La potencia eléctrica se refiere a la energía absorbida por un dispositivo en un tiempo determinado y se calcula multiplicando la intensidad de corriente por la tensión aplicada. Existen tres tipos principales de potencia: potencia activa, que se aprovecha en trabajo mecánico, calor o luz; potencia reactiva, necesaria para crear campos magnéticos y eléctricos pero que no produce trabajo útil; y potencia aparente, que es la suma vectorial de la potencia activa y reactiva.