2. Después de haber vivido “decentemente”
en la tierra, mi vida llegó a su fin...
De pronto me encuentro delante de un gran
trono y sentado en el un anciano, rodeado
de luz, su sola presencia me lleno de un
temor reverente por la majestad que de
alguna manera irradiaba.
Era sin lugar a dudas la sala de un gran
tribunal, se me ordenó sentarme en la
banca de los acusados...
3. Cuando miré a mi alrededor, vi al fiscal
acusador, quien tenía una apariencia de
villano, era la persona más demoníaca que
había visto en mi vida. Me senté, miré hacia la
izquierda y allí estaba mi abogado defensor,
un caballero con una mirada bondadosa cuya
apariencia me era familiar...
El anciano con una voz de trueno solemnemente
dijo: Comencemos.
4. El fiscal se levantó y dijo: Mi nombre es
Satanás y estoy aquí para demostrar porque
este individuo debe ir al infierno. Comenzó a
hablar de las mentiras que yo había dicho, de
las cosas indebidas que había hecho en el
pasado, lo que había hecho en oculto que
nadie sabia.
Satanás habló de mis infidelidades y tantas
cosas malas que yo no había dado importancia
pero que aquí y al oírlas de su boca me
parecían horribles y entre más hablaba mas
me hundía en mi silla de acusado.
5. Me sentía tan avergonzado, que no podía
mirar a nadie, ni siquiera a mi abogado, a
medida que satanás mencionaba pecados que
hasta había olvidado.
Estaba tan asustado, no tenia escapatoria
todo era verdad Yo sabía que era culpable
de las cosas que me acusaban, pero
también había hecho algunas cosas buenas
en mi vida, ¿No podrían esas cosas buenas
por lo menos equilibrar lo malo que había
hecho?
6. Satanás terminó con furia su
acusación y dijo: Este individuo
debe ir al infierno, es culpable
de todos los pecados y actos que
he acusado, y todo el tribunal
presente lo sabe.
7. Cuando llegó su turno, mi Abogado se
levantó y empezó a caminar, pude ver,
todo su Esplendor y Majestad. Hasta
entonces me di cuenta porque me había
parecido tan familiar, era Jesús quien
me representaba, a quien yo había
aceptado como mi Señor y Salvador.
8. Se paró frente al juez, y le dijo:
“Padre, satanás está en lo correcto, al
decir que este hombre ha pecado, no voy
a negar esas acusaciones, pues todos
sabemos que es verdad. Reconozco que el
castigo para su pecado, de acuerdo a
tus leyes divinas, es la muerte segunda o
sea, ser echado al infierno”.
9. Sin embargo, un crimen no puede ser
juzgado dos veces en ningún tribunal
humano o celestial, Yo en consecuencia
declaro que yo en la cruz recibí el
castigo que le correspondía a él yo
pues pague por sus pecados, di mi vida
en la cruz para que esta persona
pudiera tener vida eterna y el me ha
aceptado como su Salvador y ha
guardado mi palabra. Por lo tanto pido
que le sea abierta la puerta a mi
reino.
10. El juez levantó su poderosa mano, y
las siguientes palabras salieron como
truenos de sus labios:
“Declaro a éste hombre libre, el
castigo para él ha sido pagado en su
totalidad, Jesucristo murió en su
lugar, caso concluido”.
11. Pude oír a Satanás protestando enfurecido:
No me rendiré jamás, ganaré el próximo
juicio. Este imbecil leía la Biblia y seguía la
palabra de Dios, pero ya vendrán mas de los
que nunca se acuerdan de Dios y no les
importa su alma ni su salvación. Esos me los
llevo al infierno, Ja Ja Ja...
12. DIOS TE BENDIGA
Y tu ya tienes a Jesús como tu abogado?
Ya le diste el lugar que le corresponde en tu vida?
Texto: Lennys Cecilia Hernández / Adaptación FJR
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