La batalla de Pichincha tuvo consecuencias significativas a pesar de ser un conflicto menor en términos de duración y número de combatientes. El 25 de mayo de 1822, Sucre entró en Quito y aceptó la rendición de todas las tropas españolas en el territorio considerado parte de la república de Colombia. La batalla marcó el fin del control español en el departamento de Quito.