1. IMPACTO DEL COVID EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO EN ADOLESCENTES
En marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a la enfermedad por coronavirus de 2019
(Covid-2019) como una pandemia. Para ese entonces el coronavirus de tipo 2, causante del síndrome respiratorio
agudo severo (SARS-CoV-2) ya se había extendido por todos los continentes, al comprobar su alto grado de
transmisibilidad y de mortalidad (Cahapay, 2020; Gutierrez, 2020).
El brote de COVID-19 afectó todos los aspectos de las actividades humanas; y el sector educativo fue uno de los
más afectados. En un intento por contener la propagación de la pandemia, en la gran mayoría de países del mundo
las instituciones educativas tuvieron que adaptarse rápidamente a la situación y suspender temporalmente la
instrucción presencial, pasando a un modelo de enseñanza virtual viéndose afectada la salud física y mental de los
estudiantes.
El Fondo de las Naciones Unidad para la Infancia – UNICEF - (2020) reveló un estudio donde las niñas, niños y
adolescentes estaban más propensos a presentar algún problema de salud mental en el contexto de la pandemia,
tal como se ha encontrado en otros estudios internacionales.
2. Toda una generación de adolescentes tuvo que comenzar a manejar, dominar o fortalecer las herramientas digitales
para participar en su educación obligatoria. Esto requirió ajustes significativos, no solo de los estudiantes y
docentes, sino también en la vida y prácticas cotidianas, incluidos los cuidados por parte de las familias a los hijos,
la administración escolar y toda la sociedad. Los profesores y las escuelas tuvieron que tomar la iniciativa en esta
transformación digital repentina e inesperada de la educación diversificada sin estar bien preparados para ello.
El cierre de la escuela en su forma presencial y la adopción de la educación a distancia alteró negativamente el
aprendizaje de los estudiantes a través de cuatro canales principales: menos tiempo dedicado al aprendizaje,
síntomas de estrés y ansiedad, un cambio en la forma en que los estudiantes interactuaron y falta de motivación
para aprender. Los estudiantes de entornos menos favorecidos pudieron experimentar una pérdida de aprendizaje
más significativa durante este período de emergencia. Esto pudo deberse a limitaciones en el apoyo económico de
los padres, en el tipo de educación recibida, las escuelas a las que asistieron, la carencia de herramientas
cibernéticas adecuadas y las habilidades digitales de los estudiantes previo a la pandemia, estos fueron aspectos
determinantes en el rendimiento académico de los adolescentes.
3. La pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 y las medidas aplicadas por los Gobiernos nacionales, luego que la
OMS clasificó a COVID-19 como una pandemia; produjo cambios abruptos en todos los sectores a nivel mundial.
Según la UNESCO (2020) el sistema educativo fue uno de los sectores más perjudicados por la pandemia, a nivel
mundial distintas instituciones cerraron sus espacios físicos para evitar la propagación. Como consecuencia de ello,
las medidas de distanciamiento, restricciones y cambio de métodos de enseñanza generaron en los estudiantes, altos
niveles de estrés y ansiedad.
Concluyó Human Rights Watch que cuando se desató la pandemia, las escuelas estaban mal preparadas para
impartir educación a distancia a todos los estudiantes de manera igualitaria. Esto se debió a la incapacidad de los
gobiernos, a largo plazo, de remediar la discriminación y las desigualdades en sus sistemas educativos, o de
garantizar los servicios gubernamentales fundamentales, como una electricidad asequible y fiable en los hogares, o
de facilitar un acceso asequible a internet.
4. Durante la pandemia los adolescentes vivieron una constante contención, limitados por reglas que los cargaron de
frustración. Perdieron la posibilidad de vivir momentos únicos, situaciones propias de esta etapa, fiesta de 15 años,
paseos, rituales del primer día de clases, festejos de graduación. La privación de pasar tiempo con amigos; la
ausencia del intercambio espontáneo entre sus amigos en actividades educativas, culturales o deportivas, el
confinamiento y el compartir más tiempo con su núcleo familiar, la pérdida de familiares significativos o amigos, la
amenaza implícita de que sus acciones podían tener esa consecuencia, la transformación de la experiencia social en
una experiencia virtual, la dificultad de continuar con sus trayectorias educativas de forma presencial, la falta de
recursos físicos, tecnológicos y humanos, la incertidumbre, miedo al contagio y preocupación por el futuro cercano,
los adolescentes se encontraron en un conflicto interno ante la situación académica, todos estos factores aumentaron
el riesgo de sufrir ansiedad. Se ha evidenciado que los sujetos que muestran un alto nivel de ansiedad presentan una
deficiencia en el desempeño de tareas cognitivas, Eysenck y Calvo.
5. García & Palacios (1991), después de realizar un análisis comparativo de diversas definiciones del rendimiento
escolar, concluyen que, 1: El rendimiento escolar se caracteriza por responder al proceso de aprendizaje, 2: Está
ligado a la capacidad y esfuerzo del alumno, 3: Está ligado a medidas de calidad y a juicios de valoración y se
convierte en un medio para alcanzar los propósitos asociados a expectativas en función al modelo social vigente.
Cabe mencionar que la Organización Mundial de la Salud define a la adolescencia como el período de crecimiento
que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años. Independientemente de la
dificultad para establecer un rango exacto de edad es importante el valor adaptativo, funcional y decisivo que tiene
esta etapa. El adolescente se siente niño y adulto al mismo tiempo, pero sabemos que no es ni una cosa ni la otra.
Está en permanente transición: pasar de ser niño y depender del mundo adulto para todo, a ser joven y comenzar a
hacerse cargo de su vida
Por lo expuesto anteriormente, y para conocer más acerca de esta problemática se ha decidido estudiar la relación
que existe entre el rendimiento académico de los adolescentes, debido a la ansiedad causada por el COVID 19.
6. El impacto de la pandemia por COVID-19 en los adolescentes
La pandemia por COVID-19 es tanto una crisis de salud como una amenaza social y económica; ha creado
situaciones extremadamente desafiantes, particularmente para los más vulnerables. El impacto en los niños,
niñas, adolescentes y sus familias fue y continúa siendo devastador, con enfermedades, aislamiento, miedo y
pérdida de medios de vida (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, 2020)
El valor teórico de este estudio consiste en aportar información verídica respecto a la relación sobre la ansiedad en
adolescentes y el impacto que generó en el rendimiento escolar por la pandemia en los estudiantes del 5to año,
sección C, mención: Ciencias, de la Unidad Educativa “Almirante Luis Brión”. Respecto al valor práctico, la
investigación proveerá evidencia científica y datos estadísticos que permitirán identificar el nivel de ansiedad de
los escolares adolescentes en el contexto de pandemia y, de igual forma, las actitudes que tuvieron los
adolescentes en consecuencia del estado de alerta que estaban viviendo debido a la pandemia.
7. Es importante, saber el impacto que tuvo la pandemia en el comportamiento y pensamiento de los adolescentes,
debido a que se considera que los cambios suscitados en el entorno por el COVID-19 permanecerán por un largo
tiempo y la ansiedad ha sido una variable de mucho interés y preocupación para los diferentes científicos de la
conducta humana, pues es un factor que afecta a la población de diversas maneras siendo uno de los obstáculos
más significativos para el desarrollo académico.
En el caso de los adolescentes del 5to año, sección C, mención: Ciencias, de la Unidad Educativa “Almirante Luis
Brión” es necesario analizar la influencia de la ansiedad que manifestaron durante la pandemia y su rendimiento
académico. Así pues, los resultados de la presente investigación permitirán a la Dirección de la institución tomar
en cuenta los estados emocionales de los estudiantes durante el confinamiento y de esta forma integrar dentro del
plan de estudio actividades de fortalecimiento afectivo-emocional para que estos enfrenten de manera asertiva el
proceso educativo.