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ANATOMÍA Y MANIOBRAS
EXPLORATORIAS BÁSICAS
DEL APARATO LOCOMOTOR
Descripción breve
La exploración física es una herramienta fundamental en el ámbito de la Medicina tanto en el
diagnóstico como en el tratamiento temprano de muchas patologías. A pesar de que la
radiología es un recurso muy valioso para los profesionales, su papel es el de complementar y
enriquecer la evaluación clínica del paciente. Esto, si cabe, es todavía más patente en el
abordaje de las patologías musculoesqueléticas.
ÁLVARO MORELLA BARREDA
R1 MEDICINA FAMILIAR Y COMUNITARIA
C.S. La Almozara, sector II (HUMS), Zaragoza
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN .....................................................................................................................................2
COMPONENTES DE LA EXPLORACIÓN FÍSICA..........................................................................................2
COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL...........................................................................................................3
ANATOMÍA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL ...............................................................................3
BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL ..........................................................................5
EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA CERVICAL..............................................................................................5
HOMBRO ...............................................................................................................................................6
ANATOMÍA DEL HOMBRO........................................................................................................................7
BIOMECÁNICA DEL HOMBRO...................................................................................................................8
EXPLORACIÓN DEL HOMBRO ...................................................................................................................9
CODO...................................................................................................................................................11
ANATOMÍA DEL CODO ...........................................................................................................................11
BIOMECÁNICA DEL CODO ......................................................................................................................13
EXPLORACIÓN DEL CODO.......................................................................................................................13
MANO..................................................................................................................................................14
ANATOMÍA DE LA MANO .......................................................................................................................14
BIOMECÁNICA DE LA MANO ..................................................................................................................16
EXPLORACIÓN DE LA MANO...................................................................................................................16
COLUMNA LUMBAR.............................................................................................................................18
ANATOMÍA DE LA COLUMNA LUMBAR..................................................................................................18
BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA LUMBAR.............................................................................................20
EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA LUMBAR .............................................................................................21
CADERA ...............................................................................................................................................22
ANATOMÍA DE LA CADERA.....................................................................................................................23
BIOMECÁNICA DE LA CADERA................................................................................................................24
EXPLORACIÓN DE LA CADERA ................................................................................................................24
RODILLA...............................................................................................................................................26
ANATOMÍA DE LA RODILLA ....................................................................................................................26
EXPLORACIÓN DE LA RODILLA................................................................................................................27
PIE .......................................................................................................................................................30
ANATOMÍA DEL PIE ................................................................................................................................30
BIOMECÁNICA DEL PIE ...........................................................................................................................32
EXPLORACIÓN DEL PIE............................................................................................................................32
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................................34
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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INTRODUCCIÓN
La exploración física es una herramienta fundamental en el ámbito de la Medicina tanto en el
diagnóstico como en el tratamiento temprano de muchas patologías. A pesar de que la
radiología es un recurso muy valioso para los profesionales, su papel es el de complementar y
enriquecer la evaluación clínica del paciente. Esto, si cabe, es todavía más patente en el abordaje
de las patologías musculoesqueléticas.
Durante la exploración física, el médico puede evaluar el estado funcional de las estructuras
locomotoras y detectar signos de alteraciones patológicas, como inflamación, dolor o limitación
de la movilidad. Asimismo, el médico puede obtener información sobre la sintomatología y la
historia clínica del paciente, lo que resulta fundamental para un diagnóstico completo y preciso.
La exploración física puede aportar información valiosa que la radiología no puede, ya que
permite evaluar la respuesta de las estructuras musculoesqueléticas al movimiento y detectar
cambios sutiles en la sensibilidad, la fuerza y la movilidad articular.
Es importante tener en cuenta que además la radiología no siempre es suficiente para obtener
un diagnóstico preciso y completo. En algunos casos, los hallazgos radiológicos son incidentales
y no explican el origen de las molestias del paciente. Y en otros casos, los largos tiempos de
demora que actualmente padecemos pueden retrasar el abordaje del problema del paciente.
Por lo tanto, son las pruebas de imagen las que deben encontrarse supeditadas a la exploración
física, y no viceversa.
En conclusión, la exploración física sigue siendo una herramienta fundamental en la valoración
del aparato locomotor. Es esencial tener un conocimiento profundo de la anatomía básica de la
región que se valora para identificar adecuadamente las estructuras anatómicas implicadas y
valorar su estado funcional. Solo así se pueden obtener resultados óptimos. En este sentido, el
objetivo de esta revisión es repasar brevemente los aspectos más importantes de la anatomía,
la biomecánica y la exploración de las grandes articulaciones del cuerpo para servir como base
de una futura mejora en nuestra capacidad de exploración como médicos residentes.
COMPONENTES DE LA EXPLORACIÓN FÍSICA
La inspección es clave para obtener información sobre las posturas y actitudes del paciente. Es
importante asegurarse de que la zona explorada esté completamente expuesta, incluyendo la
contralateral en el caso de las extremidades, para obtener una imagen completa y precisa.
La palpación requiere una metodología sistemática para ser efectiva. Es importante que el
paciente esté informado sobre la posibilidad de experimentar molestias y sobre la importancia
de la información que se puede obtener mediante esta técnica. Esta comunicación puede
mejorar la relación médico-paciente y predisponer al paciente a transmitir con mayor precisión
las sensaciones que experimente. Para lograr una palpación adecuada, es crucial conocer la
anatomía.
La movilidad articular se evalúa tanto de forma activa como pasiva, y es fundamental que el
paciente comunique sus sensaciones, como dolor, debilidad, crepitación o enganche. Si se
presenta una limitación en la movilidad, se debe intentar cuantificar la pérdida de movimiento
y compararla con la movilidad pasiva. La limitación de ambas suele ser resultado de un tope
óseo, como en el caso de la artrosis, deformidades o adherencias, mientras que una mayor
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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amplitud en la exploración pasiva suele indicar una patología tendinosa, muscular o nerviosa.
Además, para identificar mejor neuropatías y radiculopatías, es útil realizar maniobras contra
resistencia que informen sobre la fuerza del grupo muscular y localicen el dermatoma afectado.
Por último, las maniobras especiales se realizan según el diagnóstico de sospecha obtenido hasta
el momento durante la exploración. Por ejemplo, la maniobra de Hawkins se emplea para
evaluar el síndrome del manguito rotador, mientras que la maniobra de Lasègue es útil para
detectar la ciática. Por otro lado, la maniobra de FABER se utiliza para explorar la articulación
sacroilíaca, y el signo de Froment se utiliza para detectar la debilidad del músculo aductor del
pulgar.
COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL
La cervicalgia es el dolor localizado en la zona posterior del cuello, que puede estar irradiado a
la cabeza, la zona interescapular o incluso a zonas proximales del miembro superior. Tanto es
así que algunos pacientes pueden acudir a consulta por síntomas, en principio, poco
relacionados con su cuello y terminar siendo diagnosticados de alguna afección cervical.
La prevalencia de este padecimiento se encuentra entre el 10 – 20% de la población adulta,
alcanzando cifras similares a las de la lumbalgia. La mayor parte de las causas de dolor cervical
son mecánicas y tienden a estar relacionadas con determinadas actividades físicas o al estrés
psíquico del paciente.
En la anamnesis, el dolor es casi siempre el principal síntoma de consulta. Debe valorarse su
inicio (un comienzo abrupto sin traumatismo previo puede ser sugerente de discopatía), la
cualidad del mismo y sus irradiaciones. Habitualmente existe también limitación de la movilidad
y sensación de contractura. Estas contracturas pueden llegar a producir cefaleas cervicógenas
(originadas desde la zona occipital hacia adelante) y otros síntomas como mareos o acúfenos.
ANATOMÍA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL
La columna vertebral se compone de siete vértebras (C1 – C7). Atlas y axis, las dos primeras
vértebras, presentan características anatómicas que les permiten en conjunción soportar la
carga de la cabeza y dotarla de movimientos de tres grados de libertad. De esta manera, ambas
carecen de cuerpo vertebral: Atlas esencialmente es una estructura anillada a través de la cual
discurre la apófisis odontoides de Axis. El resto de las vértebras, con las diferencias propias de
esta región anatómica, presentan los componentes básicos de cualquier vértebra: cuerpo y arco
vertebral, apófisis espinosa posterior, dos apófisis transversas y cuatro apófisis articulares
(Figura I).
A nivel muscular y ligamentoso el cuello es una estructura compleja, por lo que nos centraremos
en los principales grupos musculares valorables en la exploración (Figura II).
- M. trapecio: se compone de tres porciones (la porción descendente, transversa y
ascendente). A nivel cervical, su contracción participa en la inclinación ipsilateral y la
rotación contralateral.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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- M. esternocleidomastoideo: permite también la inclinación ipsilateral y rotación
contralateral del cuello. Con su contracción bilateral, colabora en la extensión cervical y
participa accesoriamente en la respiración.
- Mm. escalenos: constan también de tres grupos (anterior, medio y posterior) y son
esencialmente inclinadores ipsilaterales del cuello. Pueden participar de forma
accesoria en la inspiración.
- Mm. erectores: engloba a todos los músculos encargados de la extensión de la columna
cervical, como pueden ser el M. longísimo de la cabeza, el M. esplenio de la cabeza o el
M. ileocostal cervical.
Figura I. Visión de la columna cervical.
Figura II. Visión de la musculatura cervical.
Finalmente, a nivel vascular cabe destacar que por esta región transcurren los grandes vasos
que irrigan el territorio cefálico. Entre los Mm. escaleno anterior y medio transcurre la A.
subclavia, que en ocasiones puede verse comprometida por la reducción del espacio con los
movimientos y producir claduicaciones de la extremidad superior originadas cervicalmente. De
forma similar este compromiso puede producirse sobre el plexo cervical (C1 – C4) y,
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especialmente, sobre el plexo braquial (C5 – T1), que explica la posible aparición de clínica
presuntamente neurológica del brazo correspondiente originada en la zona cervical. Las raíces
más frecuentemente afectadas son C6 y C7.
BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL
La columna cervical está diseñada para soportar el peso cefálico pero también para ser una
estructura con un gran amplio abanico de movimiento. Este rango se logra mediante la acción
de las articulaciones facetarias y los discos intervertebrales, apoyados por el sistema
ligamentoso. Los movimientos básicos son tres: la flexión (60º), la extensión (70º), la flexión
lateral o inclinación (35º) y la rotación (75º).
EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA CERVICAL
- Inspección: se realizará preferentemente con la espalda al descubierto, prestando
especial atención a la presencia de lordosis, rectificación o inversión de la curva cervical
normal. En este punto de la exploración se valorará también la presencia de
deformidades evidentes, posturas antiálgicas o la atrofia de algún grupo muscular.
- Palpación: debe realizarse de forma sistemática dividiendo la columna cervical en
estructuras posteriores y anterolaterales. Se llevará acabo con el paciente en
sedestación. Desde este punto comenzaremos palpando la base craneal, las apófisis
espinosas y las apófisis transversas. A continuación primeros arcos costales, músculos
erectores cervicales, trapecios y músculos interescapulares. La palpación de las apófisis
interarticulares es complicada, y precisan la relajación de la musculatura. Para ello el
explorador puede sostener la cabeza del paciente y realizar una extensión: las apófisis
se encontrarán a unos 1,5 – 3 cm de la línea media. Las estructuras laterales son
frecuentemente menos exploradas pero merece la pena valorar los Mm. escalenos y
esternocleidomastoideo. En este proceso puede aprovecharse para buscar posibles
adenopatías, masas o contracturas.
- Movilidad: se comenzará con la movilidad activa, invitando al paciente a compartir las
sensaciones desencadenadas, su intensidad y el momento en el que se producen. En
caso de encontrarse algún rango de movimiento limitado, se explorará de forma pasiva.
La artrosis, por ejemplo, suele limitar principalmente la flexión lateral. En este momento
puede tratar de explorarse la crepitación, si es que el paciente la refiere. Habitualmente
una movilidad activa limitada o dolorosa suele sugerir lesiones articulares o musculares.
Si se sospecha este origen podrían realizarse maniobras contra resistencia.
- Maniobras especiales:
o Tracción cervical: con el paciente sentado y el explorador a un lado, este último
coloca su mano bajo la mandíbula y el occipucio del paciente. Se ejerce una
tracción axial suave que, si produce dolor o incremento del mismo, permite
sospechar etiología muscular. Si el paciente refería manifestaciones
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radiculopáticas que mejoran con esta maniobra, es muy probable la existencia
de compresión a la altura de los agujeros de conjunción.
o Compresión cervical: maniobra opuesta a la tracción cervical. El explorador
coloca una de sus manos bajo la mandíbula y la otra en el vértice craneal. Se
ejerce compresión axial que, si es dolorosa, sugiere patología facetaria. El
desencadenamiento de clínica radicular indica compresión de la raíz. Para
mejorar la sensibilidad de esta maniobra se añade una rotación-inclinación a la
posición inicial.
o Estiramiento radicular: al igual que el Lasègue de la extremidad inferior, esta
maniobra se realiza para evidenciar la patología radicular. Se coloca al paciente
con el brazo en una abducción a 90º y posteriormente el explorador realiza una
ligera extensión del mismo hacia abajo y hacia atrás. Finalmente, se inclina la
cabeza del paciente en el sentido contrario. La aparición de dolor hace la
maniobra positiva. La localización del mismo o la irradiación de las molestias
permite identificar la posible raíz afecta (C6 si llega al primer dedo, C7 si llega a
segundo y tercero y C8 cuando alcanza los dos últimos).
o Músculos centinelas: la evaluación de la fuerza y función contra resistencia de
los siguientes músculos permite evaluar los miotomas cervicales. Se realizará la
elevación de hombros (C4), abducción de hombros (C5), flexión del codo (C6),
extensión del codo (C7), extensión del pulgar (C8) y la abducción-aducción del
resto de dedos (T1).
o Reflejos osteotendinosos: puede valorarse el reflejo bicipital (C5 – C6) y el
tricipital (C7 – C8).
o Maniobra de Valsalva y de Brudzinski: ambas se basan en el aumento de la
presión del líquido cefalorraquídeo. En la primera el paciente debe cerrar la
glotis y contraer la musculatura abdominal, como se hace al defecar. En la
segunda el paciente se encuentra en decúbito supino con las piernas
extendidas. Si al flexionar el cuello se provoca dolor y flexión defensiva de las
mismas, la maniobra se considera positiva.
HOMBRO
La omalgia es el dolor localizado en el área del hombro y se trata de una de las quejas más
frecuentes de las consultas médicas. Debido a la complejidad de la articulación del hombro y su
amplio rango de movimientos, esta es especialmente vulnerable a diferentes patologías, desde
lesiones por uso excesivo hasta traumatismos. La prevalencia de la omalgia es alta,
especialmente en deportistas o trabajadores con movimientos repetitivos de los brazos y puede
llegar a ser muy invalidante.
En la anamnesis es indispensable preguntar por la duración y el tipo de dolor, así como los
factores que lo modifican y la presencia de síntomas asociados como debilidad o parestesias.
Por ejemplo, el dolor nocturno suele ser indicativo de una lesión del manguito rotador, que
según las series afecta en mayor o menor medida hasta un cuarto de la población. La limtiación
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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del movimiento puede ser relevante, dado que es sugestivo de diferentes patologías según si se
presenta de forma aislada o afecta a todos los movimientos, como es el caso de la capsulitis
adhesiva.
ANATOMÍA DEL HOMBRO
El hombro articula la extremidad superior con el tronco y se encuentra formada realmente por
cinco articulaciones diferentes. La esternoclavicular, la acromioclavicular y la glenohumeral son
articulaciones verdaderas; por el contrario la subacromial y la escapulotorácica, al no disponer
realmente de superficies articulares, son articulaciones falsas o funcionales.
Para logar el movimiento completo del hombro, todos sus componentes deben encontrarse en
buen estado y trabajar de forma coordinada. Es importante mencionar que el gran rango de
movilidad de esta región se consigue en detrimento de su estabilidad, por lo que es crucial que
tanto las estructuras ligamentosas como la musculatura local sean potentes.
La articulación glenoidea es la más móvil y, por lo tanto la más propensa a sufrir lesiones. Se
trata de una articulación esferoidea incongruente, donde la cabeza del húmero es varias veces
más grande que la cavidad en la que se aloja. La capsula articular está reforzada por los
ligamentos glenohumerales y el ligamento coracohumeral. Sin embargo, debido a la debilidad
relativa de estas estructuras en comparación con la actividad del hombro, es la musculatura la
principal responsable de contener el húmero en su sitio. Las luxaciones de hombro suponen el
45% de las luxaciones de todo el cuerpo, siendo la más habitual la que se produce en sentido
anterior. Esta lesión suele comprometer el borde anterior de la cavidad glenoidea y produce
alteraciones que facilitan nuevas luxaciones, como el arrancamiento del rodete glenoideo
(lesión de Bankart) o la fractura de la cabeza humeral por compresión con el rodete glenoideo
(lesión de Hill-Sachs). (Figura III)
Figura III. Visión de las estructuras osteoligamentosas principales del hombro.
En cuanto a la musculatura del hombro, destacaremos los siguientes músculos:
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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- Manguito de los rotadores: formado por el M. supraespinoso, el M. infraespinoso, el M.
redondo menor y el M. subescapular. En conjunción, los tres primeros consiguen la
abducción y rotación externa del húmero, mientras que el subescapular cumple la
función antagónica de rotar internamente la extremidad superior.
- M. deltoides: consta de tres porciones que se insertan en el húmero. Según el eje de
movimiento y la posición del húmero el deltoides y sus distintas partes cumplen
funciones, en ocasiones, antagónicas. En conjunto permite la anteversión, retroversión
y abducción del brazo; no obstante también colabora en la aducción y rotación del
mismo.
- Mm. pectorales (mayor y menor): participan en la aducción, rotación interna y
anteversión del brazo.
- M. dorsal ancho: se inserta en el húmero, produciendo rotación interna, aducción y
retroversión del brazo.
Figura IV. Visión lateral de la musculatura superficial y profunda del hombro.
A nivel vascular, la A. subclavia se divide formando diferentes ramas. La más importantes son la
A. axilar, la A. braquial y finalmente la A. radial y cubital. Por último, el plexo braquial a nivel
infraclavicular da lugar al N. axilar (fácilmente lesionable en las luxaciones), el N. radial (que
puede verse afectado por fracturas humerales o compresión a diferentes puntos), el N. cubital
y el N. mediano.
BIOMECÁNICA DEL HOMBRO
Los movimientos del hombro dependen en gran medida de la articulación esferoidea
glenohumeral, que permite tres grados de movimiento y seis direcciones. Los movimientos
pueden ser divididos en verticales (aquellos que elevan el brazo desde la posición neutra:
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abducción, aducción, flexión y extensión), horizontales (anteversión y retroversión) y
rotacionales (externa e interna).
En la biomecánica del hombro no debe dejar de explorarse la escápula, que se mueve en relación
2:1 con el húmero al realizar la abducción-aducción. Esta sinergia aumenta y/o potencia los
movimientos de la articulación glenohumeral. La alteración del balanceo o su aparición más
temprana o tardía pueden observarse en las patologías del hombro, donde solamente la
escápula puede llegar a realizar unos 40 – 60º de movimiento.
EXPLORACIÓN DEL HOMBRO
- Inspección: se realizará con el torso al descubierto. En esta parte pueden identificarse
algunas alteraciones morfológicas o deformidades. Entre ellas podemos destacar la
protrusión de la articulación acromioclavicular (sugerente de artropatía degenerativa en
pacientes añosos sin antecedente traumático), la protusión del tercio medio de la
clavícula (orienta a una posible fractura en el contexto adecuado), el signo de la bola
caída (por ruptura de la porción larga del bíceps) o el hombro en charretera (por luxación
anterior).
- Palpación: deben identificarse los principales puntos anatómicos. Comenzando por la
cara anterior, palparemos la articulación esternoclavicular, la clavícula en toda su
longitud y la articulación acromioclavicular. La apófisis coracoides puede palparse en el
surco deltopectoideo. Más externamente se encuentran el troquín y el troquiter. En la
parte posterior, los principales puntos son el trapecio, la fosa infraespinosa de la
escápula (con los rotadores externos) y los músculos interescapulares.
- Movilidad: se comenzará con la movilidad activa, invitando al paciente a compartir las
sensaciones desencadenadas, su intensidad y el momento en el que se producen. En
caso de encontrarse algún rango de movimiento limitado, se explorará de forma pasiva.
En caso de sospechar patología musculoligamentosa son útiles los movimientos contra
resistencia. Deben valorarse siempre las diferencias con el hombro contralateral.
- Maniobras especiales: dado que, sobre todo en Atención Primaria, es preciso
seleccionar las maniobras que se van a realizar para la evaluación de cualquier patología
es indispensable que la anamnesis sea precisa. De esta forma podrá dirigirse la
exploración hacia la patología sospechada.
o Arco doloroso: se trata de una de las maniobras más útiles, pues permite
orientar la existencia de varias patologías. En sedestación se le pide al paciente
realizar una abducción con el brazo en rotación neutra (la palpa debe mirar al
muslo) hasta alcanzar la máxima movilidad posible. Se le puede pedir al paciente
que repita varias veces el movimiento, con rotaciones diferentes. Es
indispensable que el paciente colabore indicando sus sensaciones.
 El arco del supraespinoso suele ser doloroso en el tercio medio (sin
afectación del comienzo y el final del movimiento), y que este dolor
mejore en rotación externa y empeore con la interna.
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 En el arco de la porción larga del bíceps, el dolor aumenta con la
rotación externa y empeora con la interna.
 En el arco de la articulación acromioclavicular, el dolor se produce
únicamente al final del rango de movimiento.
 En el arco del manguito rotador, la elevación por encima de los 60º
suele indicar rotura de uno o varios de los tendones (siempre que las
rotaciones están conservadas; de lo contrario la causa más frecuente es
la capsulitis adhesiva).
o Maniobra de Jobe: valora el M. supraespinoso. El paciente debe elevar el brazo
hasta los 70 – 90º, con el brazo en rotación interna (el pulgar señalará hacia
abajo). En esta postura, el explorador hará resistencia al movimiento de
abducción que deberá ejercer el paciente. El dolor en cara anterior sugiere
tendinopatía del M. supraespinoso. En caso de debilidad para la elevación
contra resistencia se debe sospechar ruptura parcial o impotencia funcional. En
caso de ruptura total, el brazo volverá a la posición neutra.
o Maniobra de Jobe en rotación externa: si esta maniobra es más dolorosa que
con la rotación externa sugiere tendinopatía de la porción larga del bíceps.
o Maniobra de Yocum: valora el M. supraespinoso. El paciente colocará su mano
en el hombro contralateral, desde una flexión del brazo de 90º. El explorador
colocará su mano sobre el codo y solicita al paciente que haga fuerza contra ella.
La aparición de dolor sugiere tendinopatía del supraespinoso o rozamiento
subacromial.
o Maniobra de Hawkins: valora el rozamiento subacromial. Se pide al paciente
que flexione el brazo y el codo unos 90º. El explorador fija una mano sobre el
hombro y con la otra sujeta el antebrazo a la altura del codo, realizando
rotaciones internas del hombro. La aparición de dolor indica rozamiento
subacromial.
o Maniobra de Speed: valora la porción larga del bíceps. Con el codo extendido y
en rotación externa se pide al paciente que flexione el brazo contra resistencia.
El explorador debe dejar que alcance la flexión de 90º. La aparición de dolor en
cara anterior sugiere tendinopatía de la porción larga del bíceps. La aparición
del signo de bola caída indica rotura del tendón.
o Maniobra de compresión abdominal: valora el M. subescapular. El paciente
coloca palma y antebrazo sobre el abdomen y debe presionar sobre si mismo
para que el explorador no pueda despegarla. El dolor en la cara anterior sugiere
tendinopatía del M. subescapular. La aparición del signo de Napoleón (el
paciente no puede mantener a la misma altura el codo y la palma) indica rotura
del músculo.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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o Maniobra de Patte: valora el M. infraespinoso. El paciente coloca su brazo en
abducción de 90º y rotación externa. El codo se encuentra flexionado a 90º. El
explorador ejercerá resistencia contra la rotación externa del paciente. La
aparición de dolor posterior sugiere tendinopatía del M. infraespinoso. La
debilidad indica rotura o lesión neurológica.
CODO
El codo es una articulación clave de la extremidad superior, que permite la realización de una
gran variedad de movimientos y actividades. Debido a su importancia, la patología del codo
puede causar una gran limitación funcional en el brazo y la mano. Las causas más frecuentes de
patología en esta área son las tendinosas, aunque también es una región propensa a las fracturas
y luxaciones. Las dos tendinopatías más frecuentes son la epicondilitis y la epitrocleítis, también
conocidas como “como de tenista” y “codo de golfista”, respectivamente.
Si bien la epicondilitis y la epitrocleitis son dos patologías tendinosas comunes en el codo, cada
una tiene sus propias características distintivas. La epicondilitis, también conocida como "codo
de tenista", se caracteriza por dolor en la zona lateral del codo, específicamente en la inserción
del tendón extensor común en el epicóndilo lateral. Por otro lado, la epitrocleitis, también
llamada "codo de golfista", se presenta con dolor en la zona medial del codo, en la inserción del
tendón del músculo flexor pronador en el epicóndilo medial (Figura V).
Mientras que ambas patologías pueden ser causadas por movimientos repetitivos y estrés en el
codo, la epicondilitis suele estar relacionada con actividades como el tenis y otros deportes que
requieren movimientos de agarre repetitivos, mientras que la epitrocleitis puede ser causada
por levantar objetos pesados y movimientos de flexión repetitivos.
ANATOMÍA DEL CODO
El codo es una articulación compleja formada por el húmero, el cúbito y el radio, que se conectan
a través de las articulaciones humerocubital, humerorradial y radiocubital proximal. La
estabilización ligamentaria en estas articulaciones es crucial para su correcto funcionamiento, y
los ligamentos colaterales, dispuestos en abanico, proporcionan estabilidad en cualquier
posición. El ligamento anular del radio también estabiliza la articulación radiocubital proximal
(Figura VI).
En cuanto a la musculatura del codo, destacaremos los siguientes músculos (Figura VII):
- El M. bíceps braquial, cuyas inserciones llegan desde la escápula (como se ha visto en el
apartado anterior) hasta la tuberosidad del radio, es uno de los principales flexores del
brazo. En esta posición además ejerce la función de supinación.
- El M. braquial es el principal flexor del codo. Discurre directamente inferior al M. bíceps
braquial desde la mitad anterior del húmero hasta la tuberosidad del cúbito.
- El M. tríceps es el principal extensor regional y gracias a su cabeza larga participa
también en la retroversión y aducción del brazo.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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- El M. acóneo , cuyas inserciones discurren desde el epicóndilolateral hasta el olécranon,
es el segundo extensor más relevante.
A nivel vascular la A. braquial discurre por la cara anterior del húmero, dividiéndose a la altura
del codo en la A. radial y la A. cubital. A nivel nervioso se distinguen varios nervios importantes.
En primer lugar el N. musculocutáneo, que inerva los flexores del codo. Por su parte, el N. radial
es el principal nervio de los extensores. A nivel del brazo este nervio pasa posteriormente al
húmero para luego colocarse en la cara externa de la extremidad y acceder al antebrazo a través
del canal radial. Este punto puede ocasionar compromiso del nervio y originar neuropatías
(mano caída, este nervio también inerva los extensores del antebrazo). También el N. mediano
y el N. cubital son susceptibles de verse afectados a la altura del codo, dando lugar neuropatías
con “mano de predicador” y “mano en garra” respectivamente.
Figura V. Esquema de las tendinopatías más frecuentes
del codo.
Figura VI. Visión de los huesos del codo.
Figura VII. Visión de la musculatura del codo.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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BIOMECÁNICA DEL CODO
Además de la flexión y extensión, el codo también realiza la pronosupinación, un movimiento
esencial para el uso diario de muchos objetos. La disfuncionalidad de este movimiento puede
producir una gran desadaptación. En cuanto a los grados de movimiento considerados normales,
la flexión es de 150º, la extensión es de 10º y la pronosupinación es de 90º.
EXPLORACIÓN DEL CODO
- Inspección: la presencia de deformidades aparentes debe sospecharse fractura,
luxación o fractura-luxación. También la rápida tumefacción sin deformidad aparente
puede esconder una fractura poco desplazada. La aparición de hematomas en la fosa
cubital es muy sugerente de lesión distal del bíceps.
- Palpación: en la palpación es indispensable saber reconocer al menos el triángulo de
Nelaton, conformado por la epitróclea, el olécranon y el epicóndilo con el codo en
máxima flexión. En extensión y flexión a 90º estas estructuras forman lo que se conoce
como línea de Huéter. La desestructuración de ambas habla a favor de luxaciones y/o
fracturas.
- Movilidad: se comenzará con la movilidad activa, invitando al paciente a compartir las
sensaciones desencadenadas, su intensidad y el momento en el que se producen. En
caso de encontrarse algún rango de movimiento limitado, se explorará de forma pasiva.
Como en otras articulaciones una debilidad activa mucho menor que la pasiva sugiere
patología neurológica o muscular, mientras que cuando la limitación se produce en
ambos componentes de la exploración la etiología subyacente suele ser articular o
capsular. Ante un movimiento de pronosupinación muy limitado debe descartarse
patología a nivel de las muñecas.
- Maniobras especiales:
o Maniobra de Thompson: valora la epicondilitis. Con el codo en flexión de 90º, y
en pronación, se le pide al paciente que realice una extensión de la muñeca
contra resistencia. El explorador colocará sus dedos a la altura del tercer
metacarpiano. La aparición de dolor en epicóndilo y parte medial del antebrazo
es muy indicativa de epicondilitis.
o Maniobra de Mills: valora la epicondilitis. Con el codo a 90º, el explorador fuerza
la extensión de los músculos epicondíleos mediante la flexión palmar de la
muñeca. La aparición de dolor en epicóndilo hace la maniobra positiva.
o Maniobra de la silla: valora la epicondilitis. Se le pide al paciente que levante
una silla por su respaldo, con el brazo inicialmente en extensión y el antebrazo
en pronación. La maniobra es positiva cuando se produce dolor al intentar
levantar la silla en esta postura. Si se hace en supinación el paciente no notará
dolor, o este será más moderado, lo que también es sugerente de epicondilitis.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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o Maniobra de Cozen invertida: valora la epitrocleitis. Con el codo en flexión de
90º y en supinación, se le pide al paciente que realice una flexión de la muñeca
contra resistencia. La aparición de dolor en epitróclea hace la maniobra positiva.
o Maniobra de compresión del pronador redondo: presente en la neuropatía del
N. mediano. Con el paciente sentado y su codo con flexión de 20º y
pronosupinación neutra, el explorador se opone a la extensión y pronación del
antebrazo. Si aparecen parestesias a lo largo del territorio mediano, la maniobra
es positiva.
o Mano de predicador o signo de la bendición: presente en la neuropatía del N.
mediano. Imposibilidad de realizar la flexión del 1 – 3º dedo por afectación del
flexor superficial y de la parte lateral del flexor profundo de los dedos.
o Signo del OK: presente en la neuropatía del N. interóseo anterior (rama del N.
mediano). El paciente es incapaz de realizar el gesto del OK por debilidad del
flexor distal.
o Maniobra de compresión del músculo supinador: presente en la neuropatía del
N. interóseo posterior (rama del N. radial). En bipedestación, el explorador
coloca una mano el surco radial del músculo extensor radial del carpo y con la
otra ejerce resistencia contra la supinación. El dolor durante la pronosupinación
hace a la maniobra positiva.
MANO
La mano es una región anatómica compleja y altamente utilizada en nuestras actividades
cotidianas. Su importancia radica en su papel crucial, lo que la convierte en una estructura clave
a explorar en la práctica clínica. Las patologías que afectan a la muñeca y a la mano se
manifiestan principalmente como dolor, tumefacción, alteraciones sensitivas y deformidades,
entre otras. Es por esto por lo que una buena exploración de la muñeca resulta fundamental
para el diagnóstico y tratamiento adecuados de diversas patologías, que pueden afectar la
calidad de vida de las personas.
ANATOMÍA DE LA MANO
<
En la mano se distinguen varias regiones: el carpo, el metacarpo y los dedos de la mano. El radio
y el cúbito componen la articulación radiocarpiana que une el antebrazo y el carpo, formando
así la muñeca. A su vez, la articulación mediocarpiana articula las dos filas óseas que componen
el carpo. En la inferior encontramos el H. escafoides, el H. semilunar y el H. piramidal, lo que
permite distinguir tres columnas óseas: la columna escafoidea (con el trapecio, trapezoide y los
os primeros dedos), la columna semilunar (con el H. grande y el tercer dedo) y la columna
piramidal (con el H. ganchoso y los dos últimos dedos) (Figura VIII).
En la visión palmar se observa como los elementos óseos del carpo conforman un canal palmar
cóncavo que queda recubierto por el retináculo flexor o ligamento transverso del carpo, dando
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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lugar al conocido túnel carpiano. A través de esta estructuran pasan hasta diez tendones flexores
y el N. mediano, haciéndolo especialmente susceptible de dar clínica cuando el espacio queda
comprometido. Justo cranealmente y en la zona externa, el ligamento palmar del carpo y el
hueso pisiforme configuran otro pequeño conducto junto con el ligamento transverso del carpo:
el canal de Guyon o conducto cubital, a través del que discurre el N. cubital.
La mano es una estructura altamente especializada en el movimiento fino y preciso, para lo cual
necesita una gran cantidad de músculos y tendones. Mencionaremos únicamente algunos de los
más relevantes, que incluyen músculos antebraquiales:
- Los flexores superficiales del antebrazo (M. pronador redondo, M. flexor superficial de
los dedos, M. flexor radial del carpo, M. flexor cubital del carpo, M. palmar largo) y los
profundos (M. flexor profundo de los dedos, M. flexor largo del pulgar y M. pronador
cuadrado) se encargan de la flexión de la muñeca, metacarpofalángicas e interfalángicas
de los dedos y, en algunos casos, de la pronación y desviación cubital. Los superficiales,
dada su inserción en el epicóndilo medial pueden participar en la flexión del codo y se
ven alterados en la epitrocleitis.
- Los extensores superficiales (M. extensor de los dedos, M. extensor del meñique, M.
extensor cubital del carpo) y los profundos del antebrazo (M. supinador, M. abductor
largo del pulgar, M. extensor corto del pulgar, M. extensor largo del pulgar, M. extensor
del índice) producen la extensión de la muñeca, metacarpofalanges y falanges, además
de participar en la supinación y en la desviación radial. Los superficiales se insertan en
la epitróclea, por lo que se ven afectados en la epitrocleítis.
- En la palma destaca la musculatura tenar e hipotenar, que se encargan de los
movimientos del primer y quinto dedos.
El antebrazo y la mano están irrigadas por la A. radial y la A. cubital, que al llegar a la palma se
fusionan dando lugar a los arcos vasculares del carpo, desde los cuales salen las ramas que
irrigan los diferentes dedos. La inervación queda resumida en la Figura IX.
Figura VIII. Visión de los huesos de la mano
izquierda.
Figura IX. Resumen de la inervación del brazo.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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BIOMECÁNICA DE LA MANO
Los mano tiene una gran libertad de movimientos para permitir movimientos finos y precisos.
Por su parte, la muñeca es capaz de realizar movimientos en el eje transversal (flexión de unos
60 – 80º y extensión de unos 40 – 60º) y en el dorsopalmar (abducción o desviación radial de
unos 20º y abducción o desviación cubital de unos 30 – 40º). Las articulaciones interfalángicas
proximales y distales de los dedos trifalángicos (excepto el pulgar) solamente son capaces de
desplazarse en flexo-extensión. El movimiento de aproximación y separación de los dedos está
producido por las articulaciones metacarpofalángicas, que son esferoideas. El pulgar es una
articulación extremadamente versátil que permite movimientos de abducción y aducción,
flexión y extensión, y oposición (movimiento de juntar la yema del pulgar con la yema de los
demás dedos) gracias a su articulación carpometacarpiana en silla de montar.
EXPLORACIÓN DE LA MANO
<
- Inspección: en la mano la inspección es de suma importancia, dado que en muchas
ocasiones permite una valoración inicial de trastornos de múltiples etiologías. No debe
olvidarse la inspección ungueal al explorar la mano. Durante esta fase de la exploración
hay que anotar la presencia de posiciones anómalas o deformidades (desviación cubital,
dedos en martillo, dedos en cuello de cisno, signo del hombro en la rizartrosis, garra
cubital…)o atrofias de grupos musculares (como el de la eminencia tenar en el caso de
la neuropatía cubital).
- Palpación: en la cara dorsal de la muñeca se debe identificar en la cara proximal la
apófisis estilodes radial, el tubérculo de Lister, la interlínea radiocubital, la cabeza
cubital y la apófisis estiloides cubital. En la zona radial del carpo se encuentra la
tabaquera anatómica, delimitada por el M. abductor largo del pulgar y el M. extensor
corto del pulgar. En su fondo, puede palparse el cuerpo del escafoides. En los
traumatismos es importante la palpación de la articulación mediocarpiana.
En la cara palmar los puntos más importantes son el pisiforme (en la base de la
eminencia hipotenar), la apófisis unciforme del ganchoso (más distalmente y radial) y la
cresta del trrapecio. Estas tres estructuras forman los límites del túnel carpiano.
- Maniobras especiales: las siguientes maniobras se encuentran dirigidas al diagnóstico
de las patologías más prevalentes de la mano y de la muñeca.
o Síndrome de túnel del carpo: causado por la compresión del N. mediano,
produce dolor, parestesias, adormecimiento y debilidad para la prensión. Estos
síntomas son peores por la noche y con actividades que mantengan la muñeca
en flexión o extensión. Algunas maniobras útiles son:
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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 Maniobra de Tinel: sobre el trayecto del nervio mediano, se percute
suavemente. Es positiva se produce hormigueo en el trayecto del
nervio.
 Maniobra de Phalen: el paciente debe juntar sus dos muñecas por los
dorsos en máxima flexión. La aparición de parestesias en el territorio
mediano (palma del carpo, cara palmar de los dedos 1 – 3º) antes de
completar un minuto, hace la maniobra positiva. Si se hace en flexión
dorsal (en posición de rezo), se denomina Phalen invertido, que puede
diagnosticar también un síndrome del túnel cubital.
 Maniobra de Duncan: el explorador coloca su mano sobre la muñeca del
paciente y ejerce una ligera presión en la zona palmar del carpo. Si el
paciente experimenta sensación de hormigueo, adormecimiento o
dolor en los dedos inervados por el nervio mediano, la maniobra es
considerada positiva.
o Tenosinovitis de De Quervain: inflamación de los tendones M. aductor largo y
M. extensor corto del pulgar. Los pacientes refieren dolor en la estiloides radial,
especialmente en aquellos movimientos que implican la desviación hacia
cubital. Algunas maniobras útiles son:
 Maniobra de Finkelstein: el paciente realiza una desviación de la
muñeca hacia el lado cubital. A continuación, el explorador fuerza
placidamente la flexión del pulgar. Para mejorar la sensibilidad de la
maniobra, el explorador comprime los tendones de la primera
corredera.
 Maniobra de Eichoff: el paciente siguiente realiza una desviación hacia
cubital de la muñeca con el puño cerrado y sujetando en su interior al
pulgar. Si aparece dolor en la estiloides radial, la maniobra se considera
positiva. Esta maniobra tiene menor especificidad que la maniobra de
Finkelstein.
o Dedo en resorte: patología frecuente y de fácil diagnóstico que afecta
principalmente al primer y al cuarto dedo, aunque puede aparecer en
cualquiera. Se caracteriza por un resalte en los movimientos de flexión y
extensión del dedo, que puede llegar a bloquearlo e impedir su extensión.
Durante la exploración se puede detectar un nódulo doloroso en la base del
dedo afectado.
o Neuropatía del N. cubital: causada por la compresión del N. cubital a nivel del
canal de Guyon en la muñeca. Produce dolor, parestesias, adormecimiento y
debilidad en el lado ulnar de la muñeca. En la inspección, la mano tiene una
apariencia característica debido a la pérdida de la inervación de la musculatura
hipotenar, lo que se conoce como la "mano de simio". En la vista dorsal, hay
atrofia de la musculatura de la mano, lo que se traduce en la marcación de las
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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prominencias óseas entre los huesos carpianos del segundo al quinto dedo.
Algunas maniobras útiles son:
 Signo de Watenberg: el paciente es incapaz de mantener el meñique
en completa extensión y aducción.
 Signo de Froment: se le pide al paciente que pince entre el primer y
segundo dedo una hoja de papel. Cuando, por debilidad del M. aductor
del pulgar (N. cubital), el paciente tiene que flexionar la articulación
interfalángica del pulgar (M. flexor largo del pulgar, N. mediano) la
maniobra se considera positiva.
o Rizartrosis: artrosis de la articulación trapecio metacarpiana. Los pacientes
suelen presentar dolor en la articulación en silla de montar, entre el trapecio y
el primer metacarpiano, especialmente al realizar la pinza y el agarre. La mano
afectada tiene una morfología cuadrada y suele haber hiperalgesia regional.
Algunas maniobras útiles son:
 Maniobra de cizallamiento: el paciente realiza movimientos de flexo-
extensión del primer metacarpiano. La maniobra se considera positiva
cuando se reproduce el dolor en la articulación, que suele estar
acompañado de crepitación.
 Grind test: aplicando fuerza axial sobre el primer dedo, se realizan
movimientos de circunducción o rotación. Si aparece dolor, la maniobra
se considera positiva.
COLUMNA LUMBAR
La lumbalgia puede ser definida como aquellas sensaciones que son dolorosas o no confortables
y que se localizan por debajo de la costilla número 12 y por encima de la región glútea si bien
patología en esta zona puede irradiarse y sentirse hacia alguna de las extremidades inferiores o
hacia los glúteos el dolor lumbar es una patología muy frecuente y 1 de los principales motivos
de consulta pese a que la mayor parte de las lumbalgias son inespecíficas también existe una
importante porcentaje en las que una buena exploración y anamnesis puede establecer el
diagnóstico y orientar un tratamiento más específico
Aunque la anamnesis es importante en la evaluación de cualquiera de las patologías que acuden
a nuestras consultas en el caso de los la patología lumbar es especialmente importante dado
que el dolor es el síntoma principal de consulta y para poder orientar sus causas o su perfil
además de una buena exploración es indispensable caracterizarlo mediante una buena historia
clínica En el siguiente cuadro se recogen las principales características de las entidades más
prevalentes
ANATOMÍA DE LA COLUMNA LUMBAR
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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La columna lumbar, que está compuesta por cinco vértebras (L1 – L5), es la estructura
responsable de soportar la carga del tronco en su totalidad. Es por ello que las vértebras
lumbares presentan cuerpos robustos. Evolutivamente, las apófisis transversas de esta zona son
costillas rudimentarias involucionadas que les brindan una resistencia adicional. La vértebra L5
se articula con el hueso sacro, el cual está conformado por cinco vértebras independientes que
se fusionan después del nacimiento, mediante el disco intervertebral cuneiforme. Por último, el
hueso coxis es un vestigio de tres o cuatro vértebras (Figura X).
La patología discal es muy común en la zona lumbar. Los discos intervertebrales se componen
de un anillo fibroso que envuelve al núcleo pulposo. La disposición de las fibras en la zona anular
proporciona una resistencia extrema a este tejido ante movimientos de tracción y compresión.
En la zona externa, los haces de tejido conectivo se entrecruzan, uniendo los bordes óseos de
las vértebras adyacentes y manteniendo el disco en su interior.
La columna toracolumbar cuenta con un complejo ligamentario extenso y potente que
proporciona estabilidad y permite la carga mecánica sobre las vértebras. Los ligamentos más
importantes son el ligamento longitudinal anterior y posterior, así como los ligamentos amarillos
e intertransversos.
Figura X. Visión lateral de la columna lumbar,
sacro y coxis.
Figura XI. Visión anterior de la musculatura lumbar.
La musculatura lumbar es una de las más potentes de la anatomía, puesto que además de deber
tener una gran resistencia a la carga, es importante la buena movilidad regional. Es importante
tener en cuenta que los músculos de sostén, como el M. iliopsoas, tienden al acortamiento,
especialmente en actividades de estación en las que se encuentra habitualmente flexionado.
Esto puede ser una causa frecuente de aumento de la lordosis lumbar y de la limitación de la
extensión de la cadera, por lo que este músculo debe ser estirado regularmente. Entre los
músculos más importantes destacan (Figura XI):
- Músculos erectores autóctonos de la espalda: compuestos por el M. iliocostal, el M.
longísimo y los Mm. intertransversos lumbares, permiten la extensión dorso-lumbar o
inclinación ipsilateral si la contracción es unilateral. Estos músculos también son
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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importantes para mantener la postura y estabilizar la columna vertebral durante
actividades cotidianas y deportivas.
- M. cuadrado lumbar: este músculo se origina en la cresta ilíaca y se inserta en la costilla
XII y las diferentes apófisis costales de la columna lumbar. Es uno de los principales
flexores ipsilaterales de la columna, y también juega un papel importante en la presión
abdominal y la espiración. Además, colabora con los músculos erectores de la espalda
en la estabilización de la columna vertebral.
- M. íliopsoas: compuesto por el M. psoas mayor y el M. ilíaco, el M. iliopsoas es el flexor
más importante de la cadera y cumple una función crucial en la marcha y en actividades
que involucran levantar las piernas. Con su contracción unilateral, también colabora en
la flexión ipsilateral de la columna lumbar.
- Mm. abdominales anteriores: estos músculos incluyen el M. recto del abdomen, el M.
oblicuo del abdomen y el M. transverso del abdomen. Todos ellos son importantes para
el movimiento del tronco, especialmente en la flexión y rotación, y colaboran con los
músculos erectores de la espalda y el cuadrado lumbar en la estabilización de la columna
vertebral. Además, participan en la prensa abdominal, que aumenta la presión
intraabdominal y ayuda a mantener la estabilidad de la columna vertebral durante
actividades físicas exigentes.
La región lumbar es una zona de gran importancia en el cuerpo humano. Desde el punto de vista
vascular, esta zona es atravesada por los vasos más grandes del cuerpo, la aorta abdominal y la
vena cava inferior. La aorta abdominal se bifurca en las arterias ilíacas, mientras que la vena cava
inferior se forma a partir de la unión de las venas ilíacas a la altura de la quinta vértebra lumbar
(L5).
Además, en la zona lumbosacra se encuentran dos plexos nerviosos de gran importancia, el
plexo lumbar (L1-L4) y el plexo sacro (L5-S4), que se encargan de la inervación sensitivomotora de
las extremidades inferiores. Aunque no se abordará en este texto, también existe el plexo
coxígeo (S5-Co2).
El N. ciático es la rama más importante del plexo lumbosacro y es el nervio más fuerte y largo
del cuerpo humano. Este nervio abandona la pelvis menor por el foramen ciático y recorre la
zona glútea para dirigirse a la cara posterior del muslo. Antes de llegar a la fosa poplítea, el
nervio ciático se divide en sus dos ramas principales: el N. peroneo común y el N. tibial.
BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA LUMBAR
La valoración funcional de la columna dorso-lumbar es crucial, dado que la movilidad global de
esta zona se compone de 25 segmentos móviles. Por lo general, sólo se pueden observar y
reconocer los trastornos de movilidad de algunas secciones concretas. Esta sección de la
columna lumbar permite hacer los siguientes movimientos: inclinaciones laterales con un rango
máximo de 40º, flexión-extensión con un rango de 85º para la flexión y 60º para la extensión, y
rotaciones, ambas con un rango máximo de 40º. La movilidad de esta zona también tiene una
gran importancia en el movimiento de la pelvis, que será valorado más adelante.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA LUMBAR
- Inspección: desde el momento en que el paciente entra en la consulta, se deben
observar los movimientos que realiza al andar, sentarse, levantarse y desvestirse. Con
el tronco descubierto, se debe realizar una valoración completa de la vista posterior,
lateral y anterior de la columna vertebral. A grandes rasgos, los aspectos que deben
valorarse como mínimo son la presencia de un morfotipo escoliótico, desnivel notable
a la altura de la pelvis, simetría del talle o pliegues interglúteos, inclinaciones evidentes
y la presencia de hiperlordosis, cifosis o una combinación de ambas. Es importante que
el examinador observe si hay alguna asimetría, deformidad, protuberancia o tumoración
en la columna vertebral. La presencia de cicatrices, masas, lesiones cutáneas y
coloración anormal también deben ser evaluadas durante la inspección.
- Palpación: la postura más adecuada para llevar a cabo la palpación es el decúbito prono,
ya que permite que la musculatura lumbar se encuentre en una posición relajada. Es
importante localizar correctamente las estructuras anatómicas relevantes, como las
apófisis espinosas, los últimos arcos costales, los músculos para vertebrales lumbares,
los músculos oblicuos, las crestas iliacas, las espinas iliacas, el músculo piramidal y el
origen de los glúteos. En caso de que el paciente no tolere la postura en decúbito prono,
se puede intentar la palpación en sedestación o en decúbito lateral. No obstante, la
bipedestación es la postura menos indicada para la palpación lumbar, debido a que la
musculatura lumbar se encuentra en tensión constante. Es importante que el
explorador tenga una buena técnica de palpación, con una presión adecuada y una
secuencia lógica de exploración. La palpación debe ser suave pero firme para identificar
cualquier anormalidad en las estructuras anatómicas de la columna lumbar, utilizando
el menor número de dedos posible para mayor precisión.
- Movilidad: en bipedestación, se invitará al paciente a realizar alguna flexión del tronco
al máximo con las piernas extendidas. Nos interesa conocer cuándo aparece el dolor o
las sensaciones que el paciente padece, si durante todo el movimiento o es solamente
en los extremos del rango. También es posible que la flexión alivie los síntomas del
paciente, como las lumbalgias producidas por estructuras posteriores. La extensión del
tronco en bipedestación no es muy valorable, ya que algunos pacientes, especialmente
los mayores, pueden sentirse inseguros y suele acompañarse de una flexión de rodillas
y la anteposición de la pelvis, pero puede valer para apreciar la globalidad de los
movimientos y las relaciones que puedan tener con el dolor. En sedestación, es la mejor
postura para valorar las rotaciones y las inclinaciones. Sin embargo, el explorador
deberá sujetar la pelvis contraria al movimiento para evitar su elevación. Algunos
pacientes pueden confundir un dolor inespecífico de cadera con las lumbalgias, por lo
que también es indispensable ante la sospecha realizar la exploración de la movilidad
de la articulación y su balance articular.
- Maniobras especiales: Las maniobras que se exponen a continuación no son específicas
de la lumbalgia sino de la radiculopatía lumbar, ya que muchos pacientes con molestias
específicas en el estudio tienen lumbalgia debido a alteraciones de la articulación
coxofemoral o neuropatías nerviosas.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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o Palpación de los puntos de Valleix: se trata de la palpación de diferentes puntos
del nervio ciático en busca de dolor y/o relación. Estos puntos son: el punto
piramidal (bajo el músculo piramidal), el isquiático (en el punto externo de la
tuberosidad isquiática), el crural (en la línea media de la cara posterior del
muslo), el poplíteo y el ciático popliteo externo (en el cuello del peroné) y el
punto tibial (en la línea media de la pantorrilla).
o Maniobra de Lasègue: el explorador flexiona la cadera del paciente con la rodilla
extendida. Si el paciente nota dolor de características neuropáticas, un
calambre o corriente eléctrica, se debe interrogar siempre para evitar falsos
positivos. Es frecuente que las molestias del paciente sean debido a la cortedad
de los músculos isquiotibiales, lo que produce un dolor sordo como tirantez en
la corva o en la zona lumbar si el problema se halla en los flexores de la cadera.
o Maniobra de Bragard: se realiza si el Lasègue ha sido positivo. Desde el punto
en el que aparece el dolor radicular, se desciende lentamente la pierna hasta
que desaparece el dolor. En ese momento, se realiza una máxima flexión dorsal
del tobillo. Se considera positiva si vuelve a aparecer el dolor.
o Maniobra del músculo piramidal: con el paciente en decúbito prono, el
explorador palpa el músculo piramidal y los alrededores mientras se realizan
rotaciones de cadera pasivas y resistidas, tensando y relajando el músculo para
ver si este es doloroso. También puede valorarse en decúbito supino: el
paciente flexiona la cadera 90º y el explorador la aduce de forma pasiva. A
continuación, se realizan rotaciones de cadera. Si el dolor en la nalga se
reproduce con la rotación interna, se sospecha de mialgia piramidal. Si, por el
contrario, este dolor se irradia hacia la parte posterior del muslo, se sugiere una
radiculopatía por compresión del punto piramidal.
o Músculos centinela: la evaluación de la fuerza y función contra resistencia de los
siguientes músculos permite evaluar los miotomas lumbares. Se realiza la
extensión del cuádriceps (L3-L4), la inversión de los pies hacia dentro (L4) y la
flexión dorsal (L5) y plantar (S1) del pie.
CADERA
La cadera es una articulación compleja y de gran tamaño, frecuentemente motivo de consulta
médica. Entre las causas más comunes de patología en esta zona se encuentran la artrosis de
cadera y el dolor trocantérico. No obstante, es importante tener en cuenta que muchos dolores
que se presentan en la cadera pueden ser referidos desde la columna lumbar o incluso desde la
rodilla. Por lo tanto, una exploración integral de ambas articulaciones resulta imprescindible. La
anamnesis y ciertas maniobras de exploración discriminativa pueden ser de ayuda para
identificar el origen del dolor. Los pacientes suelen acudir a la consulta con quejas de dolor,
aunque también pueden presentarse casos de limitaciones funcionales, rigidez o incluso
resaltes. Por otra parte, el análisis de la marcha puede ser útil para orientar preliminarmente las
características de la dolencia.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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ANATOMÍA DE LA CADERA
La cadera es una de las articulaciones más complejas y grandes del cuerpo humano, con una
anatomía especial que la distingue como una articulación de nuez. Aunque la cabeza femoral se
encuentra en gran medida cubierta por el acetábulo, se requiere la acción de un conjunto de
ligamentos fuertes para estabilizar el peso de la extremidad inferior dentro de la cavidad
acetabular. En este sentido, destacan el ligamento iliofemoral, el ligamento pubofemoral y el
ligamento isquiofemoral, siendo el primero de ellos el más resistente y con una función estática
crucial, ya que evita que la pelvis caiga hacia atrás en la bipedestación, sin necesidad de recurrir
a la fuerza muscular para su contención.
Figura XII. Visión del complejo osteoligamentario de la cadera.
Figura XIII. Visión posterior de la musculatura e inervación de la cadera.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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En cuanto a los principales grupos musculares de la cadera, podemos mencionar los siguientes:
- M. Ileopsoas: compuesto por el M. psoas mayor y el M. ilíaco, el M. iliopsoas es el flexor
más importante de la cadera y cumple una importante función de sostén. Con su
contracción unilateral, colabora en la flexión ipsilateral de la columna lumbar. Es
importante tener en cuenta que los músculos de sostén, como el M. iliopsoas, tienden
al acortamiento, especialmente en actividades de estación en las que se encuentra
habitualmente flexionado. Esto puede ser una causa frecuente de aumento de la
lordosis lumbar y de la limitación de la extensión de la cadera, por lo que este músculo
debe ser estirado regularmente.
- Músculos glúteos: incluyen el M. glúteo mayor, el M. glúteo medio y el M. glúteo menor
son músculos extensores de la cadera, pero también permiten, con algunos de sus fibras,
la abducción de la pierna y las rotaciones.
- Músculos rotadores: el M. obturador interno y el M. cuadrado femoral son
principalmente rotadores externos y aductores de la cadera.
- Músculos aductores: los principales músculos aductores son el M. aductor largo, el M.
aductor corto y el M. aductor mayor, además del M. obturador externo y el M. grácil.
Este grupo muscular también puede participar tanto en la extensión como en la flexión
de la cadera, dependiendo de la posición en la que se encuentren.
- M. sartorio: su trayecto va desde la espina ilíaca anterior superior hasta la tuberosidad
medial de la tibia, formando la pata de ganso junto con los M. grácil y M. semitendinoso.
Sus principales funciones en la cadera son la flexión, la abducción y la rotación externa.
BIOMECÁNICA DE LA CADERA
La cadera es capaz de realizar tres grados de movimiento principales: flexión y extensión en el
eje transversal, abducción y aducción en el eje sagital, y rotación interna y externa en el eje
longitudinal. Los grados de movimiento normales para cada uno de estos movimientos son 140º
de flexión, 20° de extensión, 50º de abducción, 30° de aducción, 40º de rotación interna y 50°
de rotación externa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en ciertas situaciones,
como la abducción y aducción con la cadera extendida o la rotación externa con las caderas
flexionadas, estos grados de movimiento pueden verse disminuidos.
EXPLORACIÓN DE LA CADERA
<<
- Inspección: es importante comenzarla desde el momento en que el paciente entra en la
consulta. Al analizar su marcha y la forma en que se sienta, podemos obtener
información valiosa en la evaluación de la cadera. Es importante distinguir entre una
marcha simétrica y constante y una cojera asimétrica que presenta patrones más
variables. Las alteraciones de la marcha pueden tener diversas causas, pero en el caso
de la cadera, la cojera suele deberse al dolor articular, lo que acorta la fase de apoyo en
la bipedestación. Además, se deben observar las actitudes del paciente, como la flexión
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de la cadera o el balanceo sobre una de las extremidades. También es crucial valorar la
atrofia de los grandes músculos de la cadera o la extremidad inferior.
- Palpación: se debe realizar de forma sistemática. Puede comenzarse desde la cresta
iliaca hasta el trocánter mayor, siguiendo una secuencia ordenada. Esta sistemática de
exploración es especialmente útil para identificar estructuras superficiales, aunque
también puede ayudar a localizar otras estructuras más profundas. En la cara anterior
de la cadera, la palpación de la arteria femoral puede servir como referencia para
identificar las inserciones del sartorio, el recto anterior del cuádriceps y el tensor de la
fascia lata, que se encuentran ligeramente más externos. En la cara lateral, se
recomienda identificar el trocánter mayor y el glúteo medio. En la cara posterior, se
puede palpar el glúteo mayor y el piramidal, que se identifica como una cintilla que cruza
la zona más proximal de la nalga.
- Movilidad: se realiza en decúbito supino, y en la mayoría de los casos, se evalúa solo el
componente pasivo de los movimientos para identificar cualquier limitación. Los
movimientos que se deben evaluar son la flexión, la abducción y la aducción. Es
importante mencionar que la medición de las rotaciones en decúbito supino puede ser
imprecisa debido a la relajación de los ligamentos y los femorales, lo que puede resultar
en una amplitud mayor que en decúbito prono. Por otro lado, la extensión solo se puede
evaluar en la última postura mencionada.
- Maniobras especiales:
o Maniobra de rodamiento: en decúbito supino, el explorador fuerza una rotación
interna de la extremidad inferior seguida de una rotación externa. La aparición
de dolor en la cadera, habitualmente con la primera rotación interna, sugiere
roce femoral en el acetábulo, lo que hace que la maniobra sea positiva.
o Maniobra de Stinchfield: en decúbito supino, se solicita al paciente que eleve la
extremidad inferior con la rodilla totalmente extendida y contra resistencia. La
aparición de dolor en la zona proximal del muslo se considera positiva. Si el
paciente refiere dolor en la zona lumbar, se debe explorar la columna para
valorar si es un dolor irradiado o si además de la coxalgia existe lumbalgia.
o Maniobra FADIR: acrónimo en inglés de "flexión, aducción y rotación interna".
En decúbito supino, el paciente flexiona la cadera hasta los 90º y a continuación
se realiza aducción y rotación interna de la cadera. El dolor inguinal es sugestivo
de patología articular.
o Maniobra de FABER: acrónimo en inglés de "flexión, abducción y rotación
externa". En decúbito supino, el paciente flexiona la cadera hasta los 90º y a
continuación, el explorador ejerce abducción y rotación externa. El dolor
inguinal es sugestivo de patología articular.
o Maniobra de Trendelenburg-Duchenne: en esta maniobra, el paciente se coloca
en bipedestación y el explorador coloca sus manos sobre cada una de las crestas
ilíacas. A continuación, el paciente levanta un pie y después el otro. Si el grupo
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de los músculos abductores de la cadera tiene una buena función, la pelvis se
mantendrá horizontal incluso durante el apoyo monopodial. La maniobra es
positiva si se produce la caída de la cadera del pie que no está en apoyo.
o Maniobra de abducción activa o maniobra del glúteo medio: esta maniobra
valora la insuficiencia del aparato abductor. En decúbito lateral, el paciente
debe realizar una abducción contra resistencia. El explorador se opone al
movimiento desde el tobillo. La debilidad indica afectación del glúteo medio y
el dolor término patía o mialgia. Si se repite la maniobra en rotación interna y el
dolor desaparece, este se localizaba en el tensor de la fascia lata, que queda
inhibido al realizar la rotación.
o Maniobra de fricción de la fascia lata: en decúbito lateral con la rodilla
flexionada, el explorador realiza una flexión y extensión de la cadera pasivas
para comprobar si existe resorte o dolor en la región trocantérea. La maniobra
es positiva si se desencadena este dolor.
RODILLA
<
La gonalgia es una causa muy frecuente de consulta. Además de las propias patologías causadas
por traumatismos (patología ligamentaria, patología meniscal) y de las manifestaciones
articulares de enfermedades sistémicas (quiste de Baker, artrosis…), es frecuente el dolor por el
propio desequilibrio del conjunto: el malfuncionamiento femoropatelar.
En el desequilibrio femoropatelar el paciente suele referir dolor inespecífico en la cara anterior,
manifestado o acentuado con el ejercicio (especialmente al terminarlo) y de mayor intensidad
en planos inclinados descendentes. No es rara tampoco la sensación de inestabilidad ni la
crcepitación durante la flexo-extensión.
Las lesiones meniscales son más frecuentes en pacientes jóvenes y se producen por mecanismos
de giro violento en carga, lo que atrapa los meniscos. Por ello, es frecuente en deportistas. Debe
sospecharse con una anamnesis compatible y dolor en la interlinea articular.
Finalmente, las lesiones ligamentosas aisladas suelen producirse por traumatismos directos en
posiciones en las que el ligamento se encuentra en tensión.
ANATOMÍA DE LA RODILLA
La rodilla articula tres huesos: tibia y fémuro (articulación femorotibial) y rótula y fémur
(articulación femororrotuliana). Como es habitual ambas se encuentran envueltas dentro de una
cápsula articular, que en este caso es única. A diferencia del antebrazo, el peroné no forma parte
de esta articulación, si no que se articula con la tibia algo más distalmente en la articulación
tibioperonea. La escasa congruencia ósea de las articulaciones de la rodilla obliga a que la
estabilidad y movimientos ean garantizados por un potente complejo ligamentario.
El complejo ligamentario de sostén se encuentra reforzado posteriormente por las inserciones
de los músculos regionales y, en algunos casos, la cavidad articular está en comunicación con las
bolsas sinoviales de algunos de ellos (M. semimembranoso, M. gastrocnemio). El quiste de Baker
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es un repliegue quístico sinovial entre el tendón del M. semimembranoso y el M. gastrocnemio,
generalmente a la altura del cóndilo femoral posteriomedial.
En la cara anterior el complejo ligamentario cuenta con las inserciones de los vastos laterales, el
M. recto femoral, el ligamento rotuliano, los retináculos rotulianos y los ligamentos
meniscorrotulianos. Entre otras funciones, este conjunto se encarga de sostener y posicionar la
rótula, por lo que sus alteraciones pueden dar lugar al ya mencionado desequilibrio
femoropatelar.
Los ligamentos cruzados o ligamentos internos de la rodilla se extienden desde el área
intercondílea anterior y posterior de la tibia hasta la fosa intercondílea femoral. Ambos
ligamentos aseguran el contacto articular entre fémur y tibia y la estabilidad en el plano sagital,
de forma que en cualquier posición siempre se encuentran en tensión en algún punto.
Finalmente los meniscos se encuentran anclados en la superficie intercondílea anterior y
posterior por sus extremos. Dada la forma de O del menisco lateral frente a la forma en C del
menisco medial, este último es mucho menos móvil. Sumado a su fijación con el ligamento
colateral medial, este menisco suele ser el más lesionado.
Entre la musculatura regional más importante se encuentran:
- M. cuádriceps femoral: formado por cuatro cabezas, el M. recto femoral y los vastos
lateral, medial e intermedio, es uno de los principales extensores de la rodilla y flexores
de la cadera.
- Músculos flexores: los músculos flexores son los comúnmente denominados
isquiotibiales. Entre ellos destacamos el M. bíceps femoral y el M. semimembranoso.
Figura XIV. Visión de los principales detalles anatómicos de la rodilla.
EXPLORACIÓN DE LA RODILLA
- Inspección: es importante comenzar observando ambas rodillas en bipedestación,
sedestción y finalmente en decúbito supino. De esta manera pueden identificarse
alteraciones como el genu valgo o varo, la presencia de bultomas como un posible
quiste de Baker o alteraciones en las relaciones anatómicas (atrofia cuadricipital, rótulas
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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altas, desviación de la tuberosidad tibial…). La deformidad aparente puede hacernos
pensar en la presencia de fracturas o luxaciones más que en patología menisco-
ligamentosa. La tumefacción rápida tras un impacto suele ser debida a hemartros y
sugiere gravedad. Se relaciona más con lesiones ligamentosas. Por otra parte, la
aaparición progresiva de tumefacción suele deberse al aumento de líquido sinovial y
reviste menos gravedad.
- Palpación: se realizará de forma sistemática sobre los distintos puntos de la anatomía.
Una sistemática que puede ser adecuada es la siguiente: tuberosidad tibial, tendón
rotuliano, pico de la rótula (seguido de sus bordes), alerones rotulianos, y cabezas
cuadricipitales con sus inserciones. Posteriormente realizaremos choque rotuliano para
distinguir entre derrame intraarticular e inflamación capsular. La palpación dolorosa del
pico de la rótula indica la posible presencia de rodilla del saltador (sobrecarga del tendón
rotuliano), al igual que el signo de Basset (palpación dolorosa de la inserción del tendón
rotuliano en la rótula con la extensión, pero no con la flexión).
Posteriormente deben palparse las interlineas internas y externas, el epicóndilo interno,
los ligamentos laterales, la pata de ganso y la cintilla ilitibial. El dolor en las interlíneas
con una flexión de 90º puede sugerir lesion del cuerpo meniscal, mientras que con una
flexión de 120º o más habla de cuerno posterior afectado.
- Movilidad: se consideran normales una flexión de 120 – 150º, una extensión de 5 – 10º,
una rotación exsterna de 30 – 40º y interna de 10º. La limitación de la extensión en
personas jóvenes con una anamnesis compatible puede indicar la rotura meniscal en
“asa de cubo”, especialmente si se produce en los primeros y últimos grados de
movimiento. Un rango de movimiento pasivo mayor que el activo suele sugerir patología
musculoligamentosa o nerviosa.
- Maniobras especiales:
o Maniobra del choque rotuliano: permite detectar la presencia de derrame
intraarticular en la rodilla. Para realizarla, se comprimen los fondos de saco
rotulianos para desplazar el líquido y se aplica presión sobre la rótula. Si la rótula
flota, es indicativo de derrame.
o Bostezos en valgo y varo forzados: evalúan la integridad de los ligamentos
colaterales medial y lateral. El paciente debe estar en decúbito supino, con la
rodilla extendida y relajada. El explorador coloca una mano en la cara medial de
la rodilla y con la otra mano sostiene el tobillo del paciente. Se realiza una
presión lateral en la rodilla forzando el valgo o el varo para evaluar si hay laxitud
excesiva o desplazamiento anormal de la rodilla hacia el lateral, lo que puede
indicar una posible lesión de los ligamentos colaterales.
o Maniobra de Lachman: se lleva a cabo en decúbito supino con la rodilla
flexionada a 20-30 grados y el pie apoyado en la camilla. El explorador estabiliza
el muslo con una mano y con la otra toma la pierna justo por debajo de la
articulación de la rodilla. Luego, se realiza una tracción anterior en la tibia para
evaluar la presencia de un posible desplazamiento anterior anormal de la tibia
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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en relación al fémur, lo que indica una posible lesión del ligamento cruzado
anterior (LCA). Es importante asegurarse de que los músculos isquiotibiales
estén adecuadamente relajados para evitar una negativización falsa de la
maniobra.
o Cajones anterior y posterior: evalúan los ligamentos cruzados anterior y
posterior. En posición supina, con la rodilla flexionada a 90 grados, el explorador
coloca una mano en la parte superior de la tibia y la otra en la parte inferior del
muslo para aplicar una fuerza anterior o posterior a la tibia. Si se siente un
desplazamiento excesivo, puede indicar una lesión en el ligamento cruzado
correspondiente.
o Maniobra de McMurray: se lleva a cabo con el paciente en decúbito supino y la
rodilla flexionada, apoyada en la camilla. El explorador sujeta el talón del
paciente con una mano y con la otra apoya la rodilla para realizar la
manipulación. Se extiende completamente la rodilla y se rota la tibia interna y
externamente mientras se aplica una presión axial. Luego, se flexiona la rodilla
y se repite la rotación de la tibia. Si el dolor se produce con rotación externa, es
indicativo de una lesión meniscal en la parte interna, mientras que si se produce
con rotación interna, es el menisco externo el probablemente afectado.
o Maniobra de Apley: se realiza con el paciente en posición decúbito prono con la
rodilla flexionada a 90 grados. El explorador se coloca detrás del paciente y
sujeta firmemente el talón con una mano, mientras que con la otra mano aplica
una presión axial en el fémur para estabilizar la articulación. Para llevar a cabo
la maniobra meniscal de Apley, el explorador debe flexionar la rodilla del
paciente hasta la máxima posición permitida por la anatomía del paciente y
luego, rotar la tibia interna y externamente mientras se aplica una carga axial.
La rotación de la tibia puede producir una sensación de clic o de bloqueo en
presencia de una lesión meniscal. Si el paciente experimenta dolor o sensación
de bloqueo en la articulación durante la rotación de la tibia, esto puede ser
indicativo de una lesión meniscal. Si estos resultados se reproducen con una
flexión de 120º se hace una evaluación más selectiva del cuerno posterior.
o Maniobra de Ober: evalúa la extensibilidad de la cintilla iliotibial. El paciente se
coloca en decúbito lateral en el borde de la camilla y extiende ligeramente la
cadera para sacar la pierna fuera, manteniendo la otra pierna en flexión para
mayor estabilidad. El explorador sujeta la pelvis para evitar la rotación. Si la
pierna queda en posición horizontal sin que el tobillo quede en el mismo plano
de la camilla, la maniobra es positiva, lo que indica acortamiento de la cintilla
iliotibial.
En atención primaria es importante sospechar la patología femoropatelar ante una anamnesis
compatible. La exploración básica recomendada consiste en inspeccionar la alineación de las
extremidades inferiores, buscar la posible presencia de rótulas altas y la atrofia del vasto interno.
Posteriormente, se debe proceder con la palpación del aparato extensor.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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PIE
Las patologías que afectan al tobillo y pie son una causa frecuente de consulta en Atención
Primaria y Urgencias, siendo su evaluación y tratamiento fundamentales para evitar la limitación
funcional y discapacidad que pueden producir en los pacientes. Una exploración detallada, junto
con una adecuada anamnesis, permiten establecer un diagnóstico diferencial preciso de las
patologías más prevalentes en esta región, que incluyen las metatarsalgias, las talalgias y las
deformidades.
Aunque los traumatismos en la zona del pie son menos comunes que en el tobillo, esta última
región es especialmente vulnerable a lesiones. Los esguinces ligamentosos del tobillo son la
lesión osteomuscular más frecuentemente atendida en los servicios de Urgencias, y aunque la
mayoría de ellos se resuelven con tratamiento conservador, algunos pueden requerir
intervenciones quirúrgicas. Las fracturas del tobillo son la segunda fractura más común de la
extremidad inferior, y su manejo varía en función del tipo y localización de la lesión.
La exploración física adecuada del tobillo y pie es clave para establecer un diagnóstico preciso,
ya que muchas patologías comparten síntomas y signos similares. Una exploración rigurosa, en
la que se presta atención a la inspección, palpación, movilidad y estabilidad articular, así como
a pruebas específicas, puede ser de gran ayuda para el médico en la identificación de la causa
subyacente de la patología.
ANATOMÍA DEL PIE
El pie se divide en tres regiones: tarso, metatarso y antetarso, que corresponden a los huesos
del pie. Desde un punto de vista funcional y clínico, las áreas más importantes son el retropié,
el mediopié y el antepié. El tarso está formado por siete huesos tarsianos: astrágalo, calcáneo,
navicular, cuboides y los tres cuneiformes. El retropié se considera que está compuesto
únicamente por el calcáneo y el astrágalo, mientras que el mediopié está formado por el resto
de los huesos, junto con los metatarsianos. El ante tarso y el antepie están compuestos por las
falanges proximales, medias y distales.
El tobillo está formado por dos articulaciones: la articulación superior del tobillo, o articulación
talo-crural, y la articulación inferior del tobillo. La articulación superior está formada por los
extremos distales de la tibia y el peroné, y la superficie troclear del astrágalo. Los potentes
ligamentos accesorios y la buena congruencia de estas estructuras dotan de estabilidad a esta
articulación durante la posición bípeda. La articulación inferior del tobillo resulta de la
articulación del astrágalo con el calcáneo y el navicular.
A nivel ligamentario, se destacan dos grandes grupos: el complejo cápsulo-ligamentario lateral
o ligamentos externos, y el complejo cápsulo-ligamentario medial o ligamentos internos. El
primero está formado por el talo-peroneo anterior, el talo-peroneo posterior y el calcáneo-
peroneo, y se lesiona en los esguinces producidos por un mecanismo de eversión forzada. El
complejo cápsulo-ligamentario medial está formado por el ligamento deltoideo y sus cuatro
porciones: la tibiotalar anterior, la tibiotalar posterior, la tibionavicular y la tibiocalcánea. Este
complejo se lesiona con el mecanismo de inversión forzada.
En esta región anatómica, se encuentran músculos de gran importancia funcional, como los
siguientes:
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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- M. tibial anterior: se extiende desde los 2/3 anteriores de la cara lateral de la tibia hasta
la base medial del primer metatarsiano, permitiendo la extensión del tobillo y la
supinación del pie.
- Mm. extensor largo de los dedos y extensor largo del dedo gordo: sus inserciones nacen
en la tibia y el peroné, y se dividen en cuatro tendones que forman la aponeurosis dorsal
de los dedos del segundo al quinto. De esta manera, permiten la extensión dorsal y la
pronación del pie, así como la extensión de los dedos trifalángicos, siendo que el primer
dedo del pie presenta su propio extensor largo.
- Mm. peroneo largo y peroneo corto: nacen en la cabeza del peroné y en la mitad distal,
respectivamente, e insertan en la base del primer metatarsiano y en la base del quinto
metatarsiano, permitiendo la flexión plantar y la pronación del tobillo, y tensando la
bóveda plantar.
- M. tríceps sural: formado por el M. sóleo y el M. gastrocnemio (gemelo). Ambos
músculos son los principales flexores del tobillo, aunque también colaboran en la flexión
plantar del pie. Cabe destacar que el músculo gastrocnemio también participa en la
flexión de la rodilla.
- Mm. flexores de los dedos: se encuentran directamente inferiores al tríceps sural, y
presentan una estructura análoga a los extensores. Estos músculos permiten, además
de la flexión de los dedos, la supinación del tobillo.
En el ámbito de la exploración física, es crucial considerar el nivel infrapoplíteo, que abarca
desde la rodilla hasta el pie, ya que esta región es esencial para el correcto funcionamiento de
las extremidades inferiores. En este área, la A. femoral se convierte en la A. poplítea, que a su
vez se divide en tres ramas importantes: la tibial anterior, la tibial posterior y la peronea. Estas
ramas se unen en el pie para formar las arcadas propias, que proporcionan una nutrición
adecuada a las estructuras más distales.
Por otro lado, en la circulación venosa, las Vv. tibiales y las safenas son los vasos más relevantes
para la circulación sanguínea en esta región. La insuficiencia venosa crónica es una enfermedad
común en las extremidades inferiores, que puede causar diversos síntomas y signos clínicos.
Finalmente, a nivel neurológico, es fundamental tener en cuenta que el N. ciático se divide en
dos ramas en la cabeza del peroné: el N. peroneo común y el N. tibial. La compresión del N.
tibial en el surco maleolar medial puede producir el síndrome del túnel tarsiano medial, una
patología que se manifiesta con dolor, hormigueo y entumecimiento en la planta del pie y los
dedos. Por su parte, el N. peroneo puede lesionarse debido a la deformación del pie, lo que
puede dar lugar a diversos trastornos de la marcha.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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Figura XV. Visión de los principales detalles anatómicos del pie.
BIOMECÁNICA DEL PIE
<
El pie, por su función de apoyo y desplazamiento, debe ser capaz de soportar las irregularidades
del terreno, por lo que, sin ser una de las articulaciones con más movimiento, sí que debe tener
gran adaptabilidad. Los movimientos que puede realizar se consiguen mediante el trabajo
coordinado de las articulaciones del tobillo y las articulaciones de Chopart y Lisfranc en el
mediopié. De esta manera, el pie consigue los siguientes movimientos: 30º de flexión, 50° de
extensión, 10º de eversión, 20° de inversión, 30º de pronación y 60° de supinación.
EXPLORACIÓN DEL PIE
- Inspección: se realiza con el paciente descalzo. Se deben valorar las caras externas e
internas, dorsal y plantar, buscando deformidades que permitan sospechar fracturas,
luxaciones o traumatismos. Es importante distinguir las deformidades de la inflamación
o edema. También se debe valorar el talón y su morfología en valgo, varo y lateral, así
como la altura de la bóveda del pie. Entre las alteraciones habituales se encuentran el
hallux valgus en el primer dedo, los dedos en garra o martillo y los dedos trifalángicos.
- Palpación: se deben buscar siempre las siguientes estructuras: los maléolos, las
interlíneas del medio pie, la base del quinto y primer metatarsiano, la tuberosidad
posterior del calcáneo y el tendón de Aquiles.
- Movilidad: en el tobillo se realiza una exploración rápida y activa de la flexión y
extensión. Si alguno de los movimientos se encuentra restringido, se valorará de forma
pasiva. La existencia de mucha menor movilidad activa que pasiva puede indicar
debilidad por causas neurógenas, tendinosas o musculares, aunque lo más frecuente
son las causas hostias musculares. La exploración contra la resistencia se realizará
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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únicamente en este tipo de sospechas. Por otra parte, el movimiento del mediopié se
valora mediante la inversión y eversión.
- Maniobras especiales:
o Signo de Thompson: evalua la integridad del tendón de Aquiles. Para realizar la
prueba, el paciente se coloca en posición prona con los pies al borde de la
camilla y se comprime el músculo de la pantorrilla. Si el tendón de Aquiles está
intacto, se producirá la contracción del pie. Si, por el contrario, el tendón está
roto, no se producirá la contracción y el pie permanecerá en reposo.
o Criterios de Ottawa: valoran la necesidad de realizar una radiografía de tobillo
en caso de traumatismo. La presencia de varios de los siguientes indica la
necesidad de realizar una radiografía:
 Dolor a la palpación en maléolo interno o externo, o en el tercio
posteroinferior de la cresta.
 Dolor a la palpación de la base del metatarsiano V.
 Dolor a la palpación del escafoides del pie.
 Incapacidad de sostener el peso sobre el pie afecto al producirse la
lesión o inmediatamente después.
 Incapacidad de dar cuatro pasos o más durante la exploración posterior.
o Maniobra de los cajones anteriores y posteriores: evalua la integridad de los
ligamentos del tobillo. En esta maniobra, el médico sujeta el pie del paciente
con una mano mientras con la otra realiza movimientos de tracción y empuje,
produciendo un desplazamiento anterior y posterior de la tibia con respecto al
peroné. La presencia de laxitud o inestabilidad en el tobillo indica una lesión en
los ligamentos que se están evaluando.
o Marcha en estepaje: se produce cuando el nervio poplíteo externo se encuentra
lesionado. En esta situación, el paciente presenta una extensión exagerada de
la rodilla al momento de levantar el pie, lo que le permite compensar la
debilidad de los músculos flexores del tobillo y evitar arrastrar el pie al caminar.
ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR
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BIBLIOGRAFÍA
1. Santonja Medina F. Manual de Exploración Musculoesquelética. 2022. E-book.
2. Schünke Michael, Schulte E, Schumacher U, Voll M, Wesker K. Prometheus: Texto y
atlas de anatomía. 3ª ed. Vol. 1. Madrid: Médica Panamericana; 2014.
3. Rivas M. Manual de Urgencias. 5a. Madrid: Panamericana; 2021.

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  • 1. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR Descripción breve La exploración física es una herramienta fundamental en el ámbito de la Medicina tanto en el diagnóstico como en el tratamiento temprano de muchas patologías. A pesar de que la radiología es un recurso muy valioso para los profesionales, su papel es el de complementar y enriquecer la evaluación clínica del paciente. Esto, si cabe, es todavía más patente en el abordaje de las patologías musculoesqueléticas. ÁLVARO MORELLA BARREDA R1 MEDICINA FAMILIAR Y COMUNITARIA C.S. La Almozara, sector II (HUMS), Zaragoza
  • 2. Tabla de contenido INTRODUCCIÓN .....................................................................................................................................2 COMPONENTES DE LA EXPLORACIÓN FÍSICA..........................................................................................2 COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL...........................................................................................................3 ANATOMÍA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL ...............................................................................3 BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL ..........................................................................5 EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA CERVICAL..............................................................................................5 HOMBRO ...............................................................................................................................................6 ANATOMÍA DEL HOMBRO........................................................................................................................7 BIOMECÁNICA DEL HOMBRO...................................................................................................................8 EXPLORACIÓN DEL HOMBRO ...................................................................................................................9 CODO...................................................................................................................................................11 ANATOMÍA DEL CODO ...........................................................................................................................11 BIOMECÁNICA DEL CODO ......................................................................................................................13 EXPLORACIÓN DEL CODO.......................................................................................................................13 MANO..................................................................................................................................................14 ANATOMÍA DE LA MANO .......................................................................................................................14 BIOMECÁNICA DE LA MANO ..................................................................................................................16 EXPLORACIÓN DE LA MANO...................................................................................................................16 COLUMNA LUMBAR.............................................................................................................................18 ANATOMÍA DE LA COLUMNA LUMBAR..................................................................................................18 BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA LUMBAR.............................................................................................20 EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA LUMBAR .............................................................................................21 CADERA ...............................................................................................................................................22 ANATOMÍA DE LA CADERA.....................................................................................................................23 BIOMECÁNICA DE LA CADERA................................................................................................................24 EXPLORACIÓN DE LA CADERA ................................................................................................................24 RODILLA...............................................................................................................................................26 ANATOMÍA DE LA RODILLA ....................................................................................................................26 EXPLORACIÓN DE LA RODILLA................................................................................................................27 PIE .......................................................................................................................................................30 ANATOMÍA DEL PIE ................................................................................................................................30 BIOMECÁNICA DEL PIE ...........................................................................................................................32 EXPLORACIÓN DEL PIE............................................................................................................................32 BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................................34
  • 3. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 2 | 34 INTRODUCCIÓN La exploración física es una herramienta fundamental en el ámbito de la Medicina tanto en el diagnóstico como en el tratamiento temprano de muchas patologías. A pesar de que la radiología es un recurso muy valioso para los profesionales, su papel es el de complementar y enriquecer la evaluación clínica del paciente. Esto, si cabe, es todavía más patente en el abordaje de las patologías musculoesqueléticas. Durante la exploración física, el médico puede evaluar el estado funcional de las estructuras locomotoras y detectar signos de alteraciones patológicas, como inflamación, dolor o limitación de la movilidad. Asimismo, el médico puede obtener información sobre la sintomatología y la historia clínica del paciente, lo que resulta fundamental para un diagnóstico completo y preciso. La exploración física puede aportar información valiosa que la radiología no puede, ya que permite evaluar la respuesta de las estructuras musculoesqueléticas al movimiento y detectar cambios sutiles en la sensibilidad, la fuerza y la movilidad articular. Es importante tener en cuenta que además la radiología no siempre es suficiente para obtener un diagnóstico preciso y completo. En algunos casos, los hallazgos radiológicos son incidentales y no explican el origen de las molestias del paciente. Y en otros casos, los largos tiempos de demora que actualmente padecemos pueden retrasar el abordaje del problema del paciente. Por lo tanto, son las pruebas de imagen las que deben encontrarse supeditadas a la exploración física, y no viceversa. En conclusión, la exploración física sigue siendo una herramienta fundamental en la valoración del aparato locomotor. Es esencial tener un conocimiento profundo de la anatomía básica de la región que se valora para identificar adecuadamente las estructuras anatómicas implicadas y valorar su estado funcional. Solo así se pueden obtener resultados óptimos. En este sentido, el objetivo de esta revisión es repasar brevemente los aspectos más importantes de la anatomía, la biomecánica y la exploración de las grandes articulaciones del cuerpo para servir como base de una futura mejora en nuestra capacidad de exploración como médicos residentes. COMPONENTES DE LA EXPLORACIÓN FÍSICA La inspección es clave para obtener información sobre las posturas y actitudes del paciente. Es importante asegurarse de que la zona explorada esté completamente expuesta, incluyendo la contralateral en el caso de las extremidades, para obtener una imagen completa y precisa. La palpación requiere una metodología sistemática para ser efectiva. Es importante que el paciente esté informado sobre la posibilidad de experimentar molestias y sobre la importancia de la información que se puede obtener mediante esta técnica. Esta comunicación puede mejorar la relación médico-paciente y predisponer al paciente a transmitir con mayor precisión las sensaciones que experimente. Para lograr una palpación adecuada, es crucial conocer la anatomía. La movilidad articular se evalúa tanto de forma activa como pasiva, y es fundamental que el paciente comunique sus sensaciones, como dolor, debilidad, crepitación o enganche. Si se presenta una limitación en la movilidad, se debe intentar cuantificar la pérdida de movimiento y compararla con la movilidad pasiva. La limitación de ambas suele ser resultado de un tope óseo, como en el caso de la artrosis, deformidades o adherencias, mientras que una mayor
  • 4. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 3 | 34 amplitud en la exploración pasiva suele indicar una patología tendinosa, muscular o nerviosa. Además, para identificar mejor neuropatías y radiculopatías, es útil realizar maniobras contra resistencia que informen sobre la fuerza del grupo muscular y localicen el dermatoma afectado. Por último, las maniobras especiales se realizan según el diagnóstico de sospecha obtenido hasta el momento durante la exploración. Por ejemplo, la maniobra de Hawkins se emplea para evaluar el síndrome del manguito rotador, mientras que la maniobra de Lasègue es útil para detectar la ciática. Por otro lado, la maniobra de FABER se utiliza para explorar la articulación sacroilíaca, y el signo de Froment se utiliza para detectar la debilidad del músculo aductor del pulgar. COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL La cervicalgia es el dolor localizado en la zona posterior del cuello, que puede estar irradiado a la cabeza, la zona interescapular o incluso a zonas proximales del miembro superior. Tanto es así que algunos pacientes pueden acudir a consulta por síntomas, en principio, poco relacionados con su cuello y terminar siendo diagnosticados de alguna afección cervical. La prevalencia de este padecimiento se encuentra entre el 10 – 20% de la población adulta, alcanzando cifras similares a las de la lumbalgia. La mayor parte de las causas de dolor cervical son mecánicas y tienden a estar relacionadas con determinadas actividades físicas o al estrés psíquico del paciente. En la anamnesis, el dolor es casi siempre el principal síntoma de consulta. Debe valorarse su inicio (un comienzo abrupto sin traumatismo previo puede ser sugerente de discopatía), la cualidad del mismo y sus irradiaciones. Habitualmente existe también limitación de la movilidad y sensación de contractura. Estas contracturas pueden llegar a producir cefaleas cervicógenas (originadas desde la zona occipital hacia adelante) y otros síntomas como mareos o acúfenos. ANATOMÍA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL La columna vertebral se compone de siete vértebras (C1 – C7). Atlas y axis, las dos primeras vértebras, presentan características anatómicas que les permiten en conjunción soportar la carga de la cabeza y dotarla de movimientos de tres grados de libertad. De esta manera, ambas carecen de cuerpo vertebral: Atlas esencialmente es una estructura anillada a través de la cual discurre la apófisis odontoides de Axis. El resto de las vértebras, con las diferencias propias de esta región anatómica, presentan los componentes básicos de cualquier vértebra: cuerpo y arco vertebral, apófisis espinosa posterior, dos apófisis transversas y cuatro apófisis articulares (Figura I). A nivel muscular y ligamentoso el cuello es una estructura compleja, por lo que nos centraremos en los principales grupos musculares valorables en la exploración (Figura II). - M. trapecio: se compone de tres porciones (la porción descendente, transversa y ascendente). A nivel cervical, su contracción participa en la inclinación ipsilateral y la rotación contralateral.
  • 5. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 4 | 34 - M. esternocleidomastoideo: permite también la inclinación ipsilateral y rotación contralateral del cuello. Con su contracción bilateral, colabora en la extensión cervical y participa accesoriamente en la respiración. - Mm. escalenos: constan también de tres grupos (anterior, medio y posterior) y son esencialmente inclinadores ipsilaterales del cuello. Pueden participar de forma accesoria en la inspiración. - Mm. erectores: engloba a todos los músculos encargados de la extensión de la columna cervical, como pueden ser el M. longísimo de la cabeza, el M. esplenio de la cabeza o el M. ileocostal cervical. Figura I. Visión de la columna cervical. Figura II. Visión de la musculatura cervical. Finalmente, a nivel vascular cabe destacar que por esta región transcurren los grandes vasos que irrigan el territorio cefálico. Entre los Mm. escaleno anterior y medio transcurre la A. subclavia, que en ocasiones puede verse comprometida por la reducción del espacio con los movimientos y producir claduicaciones de la extremidad superior originadas cervicalmente. De forma similar este compromiso puede producirse sobre el plexo cervical (C1 – C4) y,
  • 6. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 5 | 34 especialmente, sobre el plexo braquial (C5 – T1), que explica la posible aparición de clínica presuntamente neurológica del brazo correspondiente originada en la zona cervical. Las raíces más frecuentemente afectadas son C6 y C7. BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL La columna cervical está diseñada para soportar el peso cefálico pero también para ser una estructura con un gran amplio abanico de movimiento. Este rango se logra mediante la acción de las articulaciones facetarias y los discos intervertebrales, apoyados por el sistema ligamentoso. Los movimientos básicos son tres: la flexión (60º), la extensión (70º), la flexión lateral o inclinación (35º) y la rotación (75º). EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA CERVICAL - Inspección: se realizará preferentemente con la espalda al descubierto, prestando especial atención a la presencia de lordosis, rectificación o inversión de la curva cervical normal. En este punto de la exploración se valorará también la presencia de deformidades evidentes, posturas antiálgicas o la atrofia de algún grupo muscular. - Palpación: debe realizarse de forma sistemática dividiendo la columna cervical en estructuras posteriores y anterolaterales. Se llevará acabo con el paciente en sedestación. Desde este punto comenzaremos palpando la base craneal, las apófisis espinosas y las apófisis transversas. A continuación primeros arcos costales, músculos erectores cervicales, trapecios y músculos interescapulares. La palpación de las apófisis interarticulares es complicada, y precisan la relajación de la musculatura. Para ello el explorador puede sostener la cabeza del paciente y realizar una extensión: las apófisis se encontrarán a unos 1,5 – 3 cm de la línea media. Las estructuras laterales son frecuentemente menos exploradas pero merece la pena valorar los Mm. escalenos y esternocleidomastoideo. En este proceso puede aprovecharse para buscar posibles adenopatías, masas o contracturas. - Movilidad: se comenzará con la movilidad activa, invitando al paciente a compartir las sensaciones desencadenadas, su intensidad y el momento en el que se producen. En caso de encontrarse algún rango de movimiento limitado, se explorará de forma pasiva. La artrosis, por ejemplo, suele limitar principalmente la flexión lateral. En este momento puede tratar de explorarse la crepitación, si es que el paciente la refiere. Habitualmente una movilidad activa limitada o dolorosa suele sugerir lesiones articulares o musculares. Si se sospecha este origen podrían realizarse maniobras contra resistencia. - Maniobras especiales: o Tracción cervical: con el paciente sentado y el explorador a un lado, este último coloca su mano bajo la mandíbula y el occipucio del paciente. Se ejerce una tracción axial suave que, si produce dolor o incremento del mismo, permite sospechar etiología muscular. Si el paciente refería manifestaciones
  • 7. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 6 | 34 radiculopáticas que mejoran con esta maniobra, es muy probable la existencia de compresión a la altura de los agujeros de conjunción. o Compresión cervical: maniobra opuesta a la tracción cervical. El explorador coloca una de sus manos bajo la mandíbula y la otra en el vértice craneal. Se ejerce compresión axial que, si es dolorosa, sugiere patología facetaria. El desencadenamiento de clínica radicular indica compresión de la raíz. Para mejorar la sensibilidad de esta maniobra se añade una rotación-inclinación a la posición inicial. o Estiramiento radicular: al igual que el Lasègue de la extremidad inferior, esta maniobra se realiza para evidenciar la patología radicular. Se coloca al paciente con el brazo en una abducción a 90º y posteriormente el explorador realiza una ligera extensión del mismo hacia abajo y hacia atrás. Finalmente, se inclina la cabeza del paciente en el sentido contrario. La aparición de dolor hace la maniobra positiva. La localización del mismo o la irradiación de las molestias permite identificar la posible raíz afecta (C6 si llega al primer dedo, C7 si llega a segundo y tercero y C8 cuando alcanza los dos últimos). o Músculos centinelas: la evaluación de la fuerza y función contra resistencia de los siguientes músculos permite evaluar los miotomas cervicales. Se realizará la elevación de hombros (C4), abducción de hombros (C5), flexión del codo (C6), extensión del codo (C7), extensión del pulgar (C8) y la abducción-aducción del resto de dedos (T1). o Reflejos osteotendinosos: puede valorarse el reflejo bicipital (C5 – C6) y el tricipital (C7 – C8). o Maniobra de Valsalva y de Brudzinski: ambas se basan en el aumento de la presión del líquido cefalorraquídeo. En la primera el paciente debe cerrar la glotis y contraer la musculatura abdominal, como se hace al defecar. En la segunda el paciente se encuentra en decúbito supino con las piernas extendidas. Si al flexionar el cuello se provoca dolor y flexión defensiva de las mismas, la maniobra se considera positiva. HOMBRO La omalgia es el dolor localizado en el área del hombro y se trata de una de las quejas más frecuentes de las consultas médicas. Debido a la complejidad de la articulación del hombro y su amplio rango de movimientos, esta es especialmente vulnerable a diferentes patologías, desde lesiones por uso excesivo hasta traumatismos. La prevalencia de la omalgia es alta, especialmente en deportistas o trabajadores con movimientos repetitivos de los brazos y puede llegar a ser muy invalidante. En la anamnesis es indispensable preguntar por la duración y el tipo de dolor, así como los factores que lo modifican y la presencia de síntomas asociados como debilidad o parestesias. Por ejemplo, el dolor nocturno suele ser indicativo de una lesión del manguito rotador, que según las series afecta en mayor o menor medida hasta un cuarto de la población. La limtiación
  • 8. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 7 | 34 del movimiento puede ser relevante, dado que es sugestivo de diferentes patologías según si se presenta de forma aislada o afecta a todos los movimientos, como es el caso de la capsulitis adhesiva. ANATOMÍA DEL HOMBRO El hombro articula la extremidad superior con el tronco y se encuentra formada realmente por cinco articulaciones diferentes. La esternoclavicular, la acromioclavicular y la glenohumeral son articulaciones verdaderas; por el contrario la subacromial y la escapulotorácica, al no disponer realmente de superficies articulares, son articulaciones falsas o funcionales. Para logar el movimiento completo del hombro, todos sus componentes deben encontrarse en buen estado y trabajar de forma coordinada. Es importante mencionar que el gran rango de movilidad de esta región se consigue en detrimento de su estabilidad, por lo que es crucial que tanto las estructuras ligamentosas como la musculatura local sean potentes. La articulación glenoidea es la más móvil y, por lo tanto la más propensa a sufrir lesiones. Se trata de una articulación esferoidea incongruente, donde la cabeza del húmero es varias veces más grande que la cavidad en la que se aloja. La capsula articular está reforzada por los ligamentos glenohumerales y el ligamento coracohumeral. Sin embargo, debido a la debilidad relativa de estas estructuras en comparación con la actividad del hombro, es la musculatura la principal responsable de contener el húmero en su sitio. Las luxaciones de hombro suponen el 45% de las luxaciones de todo el cuerpo, siendo la más habitual la que se produce en sentido anterior. Esta lesión suele comprometer el borde anterior de la cavidad glenoidea y produce alteraciones que facilitan nuevas luxaciones, como el arrancamiento del rodete glenoideo (lesión de Bankart) o la fractura de la cabeza humeral por compresión con el rodete glenoideo (lesión de Hill-Sachs). (Figura III) Figura III. Visión de las estructuras osteoligamentosas principales del hombro. En cuanto a la musculatura del hombro, destacaremos los siguientes músculos:
  • 9. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 8 | 34 - Manguito de los rotadores: formado por el M. supraespinoso, el M. infraespinoso, el M. redondo menor y el M. subescapular. En conjunción, los tres primeros consiguen la abducción y rotación externa del húmero, mientras que el subescapular cumple la función antagónica de rotar internamente la extremidad superior. - M. deltoides: consta de tres porciones que se insertan en el húmero. Según el eje de movimiento y la posición del húmero el deltoides y sus distintas partes cumplen funciones, en ocasiones, antagónicas. En conjunto permite la anteversión, retroversión y abducción del brazo; no obstante también colabora en la aducción y rotación del mismo. - Mm. pectorales (mayor y menor): participan en la aducción, rotación interna y anteversión del brazo. - M. dorsal ancho: se inserta en el húmero, produciendo rotación interna, aducción y retroversión del brazo. Figura IV. Visión lateral de la musculatura superficial y profunda del hombro. A nivel vascular, la A. subclavia se divide formando diferentes ramas. La más importantes son la A. axilar, la A. braquial y finalmente la A. radial y cubital. Por último, el plexo braquial a nivel infraclavicular da lugar al N. axilar (fácilmente lesionable en las luxaciones), el N. radial (que puede verse afectado por fracturas humerales o compresión a diferentes puntos), el N. cubital y el N. mediano. BIOMECÁNICA DEL HOMBRO Los movimientos del hombro dependen en gran medida de la articulación esferoidea glenohumeral, que permite tres grados de movimiento y seis direcciones. Los movimientos pueden ser divididos en verticales (aquellos que elevan el brazo desde la posición neutra:
  • 10. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 9 | 34 abducción, aducción, flexión y extensión), horizontales (anteversión y retroversión) y rotacionales (externa e interna). En la biomecánica del hombro no debe dejar de explorarse la escápula, que se mueve en relación 2:1 con el húmero al realizar la abducción-aducción. Esta sinergia aumenta y/o potencia los movimientos de la articulación glenohumeral. La alteración del balanceo o su aparición más temprana o tardía pueden observarse en las patologías del hombro, donde solamente la escápula puede llegar a realizar unos 40 – 60º de movimiento. EXPLORACIÓN DEL HOMBRO - Inspección: se realizará con el torso al descubierto. En esta parte pueden identificarse algunas alteraciones morfológicas o deformidades. Entre ellas podemos destacar la protrusión de la articulación acromioclavicular (sugerente de artropatía degenerativa en pacientes añosos sin antecedente traumático), la protusión del tercio medio de la clavícula (orienta a una posible fractura en el contexto adecuado), el signo de la bola caída (por ruptura de la porción larga del bíceps) o el hombro en charretera (por luxación anterior). - Palpación: deben identificarse los principales puntos anatómicos. Comenzando por la cara anterior, palparemos la articulación esternoclavicular, la clavícula en toda su longitud y la articulación acromioclavicular. La apófisis coracoides puede palparse en el surco deltopectoideo. Más externamente se encuentran el troquín y el troquiter. En la parte posterior, los principales puntos son el trapecio, la fosa infraespinosa de la escápula (con los rotadores externos) y los músculos interescapulares. - Movilidad: se comenzará con la movilidad activa, invitando al paciente a compartir las sensaciones desencadenadas, su intensidad y el momento en el que se producen. En caso de encontrarse algún rango de movimiento limitado, se explorará de forma pasiva. En caso de sospechar patología musculoligamentosa son útiles los movimientos contra resistencia. Deben valorarse siempre las diferencias con el hombro contralateral. - Maniobras especiales: dado que, sobre todo en Atención Primaria, es preciso seleccionar las maniobras que se van a realizar para la evaluación de cualquier patología es indispensable que la anamnesis sea precisa. De esta forma podrá dirigirse la exploración hacia la patología sospechada. o Arco doloroso: se trata de una de las maniobras más útiles, pues permite orientar la existencia de varias patologías. En sedestación se le pide al paciente realizar una abducción con el brazo en rotación neutra (la palpa debe mirar al muslo) hasta alcanzar la máxima movilidad posible. Se le puede pedir al paciente que repita varias veces el movimiento, con rotaciones diferentes. Es indispensable que el paciente colabore indicando sus sensaciones.  El arco del supraespinoso suele ser doloroso en el tercio medio (sin afectación del comienzo y el final del movimiento), y que este dolor mejore en rotación externa y empeore con la interna.
  • 11. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 10 | 34  En el arco de la porción larga del bíceps, el dolor aumenta con la rotación externa y empeora con la interna.  En el arco de la articulación acromioclavicular, el dolor se produce únicamente al final del rango de movimiento.  En el arco del manguito rotador, la elevación por encima de los 60º suele indicar rotura de uno o varios de los tendones (siempre que las rotaciones están conservadas; de lo contrario la causa más frecuente es la capsulitis adhesiva). o Maniobra de Jobe: valora el M. supraespinoso. El paciente debe elevar el brazo hasta los 70 – 90º, con el brazo en rotación interna (el pulgar señalará hacia abajo). En esta postura, el explorador hará resistencia al movimiento de abducción que deberá ejercer el paciente. El dolor en cara anterior sugiere tendinopatía del M. supraespinoso. En caso de debilidad para la elevación contra resistencia se debe sospechar ruptura parcial o impotencia funcional. En caso de ruptura total, el brazo volverá a la posición neutra. o Maniobra de Jobe en rotación externa: si esta maniobra es más dolorosa que con la rotación externa sugiere tendinopatía de la porción larga del bíceps. o Maniobra de Yocum: valora el M. supraespinoso. El paciente colocará su mano en el hombro contralateral, desde una flexión del brazo de 90º. El explorador colocará su mano sobre el codo y solicita al paciente que haga fuerza contra ella. La aparición de dolor sugiere tendinopatía del supraespinoso o rozamiento subacromial. o Maniobra de Hawkins: valora el rozamiento subacromial. Se pide al paciente que flexione el brazo y el codo unos 90º. El explorador fija una mano sobre el hombro y con la otra sujeta el antebrazo a la altura del codo, realizando rotaciones internas del hombro. La aparición de dolor indica rozamiento subacromial. o Maniobra de Speed: valora la porción larga del bíceps. Con el codo extendido y en rotación externa se pide al paciente que flexione el brazo contra resistencia. El explorador debe dejar que alcance la flexión de 90º. La aparición de dolor en cara anterior sugiere tendinopatía de la porción larga del bíceps. La aparición del signo de bola caída indica rotura del tendón. o Maniobra de compresión abdominal: valora el M. subescapular. El paciente coloca palma y antebrazo sobre el abdomen y debe presionar sobre si mismo para que el explorador no pueda despegarla. El dolor en la cara anterior sugiere tendinopatía del M. subescapular. La aparición del signo de Napoleón (el paciente no puede mantener a la misma altura el codo y la palma) indica rotura del músculo.
  • 12. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 11 | 34 o Maniobra de Patte: valora el M. infraespinoso. El paciente coloca su brazo en abducción de 90º y rotación externa. El codo se encuentra flexionado a 90º. El explorador ejercerá resistencia contra la rotación externa del paciente. La aparición de dolor posterior sugiere tendinopatía del M. infraespinoso. La debilidad indica rotura o lesión neurológica. CODO El codo es una articulación clave de la extremidad superior, que permite la realización de una gran variedad de movimientos y actividades. Debido a su importancia, la patología del codo puede causar una gran limitación funcional en el brazo y la mano. Las causas más frecuentes de patología en esta área son las tendinosas, aunque también es una región propensa a las fracturas y luxaciones. Las dos tendinopatías más frecuentes son la epicondilitis y la epitrocleítis, también conocidas como “como de tenista” y “codo de golfista”, respectivamente. Si bien la epicondilitis y la epitrocleitis son dos patologías tendinosas comunes en el codo, cada una tiene sus propias características distintivas. La epicondilitis, también conocida como "codo de tenista", se caracteriza por dolor en la zona lateral del codo, específicamente en la inserción del tendón extensor común en el epicóndilo lateral. Por otro lado, la epitrocleitis, también llamada "codo de golfista", se presenta con dolor en la zona medial del codo, en la inserción del tendón del músculo flexor pronador en el epicóndilo medial (Figura V). Mientras que ambas patologías pueden ser causadas por movimientos repetitivos y estrés en el codo, la epicondilitis suele estar relacionada con actividades como el tenis y otros deportes que requieren movimientos de agarre repetitivos, mientras que la epitrocleitis puede ser causada por levantar objetos pesados y movimientos de flexión repetitivos. ANATOMÍA DEL CODO El codo es una articulación compleja formada por el húmero, el cúbito y el radio, que se conectan a través de las articulaciones humerocubital, humerorradial y radiocubital proximal. La estabilización ligamentaria en estas articulaciones es crucial para su correcto funcionamiento, y los ligamentos colaterales, dispuestos en abanico, proporcionan estabilidad en cualquier posición. El ligamento anular del radio también estabiliza la articulación radiocubital proximal (Figura VI). En cuanto a la musculatura del codo, destacaremos los siguientes músculos (Figura VII): - El M. bíceps braquial, cuyas inserciones llegan desde la escápula (como se ha visto en el apartado anterior) hasta la tuberosidad del radio, es uno de los principales flexores del brazo. En esta posición además ejerce la función de supinación. - El M. braquial es el principal flexor del codo. Discurre directamente inferior al M. bíceps braquial desde la mitad anterior del húmero hasta la tuberosidad del cúbito. - El M. tríceps es el principal extensor regional y gracias a su cabeza larga participa también en la retroversión y aducción del brazo.
  • 13. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 12 | 34 - El M. acóneo , cuyas inserciones discurren desde el epicóndilolateral hasta el olécranon, es el segundo extensor más relevante. A nivel vascular la A. braquial discurre por la cara anterior del húmero, dividiéndose a la altura del codo en la A. radial y la A. cubital. A nivel nervioso se distinguen varios nervios importantes. En primer lugar el N. musculocutáneo, que inerva los flexores del codo. Por su parte, el N. radial es el principal nervio de los extensores. A nivel del brazo este nervio pasa posteriormente al húmero para luego colocarse en la cara externa de la extremidad y acceder al antebrazo a través del canal radial. Este punto puede ocasionar compromiso del nervio y originar neuropatías (mano caída, este nervio también inerva los extensores del antebrazo). También el N. mediano y el N. cubital son susceptibles de verse afectados a la altura del codo, dando lugar neuropatías con “mano de predicador” y “mano en garra” respectivamente. Figura V. Esquema de las tendinopatías más frecuentes del codo. Figura VI. Visión de los huesos del codo. Figura VII. Visión de la musculatura del codo.
  • 14. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 13 | 34 BIOMECÁNICA DEL CODO Además de la flexión y extensión, el codo también realiza la pronosupinación, un movimiento esencial para el uso diario de muchos objetos. La disfuncionalidad de este movimiento puede producir una gran desadaptación. En cuanto a los grados de movimiento considerados normales, la flexión es de 150º, la extensión es de 10º y la pronosupinación es de 90º. EXPLORACIÓN DEL CODO - Inspección: la presencia de deformidades aparentes debe sospecharse fractura, luxación o fractura-luxación. También la rápida tumefacción sin deformidad aparente puede esconder una fractura poco desplazada. La aparición de hematomas en la fosa cubital es muy sugerente de lesión distal del bíceps. - Palpación: en la palpación es indispensable saber reconocer al menos el triángulo de Nelaton, conformado por la epitróclea, el olécranon y el epicóndilo con el codo en máxima flexión. En extensión y flexión a 90º estas estructuras forman lo que se conoce como línea de Huéter. La desestructuración de ambas habla a favor de luxaciones y/o fracturas. - Movilidad: se comenzará con la movilidad activa, invitando al paciente a compartir las sensaciones desencadenadas, su intensidad y el momento en el que se producen. En caso de encontrarse algún rango de movimiento limitado, se explorará de forma pasiva. Como en otras articulaciones una debilidad activa mucho menor que la pasiva sugiere patología neurológica o muscular, mientras que cuando la limitación se produce en ambos componentes de la exploración la etiología subyacente suele ser articular o capsular. Ante un movimiento de pronosupinación muy limitado debe descartarse patología a nivel de las muñecas. - Maniobras especiales: o Maniobra de Thompson: valora la epicondilitis. Con el codo en flexión de 90º, y en pronación, se le pide al paciente que realice una extensión de la muñeca contra resistencia. El explorador colocará sus dedos a la altura del tercer metacarpiano. La aparición de dolor en epicóndilo y parte medial del antebrazo es muy indicativa de epicondilitis. o Maniobra de Mills: valora la epicondilitis. Con el codo a 90º, el explorador fuerza la extensión de los músculos epicondíleos mediante la flexión palmar de la muñeca. La aparición de dolor en epicóndilo hace la maniobra positiva. o Maniobra de la silla: valora la epicondilitis. Se le pide al paciente que levante una silla por su respaldo, con el brazo inicialmente en extensión y el antebrazo en pronación. La maniobra es positiva cuando se produce dolor al intentar levantar la silla en esta postura. Si se hace en supinación el paciente no notará dolor, o este será más moderado, lo que también es sugerente de epicondilitis.
  • 15. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 14 | 34 o Maniobra de Cozen invertida: valora la epitrocleitis. Con el codo en flexión de 90º y en supinación, se le pide al paciente que realice una flexión de la muñeca contra resistencia. La aparición de dolor en epitróclea hace la maniobra positiva. o Maniobra de compresión del pronador redondo: presente en la neuropatía del N. mediano. Con el paciente sentado y su codo con flexión de 20º y pronosupinación neutra, el explorador se opone a la extensión y pronación del antebrazo. Si aparecen parestesias a lo largo del territorio mediano, la maniobra es positiva. o Mano de predicador o signo de la bendición: presente en la neuropatía del N. mediano. Imposibilidad de realizar la flexión del 1 – 3º dedo por afectación del flexor superficial y de la parte lateral del flexor profundo de los dedos. o Signo del OK: presente en la neuropatía del N. interóseo anterior (rama del N. mediano). El paciente es incapaz de realizar el gesto del OK por debilidad del flexor distal. o Maniobra de compresión del músculo supinador: presente en la neuropatía del N. interóseo posterior (rama del N. radial). En bipedestación, el explorador coloca una mano el surco radial del músculo extensor radial del carpo y con la otra ejerce resistencia contra la supinación. El dolor durante la pronosupinación hace a la maniobra positiva. MANO La mano es una región anatómica compleja y altamente utilizada en nuestras actividades cotidianas. Su importancia radica en su papel crucial, lo que la convierte en una estructura clave a explorar en la práctica clínica. Las patologías que afectan a la muñeca y a la mano se manifiestan principalmente como dolor, tumefacción, alteraciones sensitivas y deformidades, entre otras. Es por esto por lo que una buena exploración de la muñeca resulta fundamental para el diagnóstico y tratamiento adecuados de diversas patologías, que pueden afectar la calidad de vida de las personas. ANATOMÍA DE LA MANO < En la mano se distinguen varias regiones: el carpo, el metacarpo y los dedos de la mano. El radio y el cúbito componen la articulación radiocarpiana que une el antebrazo y el carpo, formando así la muñeca. A su vez, la articulación mediocarpiana articula las dos filas óseas que componen el carpo. En la inferior encontramos el H. escafoides, el H. semilunar y el H. piramidal, lo que permite distinguir tres columnas óseas: la columna escafoidea (con el trapecio, trapezoide y los os primeros dedos), la columna semilunar (con el H. grande y el tercer dedo) y la columna piramidal (con el H. ganchoso y los dos últimos dedos) (Figura VIII). En la visión palmar se observa como los elementos óseos del carpo conforman un canal palmar cóncavo que queda recubierto por el retináculo flexor o ligamento transverso del carpo, dando
  • 16. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 15 | 34 lugar al conocido túnel carpiano. A través de esta estructuran pasan hasta diez tendones flexores y el N. mediano, haciéndolo especialmente susceptible de dar clínica cuando el espacio queda comprometido. Justo cranealmente y en la zona externa, el ligamento palmar del carpo y el hueso pisiforme configuran otro pequeño conducto junto con el ligamento transverso del carpo: el canal de Guyon o conducto cubital, a través del que discurre el N. cubital. La mano es una estructura altamente especializada en el movimiento fino y preciso, para lo cual necesita una gran cantidad de músculos y tendones. Mencionaremos únicamente algunos de los más relevantes, que incluyen músculos antebraquiales: - Los flexores superficiales del antebrazo (M. pronador redondo, M. flexor superficial de los dedos, M. flexor radial del carpo, M. flexor cubital del carpo, M. palmar largo) y los profundos (M. flexor profundo de los dedos, M. flexor largo del pulgar y M. pronador cuadrado) se encargan de la flexión de la muñeca, metacarpofalángicas e interfalángicas de los dedos y, en algunos casos, de la pronación y desviación cubital. Los superficiales, dada su inserción en el epicóndilo medial pueden participar en la flexión del codo y se ven alterados en la epitrocleitis. - Los extensores superficiales (M. extensor de los dedos, M. extensor del meñique, M. extensor cubital del carpo) y los profundos del antebrazo (M. supinador, M. abductor largo del pulgar, M. extensor corto del pulgar, M. extensor largo del pulgar, M. extensor del índice) producen la extensión de la muñeca, metacarpofalanges y falanges, además de participar en la supinación y en la desviación radial. Los superficiales se insertan en la epitróclea, por lo que se ven afectados en la epitrocleítis. - En la palma destaca la musculatura tenar e hipotenar, que se encargan de los movimientos del primer y quinto dedos. El antebrazo y la mano están irrigadas por la A. radial y la A. cubital, que al llegar a la palma se fusionan dando lugar a los arcos vasculares del carpo, desde los cuales salen las ramas que irrigan los diferentes dedos. La inervación queda resumida en la Figura IX. Figura VIII. Visión de los huesos de la mano izquierda. Figura IX. Resumen de la inervación del brazo.
  • 17. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 16 | 34 BIOMECÁNICA DE LA MANO Los mano tiene una gran libertad de movimientos para permitir movimientos finos y precisos. Por su parte, la muñeca es capaz de realizar movimientos en el eje transversal (flexión de unos 60 – 80º y extensión de unos 40 – 60º) y en el dorsopalmar (abducción o desviación radial de unos 20º y abducción o desviación cubital de unos 30 – 40º). Las articulaciones interfalángicas proximales y distales de los dedos trifalángicos (excepto el pulgar) solamente son capaces de desplazarse en flexo-extensión. El movimiento de aproximación y separación de los dedos está producido por las articulaciones metacarpofalángicas, que son esferoideas. El pulgar es una articulación extremadamente versátil que permite movimientos de abducción y aducción, flexión y extensión, y oposición (movimiento de juntar la yema del pulgar con la yema de los demás dedos) gracias a su articulación carpometacarpiana en silla de montar. EXPLORACIÓN DE LA MANO < - Inspección: en la mano la inspección es de suma importancia, dado que en muchas ocasiones permite una valoración inicial de trastornos de múltiples etiologías. No debe olvidarse la inspección ungueal al explorar la mano. Durante esta fase de la exploración hay que anotar la presencia de posiciones anómalas o deformidades (desviación cubital, dedos en martillo, dedos en cuello de cisno, signo del hombro en la rizartrosis, garra cubital…)o atrofias de grupos musculares (como el de la eminencia tenar en el caso de la neuropatía cubital). - Palpación: en la cara dorsal de la muñeca se debe identificar en la cara proximal la apófisis estilodes radial, el tubérculo de Lister, la interlínea radiocubital, la cabeza cubital y la apófisis estiloides cubital. En la zona radial del carpo se encuentra la tabaquera anatómica, delimitada por el M. abductor largo del pulgar y el M. extensor corto del pulgar. En su fondo, puede palparse el cuerpo del escafoides. En los traumatismos es importante la palpación de la articulación mediocarpiana. En la cara palmar los puntos más importantes son el pisiforme (en la base de la eminencia hipotenar), la apófisis unciforme del ganchoso (más distalmente y radial) y la cresta del trrapecio. Estas tres estructuras forman los límites del túnel carpiano. - Maniobras especiales: las siguientes maniobras se encuentran dirigidas al diagnóstico de las patologías más prevalentes de la mano y de la muñeca. o Síndrome de túnel del carpo: causado por la compresión del N. mediano, produce dolor, parestesias, adormecimiento y debilidad para la prensión. Estos síntomas son peores por la noche y con actividades que mantengan la muñeca en flexión o extensión. Algunas maniobras útiles son:
  • 18. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 17 | 34  Maniobra de Tinel: sobre el trayecto del nervio mediano, se percute suavemente. Es positiva se produce hormigueo en el trayecto del nervio.  Maniobra de Phalen: el paciente debe juntar sus dos muñecas por los dorsos en máxima flexión. La aparición de parestesias en el territorio mediano (palma del carpo, cara palmar de los dedos 1 – 3º) antes de completar un minuto, hace la maniobra positiva. Si se hace en flexión dorsal (en posición de rezo), se denomina Phalen invertido, que puede diagnosticar también un síndrome del túnel cubital.  Maniobra de Duncan: el explorador coloca su mano sobre la muñeca del paciente y ejerce una ligera presión en la zona palmar del carpo. Si el paciente experimenta sensación de hormigueo, adormecimiento o dolor en los dedos inervados por el nervio mediano, la maniobra es considerada positiva. o Tenosinovitis de De Quervain: inflamación de los tendones M. aductor largo y M. extensor corto del pulgar. Los pacientes refieren dolor en la estiloides radial, especialmente en aquellos movimientos que implican la desviación hacia cubital. Algunas maniobras útiles son:  Maniobra de Finkelstein: el paciente realiza una desviación de la muñeca hacia el lado cubital. A continuación, el explorador fuerza placidamente la flexión del pulgar. Para mejorar la sensibilidad de la maniobra, el explorador comprime los tendones de la primera corredera.  Maniobra de Eichoff: el paciente siguiente realiza una desviación hacia cubital de la muñeca con el puño cerrado y sujetando en su interior al pulgar. Si aparece dolor en la estiloides radial, la maniobra se considera positiva. Esta maniobra tiene menor especificidad que la maniobra de Finkelstein. o Dedo en resorte: patología frecuente y de fácil diagnóstico que afecta principalmente al primer y al cuarto dedo, aunque puede aparecer en cualquiera. Se caracteriza por un resalte en los movimientos de flexión y extensión del dedo, que puede llegar a bloquearlo e impedir su extensión. Durante la exploración se puede detectar un nódulo doloroso en la base del dedo afectado. o Neuropatía del N. cubital: causada por la compresión del N. cubital a nivel del canal de Guyon en la muñeca. Produce dolor, parestesias, adormecimiento y debilidad en el lado ulnar de la muñeca. En la inspección, la mano tiene una apariencia característica debido a la pérdida de la inervación de la musculatura hipotenar, lo que se conoce como la "mano de simio". En la vista dorsal, hay atrofia de la musculatura de la mano, lo que se traduce en la marcación de las
  • 19. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 18 | 34 prominencias óseas entre los huesos carpianos del segundo al quinto dedo. Algunas maniobras útiles son:  Signo de Watenberg: el paciente es incapaz de mantener el meñique en completa extensión y aducción.  Signo de Froment: se le pide al paciente que pince entre el primer y segundo dedo una hoja de papel. Cuando, por debilidad del M. aductor del pulgar (N. cubital), el paciente tiene que flexionar la articulación interfalángica del pulgar (M. flexor largo del pulgar, N. mediano) la maniobra se considera positiva. o Rizartrosis: artrosis de la articulación trapecio metacarpiana. Los pacientes suelen presentar dolor en la articulación en silla de montar, entre el trapecio y el primer metacarpiano, especialmente al realizar la pinza y el agarre. La mano afectada tiene una morfología cuadrada y suele haber hiperalgesia regional. Algunas maniobras útiles son:  Maniobra de cizallamiento: el paciente realiza movimientos de flexo- extensión del primer metacarpiano. La maniobra se considera positiva cuando se reproduce el dolor en la articulación, que suele estar acompañado de crepitación.  Grind test: aplicando fuerza axial sobre el primer dedo, se realizan movimientos de circunducción o rotación. Si aparece dolor, la maniobra se considera positiva. COLUMNA LUMBAR La lumbalgia puede ser definida como aquellas sensaciones que son dolorosas o no confortables y que se localizan por debajo de la costilla número 12 y por encima de la región glútea si bien patología en esta zona puede irradiarse y sentirse hacia alguna de las extremidades inferiores o hacia los glúteos el dolor lumbar es una patología muy frecuente y 1 de los principales motivos de consulta pese a que la mayor parte de las lumbalgias son inespecíficas también existe una importante porcentaje en las que una buena exploración y anamnesis puede establecer el diagnóstico y orientar un tratamiento más específico Aunque la anamnesis es importante en la evaluación de cualquiera de las patologías que acuden a nuestras consultas en el caso de los la patología lumbar es especialmente importante dado que el dolor es el síntoma principal de consulta y para poder orientar sus causas o su perfil además de una buena exploración es indispensable caracterizarlo mediante una buena historia clínica En el siguiente cuadro se recogen las principales características de las entidades más prevalentes ANATOMÍA DE LA COLUMNA LUMBAR
  • 20. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 19 | 34 La columna lumbar, que está compuesta por cinco vértebras (L1 – L5), es la estructura responsable de soportar la carga del tronco en su totalidad. Es por ello que las vértebras lumbares presentan cuerpos robustos. Evolutivamente, las apófisis transversas de esta zona son costillas rudimentarias involucionadas que les brindan una resistencia adicional. La vértebra L5 se articula con el hueso sacro, el cual está conformado por cinco vértebras independientes que se fusionan después del nacimiento, mediante el disco intervertebral cuneiforme. Por último, el hueso coxis es un vestigio de tres o cuatro vértebras (Figura X). La patología discal es muy común en la zona lumbar. Los discos intervertebrales se componen de un anillo fibroso que envuelve al núcleo pulposo. La disposición de las fibras en la zona anular proporciona una resistencia extrema a este tejido ante movimientos de tracción y compresión. En la zona externa, los haces de tejido conectivo se entrecruzan, uniendo los bordes óseos de las vértebras adyacentes y manteniendo el disco en su interior. La columna toracolumbar cuenta con un complejo ligamentario extenso y potente que proporciona estabilidad y permite la carga mecánica sobre las vértebras. Los ligamentos más importantes son el ligamento longitudinal anterior y posterior, así como los ligamentos amarillos e intertransversos. Figura X. Visión lateral de la columna lumbar, sacro y coxis. Figura XI. Visión anterior de la musculatura lumbar. La musculatura lumbar es una de las más potentes de la anatomía, puesto que además de deber tener una gran resistencia a la carga, es importante la buena movilidad regional. Es importante tener en cuenta que los músculos de sostén, como el M. iliopsoas, tienden al acortamiento, especialmente en actividades de estación en las que se encuentra habitualmente flexionado. Esto puede ser una causa frecuente de aumento de la lordosis lumbar y de la limitación de la extensión de la cadera, por lo que este músculo debe ser estirado regularmente. Entre los músculos más importantes destacan (Figura XI): - Músculos erectores autóctonos de la espalda: compuestos por el M. iliocostal, el M. longísimo y los Mm. intertransversos lumbares, permiten la extensión dorso-lumbar o inclinación ipsilateral si la contracción es unilateral. Estos músculos también son
  • 21. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 20 | 34 importantes para mantener la postura y estabilizar la columna vertebral durante actividades cotidianas y deportivas. - M. cuadrado lumbar: este músculo se origina en la cresta ilíaca y se inserta en la costilla XII y las diferentes apófisis costales de la columna lumbar. Es uno de los principales flexores ipsilaterales de la columna, y también juega un papel importante en la presión abdominal y la espiración. Además, colabora con los músculos erectores de la espalda en la estabilización de la columna vertebral. - M. íliopsoas: compuesto por el M. psoas mayor y el M. ilíaco, el M. iliopsoas es el flexor más importante de la cadera y cumple una función crucial en la marcha y en actividades que involucran levantar las piernas. Con su contracción unilateral, también colabora en la flexión ipsilateral de la columna lumbar. - Mm. abdominales anteriores: estos músculos incluyen el M. recto del abdomen, el M. oblicuo del abdomen y el M. transverso del abdomen. Todos ellos son importantes para el movimiento del tronco, especialmente en la flexión y rotación, y colaboran con los músculos erectores de la espalda y el cuadrado lumbar en la estabilización de la columna vertebral. Además, participan en la prensa abdominal, que aumenta la presión intraabdominal y ayuda a mantener la estabilidad de la columna vertebral durante actividades físicas exigentes. La región lumbar es una zona de gran importancia en el cuerpo humano. Desde el punto de vista vascular, esta zona es atravesada por los vasos más grandes del cuerpo, la aorta abdominal y la vena cava inferior. La aorta abdominal se bifurca en las arterias ilíacas, mientras que la vena cava inferior se forma a partir de la unión de las venas ilíacas a la altura de la quinta vértebra lumbar (L5). Además, en la zona lumbosacra se encuentran dos plexos nerviosos de gran importancia, el plexo lumbar (L1-L4) y el plexo sacro (L5-S4), que se encargan de la inervación sensitivomotora de las extremidades inferiores. Aunque no se abordará en este texto, también existe el plexo coxígeo (S5-Co2). El N. ciático es la rama más importante del plexo lumbosacro y es el nervio más fuerte y largo del cuerpo humano. Este nervio abandona la pelvis menor por el foramen ciático y recorre la zona glútea para dirigirse a la cara posterior del muslo. Antes de llegar a la fosa poplítea, el nervio ciático se divide en sus dos ramas principales: el N. peroneo común y el N. tibial. BIOMECÁNICA DE LA COLUMNA LUMBAR La valoración funcional de la columna dorso-lumbar es crucial, dado que la movilidad global de esta zona se compone de 25 segmentos móviles. Por lo general, sólo se pueden observar y reconocer los trastornos de movilidad de algunas secciones concretas. Esta sección de la columna lumbar permite hacer los siguientes movimientos: inclinaciones laterales con un rango máximo de 40º, flexión-extensión con un rango de 85º para la flexión y 60º para la extensión, y rotaciones, ambas con un rango máximo de 40º. La movilidad de esta zona también tiene una gran importancia en el movimiento de la pelvis, que será valorado más adelante.
  • 22. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 21 | 34 EXPLORACIÓN DE LA COLUMNA LUMBAR - Inspección: desde el momento en que el paciente entra en la consulta, se deben observar los movimientos que realiza al andar, sentarse, levantarse y desvestirse. Con el tronco descubierto, se debe realizar una valoración completa de la vista posterior, lateral y anterior de la columna vertebral. A grandes rasgos, los aspectos que deben valorarse como mínimo son la presencia de un morfotipo escoliótico, desnivel notable a la altura de la pelvis, simetría del talle o pliegues interglúteos, inclinaciones evidentes y la presencia de hiperlordosis, cifosis o una combinación de ambas. Es importante que el examinador observe si hay alguna asimetría, deformidad, protuberancia o tumoración en la columna vertebral. La presencia de cicatrices, masas, lesiones cutáneas y coloración anormal también deben ser evaluadas durante la inspección. - Palpación: la postura más adecuada para llevar a cabo la palpación es el decúbito prono, ya que permite que la musculatura lumbar se encuentre en una posición relajada. Es importante localizar correctamente las estructuras anatómicas relevantes, como las apófisis espinosas, los últimos arcos costales, los músculos para vertebrales lumbares, los músculos oblicuos, las crestas iliacas, las espinas iliacas, el músculo piramidal y el origen de los glúteos. En caso de que el paciente no tolere la postura en decúbito prono, se puede intentar la palpación en sedestación o en decúbito lateral. No obstante, la bipedestación es la postura menos indicada para la palpación lumbar, debido a que la musculatura lumbar se encuentra en tensión constante. Es importante que el explorador tenga una buena técnica de palpación, con una presión adecuada y una secuencia lógica de exploración. La palpación debe ser suave pero firme para identificar cualquier anormalidad en las estructuras anatómicas de la columna lumbar, utilizando el menor número de dedos posible para mayor precisión. - Movilidad: en bipedestación, se invitará al paciente a realizar alguna flexión del tronco al máximo con las piernas extendidas. Nos interesa conocer cuándo aparece el dolor o las sensaciones que el paciente padece, si durante todo el movimiento o es solamente en los extremos del rango. También es posible que la flexión alivie los síntomas del paciente, como las lumbalgias producidas por estructuras posteriores. La extensión del tronco en bipedestación no es muy valorable, ya que algunos pacientes, especialmente los mayores, pueden sentirse inseguros y suele acompañarse de una flexión de rodillas y la anteposición de la pelvis, pero puede valer para apreciar la globalidad de los movimientos y las relaciones que puedan tener con el dolor. En sedestación, es la mejor postura para valorar las rotaciones y las inclinaciones. Sin embargo, el explorador deberá sujetar la pelvis contraria al movimiento para evitar su elevación. Algunos pacientes pueden confundir un dolor inespecífico de cadera con las lumbalgias, por lo que también es indispensable ante la sospecha realizar la exploración de la movilidad de la articulación y su balance articular. - Maniobras especiales: Las maniobras que se exponen a continuación no son específicas de la lumbalgia sino de la radiculopatía lumbar, ya que muchos pacientes con molestias específicas en el estudio tienen lumbalgia debido a alteraciones de la articulación coxofemoral o neuropatías nerviosas.
  • 23. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 22 | 34 o Palpación de los puntos de Valleix: se trata de la palpación de diferentes puntos del nervio ciático en busca de dolor y/o relación. Estos puntos son: el punto piramidal (bajo el músculo piramidal), el isquiático (en el punto externo de la tuberosidad isquiática), el crural (en la línea media de la cara posterior del muslo), el poplíteo y el ciático popliteo externo (en el cuello del peroné) y el punto tibial (en la línea media de la pantorrilla). o Maniobra de Lasègue: el explorador flexiona la cadera del paciente con la rodilla extendida. Si el paciente nota dolor de características neuropáticas, un calambre o corriente eléctrica, se debe interrogar siempre para evitar falsos positivos. Es frecuente que las molestias del paciente sean debido a la cortedad de los músculos isquiotibiales, lo que produce un dolor sordo como tirantez en la corva o en la zona lumbar si el problema se halla en los flexores de la cadera. o Maniobra de Bragard: se realiza si el Lasègue ha sido positivo. Desde el punto en el que aparece el dolor radicular, se desciende lentamente la pierna hasta que desaparece el dolor. En ese momento, se realiza una máxima flexión dorsal del tobillo. Se considera positiva si vuelve a aparecer el dolor. o Maniobra del músculo piramidal: con el paciente en decúbito prono, el explorador palpa el músculo piramidal y los alrededores mientras se realizan rotaciones de cadera pasivas y resistidas, tensando y relajando el músculo para ver si este es doloroso. También puede valorarse en decúbito supino: el paciente flexiona la cadera 90º y el explorador la aduce de forma pasiva. A continuación, se realizan rotaciones de cadera. Si el dolor en la nalga se reproduce con la rotación interna, se sospecha de mialgia piramidal. Si, por el contrario, este dolor se irradia hacia la parte posterior del muslo, se sugiere una radiculopatía por compresión del punto piramidal. o Músculos centinela: la evaluación de la fuerza y función contra resistencia de los siguientes músculos permite evaluar los miotomas lumbares. Se realiza la extensión del cuádriceps (L3-L4), la inversión de los pies hacia dentro (L4) y la flexión dorsal (L5) y plantar (S1) del pie. CADERA La cadera es una articulación compleja y de gran tamaño, frecuentemente motivo de consulta médica. Entre las causas más comunes de patología en esta zona se encuentran la artrosis de cadera y el dolor trocantérico. No obstante, es importante tener en cuenta que muchos dolores que se presentan en la cadera pueden ser referidos desde la columna lumbar o incluso desde la rodilla. Por lo tanto, una exploración integral de ambas articulaciones resulta imprescindible. La anamnesis y ciertas maniobras de exploración discriminativa pueden ser de ayuda para identificar el origen del dolor. Los pacientes suelen acudir a la consulta con quejas de dolor, aunque también pueden presentarse casos de limitaciones funcionales, rigidez o incluso resaltes. Por otra parte, el análisis de la marcha puede ser útil para orientar preliminarmente las características de la dolencia.
  • 24. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 23 | 34 ANATOMÍA DE LA CADERA La cadera es una de las articulaciones más complejas y grandes del cuerpo humano, con una anatomía especial que la distingue como una articulación de nuez. Aunque la cabeza femoral se encuentra en gran medida cubierta por el acetábulo, se requiere la acción de un conjunto de ligamentos fuertes para estabilizar el peso de la extremidad inferior dentro de la cavidad acetabular. En este sentido, destacan el ligamento iliofemoral, el ligamento pubofemoral y el ligamento isquiofemoral, siendo el primero de ellos el más resistente y con una función estática crucial, ya que evita que la pelvis caiga hacia atrás en la bipedestación, sin necesidad de recurrir a la fuerza muscular para su contención. Figura XII. Visión del complejo osteoligamentario de la cadera. Figura XIII. Visión posterior de la musculatura e inervación de la cadera.
  • 25. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 24 | 34 En cuanto a los principales grupos musculares de la cadera, podemos mencionar los siguientes: - M. Ileopsoas: compuesto por el M. psoas mayor y el M. ilíaco, el M. iliopsoas es el flexor más importante de la cadera y cumple una importante función de sostén. Con su contracción unilateral, colabora en la flexión ipsilateral de la columna lumbar. Es importante tener en cuenta que los músculos de sostén, como el M. iliopsoas, tienden al acortamiento, especialmente en actividades de estación en las que se encuentra habitualmente flexionado. Esto puede ser una causa frecuente de aumento de la lordosis lumbar y de la limitación de la extensión de la cadera, por lo que este músculo debe ser estirado regularmente. - Músculos glúteos: incluyen el M. glúteo mayor, el M. glúteo medio y el M. glúteo menor son músculos extensores de la cadera, pero también permiten, con algunos de sus fibras, la abducción de la pierna y las rotaciones. - Músculos rotadores: el M. obturador interno y el M. cuadrado femoral son principalmente rotadores externos y aductores de la cadera. - Músculos aductores: los principales músculos aductores son el M. aductor largo, el M. aductor corto y el M. aductor mayor, además del M. obturador externo y el M. grácil. Este grupo muscular también puede participar tanto en la extensión como en la flexión de la cadera, dependiendo de la posición en la que se encuentren. - M. sartorio: su trayecto va desde la espina ilíaca anterior superior hasta la tuberosidad medial de la tibia, formando la pata de ganso junto con los M. grácil y M. semitendinoso. Sus principales funciones en la cadera son la flexión, la abducción y la rotación externa. BIOMECÁNICA DE LA CADERA La cadera es capaz de realizar tres grados de movimiento principales: flexión y extensión en el eje transversal, abducción y aducción en el eje sagital, y rotación interna y externa en el eje longitudinal. Los grados de movimiento normales para cada uno de estos movimientos son 140º de flexión, 20° de extensión, 50º de abducción, 30° de aducción, 40º de rotación interna y 50° de rotación externa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en ciertas situaciones, como la abducción y aducción con la cadera extendida o la rotación externa con las caderas flexionadas, estos grados de movimiento pueden verse disminuidos. EXPLORACIÓN DE LA CADERA << - Inspección: es importante comenzarla desde el momento en que el paciente entra en la consulta. Al analizar su marcha y la forma en que se sienta, podemos obtener información valiosa en la evaluación de la cadera. Es importante distinguir entre una marcha simétrica y constante y una cojera asimétrica que presenta patrones más variables. Las alteraciones de la marcha pueden tener diversas causas, pero en el caso de la cadera, la cojera suele deberse al dolor articular, lo que acorta la fase de apoyo en la bipedestación. Además, se deben observar las actitudes del paciente, como la flexión
  • 26. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 25 | 34 de la cadera o el balanceo sobre una de las extremidades. También es crucial valorar la atrofia de los grandes músculos de la cadera o la extremidad inferior. - Palpación: se debe realizar de forma sistemática. Puede comenzarse desde la cresta iliaca hasta el trocánter mayor, siguiendo una secuencia ordenada. Esta sistemática de exploración es especialmente útil para identificar estructuras superficiales, aunque también puede ayudar a localizar otras estructuras más profundas. En la cara anterior de la cadera, la palpación de la arteria femoral puede servir como referencia para identificar las inserciones del sartorio, el recto anterior del cuádriceps y el tensor de la fascia lata, que se encuentran ligeramente más externos. En la cara lateral, se recomienda identificar el trocánter mayor y el glúteo medio. En la cara posterior, se puede palpar el glúteo mayor y el piramidal, que se identifica como una cintilla que cruza la zona más proximal de la nalga. - Movilidad: se realiza en decúbito supino, y en la mayoría de los casos, se evalúa solo el componente pasivo de los movimientos para identificar cualquier limitación. Los movimientos que se deben evaluar son la flexión, la abducción y la aducción. Es importante mencionar que la medición de las rotaciones en decúbito supino puede ser imprecisa debido a la relajación de los ligamentos y los femorales, lo que puede resultar en una amplitud mayor que en decúbito prono. Por otro lado, la extensión solo se puede evaluar en la última postura mencionada. - Maniobras especiales: o Maniobra de rodamiento: en decúbito supino, el explorador fuerza una rotación interna de la extremidad inferior seguida de una rotación externa. La aparición de dolor en la cadera, habitualmente con la primera rotación interna, sugiere roce femoral en el acetábulo, lo que hace que la maniobra sea positiva. o Maniobra de Stinchfield: en decúbito supino, se solicita al paciente que eleve la extremidad inferior con la rodilla totalmente extendida y contra resistencia. La aparición de dolor en la zona proximal del muslo se considera positiva. Si el paciente refiere dolor en la zona lumbar, se debe explorar la columna para valorar si es un dolor irradiado o si además de la coxalgia existe lumbalgia. o Maniobra FADIR: acrónimo en inglés de "flexión, aducción y rotación interna". En decúbito supino, el paciente flexiona la cadera hasta los 90º y a continuación se realiza aducción y rotación interna de la cadera. El dolor inguinal es sugestivo de patología articular. o Maniobra de FABER: acrónimo en inglés de "flexión, abducción y rotación externa". En decúbito supino, el paciente flexiona la cadera hasta los 90º y a continuación, el explorador ejerce abducción y rotación externa. El dolor inguinal es sugestivo de patología articular. o Maniobra de Trendelenburg-Duchenne: en esta maniobra, el paciente se coloca en bipedestación y el explorador coloca sus manos sobre cada una de las crestas ilíacas. A continuación, el paciente levanta un pie y después el otro. Si el grupo
  • 27. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 26 | 34 de los músculos abductores de la cadera tiene una buena función, la pelvis se mantendrá horizontal incluso durante el apoyo monopodial. La maniobra es positiva si se produce la caída de la cadera del pie que no está en apoyo. o Maniobra de abducción activa o maniobra del glúteo medio: esta maniobra valora la insuficiencia del aparato abductor. En decúbito lateral, el paciente debe realizar una abducción contra resistencia. El explorador se opone al movimiento desde el tobillo. La debilidad indica afectación del glúteo medio y el dolor término patía o mialgia. Si se repite la maniobra en rotación interna y el dolor desaparece, este se localizaba en el tensor de la fascia lata, que queda inhibido al realizar la rotación. o Maniobra de fricción de la fascia lata: en decúbito lateral con la rodilla flexionada, el explorador realiza una flexión y extensión de la cadera pasivas para comprobar si existe resorte o dolor en la región trocantérea. La maniobra es positiva si se desencadena este dolor. RODILLA < La gonalgia es una causa muy frecuente de consulta. Además de las propias patologías causadas por traumatismos (patología ligamentaria, patología meniscal) y de las manifestaciones articulares de enfermedades sistémicas (quiste de Baker, artrosis…), es frecuente el dolor por el propio desequilibrio del conjunto: el malfuncionamiento femoropatelar. En el desequilibrio femoropatelar el paciente suele referir dolor inespecífico en la cara anterior, manifestado o acentuado con el ejercicio (especialmente al terminarlo) y de mayor intensidad en planos inclinados descendentes. No es rara tampoco la sensación de inestabilidad ni la crcepitación durante la flexo-extensión. Las lesiones meniscales son más frecuentes en pacientes jóvenes y se producen por mecanismos de giro violento en carga, lo que atrapa los meniscos. Por ello, es frecuente en deportistas. Debe sospecharse con una anamnesis compatible y dolor en la interlinea articular. Finalmente, las lesiones ligamentosas aisladas suelen producirse por traumatismos directos en posiciones en las que el ligamento se encuentra en tensión. ANATOMÍA DE LA RODILLA La rodilla articula tres huesos: tibia y fémuro (articulación femorotibial) y rótula y fémur (articulación femororrotuliana). Como es habitual ambas se encuentran envueltas dentro de una cápsula articular, que en este caso es única. A diferencia del antebrazo, el peroné no forma parte de esta articulación, si no que se articula con la tibia algo más distalmente en la articulación tibioperonea. La escasa congruencia ósea de las articulaciones de la rodilla obliga a que la estabilidad y movimientos ean garantizados por un potente complejo ligamentario. El complejo ligamentario de sostén se encuentra reforzado posteriormente por las inserciones de los músculos regionales y, en algunos casos, la cavidad articular está en comunicación con las bolsas sinoviales de algunos de ellos (M. semimembranoso, M. gastrocnemio). El quiste de Baker
  • 28. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 27 | 34 es un repliegue quístico sinovial entre el tendón del M. semimembranoso y el M. gastrocnemio, generalmente a la altura del cóndilo femoral posteriomedial. En la cara anterior el complejo ligamentario cuenta con las inserciones de los vastos laterales, el M. recto femoral, el ligamento rotuliano, los retináculos rotulianos y los ligamentos meniscorrotulianos. Entre otras funciones, este conjunto se encarga de sostener y posicionar la rótula, por lo que sus alteraciones pueden dar lugar al ya mencionado desequilibrio femoropatelar. Los ligamentos cruzados o ligamentos internos de la rodilla se extienden desde el área intercondílea anterior y posterior de la tibia hasta la fosa intercondílea femoral. Ambos ligamentos aseguran el contacto articular entre fémur y tibia y la estabilidad en el plano sagital, de forma que en cualquier posición siempre se encuentran en tensión en algún punto. Finalmente los meniscos se encuentran anclados en la superficie intercondílea anterior y posterior por sus extremos. Dada la forma de O del menisco lateral frente a la forma en C del menisco medial, este último es mucho menos móvil. Sumado a su fijación con el ligamento colateral medial, este menisco suele ser el más lesionado. Entre la musculatura regional más importante se encuentran: - M. cuádriceps femoral: formado por cuatro cabezas, el M. recto femoral y los vastos lateral, medial e intermedio, es uno de los principales extensores de la rodilla y flexores de la cadera. - Músculos flexores: los músculos flexores son los comúnmente denominados isquiotibiales. Entre ellos destacamos el M. bíceps femoral y el M. semimembranoso. Figura XIV. Visión de los principales detalles anatómicos de la rodilla. EXPLORACIÓN DE LA RODILLA - Inspección: es importante comenzar observando ambas rodillas en bipedestación, sedestción y finalmente en decúbito supino. De esta manera pueden identificarse alteraciones como el genu valgo o varo, la presencia de bultomas como un posible quiste de Baker o alteraciones en las relaciones anatómicas (atrofia cuadricipital, rótulas
  • 29. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 28 | 34 altas, desviación de la tuberosidad tibial…). La deformidad aparente puede hacernos pensar en la presencia de fracturas o luxaciones más que en patología menisco- ligamentosa. La tumefacción rápida tras un impacto suele ser debida a hemartros y sugiere gravedad. Se relaciona más con lesiones ligamentosas. Por otra parte, la aaparición progresiva de tumefacción suele deberse al aumento de líquido sinovial y reviste menos gravedad. - Palpación: se realizará de forma sistemática sobre los distintos puntos de la anatomía. Una sistemática que puede ser adecuada es la siguiente: tuberosidad tibial, tendón rotuliano, pico de la rótula (seguido de sus bordes), alerones rotulianos, y cabezas cuadricipitales con sus inserciones. Posteriormente realizaremos choque rotuliano para distinguir entre derrame intraarticular e inflamación capsular. La palpación dolorosa del pico de la rótula indica la posible presencia de rodilla del saltador (sobrecarga del tendón rotuliano), al igual que el signo de Basset (palpación dolorosa de la inserción del tendón rotuliano en la rótula con la extensión, pero no con la flexión). Posteriormente deben palparse las interlineas internas y externas, el epicóndilo interno, los ligamentos laterales, la pata de ganso y la cintilla ilitibial. El dolor en las interlíneas con una flexión de 90º puede sugerir lesion del cuerpo meniscal, mientras que con una flexión de 120º o más habla de cuerno posterior afectado. - Movilidad: se consideran normales una flexión de 120 – 150º, una extensión de 5 – 10º, una rotación exsterna de 30 – 40º y interna de 10º. La limitación de la extensión en personas jóvenes con una anamnesis compatible puede indicar la rotura meniscal en “asa de cubo”, especialmente si se produce en los primeros y últimos grados de movimiento. Un rango de movimiento pasivo mayor que el activo suele sugerir patología musculoligamentosa o nerviosa. - Maniobras especiales: o Maniobra del choque rotuliano: permite detectar la presencia de derrame intraarticular en la rodilla. Para realizarla, se comprimen los fondos de saco rotulianos para desplazar el líquido y se aplica presión sobre la rótula. Si la rótula flota, es indicativo de derrame. o Bostezos en valgo y varo forzados: evalúan la integridad de los ligamentos colaterales medial y lateral. El paciente debe estar en decúbito supino, con la rodilla extendida y relajada. El explorador coloca una mano en la cara medial de la rodilla y con la otra mano sostiene el tobillo del paciente. Se realiza una presión lateral en la rodilla forzando el valgo o el varo para evaluar si hay laxitud excesiva o desplazamiento anormal de la rodilla hacia el lateral, lo que puede indicar una posible lesión de los ligamentos colaterales. o Maniobra de Lachman: se lleva a cabo en decúbito supino con la rodilla flexionada a 20-30 grados y el pie apoyado en la camilla. El explorador estabiliza el muslo con una mano y con la otra toma la pierna justo por debajo de la articulación de la rodilla. Luego, se realiza una tracción anterior en la tibia para evaluar la presencia de un posible desplazamiento anterior anormal de la tibia
  • 30. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 29 | 34 en relación al fémur, lo que indica una posible lesión del ligamento cruzado anterior (LCA). Es importante asegurarse de que los músculos isquiotibiales estén adecuadamente relajados para evitar una negativización falsa de la maniobra. o Cajones anterior y posterior: evalúan los ligamentos cruzados anterior y posterior. En posición supina, con la rodilla flexionada a 90 grados, el explorador coloca una mano en la parte superior de la tibia y la otra en la parte inferior del muslo para aplicar una fuerza anterior o posterior a la tibia. Si se siente un desplazamiento excesivo, puede indicar una lesión en el ligamento cruzado correspondiente. o Maniobra de McMurray: se lleva a cabo con el paciente en decúbito supino y la rodilla flexionada, apoyada en la camilla. El explorador sujeta el talón del paciente con una mano y con la otra apoya la rodilla para realizar la manipulación. Se extiende completamente la rodilla y se rota la tibia interna y externamente mientras se aplica una presión axial. Luego, se flexiona la rodilla y se repite la rotación de la tibia. Si el dolor se produce con rotación externa, es indicativo de una lesión meniscal en la parte interna, mientras que si se produce con rotación interna, es el menisco externo el probablemente afectado. o Maniobra de Apley: se realiza con el paciente en posición decúbito prono con la rodilla flexionada a 90 grados. El explorador se coloca detrás del paciente y sujeta firmemente el talón con una mano, mientras que con la otra mano aplica una presión axial en el fémur para estabilizar la articulación. Para llevar a cabo la maniobra meniscal de Apley, el explorador debe flexionar la rodilla del paciente hasta la máxima posición permitida por la anatomía del paciente y luego, rotar la tibia interna y externamente mientras se aplica una carga axial. La rotación de la tibia puede producir una sensación de clic o de bloqueo en presencia de una lesión meniscal. Si el paciente experimenta dolor o sensación de bloqueo en la articulación durante la rotación de la tibia, esto puede ser indicativo de una lesión meniscal. Si estos resultados se reproducen con una flexión de 120º se hace una evaluación más selectiva del cuerno posterior. o Maniobra de Ober: evalúa la extensibilidad de la cintilla iliotibial. El paciente se coloca en decúbito lateral en el borde de la camilla y extiende ligeramente la cadera para sacar la pierna fuera, manteniendo la otra pierna en flexión para mayor estabilidad. El explorador sujeta la pelvis para evitar la rotación. Si la pierna queda en posición horizontal sin que el tobillo quede en el mismo plano de la camilla, la maniobra es positiva, lo que indica acortamiento de la cintilla iliotibial. En atención primaria es importante sospechar la patología femoropatelar ante una anamnesis compatible. La exploración básica recomendada consiste en inspeccionar la alineación de las extremidades inferiores, buscar la posible presencia de rótulas altas y la atrofia del vasto interno. Posteriormente, se debe proceder con la palpación del aparato extensor.
  • 31. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 30 | 34 PIE Las patologías que afectan al tobillo y pie son una causa frecuente de consulta en Atención Primaria y Urgencias, siendo su evaluación y tratamiento fundamentales para evitar la limitación funcional y discapacidad que pueden producir en los pacientes. Una exploración detallada, junto con una adecuada anamnesis, permiten establecer un diagnóstico diferencial preciso de las patologías más prevalentes en esta región, que incluyen las metatarsalgias, las talalgias y las deformidades. Aunque los traumatismos en la zona del pie son menos comunes que en el tobillo, esta última región es especialmente vulnerable a lesiones. Los esguinces ligamentosos del tobillo son la lesión osteomuscular más frecuentemente atendida en los servicios de Urgencias, y aunque la mayoría de ellos se resuelven con tratamiento conservador, algunos pueden requerir intervenciones quirúrgicas. Las fracturas del tobillo son la segunda fractura más común de la extremidad inferior, y su manejo varía en función del tipo y localización de la lesión. La exploración física adecuada del tobillo y pie es clave para establecer un diagnóstico preciso, ya que muchas patologías comparten síntomas y signos similares. Una exploración rigurosa, en la que se presta atención a la inspección, palpación, movilidad y estabilidad articular, así como a pruebas específicas, puede ser de gran ayuda para el médico en la identificación de la causa subyacente de la patología. ANATOMÍA DEL PIE El pie se divide en tres regiones: tarso, metatarso y antetarso, que corresponden a los huesos del pie. Desde un punto de vista funcional y clínico, las áreas más importantes son el retropié, el mediopié y el antepié. El tarso está formado por siete huesos tarsianos: astrágalo, calcáneo, navicular, cuboides y los tres cuneiformes. El retropié se considera que está compuesto únicamente por el calcáneo y el astrágalo, mientras que el mediopié está formado por el resto de los huesos, junto con los metatarsianos. El ante tarso y el antepie están compuestos por las falanges proximales, medias y distales. El tobillo está formado por dos articulaciones: la articulación superior del tobillo, o articulación talo-crural, y la articulación inferior del tobillo. La articulación superior está formada por los extremos distales de la tibia y el peroné, y la superficie troclear del astrágalo. Los potentes ligamentos accesorios y la buena congruencia de estas estructuras dotan de estabilidad a esta articulación durante la posición bípeda. La articulación inferior del tobillo resulta de la articulación del astrágalo con el calcáneo y el navicular. A nivel ligamentario, se destacan dos grandes grupos: el complejo cápsulo-ligamentario lateral o ligamentos externos, y el complejo cápsulo-ligamentario medial o ligamentos internos. El primero está formado por el talo-peroneo anterior, el talo-peroneo posterior y el calcáneo- peroneo, y se lesiona en los esguinces producidos por un mecanismo de eversión forzada. El complejo cápsulo-ligamentario medial está formado por el ligamento deltoideo y sus cuatro porciones: la tibiotalar anterior, la tibiotalar posterior, la tibionavicular y la tibiocalcánea. Este complejo se lesiona con el mecanismo de inversión forzada. En esta región anatómica, se encuentran músculos de gran importancia funcional, como los siguientes:
  • 32. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 31 | 34 - M. tibial anterior: se extiende desde los 2/3 anteriores de la cara lateral de la tibia hasta la base medial del primer metatarsiano, permitiendo la extensión del tobillo y la supinación del pie. - Mm. extensor largo de los dedos y extensor largo del dedo gordo: sus inserciones nacen en la tibia y el peroné, y se dividen en cuatro tendones que forman la aponeurosis dorsal de los dedos del segundo al quinto. De esta manera, permiten la extensión dorsal y la pronación del pie, así como la extensión de los dedos trifalángicos, siendo que el primer dedo del pie presenta su propio extensor largo. - Mm. peroneo largo y peroneo corto: nacen en la cabeza del peroné y en la mitad distal, respectivamente, e insertan en la base del primer metatarsiano y en la base del quinto metatarsiano, permitiendo la flexión plantar y la pronación del tobillo, y tensando la bóveda plantar. - M. tríceps sural: formado por el M. sóleo y el M. gastrocnemio (gemelo). Ambos músculos son los principales flexores del tobillo, aunque también colaboran en la flexión plantar del pie. Cabe destacar que el músculo gastrocnemio también participa en la flexión de la rodilla. - Mm. flexores de los dedos: se encuentran directamente inferiores al tríceps sural, y presentan una estructura análoga a los extensores. Estos músculos permiten, además de la flexión de los dedos, la supinación del tobillo. En el ámbito de la exploración física, es crucial considerar el nivel infrapoplíteo, que abarca desde la rodilla hasta el pie, ya que esta región es esencial para el correcto funcionamiento de las extremidades inferiores. En este área, la A. femoral se convierte en la A. poplítea, que a su vez se divide en tres ramas importantes: la tibial anterior, la tibial posterior y la peronea. Estas ramas se unen en el pie para formar las arcadas propias, que proporcionan una nutrición adecuada a las estructuras más distales. Por otro lado, en la circulación venosa, las Vv. tibiales y las safenas son los vasos más relevantes para la circulación sanguínea en esta región. La insuficiencia venosa crónica es una enfermedad común en las extremidades inferiores, que puede causar diversos síntomas y signos clínicos. Finalmente, a nivel neurológico, es fundamental tener en cuenta que el N. ciático se divide en dos ramas en la cabeza del peroné: el N. peroneo común y el N. tibial. La compresión del N. tibial en el surco maleolar medial puede producir el síndrome del túnel tarsiano medial, una patología que se manifiesta con dolor, hormigueo y entumecimiento en la planta del pie y los dedos. Por su parte, el N. peroneo puede lesionarse debido a la deformación del pie, lo que puede dar lugar a diversos trastornos de la marcha.
  • 33. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 32 | 34 Figura XV. Visión de los principales detalles anatómicos del pie. BIOMECÁNICA DEL PIE < El pie, por su función de apoyo y desplazamiento, debe ser capaz de soportar las irregularidades del terreno, por lo que, sin ser una de las articulaciones con más movimiento, sí que debe tener gran adaptabilidad. Los movimientos que puede realizar se consiguen mediante el trabajo coordinado de las articulaciones del tobillo y las articulaciones de Chopart y Lisfranc en el mediopié. De esta manera, el pie consigue los siguientes movimientos: 30º de flexión, 50° de extensión, 10º de eversión, 20° de inversión, 30º de pronación y 60° de supinación. EXPLORACIÓN DEL PIE - Inspección: se realiza con el paciente descalzo. Se deben valorar las caras externas e internas, dorsal y plantar, buscando deformidades que permitan sospechar fracturas, luxaciones o traumatismos. Es importante distinguir las deformidades de la inflamación o edema. También se debe valorar el talón y su morfología en valgo, varo y lateral, así como la altura de la bóveda del pie. Entre las alteraciones habituales se encuentran el hallux valgus en el primer dedo, los dedos en garra o martillo y los dedos trifalángicos. - Palpación: se deben buscar siempre las siguientes estructuras: los maléolos, las interlíneas del medio pie, la base del quinto y primer metatarsiano, la tuberosidad posterior del calcáneo y el tendón de Aquiles. - Movilidad: en el tobillo se realiza una exploración rápida y activa de la flexión y extensión. Si alguno de los movimientos se encuentra restringido, se valorará de forma pasiva. La existencia de mucha menor movilidad activa que pasiva puede indicar debilidad por causas neurógenas, tendinosas o musculares, aunque lo más frecuente son las causas hostias musculares. La exploración contra la resistencia se realizará
  • 34. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 33 | 34 únicamente en este tipo de sospechas. Por otra parte, el movimiento del mediopié se valora mediante la inversión y eversión. - Maniobras especiales: o Signo de Thompson: evalua la integridad del tendón de Aquiles. Para realizar la prueba, el paciente se coloca en posición prona con los pies al borde de la camilla y se comprime el músculo de la pantorrilla. Si el tendón de Aquiles está intacto, se producirá la contracción del pie. Si, por el contrario, el tendón está roto, no se producirá la contracción y el pie permanecerá en reposo. o Criterios de Ottawa: valoran la necesidad de realizar una radiografía de tobillo en caso de traumatismo. La presencia de varios de los siguientes indica la necesidad de realizar una radiografía:  Dolor a la palpación en maléolo interno o externo, o en el tercio posteroinferior de la cresta.  Dolor a la palpación de la base del metatarsiano V.  Dolor a la palpación del escafoides del pie.  Incapacidad de sostener el peso sobre el pie afecto al producirse la lesión o inmediatamente después.  Incapacidad de dar cuatro pasos o más durante la exploración posterior. o Maniobra de los cajones anteriores y posteriores: evalua la integridad de los ligamentos del tobillo. En esta maniobra, el médico sujeta el pie del paciente con una mano mientras con la otra realiza movimientos de tracción y empuje, produciendo un desplazamiento anterior y posterior de la tibia con respecto al peroné. La presencia de laxitud o inestabilidad en el tobillo indica una lesión en los ligamentos que se están evaluando. o Marcha en estepaje: se produce cuando el nervio poplíteo externo se encuentra lesionado. En esta situación, el paciente presenta una extensión exagerada de la rodilla al momento de levantar el pie, lo que le permite compensar la debilidad de los músculos flexores del tobillo y evitar arrastrar el pie al caminar.
  • 35. ANATOMÍA Y MANIOBRAS EXPLORATORIAS BÁSICAS DEL APARATO LOCOMOTOR P á g i n a 34 | 34 BIBLIOGRAFÍA 1. Santonja Medina F. Manual de Exploración Musculoesquelética. 2022. E-book. 2. Schünke Michael, Schulte E, Schumacher U, Voll M, Wesker K. Prometheus: Texto y atlas de anatomía. 3ª ed. Vol. 1. Madrid: Médica Panamericana; 2014. 3. Rivas M. Manual de Urgencias. 5a. Madrid: Panamericana; 2021.