1. PATOLOGIA DEL ADULTO 2
“DELIRIO Y DEMENCIA”
EQUIPO # 17
Danzos Moreno Maria Guadalupe
Palacios Arteaga Valery
Grupo: N04
Hermosillo, Son; Marzo de 2012
2. Estado clínico caracterizado
por un estado fluctuante de
la función intelectual, el
ánimo, la atención, el nivel
de alerta y el despertar, que
aparece de forma aguda,
tanto sin deterioro
intelectual previo como
sobreañadido a un déficit
cognitivo crónico
3. Una persona con disminución leve del
nivel de conciencia (obnubilación) y
dificultad para mantener la atención
suele presentar también una dificultad
para percibir e interpretar los datos del
entorno y para adquirir o recordar nueva
información; por ello, puede
malinterpretar la información actual o
presentar ilusiones.
4. El paciente no reacciona de
forma lógica, tiene
dificultades para manejar
datos simbólicos (p. ej.,
realizar cálculos aritméticos o
explicar el significado de un
refrán), presenta ansiedad y
agitación o aislamiento del
medio y puede tener
pensamientos paranoides e
ilusorios.
5. El delirio puede aparecer en sujetos sin
patología cerebral, pero es más
frecuente en los que presentan un
trastorno de base como la demencia.
Es más común en ancianos,
probablemente debido a alteraciones
fisiológicas de los neurotransmisores
cerebrales relacionadas con la edad, a
la pérdida neuronal senil y a la
presencia de enfermedades
concomitantes.
6. El delirio puede ser secundario a
un trastorno cerebral primario o a
enfermedad sistémica con
repercusión en el Sistema Nervioso
Central; las causas más frecuentes
son metabólicas, tóxicas,
estructurales e infecciosas.
Una interrupción del sueño o un
estrés grave sobreañadidos al
trastorno agudo pueden
empeorar los síntomas del
delirio.
7. CAUSAS TOXICO-METABOLICAS:
Virtualmente cualquier trastorno metabólico puede
producir un delirio. Algunas de las causas más
importantes. En personas ancianas, los efectos
colaterales de los fármacos son la causa más
común.
CAUSAS ESTRUCTURALES:
Las lesiones orgánicas que pueden desencadenar
un delirio incluyen los accidentes vasculares
cerebrales, la hemorragia subaracnoidea e
intraparenquimatosa, los tumores cerebrales
primarios o metastásicos, los hematomas
subdurales y los abscesos cerebrales.
8. CAUSAS INFECCIOSAS:
El delirio también puede ser secundario a
meningitis aguda, encefalitis o infecciones
extracraneales; en éstas, probablemente a
través de la elaboración de toxinas y la
producción de fiebre. La neumonía (incluso
sin hipoxemia secundaria), las infecciones
del tracto urinario, la sepsis y las infecciones
víricas febriles pueden producir confusión si
existe un cerebro vulnerable. Los abscesos
embólicos de desarrollo lento y las
infecciones oportunistas pueden ser difíciles
de diagnosticar clínicamente y en algunos
casos pueden requerir una biopsia cerebral.
9.
10. Es fundamental la evaluación
rápida, ya que el delirio puede
tener un pronóstico grave
aunque su causa suele ser
tratable. Según algunas
evaluaciones, el 18% de los
pacientes ancianos
hospitalizados que presentan
delirio fallecen y el tiempo de
ingreso es dos veces mayor
entre los que desarrollan un
síndrome confusional que en los
que no lo presentan.
11. Cuando existe apatía, es fundamental el
diagnóstico diferencial con la depresión,
especialmente en el anciano, aunque es
frecuente que coexistan. De forma similar, la
agitación y las alucinaciones asociadas al
delirio deben diferenciarse de una psicosis
funcional: trastorno psiquiátrico en el que
suelen faltar la desorientación, la pérdida de
memoria y el deterioro cognitivo presentes
en los pacientes con delirio (o intoxicación).
12. El status epiléptico de ausencias o de
crisis parciales complejas puede producir
un estado confusional difícil de distinguir
de un delirio. Los estados convulsivos
producen un patrón de confusión más
uniforme, aunque menos intenso, y
menor somnolencia que el delirio.
13. Generalmente, los síntomas son reversibles si
se identifica rápidamente la causa y ésta se
maneja de forma adecuada, particularmente
en el caso de hipoglucemia, infección, origen
yatrógeno, toxicidad por fármacos o
alteración del balance hidroelectrolítico.
15. Deterioro crónico de la función
cognitiva lo suficientemente grave para
interferir con la capacidad de realizar
las actividades de la vida diaria.
16. La demencia puede aparecer a cualquier
edad y afectar a personas jóvenes debido a
lesiones o hipoxia cerebral. Sin embargo, es
fundamentalmente un trastorno de la edad
avanzada, afectando a más del 15% de la
población mayor de 65 años y al 40% de los
mayores de 80 años.
También puede dividirse en reversible e
irreversible en función de su etiología,
aunque esta clasificación puede
complicar el diagnóstico diferencial
entre delirio y demencia.
17. En este caso, los pacientes presentan
un déficit relativo de la capacidad de
recordar comparados con otras
personas de su misma edad. Tienen
tendencia a fijar nueva información
lentamente, pero si se les da el tiempo
suficiente para realizar determinadas
tareas, se comprueba que la función
intelectual es generalmente adecuada.
18. Se basa en la historia clínica detallada y en
la exploración del estado mental.
La identificación de drogas u otras sustancias
tóxicas puede requerir la ayuda de los
familiares del paciente.
19. El grado de progresión de la demencia varía
ampliamente y depende de su causa.
La demencia puede ser estática cuando es
consecuencia de lesión cerebral grave debida
a traumatismo o a asistolia transitoria.
20. La orientación temporal puede
favorecerse utilizando calendarios y
relojes y realizando actividades diarias
rutinarias; la orientación en persona se
facilita haciendo que el personal
sanitario lleve tarjetas de
identificación y se presente al paciente
en cada ocasión.
21. Las explicaciones que se dan al paciente
deben ser sencillas y concisas y se omitirán
todas las técnicas diagnósticas que no sean
estrictamente necesarias.
Deben evitarse las habitaciones privadas
demasiado tranquilas u oscuras. Serán claras
y contendrán estímulos sensoriales, como
una luz nocturna y una radio o televisión,
para ayudar al paciente a orientarse y a fijar
la atención.
22. Los familiares, por su parte, intentarán
incluir al paciente en todas las actividades
posibles pero evitando las que puedan
producirle ansiedad o confusión.
La terapia musical y ocupacional ayuda a
mantener el control motor fino y proporciona
la estimulación no verbal necesaria.
Aunque la curación es imposible, el médico
debe continuar ayudando a la familia, p. ej.,
explicándoles que aunque el trastorno es
progresivo pueden controlarse ciertos
factores que lo complican.