
por él... Olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante" (Cfr.
Flp 3, 12-16). "Desprendámonos del lastre, que es el pecado que nos
asedia y corramos" (Hb 12, 1).
Desprendámonos del lastre del pecado, desprendámonos en la Cuaresma
para llegar a la Pascua, desprendámonos del pecado para avanzar y
progresar en el amor que el Padre ha puesto en nosotros por el Espíritu
que nos ha dado. A esto venimos a esta celebración a que Dios Padre nos
perdone y nos libere del pecado. El camino que recorremos esta tarde es
el del "hijo pródigo": Padre, he pecado.
Exámen.- (Se puede entregar por escrito a cada penitente)
.- La primera cuestión a examinarme es si de verdad he puesto a Dios
como el centro de mi vida, si de verdad el objetivo de mi vida es ir
realizando el proyecto de Dios para el que me creó: perfeccionarme en el
amor.
¿Es esto así o en realidad son otras las cuestiones que me interesan más:
asegurarme y disfrutar de una buena situación económica, la salud, los
estudios, el prestigio o la imagen social, el pasarlo bien, el éxito
profesional?
¿No será esto lo primero que Dios me está pidiendo? ¿No será este mi
primer paso de conversión en este momento: tomarme en serio mi
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5. vocación cristiana de irme perfeccionando día a día en el amor, creciendo
como un hijo de Dios que cada día se parece más a su Padre?
.- La segunda cuestión es si realmente pongo los medios para ir creciendo
en el amor. Si Dios es amor y la fuente de todo amor, si el amor viene de él
y de él lo recibimos, si el amor se nos da en y a través de la relación de
amistad con Dios ¿Cómo es mi relación con Dios? ¿cuánto tiempo estoy
con él? ¿qué intimidad tengo con él? ¿Hago oración frecuente, o la dejo
fácilmente? ¿En la oración soy el único que habla, o dejo que Dios me diga
cuánto me ama, dejo espacio para experimentar su amor? ¿Qué me
interesa más, que Dios haga lo que yo le pido o que yo haga lo que él me
pide?
Y en este sentido está en primer lugar la participación en los sacramentos.
En los sacramentos bien celebrados, es donde actúa con todo su poder el
amor de Dios. ¿Cómo participo en la Eucaristía: activa o pasivamente?
¿Racionalmente tratando de entender o también con el corazón tratando
de unirme a Dios? ¿Vivo la comunión como momento de identificación
con Jesucristo, comulgando con sus sentimientos, intereses,
preocupaciones? ¿Dejo fácilmente la Eucaristía o no puedo vivir sin ella?
.- La tercera cuestión es el servicio. Yo, ¿De qué voy: en la vida de servidor
o de que me sirvan? ¿A quién sirvo: a los de mi familia y amigos? Eso
también lo hacen los que no tienen la vocación de ser hijos de Dios. ¿ni
siquiera sirvo a los míos en casa?
¿Me resisto y me niego de hecho a colaborar en servicio a los demás, por
ejemplo, en el colegio de los hijos, en la universidad donde estudio, en el
trabajo, en asociaciones de participación ciudadana, en organizaciones de
ayuda al tercer Mundo, de defensa de los derechos humanos... o en algo
más cercano: la propia parroquia, que también necesita cristianos que
sirvan a la Comunidad?
.- La cuarta cuestión que nos podríamos plantear en esta celebración es el
uso de mi dinero.
¿Vivo la limosna como un deber de justicia, es decir, como devolver a los
que no tienen lo que les pertenece? ¿Hago en este sentido cálculo de lo
que puedo y no puedo gastar, de lo que conforme a mis ingresos debo
entregar, teniendo en cuenta no mis necesidades, sino las de los más
pobres? ¿Ahorro con ilusión para poder dar generoso y solidario?
¿Despilfarro? Si yo fuera pobre del Tercer Mundo, ¿qué pensaría de un
cristiano que gastara como yo gasto?
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6. .- La última cuestión. Se refiere a la calidad de mis relaciones humanas.
¿Soy atento o descuidado con los demás? ¿Cultivo la amabilidad, la
simpatía, y no por caer bien, sino por hacer la vida agradable a los demás?
¿Soy rencoroso, vengativo? ¿Me resisto a hacer las paces y a
reconciliarme con alguna persona o familia? ¿Tal vez sea lo que tenga que
hacer más urgentemente?
¿Soy exigente, incomprensivo, intolerante, duro, susceptible, irritable?
¿Me ofendo fácilmente? O por el contrario: ¿Soy excesivamente tolerante
y todo me da igual porque no me quiero meter en complicaciones?
¿Me aprovecho de otros, de sus bienes materiales, de sus cualidades
humanas? ¿Estoy atento al cultivo de mi afectividad y sexualidad,
orientándolas hacia un amor limpio de egoísmos?
¿Soy elemento creador de paz o de discordia? O por el contrario ¿critico,
murmuro, llevo chismes, difamo?
Sacerdote
Acojámonos con plena confianza a la misericordia de Dios y confesemos
nuestros pecados para obtener su perdón.
Yo confieso ante Dios
todopoderoso
y ante vosotros hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, obra y omisión,
Por mi culpa, por mi culpa, por mi
gran culpa.
Por eso, ruego a Santa María,
siempre virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que roguéis por mi ante Dios nuestro Señor, Amen.
Sacerdote
Con verdadero dolor de nuestros pecados y sintiendo la incapacidad de
liberarnos de ellos invoquemos a Cristo nuestro redentor:
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7. Con el ciego Bartimeo te decimos: ¡Hijo de David, ten compasión de mi!
¡Señor, ten piedad!
Con el centurión te decimos: Señor, basta que tú digas una palabra y yo
quedaré sano ¡Señor ten piedad!
Con el leproso te decimos: ¡Señor, si tú quieres, puedes curarme!.¡Señor,
ten piedad!
Con los apóstoles atemorizados te decimos: ¡Señor, sálvanos que
perecemos! ¡Señor, ten piedad!
Con la mujer cananea te decimos: ¡Señor, ayúdame! ¡Señor, ten piedad!
Con el apóstol Pedro hundiéndose en las aguas: ¡Señor, sálvame! ¡Señor,
ten piedad!
Con el ladrón crucificado y arrepentido te decimos: ¡Acuérdate de mi
ahora que estás en tu reino! ¡Señor, ten piedad!
Ahora oremos como el mismo Jesucristo nos enseñó para que
perdonándonos unos otros nuestras ofensas, nos perdone Él nuestros
pecados.
Padre nuestro...
Escucha, Señor a tus hijos, que se reconocen pecadores;
y haz que, liberados de toda culpa, por el ministerio tu
Iglesia, puedan agradecidos cantar tu misericordia.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Confesión y absolución individual
Sacerdote
Dios no nos otorga su perdón como un gobernante decreta una amnistía
general.
Dios nos perdona con un apretón de manos y un cálido abrazo, con una
sonrisa cargada se valoración y afecto. En una palabra, Dios nos perdona
en un encuentro entrañablemente personal. No nos privemos de este
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8. perdón y acerquémonos a confesar nuestros pecados personales para
recibir este perdón personal.
El o los sacerdotes escuchan las confesiones y absuelven.
Una vez que han terminado continúa la celebración.
Sacerdote
El mismo himno que al principio de esta celebración nos llamaba a
confrontarnos con el proyecto de Dios para cada uno de nosotros y
revisarnos conforme a él, nos sirve ahora para expresar la infinita bondad
con que Dios nos ha amado y para cantarla agradecidos.
TODOS
ALABAD AL SEÑOR, SUS GRANDEZAS CANTAD,
ES EL DIOS DEL AMOR, ES LA ETERNA BONDAD.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que, en la persona de Cristo,
no ha enriquecido con toda clase de bienes morales y cualidades divinas.
ALABAD AL SEÑOR, SUS GRANDEZAS CANTAD,
ES EL DIOS DEL AMOR, ES LA ETERNA BONDAD.
Ya, antes de crear el mundo, nos conoció y,
en la persona de Cristo, nos eligió.
Sin ningún mérito por nuestra parte y solo por puro favor suyo,
nos destinó, en la persona de Cristo, a ser sus hijos.
En Cristo, pues, este es nuestro destino, esta es nuestra herencia.
ALABAD AL SEÑOR, SUS GRANDEZAS CANTAD,
ES EL DIOS DEL AMOR, ES LA ETERNA BONDAD.
Oración
Padre santo,
tu nos has renovado a imagen de tu Hijo;
que tu amor siga acompañándonos,
en esta ascensión cuaresmal hacia la Pascua
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9. y en nuestro peregrinar hacia el encuentro definitivo contigo en tu gloria.
Por Jesucristo nuestro Señor.
.- Que os otorgue en esta Cuaresma dar abundantes frutos de conversión.
Amen.
.- Que progreséis y avancéis en santidad como lo hizo nuestro patrono,
San Francisco. Amén.
.- Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo...
Canto final.-
Cristo nos da la libertad, Cristo nos da la salvación,
Cristo nos da la esperanza, Cristo nos da el amor.
Cuando luche por la paz y la verdad, la encontrare.
Cuando cargue con la cruz de los demás, me salvare.
Dame señor tu palabra, oye Señor mi oración. (Estribillo)
Cuando sepa perdonar de corazón, tendré perdón.
Cuando siga los caminos del amor, veré al Señor.
Dame Señor tu palabra, oye Señor mi oración. (Estribillo)
Cuando siembre la alegría y la amistad, vendrá el amor.
Cuando viva en comunión con los demás, seré de Dios.
Dame Señor tu palabra, oye Señor mi oración. (Estribillo)
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