Luisa de Marillac Animadora de las Cofradías de la Caridad
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1. Primera Comunión
Tema 4: El misterio de Dios: Dios es amor y amor entre las personas.
La Santísima Trinidad
Objetivo: Descubrir que Dios es amor y, por tanto, misterio de
comunión interpersonal. Descubrir que el amor hace que personas
distintas sean una sola cosa.
Oración: “Dios Uno y Trino que nos das misericordia, haz que tengamos
unión en nuestra comunidad.”
Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios
En efecto, Dios es el más profundo misterio. Los creyentes anunciamos lo
que ni el ojo vio ni el oído oyó: "Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. El
Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo
íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues
lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios" (1 Co 2, 10-
11). Dios está con nosotros. Dios nos ama. El Dios de Abraham, Isaac,
Jacob, Moisés es el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo. De tal
manera amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito (Jn 3, 16).
Jesús es el Hijo Unigénito del Padre. Las confesiones de fe de la Iglesia
primitiva proclaman Señor a Jesús, como en la Antigua Alianza el mismo
Yahvé fue denominado Señor. Jesús también promete a los suyos su
asistencia eficaz en la tarea de comunicar el evangelio a los pueblos:
«Yo estoy con vosotros todos Los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28,
20). Los apóstoles comienzan la aventura de la predicación, fiándose de
esta palabra de Jesús. En seguida reconocen que la palabra de Jesús se
cumple, que Jesús actúa en medio de ellos, que está con ellos, que
colabora con ellos (Mc 16, 20). Jesucristo resucitado, en unión con el
Padre nos envía su Espíritu Santo. El Espiritu nos hace verdaderos hijos
de Dios. El Espiritu es el don del Padre, de cuya vida Él nos hace
participes. Por la acción del Espiritu somos capaces de transfigurar
nuestras relaciones, de amarnos unos a otros, de vivir como hijos de Dios
(Ga 4, 6; Rm 8, 15-16.26). El conocimiento de Dios, propio de los que han
nacido de Dios, se relaciona con la experiencia del amor fraterno: "todo el
que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama, no ha
conocido a Dios, porque Dios es amor" (1 Jn 4, 7-S). El hombre ha sido
hecho a imagen de Dios. El hombre es imagen de Dios cuando ama, pues
Dios es amor. Podemos amar nosotros, "porque Él nos amó primero" (1 Jn
4, 19).
2. Ahora bien, el amor humano no es posible sino en relación a otros. Por
esto, podemos afirmar que cuando amamos a los demás
reflejamos hondamente este amor de Dios. Dios es amor y por
consiguiente, amor entre personas. El misterio de Dios no es un misterio
de soledad, sino de comunión de amor. En Dios, el que ama (el Padre), el
amado (el Hijo) y el don del amor (el Espiritu Santo) viven en comunión la
misma insondable riqueza divina.
Padre, Hijo y Espíritu Santo: el misterio de la unidad y Trinidad
de Dios: La distinción real de las Personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, no sólo no se opone a que Dios sea uno, sino que precisamente las
tres personas divinas son el Dios uno a causa de las relaciones y vínculos
mutuos que se dan entre ellas:) En las tres Personas divinas, que son
eternas entre sí e iguales entre sí, la vida y felicidad del Dios enteramente
Uno.
Para reflexionar y compartir
1- Dios no es un misterio de soledad, sino de comunión, de amor (1 Jn
4, 7-8): ¿nos reconocemos creados a imagen de Dios? Experiencias
concretas.
2- La historia de la salvación tiene tres momentos culminantes
marcados por el "yo estoy con vosotros", del Dios de Israel, de Jesús
de Nazaret y del Espíritu. Comentar en grupo los pasajes bíblicos
correspondientes: Ex 3, 7-15; Jn 14, 15-26; Mt 28, 16-20.