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Lapices de-color. diferentes lápices según esta marca

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Lapices de-color. diferentes lápices según esta marca

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Conocimiento de los distintos tipos de lapices que tienen la firma, la forma de trabajo y la mezcla de los mismos. recomendable a quien quiere conocer las ventajas de cada una de las marcas. En esta ocasion la que se presenta.

Conocimiento de los distintos tipos de lapices que tienen la firma, la forma de trabajo y la mezcla de los mismos. recomendable a quien quiere conocer las ventajas de cada una de las marcas. En esta ocasion la que se presenta.

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Lapices de-color. diferentes lápices según esta marca

  1. 1. 1 Lápices de color Cuando dibujamos con lápices de color hay que seguir ciertas recomendaciones. 1ª.- Debido a que el borrado de los trazos del lápiz de color es poco satisfactorio, porque generalmente la goma deja marcas en el papel, es muy conveniente conocer el efecto que produce la superposición de trazos de diferente color, por ello es aconsejable que se utilice siempre un papel auxiliar para las pruebas de color antes de aplicarlos sobre el dibujo definitivo. Los lápices de calidad elevada son más fáciles de borrar que los de baja calidad. Se puede obtener una amplísima gama de colores por superposición de capas de diferentes colores, pero es bueno disponer de un buen surtido de tonos antes de empezar. Aunque la mayoría de los colores se pueden reproducir con los tres colores primarios, para ahorrar trabajo y para no castigar el papel con excesivas mezclas, es aconsejable utilizar al menos una docena de lápices de colores puros que cubra las gamas básicas de cálidos, fríos, etc. 2ª.- Cuando se comienza el dibujo los trazos deben ser muy suaves, sin “apretar” el papel, porque si tapamos en exceso sus poros tendremos dos problemas: dificultamos el borrado si fuese necesario y sobre todo, impedirnos superponer capas de otro color. Si dibujamos presionando mucho el lápiz, el resultado es que la zona dibujada queda cubierta por la cera, goma arábiga o resina que lleva como aglomerante, lo que la convertirá en una pátina resbaladiza que impide el agarre del nuevo trazo. Si se quiere conseguir un color más denso hay que aplicar capa sobre capa pero siempre con la misma presión suave. 3ª.- Debido a que la mezcla de colores no es matérica sino óptica, y por lo tanto un lápiz de color blanco no tapará otro color aplicado anteriormente, es inevitable hacer lo que se llama “reserva de blancos”, que son esas zonas que finalmente serán de colores muy claros o totalmente blancas, y por lo tanto el papel debe dejarse sin pintar. Es decir que un color obtenido por mezcla de otros no podrá ser más claro que los colores que se aplicaron. Esto significa que no se debe improvisar, sino que debemos tener los tonos ya pensados antes de comenzar, porque sobre un color oscuro no podremos aplicar colores claros. Así pues, lo mejor es trabajar empezando con claros y superponiendo los más oscuros.
  2. 2. 2 Existen diferentes técnicas para dibujar con lápices de colores. Las más usuales son la lineal y la tonal, pero también se utiliza el blanqueado, el matizado, el frotagge, el grattage y el esgrafiado. La técnica lineal consiste en dibujar basándose en el trazo, de manera que para conseguir diferentes valores tonales, desde claros a oscuros, se trazan grupos de finas líneas paralelas y superposiciones de líneas cruzadas, que reciben el nombre de tramas. Aumentando la densidad de la trama se obtienen los valores más oscuros, y con este recurso podemos crear volúmenes: Además las tramas se utilizan también para obtener efectos de color por superposición de líneas partiendo de colores ya disponibles en lápices. Los tres primeros ejemplos son rayados de diagonales paralelas de un solo color, amarillo, rojo y azul, en trazos finos y juntos. Los rayados 4, 5 y 6 son rayados de amarillo y rojo, amarillo y azul, y rojo y azul con huecos del blanco del papel. Los rayados 7, 8 y 9 están compuestos por diagonales de amarillo y rojo, rojo claro y rojo oscuro, y azul claro y azul oscuro sin dejar espacios en blanco. Los achurados 10, 11 y 12 son rayados cruzados compuestos por diagonales paralelas en sentido opuesto de rojo sobre amarillo, azul sobre amarillo y rojo sobre azul. Conviene que estos trazos sean “algo” rectos y paralelos, pero no demasiado perfectos, pues darían la impresión de dibujo técnico, impersonal. Ejemplo de técnica lineal a muy pequeños trazos, para simular el pelaje del perro. El fondo también está hecho a trazos pequeños para no perder la unicidad de ejecución del conjunto.
  3. 3. 3 EJERCICIO DE DIBUJO A LÍNEAS Partimos de unas piezas sencillas, como estas 2 peras. Comenzaremos haciendo un dibujo con lápiz grafito, procurando que los trazos sean muy suaves para no dejar marcas en el papel (luego al cubrirlas de color quedarían como surcos sin rellenar que estropearían el dibujo). Utilizar el grafito para el dibujo base se debe a que es más fácil de borrar para corregir las líneas de tanteo que no se ajusten al modelo. Los lápices de color, al contener cera o resinas, son más difíciles de borrar por eso no son convenientes en esta primera fase. Para los que no tengan mucha práctica y les resulte difícil dibujar estas peras, recomiendo que las vean como si contuviesen círculos dentro de su contorno, tal como aparecen en la foto, que nos ayudarán a construir la forma exterior de las peras. No es necesario que sean círculos perfectos, sino que los trazamos a mano alzada y por simple tanteo, ya que son orientativos y luego se borrarán. Cuanto antes, borramos esas líneas auxiliares y el propio contorno, sustituyendo el grafito por el color que predomine en esas zonas, por ejemplo el verde claro. A continuación con color amarillo claro aplicamos una suave capa de color dejando el blanco del papel en reserva en aquellas zonas que serán cubiertas de rojo. Esta primera capa debe ser muy suave para que el color verde que vamos a superponer se adhiera sin problemas. Con rojo claro cubrimos la zona que habíamos dejamos en reserva con trazos paralelos pero cortos, que sigan la curvatura de la pera. Esto produce la impresión óptica de volumen que es lo que se pretende. Los trazos de rojo pueden invadir la zona de amarillo según convenga de acuerdo con el modelo, en este caso en el lado izquierdo de la pera de la izquierda. El contorno de la parte superior de la pera de la derecha lo redibujamos con rojo ya que en ese lado predomina el rojo, y también los rabitos o pequeñas ramas de sus extremos.
  4. 4. 4 Con amarillo y rojo, pero en tonos más oscuros, reforzamos los colores para que la textura de las peras aparente más consistencia y materialidad ya que en el paso anterior todavía se veían demasiado “transparentes” y esbozadas. Con verde oscuro completamos los tres matices con lo que las peras adquieren ya un aspecto más natural, y luego acentuamos las sombras con color violeta azulado para aumentar el contraste tonal y el efecto de volumen. Finalmente con color marrón muy oscuro coloreamos los pedúnculos y profundizamos algo más las sombras en la zona de contacto de las peras entre sí. Y para terminar este ejercicio, sobre una base de amarillo para armonizar el conjunto, dibujamos la sombra de las peras reflejada sobre la mesa con el violeta. EN RESUMEN, La técnica tonal, que es la más utilizada, consiste en la creación de “manchas”, en las que no se percibe el trazo, ya que usando normalmente la punta redondeada del lápiz, y a trazos suaves y muy juntos, se consigue un efecto de fundido.
  5. 5. 5 La técnica del blanqueado es una derivada de la tonal. Se pretende conseguir el efecto del dibujo a pastel, así que se aplica sobre todo el dibujo intensamente el lápiz blanco o crema claro, que “apastela” el color, lo aclara y hace desaparecer los trazos individuales, fundiéndolos en una mancha. También se elimina el efecto del granulado del papel produciendo una textura aparente más uniforme, pulida o “bruñida”. Está especialmente indicada para objetos de superficie dura y brillante, como esta taza de loza. La técnica del matizado es otra variante del dibujo lineal y también del tonal, sobre cualquiera de ellos se aplica alcohol con un pincel o bastoncillo de algodón, y al diluirse ligeramente el trazo o la mancha, el efecto resultante es similar al que produce el lápiz soluble. Generalmente se utiliza como técnica mixta combinado con el dibujo a líneas. La técnica del frotagge consiste en colocar el papel sobre una superficie rugosa, como por ejemplo una tabla de madera con sus vetas muy marcadas: frotando el lápiz sobre el papel se reproduce la textura de la madera o del material que hayamos colocado debajo. La técnica del esgrafiado consiste en marcar previamente en el papel las líneas que deseamos que queden blancas o muy claras. Es conveniente partir de un dibujo previo sobre un papel muy fino, como el de seda, que superpondremos al del trabajo definitivo. Con un bolígrafo seco, o con un punzón de punta redondeada, o incluso con un lápiz de mina dura, repasamos las líneas del primer dibujo, presionando sólo lo suficiente para que quede reproducido sobre el papel inferior gracias a las hendiduras o surcos producidos. Al aplicar el color a manchas o con técnica tonal, en los surcos no entrará el pigmento y aparecerá un dibujo de líneas blancas o del color del papel utilizado. También puede obtenerse un resultado parecido si se aplica color blanco en determinadas zonas, en las que luego se incorporarán tonos oscuros. A base de raspar este segundo tono con algún tipo de cuchilla, podremos trazar líneas finas y precisas de un tono mucho más claro que el que las rodea, efecto imposible de conseguir si aplicáramos el blanco en segundo lugar.

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