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Impuesto a la Economía Compartida??
1. Hace unos días el Ministro de Hacienda de Chile, salió haciendo un anuncio en relación con la
“modernización” de la reforma tributaria..Esta “modernización” sobre la reciente Reforma
Tributaria del Gobierno de Michelle Bachelet incluiría nuevos impuestos a las plataformas
virtuales de servicios como Uber, Netflix, AirBnb, Aliexpress etc.
No hay todavía mucha claridad de cómo sería este impuesto, pero lo que está claro es que la
autoridad local, al igual que la mayor parte de los gobiernos centrales en el mundo, están
tratando por todos los medios de abordar las nuevas tecnologías y los nuevos paradigmas con
soluciones crecientemente obsoletas.
Hay varios temas alrededor de esta polémica que podríamos repasar. Para empezar el
concepto de economía compartida o share economy ha surgido gracias, precisamente a la
capacidad de la tecnología de acercar la oferta y la demanda en tiempo real, permitiendo
optimizar el uso de los bienes tangibles como vehículos y departamentos, permitiendo costos
de transacción a un costo marginal cercano a cero, y por lo tanto a muy bajo precio para los
usuarios. Este hecho, según la teoría de organización de mercado debe ser alentado, más que
castigado. Adicionalmente, la optimización de las infraestructuras y automóviles ya existentes
son beneficiosas para combatir el cambio climático (en la medida que se regula para que solo
se puedan usar los ya existentes).
De igual forma, las mismas tecnologías permiten que grandes cantidades de proveedores y
clientes interactúen en una plataforma virtual donde pueden acceder a una mayor variedad
de opciones de compra, accediendo adicionalmente a la calificación que los compradores
ponen a los vendedores promoviendo la transparencia, y por ende el buen comportamiento de
los proveedores. Todo ello, nuevamente en beneficio de las personas, gracias a la tecnología.
Por otro lado, la permanente sensación de la autoridad central de creer que aún es el
reservorio de la confianza de la gente y por ello debe recaudar impuestos para decidir
unilateralmente qué y dónde gastarlos, ha pasado a ser una falacia. Existe una reconocida
tendencia a la pérdida de credibilidad a los políticos en el mundo entero. Principalmente,
porque se ha utilizado su poder de garante de confianza ciudadana para sus propio beneficio.
De esta forma, los contribuyentes mayormente ignorantes y anestesiados observan la
corrupción, el nepotismo y la destrucción de los entornos naturales y sociales para beneficio
de unos pocos.
Y no solo los políticos y gobiernos han caído en este problema. Otros poderes económicos
como la Banca, el sector inmobiliario, los medios de prensa, y muchos otros han sido culpados
por provocar desigualdades económicas y sociales y contribuir a la ignorancia, amenazando
con poner en peligro a la sociedad como un todo por procesos como la delincuencia y la
inmigración.
Todos estos problemas tienen soluciones que trae la tecnología. Es así como hasta el dinero
fiduciario y la falta de transparencia hoy pueden ser resueltos con tecnologías como
Blockchain y las criptomonedas, las cuales también se han llevado su parte de oposición en el
2. mundo entero, incluido el cierre de las cuentas de pymes locales de Exchange en
criptomonedas de manera unilateral de parte de la banca local, en abril pasado.
Por último, el aumento de impuestos de parte de una autoridad que ha dejado de tener la
credibilidad de antaño, y que no da señales de querer utilizar las tecnologías existentes para
incrementar sus procesos de transparencia, trazabilidad y participación ciudadana, parece ser
una bofetada en la cara para los millones de ciudadanos que pasivamente esperan vivir en paz
en ciudades seguras, limpias, económicamente atractivas, innovadoras y entretenidas.
Así las cosas, resulta difícil entender este anuncio de la autoridad, quien ha argumentando que
esta medida es para proteger a las pymes locales que compiten deslealmente con estas
plataformas tecnológicas internacionales.
Todo lo anterior me lleva a pensar que el futuro es colaborativo y esencialmente diferente a lo
que conocemos hoy. El uso de las tecnologías hoy nos permite generar universos virtuales
paralelos donde solo tenemos que ponernos de acuerdo para decidir en qué gastar un medio
de cambio virtual, cuyo único elemento de relevancia es que sea aceptado por todos sus
usuarios. La cryptoeconomía puede ser una realidad, y los poderes centrales no podrán hacer
nada para evitar que suceda, toda vez que los ciudadanos estemos informados.
Hoy no es tiempo de aumentar impuestos a la tecnología. Es tiempo de honrar su contribución
a la mitigación del cambio climático y la mejor vida de las personas. Para ello, la construcción
colaborativa, comprometida y transparente se hace fundamental en todos los niveles de la
sociedad, la política y la economía. Esta es una tarea de todos, nadie puede excluirse, y los que
hoy están en el poder, son los encargados de lograr que esto suceda.